Ya he vuelto de Francia. Me fui hace un par de semanas con ese pequeño gran coche que es mi Bichito y poco dinero. Como consecuencia directa de lo segundo, Bichito iba cargado de tienda de campaña, sacos de dormir, aislantes, camping gas y comida enlatada, ensobrada y/o deshidratada comprada en Carreful (lo sé, marca francesa... todo vuelve al origen). Todo en plan muy cutre, porque la economía está fatal y si el plan elegido era el de hotel, no llegábamos ni a Biarritz.
Como ya os conté, yo de francés no hablo ni una palabra. Así que cuando el Anómalo me dijo "eh, que yo sé hablar francés", me lo llevé. Misión: copiloto, manejo de tontón y, sobre todo, intérprete. Bueno, y ya que estaba allí, hacer la cena en el camping gas, dar martillazos a las piquetas de la tienda de campaña, aplicar sus habilidades en el tetris para cargar el maletero... Yo lo llamo acompañar en un viaje, él lo llama explotación... pequeñas diferencias semánticas sin importancia.
Hemos estado dos semanitas recorriendo Francia (no hemos ido a París), desde el País Vasco Francés hasta Normandía y Bretaña, llegando a Rouen y el Mont Saint-Michel, pasando por la Dordoña o el Valle del Loira. Yo entusiasmada de lado a lado y de iglesia a iglesia y martirizando al Anómalo hablándole de arbotantes y de arcos apuntados. Le llevé a ver tantas iglesias góticas, que ya se plantó:
- ¡No puedo máaaas! Ya hemos visto chopocientas iglesias, ¡hasta sé mejor que tú misma qué c*** es el gótico flamboyant!
- Jo, Anómalo, lo siento, tienes razón.
Y le llevé a ver iglesias románicas.
Han pasado varios días desde nuestro regreso y de vez en cuando aún se le pierde la mirada en el infinito, una voz profunda le sale de no sé donde y dice como en trance:
- En ocasiones veo iglesias francesas.
Pero se le saca del trance con un buen grito y ya está.
Hemos estado en un montón de sitios, pero elijo alguno de los míos:
- La duna de Pyla: es una duna graaaande, mide kilóooooometros y, como avanza, se traga hoteles. A ver si avanza un poco más y se traga los puestecitos de alrededor que venden souvenirs horteras. Rodeada de mar y pinos, es todo lo que una duna podría querer llegar a ser.
- La Catedral de Chartres: sin palabras. Es tan bonita, tan impresionante, tan... ¡gótica! Lo mejor es que cuando llegamos había un concierto de órgano que multiplicó por tres el efecto. Entre la música y las vidrieras parecía que estaba en otra época.
- La casa de Monet en Giverny: jardines y gente. Nenúfares y japoneses. Sauces y cámaras fotográficas. Casa de Monet y turistas alemanes. Pero aún así, es precioso.
- Saint Emilion: pueblecito medieval rodeado de viñedos. Yo me quiero ir allí a ser terrateniente en un chateau de esos, a caminar con un vestido vaporoso y pamela entre los viñedos y a vivir la vida. Jo.
En resumen: hemos recorrido unos 3500 kilómetros en dos semanas, la gente ha sido encantadora, hemos pateado un montón de ciudades francesas y cuando la economía lo ha permitido hemos comido galettes, croasanes con almendra, terrine y algún plato raro del cual no debía haber sabido nunca la traducción. También hemos probado vinos muy buenos (oh, gracias, catas gratis de promoción). Pero después de dos semanas de viaje y de conocer no sé cuantos suelos de camping, llegamos a Madrid hechos un asco (nos planteamos meternos en la lavadora tal y como llegamos, pero el coche no cabía) y cansadísimos; tanto, que nos hemos tenido que tomar unas vacaciones de las vacaciones y nos hemos venido a Palma, a descansar un poco. Hale.
Si me lo fueras dicho antes, te fuera enseñao lo que yo aprendí de frances útil: "escusemuá-sorry" y ya sigues y "Ye suí pegdí". Tremendamente útil.
ResponderEliminarOhhh, Chartres...Allí sí que estaría yo propio cual gárgola, jajaja...
ResponderEliminarQue envidia, jo. Yo no me canso nunca de ver iglesias góticas asi que si otra vez necesitas entusiasta compañera de viaje...eso sí, de clavar piquetas no se nada de nada.
ResponderEliminarAle disfrutad de las vacaciones de las vacaciones.
besukis!
el Anómalo no habla francés, yo lo comprobé en Túnez. te lo dijo para intentar aprovecharse de ti, espero que no lo haya conseguido.
ResponderEliminar!Que viaje tan maravilloso!; me gustaria escribir más pero la envidia me lo impide.
ResponderEliminar¡Gente encantadora! Mierda de globalización, está echando a perder lo más franncés de los franceses: la mala educación.
ResponderEliminarJo... qué bonito... aunque yo fui a París, que tampoco está mal.
ResponderEliminarTodo es falso: lo que veo en ocasiones son dunas... que se felpan todas las iglesias románicas, góticas y flamboyanes.
ResponderEliminarEdu-im, por supuesto. Lo de Túnez sé que lo dices con el resentimiento de que fuiste el único del viaje con el que no dormí. Pero te perdono.
dczxfggv
Gato, yo ni siquiera he llegado a lo de "perdí".
ResponderEliminarDavgard, y tanto. Aunque mejor en otoño o invierno, que hacía un solazo que derretiría a cualquier héroe del mal.
Sheena, jajaja, ¿también eres experta martirizadora de acompañantes?
Edu-im, vaya si se aprovechó de mí: los 3500 km los hice yo al volante.
Gaby, sí... aunque no echo de menos la "suavidad" del suelo francés a la hora de dormir.
Achab, será cierto, porque la gente ha sido muy amable y educada. O quizás es que a los bordes los encierran en París, que está lleno, según mi experiencia de otros viajes.
Guandarr, sí, es una preciosidad.
Anómalo, en la batalla duna-catedral de Chartres, no está nada claro la vencedora, lo siento.