lunes, junio 02, 2008

Mujeres de culebrón

El otro día cayó en mis manos un libro llamado "mujeres de culebrón". En él se relatan las idas y venidas de las protagonistas de los culebrones que más éxito han tenido en España: los ricos también lloran, cristal, pasión de gavilanes o sin tetas no hay paraíso.


Con una simple ojeada, me he enterado de cosas tan, em, interesantes como que el nieto de Verónica Castro se llama Mikhail Zaratustra (¡¡¡!!) , que a ella le robaron las maletas en Moscú (las catorce que llevaba) e hizo una petición "al pueblo ruso" y le devolvieron trece o que Betty la fea se estaba divorciando en la vida real del diseñador gay que la odiaba en la serie (y fuera de ella) y que la llamaba moscorrofio. Vamos, que no sé cómo he podido vivir sin toda esa cascada de datos. El libro es mezcla de "Lecturas", con "Telenovelas" y con "qué fue de...", un tanto raro y rancio, pero que por eso te deja ahí, pegada, sacando lo peor de ti.

Y cuando estaba ahí, riéndome de mí misma por ser tan lerda de haber dedicado quince minutos al libro, me di cuenta de que, a pesar de que siempre me he reído de las telenovelas y sus tópicos (los luis Alfredos, los maquillajes dragqueen de las protas de los años ochenta y noventa, sus cardados, las malas tan malas y todas esas cosas) pues bueno, alguna vez he caído con los dichosos culebrones. Porque por lo general las telenovelas no me gustan, pero siempre han estado en mi vida y alguna me he tragado (ahora mismo Misia está tapándose los ojines con los dedos, a modo de banda negra, para que no se la reconozca).

Cuando yo era pequeña, Dolores, la chica que nos cuidaba, estaba enganchada a "Los ricos también lloran" que ponían en la tele por las mañanas. Como yo era una niña muy repelente y cansina que no se metía un bocado en la boca si no le leían un libro o le contaban un cuento, la pobre Dolores optaba por contarnos las desventuras de Mariana, la prota de la telenovela. Y los días que estábamos enfermos, nos enchufaba la tele, así yo le puse cara a todas esas historias. Lo que es la memoria, sólo me acuerdo de la tía escondiéndose entre balas de paja en la cabecera y de Ramona, una criada de la familia que era medio bruja y operaba con calaveras y pócimas (o eso recuerdo) y que me daba mucho miedo.

Más tarde yo no me enganché a Cristal, que fue la causante del gran boom aquí en España, ni al resto de telenovelas con nombre de mujer-joya. La única que medio vi, al irme a vivir con mi abuela con diecisiete años, fue "agujetas de color de rosa", de la que no me acuerdo de nada, excepto de que iba de patinaje y de que no vi los dos últimos capítulos. Supongo que era mala a rabiar, para que se me haya hecho semejante agujero en el cerebro.

Creo que la única telenovela que he visto más o menos entera es "Betty la fea", que sí, me gustó (aunque no llegué al umbral de enganche de una amiga mía, que dejaba las clases de doctorado a medias para irse pitando a casa a ver a Betty). Me reía un montón y los personajes molaban (esa rubia tonta, ese diseñador snob, el plantel de las feas). Y claro, la historia de amor. Ains.

La protagonista de la versión española de Betty la fea también está en el libro, pero lástima que se haya publicado ya, porque a la autora no le ha dado tiempo a incluir a la nueva mujer de culebrón: Be. No, la nuestra no. Como en la serie la fea va a dejar de ser fea y se marcha y hay que alargar el asunto (supongo que para amortizar su revista), se han buscado a una nueva Beatriz, esta vez guapa, que tiene que demostrar que vale mucho, más allá de su físico, y que se hace llamar Be.

Pero que sepan que a la genuina y original Be la tenemos aquí. Ea.

6 comentarios:

  1. Todo el mundo sabe (o debería saber) que la auténtica BE televisiva es es la Esteban, la de El Programa de BE.

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  2. Zorras robanicks!!! >_<

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  3. no viste cristal? yo estaba en un campamento y corríamos 4 kilómetros hasta la televisión más cercana!! (corríamos porque si llegaban antes los chicos nos ponían el tour de francia)

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  4. ¿Culebrones? ¡Que vulgaridad! En mi casa se veía Falcon Crest, porque aún hay clases, y yo era fan de Richard Channing con mis siete añitos clavados (hay que ver para todo lo que dio el secuestro de su hijo).

    Por cierto, no sé qué es peor: si el libro ese o el que me estoy leyendo yo sobre Richard Cuclinsky, (a) el Hombre de Hielo. Edificante que te cagas...

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  5. Yo recuerdo la imagen de las balas de paja siempre que oigo o leo algo de "Los Ricos También Lloran", pero no recuerdo nada más. Me pasa lo mismo con "Doña Bella" y su caballo...ains.
    Las que si recuerdo son "Falcon Crest" y "Caballo Viejo".

    Salud.

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  6. Yo me tragu� dos: Cristal y Topacio. Topacio era la ciega pava aquella, a la que se le iba y ven�a la vista seg�n las emociones, que estaba enamorada de un chico con el pelo ca�do en la cara como un tonto y que ten�a obsesionado a un m�dico chungo con media cara quemada. En Andaluc�a caus� furor...

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