Ahora tengo un novio encantador que me quiere mucho, me llama “Amó”, me hace dibujitos y me dice “vete al peo” de vez en cuando, pero una vez, hace muchos, muchos años, tuve un chungo. No, perdón, un Chungo, con mayúscula.
Era moreno, guapete, bajito, interesante, como un extraño híbrido entre Rafa Pascual y Lord Farquaad. Íbamos juntos a algunas clases, pero no nos conocimos en la Universidad sino en el bar mexicano cercano a la Plaza Mayor al que ambos acudíamos a beber margaritas. Vino hacia mí y dijo: “¿Tú no estás en mi clase de Periodismo y Ficción?”. Hablamos de profesores, de Poe (Edgar Allan), de fiestas temáticas, de los Smiths y de Londres, y nos intercambiamos los teléfonos.
Durante las semanas siguientes, mientras terminábamos los exámenes, me grabó un montón de cintas (¡parecían los 80!) de grupos ingleses molones. Entonces llegaron las vacaciones. Yo me fui a Pamplona para pasar San Fermín en casa de una amiga y luego a la playa. Él se fue una semana a Francia. Yo conocí a un colombiano guapísimo y él se lió con una francesa. Y para mediados de Agosto ambos estábamos sin pareja.
Y un día me llamó para salir. Eran las fiestas de su barrio y, casualmente, mi cumpleaños (que yo había celebrado un par de días antes). Salimos, conocí a sus amigos, bebimos mojitos y champán rosa, hablamos de La Bola de Cristal (cuando aún no había vuelto a estar de moda), de Sylvia Plath, de The Cure. Pintaba bien.
Pero yo no lo veía claro. Parecía un poco tajante al hablar.
Establecimos una dinámica de citas de lo más americana. En plan tranquilo. Salíamos por ahí, hacíamos cosas guays como fiestas toga, escuchábamos en bucle “Take this waltz” de Leonard Cohen.
Era moreno, guapete, bajito, interesante, como un extraño híbrido entre Rafa Pascual y Lord Farquaad. Íbamos juntos a algunas clases, pero no nos conocimos en la Universidad sino en el bar mexicano cercano a la Plaza Mayor al que ambos acudíamos a beber margaritas. Vino hacia mí y dijo: “¿Tú no estás en mi clase de Periodismo y Ficción?”. Hablamos de profesores, de Poe (Edgar Allan), de fiestas temáticas, de los Smiths y de Londres, y nos intercambiamos los teléfonos.
Durante las semanas siguientes, mientras terminábamos los exámenes, me grabó un montón de cintas (¡parecían los 80!) de grupos ingleses molones. Entonces llegaron las vacaciones. Yo me fui a Pamplona para pasar San Fermín en casa de una amiga y luego a la playa. Él se fue una semana a Francia. Yo conocí a un colombiano guapísimo y él se lió con una francesa. Y para mediados de Agosto ambos estábamos sin pareja.
Y un día me llamó para salir. Eran las fiestas de su barrio y, casualmente, mi cumpleaños (que yo había celebrado un par de días antes). Salimos, conocí a sus amigos, bebimos mojitos y champán rosa, hablamos de La Bola de Cristal (cuando aún no había vuelto a estar de moda), de Sylvia Plath, de The Cure. Pintaba bien.
Pero yo no lo veía claro. Parecía un poco tajante al hablar.
Establecimos una dinámica de citas de lo más americana. En plan tranquilo. Salíamos por ahí, hacíamos cosas guays como fiestas toga, escuchábamos en bucle “Take this waltz” de Leonard Cohen.
Pero yo seguía sin verlo claro. A veces sonaba elitista e intransigente.
Y un día organizamos una fiesta Barbara Cartland en casa de mi amigo I. Queríamos hacerlo antes de que la buena mujer se muriera. Todo iba a ser rosa: la decoración, la ropa, la comida, la bebida, hasta la música si podíamos. Y le invité.
Llegó con dos amigos, los tres vestidos de cualquier color menos rosa. Él concretamente llevaba una camisa de moderno de color negro que tiraba para atrás. La amiga de una amiga, nacida y criada en Andujar (Jaén) y en ese momento miembro de las Fuerzas Armadas (en concreto, del cuerpo de Caballeros Legionarios Paracaidistas) exclamó al verle:
-¡Chiquiyo! ¡Pero si llevah camisas de muhé!
La fiesta empezó con mal pie.
Decidió odiar a la Leidi Legionaria. Decidió enemistarse con el anfitrión y casi se pegan. A otra invitada le dijo que el color del que iba vertida no era rosa “sino rojo puta”. Durante los juegos de confraternización soltó tantas barbaridades que una amiga le dijo:
-Madre mía, eres neonazi.
Y el contestó:
-De “neo” nada.
Me quedé ojiplática. Cuando unificamos el sarao con los del piso de al lado, que tenían fiesta propia -aunque mucho menos rosa-, me dediqué a confraternizar con los vecinos y pasar de él bastante. Eso sí, cuando nos fuimos a dormir (3 de nosotros apretujados en la cama de I.) me pillé un berrinche monumental al más puro estilo Drama Queen.
-¡Eso era! ¡¡¡Es nazi!!!
Y además un pedante subnormal, lo que es casi peor.
No fui la única en pasarlo mal aquella noche… Mi nazi y sus amigos se ofrecieron a acercar al centro en coche a una de mis amigas. Pachi acababa de llegar de Irlanda (vive en Limerick) y se quedaba en casa de su tío. A la mañana siguiente me llama:
-Ay, Be, qué mal rollo anoche. ¡No pasaba ni un taxi! ¡Y la gente me decía cosas!
Los muy chungos la habían acercado al centro, sí, pero eligieron bien la calle en que la dejaron. Por lo que me contó dedujimos que era Montera (a todo el mundo le suena la calle Montera, ¿no?). Mi amiga iba vestida para la fiesta Bárbara Cartland, con un vestido rosa cortito con plumas en el cuello y botas -rosas también- de tacón alto. Menudos cabronazos.
-Ay, Be, qué mal rollo anoche. ¡No pasaba ni un taxi! ¡Y la gente me decía cosas!
Los muy chungos la habían acercado al centro, sí, pero eligieron bien la calle en que la dejaron. Por lo que me contó dedujimos que era Montera (a todo el mundo le suena la calle Montera, ¿no?). Mi amiga iba vestida para la fiesta Bárbara Cartland, con un vestido rosa cortito con plumas en el cuello y botas -rosas también- de tacón alto. Menudos cabronazos.
Cuánto despropósito todo junto… Y es que no era coña. Llevaba insignias que yo pensaba que eran runas pero eran símbolos nazis. Esvásticas no, cositas como éstas:
No volví a contestarle al teléfono, aunque sí le saludo educadamente cuando me lo encuentro por ahí. Pero durante meses quise matarlo.
Además, el muy chungo se quedó con mi vinilo de la B.S.O. de Barrio Sésamo, que me costó años -y un barrido a fondo de todas las tiendas de discos de segunda mano de Madrid- recuperar. En fin, un Chungo de campeonato.
ACTUALIZACIÓN: Pero vamos a ver, ¿qué puede haber más chungo que un nazi cuyo escritor favorito es Oscar Wilde (gay) y su músico preferido Leonard Cohen (judío-budista)?
El post da rabia, enfada y provoca mal karma señorita Be, pero Leonard Cohen, además, pone triste. Habría que estudiar el chungismo de Leo.
ResponderEliminarBesos
(ttrqmprj: me da que esto empieza a ser manía... ¿qué fue de las cortas?)
Ay, hijicas.
ResponderEliminarUn día haréis que me decida del todo y contaré la historia de mi Chungo...que la cosa fué tan de circo de tres pistas que hace años que lo dejamos y sigo en la fase "que felíz con mi soltería!".
Tako, pues sí, por eso he tardado tanto en animarme a escribir de mi chungo. De recuperar el buen karma ya se ha ocupado Quelitas en su comment, pero no te metas con Leonard, que puede ser triste pero de chungo nada!!!
ResponderEliminarQuelitas, eres grande, grande, grande. Millones de besitos para tí y para los 2 hombres de tu vida (me han hablado de Miquel vestido de pollito, mándame una foto por email!!!).
Gatasombra, pues anímate, que es terapéutico!!!
ResponderEliminarCuéntalo, Gata... ¡que el mundo sepa que si hace años que rechazas mis proposiciones no es porque yo no valga la pena!
ResponderEliminar(Vale, sí, en realidad también es porque no valgo la pena, jo... ^^U)
Jo, sin minimizar la chunguez de ser un nazi (que me parece mas pose e inmadurez que otra cosa), tampoco es para tanto, por una noche que se comportara como un autentico gilipollas... Yo conozco chicos perfectamente agradables normalmente, que en alguna ocasion me las han liado parecidas por cruzarseles un cable en mala hora(Broncas con los anfitriones, salidas de tono con las chicas, bordeces con todo el mundo y alcoholismo sin limite unido a comentarios horrendos -sin ser nazis ni neonazis- ojo) y bueno, salvo un monumental cabreo y 0 invitaciones mas a fiestas, la cosa no pasó nunca de ahi... Mientras el resto del tiempo no se esté mal con ellos...
ResponderEliminarSi por jodernos una noche, o quedarse nuestros discos/libros cuando le dejamos, un tio es un chungo... entonces creo que tengo unos 15 o 16 en cartera...
Eme, no seas mimoso, sí que la vales!!!
ResponderEliminarAmelie, es que en este caso era un tío que chirríaba un poco y que un día mostró su verdadero ser: un gilipollas integral. Casi se pega con el amigo en cuya casa era la fiesta, y eso que es un gay superpacífico!!! (A lo mejor era por eso).
Igual me repito, pero mejor que sobre a que falte: Amelie, Gatasombra, quedaos a dormir cuando queráis!!
Amelie, ¿tienes imán para los chungos? Todos tenemos un día gilipollas o varios, en nuestro haber... pero yo dificultosamente puedo mantener a un amigo al que no quiero ni invitar a mi casa.
ResponderEliminarCaray, la verdad es que la historia no tiene desperdicio. También yo me topé una vez con uno y menos mal que me di cuenta a tiempo.
ResponderEliminarEra un chaval bastante guapo, musculines, con un discurso elaborado y por lo que parecía inteligente. Empezó a mosquearme que un día se pusiera a hacer un elogio desmedido de lo "natural", de lo que la naturaleza determina en nosotros, muy teórico pero un tanto sospechoso... Claro, cuando acabó hablando de que nadie podía saber si realmente habían existido los campos de exterminio nazis ni de la verdad de la aniquilación de los judíos... vaya, que me eché a temblar, salí pitando y nunca más volví a quedar con él... En fin, vivir para ver, mucho loco anda suelto y sin bozal por este mundo...
Si no era el típico nazi palicero, era un imbécil y un desconsiderado, que por hacer la gracia, te revienta la fiesta y luego va y deja a una pobre tía sola en Montera, vestida de forma dudosa. La próxima vez que deje a su hermana y a su madre, a ver si así hacen carrera.
ResponderEliminarPor otra parte, si un día necesitas una historia sobre un ex-convicto o un psicópata de internet, me ofrezco a contarlas, ahora que hasta tienen gracia y todo :D
Yo creía que con mi chunga bi empeñada en montarse un trio conmigo y su compañero de piso había batido un record, pero estoy viendo que comparado con lo vuestro lo mío se queda en nada xddddd
ResponderEliminarufff, es que nazi... es muy jevi Be!! A lo mejor, con esos gustos totalmente antagónicos al nacismo, era simplemente GILIPOLLAS, que oye, tampoco es tan dierente, no?
ResponderEliminarPues yo le he visto un toque tierno al chaval y todo:
ResponderEliminarEso de mandar compañía a las putis para que no se aburran denota buen corazón.
Encontrar la calle montera denota conocimiento dle entorno.
Lo de no ser neo-nazi sino nazi a secas denota respeto por la tradición.
Diferenciar el rosa chicle del rojo puta denota talento pictórico.
Lo de las runas amor por la cultura (nórdica) clásica.
Lo de Leonard Cohen... bueno, nadie es perfecto.
NOTA: Sí, quiero un pato, ¿qué pasa? Es que es tan monoooooooooooooo.
> Eme, no seas mimoso, sí que la vales!!!
ResponderEliminar¡Eh! ¿Por qué vosotras podeis utilizar el autoescarnio como recurso humorístico y yo no?
Hale, teneis un mail con la versión redux de mi chungo.
ResponderEliminarAy, Gatito, Antígona, Gherrilheira, Neblina, Xisca... menos mal que vosotras me comprendeis. No todos los commentaristas piensan que ser nazi sea condición suficiente para ser chungo. Ni querer pegar al amigo de la chica que se supone que te gusta. Ni insultar a sus amigos. Ni dejar a una chica, a mala leche, en Montera vestida "de forma dudosa" (Xisca, gracias por la frase, y por cierto ¡queremos tus historias!!!). ¿Será que tengo poco aguante?
ResponderEliminarCapitán, el pato es de Naniano y sólo de Naniano (él lo pagó, es suyo), pero se postula usted fuerte fuerte para el monumento...
Eme, el autoescarnio es reirse de una misma contando cosas chungas, ¡no sólo insinuarlas! No, espera, prefiero no saber... Deja de reformule mi teoría en próximos comments.
Gatasombra, ¡qué grande tu chungo! Señores, sigan quedándose a dormir y leeran una de las historias más escalofriantes a la par que desternillantes.
Qué mal rollo de historia...
ResponderEliminarYo, la verdad, soy un tío abierto a casi todas las opciones personales, y casi todas las nacionalidades que ahora pululan por España me parecen interesantes y creo que aportan algo positivo...
Pero el nazismo es de los pocos casos concretos que creo que descalifican INMEDIATAMENTE a la persona que lo profesa.
Directamente.
Sin necesidad de nada más.
Osea, me la trota qué música le gusta, qué pelis vé o qué libros lee... si un tío se declara nazi, directamente pasa a mi sección de descartados ad eternam.
Y que no te extrañe lo de Leonard Cohen... su música creo que es el Ska, que, como tantísimos otros ritmos, tiene raices negras. Esto es, apalean con alegría y sin remordimiento alguno a quienes crearon una forma de expresión artística que disfrutan.
Y concluyo el coñazocomment: AMERICAN HISTORY X, de Tony Kaye (si no me equivoco, que paso de mirarlo... ese tío estuvo por aquí abajo filmando un anuncio de la ONCE hace unos años) debería ser una pinícula de obligatorio visionado en todos los colegios despaña.
Neithan, de coñazocomment nada. A mí me pasa un poco lo mismo, y es que este tio lo decía "enseriísimo". Eso sí, no creo que apaleara a nadie jamás, se limitaba a despreciarlos profundamente.
ResponderEliminarEn cuanto al SKA... pues éste era más bien de pop inglés, pero es que como "de 'neo' nada"...
A ver si lo he entendido: uno que empieza bien pero con sombra de sospecha, que se va volviendo autoritario, muestra símbolos equívocos y acaba de bronca con los gays, llamando "putas" a las tías (verbalmente y en la práctica) y quedándose con tu propiedad.
ResponderEliminarQué sutil e insinuada metáfora de la actualidad político-social.
¡Felicidades!
eeehm...los primeros "skinheads" no eran un colectivo racista; así se denominaban así mismos ciertos negros jamaicanos en Inglaterra. Y si, su musica era el SKA. Hoy en dia sigue habiendo una fuerte cultura skinhead antiracista y de izquierdas, que se solapa con rollos Mod y retro. Y su musica es el SKA.
ResponderEliminarLos skinheads de extrema derecha surgen sin embargo de la cultura Punk. Hurtan la estetica skin previa pero musicalmente son mucho mas...ruidosos. Alguna vez he oido algun grupo de White Power usar ritmo de ska (acelerado) pero tambien a Shakira.
Ejemplo
Ska Lentito de los Specials que todos habeis oido
http://www.youtube.com/watch?v=TGDQ85Dg-ss
Los Madness con un Ska mas rapido
http://www.youtube.com/watch?v=wR2oZwhFgeE
Esto es Ska y es musica Skin, solo que no e smusica neonazi...ni de lejos. Un ejemplo de esta sería esto:
http://www.youtube.com/watch?v=nY9SR-sEg-U
Notais la diferencia? Venga, una mas crudita...
http://www.youtube.com/watch?v=mGPdvo6Dry4&mode=related&search=
¿Ahora?
>>Hoy en dia sigue habiendo una fuerte cultura skinhead antiracista y de izquierdas, que se solapa con rollos Mod y retro. Y su musica es el SKA
ResponderEliminarYo más bien diría que es el OI!
Ese no era ni nazi ni pollas!!! era un inculto como una catedral y encima gilipollas.
ResponderEliminarSi te sirve de consuelo, aún no he encontrado nada decente, todos estan tontos, (que no locos, que hay una gran diferencia)
un beso y no te lamentes.
Yo también tengo uno (un nazi), digo, le pago por joderme la existencia (sin chistes, soy opositora).
ResponderEliminarUn saludo, eso sí.
A ver, chica, primero, una cosa es su comportamiento y otra su ideologia, no confundamos, segundo, que eso que has puesto es nazi?? juas! Be, lee un poquito, son runas nordicas, tienen un significado y eso es mucho mas antiguo que el nazismo, pero claro como algunas de ellas la llevaban en sus uniformes, ya son malas, por lo tanto echemos abajo la estatua de thor q hay en noruega, pq la hevilla de su cinturón es una esvastica y eso es nazi, juas juas y juas!! Una mala noche que tuvo el tio, lo que tu quieras, pero decir que eso era por ser nazi, es querer confundir el tocino con la velocidad, ademas de decir que esas runas son simbolos nazi, eso es pecar de un innecesario desconocimiento historico...
ResponderEliminarGherrilheira, Estepagrisa, Version07, besos y gracias por el apoyo moral.
ResponderEliminarAnónimo, pero qué dices, ¡las runas no son malas! Él sí era malo, bueno, malo no, sólo chungo, porque las llevaba por ser las que los nazis llevaban. Lo decía él, no yo, ojo.
Ah! Y cuando, tras soltar una charla rarísima, una amiga mía le dijo "¡tú eres neonazi!" él contestó "De Neo, nada". Vamos, que el chico era nazi, voluntaria y premeditadamente. Lo sabía y le gustaba. Así de simple.
Hola!
ResponderEliminarYa sé que es una entrada muy antigua, pero he llegado a ella a través de la "cinta de cassette" y no me resisto a comentar, en concreto, a anónimo, aunque probablemente no lea esto ya.
Vivo en Berlín hace 4 años, así que ya me he enterado de cómo va el tema. Lo neonazis han tomado toda la mitología y simbología nórdica como propia (recordemos que la raza aria eran los noruegos). Como emplear simbología claramente nazi (esvásticas,etc) está prohibido, usan runas y cosas así, o el número 88 (Heil Hitler).
Podeis ver, por ejemplo, la marca de ropa Thor Steinar, muy polémica porque usa símbolos nórdicos, que, obviamente, son legales, pero la empresa es de ideología nazi (lo niegan, pero sus principales clientes lo son).
Perdonad el rollo que os he soltado, pero viviendo aquí el tema me interesa.
Un saludo,
Isabel
Mi no entender lo de la calle Montera...
ResponderEliminar