miércoles, agosto 27, 2008

London Calling


Londres, 2002. Una joven Be recién licenciada aterriza en Heathrow cargada de maletas. La excusa: investigar para su tesis en literatura inglesa. La esperanza: con suerte, aclarar sus ideas y, con aún más suerte, encontrar tema para la p*ta tesis. La realidad: un año de paseos, mercadillos, musicales, viajes, amigas y felicidad...

No, no me voy a dejar llevar, porque de esto ya he hablado por aquí. Pero es que en esa ciudad están algunos de mis sitios preferidos en el mundo y hacía mucho que no iba, así que cinco días después de volver de Cuba subimos a otro avión.

En estos seis años sin mí, en Londres han cambiado algunas cosas. Los precios han subido un poquitín (pero la libra ha bajado frente al euro así que casi estamos en paz), el Virgin Megastore de Picadilly ya no se llama Virgin sino Savvi, han peatonalizado algunas zonas, hay unas cuantas obras por las calles y han cambiado de teatro Los Miserables.

Por lo demás, sigue molando igual. El Big Ben y el Parlamento siguen estando en el mismo sitio.

La casa de la Reina, también. Ella estaba de vacaciones pero a cambio había como ocho millones de turistas.

El parque de St James, con una de las vistas más bonitas y cursis de la ciudad.

Quizá más de una.

La National Gallery (cuyo lado que da a Trafalgar Sq es una de las zonas peatonalizadas).

Fanes de ABBA (o de mi novio, una de dos).

Y como Londres era un musical y lo sigue siendo, fuimos a ver Avenue Q.





Y como ya no soy tan superpobre como cuando vivía allí, las entradas eran buenísimas.

Aparte de ver Londres y ver un musical, fuimos de librerías. Exploramos Waterstone’s (la segunda librería más grande del mundo), el mercado de libros del Southbank, Border's, WH Smith, una charity shop de Oxfam especializada en libros… y por supuesto Charing Cross Road. Allí, que hay de todo, entramos en varias tiendas –unas de libros nuevos y otras de libros ya leídos por otras personas– pero por algún extraño motivo no entramos en ésta:

Ni en ésta tampoco:

También descubrimos que en el número 84 de Charing Cross Road ahora hay un Pizza Hut. Y yo sin mi bate de purpurina.

Entre tanta librería también hubo tiempo de ir al Santo Grial de nuestra expedición…

No, esto no.

Ni esto.

¡Esto! ¡El "Cult Entertainment Megastore"!

La impresión que da Forbidden Planet es que tienen de todo. Ciencia Ficcion y Fantasía…

Tolkien…

Dragones y Mazmorras…

Cosas de chicos…

Y cosas de chicas…

Y no es que tuvieran dos baldas, no, es que tenían una estantería de dos cuerpos dedicada íntegramente al género (y los libros de Stephenie Meyer ni siquiera estaban en esa sección).

Desde hace unos meses me he aficionado al género, sigo varias sagas (la de Betsy la vampira que ama los zapatos, más conocida como Undead –placer culpable que me regalo por influencia de Tama–, y la de Tetas y Vampiros –que no se llama así sino Southern Vampires Mysteries– por culpa de Sark que trajo el piloto de la serie de la HBO a casa) y estoy a punto de empezar otras (las que compré en Forbidden Planet y otra que tengo pedida por Amazon que lleva a una súcubo de prota). Y para mí que Buffy tiene mucho que ver en esto, como cazavampiros por excelencia (en mi opinión si no hay butt kicking, no es una buena historia) y como 50% de la mejor historia de amor con vampiro.

Estuvimos en otras dos tiendas de tebeos, una de números viejos que olía a polvo de siglos y otra muy mona enfrente del British que me moló mucho.

Durante el tiempo que viví en Londres me inventé distintos itinerarios para conocer la ciudad según cómo fueran los amigos que me visitaban (el moderno que nunca ha estado antes, la adicta a los mercadillos, los pesados de los museos, la que no le gusta andar, el fan de los Beatles, la vegetariana que se volverá loca con las ardillas de los parques, el obseso de la fotografía, la que quiere ver el anillo que le regaló Dodi a Lady Di). Lo que no había hecho nunca era una ruta de librerías.

Parece que fue un éxito: volvimos a España desde Gatwick, con miles de kilos de papel en el equipaje y… adivinad qué. En el duty free había más librerías ¡y también cayeron varios! Eme A se compró tres biografías de luchadores libres (lo que dejó en cinco el saldo total del viaje).

martes, agosto 26, 2008

Vacaciones en Roma


Hace poco he estado en Roma. Si la llaman "La Ciudad Eterna", por algo será. (Y no es precisamente porque los camareros tarden la vida en atenderte).

Como me encantan las listas, voy a dar una serie de razones por las que visitarla:

1- Porque los camareros te dibujan un corazón con la crema del capuchino.

2- Porque muchos domingos puedes ver, a lo lejos y en pequeñito, a un señor que se cree infalible (y no es tu jefe).

3- Porque puedes admirar en persona las estatuas que has estudiado en Historia del Arte.

4- Porque los carteles te guían a sitios de película.

5- Porque Roma, al revés, se escribe "amor".

6- Porque éstas son las vistas de camino a cenar al Trastevere.

7- Porque las cabinas te recuerdan que llames a casa.

8- Porque los carabinieri paran el tráfico para que dos chicas puedan cruzar la calle por donde les dé la gana.

9- Porque la cantidad de arte que hay en la ciudad es gigante.

10- Porque hasta los mosaicos del suelo te saludan


Éstas son algunas razones. Pero hay mil más.

Dedicado a Ana, la mejor guía de Roma y de torsos romanos que una pueda tener.

sábado, agosto 23, 2008

Cuando salí de Cuba


Ya he vuelto. Renovada, descansada, mejorada… y exactamente dos tonos de Pantone más morena.

De Cuba nos hemos traído arena de playa en la maleta, humedad ambiental caribeña en la ropa, unos cuantos megas de fotos, ron, puros (para mi padre) y mucha felicidad. Os cuento el viaje con poco texto y muchas fotos.

La ida fueron diez horas y media con una escala en las Azores para repostar. Nunca había hecho un vuelo tan largo, así que iba provista de libros, revistas y drogas varias para todos los males posibles. Al final las drogas no nos hicieron falta, entre Diablo Cody, el ¡Hola! de Brangelina y sus retoños y lo rara que es la gente.

Resulta que estaban todos tan obsesionados con el síndrome de la clase turista que quisieron seguir los consejos de los expertos que recomiendan pasear en el avión… y decidieron ir a Cuba andando.

En serio, creo que hubo gente que no se sentó. Y encima les parecía mal que protestaras porque no te dejaban ver la peli (Jumper) con su cabezón de peregrino. Entretenidísimo.

Tal y como me habían dicho, también a través de los comments de este blog, me ha encantado La Habana.

"Nos" ha encantado. Claro que, ¿a quién no? Es absolutamente espectacular.






Precioso. Mi Amó decía que si ahora es así cómo sería en los cincuenta. Con Al Capone vivíamos mejor.

Alguna de la gente que hemos conocido:

Hice esta foto (tras pedir permiso) sin darme cuenta de que el hombre es el mismo que sale en la portada de mi guía Lonely Planet. Si por cada foto que le hacen le dieran un peso (convertible), sería uno de los más ricos de Cuba.

Éste se llama Ernesto y está por todas partes.

Ésta es Mildelis, que estaba (guapísima) haciéndose fotos para celebrar su Fiesta de Quince (años).

Éste es San Batman. Bueno, en realidad es Fray Junípero Serra, pero ¿a que parece?

Y, tras patearnos La Habana, comer langosta, camarones, ropa vieja, frijoles, arroz congrí, mariquitas y hasta helados en Coppelia, y beber mojitos, daiquiris y hasta el agua fresquísima pero de origen dudoso que nos dio un gallego de lo más simpático en una "Casa de Aguas" de la Plaza de Armas (al final, sin consecuencias), nos fuimos a Varadero.

Por el camino, volvimos a ver a Ernesto:

Y tanto que vive: está por todas partes.

Nuestro hotel estaba muy cerca de la casa de Al Capone. Ésta era la vista desde nuestra ventana:

Y éste, el vecino al que había que tener cuidado de no atropellar, porque cruzaba el paseo sin mirar.

El resto del tiempo fue de relax total: arena blanca, mar de color turquesa y cosas ricas de comer y de beber. Mi amó, por ejemplo, descubrió una bebida que le ha encantado: la piña colada. Teniendo en cuenta que no aguanta el alcohol a partir de la tercera cerveza, menos mal que no nos quedamos a vivir allí.

Porque al final tuvimos que volver a España. Eso sí, en plan Luis Aguilé.



Sin corazón y destrozados: al que me diga que eso del jetlag no existe, le arreo con mi bate de purpurina. A la ida no tuvimos mucho problema, pero a la vuelta… Aterrizamos en Madrid un jueves por la mañana después de 8 horas y media en el avión y con unas tres horas de sueño entre los dos. Nos costó varios días recuperarnos.

Luego cumplí años (31), y cuatro días después… otro avión y a Londres (es que este año ha sido duro y necesitaba supervacaciones). Habrá continuación.

martes, agosto 19, 2008

Conociendo a Carlos

La semana pasada me fui al museo del Prado con un amigo, para ver la exposición del Retrato del Renacimiento. La exposición está bien, han traído cuadros y esculturas muy chulas y merece la pena acercarse al Prado para verla. Además, si aún no conocéis la ampliación, es una buena ocasión para verla (aviso, a partir de las 6 de la tarde de martes a viernes la entrada al Prado es gratuita, hasta las 8 da tiempo para ver la exposición. También es gratis los domingos por la tarde).
Volviendo a la exposición, hubo varias obras que me llamaron muchísimo la atención. Una de ellas este autorretrato de Sofonisba Anguissola (una de las pintoras más destacadas del Renacimiento, que trabajó en la corte de Felipe II). El autorretrato es maravilloso.

El otro momentazo de la exposición me lo dio Carlos V. En una de las rotondas de entrada del Prado suele estar la escultura “Carlos V venciendo al furor”, de los Leoni y en ella se ve al emperador aplastando y pisoteando al furor, que se retuerce bajo su pie, mientras él permanece impasible y sereno.

Yo había leído que una de las particularidades de la escultura es que la armadura de bronce se puede quitar, dejando al emperador desnudo, como si de un héroe griego se tratara. Siempre le había visto decorosamente vestido (parece ser que sólo le quitan la armadura el día de los museos, el 18 de mayo), pero en la exposición… ¡LE HAN DEJADO EN BOLILLAS!

Vale, hay que entender que he explicado mil veces esta obra a mis señoras, que nunca la había visto sin la dichosa armadura y que ya me picaba la curiosidad. Pero reconozco que ir diciendo por la exposición "Jijijijiji, ¡le he visto el culillo al emperador Carlos!", ante el estupor de mi amigo, hace poco por mi reputación de historiadora seria y profesora formal.

P.D.: ¡Me han regalado un cerdo!

miércoles, agosto 13, 2008

Mamma Mía!

Este post no contiene spoilers. Aunque no sea una peli que se pueda chafar con muchos spoilers, la verdad.

El lunes me fui a ver Mamma Mía. Os la recomiendo, aunque no sea el peliculón del mundo mundial por varios motivos:


Uno) La peli está ambientada en las islas griegas. Sólo por ver ese paisaje mediterráneo, ese mar, esa luz... aaay (se nota que aún sigo currando y que no estoy de vacaciones, lo sé, se me caía la babilla ante la pantalla y me hubiera gustado teletransportarme a s´illa).

Dos) Colin Firth. Por dios, el señor Darcy de nuevo en nuestras pantallas. Ver a este hombre siempre hace suspirar en bloque a este blog. Parece ser que ha definido su voz cantando como a medio camino de la disculpa de un borracho y un problema de cañerías. Pero da igual. Es Colin Firth. Es el señor Darcy. Es el señor que tuvo la maravillosa historia de amor con la portuguesa en Love Actually (lo sé, soy lo peor, pero es que es taaaan mono). Qué más da que cante mal.


Tres) Ver a Meryl Streep hacer ese papel. La súperactrizsúperseria no sólo canta y baila, también hace bastante el ganso. Mola. Aunque debería quemar el pantalón de peto que le plantaron para las primeras escenas.

Jo, la pobre sale media película despeinada, la otra con el peto horrible, está mayor... pero está genial

Cuatro) ¡Es un musical! ¡Y con canciones de Abba! es decir... ¡un musical con canciones de Abba! Sale música... y canciones de Abba... por si no lo he dicho. Los actores no cantan perfecto, ni bailan estupendamente bien... pero eso le da un regustillo muy divertido. Hay plataformas, brillos y algo de petardeo, ¿qué más se puede pedir? ¡canciones de Abba! y no sé si lo he mencionado, pero las hay.

Cinco) Los créditos finales. No digo más. Y sí, también tienen música de Abba.

Hala, animaos a ir a verla. Aunque vuestros acompañantes habituales os digan que sois unas petardas/os. Yo fui sola a medias (mi chico y yo nos fuimos al cine juntos... cada uno a una sala distinta, jiji), y os aseguro que no era la única sola en la sala.

Por cierto, la que sí vimos juntos de verdad fue la de Wall-e ¡y nos encantó! recomendable de verdad. Apostamos por su candidatura al Oscar.

lunes, agosto 11, 2008

Cuando la purpurina domine el mundo

Con el cambio de puesto de trabajo y de oficina de hace ya unos cuantos meses, hacía tiempo que no veía a mi ex-jefe y a mi ex-becaria choni. El otro día desembarcaron en mi oficina, ya que tenían que traerme una documentación.

Mi ex-becaria choni (ahora empleada choni, es decir, EC) venía entusiasmada: se había comprado una camiseta nueva en una tienda de chinos ("¡cinco euros, Misia!") y se la había plantado al momento. La camiseta era negra, con un dibujo hecho con purpurina en la parte delantera. Lo malo es que, aunque la llevaba puesta desde hacía sólo tres horas, la camiseta ya había revelado su verdadera personalidad: no era una camiseta, era un expendedor de purpurina. Así, la EC venía cubierta de pies a cabeza de puntitos dorados y plateados: su cola de caballo, toda la cara, las manos, los vaqueros... parecía una showgirl a punto de salir a escena en las Vegas.

Jijiji, lo que me ha costado encontrar una foto de esta peli sin que salieran tetas

Mi ex-jefe, que la había traído en coche, venía también lleno de purpurina (igual que el coche). Evidentemente, cuando me dieron un abrazo y un par de besos, yo también fui víctima de los intentos de la purpurina de dominar el mundo y quedé bañada. Este es uno de los casos en los que las leyes de la física no valen: ¿cómo, de unos cuarenta centímetros cuadrados de dibujo de purpurina, puede salir tanta al exterior y quedar el dibujo original incólume?

Nos pusimos a trabajar, porque se acababa el plazo para entregar un proyecto bastante gordo. Incluí los documentos que me habían traído, imprimí el resto, lo encuadernamos en seis tomos de una gordura considerable y, cuando ya habíamos acabado, en la última revisión, nos dimos cuenta con horror de que la purpurina continuaba con su afán expansionista y se había colado en todos los documentos. Por mucho que sacudimos, limpiamos, alejamos a la EC, soplamos y nos desesperamos, fue inútil: cada vez más purpurina caía sobre los papeles a entregar. Ante la falta de tiempo, cerramos los ojos, metimos los tomos en sobres y los llevamos al ayuntamiento.

La verdad, me hubiera encantado ver la cara de los funcionarios y asesores al abrir los sobres y los tomos: debemos de ser la única empresa que customiza sus proyectos con brillos y purpurina. Además, estoy segura de que la purpurina siguió con su estrategia expansionista y cualquier persona que estuvo cerca de esos sobres acabó llena de puntitos brillantes.

Sólo espero no haber provocado ningún problema matrimonial, porque a ver qué esposa cabal se cree que su marido, que ha llegado con purpurina por las manos y la corbata, se ha pasado todo el día en la oficina del ayuntamiento y no con una señorita como la de la foto de antes... y todo por una camiseta de los chinos.

viernes, agosto 08, 2008

Carta a Silvia

Querida Silvia:

¿Qué tal estás? Te escribo esta carta porque hacía un montón que no te veía y me hizo mucha ilusión volver a tenerte delante. Y fíjate que antes pasamos un montón de tardes juntas, con eso del Pasapalabra. Luego te pasaste a la mañana y como nuestros horarios se hicieron incompatibles te perdí la pista: sólo veía los trozos que sacaban de tu programa en “Sé lo que hicisteis”. No te dejaban en buen lugar, pero yo lo achaqué a tu inexperiencia: tranquila, no todas podéis llegar a ser AR de la noche a la mañana. Date tiempo. O botox.

Ayer te reencontré, en ese nuevo espacio que te ha dado cuatro: fifty-fifty. He de ser sincera, no había leído cosas muy buenas sobre el programa, pero no me podía creer que fuera tan exagerado. Sólo vi unos quince minutos, pero fue suficiente para que casi me diera un ataque. Le preguntaste a un concursante quién es el autor del lago de los cisnes, si Chopin o Chaikovski. Y cuando diste la respuesta, después de tararear un fragmento (¿? ¿era necesario? ¿de verdad era necesario?) añadiste: “esta obra se toca todos los años en el Concierto de Año Nuevo de Viena… y hay bailarines que lo bailan”. Y lo dijiste dos veces. Bueno, Silvia, en ninguna edición que yo recuerde haber visto de ese concierto, han tocado piezas de mi amigo ruso. Te cuento: en esos conciertos casi todo el repertorio es de la familia Strauss. No te puedo confirmar que jamás hayan tocado una pieza de Chaikovski como algo excepcional, porque no he visto todos los conciertos, pero te puedo asegurar que no se toca todos los años ni de coña, y desde luego, no sería un dato que yo soltaría para caracterizar "El lago de los cisnes".

Si añadimos esta metedurilla de zarpa a éstas (¿Napoleón vivió en la época medieval? ay, Dios) yo te doy un consejo:

- Si esas cosas que lees son escritas por guionistas, despídeles. O son unos ignorantes, o te odian. Ninguna de las dos cosas son buenas para ti.

- Si esas perlas de sabiduría son de tu cosecha, tienes dos opciones: o prepararte el concurso con algo llamado “enciclopedia” (la wikipedia nos vale) o callarte (opción que yo prefiero, gracias).

No me malinterpretes, no estoy criticando tu ignorancia. A mí me da igual que no tengas ni pajolera idea de música, de Historia o de hacer la o con un canuto (y eso que he leído que, además de miss, eres licenciada en empresariales). Eres guapa y simpática, y parece que con eso vale para salir en la tele. Pero por favor, córtate un poquito a la hora de soltar sandeces porque o estás desinformando a la gente que no detecta tus errores, o consigues que nos sangren los oídos a los que sí sabemos que has dicho una idiotez.

Un cordial saludo,

Misia

miércoles, agosto 06, 2008

Chan Chan


Llevo 6 días de vacaciones y sigo con estrés.

Sueño a) con el curro o b) que pierdo aviones. He cambiado el nombre al Corte Inglés y ahora se llama el Aire Acondicionado (como en "¿vamos a comprar zumo al Aire Acondicionado?"). Hace dos días declaré mi odio a una serie de dibus japo porque los tíos son anoréxicos, las tías tienen más frente que Christina Ricci y Vanessa Paradis juntas y todos los personajes tienen pinta de oler mal (bueno, todos menos la Nana buena). Jugando a las películas le arreé una patada voladora a Sark por señalarme para representar lo "insoportable" de "La Insoportable Levedad del Ser". La otra noche me dio un brote de síndrome Mónica Geller-Bing (¡¡a las 2 de la mañana!!) y pegué un fregado en profundidad a la cocina, entrañas del extractor de humos y azulejos -del suelo al techo- incluidos.

Necesito vacaciones. Vacaciones de verdad. Ne-ce-si-to-pla-ya.

Así que, de momento, me voy a pasar unos días aquí…
…y aquí:
Dejo la casa en manos de mis co-bloggers (no se preocupen, que por lo que he visto en los borradores Misia está de lo más prolífica). Hasta mi vuelta.

¡Ah! Chan Chan.