El otro día me dejaron por primera vez el coche de empresa. No es un coche excesivamente grande, pero es de una marca alemana molona y tiene chopocientos caballos más que mi bichito. Que conste que no me quejo de mi coche, aunque reconozco que más que una manada de caballos, él tiene un par de burros en su interior. A veces eso tiene sus ventajas, porque es prácticamente imposible que me pongan una multa por exceso de velocidad, ya que para que el cuentakilómetros pase de determinadas cifras hay que pisar a fondo el acelerador, jalearle ("¡vamos, bichito, tú puedes!") y, lo más importante, agarrar fuerte el volante, inclinarse hacia el salpicadero y poner cara de velocidad. Pero a veces se echa de menos la potencia, yo que sé, y me apetecía conducir el cochazo.
Bueno. Pues me senté en el cochazo y lo intenté desaparcar. JA: ¡no tenía marcha atrás! Había desaparecido de donde se suponía que tenía que estar (atrás, a la derecha) ¡¿Dónde se habían llevado la marcha atrás?! ¿O es que estos alemanes son de la filosofía de “nunca ir hacia atrás, ni para coger impulso"? Exploré, y en el diagrama ponía que ¿igual que la primera? La primera es la primera, ¿no? Probé, y efectivamente el coche iba hacia delante. Tiré hacia arriba. Nada. Empujé hacia abajo. Nada. Volví a tirar hacia arriba. Nada de nuevo. Me imaginé entrando a la oficina, diciéndole a la jefaza que me había dado las llaves “no sé dónde está la marcha atrás” y aguantando el choteo pertinente. Mi orgullo me lo impidió.
Bueno. Pues me senté en el cochazo y lo intenté desaparcar. JA: ¡no tenía marcha atrás! Había desaparecido de donde se suponía que tenía que estar (atrás, a la derecha) ¡¿Dónde se habían llevado la marcha atrás?! ¿O es que estos alemanes son de la filosofía de “nunca ir hacia atrás, ni para coger impulso"? Exploré, y en el diagrama ponía que ¿igual que la primera? La primera es la primera, ¿no? Probé, y efectivamente el coche iba hacia delante. Tiré hacia arriba. Nada. Empujé hacia abajo. Nada. Volví a tirar hacia arriba. Nada de nuevo. Me imaginé entrando a la oficina, diciéndole a la jefaza que me había dado las llaves “no sé dónde está la marcha atrás” y aguantando el choteo pertinente. Mi orgullo me lo impidió.
Así que respiré y lo intenté de nuevo. Pero cada vez que lo intentaba, el coche daba un bote y me acercaba un poquito más al coche de delante: ¡el del supermegajefazo!. Después de cuatro intentos, con el morrito ya pegado al de delante, con sudores fríos y sintiendo el despido sobrevolar mi cabeza, conseguí que fuera hacia atrás.
A todo esto, cada vez que metía la marcha errónea y cada vez que hacía una maniobra, el coche armaba una escandalera impresionante, quizás porque pisaba demasiado el pedal. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: llegó un megajefazo con su coche y se puso a mi lado para aparcar en el hueco libre. Primero me miró con cara de incredulidad. Después con sorna. Finalmente, oía sus carcajadas.
Cuando conseguí salir del aparcamiento, le miré con cara de triunfo, con una enorme sonrisa y la cabeza alta, obviando los minutos anteriores. Pero creo que canté victoria demasiado deprisa, porque con el triunfalismo me despisté y al hacer la última maniobra, el cochazo se caló. Y el jefazo desapareció de mi vista, creo que desmayado de la risa.
Así que volví a poner en marcha el trasto aquel y me escabullí sin echar la vista atrás, añorando a mi bichito, con remordimientos por haberle sido infiel y haciéndole mentalmente promesas de amor eterno.
Post-post: marcha atrás, potencia, infiel, remordimientos... ¡Dios, creo que soy la chunga de la vida de mi coche!
A todo esto, cada vez que metía la marcha errónea y cada vez que hacía una maniobra, el coche armaba una escandalera impresionante, quizás porque pisaba demasiado el pedal. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: llegó un megajefazo con su coche y se puso a mi lado para aparcar en el hueco libre. Primero me miró con cara de incredulidad. Después con sorna. Finalmente, oía sus carcajadas.
Cuando conseguí salir del aparcamiento, le miré con cara de triunfo, con una enorme sonrisa y la cabeza alta, obviando los minutos anteriores. Pero creo que canté victoria demasiado deprisa, porque con el triunfalismo me despisté y al hacer la última maniobra, el cochazo se caló. Y el jefazo desapareció de mi vista, creo que desmayado de la risa.
Así que volví a poner en marcha el trasto aquel y me escabullí sin echar la vista atrás, añorando a mi bichito, con remordimientos por haberle sido infiel y haciéndole mentalmente promesas de amor eterno.
Post-post: marcha atrás, potencia, infiel, remordimientos... ¡Dios, creo que soy la chunga de la vida de mi coche!
Sí, malditos alemanes y sus estúpidos cochazos. Te entiendo perfectamente.
ResponderEliminarHacen sus cajas de cambios creyendo que aquí todos sabemos hacer ecuaciones diferenciales complejas, o algo...
Gracias por tu post! Voy a posponer presentarme al práctico por 3ª vez hasta después del verano por lo menos, total, ¿será que somos más de chófer, no?
ResponderEliminarAHHHJAJAJAJAJA! lo veo! lo veo! cómo me he reído! Si necesitas ayuda, hablo con mis padres!!!! ju ju ju
ResponderEliminarFdo: Quelitas
A mí me sigue quedando la duda de cómo se hacía finalmente lo de la marcha atrás... me refiero al coche alemán ese. Si es alemán supongo que sería empujando hacia abajo la palanca, pero dices que hacia abajo no, hacia arriba tampoco... No se me ocurren muchas alternativas, salvo lo que commentan de las ecuaciones diferenciales complejas.
ResponderEliminarAh, y no son solo los coches alemanes, algún primo de bichito también lleva la marcha atrás junto a la primera... A mí una vez se me acercó una chica para preguntarme cómo se ponía la marcha atrás, que como yo tenía un coche de la misma marca francesa... Con un coche francés nunca has pedido ayuda, ¿no?
Aypordios.. esos alemanes.. como se complican la existencia con los vehículos
ResponderEliminarPor lo que leo deduzco que llevabas un BMW de esos en los que la marcha atrás es casi casi lo mismo que la primera, pero tirando de la palanca de cambios con un poquito de mala leche, nop?
ResponderEliminarYo los adoro XDDD
Mujer! Que no eres la primera a la que le pasa. No sé si estarás hablando de un BMW, pero la maldita marcha atrás está un pelín más a la izquierda que la primera.. pero para poder meterla tienes que forzar y como te da la sensación de que estás forzando la palanca como no deberías, no lo haces. Por motivos de trabajo los conozco, no sé si te servirá de consuelo, pero creo que eso les ha pasado a todos lo que he visto poner en marcha por primera vez un BMW. Una amiga, sin ir más lejos, me llamó desesperada porque no podía sacar del aparcamiento uno que debía mover para hacer un favor.
ResponderEliminar¿Sabes qué te digo? Que molan, pero que mucho cochazo, pero yo pa mí me quedo con un Peugeot y me sobra.
Atención, pequeño concurso: cuántas veces he repetido "pero" en el comentario anterior? A ver si releeo antes de darle al botoncito, grumpf.
ResponderEliminarp.d.: PERO
Querida amiga: como todo buen orko sabe, los coches pintados de rojo corren más.
ResponderEliminarVaya !!! A mi me pasó también con el coche de empresa de mi marido... no sabía que hacer, pero de todo se sale!!! Lo malo es que haya alguien viéndote , parece que nunca llega el final.Yo cuando me pasan esas cosas pienso en que tienen razón los tíos cuando dicen que las mujeres al volante... pero sólo en esos momentos ,que conste
ResponderEliminarVamos, vamos, vamos. Estos alemanes, siempre poniendo las cosas difíciles...
ResponderEliminarJajaja! Genial. Yo hubiera abierto la ventanilla con una enorme sonrisa y le habría dicho al jefe: "Ramón, enséñame a meter la marcha atrás que no hablo alemán".
ResponderEliminar>"Ramón, enséñame a meter la marcha atrás que no hablo alemán"
ResponderEliminarVaya, el otro día estaba leyendo una revista (que compro exclusivamente por los artículos tan interesantes que trae) y me encontré con un relato que empezaba así.
yo conozco a uno que cogió la furgoneta de empresa, eso sí, de marca alemana muy cara, y la estrelló dos veces en el mismo día, el primero que la cogía. afortunadamente para él fue rápido y consiguió otro trabajo antes de que le echasen
ResponderEliminarO un Opel de los que tienes que subir con dos dedos una especie de anillito...
ResponderEliminarVale, además de chunga automovilística eres una fresca.
Somo, Elena, Inner girl, ya veis, los alemanes fastidiando a las misias españolas.
ResponderEliminarSil, yo me pasé al bando chófer hace tiempo y no está tan mal. Anímate y suerte!
Quelitas, voy dentro de una semana, así que ya que me den un par de lecciones.
Sr. Paquito, era hacia abajo, pero no le encontraba el punto. Y no, con el francés no tuve que pedir ayuda. Con el coche, digo. Porque con... el idioma, pues sí.
Anónimo, Bereni-c, no era un bmw, no era tan molón, era un volkswagen. ¡pero es que parecía que me iba a cargar la palanquita de marras!
Martielen, lo de tener espectadores hace que el tiempo se alargue como los hilos de chicle.
e. martin, jajaja.
Be, entonces sí que no podría volver a la oficina.
Edu-im, eso tenía en la cabeza cuando veía acercarse peligrosamente el coche del jefazo.
Achab, jajaja, pero al menos soy una fresca motorizada.
¿Por qué? ¿Por pedir ayuda para entender el cambio de marchas... o tengo que ponerme a gritar "mente limpia mente limpia"? ¿Tú también, hija mía?
ResponderEliminarE.Martin, es usted un cochino. ¡Los artículos, dice!
Yo me sé de uno con coche ajeno que, como no sabía dar la marcha atrás, salía y lo empujaba por el morro. Así que los hay peores.
ResponderEliminarAdemás, seguro que era un gasolina y se oyen horrorosamente. Con lo bonito que ruge un diesel...
jajja....a diesel t refieres tractor no???....xdxdx...donde este un gasolina a 6500 q s quite una mierda de diesel a 4500 y a puntu de quemar.....jajajaj
ResponderEliminar