Tras un periodo de tranquilidad vital, cierto apalancamiento, vida casera y juergas más hogareñas que otra cosa, he vuelto a pisar la noche madrileña.
Como el tiempo no pasa en balde, todo está ligeramente diferente a como yo lo recordaba. Hace un par de años las horas de cierre ya estaban empezando a tomarse más en serio, pero es que ahora parece que son la Biblia (¡oh, aquellos viejos tiempos en los que cada uno hacía lo que le daba la gana…!).
He vuelto a visitar a los bares de mis amigos que siguen sirviendo los mejores combinados del mundo. He vuelto a quedarme con los porteros de las discos para que me cuelen sin hacer cola porque les hago gracia. He vuelto a quitarme los zapatos en el portal porque no puedo más con los tacones. He vuelto a meterme en la cama, muerta, a las 7 de la mañana. Y he vuelto a bailar.
El miércoles pasado salí a cenar y beber combinados con el resto de las TriTroias (sí, éste y "camisas vs camisetas" son mis posts pendientes). La noche siguiente tuve una fiesta llena de chicos morenos con patillas y gafas de pasta que me recordó que entre el colectivo de las camisetas de rayas hay la misma proporción de empanados que entre los que llevan polos o camisetas frikis. Y dos noches después nos juntamos un grupo de amigas de distintos estados civiles y grados de compromiso y nos fuimos a bailar.
Fue la noche del buen rollo, desde el principio, se notaba. Bailamos sin parar, una música a mitad de camino entre lo que bailaban en los guateques de las pelis de Marisol y Pizzicato Five. Nos dio igual que los modernos no bailen (casi nada). Nosotras bailábamos.
Se nos acercaron varias personas a decirnos, simplemente, las buenas vibraciones que despedíamos. Uno nos dijo que teníamos todas un flow increíble. Más o menos le entendimos, aunque luego Fara nos explicó a las demás que el flow es un concepto que se ha hecho popular en la psicología, que en castellano podría traducirse como "fluir" o "flujo", que según el psicólogo Mihalyi Csikzentmihalyi se define como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa.
Gracias a este chaval tan profundo hemos sabido que el sábado nos vimos envueltas por un sentimiento de enfoque energizado, de total envolvimiento en la tarea, y de éxito en el proceso de la actividad. Claro que también nos preguntó si siempre íbamos las 14 juntas, con lo cual quedaba claro que el pobre veía justamente el doble porque éramos siete, así que probablemente el chico no fuera tan profundo sino que simplemente iba pedo.
Pero aparte del flow, hubo otros misterios de la noche:
¿Por qué un posible candidato a chico más guapo de la disco acaba siendo elegido por unanimidad "pesado del milenio"?
Nos decantamos por creer que la culpa era de las dronjas (las suyas de él) o, si la cosa venía de antes, que el pobre se había caído de cabeza desde una altura considerable al poco de nacer. También podía ser congénito, o sea, culpa de nadie.
¿Cómo puede ser que le pidas a un tío que te quite de encima al pesado de su amigo y la respuesta sea "¿Pablito? ¡Pero si Pablito es un regalo!"?
El regalo lo llevaría por dentro, como los huevos kinder. Por fuera estaba al borde del coma etílico aunque era más bien inofensivo y daba un poco de penita. La solidaridad masculina y la ceguera producida por el alcohol no tienen límites.
¿Puede de verdad pensar alguien que la frase "Me gustáis todas. Soy un chico fácil, si alguna de vosotras se me quiere llevar de aquí, a la cama por ejemplo, soy todo vuestro" puede funcionar?
Ninguna se lo llevó, claro, pero nos reímos un rato. Era como el dilema del prisionero pero llevado al extremo. A K. le recordó a aquellos tiempos en que un grupo de niños de 15 años se acercaba a un grupo de niñas de 14 y uno, con cara mitad de morro mitad de morirse de vergüenza, decía: "¿Alguna de vosotras quiere enrollarse con alguno de nosotros?" ¡Pues quince años después algunos siguen igual!
El sábado las chicas sólo querían divertirse. No lo duden, nada más lejos de nuestra intención que ligar: la noche es deprimente para salir en ese plan (y yo aún no he mirado pero me dicen que el mercado está fatal).
Fue la noche del buen rollo, desde el principio, se notaba. Bailamos sin parar, una música a mitad de camino entre lo que bailaban en los guateques de las pelis de Marisol y Pizzicato Five. Nos dio igual que los modernos no bailen (casi nada). Nosotras bailábamos.
Se nos acercaron varias personas a decirnos, simplemente, las buenas vibraciones que despedíamos. Uno nos dijo que teníamos todas un flow increíble. Más o menos le entendimos, aunque luego Fara nos explicó a las demás que el flow es un concepto que se ha hecho popular en la psicología, que en castellano podría traducirse como "fluir" o "flujo", que según el psicólogo Mihalyi Csikzentmihalyi se define como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa.
Gracias a este chaval tan profundo hemos sabido que el sábado nos vimos envueltas por un sentimiento de enfoque energizado, de total envolvimiento en la tarea, y de éxito en el proceso de la actividad. Claro que también nos preguntó si siempre íbamos las 14 juntas, con lo cual quedaba claro que el pobre veía justamente el doble porque éramos siete, así que probablemente el chico no fuera tan profundo sino que simplemente iba pedo.
Pero aparte del flow, hubo otros misterios de la noche:
¿Por qué un posible candidato a chico más guapo de la disco acaba siendo elegido por unanimidad "pesado del milenio"?
Nos decantamos por creer que la culpa era de las dronjas (las suyas de él) o, si la cosa venía de antes, que el pobre se había caído de cabeza desde una altura considerable al poco de nacer. También podía ser congénito, o sea, culpa de nadie.
¿Cómo puede ser que le pidas a un tío que te quite de encima al pesado de su amigo y la respuesta sea "¿Pablito? ¡Pero si Pablito es un regalo!"?
El regalo lo llevaría por dentro, como los huevos kinder. Por fuera estaba al borde del coma etílico aunque era más bien inofensivo y daba un poco de penita. La solidaridad masculina y la ceguera producida por el alcohol no tienen límites.
¿Puede de verdad pensar alguien que la frase "Me gustáis todas. Soy un chico fácil, si alguna de vosotras se me quiere llevar de aquí, a la cama por ejemplo, soy todo vuestro" puede funcionar?
Ninguna se lo llevó, claro, pero nos reímos un rato. Era como el dilema del prisionero pero llevado al extremo. A K. le recordó a aquellos tiempos en que un grupo de niños de 15 años se acercaba a un grupo de niñas de 14 y uno, con cara mitad de morro mitad de morirse de vergüenza, decía: "¿Alguna de vosotras quiere enrollarse con alguno de nosotros?" ¡Pues quince años después algunos siguen igual!
El sábado las chicas sólo querían divertirse. No lo duden, nada más lejos de nuestra intención que ligar: la noche es deprimente para salir en ese plan (y yo aún no he mirado pero me dicen que el mercado está fatal).
Vamos, que te lo pasaste fatal fatal...
ResponderEliminarNo es que esté mal, es que no hay mercado.
ResponderEliminarDebe ser la crisis
Es genial cuando sales con un grupo de amigas en ese plan, me he visto perfectamente retratada. Nosotras lo hicimos hace un par de semanas con gran éxito también. El mercado... parece que está como la bolsa.
ResponderEliminarBesos de Porras.
Sí, fue muy divertido. Pero el que cada vez que pasaba nos gritaba "¡LAS CHICAS DEL FLOOOOOOW!" y el que me dijo lo de "sois un montón, ¡catorce! ¿es una despedida de soltera? sois un soplo de aire fresco" eran dos diferentes.
ResponderEliminarYo creo que los dos habían tomado dronjas, pero distintas.
Eso es lo que ahora se define como Ocio:
ResponderEliminarTiempo libre, utilizado en algo libremente elegido, placentero y autotélico.
Enhorabuena y que podais repetirlo al menos una vez al mes...
Recuerdo aquellos maravilosos tiempos (no hace tanto) en los que mis amigas y yo saliamos y nos divertiamos hasta altas horas de la madrugada simplemente cantando y bailando como posesas...ahora parece que tenga que arrastrarlas para salir una noche un ratito...porca misèria!!!!
ResponderEliminarY sí, el mercado esta MUY mal...te lo digo yo que llevo un año en él.....pero algún queda algo bueno entre la morralla :P
PD: esa canción de Cindy Lauper me da un buen rollo que te cagas :)
Besitos
Uivá, pues sí que tenía precisión el tío xD, pero precisión etílica: ¡calcula el doble a la perfección!.
ResponderEliminarMe ha matado de la risa eso; y el "flow", ¿qué decir del flow? Yo lo más probable es que con el ruido del bar ni siquiera habría entendido algo así, aún no te sabría decir si eso es una ventaja o no... Habría escuchado (si pudiera xDD) algo así: asdkajsh flouuuu!!!!. Y pensaría que a lo mejor me ha insultado, pero por si acaso, mejor no decir nada xD.
La pena es no poder desvelar el misterio como lo has hecho, y descubrir que significa algo tan positivo, jajaja.
Saludos! Como dice Amparanoia: ¡Buen rollito!
Impagable Cindy Lauper!
ResponderEliminarAna-ónima
Yo ya no sé si es que cada vez escribís mejor o es que como llevo ya un tiempo con vosotras ya me he hecho a vuestro flow y buen rollito, pero lo cierto es que es una gozada pasarse por aquí.
ResponderEliminarMe gustáis todas. Soy un chico fácil. Si alguna de... Perdón, nada, nada.
La noche no está ni mejor ni peor que el día... Es más, incluso la gente huele mejor porque suele salir recién duchada de casa...
ResponderEliminarMadrid, tiembla
Van Hessa, no sabes lo que sufrí...
ResponderEliminarTako, ¿tú crees que las medidas de Zapatero van a ayudar a mejorar la situación?
Anónimo, igual sabes o igual no sabes lo desconcertante que es ese "Besos de Porras" con el que te despides. Si no hay motivo de desconcierto (o sea, que no nos conocemos), te diré que lo mejor es pasar del mercado y dedicarse a disfrutar. Besos.
Misia, claro, yo los recuerdo como un "todo". ¡Qué mal pensada soy, pensando que el pobre chico no era profundo sino sólo un juerguista...!
Mariajesusparadela, ¡o cada dos sábados! ¡o...!
Toayita, canción de buen rollo para post sobre noche de buen rollo. A mí también me cuesta arrancar, no creas. Creo que es la edad. Pero luego...
Deafchina, no es hallazgo mío, es de mi amiga Fara, una de las presentes, que lo sabe todo de ese tipo de cosas.
Ana-ónima, ¡a que sí!
JuanRa Diablo, ¡jijiji! Pues muchas gracias.
Disiento, Noa. El buitreo nocturno no me gusta nada, y si es entre las 3 y las 6 ya ni te cuento. Y luego a veces ocurre que la gente huele según huela el bar en el que se encuentren y según huela el de al lado y según huela el que iba delante en el metro...
En lo que no disiento es en lo de "Madrid, tiembla".
La noche siguiente tuve una fiesta llena de chicos morenos con patillas y gafas de pasta que me recordó que entre el colectivo de las camisetas de rayas hay la misma proporción de empanados que entre los que llevan polos o camisetas frikis.
ResponderEliminarNunca te fíes de alguien que viste como un personaje de cómic franco-belga.
¿Lo del flow no es algo así como el "savoir faire" de los raperos... (no estoy yo mu puesto en el tema?).
ResponderEliminar¿Que el mercado está fatal? Pues el femenino ni te cuento (esas caras de asquillo cuando sonries a la bat-factor de turno al pasar a su lado). De todos modos a mi lo del ligoteo discotequero me da perecilla la verdad, yo he sido siempre mas de mesa-camilla.
Y por cierto los modernos que no bailan estan pasados de moda... que se vayan enterando!!!
Illuminatus, es que algunos son muy monos. Pero eso no significa que haya que fiarse de ellos.
ResponderEliminarRedronin1b, ¡sí! Y si no, ¡los pasaremos de moda! ¡Muerte a los modernos que no bailan! ¡Viva el ligoteo de mesa-camilla!