lunes, junio 12, 2006

A mí, plin...io

Los exámenes son momentos críticos para cualquier alumno. Los nervios juegan malas pasadas y se puede llegar a meter la zarpa mucho. Pero mucho, mucho. Que se lo digan sino a los profesores que han ido recogiendo la antología del disparate. Y seguro que todos tenemos algún despiste de esos garrafales en nuestro historial (o muchos, depende del grado de estudio, despiste y brutalidad).
El mío no fue gracioso, pero sí gigantesco: insinué (y juro que sólo lo insinué) que Plinio (gran autor romano) era griego. Fue una de las pocas asignaturas que he suspendido en mi vida, pero es que aquello no tuvo nombre: al pobre profesor especialista en Historia Antigua le debí arrancar dos años de vida, porque insinuar eso es como afirmar que Cleopatra era canadiense o que Mozart era un especialista en solos de tam-tam allá en la sabana africana. Y lo peor, lo que sí que no tiene perdón, es que el examen era con apuntes.
Bien, una vez eliminada cualquier sospecha de que yo pudiera ser una chica culta y lista, sigamos con el post.
Esta semana en casa nos hemos reído un montón a costa del examen de la escuela oficial de idiomas de alemán de Hermano. Al acabar el examen le llamé para preguntar qué tal le había ido:
- Puf, bien, menos la parte de comprensión lectora.
Pero al día siguiente:
- Hermana, qué angustia. ¡Me he despertado esta noche a las cinco, con el corazón parado y me he dado cuenta de que me he equivocado en una palabra del examen!
- Bueno, pero por una palabra no pasa nada, hombre, no vas a suspender...
- Ummmm...
Hermano cambió una c por una n. Confundió Schinken con schicken. Es decir, "jamón" con "enviar". Así que, traducida, su redacción (que consistía en mandar una carta) dice así:
"Por favor, jamonéame los cd´s que te pedí. Entonces, yo te jamonearé el dinero".
Suspender, no sé. Pero en algún lugar del mundo hay un profesor de alemán que aún se está riendo.
Ala, si os animáis, jamoneadnos vuestros comments contando vuestras meteduras de zarpa en exámenes (jijiji, lo siento, ya sé que es fácil y malo, pero no lo he podido resistir).

6 comentarios:

  1. Que bueno el jamoneado...
    Recuerdo un examen de Estadistica... Donde teniamos que hacer un estudio sobre un grupo de poblacion con sus datos metidos en una matriz y esas cosas...
    Como no tenia ni idea de como quedaria el estudio y sabia que me iban a catear de todas maneras... Me dedique a dibujar la matriz como si fuera un monje de clausura de la alta edad media...
    Aquella obra de arte pictorica con numeros goticos... Sus decoracion floral a cada lado de la tabla... El pequeño abad en la celda maestra donde nacian las filas y las columnas señalando las diferentes variantes...
    Aquello me valio un 2´5 de nota sobre un cero que hubiera sacado...

    Una pena que no pudiera quedarme con aquel examen...

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  2. El más grande mío creo que fue en un examen de matemáticas en el instituto. Pues, y juro que es verdad, que 1+1=1

    Y me quedé tan ancho.

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  3. Yo tengo un amigo que se equivocó en un aletra y en vez de hablar de la tecnología punta habló de la tecnología puta.

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  4. Nietzche: qué artista. Si llego a hacer eso yo, con mis dotes para el dibujo, en vez de un cero habría sacado un -3.

    Borja: Bienvenido. Está claro que, puestos a meter la pata, que el descalabro en cuestión sea glorioso.

    Achab: ¿no sería cuestión del subconsciente? Porque con lo mal que me llevo yo, por ejemplo, con mi impresora, no te creas que no la he llamado así pocas veces (pero bajito y a solas, que queda muy feo eso de insultar).

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  5. Tengo que aprender alemán, o tienes más hermanos??

    Yo no tengo historias de meteduras de pata, pero sí de montar numeritos...

    Llegar en camisón (ejem, mi camisón es bastante vestible, y fue culpa de mi compañero de piso que olvidó las llaves al bajar a por el butano -sí, bajábamos a por el butano en pijama...- y me dejó en la calle de buena mañana).

    No ser capaz de aguantar todo el examen sentada (habíamos bebido taaanto café -con nata, pq se nos acabó la leche- la noche anterior, que la mano me temblaba, y el estómago también: primera y última vez q no duermo mis ocho horitas de rigor pre-examen, y suspendí, además)

    Mi compañera y yo estudiábamos juntas, y teníamos la sana costumbre de elegir mútuamente nuestra ropa para los exámenes. Reconozco que alguna vez nos hemos rallado, sobre todo al peinarnos/maquillarnos la una a la otra (hehe, y yo no me maquillo nunca!)

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  6. Claradriel, ¡con un hermano me basta! pienso en tener otro como él, y, y, y... me volvería loca.

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