domingo, julio 13, 2008

Sábado, sabadete: Sabondage


Retomamos la maltratada sección de los fines de semana con un post chu-lí-si-mo que nos trae Ephedro. Gracias a él vuelve el erotismo, el morbo y la sensualidad a Quédate a Dormir. Lean, lean, ya verán.

Niño, mil gracias: no se puede molar más. (Yo sin embargo soy un p*to desastre y he subido el post el día que no es. En fin).

La facultad, divino pasado. Me he reencontrado con amigos de la facultad. Amigos de esos con los que hablas un poco y ves que compartes mucho. Amigos que me han sacado por Madrid a cenar con los poli, a beber birra y a comer en restaurantes exóticos. Me embaucaron también para asistir a lo que yo creía que iba a ser un taller de macramé.

A pesar de que normalmente soy tardón, me las apañé para llegar al sitio a tiempo. De hecho, llegué antes que mis amigos, así que no sabía como identificarme:

- ¿Es aquí el taller de cuerdas?
- Mmmm. No. Aquí no hay ningún taller.
- Es que vengo con el grupo de Fulanito y Menganito y no han llegado...
- Ah, debes ser el que falta por pagar.
[Modo cara colorada: ON]
- Debe ser eso, sí.
- A ver, aquí lo que hay no es un taller sino una sesión de shibari.
En esto, aparecieron mis amigos para rescatarme y pasamos al local.
[Modo cara colorada: OFF]

Nos recibieron con zumos variados, frutas, queso, tomatitos-cereza, frutos secos... Un par de mesas llenas de tentempiés con muy buena pinta estaban a nuestra disposición.

Entonces, Eva nos presentó a los que no nos conocíamos y explicó un poco cómo se desarrollaría la cosa:

«Aquí tenéis, podéis tomar lo que os apetezca. Sabéis que la regla es llevar a cabo una práctica sensata, segura y consensuada (sane, safe and consensual). Esto consiste en conocer, aprender, practicar, enseñar y, sobre todo, disfrutar en compañía. Para los que no las traigáis, tenemos un par de tijeras de seguridad. No se puede beber alcohol, ni nada parecido. Si necesitáis algo, no tenéis más que preguntar». Así que bajamos a la mazmorra, un garaje situado en el centro de Madrid, con su moqueta en el suelo, sus argollas en el techo, su bóveda y sus ladrillos vistos para ponernos con nuestro particular macramé humano.

apassionplay.com Todo el mundo, menos yo, había traído sus cuerdas. Mis amigos me prestaron una, de color azul, y me ataron y me dejaron que les atara. Me enseñaron primero las tijeras de seguridad y me dijeron dónde estaban. En ciertos juegos o prácticas eróticos se tiene que tener en cuenta que en algún momento podemos pasar por un apuro. Por eso, es crítico establecer vías de escape directas: tanto códigos como mecanismos que nos dejen cien por cien en ausencia de riesgo.

Tijeras de seguridadLa verdad es que es muy divertido y puede ser muy muy sensual. Es importante, sin embargo, empaparse bien primero para no hacer/se pupita no deseada. A mí me resulta igual de interesante atar que ser atado. Atar me parece sobre todo psicológico, porque se trata de tener el control, situación erótica donde las haya. Atar es demostrar habilidad y saber jugar con los tiempos, con la tensión de las cuerdas y con las formas o las inmovilizaciones. Ser atado lo veo más físico, aunque la sumisión tiene su erótica también. Ser atado es disfrutar de la soga recorriendo el cuerpo, rozando puntos erógenos, levantando pechos o genitales, es jugar a rendirse y canalizar la energía de quien te ata.

Yo tenía un compromiso y me tuve que ir a cenar. Una pena, porque hasta hubo quen se suspendió del techo. Para colmo, la que había planeado como una cena íntima se convirtió en una fiesta internacional y me arrepentí un poquito de no haberme quedado. Pero sé a dónde ir por más.

Os dejo con dos repuestas a las intrigas que seguro que os rondan.

La primera, lo que viene a ser una persona bien amarrada:
Miguel y LorenaGracias a Miguel, todo un artista,
y a Lorena por permitirme esta foto.
La segunda, lo que se os viene pasando por el testuz desde hace rato:

No, no era una orgía. Certifico que no lo fue durante las primeras horas. Cuando yo me fui tampoco, según fuentes fidedignas. Y , todos éramos personas cuerdas, normales y corrientes, con los genitales cubiertos.

Me despido recomendándoos efusivamente que deis rienda sujeta a vuestro mayor órgano sexual: el córtex.

Gracias a mis amigos y a la maîtresse, Eva.

15 comentarios:

  1. Coincidiendo con ephedro en lo interesante de la situacion que se genera, el metodo en concreto (el shibari) nunca me ha atraido lo mas minimo.

    Ni el efecto estetico ni la complicacion del mismo (venga a medir cuerdas y a amorcillar al sujeto-paciente) me ponen. Seré un etnocentrista, pero el hombre blanco ha inventado cantidad de juguetitos con hebillas, candados y lazadas. Y la variedad de texturas deja enanas a las cuerdas en seguida.

    Pero claro, en todo esto entra el gusto personal de cada uno.

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  2. Pues yo creo que el Shibari (cosa de japos, cómo no) se centra en la complejidad estética de la atadura como fín en sí mismo y pierde de vista la intención original , que era inmovilizar al sujeto. Es perderse en los detalles (y gastar veinte veces más cuerda de la necesaria :P )

    Simplicidad, agente Starling...

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  3. Creo que hay que atender a todo esto como un problema de tiempos: ¿es el tiempo necesario para desplegar y ejecutar la técnica mayor que el tiempo que puede disfrutarse con ella (por aquello de la circulación sanguínea, los roces y abrasiones y la incomodidad)? Si la respuesta es si, entonces no merece mucho complicarse con ello.

    Será la edad, que me ha hecho vago.

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  4. Bien; un post sobre bondage japonés,justo detrás de uno de Rainbow-Brite...

    el bot de google va a flipar pepinillos.

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  5. Tou, es una muestra pequeña pero representativa de la personalidad ecléctica, polifacética y variopinta de QaD.

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  6. Anónimo6:54 p. m.

    curiosa práctica, no la conocía

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  7. Yo no soporto que me aten, me sudan hasta los dientes sólo de pensarlo, me da igual lo bonito que le salga el lazo.

    wxrpmvmg

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  8. Es que una atadura bien hecha(filigranas aparte) sujeta sin rozar ni molestar (molestar más de lo intencionado, se entiende).

    Bueno, eso me cuenta un amigo mio... ¬_¬U

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  9. ejem, como mujer abogo más por lazos de seda suavitos que por cuerdas picajosas. El efecto erótico de "atarse" (si es de eso de lo que hablamos) será igual pero más cómodo ¿no? y eso de estar pendiente de donde andarán las tijeras por si tengo que salvar de rozaduras varias a mi pareja me haría perder toda concentración posible.
    Es una opinión, claro está.
    besukis!!

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  10. Hombre malo, E.Martin, Illuminatus, et caeteris excepticus paribus:
    Con esto pasa como con vivir un año en el extranjero. No es una experiencia que se pueda transmitir en un post...
    Está claro que el shibari, como cualquier juego del tipo, necesita de un sacrificio inicial, para que se pueda hacer con soltura e integrarse en el juego erótico: práctica.
    Tampoco es lo mismo el shibari fotografiable, con bellos nudos complejos, que el de un buen rato de sexo.
    Además, como la vida misma, hay que saber ponerle gracia al momento. No es un ejercicio para ejecutar: hablemos, acerquémonos, tensemos o soltemos, metamos y saquemos, chupemos, hablemos al oído o provoquemos pausas intrigantes... un poco de salero ¡o estamos abocados al tedio!
    Pero, claro, siempre es cuestión de gustos y ganas.

    Tow:
    Así llevará el pobre bot desde que estas niñas nacieron, aprox. Eso es lo que lo convierte en no-humano ¿no? Jua, jua.

    Amor:
    ¡Pues a probar!

    Céfiro:
    Acabas de definir tu rol por exclusión.

    Sheena:
    Te recomiendo que atiendas a la segunda apreciación de E.Martin, por un lado. Por otro te diré que los lazos son mucho más chungos. Cualquier material suave y deslizante es ¡peligroso! ya que no asegura la fijación de los nudos y su posterior desanudado. La cuerda que se usa para el shibari (una buena cuerda de yute o cáñamo) es curiosamente antideslizante consigo misma pero increiblemente suave con la piel.
    Y, no nos engañemos, de las tijeras no se anda pendiente: ¡se tiene claro dónde están! Vamos a no tontear...

    Be:
    Desde luego, QaD es más variado que la ensaladilla veraniega de restos de la nevera Rodríguez. Después de estos comentarios, puedes actualizar la entrada con un gancho que diga «Actualización: Más calor en los comentarios», ja, ja, ja.

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  11. Yo es que soy más de porra eléctrica y escopolamina.

    Un romántico, vaya.

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  12. Somófrates, tú como siempre rompiendo clímax. :D

    ¿y lo de que te rasquen la espalda?
    Es broma, los juegos molan todos, si estás con la persona adecuada (o al menos éso crees).

    Pero yo soy más de los disfraces y la risa...

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  13. "Céfiro:
    Acabas de definir tu rol por exclusión."


    Tengo mucha experiencia en el uso de cuerdas y tipos de nudos, y he atado a alguna que otra persona, y nunca he sentido placer... aunque si me lo piden con lujuria yo ato a quien haga falta.

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  14. Somófrates:
    ¡Escríbenos un post electro-burundango!

    Gato:
    Mira que yo los disfraces... los encuentro mucho menos eróticos si carecen de látex, cuero o similar. Eso sí, de peque me erotizaba la idea de llevar capa (freaky apuntaba, declaro). Claro que amor y risas mola...

    Céfiro:
    Es que lo suyo es hacerlo con lujuria. De todos modos, a cada uno le va un rollo (de cuerda XD), Perogrullo dixit.

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  15. Ehmmm...

    Sí, definitivamente, estoy muuuuuy pasado de moda, jejeje...

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