lunes, diciembre 15, 2014

Cierre

Hace tiempo que este post me está rondando la cabeza. Me cuesta desprenderme de las cosas, de las personas, cerrar cuando ha llegado la hora. Suelo remolonear, hacerme la tonta, mirar a otro lado, esperar por si hay oportunidad de continuar. Al final lo único que consigo es que las cosas agonicen tontamente, cuando quizás hubiera sido mejor darles el golpe de gracia mucho antes.

Creo que me ha pasado con este blog. Hace tiempo que siento como si todo a mi alrededor hubiera cambiado. Como si hubiera estado viviendo en un piso compartido y todos mis compañeros se hubieran marchado, uno a uno, a vivir solos y continuar con su vida y yo siguiera aquí, estancada, en este gran salón, hablando sola. Y no me gusta la sensación. Tampoco puedo escribir de lo que ahora mismo me apetece porque seguramente no pegaría con lo que era antes este blog.

Así que, por mi parte, he decidido levantarme, coger mis cosas, apagar la luz del salón, salir y cerrar la puerta del salón.

Un par de personas muy sabias me han dicho que este blog se merecía un cierre, una despedida. Así que aquí está, al menos para mí. Después de casi nueve años, tras casi mil posts entre todas, miles de comentarios, horas de risas... es hora de decir adiós. Me quedo con todas las grandes cosas que me ha aportado este blog, con todas las posibilidades que me ha abierto. Lo mejor, sin duda, ha sido la gente que he encontrado por el camino. Muchos amigos. Y un amor. ¿Qué más puedo pedir? Nunca me imaginé que el blog cambiaría tanto mi vida cuando escribí mi primer post.

Si queréis, podéis encontrarme en mi nuevo blog.

Ha sido un placer. Gracias a todos. Mil gracias.

jueves, octubre 30, 2014

La clase de hoy

Hoy tocaba en clase hablar de monasterios medievales con uno de mis grupos favoritos (puede que académicamente no sean la mejor clase del mundo, pero son muy majos y tienen interés y participan).

- Profe, a mí los monasterios no me gustan porque están llenos de mausoleos de reyes y son muy feos.

- Te refieres al Monasterio del Escorial, ¿verdad? - con los alumnos hay que convertirse en una experta en el juego de las pistas: ser capaz de adivinar el todo con pocos datos y a menudo loquísimos. Bueno, no digamos datos loquísimos, digamos mejor... datos sometidos a una imaginativa reinterpretación adolescente - ¿has ido al Monasterio del Escorial? - el chico asintió - no es medieval, es posterior, y es una excepción: la mayoría de los monasterios no tienen tumbas de reyes. A ver, chicos, para los que no lo sepáis, casi todos los reyes españoles a partir del siglo XVI están enterrados allí.

- Es que es horrible, profe, tratan a los reyes como comida.

- ¿Cómo? - en esta clase tienen la habilidad de dejarme siempre ojiplática. Y en esta ocasión, ni pista ni pisto, no tenía ni idea de por dónde iba el alumno.

- Sí, como comida. Como la pasta, el arroz... - decía el chaval todo serio, intentando explicarse.

- ...

- Que sí, profe, ¡que los tienen a todos en botes!

Mis botes de especias de Ikea son así

La explicación me ha hecho muchísima gracia y no lo he podido evitar: me ha entrado un ataque de risa antológico en clase. Y claro, a todos los alumnos detrás. Evidentemente, le he dicho al chaval que ha hecho la mejor definición que he oído en mi vida del monasterio dichoso ("sitio donde guardan a los reyes en botes" a la enciclopedia YA) y después de recuperarnos - nos ha costado unos diez minutos - hemos seguido. 

Hasta que han salido los nazis en la clase. Sí, da igual que estuviéramos hablando de la Edad Media: a los chavales les flipa el tema de los nazis y los sacan cada dos por tres. 

- Profe, o sea, es que.. a ver... o sea... a los nazis los derrotaron estos... los... los Vengadores, ¿verdad?

De izquierda a derecha, la URSS, China, Grecia, Yugoslavia, Estados Unidos, Noruega y Gran Bretaña

No me digáis que no tengo una clase MA-RA-VI-LLO-SA. Un poco despistada de la vida, pero maravillosa.

miércoles, octubre 22, 2014

Preguntas peliagudas

En clase nunca, nunca, sabes cuándo puede saltar una pregunta o una cuestión peliaguda. Porque la obligada e inocente pregunta de "¿hay alguna duda?" te puede llevar a los sitios más oscuros:

- Y así eran los baños árabes de Al-Andalus. ¿Alguna pregunta?

- Profe, los baños árabes y las saunas que hay por Madrid eran lo mismo, ¿no?

- Ehhhmmm, esto... no -
debí poner una cara rarísima, la pregunta me dejó totalmente descolocada.

- Ya, jijiji.

- ¿Entonces por qué preguntas, si ya lo sabes? 

- Profe, no entiendo nada, ¿de qué estáis hablando? ¿por qué se ríe J.? ¿qué son esas saunas? me estoy perdiendo algo, explicádmelo
- reclamó una de las más espabiladas de la clase, muy indignada porque no conseguía entender de qué estaban hablando.

Abrí la boca para intentar responder la pregunta de forma neutra y sin meterme en muchos (más) jardines, pero el listillo de J. se me adelantó y, girándose con aire de suficiencia hacia su compañera le explicó:

- Pues las saunas masculinas son prostíbulos, donde van los hombres y hay prostitutos para los que van - le suelta el enteradillo de clase. A estas alturas yo ya estaba con los ojos como platos (los angelitos tienen trece años).

- ¡No! en esas saunas hay cuartos oscuros y hay hombres y mujeres todos desnudos y todos pillan con todos. Tú vas y no sabes qué te puede tocar. Lo que te toque, con quien te toque. No ves - suelta otro, muy serio y abriendo mucho los ojos, mientras la chavala que había preguntado se quedaba con la boca abierta. Por la cara de susto del informador, parecía que le obligaran a entrar en esa ruleta rusa de depravación todas las tardes.

Justo entonces sonó el timbre. Aclaré corriendo la cuestión y huí de la clase.

Cinco minutos después, en el siguiente grupo:

- Profe, ¿había anticonceptivos en la Edad Media o la gente lo hacía así, alegremente?

Angelitos. Me pregunto qué contarán en casa que ven en la clase de Historia.