La última vez que estuve en Palma quedé una tarde con Quelitas. Fuimos a su casa con sus dos nenes (el niño de cuatro años y la nena de cinco meses) y según entramos por la puerta Quelitas cometió una insensatez:
- Hala, Misia, toma a la nena - me puso a la bebita en brazos- y ponle en pijama y cámbiale el pañal.
- ¿Quéeee??
- Es fácil. Te dejo aquí todo lo que necesitas. Yo me voy a hacer la cena para el nene. - y se perdió en el pasillo hacia la cocina.
Ahí me quedé yo, en shock y entrando en momento pánico. Paralizada. Con esa cosita preciosa y sonriente que me miraba y meneaba los piececitos, un montón de ropita diminuta alrededor y mucho susto en el cuerpo. Aclaro: los bebés que he tenido cerca de mayor han venido de visita. Mis primas pequeñas vivían en Madrid, así que no he tenido demasiado contacto con bebés. Por tanto, en mi vida había cambiado un pañal. Y en ese momento no sólo tenía que cambiar un pañal, sino el kit completo de bebé.
- ¿Que-Quelitas, tú estás seguuuuraaa de que yo voy a saber???
- Que sí, boba, es fácil - me gritó Quelitas desde la cocina.
Suspiré. Miré a esa cosita pequeña que se agitaba y volví a tomar aire.
- Bueno, bebita, aquí estamos, tú y yo solas. Bueno, tú, yo y unas toallitas. Así que pordiospordios, no llores, que soy novata.
Despacito, fui quitando ropita. En principio podía parecer sencillísimo, pero como había empezado a operar con la nena cogida con las dos manos, tuve que ir maniobrando para colocarla encima de mis piernas, sobre el sofá o casi haciendo el pino para ir quitando las distintas capas. Yo estaba desesperada, porque según quitaba una capa, aparecía otra. Yo ya no sabía si me habían dado una niña o una cebollita francesa.
Agradecí mil veces su labor a los creadores de los automáticos y mil veces maldije esa pequeña camiseta interior: ¿cómo esa cabeza grande había podido entrar por este cuello chiquito?
Finalmente llegué al meollo de la cuestión: el pañal. Lo quité, rezando para que no hubiera regalitos sorpresa (demasiado para mi primera vez) y suspiré de alivio al ver que no. Limpié a la nena y puse el pañal y después el pijama, que gracias a dios era un modelo como de stripper: totalmente abierto por los lados y con muchos corchetes. Cuando estaba abrochando los últimos, llegó Quelitas.
- A ver... uy, tenías que haber puesto el body antes del pijama y el pañal está suelto. Hala. - en dos nanosegundos consiguió desvestir a la nena otra vez (sí, lo que yo había tardado diez minutos en hacer, ella lo había conseguido en medio momento). Arregló el desaguisado y me la dio - acaba. ¿Ves como no es tan difícil?
Después de la experiencia de jugar a las muñecas con una de verdad, me puse a jugar con el nene, que durante toda la operación me había estado observando e iba trayéndome juguetes, y más juguetes, aunque yo no podía más que hablar con él, porque el resto de mis sentidos estaban puestos en abrochar corchetes. El nene me enseñó que existe algo parecido a una spidergirl (ni idea de que existía), demostré lo torpe que puedo llegar a ser cazando mariposas y vimos a Baloo y Mowgli.
Al final de la tarde me sentí muy, muy orgullosa. Muy orgullosa... y muy torpe, por no saber hacer las cosas y muy acojonada. Es decir, ¿y yo pretendo tener nenes? ¡si no tengo ni idea de estas cosas, si me sentí una inútil! ¿Se supone que eso del instinto maternal te dice cuándo está lo suficientemente apretado el pañal? ¿se supone que te da la habilidad de un malabarista para coger al niño de forma experta? ¿esas cosas se aprenden? ¿cuánto tardan en aprenderse? ¿hay buenos libros de instrucciones?
- Hala, Misia, toma a la nena - me puso a la bebita en brazos- y ponle en pijama y cámbiale el pañal.
- ¿Quéeee??
- Es fácil. Te dejo aquí todo lo que necesitas. Yo me voy a hacer la cena para el nene. - y se perdió en el pasillo hacia la cocina.
Ahí me quedé yo, en shock y entrando en momento pánico. Paralizada. Con esa cosita preciosa y sonriente que me miraba y meneaba los piececitos, un montón de ropita diminuta alrededor y mucho susto en el cuerpo. Aclaro: los bebés que he tenido cerca de mayor han venido de visita. Mis primas pequeñas vivían en Madrid, así que no he tenido demasiado contacto con bebés. Por tanto, en mi vida había cambiado un pañal. Y en ese momento no sólo tenía que cambiar un pañal, sino el kit completo de bebé.
- ¿Que-Quelitas, tú estás seguuuuraaa de que yo voy a saber???
- Que sí, boba, es fácil - me gritó Quelitas desde la cocina.
Suspiré. Miré a esa cosita pequeña que se agitaba y volví a tomar aire.
- Bueno, bebita, aquí estamos, tú y yo solas. Bueno, tú, yo y unas toallitas. Así que pordiospordios, no llores, que soy novata.
Despacito, fui quitando ropita. En principio podía parecer sencillísimo, pero como había empezado a operar con la nena cogida con las dos manos, tuve que ir maniobrando para colocarla encima de mis piernas, sobre el sofá o casi haciendo el pino para ir quitando las distintas capas. Yo estaba desesperada, porque según quitaba una capa, aparecía otra. Yo ya no sabía si me habían dado una niña o una cebollita francesa.
Agradecí mil veces su labor a los creadores de los automáticos y mil veces maldije esa pequeña camiseta interior: ¿cómo esa cabeza grande había podido entrar por este cuello chiquito?
Finalmente llegué al meollo de la cuestión: el pañal. Lo quité, rezando para que no hubiera regalitos sorpresa (demasiado para mi primera vez) y suspiré de alivio al ver que no. Limpié a la nena y puse el pañal y después el pijama, que gracias a dios era un modelo como de stripper: totalmente abierto por los lados y con muchos corchetes. Cuando estaba abrochando los últimos, llegó Quelitas.
- A ver... uy, tenías que haber puesto el body antes del pijama y el pañal está suelto. Hala. - en dos nanosegundos consiguió desvestir a la nena otra vez (sí, lo que yo había tardado diez minutos en hacer, ella lo había conseguido en medio momento). Arregló el desaguisado y me la dio - acaba. ¿Ves como no es tan difícil?
Después de la experiencia de jugar a las muñecas con una de verdad, me puse a jugar con el nene, que durante toda la operación me había estado observando e iba trayéndome juguetes, y más juguetes, aunque yo no podía más que hablar con él, porque el resto de mis sentidos estaban puestos en abrochar corchetes. El nene me enseñó que existe algo parecido a una spidergirl (ni idea de que existía), demostré lo torpe que puedo llegar a ser cazando mariposas y vimos a Baloo y Mowgli.
Al final de la tarde me sentí muy, muy orgullosa. Muy orgullosa... y muy torpe, por no saber hacer las cosas y muy acojonada. Es decir, ¿y yo pretendo tener nenes? ¡si no tengo ni idea de estas cosas, si me sentí una inútil! ¿Se supone que eso del instinto maternal te dice cuándo está lo suficientemente apretado el pañal? ¿se supone que te da la habilidad de un malabarista para coger al niño de forma experta? ¿esas cosas se aprenden? ¿cuánto tardan en aprenderse? ¿hay buenos libros de instrucciones?
Caminante no hay camino, se hace camino al andar... ¿para cuando? xD
ResponderEliminarSe aprenden..yo no recuerdo exactamente cuándo las aprendí, pero después de tres sobrinos, muchos pañales, muchas vomitonas y muchas de todo te digo que se aprende...y yo no tengo NADA de instinto maternal.
ResponderEliminaranimo!!
Cuando quieras te dejamos al Hombre Malo para que practiques.
ResponderEliminar(Gordo, deja de comer picante por si a caso).
Lo de los pañales siempre me ha parecido muy complicado.
ResponderEliminarLo que es mucho más fácil de explicar es lo de Spidergirl, que es algo así como la hija de Peter Parker si los jefazos de Marvel dejaran que Spiderman se hiciera mayor y esas cosas.
Claro que si el chaval llamaba Spidergirl a una Spiderwoman la cosa se vuelve mucho más difícil porque personajes que atiendan por Spiderwoman me suenan como cinco o así...
los niños son el demonio... los he visto gritando en las cafeterías..
ResponderEliminarJavi, ¡uy, uy, uy! a corto plazo, desde luego no.
ResponderEliminarToayita, ¿y el pobre niño que me toque de prácticas? ¿sobrevivirá?
Somo, es que ese ya está criado y te podría decir por su boquita si el pañal está apretado o no y así no tiene gracia.
Erik d´Lan, ¿¿cinco spiderwoman?? ¿¿pero cuántas arañas mutantes andan por el mundo??
Jordim, algunos sí. Y sus padres más.
Bueno, al menos pretendes tener niños, lo cual es un punto a tu favor. El resto, vendrá solo (o eso dicen).
ResponderEliminarYo no me preocuparía porque tienes el instinto, que es lo primordial.
¡Besos!
bah... al final se aprende sobre la marcha.
ResponderEliminarPero lo más importante es que los niños se supone que no afianzan la memoria hasta los dos años más o menos así que no te lo tendrán en cuenta cuando hagas algo mal...
jajjaja, el día de mañana igual no lo recuerda, pero sí que lo notan. Pero sí te sirve de consuelo, yo también quiero ser madre, pero cada vez que mi prima me da a coger a su nenuco, el bebé llora. " Mira, se coge así, tienes que ponerle la mano debajo de la cabecita para que no se le vaya el cuello hacia detrás, que puede ser peligroso, y las piernas del bebé a tu cadera, es la forma más cómoda para él y para ti"
ResponderEliminarPero el bebé siempre llora, " Eso es porque sabe que no estás segura al cogerlo"..así que el bebé seguro que piensa cada vez que le cojo :" esta es la parda que cualquier día me deja caer al suelo.." A mi que me den clases!!
Disiento.
ResponderEliminarSí que tendría gracia.
Claro!!!...Yo cuidaba a mi sobrino el mayor cuando a mi hermana se le terminó la baja maternal, con 4 meses él y 20 años de inexperiencia yo, me faltó darle la teta :P...y mi sobrino está entero y hasta me quiere!!!
ResponderEliminarAnda que no ha llovido desde aquello...
Jajajaja!! Qué post tan chulo!! Pusiste el pijama antes que el body??? jajajajaja.
ResponderEliminarYo también tengo las mismas sensaciones con los hijos de mis amgigos, que a pesar de mi torpeza, por alguna extraña razón me siguen sonriendo y llamando tía...
El día que conseguí dormir a un bebé de 2 meses en mis brazos, creí que había tocado techo y me sentí genial. Esa ha sido mi cota más alta en cuanto a aciertos con bebés.
Besos, A-ónima
Inner girl, me temo que soy instintivamente inútil, jeje.
ResponderEliminarOpsy, ¡¿tendré dos años para hacerles la pascua y para torturarles con mi forma de cantar sin que se traumaticen mucho?!
Sara, a clases juntas.
Somo, no sé si exclamar "pobre Hombre Malo" o "pobre yo" ;)
Toayita, yo es que me imagino aquí en Madrid sola, con mi madre y mi suegra cada una en una punta de las Españas, y me dan chungos. Me parece que voy a tener que tirar mucho de teléfono, cuando llegue el momento.
Ana-ónima, no es que fuera a poner el body encima del pijama, es que directamente no iba a ponerlo. Digamos que me sobraban piezas.
Te digo una cosa: todas las mamis me han dicho que una vez que son mamis esas cosas SE SABEN. Es como un superpoder. Tienes un bebé, y de repente tienes superoído, equilibrio imposible, resistencia inaudita a despertarte infinitas veces una noche, y tendencia a que se te ocurran ideas felices. Y la tortilla de patata empieza a salirte increíble.
ResponderEliminarY por lo que veo en los comentarios, a las tías molonas también les entra algo de superheroínas.
Saludos!
pd.- en el Saló del Cómic me compraron "Chicos de Carpeta". Si en algún momento de mi vida os conozco, queridas colaboradoras de QaD, sería un HONOR que me lo firmarais.
Con esa edad son fáciles. El problema es cuando adquieren movilidad independiente y empiezan a hurgar donde no deben.
ResponderEliminarEso es comprensible, si tienes toda la familia lejos...pero por lo demás no tienes que preocuparte, que una vez que tienes al niño y estás sola ante el peligro te das cuenta de que no se rompen, no lloran tanto y que es cuestión de ir haciendo una cosa detrás de la otra...y son tan monos cuando se te duermen encima...a lo mejor tengo más instinto del que creía...
ResponderEliminarSaricchiella, ¿será que el embarazo te convierte en una mutante y por eso se desarrollan súper poderes? por cierto, ese libro es graaande. Yo era una lectora de Superpop, lo confieso, y en ese libro hay grandes clásicos.
ResponderEliminarIlluminatus, ¿fáciles? jo, me tendrías que haber visto agobiá delante del body dichoso. Pero sí, desde luego la siguiente etapa debe ser muchísimo más cansada.
Toayita, jeje, no lo he dicho yo... pero ahora que sacas el tema, suenas a madre híper-profesional.
se aprende... y al segundo dia te sale como si lo hubieras hecho toda la vida!!! yo al segudno dia ya lo hacia sin necesidad de encender la luz de la habitacion!!es super facil!! ya veras :)
ResponderEliminarMísia!! eres una exagerada!! lo hiciste muy bien i Miquel (que tiene 3 años) está enamorado de ti!!
ResponderEliminarEso sí, recuerdo todavía tu cara de pánico. Pero eso nos pasa a tod@s! Yo aprendí con el método de ensayo y error.
Un beso muy muy fuerte!!!
Fdo. Quelitas
Misia, esto es como todo, se aprende con la práctica. Como el primero que te sale mal no lo ve nadie, no se nota mucho.
ResponderEliminarQuelitas, confiesa que le diste el muñequín a Misia para reírte con la cara que ponía... xD
Elibb, ¡¿sin luz?! ¿será que el parto os da súperpoderes?
ResponderEliminarQuelitas, no sé porqué le pongo siempre a Miquelet un año más :O Yo creo que me quiere porque me puede ganar en un plis plas a lo de las mariposas.
Er-Murazor,¡sí, estoy segura de que lo hizo para acojonarme! la próxima vez saldré huyendo despavorida.
Misia, se aprende, que yo he cuidado niños y de cacas y baños se aprende todo rápido. Lo más duro es educarlos, y cuanto más mayores peor... y yo ahí te veo capacitada, fíjate. ;)
ResponderEliminarnunca había visto un bebé de cerca hasta que tuve una. todas mis preocupaciones antes del embarazo y durante eran metafísicas, así que la primera vez que le cambié el pañal en el hospital vino una enfermera a controlar y se puso a gritar: has puesto lo de atrás para adelante. nunca había imaginado que había atrás y adelante en un pañal. me entró el síndrome postparto ahí mismo. mi hija tiene 12 y parece no tener secuelas :)-ahora mismo estoy acojonada con la adolescencia, y no sé rezar para pedir que todo sea como lo de los pañales :(
ResponderEliminarGato, veremos. Que en casa del herrero cuchillo de palo y seguro que me sale un vago que suspenderá siete...
ResponderEliminarAnónima, ¡dios, eso es lo a lo que me refería! bueno, parece que se sobrevive, jeje.