lunes, diciembre 15, 2014

Cierre

Hace tiempo que este post me está rondando la cabeza. Me cuesta desprenderme de las cosas, de las personas, cerrar cuando ha llegado la hora. Suelo remolonear, hacerme la tonta, mirar a otro lado, esperar por si hay oportunidad de continuar. Al final lo único que consigo es que las cosas agonicen tontamente, cuando quizás hubiera sido mejor darles el golpe de gracia mucho antes.

Creo que me ha pasado con este blog. Hace tiempo que siento como si todo a mi alrededor hubiera cambiado. Como si hubiera estado viviendo en un piso compartido y todos mis compañeros se hubieran marchado, uno a uno, a vivir solos y continuar con su vida y yo siguiera aquí, estancada, en este gran salón, hablando sola. Y no me gusta la sensación. Tampoco puedo escribir de lo que ahora mismo me apetece porque seguramente no pegaría con lo que era antes este blog.

Así que, por mi parte, he decidido levantarme, coger mis cosas, apagar la luz del salón, salir y cerrar la puerta del salón.

Un par de personas muy sabias me han dicho que este blog se merecía un cierre, una despedida. Así que aquí está, al menos para mí. Después de casi nueve años, tras casi mil posts entre todas, miles de comentarios, horas de risas... es hora de decir adiós. Me quedo con todas las grandes cosas que me ha aportado este blog, con todas las posibilidades que me ha abierto. Lo mejor, sin duda, ha sido la gente que he encontrado por el camino. Muchos amigos. Y un amor. ¿Qué más puedo pedir? Nunca me imaginé que el blog cambiaría tanto mi vida cuando escribí mi primer post.

Si queréis, podéis encontrarme en mi nuevo blog.

Ha sido un placer. Gracias a todos. Mil gracias.