Pero acabamos consiguiendo otro distinto.
En el caso de Be, alcanzó gran parecido con ella:
Pero es que yo me aproximé a otro personaje famoso, de un gran clásico del cine: "Con faldas y a lo loco". Y no, no me refiero precisamente a Marilyn:
Cuando te plantas una peluca y acabas pareciéndote a Tony Curtis o a Cicciolina, puedes reír o llorar. Nosotras elegimos reír (bueno, y mis padres, mi abuelo, la Perli... y todas las gentes que nos vieron camino a la fiesta).
Nos recogió la Perli en coche y nos enseñó su disfraz: ella directamente había pasado de la temática surfera y se había colocado unas alas y una tiara, con varita y espada... iba de "Caballero del zodiaco" (con variadas reinterpretaciones: hada, ángel exterminador, el ángel de la gran ola...). Aprovecho para decir algo: yo quiero unas alas. A ser posible, las del escaparate de los chinos de casa de Be.
La fiesta se celebró en una playa recóndita, a la que se accedía después de bajar por una carretera de cabras enmedio de un bosque. Y allá nos plantamos.
Cuando llegamos fue el acabose: nadie, excepto nosotras y la Perli, iba disfrazado. Ellos se habían apañado con unos bañadores floreados y poco más. Y ellas hechas unas sosas. Fue como la escena de Bridget Jones disfrazada de conejita entre gente normal. Pero... ¿nosotras achantarnos? pá qué.
Be se creció y fue saludando a la gente:
- "¡Hola, soy Barbie Malibú!".
Con gran maestría por su parte, ayuda del método Stanislavky ese y mentalidad "from lost to the river", fue saludando a la gente metida en su papel de rubia tonta. Si en Disneyworld la gente se hace fotos con Mickey, en la fiesta playera se las hicieron con nosotras.
Entonces, aparecieron los kenes: tres maromos que nada más llegar a la playa se habían descamisetado para ponerse morenos a la luz de la luna (y, oh, lucir involuntariamente esas carnes de gimnasio). Veintipocos, con la actitud confiada y excesivamente directa y chulesca del chaval que cree que tiene éxito (entre las chicas de su edad y su cerebro). Claro, "rubia, rubia" y vinieron derechitos a nosotras. Y se encontraron con una Be poseída por el espíritu de la peluca rubia:
- Hola, rubia.
- ¡Hola, soy Barbie Malibu!
- Jaja, que graciosa, ¿Cómo te llamas?
- Yo soy Tiffany y ella es Amber- señalándome.
- Ah, ¿y de donde eres?
- De Malibú.
- Jo, como mola tu peluca.
-¿Mi peluca? Pero si soy rubia natural - perdón, Tiffany en realidad dijo: - pero si soy ruvia natural.
Así toda la noche. Toda aproximación que los kenes intentaron, acabó en un "En malibú no pasa esto", "jo, que difícil es ser una rubia como yo", "uy, no, esto no se baila arrejunto como tú dices, es así, separado, ¿ves?" y demás. Así que decidieron sentarse con nosotras y darse al alcohol, desesperados, que no todos los días se topa uno con Barbie hecha persona y actitud. Encontrarse a alguien con una conversación aún más limitada que la suya debió ser desconcertante para ellos. Pobres ilusos.
Hasta entonces, no había hecho muy buena noche (a ratos chispeaba), pero de repente, se abrió el cielo y el diluvio universal empezó a caer sobre nosotros. Cinco chicas (yo me había despojado de peluca y demás), una Barbie y dos kenes nos tuvimos que arrejuntar debajo de una sombrilla. Los kenes, felices, y nosotras cada vez más heladas y caladas. Hasta que vimos que aquello no paraba y decidimos coger las cosas y salir pitando, y rápido, porque el agua comenzaba a correr cerca de nuestros pies desde la parte de arriba de la montaña. No llovía: jarreaba, así que en los cien metros que había hasta el coche nos calamos. Y en los últimos tramos el nivel de la riadita nos llegó a la pantorrilla.
Abandonamos a los kenes (que buscaban al tercer ken, que según ellos estaba "pinchando"... que espanto) y salimos de allí empapadas, con media playa metida en el coche de Perli y un río fuera. Parecíamos una lancha motora que va haciendo olas a su paso, pero la maestría conduciendo de Perli nos sacó del apuro. Y por poco, porque los que salieron después de nosotras, se quedaron atrapados por la riada (sin más consecuencias que la de estar la noche allí, no hubo catástrofe que lamentar). Creemos que los kenes fueron atrapados también por la riada, buscando al amigo pinchador.
Be se quitó la peluca y, cosa de magia, empezó a tomar conciencia de todo lo que había soltado. Es lo que pasa con el método Staniskosqui ese, que te metes en el papel y es complicado dejarlo. Los amigos de la Perli deben pensar que somos muy raritas. Pero nos reímos mucho y la noche acabó con la tan traída y llevada frase: "esto tiene un post". Pues aquí está.
pinchando...
ResponderEliminarAij...
Que peaso bellotos.
si es que eso pasa cuando uno se mete en una fiesta con un montón de desconocidos (y da lo mismo que sea en la playa en agosto que en un piso en septiembre)
ResponderEliminar¡Las rubias no somos tontas¡ ¡Las rubias no somos tontas¡ Dame una R, dame una U dame una ... ¡Las rubias no somos tontas¡
ResponderEliminarAh, ¿también cae el diluvio universal en los pisos que hacen fiestas en septiembre?
ResponderEliminarDios, menda riada... Estuve a punto de morir rubia!!!
ResponderEliminarLo de morir siendo rubia no está mal. Todas las mujeres españolas tienden al rubio con el pasar de los años (aunque sea vía farmatint), así que no es tan raro.
ResponderEliminarEs que estuviste a punto de morir hecha la reencarnación de la Barbie, eso sí que es fatal: "uy, mira cuanta agua... ¿Adonde irá? esto no pasa en Malibú..."
Jajajajaj!!
ResponderEliminarBe, me ha contado un hada vengadora que mientras os refugiabais bajo la sombrilla, tú estabas agarrada al palo y uno de los kenes te rodeaba con la estrategia "de aquí no te me escapas, rubia"...
Me alegro de que la hecatombe natural no os dejase allí encerradas, a mano de unos descerebrados que no serían capaces de valerse ni una noche en Perdidos...
¿Qué haré yo cuando llegue a los cuarenta? El rubio me tiene que sentar como el culo...
Ay, Gato! Que ayer intenté limpiar el coche, pero me tocó el aspirador averiado y me cabreé. Salí de la gasolinera con el coche y sus dos kilos de arena y pelos rubios por doquier.. Si Grissom viniera a mi coche, tendríamos para capítulo doble. Ah, y tamibén purpurina, mucha purpurina!!!
ResponderEliminarBueno, perli, miralo por el lado bueno, ahora tienes un coche barbie-fashion que va a ser la envidia de todo Mallorca. Creo que sólo le faltaría que le pusieras tus alitas de ángel vengador en el capó para que estuviera completo!
ResponderEliminarY luego le haces una foto, que seguro que sería mítica :D
Las mujeres en España no se hacen mayores: se hacen rubias. Así que vosotras todavía tenéis mucho tiempo de cabello castaño.
ResponderEliminarEn cualquier caso, el viaje de Be parece abocado a acabar como un capítulo de Perdidos... al río. O a la riada, para ser precisos.
Ay, mj, que idea mes has dado... Voy a tunear mi Clio rojo cereza mentalizado!!!!!
ResponderEliminarcon alas de hada, varitas mágicas, floreeeessss, purpurinas varias y en el tubo de escape, en lugar de humo que saque pompas de jabón!
Total, hay mucha gente que lleva peluches en el coche... No sé que es más ñoño
Eso lo has copiado de mi 106: estoy falta de pasta pero yo ya te dije que quería ponerme la versión Flamante-Glam. Purpurina y lentejuelas en retrovisores y capó. Y estrellitas.
ResponderEliminarPos t'aguantas, porque ya tengo la purpurina y las alas.
ResponderEliminarLa varita, la espada y la corona las he colgado en la pared de casa, que nunca sabes cuando volverán a hacerte falta.
Claro que sí, nena, es lo que yo llamo un fondo de armario
ResponderEliminar¿Con sólo una peluca s eos puede hacer eso?
ResponderEliminarVoy a por una.
Ya, ya... pero mi Ken Mallorquín era tan alto que tapaba todo el viento y la lluvia, y no me mojé nada (antes de la carrera hacia el coche).
ResponderEliminarAdemás me había tocado el más pardillo (esa noche tuve suerte!!!), y sólo me protegía de la tormenta mientras me daba besitos en el pelo de poliester.
Nos reimos tanto de ellos que hubieran dado penita de no saber que su motivación última era "pinchar". El de Misia daba un poquito más de miedo...
Pinchar... creo que mi vocabulario acaba de enriquecerse con una nueva acepción de ese término
ResponderEliminarPerli, tunea el coche YA. Te prestamos la peluca e irás total.
ResponderEliminarAchab, llegas a aparecer esa noche vestido de capitán y/o con peluca y somos nosotras las que te acorralamos contra una sombrilla. Es que estábamos faltas de apoyos entre tanta gente "de normal" (aún me suena raro el tuteo, ains).
Disculpad, pero Barbie Malibú NO existe, la que si existe (aunque sólo sea en dibujos animados) es Esteisi (o como se escriba) Malibú; la inseparable muñeca de Lisa Simpson.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por la aclaración. Aunque, ahora que lo pienso, si Barbie Malibú no existe... ¿entonces quien era la pava que dio tanto la brasa el sábado con que era Barbie Malibú? Para que te fíes tú de las barbies rubias. Jo.
ResponderEliminar(Ah, y claro que nos acordamos de Stacy... una de las propuestas de disfraces era ir una de barbie y la otra de Stacy, con un par de deditos vendados, pero nos temíamos que ningún ken lo iba a pillar).