El Síndrome de Candy-Candy: una introducción.

No hay que confundir el Síndrome de Candy-Candy o SCC con El Trauma que la serie causó en las niñas de mi generación, esa teoría que tanto hemos desarrollado mi amiga Perri y yo, de cómo un accidente en una cacería del zorro en una serie de dibujos japoneses ha modificado el comportamiento de miles de mujeres… y que seguramente será sujeto de análisis en post futuros (a poco que Perri se deje). No se trata de eso. El SCC es algo distinto.

Recapitulemos un momento. Candy era una niña rubia y huérfana que había venido a este mundo a sufrir, o eso parecía. Lloraba como nadie, en cantidad y calidad, pero como con estoicismo… (La expresión “ojos de Candy-Candy” –mil gracias, Toño, por esa impagable aportación- es básica en la vida porque nada evoca igual ese momento de ojos tan llenos de lágrimas que van a empezar a caer por su propio peso).

En fin. Candy, además, era muy muy buena, y estaba enamorada de Anthony, un chico rubio, muy muy bueno, que además de proteger a Candy de los malísimos Logan, tocaba la gaita escocesa, le regalaba rosas que se llamaban como ella y la llevaba de picnic. Era un cursi sin discusión, pero a las niñas de la época nos encantaba, y a Candy más. Ya solo lloraba de felicidad.

Y entonces va Anthony y se muere. Para resumir, su caballo se pilla una pata en un cepo y él se cae y se parte el cuello. Esta es la parte que causa El Trauma del que hablaremos más adelante, pero irónicamente significa también el principio del fin del Síndrome para Candy. Porque entonces llega él: Terry.

Terry es un malote, bebe alcohol, dice tacos, falta a clase, se mete con las monjas del internado, se ríe de Candy y para colmo lleva la camisa desabrochada. Y claro, pasó lo que tenía que pasar.

Ya estás curada, pequeña Candy.

El Síndrome era la causa de que algunas prefirieran a Brandon Walsh antes que a Dylan McKay (vale, tampoco había mucho donde elegir). El Síndrome es el responsable de que, en la actualidad, muchas mujeres se debatan entre Jack o Sawyer presas de la indecisión (me declaro culpable) cuando lo razonable sería pasar de los dos y dedicarse a practicar sexo salvaje con Sayid en alguna playa. El Síndrome hace que algunas prefieran al Dr Luca Kovac antes que a House (o en plan producto nacional, y salvando las distancias, al asqueroso de Javier Sotomayor antes que a Rodolfo Vilches).

El SCC hace que las que, como Candy, vimos la luz, nos pongamos rojas hasta la raíz del pelo al recordar las fotos con las que forrábamos las carpetas con 13 años. Ejemplos: New Kids on the Block/Take That/Backstreet Boys (por cubrir una amplia franja de edades). Rick Astley. Kirk Cameron. Jason Donovan. O, peor aún, Tom Cruise. (Por cierto, ha nacido Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes. ¿Se sabe algo ya de la placenta?)

Mi intención es ir analizando poco a poco esos hombres que forraban las carpetas preadolescentes en los 80. Se admiten sugerencias.

Por cierto, queda inaugurado este blog colectivo!!!