martes, octubre 22, 2013

Tacones

Esta mañana me he puesto tacones. Quedaban bien con mi falda y estaba de humor para llevarlos (no hay que llevar tacones si una no está de humor... puede acabar lanzándolos a cuatro metros de distancia en un arrebato de cabreo).

He salido con tiempo de casa, con tiempo más que suficiente para llegar al instituto, hacer fotocopias, buscar el pendrive que he vuelto a perder, coger los libros e ir tranquilamente a clase.

Llevaba tacones, así que en vez de darme el paseíto hasta la parada del tren he esperado al autobús. Después de todo, el marcador del tiempo ponía que el autobús llegaba en menos de un minuto.

Cinco minutos después, seguía esperando en la parada. Finalmente llegó el bus... pero si hubiera ido andando hubiera llegado antes a la estación.

Al llegar a la estación, el tren se acababa de ir. Sé que si hubiera ido andando, lo hubiera cogido. Merde. Seis minutos hasta el siguiente. 

Siete minutos después, apareció el tren. Iba hasta la bandera, claro. Pero lo peor es que, a su paso, iba dejando un rastro de humo sospechoso y un olorcillo a quemado inquietante. Nos subimos al tren. Yo y demasiada gente más. Íbamos tan apretados que podía escuchar perfectamente la música que llevaba la chica de al lado en sus cascos. Renfe, no te voy a perdonar que me hayas hecho escuchar a Dani Martín. Milagrosamente el tren seguía funcionando a pesar del olor a quemado. Pero en vez de tardar diez minutos en llegar a destino, tardamos más de veinte. 

Llegamos a la estación. Me bajé, tenía que hacer transbordo y coger otro tren. Lo ví en el andén. Corrí, al menos todo lo que me permitieron los tacones. Cuando me quedaban tres escalones y dos metros para estar dentro del tren... se marcha y lo pierdo. Cinco minutos hasta el siguiente. A esas alturas de la mañana, el "voy con calma y llego bien" se ha convertido en un "nollegonollegonollego". Por fin llegó el siguiente tren.

Finalmente llegué a mi parada. Allí tenía que coger otro autobús hasta el instituto. No hace falta decir que, según llegaba a la parada, he visto mi autobús perderse en la lejanía. Cinco minutos después, llegó otro. Cuando llego a mi parada, corro. Corro mucho (al menos todo lo que los tacones blablabla). Entro en el insti, escaleras arriba... y entro en la clase sin libros, sin fotocopias, sin pendrive y sin aliento. Pero puntual. Y con tacones. Puro milagro.

Mientras recuperaba la compostura y el aliento, lo único que podía pensar era "todo por culpa de los tacones". Ya se me había pasado el humor de llevarlos. Si hubiera tenido a mano unas bailarinas, los hubiera arrojado por la ventana.

Cuando he salido del insti, llovía.

Putos tacones.

7 comentarios:

  1. ¿Y que tal calzarse unas deportivas, llevar los tacones en el bolso, y hacer el cambio al llegar al inti?

    Apto para las carreras previas y mantener el ánimo de llevar tacones el resto del día (a parte de que tendrás las deportivas por si te apetece aparcar los tacones el final de día).

    Existen unas deportivas bastante ligeras (aunque no baratas), que vendrían al pelo...

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  2. Eso, como dice Pepito Grillo deberíamos marcarbos un working girl XD
    Yo llevo botas de tacón relativamente alto y las tengo controladas, pero zapatos de tacón (que también llevo) sólo si no voy a camninar ni un poquito!, Ahora bien, más incómodo que todo lo anterior me resultan las bailarinas, demasiado planas!

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  3. Se agradece que uses tacones, tantas deportivas ni nada.
    Mejor una profe glamurosa aunque pierda el autobús. ¡Va usted a comparar!

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  4. Jajajajajja! Eres grande, pequeña...

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  5. Tiene pinta de que fue el día en el "todo lo que puede salir mal, salio mal".

    Al menos de este día te acordaras y te ha salido un post.

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  6. Anónimo3:55 p. m.

    Ignoro tus capacidades a nivel de conducción, pero no te has planteado comprarte una moto? Ahorrarías tiempo y dinero.

    Mi mujer decidió vender el coche hace un año y va al cole en la moto, se evita atascos, buscar aparcamiento y se ahorra un tiempo que le permite descansar a mediodia en casa (tiene jornada partida).

    Vicent.

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  7. Pepito, ¡como en Armas de mujer, como decía Livia! Pero deportivas nunca, si acaso unas bailarinas monas que quepan en el bolso.

    Livia, me pasa igual con las botas de tacón, son más fáciles de llevar. Algunos zapatos de tacón sólo los llevo si me llevan en andas :D

    Juan Car, ¡claro que sí! glamour hasta en la sopa.

    Gato, ;)

    Asynjur, hay días en los que nada sale a derechas y no se puede hacer nada.

    Vicent, las motos me dan pánico. No voy mal en transporte público, suelo llegar bien... excepto los días en los que todo se tuerce :D

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