Hace un tiempo me solía encargar yo de comprar los regalos de cumpleaños dentro de un grupo de amigos. Comprar los regalos no me importaba demasiado. Lo peor, con diferencia, era comprar la tarjeta de felicitación: Las odio, las odio, las odio. Odio los dibujitos horrendos, las fotos cursis (¿soy la única a la que las fotos de Anne Geddes le parecen espantosas?*), la variante picantona-cutre... y esas frases, ¡esas frases! Grrrrrr.
Modo Bender on-"Mataaaaarr a Geeeddeees... Matar a paaaaaaadres explotadoreeeees... - Modo Bender off
Escoger una tarjeta entre tanto espanto era una auténtica tortura, un "hazlo rápido, para que este dolor acabe YA". Sé que es una manía tonta, pero me carga mucho, así que la mitad de las veces se me olvidaba comprar la estúpida tarjeta (el subconsciente, seguro) y la otra mitad salía de la sección de tarjetas del tajo anglosajón cabreada y de mal humor. Generalmente sin tarjeta. Y pensando en qué clase de persona escribiría todas esas frases: ¿alguien cursi y medio lelo? ¿alguien con talento pero muy frustrado y alienado? ¿algún aspirante a escritor al que sólo le queda esa salida para ver sus textos impresos? (en ese caso, su frustración sólo podría compararse al de aspirante a director de cine línea-peñazo-francés al que pusieran a dirigir videos de karaoke).
Yo, desde luego, no serviría para el trabajo de escritora de chupi-frases para las tarjetas: nunca sé qué poner en las felicitaciones a mis amigos, como para que se me ocurra algo ingenioso para un montón de desconocidos. Que no, que por mucho que me empeñe, mi cetro de la cursilidad no da para tanto.
En el último cumpleaños, la homenajeada, muy alternativa ella, nos pidió una tarjeta artesanal. Puf. Bueno, nos libramos de comprarla, pero es que al final también nos olvidamos de hacerla. Y así, en el momento, Be cogió el cartón de unas medias, un poco de papel de water, se convirtió en el Macgyver de la casa y, hale, una tarjeta:
Vale, no es el colmo de la sofisticación, pero... es una tarjeta. Y no hay otra igual en el mundo (emm.. y, bueno, con el permiso de Be, MENOS MAL).
Vale, no es el colmo de la sofisticación, pero... es una tarjeta. Y no hay otra igual en el mundo (emm.. y, bueno, con el permiso de Be, MENOS MAL).
*De verdad, en vez de pensar "oooh, qué moooonos" y ponérseme ojitos tiernos mirando las fotos de la Anne esa, lo único que quiero es gritar "¡Sacad a esos pobres niños de ese puto tiesto y haced que sus padres se coman (sin aliñar) el follaje que les han plantificado en la maldita cabeza!"!. He dicho.
Ehhh... Perdón... Es que... mmmm... Ay!... Verás Be... Con todo la admiración del mundo...
ResponderEliminarmmmm... Cari! Esa flor parece un chumi!
Hay una vía mejor. Coge una felicitación cutre-horrorosa y tunéala. Solo hace falta un rotulador y muy mala leche.
ResponderEliminarLa flor sí la hice yo, y tardé 37 segundos justos. De las letras no me hago responsable.
ResponderEliminarJuanan, jijiij, si te conociera más pondría cara de perraca y te diría: "Cariño, ¿cuántos años hace que ya no te acuerdas?". Pero esa me la guardo para cuando tengamos más confianza y ya no me puedas dejar de querer. Opto por: "Chunga es, la pobre flor, pero de ahí a sacarle parecidos... jo".
Además, en todo caso la culpa sería del papel higiénico por ser de ese color. Jo.
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarpero como se os va la olla
nenas
!!!!!
me mola el blog
sí sí sí
imprescindible
lo tendré en cuenta
qué freakie soy
son las cuatro de la mañna
y yo aquí
en vez de irme a dormir leyenndo cosas de chumis y felicitaciones cursis
jajajajajajajajjaja
hala
un besote desde lisboa
Oh! Por fin! Una mujer que dice TODA la verdad! Las fotos de Anne no son ni monas ni bonitas ni originales, y la Geddes no tiene ninguna imaginación.
ResponderEliminarMisia me he convertido en (más) fan suyo.
Ale.
Besos.
Prefiero tu tarjeta artesanal que las horteradas que venden ya hechas. Estoy al 100% de acuerdo contigo... ¡¡pobres niños obesos obligados a posar!!
ResponderEliminarNunca he comprado tarjetas de Anne Geddes. Estoy en contra de la explotación infantil. Además, son más cursis que las figuras de Lladró
ResponderEliminarPues niña da las gracias de q te regalen una tarjeta cursi. En mi grupo de amigos hay una división, por q por dejadez y/o desidia, no han regalado a mi hermano nada. Ni la tarjeta cutre.
ResponderEliminarEn otro frente. A mi, esas tarjetas de los niños repollo, no me gustan, pero tengo varios familiares q si. Es más fácil y vas a tiro hecho. Para gustos los colores.
¿Y si recogemos firmas pro-video snuff con la Geddes de protagonista?Los niños que posaron para ella, ya creciditos, podrían ser los ejecutores y...
ResponderEliminarTengo que madrugar menos, ya lo sé.Odio a esa tía.
Yo una vez regalé una tarjeta artesanal con mucho cariño, en cartulina verde con un post naranja. Puse una frasecita que aunque no muy estudiada era sincera... Este post me lo ha recordado y me ha recorrido un escalofrío. Qué habrá sido de esa tarjeta... como haya pasado como con el resto, nada bueno, seguro.
ResponderEliminarMisia, cuanto me alegro de que no me hayas regalado nunca una tarjeta, y desde luego, después de leer el post, no te pediré tampoco que me hagas una! jujuju!
ResponderEliminarYo tampoco soporto a Anne Geddes y cuando tuve a Miquelet temí que con los regalos me llegara más de una, pero me libré, ni una! Con mi hermana lo que hacíamos eran o bien foto-montajes o bien con plastilina figuritas que reflejaran alguna escena digna de recordar del/la homenajead@. Lo metíamos en una caja de zapatos y quedábamos como reinas.
Misia, te veo por aquí en verano?
Fdo: quelitas
solo diré una cosa, odios las tarjetas de la Geddes. Ni me parecen bonitas, ni tiernas, ni los niños me resultan adorables.
ResponderEliminarNosotros nunca nos regalamos tarjetas. Es lo más práctico.
Pues si Anne Gedes da escalofríos, no habeis visto a la Dion con Geddes y niños y dfondo pastel!!!! Puaj!
ResponderEliminarPero si las tarjetas de cumpleaños luego van a la basura. Yo tenía tantas que las tuve que tirar. Nah, un rollo.
Así que hay un respondable tras esas espantosas fotos que llevan años colándose en todas partes... Guay.
ResponderEliminar¿Tienes el imeil de la artista por un casual?
Misia, ¿te acuerdas de cuándo tenías el cetro de la cursilidad?
ResponderEliminarLa reacción a este post demuestra que a NADIE le gusta Anne Geddes, aunque hasta ahora pocos nos atreviéramos a decirlo.
Pero salva alguna tarjeta de Garfield. Garfield es dios y sus tarjetas su evangelio (a veces).
rqiurazl
No, no, ni Garfield. Las tarjetas en sí ya son una cursilada. Lo que hace esta señora es una crueldad.
ResponderEliminarSe ha muerto el Fary (ése no me emocionaba, Somófrates)
Anne Geddes debería morir y su obra toda ella eliminada con lanzallamas. Peazo cursi, Dios mio.
ResponderEliminarEfe,Google-Fu. Ya sabes.
ResponderEliminarSiempre está la solución de recurrir a algún ilustrador/diseñata conocido para que te hagan la tarjeta personalizada.Yo recurro a mí misma de vez en cuando y me gusta lo que hago (jojo qué chispa tengo oigan).
Es que Misia ha colgado la foto de la tarjeta-reciclaje, pero normalmente hago cosas más chulas, en serio... ¡¡¡Misi, di algo!!!
ResponderEliminarJo...
ResponderEliminarHasta que no he leido lo del Cetro de la Cursilidad pensaba que era un post de la perri... Tanto matar y estres...
jijiji
Me uno a ese odio generalizado hacia la Anne esa y sus crios repollo.
ResponderEliminarEntre mis amigos lo que hacemos es elegir la felicitación de los 20 duros más hortera que encontramos y escribir nosotros a mano lo que queremos. Competimos por encontrar la más fea entre las feas y con cada cumpleaños nos vamos superando.
Jajaja... no tenéis sentimientos jajaja... No, que era bromita... NO me miréis así, jijiji...
ResponderEliminarHe de confesar que yo -SI, YO- hice fotomontajes con fotos de niños de la Geddes y mis propias sobrinas. Hace años. Lo siento. Lo confieso, lo confieso, jo!! En ello ya va incluida la penitencia!!
Estoooo... A mí si que me gusta -también- la tarjeta de Be. El churrusquiflor es la mar de original. Con las letras, -si no has sido tú, Be, di quién- se hubiera podido estirar más, no sé...
¿Puedo pediros que os paséis por mi humilde humildísimo blog (cochino, os aviso) a dar vuestra -para mí, MUY valiosa- opinión?
(qué pelota, jeje)
pues eso. No sé si había hecho nunca un comentario tan largo. Cómo mola. O no, no sé. Da igual. Necesito sexo!!
(¿lo he dicho? ¿lo he escrito? Se "m'escapao"....
Jajaja, en defensa del honor de Be, hay que decir que la tarjeta fue hecha en dos nanosegundos, con cutre-material y que NO, esa no es su letra (ni la mía, que dicho de paso es aún peor que esa).
ResponderEliminarY que alivio, me sentía mala persona por odiar estas tarjetas de la Geddes.
Por cierto, cabezadeanxo, bienvenido y quédate a dormir cuando quieras.
(¡quelitas, voy en agostoooo, a mediados!)