jueves, junio 30, 2011

Evil Niño

En la casa vecina (pero de otro bloque) hemos tenido unos cuantos vecinos particulares.

Hace tiempo, vivía una pareja muy aficionada a la bachata y a otras músicas latinas que nos amenizaban los días, las siestas y las noches con su maravillosa música a todo volumen. Hasta que un día, después de una fiesta especialmente ruidosa que duró hasta las tantas, se escuchó una discusión a grito pelado entre la parejita unida por la bachata. Después se hizo el silencio.

A la mañana siguiente, cuando me desperté y subí la persiana, me encontré un espectáculo digno de una peli de Almodóvar: parecía que una nube de tormenta había descargado sobre nuestra calle, pero no agua, sino camisetas, pantalones y calzoncillos. La señora bachatera había decidido echar de casa al señor bachatero y tiró toda su ropa (incluidos zapatos y una maleta) por el balcón. No puedo negar que la imagen era curiosa: todos los coches, la acera y la calzada estaban cubiertos de ropa (porque la señora se encargó de desperdigarlos en un radio de quince metros, en una interesantísima dispersión que se acercaba a la obra de arte). El señor se fue con su ropa a otra parte y lo mejor de todo es que se debió de llevar también la bachata con él, porque a partir de entonces reinó el silencio.

Hasta ahora.

Ahora tengo por vecinitos un mínimo de dos o tres críos. Quizás algún adulto viva con ellos, pero no lo puedo asegurar porque no he visto ninguno. La primera vez que tuve noticias suyas fue hace un par de semanas. Estaba plácidamente durmiendo mi SSS, cuando me medio despertaron unos aullidos.

- ¡Socorrooooo! ¡Sacadme de aquíiiiiiiiiiiii! ¡Dejadme salir!!!

Tardé bastante en reaccionar. La voz (infantil) seguía gritando, pero yo estaba demasiado dormida y me costó darme cuenta de que - hello - no era que yo estuviera soñando (luego me hizo pensar en que, si hubiera sido una urgencia de verdad, hubiera sido una pésima rescatadora). Cuando conseguí levantarme del sofá y salir al balcón para ver de dónde venían los gritos, me encontré en el balcón de al lado a un niño enano, de unos cuatro años, pelado, regordete y con cara de mala leche, que era el que gritaba. Le habían dejado encerrado en el balcón, sin poder entrar en la casa y estaba haciendo saber a toda la calle su situación. Cuando salí el niño se calló y me miró. Acto seguido, se levantó un poco la persianita de la casa y desde dentro otra carita de niño - este de unos seis años, de pelo muy rizado - se asomó y me miró. Viendo que estaban jugando o algo así, me metí a casa. No se volvieron a oír gritos.

Pero con el comenzar de las vacaciones escolares (las suyas y las mías) tengo muy presentes a los críos. Porque les gusta el balcón. Les encanta estar en el balcón e interactuar con los vecinos. Sólo llevo sin madrugar tres días y ésta ha sido la secuencia:

Martes

Hay obras en el edificio de al lado. A las ocho y media de la mañana empiezan a picar. A esa hora yo ya estoy despierta y creo que los niños también: el de la cabeza rizosa sale al balcón para gritar a los obreros:

- ¡CALLAOS! QUIERO DORMIR. ¡PARAD! ¡PARAD YA!

No es nada que no quisiera hacer yo y todo el vecindario, la verdad. Pero es que el niño de la cabeza de rizos no es el otro, que a partir de ahora será nombrado como Evil Niño.


Miércoles

Ocho y cuarto de la mañana. Evil Niño va gritando a todo el que pasa por la calle, en la siguiente secuencia:

Paso uno:

- ¡AAAAAAAGGHHHHH! - grita a cada señor/a que pasa por la calle. Primero les asusta aullándoles desde el balcón, intentando jugar el factor sorpresa

Paso dos:

- ¡Gilipoll*s! ¡que te pillan! ¡Gilipoll*s! -una vez que les ha sorprendido o por lo menos ha llamado su atención, intenta acabar con su autoestima, jugando la baza de la desmoralización.

Después les deja ir, ya hundidos en la miseria o, por lo menos, desconcertados.

Jueves

Evil Niño ha cambiado la táctica. Estoy sentada en el sillón a las nueve menos diez y oigo como el Evil Niño hace el ruido de - oh, por dios, me da asco sólo escribirlo - sacar un gargajo o como se diga. Lo que no sé es si después escupe de verdad o no. Después finge tener arcadas, supongo que buscando una escena como la de Gordi de los Goonies en el cine. Repite la secuencia en muy alto bastantes veces. Supero el asco y me asomo. Los viandantes huyen espantados. Yo me alegro de que los barrotes de su balcón, que llegan a mi cintura pero que le sacan veinte centímetros de altura a él, me protejan del Evil Niño.

Dios, sólo han sido tres días (y pocas horas) porque después empieza a dar la solana en el balcón y no hay quien esté y ya tengo para un post. Pero vamos, que a este paso mi calle va a ser la calle menos transitada de Chonilandia, con todos los chonilandeses huyendo de Evil Niño y se va a quedar sin material (o quizás se convierta en la más transitada, si nos inspiramos en las atracciones del zoo). Y la pregunta del millón: ¿Qué se inventará Evil Niño mañana para intentar liarla parda?

Y mientras escribo esta última frase oigo como Evil Niño grita a una señora que pasa con un carrito de la compra "¡ADIOS, ZORRITA!".

martes, junio 28, 2011

Tonos, sonitonos y politonos de destrucción masiva


En los últimos meses he visto por la tele anuncios de empresas que te ofrecen dinero a cambio de tu móvil viejo. Hay varias: zonzoo, fonebank, movilbank, topdollarmobile...

Primero pensé que sería algún rollo raro de tráfico de coltán. Luego entré en razón y vi que tenía más sentido que fuera una semi-ong que se dedica a llevar móviles al tercer mundo. Más tarde, cuando supe que El Corte Inglés tiene su propio servicio de recogida remunerada de móviles usados, se me abrieron los ojos y comprendí que tenía que ser algo mucho peor de lo que me pudiera imaginar.

Los anuncios de esas empresas dicen que compran teléfonos móviles en desuso para repararlos y revenderlos en mercados emergentes (como quien dice Zimbabue, Costa de Marfil y Chad) a precios muy asequibles a personas que quieren reutilizarlos (como quien dice piratas y mercenarios).

Me imagino que todos mis móviles viejos han ido a parar a la “Brigada de Guerrilleros Autónomos a sueldo 24h”. Y que ahora mismo están todos reunidos.

En algún lugar entre Trípoli y Misrata:

MUAMBA: "¡Mil millones de mil demonios!"

UN OJO TAYLOR: "¡Mil millones de Brujas y duendes!"

WICKHAM: "¡Mil millones de mil truenos!"

CHINO: "¡Mil millones de cañones a babor!"

MUAMBA: Queda inaugurada la reunión.

UN OJO TAYLOR: ¿Quién ha elegido estas contraseñas?

MUAMBA: Esta semana le tocaba al Chino.

UN OJO TAYLOR: Moción para cambiarlas.

WICKHAM: Secundo la moción.

MUAMBA: Aprobada.

CHINO: ¡Hey! ¡No vale! ¡Las contraseñas se cambian cada tres reuniones!

MUAMBA: Dejemos eso para después. Primero lo importante. Aparte del bolo en Siria la semana que viene, ¿algún encargo nuevo a la vista?

UN OJO TAYLOR: Nada. Desde que se acabó lo de Costa de Marfil el negocio está muy parado.

WICKHAM: Es la crisis. ¡Hay paro hasta en nuestro sector! Nunca creí que pasaría…

MUAMBA: Y no es que no haya trabajo, claro que hay trabajo, menuda temporada llevamos. Pero con el bajón de la construcción cada vez somos más, y se nota.

UN OJO TAYLOR: Esto lo hablamos en la asamblea de Sol. Hablamos del intrusismo profesional. Teníais que haber venido, la gente era muy profesional y los temas estaban bastante definidos. Fucionábamos casi en paralelo a Acampada Sol y se avanzó mucho, en serio.

MUAMBA: Un Ojo, yo es que lo de un guerrillero perroflauta no lo veo, te lo he dicho muchas veces.

CHINO: Chicos, ya que habláis de asambleas, tengo una propuesta para el grupo.

UN OJO TAYLOR: Adelante, Chino, ¿cuál es tu propuesta?

CHINO: Precisamente ésa: cambiar mi nombre. Ya sé que en toda banda de chungos tiene que haber uno que se llame “Chino”, pero ¿por qué tengo que ser yo?

MUAMBA: Porque has llegado el último y eres el que menos méritos tienes. En la siguiente incursión roba más hombres, mata más mujeres y viola más caballos que nosotros, y volveremos a repartir los nombres.

CHINO: ¡Bebe-sin-sed, ectoplasma, rocambole! ¡Ahora va a resultar que soy el becario!

WICKHAM: Además, ¿cómo querrías llamarte?

CHINO: Rackham el Rojo.

WICKHAM: No se puede ser más gay.

MUAMBA: Ni más gafapasta.

WICHKAM: En serio, sólo podrías ser más gay si te quisieras llamar “Mario Vaquerizo”. Y te lo digo yo, que me llamo como un malo de Jane Austen.

CHINO: ¡Cromañones, macrocéfalos, mamelucos!

MUAMBA: Chino, repórtate. Recuerda que somos despiadados, y estamos dispuestos a matar civiles.



WICKHAM: ¡Mi móvil!

MUAMBA: Cada vez que escucho sonar tu móvil me dan ganas de añadir “y vampiros, estamos dispuestos a matar civiles y vampiros”. Anda, contesta.

WICKHAM: ¿Sí? Aquí la “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”, dígame… ¡Hola tío! ¿Sí? Un momento… Tíos, es un amigo del Master. Dice hay movimiento en el Congo. Nada especial: saqueos de centros de salud, robo de ganado…

CHINO: ¿Nada de acuchillar, quemar o asesinar?

WICKHAM: En principio no, pero hay planes majos.

CHINO: ¡Marineros de agua dulce! ¡Autodidactas, alcornoques, mamelucos!

WICKHAM: Un momento… sí, díme… ajá… vale. Me dice que el otro día, en la zona de Nakiele y Abala, violaron a cerca de 170 mujeres.

UN OJO TAYLOR: Bueno, no está mal.

CHINO: La verdad, si no sale nada mejor…

MUAMBA: Pues si os parece, nos damos un margen de una semana, hacemos el bolo de Siria, y si para el 15 de julio no nos ha salido un trabajo nuevo, nos vamos para el Congo.



MUAMBA: ¡Mi móvil! ¡Silencio! ¿Dígame? “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”.

TELEOPERADORA: Buenos días, ¿es Muamba el Mercenario?

MUAMBA: Muamba el Mercenario Que Lleva Veinte Años Violando Derechos Humanos, señorita.

TELEOPERADORA: Sí, exactamente. Señor Muamba, le habla la señorita Marialinda Alcázar y Valle, de Vomistar.

MUAMBA: Señorita Alcázar y Valle, ya me llamó usted ayer y le dije que no quiero nada.

TELEOPERADORA: Y le seguiré llamando todos los días hasta que cambie de idea, Muamba el Mercenario. Porque ahora tenemos una oferta de ADSL que… (MUTE)

MUAMBA: La pongo en mute, que no sé qué me pasa con la señorita de Vomistar, que no soy capaz de colgarle el teléfono. Si la tuviera delante no tendría problema en violarla y mutilarla, pero por teléfono es que no me sale…



UN OJO TAYLOR: “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”, dígame. Señor Al Assad, ¿cómo está? Sí, claro, ya lo tenemos todo listo para la semana que viene. Ah, claro. EEUU pisándole los talones, claro. Diálogo con la oposición, ya, pero nosotros pensábamos que era todo de pantomima. Ya, un asalto con mercenarios no cuela ni de coña, claro. Ya, no pues nada. Otra vez será. Gracias, sí, hasta la próxima.

MUAMBA: No me digas más, nos hemos quedado sin el bolo de Siria. En fin…

WICKHAM: Si no fuera un tipo duro, con miles de violaciones de mujeres, animales, niños y derechos humanos en mi haber, lloraría.

CHINO: ¡Macrocéfalo, anfitrión, rocambole, ectoplasma, filoxera, caníbal!



MUAMBA: ¡Es él! ¡Es él! ¡Igual nuestra suerte está cambiando. Contesta, Un Ojo.

UN OJO TAYLOR: Aquí la “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”. Señor Gadafi, ¿a qué debemos el honor de su llamada? Sí… ¿Una semana? ¿Empezando mañana? Deje que consultemos la agenda… Sí, hay un hueco precisamente entonces. ¿Las tarifas de siempre? Ah. Ahá. Ya. Sí. Bueno, nos hacemos cargo, no creo que haya problema. No, no nos interesa cobrar en barriles de petróleo. No, tipo Brent tampoco. Muy bien. Nos vemos mañana, entonces. Sí, adiós.

WICKHAM: ¡Tenemos un bolo! ¡Tenemos un bolo!

UN OJO TAYLOR: Hay un problema, chicos. Muammar dice que igual se retrasan con el pago, no sé qué de que les han congelado las cuentas.

CHINO: "¡Ostrogodos, zulús, bereberes!"

WICKHAM: Chino, ¿no te das cuenta de que estás en África y que lo que acabas de decir es políticamente incorrecto?

CHINO: ¡Yo no me metí a guerrillero a sueldo para esto!

MUAMBA: Chino, la vida del soldado de fortuna es dura. Yo llevo 20 años violando derechos humanos. Me entrené en Corea del Norte. He luchado en Liberia, en Sierra Leona, en Darfur, en Sidán, en Bosnia. He aplastado revoluciones, me matado a decenas de miles de civiles. Y no todo ha sido bonito. Para ser mercenario tienes que amar este trabajo. Ahora estamos en una época de vacas flacas, pero vendrán tiempos mejores. Tiempos en los que podremos volver a pagar los taxis con diamantes de sangre.

UN OJO TAYLOR: Bueno, al menos tenemos un trabajo. Y luego ya veremos qué hacemos para cobrar.

CHINO: Eso sí…

WICKHAM: ¿Por qué será que siempre que nos llama Gadafi suena esa canción?

MUAMBA: No lo sé. Mira que lo hemos intentado cambiar, pero es como si los teléfonos estuvieran programados para reconocer cuando llama Gadafi.

CHINO: ¿Y por qué nunca podemos dar mi número?

MUAMBA: Porque es más grande que el mando de la tele, parece un walkie-talkie y porque es tan viejo que empieza por 8.

UN OJO TAYLOR: Además no admite politonos, y eso da muy mala imagen.

WICKHAM: En el tuyo suena una versión midi de Waltzing Matilda.



CHINO: ¿Sí? ¡Mamá! ¡Te he dicho que no me llames al trabajo! ¡No, no me tires los tebeos! ¡Que yo los recojo, que ya voy para casa! ¡No me voy a abrigar, en Libia hace muchísimo calor! ¡Adiós, mamá!

MUAMBA: Pues con esto damos por finalizada la reunión. "¡Especie de muñeco incendiario!"

WICKHAM: "¡Especie de ametrallador con babero!"

UN OJO TAYLOR: "¡Especie de ostrogodo iconoclasta!"

CHINO: "¡Especie de calabacín diplomado!"

MUAMBA: Mierda… ¡se nos ha olvidado cambiar las contraseñas!

NOTA: Ni Chrome ni Explorer me dejan poner colores en el texto. Lo volveré a intentar más tarde, de momento sólo se me ocurre gritar ¡¡¡¡¡¡¡EME A!!!!!!!

viernes, junio 24, 2011

Metepatismo insistente

Ayer descubrí que hay gente más metepatas que yo, no sólo por volumen de la metedura de pata sino también por insistencia.

Hace cosa de un mes, estaba en un sarao y me presentaron a una señora. Justo después de presentarnos nos dejaron a solas. A mí esas situaciones me dan pánico, hablar con gente desconocida, a solas o en grupos grandes se me da fatal. Estaba buscando rápidamente un tema de conversación, pero la señora fue rauda y veloz y se me adelantó:

- ¡Oh! ¡ESTÁS EMBARAZADA! ¡qué bien! - me dijo, mientras me plantaba la mano en la tripa.

- Em... no, la verdad es que no.

La señora se quedó seca. Retiro su mano de mi tripa y dijo "oh, vaya". Tardó dos nanosegundos en salir corriendo y en dejarme al lado de los canapés sola. Ý yo que estaba haciendo esfuerzos por ser una persona sociable y sin problemas de panidez... Miré hacia abajo y sí, como le comentaba por Twitter a Molinos a raíz de este post, llevaba un vestido corte imperio (bueno, en realidad ni llegaba a eso, sólo tiene la cintura un poco más alta de lo normal) y sí, he engordado un par de kilos, pero... jolín, que no, que no parece que esté embarazada. Me lo tomé a risa y punto, aunque me dio la impresión de que la señora hubiera querido levantar las baldosas y esconderse debajo.

Ayer estaba en una terraza con mi marido, haciendo tiempo para entrar al cine. En ese momento pasó esa misma señora delante de nosotros. Saludó a mi marido y después me saludó a mí. Repito, la MISMA señora.

-¡Hola! - me planta dos besos -TÚ ESTÁS EMBARAZADA, ¿verdad?

Estuvo a punto de entrarme un ataque de risa - no, no. No estoy embarazada. - parece que voy a tener que hacer un comunicado de desmentido y pasárselo al Hola.

- Oh, y yo ya te lo he dicho ya dos veces, ¿no?... vaya... bueno.. yoo... - y se sucedió una conversación absurda de "da igual, no te preocupes", "no sé porqué estoy tan empeñada" y un largo bucle de disculpas mutuas interminable.

Esta vez yo llevaba un vestido de delgada (pero que quizás, me hace más pecho) y al menos la señora no me plantó la mano en la tripa, pero yo estaba alucinada. Mi marido trataba de consolarme después, haciendo hincapié en que la señora es una de estas místicas iluminadas:

- Tranquila, no hagas ni caso. Ya ves como es ella en general... que a mí me ha dicho que me duelen las lumbares porque estoy sacando mis miedos profundos.

Acabáramos. Si va a resultar que tengo un embarazo astral proyectado en mi aura y que todos los místicos del mundo me lo van a detectar. No sé si es peor eso o encajar que he engordado más de lo que pensaba.