martes, mayo 30, 2006

La ProtoDoctora Parrish en: Júbilo en las aulas

Hoy tenemos una colaboración especial de la corresponsal de Quédate A Dormir en las Tierras del Norte. Su nombre es Julie Parrish y de profesión es ProtoDoctora. ¿Eso qué es? Muy fácil: algún gobierno (no sé si regional, autonómico, nacional, o qué) le paga por ser sabia e investigar. Una vez presentada, le paso la palabra. Las notas en azul son mías.

Entre mis quehaceres domésticos de super-becaria (véase 1. mirar repetidamente por la ventana del gabinete hasta descubrir una pareja de sexagenarios follando en el parking [esto, además de ser verídico, tiene un post, amigos, y llegará a nosotros]; 2. esperar durante horas sentada en la cafetería, hasta que la leche del café se convierte en mantequilla solo para hacer que te has encontrado por casualidad en tu momento de descanso con él; y 3. no perder la oportunidad de, cada vez que sale un rayo de sol - y tengo que aclarar que en esta tierra eso no ocurre tan frecuentemente- escapar como loca hasta lo alto del faro, tumbarme en la hierba y dedicarme a observar a los pijisurferos...), debo decir que, de vez en cuando, y sólo de vez en cuando, tengo que ponerme seria.

Pero creo que es más una cuestión de carácter porque en el Master del Universo ya me pasaba igual.

Pues eso. Un encuentro de jóvenes investigadores. Algo informal entre friki-compis para contarnos a qué dedicamos nuestro tiempo, el libre y el ocupao, y para tratar de demostrarnos que, los frikis por ser frikis y los demás por ser el resto, todos podemos hacer algo especial en nuestras vidas. Como estudiar durante años la utilidad de los "retocadores de hueso" de una cueva musteriense en concreto. O analizar las diferentes secuencias cristalográficas de silex de otra cueva, (que os preguntareis para qué, y no sé responder, porque tampoco a mí me quedó muy claro). O descubrir que dos líneas de muralla de una colina pueden convertirse en un campamento de 7000 legionarios romanos, (más de los que hubo nunca en León), y enclavado en mitad del Bask Country, que ya es complicado porque no se sabe que hubiera enfrentamiento directo, sino unos fantásticos acuerdos para evitar derramamiento de sangre...

En fin, que para hablar de todas esas cosillas y más, dedicamos un par de días los friki-compis y yo. Claro, que quien lo organizaba todo (otro de los frikis) estaba emperrado en unir disciplinas y metodología y en que aquello se convirtiera en referente de... no lo sé muy bien.

El caso, es que mi actuación era la última a modo de colofón. Bella (como siempre) había participado en todos los debates (aunque fuese solo para hacer el ridículo) y llegaba mi momento. A la sala, adaptada para la presencia de 12 friki-compis y respectivos directores en cada ocasión, llegaron unas cuantas señoras desperdigadas, que yo inocentemente confundí con la madre y la abuela de alguno de los ponentes... hasta que la cosa empezó a perder el control... como habitualmente me suele ocurrir.

Repito, hasta que yo no me incorporé del asiento, no habría más de 6 señoras perdidas. Pero fue levantarme y empezar a entrar la asociación entera. Ellas eran solo la avanzadilla. Que no os pase nunca. Hablar en público cuesta. Pero que te llegue de repente la asociación entera de Amigos de la Ciencia de la Tercera Edad es muy duro. No sé, 40, 50, 60. No tengo ni idea. Solo sé que no había sitio, que la gente se quedó de pie y que otros prefieron el suelo.

¿Qué hacer? ¿Convertirte en la mujer Neardental y lanzarte a la garganta para mutilar al organizador del encuentro que por error les había enviado un e-mail para invitarles? ¿O, por el contrario, hacer como si no pasara nada, delante de aquellos señores que se habían arreglado, habían cogido un autobús urbano, y se habían plantado allí con sus galas y sus wisper-xl, sólo para escucharte?

Efectivamente, hice lo segundo. Bebí agua, tragué saliva y les solté un rollo impresionante. Y encima, al terminar PREGUNTARON!!!! Porque claro, ¿para que está el debate? ¡Pa´preguntar! Bueno, ese tipo de preguntas-reflexión que son mejor todavía, porque es en ese momento cuando tú no tienes nada más que decir.

Unos saludos al final, unas palabritas ("qué listas salís ahora") y a darnos al alcohol. Y ni una ronda se dignó invitar el dueño de la cafetería, pese a que le llenamos el garito entero. Porque ya que se habían arreglado... no se iban a volver a casa en media hora.
Aquí terminan las aventuras de la ProtoDoctora entre los Jubilosos. Los enlaces son míos. Algunos son un poco chungos, pero en esos casos me siento incapaz de ajustar más. Además de notas y enlaces, tenía como misión buscar unas cuantas fotos. He puesto "jovenes investigadores" en Google Imágenes. Yo pensé que iba a salir esto...
(si aún no han leído sobre ellos en Viruete, hagan clic AQUÍ)
...pero no. Ha salido esto...
(espero que por lo menos sean investigadores)
...esto...
(más que investigadora parece presentadora de alguna versión regional del Diario de Patricia)
...y esto...
(tiene un aire raro como a codigodavinchi, esta foto)
Estos últimos SÍ son jóvenes y SÍ son investigadores. Vale, son de Química en lugar de Historia pero las fotos traerán recuerdos a una de las posteadoras de este blog (bueno, a varias, pero a una en particular). A ver si además se da por aludida y se marca un post antes de que acabe la semana.
Despedimos esta entrega especial de Quédate a Dormir dedicada a los Jóvenes Investigadores y sus fans con una gran frase: "No grites que me estresas las amebas". (Perdón a los interesados si el lugar enlazado es ilegal o chungo. Dímelo y lo quito)

8 comentarios:

  1. Qué valiente, niña.
    Llego a ser yo la ponente y tienen que prospectar para encontrarme.

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  2. ¡Bienvenida, Julie! Ese tipo de público da mucho miedo en las conferencias, porque son IMPREVISIBLES. Lo mismo te salen con una pregunta-reflexión y se marcan un monólogo de diez minutos (que tiene su peligro, porque si después te preguntan "y usted ¿qué opina?" a ver qué contestas, porque llevas cinco sin escuchar) o te hacen preguntas muy peregrinas (véase... "Y las mujeres estas del siglo VIII ¿qué talla de sujetador usaban?". Le pasó a una comentarista de por aquí). Aunque también pueden intentar convertirte: una vez, al acabar de dar una conferencia en un museo, se me acercó un señor con un folleto de nosequé iglesia o secta y me dijo "tú me has dado tu saber a mí, ahora quiero enseñarte mi verdad yo a ti". Ñgugh.

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  3. "Mi verdad". Ésa es una gran frase también, porque de entrada ya se admite que no es una verdad, sino una interpretación personal... usando la palabra verdad. Yo la primera vez que oí esa expresión fue en la sala de espera de consultas externas del hospital , y -después de llevar cotilleando dos horas, rollo gallinas alteradas,- una de las dos mujeres que estaban a mi lado se desató y le dijo a la otra "Ahora yo te voy a contar MI VERDAD".

    Forges es un genio. No olvidaré una viñeta en la que un centurión se presentaba al Cesar y mantenía con él este minidiálogo:

    - ¡Passa, Caésar!
    - Se dice "Ave"
    - ¡Passa, Ave!
    - ¡No, al revés!
    - ¡Ave, passa!
    - Plasssta de romanos...

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  4. O aquella maravilla de "Vaya, vaya... Clarisas en nuestro distrito..."

    Qué grande.

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  5. A mí lo que me gusta es el anti-jefe de la web del Maestro.

    Y yo era más de los cinco, porque se pasaban la vida desayunando pan de jenjibre. ¿Qué carajo es eso? ¿¿Y cómo se escribe?? ¿No hay una cantidad límite más allá de la cual el cuerpo humano no admite más pan de jen.. gen... de ése? ¿Cómo ha influido la sexualidad ambigua de George en nuestras vidas? ¿De verdad no vais a hacer un post sobre esto?

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  6. Anómalo, acepto el reto. Aunque si se me ha adelantado Viruete (sospecha repentina) lo voy a dejar en un enlace...

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  7. Anónimo1:44 p. m.

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  8. Anónimo9:36 p. m.

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