Recupero el viejo espíritu del autoescarnio, le añado un plus de nostalgia (¡se acerca la Navidad!) y respondo en forma de post a la recurrente pregunta de “Be, y tú, ¿por qué eres así?”.
Me encanta cantar. Canto mientras cocino, mientras limpio, mientras me ducho, mientras escribo posts, mientras coso botones y algunos días mientras ando por la calle. Incluso a veces canto mientras hablo por teléfono.
Kat me recordaba el otro día que cuando nos conocimos, hace ya milenios, me daba por cantar en momentos raros. Ella flipaba cuando yo me ponía con algo de Cranberries mientras volvíamos caminando de la facultad al intercambiador de Moncloa. Kat se callaba sorprendida por la interrupción, y yo le decía “no, no, sigue, no es que no te escuche, no te enfades, si esto lo hago siempre”. Jo. Y aún así somos amigas.
Canto desde superpequeña. No es que cantara antes de hablar (guiño a ABBA), porque con un año charlaba por los codos y con dos en vez de “para” decía “detente” y utilizaba palabras como “coyuntura” y “cromosomas” con bastante propiedad… pero sí es cierto que me sabía todas las letras de Enrique y Ana hasta la fecha. Y muchas otras.
Es que a mí me cantaron mucho. Como nací la primera recibí un extra de atención que se traducía en cuentos, canciones y tiempo. Con la intención primordial de que me durmiera, mis padres me cantaron de todo… pero de todo DE TODO. Por mi temprana educación musical variopinta, mi top ten de nanas es así de ecléctico (dentro de lo que cabe, teniendo en cuenta que mis padres por aquel entonces no hablaban inglés).
10. My Bonnie (lies over the ocean)
Me encanta cantar. Canto mientras cocino, mientras limpio, mientras me ducho, mientras escribo posts, mientras coso botones y algunos días mientras ando por la calle. Incluso a veces canto mientras hablo por teléfono.
Kat me recordaba el otro día que cuando nos conocimos, hace ya milenios, me daba por cantar en momentos raros. Ella flipaba cuando yo me ponía con algo de Cranberries mientras volvíamos caminando de la facultad al intercambiador de Moncloa. Kat se callaba sorprendida por la interrupción, y yo le decía “no, no, sigue, no es que no te escuche, no te enfades, si esto lo hago siempre”. Jo. Y aún así somos amigas.
Canto desde superpequeña. No es que cantara antes de hablar (guiño a ABBA), porque con un año charlaba por los codos y con dos en vez de “para” decía “detente” y utilizaba palabras como “coyuntura” y “cromosomas” con bastante propiedad… pero sí es cierto que me sabía todas las letras de Enrique y Ana hasta la fecha. Y muchas otras.
Es que a mí me cantaron mucho. Como nací la primera recibí un extra de atención que se traducía en cuentos, canciones y tiempo. Con la intención primordial de que me durmiera, mis padres me cantaron de todo… pero de todo DE TODO. Por mi temprana educación musical variopinta, mi top ten de nanas es así de ecléctico (dentro de lo que cabe, teniendo en cuenta que mis padres por aquel entonces no hablaban inglés).
10. My Bonnie (lies over the ocean)
Paradójicamente, el ranking empieza con una canción en inglés. Pero es que no me la cantaban mis padres, sino dos de mis tías que me hacían de vez en cuando de canguro. Esta pequeña canción tradicional escocesa popularizada por Tony Sheridan y los Beatles fue la primera canción en inglés de la que me aprendí la letra (la segunda fue “one little, two little, three little indians…”).
9. Amigo Félix.
Me sabía la letra entera con la interminable lista de animales en orden, y me entretenía mucho corregir a mi madre cuando se equivocaba al cantármela. Primero llevaba la letra escrita para decirlo todo bien, cuando se cansó probó amenazándome con callarse. Funcionó. (Enrique y Ana forever!)
8. El himno de la legión.
8. El himno de la legión.
Pueden reírse… Teníamos un disco precioso del coro de la legión donde cantaban incluso letras de Lorca, pero mi canción preferida era ésta. Sobre todo cuando me la cantaba mi padre (que para que conste no hacía tanto que había dejado de correr delante de los grises). La letra me hacía llorar.
7. Pasa la tuna en Santiago…
…cantando y tocando romances de amor. Me en-can-ta-ba. Es una pena que no haya podido encontrar una versión mejor en el YouTube. Como no se oye bien es la historia de una niña enamorada de un tuno que llora delante de Santiago porque él no lleva entre las cintas de su capa la que ella le bordó. Al final se casan, bajo la atenta mirada del apóstol. (Este punto va dedicado a Mir, como no podía ser de otra forma).
6. Le Métèque.
Georges Moustaki, otro señor viejo que me pone, y además lo malo de éste es que ha parecido viejo siempre… Me aprendí esta canción fonéticamente (avecmagueledemetéc, deyuifegán depatjregrec emechevés ocatjrevan) antes de saber una palabra de francés.
5. Jotas.
La familia de mi madre es de Huesca, y no lo digo como excusa sino como explicación. Porque sólo tendrían que escuchar “Quisiera volverme hiedra” (Quisiera, quisiera, quisiera volverme hiedra… y subir, y subir, y subir por las paredes… por ver el, por ver el, por ver el dormir que tienes) o “Que la nieve ardía” (En el alto el Pirineo soñé que la nieve ardía… Y por soñar lo imposible soñé que tú me querías) para entender por qué me molaban tanto las jotas. No he encontrado ninguna de las dos, así que les pongo otra que también mola (pero mucho menos).
4. Gracias a la vida…
…que me ha dado tanto. Versión de Violeta Parra, versión de Mercedes Sosa (la que aparece aquí), versión de Joan Baez o versión de mi madre, es una preciosidad tristísima. Menos mal que cuando eres pequeño casi no existen las olas de pena.
3. Quiero abrazarte tanto.
Prácticamente obligué a mis padres a aprenderse la letra para poder cantármela. Entonces teniamos un tocadiscos en que ponías un montón de vinilos uno encima de otro e iban cayendo para sonar uno a uno, y éste LP era uno de mis fijos. “Sabes que te quería como a nada en el mundo...”. Lo que no entendía bien era la parte del lobo en celo...
2. Duerme, duerme, negrito.
Algunas de estas “nanas” son deprimentes a más no poder, pero ésta se lleva la palma. Mi madre me la cantaba con una voz que hubiera conmovido a Corazón Helado. Y además cambiaba el “negrito” por “negrita” para que me identificara más. Así empezó mi carrera de empática total: sufriendo por los niños cuyas madres tienen que trabajar en el campo, y les va a traer codornices, carne de cerdo y mucha fruta, pero que tienen que dormirse porque si no viene el diablo blanco y les come la patita. (La versión adjunta es una cosa casera bastante mona).
1. Chiquitita.
Qué original, dirán algunos. Pues sí, mi canción es la canción de las tres cuartas partes de los niños de la época (compadezco al cuarto restante). Uno de mis primeros recuerdos es mi padre y yo (en brazos) bailándola por el salón. Además fue el primer vinilo que tuve, un 45 revoluciones que aún conservo.
Hasta aquí el post de hoy. Próximamente en sus pantallas: Lo que las BeSisters cantan en los viajes (un Top Ten).
Hasta aquí el post de hoy. Próximamente en sus pantallas: Lo que las BeSisters cantan en los viajes (un Top Ten).
Después de esto nunca tendré que explicar ninguna canción favorita. Diré: es normal que me guste los cantautores, la ópera y el thrash... ¿no?... pues mira lo que le pasa a Be.
ResponderEliminarImpresionante, realmente im-presionante.
Be, lo de las canciones de la infancia y sus oscuras consecuencias en nuestras mentes es mejor no pensarlo. Yo canto cuando camino, con ese ritmo marcial y falta de garbo que me caracteriza. Un día iba a la facultad, y en pleno delirio cantautor, me descubrí doblando una esquina a la voz de "¡había una vez, CHANtata CHANtata CHÁN, UN CIRCOOOOQUEALEGRABASIEMPRELCORAZOOOÓN!!". Tomé conciencia de lo que estaba cantando en voz alta porque al doblar esa esquina me encontré de frente con un tío que me daba un morbo que te cagas, y en pleno shock le dije "hola" y me incrusté la barbilla en el esternón, consciente de que había estado a punto de batir palmas y taconazos al ritmo de la canción.
ResponderEliminarYo no recuerdo nanas en mi infancia, pero mi padre cantaba "A rianxeira", una canción popular gallega cuya letra por aquel entonces no entendía y que siempre me llamó mucho la atención. Por otro lado, mi madre, aragonesa de pro, consiguió que conociera antes a Labordeta que a los Beatles. La verdad, aunque prefiero mil veces su mochila a la de Pocholo, he de reconocer que su música nunca me apasionó.
ResponderEliminarPor cierto, para cantante ocasional inoportuna, mi hermana. En medio de una comida en casa, mientras estamos viendo las noticias, se puede poner a berrear a grito pelado el primer greatest hit que se le pasa por la cabeza. Mis amigas no se lo creían. Me decían que soy una exagerada. Pero tras compartir mesa con ella en mi pisito han tenido que darme la razón.
...ah! lo peor de mi hermana es que también se podía poner a cantar a la hora de dormir. Menudo peñazo cuando compartíamos habitación. Siempre había que llamarla al orden...
ResponderEliminarPues yo soy del cuarto restante. Jo.
ResponderEliminar> he de reconocer que su música nunca me apasionó
ResponderEliminarSnif. Lo nuestro es imposible
(Jo, otra que tacho de la lista... qué racha llevo)
Mola más cuando lo hace Somo.
ResponderEliminarCanciones infantiles...
ResponderEliminarEl submarino amarillo, cantada foneticamente por mi tia-canguro, muy beatlefilica pero nada anglofonica.
Bella Ciao...mi padre transmitiendome el imaginario rogelio familiar.
Cada loco con su tema, de Serrat. En realidad, el disco entero, que era de escucha obligada en el coche, pero en particular esa cancion, que ahora no es mi favorita suya pero que aun creo poder cantar del tiron.
y si sigo, escribo un post, asi que lo dejo...
Por cierto, Antoñita puede dejar de interceder por mi, que dos de tres no está tan mal.
¿Cuando lo hago yo? ¿Hacer qué? ¿Llamarte negrito o cantarte el chiquitita?
ResponderEliminarEn mi casa eso de cantar nanas no se llevaba nada bien. Bueno, lo de la música en casa no se llevaba nada, pero nada bien.
ResponderEliminarCreo que las únicas veces que se ha escuchado música en mi casa cuando era pequeño ha sido durante las Navidades, con los villancicos de BoneyM en un vinilo que, evidentemente acabó rallado. Y el Bad de Michael Jackson que mi padre trajo un dia ante mi asombro y el de mi hermana, que no nos podíamos creer que existiesen discos de después de los 70 (colecciones de juventud de padres).
En fin, que uno se vio obligado a descubrir la música como otros descubren el sexo: la luz en un mundo misterioso del que nadie te ha hablado y del que conoces toda existencia, por lo que captas a veces en conversaciones sueltas. Pero vamos, que aunque intentes aprender siempre te notas a años luz de distancia de la gente que, comos vosotros, ha mamado música desde su más tierna infancia.
Como curiosidad ejemplificadora, tenía 23 años cuando acudí por primera vez en mi vida a un concierto (para los más curiosos: Mägo de Öz).
Jaja, en mi casa, discos, poquitos poquitos, pero chapurreos guirizantes, un montón: Sobre todo de canción italiana y francesa de los sesenta y setenta...y, por supuesto, Elvis (y las chusquísimas adaptaciones de Adriano Celentano).
ResponderEliminarAhora bien, lo que yo he bailado en los brazos maternos ha sido esto:
http://www.youtube.com/watch?v=Ux49UBie-w8
Luego, sale uno como sale...
y no le suena una version diferente con la musica de "pasa la tuna" algo más de fuego de campamentos diria yo
ResponderEliminarAhora entiendo mejor eso de que me exigieras como requisito indispensable para fortalecer nuestra amistad que supiera las canciones de Marisol y de los Miserables. Un simple paso más.
ResponderEliminarEso sí, he eludido hábilmente el requisito, jiiji. Y ya es demasiado tarde.
*****COMENTARIO NO RECOMENDADO PARA MENORES, CABRAS Y MENTES SENSIBLES*****
ResponderEliminarPero el himno de la legión hay que cantarlo con la cabra y enseñando pelo por entre los botones de la camisa, si no, pierde mucho.
Si el pelo no aparece hay que ir bajando el escote.
*****COMENTARIO NO RECOMENDADO PARA MENORES, CABRAS Y MENTES SENSIBLES*****
emea: siempre queda la posibilidad de mantener una bonita amistad..
ResponderEliminarCaramba, Be, estás chiflada. Ejhem, sólo coincidimos en dos o tres cancioncillas y, esteee... Yo es que he crecido con Silvio Rodríguez de banda sonora inconsciente de mi vida.
ResponderEliminarSí, bueno, y Paco Ibáñez, Serrat, Sabina y... Menuda infancia, jo. Descubrir a Bowie a los 29 no debe de ser ni sano siquiera.
Mi novia y yo mantenemos acaloradas discusiones animando a Parchís (ella) contra Enrique y Ana (yo). Ahora que casi me había convencido (aún no he econtrado una canción de E&A tan buena como "La batalla de los planetas"), Be me rearma en mi primera opinión: ¡Enrique y Ana powa!
ResponderEliminarTako, ¡y todo eso antes de cumplir los 4!
ResponderEliminarGato, ¡jajajaja!, es total. ¿Cayó rendido a tus pies?
Zirie, si coincidiéramos en estilos musicales, tu hermana y yo haríamos buenas migas.
Kirye, habla con un abogado, yo creo que es motivo de demanda.
Tou, iluminanos. Por cierto: ahora que estás enlazado, a ver si actualizas y tal.
Eme, ¿"arremójate la tripa"?
Hombre Malo, veo calidad, mucha calidad. Transmitiré a Antoñita su agradecimiento.
Somo, en cualquier caso no me cabe duda de que tú lo haces mejor.
Zhalim, yo tenía 4 y fue el de Enrique y Ana o el de Paloma San Basilio (no recuerdo cuál fue antes).
ResponderEliminarDavgard, no esperaba menos. He olvidado, por cierto, al Duo Dinámico y su "Quince años tiene mi amos". Yo iba restando (me faltan 13, me faltan 12, me faltan 11...").
Flor de Lis, no... En mis campamentos nos dedicábamos a Loquillo (Cadillac Solitario, Rock&Roll Star...) y los Secretos, por poner un ejemplo.
Misi, un día te encontrarás cantando a pleno pulmón "estando contigo, contigo, contigo, de pronto me siento feliz", y además será verdad, y yo me reiré.
Achab, q no, que los chicos que salían en la carátula del disco eran muy serios y formales. Y no venían con cabra (los complementos van aparte).
Efe, chifladísima.
U.A., E&A rule!!! (aunque Parchís también molaba).
Decía, que me molan más los posteos tutuberos de Somo, aunque sólo sea por la música.
ResponderEliminarUn post suyo sobre nanas con Obus tiene que ser divertidísmo.
Y sipes, tengo que postear. En cuanto encuentre un tema, un tono y un color.
Tou, estamos esperando.
ResponderEliminarZj, tenemos que grabar un duo o algo.
Madre de Dios¡ (por eso de Antoñita y tal...)eres mi alma gemela, ya con lo del himno de la legion me has dejado de piedra, seguro que tenemos el mismo disco. Mejor sera no cruzarnos por la calle que he leido en un libro del eminente Punset que la reaccion seria catastrofica para el entorno.
ResponderEliminaruna de las primeras múscas de mi vida, aparte de otros ya mencionados como perales, fue mocedades... en fin..
ResponderEliminaren mi casa el duo dinámico fue desbancado por goleada por Deep Purple, Bruce Springteen y los Rolling Stones...cosas de tener una mamá joven que no se sabía ninguna nana y tiró de lo que pudo.
ResponderEliminarbesukis!
¿así que de huesqueta?
ResponderEliminar¿y conoces el grupo "La Val d´Echo?
Tiene unas nanas y canciones de amor que ponen los pelos de punta.
http://aragomusic.com/descripcion.php?sec=1&cat=7&idarticulo=79
INCISO- CARTA A ANTOÑITA
ResponderEliminarQuerida Antoñita:
Después de cierto "suceso" en el que casi me como de aperitivo a unos usurpaasientos en un cine de V.O., he descubierto que estoy un tanto "tensa" ultimamente. Creo saber que es por mi stress al estar preparando la oposición para el año que viene, ya que entre el trabajo y el estudio me quedan pocas ganas y poco tiempo para salir a divertirme y, cuando lo hago, mi conciencia me agobia con la cantinela de que tengo que irme a dormir prontito para estudiar al dia siguiente (¿¿oigo voces?? eso no puede ser sano...). Le hago caso por pesada, claro, pero eso no quita para que esté a punto de doparme comprándome botes y botes de vitaminas con gin seng.
Por esto es que te pido de corazón lo siguiente:
- ayudame a mandar a la porra a mi conciencia de vez en cuando.
- Ayudame a que el año que viene convoquen la oposición y suficientes plazas para que mi "año histérico" tenga sentido y no haya sido en balde
Gracias.
Ah! y prometo estudiar, que no quiero ser como la del chiste que ruega le toque la loto y no juega nunca.
Diossss...a mí me dormían con el duerme negrito y Gracias a la vida...ahora entiendo los años que llevo de terapia...y una canción terrible de Serrat que decía que no quería ser labrador, y dicen que lloraba desconsolada cuando la oía...pobre de mí.
ResponderEliminarMenos mal que nunca lo intentaron con el himno de la Legión.
Jo, yo también canto hasta debajo del agua, aunque no recuerdo que me cantaran mucho de pequeña, sali así de primeras. También me pongo a cantar en medio de conversaciones, afortunadamente la gente ya sabe que no es que pase de ellos, es que me han dibujado así.
ResponderEliminarSaludos en mi primer comment chispas.
Be, me dijiste que leiais todos y cada uno de los comments que os llegaban, de modo que haré uso de éste, aunque atrasado, para decir algo que me muero de ganas de decir:
ResponderEliminar"¡Qué gran post!"
Todos y cada uno, pequeña. ¡¡Graaaacias!!
ResponderEliminarGrainne,¡quédate a dormir cuando quieras!
ResponderEliminarUsuario anónimo, yo a Punset intento hacerle caso en todo lo que dice, porque me parece un sabio y un hombre encantador... Jo, que pena.
ResponderEliminarErestuuu, yo me quedo con "Amor de Hombre (que estás haciéndome llorar una vez más)". Qué grrrande.
Sheena, formación anglosajona, mooola.
Alpacas Rojas, de huesqueta por parte de medre (aunque nació en Madrid)... He pasado veranos en el Pirineo, en el valle de Gistau, en concreto. No conozco ese grupo, pero me voy a informar.
Malayerba, pues es bonito: el legionario de la canción estaba enamorado de un amor imposible, y por eso era el novio de la muerte.
Grainne, yo creo que en realidad les mola que les cantemos. Bienvenida a la commentaristariedad!!! Quédate a dormir cuando quieras!!!