Hitler, Vlad el empalador y Amanda de Melrose Place fueron castigados a penar de por vida en el infierno. Y el castigo que se les impuso en el infierno fue: ¡Hacer una mudanza tras otra... sin parar... durante toda la eternidad!
Estoy sufriendo, sufriendo mucho y de una forma cruel. Tras trasladar todas mis pertenencias en cuatro viajes de coche grande a mi nueva casa mientras en la calle hacía 42 grados y el asfalto se desteñía (color ala de mosca) y ver a mi progenitor tan cerca de un infarto que no dejaba de mirarle constantemente los dos brazos (no recordaba cual es el que te duele antes de un ataque al corazón) decidimos... desmontar un armario, meterlo en el coche y subirlo a mi nueva casa...
fue tan costoso... había tantas escaleras... se necesitaron tantas tiritas... que solo de intentar reproducirlo se me baja la tensión.
¿Por qué? os preguntareis. Por qué no esperasteis al día siguiente cuando, después de beber cinco litros de agua, ya volvieseis a estar hidratados.. por la misma razón por la que la mudanza se hizo en un tiempo record de cuatro horas, sin paradas, casi recibiendo el agua mientras levantábamos las cajas cual ciclistas... por la misma razón se empeña en levantar cuatro cajas a peso cuando hay tres personas mirando (matemáticas básicas: una caja por persona, cero lesiones coronarias, cero lumbalgias cróncias)...
El caso es que tras el esfuerzo sobresobrehumano (que está por encima del esfuerzo sobrehumano común)... ahora van la sister y dice que no le cabe el armario... que no sirve.
Ese armario fue montado el año pasado por la perri con gran gran gran esfuerzo y gran gran gran orgullo de género... y además es, junto con una cómoda chunga, el único objeto material mayor que una impresora que poseo... vamos, que si me caso mi ajuar consistiría en unas toallas bordadas por mi madrina, un dvd (regalo de banesto) y ese armario... ¡ Y ME LO QUIEREN ARREBATAR!
... porque la casa es taaaaan pequeña que no cabe en otra parte... pero lo que es peor... no me lo quieren arrebatar a secas... mi padre se lo prentende llevar a gijón. Sí, señores.... quiere viajar 600 kilómetros con ocho tablas de conglomerado macizo apuntándole a la nuca... yo me niego... el no entiendo que yo visualizo constantemente como un coche le da un golpe por detrás... las tablas se desplazan y o le deja parapléjico o directamente le cortan la cabeza (y imaginarse eso... teniendo en cuenta lo hipervisual -- si hoy es el día internacional de los superlativos..¿qué pasa?-- que es mi imaginación es como la tortura de la gota de agua --buscar en google--)...
En fin... esta experiencia me ha cambiado... a partir de ahora seré buena... muy buena... mmmmmmmuuuuuuuuy buena... no quiero pasarme la eternidad haciendo esto...
os seguiré informando.
Una mudanza está junto a los divorcios en la lista de cosas más estresantes de este mundo...
ResponderEliminarJo, Perri, te acompaño en el sentimiento. Yo, en un afan de reunir todas mis cositas a mi alrededor, me traje a mi casita nueva mis libros preferidos. Diez cajas. Me resultaba muy difícil escoger y sé que voy a morir el día que me vuelva a mudar.
ResponderEliminarzarajota: Igualmente importante, es tener al menos cerveza fria para compensar a los estafados.
ResponderEliminarPero no seais tan pesimistas... que son unas cuantas cajas ante la ilusión de un nuevo comienzo? Blandengues....