miércoles, febrero 25, 2009

Poema en el espejo


Cuando me independicé escribí con rotulador rosa en el espejo de mi cuarto malasañero uno de mis poemas preferidos. Es del poeta americano William Carlos Williams, dicen que parece un post-it que garabateas y dejas en la nevera para que lo lea tu novio y dice tal que así:
This is just to say

I have eaten
the plums
that were in
the icebox

and which
you were probably
saving
for breakfast

Forgive me
they were delicious
so sweet
and so cold

Es sólo decirte

Me he comido
las ciruelas
que estaban en
la hielera

las que tu
probablemente
guardabas para
el desayuno.

Perdóname,
estaban ricas,
tan dulces
y tan frías.
La cutre traducción es mía, sorry.

Al mudarme a la casa "nueva" ni pensé en escribirlo. Pero hace como dos meses, sin saber por qué, agarré un rotu rosa y… allí está, en el espejo de mi cuarto.

Animaos, pequeños visitantes anónimos, commentaristas habituales, amigos, mirones silenciosos. ¿Qué os inspira este poema? ¿Qué os hace pensar, qué os hace sentir? Dejádmelo en los comments, psicoanalicemos lo tortuoso de mi mente.

Os pongo lo que me inspira a mí a continuación, pero oculto. Para desvelar lo que mi maligna mente piensa sólo tenéis que seleccionar el área en blanco de aquí debajo.

· Va de vivir la vida, de disfrutar las cosas sin pensarlo mucho, tal como vienen, tal como te apetecen. (Quiero una ciruela, me la como. Quiero un beso, lo doy)

· De que vivir así puede fastidiar a los demás, a los que te importan, y luego hay que pedir perdón. (Para ti eran importantes las ciruelas… pues me las he zampado)

· Va de que las relaciones tienen una parte de desnivel que se puede intentar salvar para que no haya "ese espacio entre los dos". (Por eso te dejo la notita)

· Que nos podemos poner muy tiquismiquis y que una tontería sin pensar puede joderlo todo. (Al fin y al cabo sólo son ciruelas, te pido disculpas pero pensando que no es para tanto)

· Va de sexo. (Deliciosas, dulces, frías… Y encima ciruelas, que son una fruta de lo más veraniega, jugosa y morbosa)

Sí, vale, a lo mejor soy una cursi. Pero al menos no es Bécquer.

martes, febrero 24, 2009

¿Quieres mariposas? Pues toma dos tazas



Soy una yonki.

Vivo pendiente de los put*s bichos. Las mariposas de los emails/sms/facebookcosas que me mande el chico (o chicos) que me gusten en ese momento, las de las conversaciones de msn cuando menos debo, las de las conversaciones paralelas, las de las llamadas telefónicas que espero como agua en el desierto, las de los tonteos puntuales (o no tanto) en el trabajo, hasta los de cuando los maduritos interesantes del curro de Sark me tiran los tejos (mariposas cuarentonas).

Y las adicciones tienen consecuencias.

¿Sabéis esos anuncios de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción en que te dicen de cuántas maneras las drogas te pueden joder la vida? Pues se les ha olvidado comentar una: ya no puedo cocinar.

En los últimos tiempos he quemado palmeritas de hojaldre (que son más fáciles de hacer que andar a gatas), he estropeado guisos de lentejas (que me salen deliciosas y las sé hacer con los ojos cerrados), se me han salido las lasañas del pírex (y mira que las lasañas son una baza segura), se me han bajado las mousses (esto es lo que más me asusta, ¿será una señal?)…

Menos mal que aún sé hacer té. Y eso de momento.

Me veo en breve comprando platos precocinados en La Sirena.

Aunque mientras se quede en la cocina no pasa nada. Gracias a dios, de momento mi adicción particular no está teniendo consecuencias en mi trabajo. Y eso que a veces estoy tan pendiente de mi dosis que el otro día estaba tan "concentrada" (!!!) mientras escribía el guión para la tele que al día siguiente no me acordaba de qué demonios había dicho.

Todo se queda en mariposas, no crean. Nada de lo que me surge "puede ser". No me refiero a los piropos que decía antes, o a los tonteos coyunturales. Me refiero a las cosas que no te esperas, que sabes que no van a ir a ningún sitio, pero que dices: "Mi*rrrrrrrrrrrrrrrrda, ésta sí que hubiera merecido la pena…".

Sé que no es el momento de que me meta en nada con futuro, pero me da una rabia. Margaritas a los cerdos.

lunes, febrero 23, 2009

Despeinada

Estoy agotada. Sigo ensayando sábados y domingos y descanso más bien poco. Llego a los lunes arrastrándome y añorando mis siestas. Y este lunes es aún peor, porque el sábado me fui de cena a un japonés y después salí de juerga con Miss X y Maya. Me lié, me lié... y volví a casa con el domingo ya amanecido. Fue muy divertido aunque no recuerdo muy bien porqué acabé cantando por la Gran Vía a las seis de la mañana una canción de Sonrisas y Lágrimas y haciendo reverencias delante de un cartel de Madonna.

En resumen, que hoy me toca un día duro por el cansancio acumulado, así que me voy a poner una canción divertida que han estado cantando mis compañeras de baile todo el finde, a ver si llamo al buen humor:

Tu tienes una carita deliciosa
y tienes una figura celestial.
Tu tienes una sonrisa contagiosa
pero tu pelo es un desastre universal.
Ah ah ah ah ah ah ah ah
Se paran de puntas como un puerco espín
Parece la estatua de San Peluquín
Ni tres peluqueros te alcanzan a ti
Con peines de acero y sierra sin fin
Tu tienes unos ojitos soñadores,
pero tu pelo.... ay, qué cosa tan fatal.
Despeinada ah ah ah ah ah ah Despeinada ah ah ah ah ah ah
Despeinada ah ah ah ah ah ah Despeinada ah ah ah ah ah ah

Eso sí, cuando la escucho me acuerdo de que mi melenón necesita una actuación urgente, porque el momento "tu pelo es un DESASTRE UNIVERSAL" parece estar hecho a mi medida ahora mismo.

Miss X, espero que pronto podamos repetir plan, a ver si en la próxima ocasión logramos arrastrar a Maya a ese sitio.

viernes, febrero 20, 2009

Pecadores

Ayer salió en la prensa una noticia sobre un estudio de un sacerdote católico ¡de 95 años! acerca de los pecados más frecuentes entre hombres y mujeres. Da la casualidad de que justo ahora estoy explicando a mis chicos El Bosco, un pintor flamenco que le encantaba a Felipe II (sus pinturas hablaban obsesivamente de pecadores y del castigo que tendrían, algo muy acorde a la religiosidad de Felipe). El Bosco pintó una tabla de mesa hablando, precisamente de los siete pecados capitales (está en el Prado y las fotos no le hacen justicia) de los que habla el sacerdote de la noticia.

Me hace gracia que el señor se haya marcado una "estadística": ¿fue poniendo crucecitas en una tabla por pecado y sexo en el confesionario? ¿hizo después la gráfica? ¿Eso no es violar el secreto de confesión? En fin, que a lo mejor son cosas mías, pero a mí me da la impresión de que el señor es un poquito misógino, por lo siguiente:

Según él, los hombres pecan de lujuria, gula y pereza.

Lujuria
Dos parejitas se entretienen en una tienda, distraídos por un bufón

Gula

Pereza
Mientras la mujer se prepara para ir a misa, el hombre duerme en la silla


Las mujeres pecan de soberbia, envidia e ira.

Soberbia
La mujer se mira coqueta en un espejo, sostenido por un diablillo


Envidia
"Dos perros con un hueso rara vez llegan a un acuerdo", dice un refrán flamenco

Ira
Un hombre se enfurece por celos

Pues, pues... ¡Me quejo! no sólo nos deja los peores pecados a nosotras y los más "leves" a ellos. Es, sobre todo, que los pecados de los hombres son los más divertidos.

¡NO ES JUSTO!

jueves, febrero 19, 2009

Probabilidades

La semana pasada tuve exámenes. Fue una regresión en el tiempo, porque por los ensayos, la preparación de clases en casa y el tiempo en el insti, no pude estudiar todo lo que hubiera querido antes. ¿Y qué significa eso en idioma universitario? café y noches en vela. He descubierto que soy mayor y que ya no estoy para estos trotes, sobre todo cuando se trata de estudiar un ascazo como estadística.

21:30 Ya he cenado, me preparo un café y a estudiar, que el examen es a las 9:00 de la mañana siguiente.

23:00 Otro tema acabado. Por ahora entiendo esto.

00:00 Jo. Estoy con probabilidad, mi bestia negra de las matemáticas. Durante todas las mates del insti, lo único que se me resistió fue eso. Y ahora de nuevo, cara a cara, ¡los dados y yo!

00:45 Voy captando el asunto, pero, pero, pero ¿por quéeeeeee?

01:45 ¡Put*s bolas! (y monedas, dados, hijos varones...)

01:48 Tengo hambre. Y gula. Me tomaría un buen cola-cao con galletas y mermeladas, pero estoy a dieta. Estoy súper orgullosa de mí misma porque consigo resistirme a la tentación.

01:59 Qué rico estaba el cola-cao.

02:03 Estoy cumpliendo exactamente todas las técnicas de estudio que les doy a mis chavales... al revés. Soy lo peoooor, cuando les vuelva a decir que hay que estudiar con antelación se me va a escapar la risa.

03:06 ¿Es posible leer una frase dieciocho veces y no entender nada? Es posible. Voy a la diecinueve.

03:09 Sigo con la frase.

03: 12 A la mierd* con la frase.

03:23 Me voy al salón y enciendo la tele, por eso de relajarme. Me encuentro con el pobre Vicente Vallés y a unos cuantos señores periodistas. ¿Están ahí todas las noches? ¿Se han vuelto vampiros?

03: 33 Vuelvo a estudiar.

03:35 Opino fervientemente que Galton debería haberse dedicado a la calceta.

04: 04 Un ruido en la habitación de al lado. Podría ser la gatina... o podría ser un ñu.

04:05 creo que estoy delirando, ¿no?

04:15 ¿qué es este símbolo? una letra griega que aparece y, oh, el autor no ha tenido la delicadeza de escribir a qué equivale: estaría bien hacer una llamadita a la mafia calabresa.

05:45 Necesito un reloj para el examen. Sólo uso el del móvil normalmente, pero no creo que me dejen... voy a buscar alguno de mis relojes de pulsera.

05:46 encuentro uno de ellos. Sin pilas.

05:48 encuentro otro. Sin pilas.

05:51 busco ese horroroso que me regalaron mis tíos... ¡sin pilas!

05:52 me acuerdo de que tengo un cajón con los relojes cutres, tenía cuatro más y, y, y... ¡tampoco funcionan! A hermano le regaló mi tío (el mismo del reloj horroroso) un reloj de bolsillo.

05:53 encuentro el reloj de bolsillo. Tampoco tiene pilas. Ni se le da cuerda ni... ¡porca miseriaaaa!

05:55 pues vuelvo a estudiar.

06:07 me voy al sofá. Enciendo la tele.

06:09 enciendo el ordenador.

06:38 he escrito un post, absolutamente espantoso. Da igual. Apago el ordenador.

06:39 Decido borrar el post. Ya lo haré mañana.

06:40 Me acuerdo de un reloj de propaganda, lo encuentro y... ¡funciona! ¡es una gran victoria! ¡no tengo ni idea de como calcular un p-valor de contraste pero tengo hora!

06:41 Bah, voy a arreglarme e ir al examen.

P.D. Un examen tiene diez preguntas tipo test, con respuesta a, b y c a marcar una sola correcta. Cada respuesta correcta suma un punto y cada respuesta errónea resta 0,25. puntos. Si Misi... un alumno marca seguras tres respuestas y cinco más al azar, ¿cuál es la Probabilidad (P) de que ese alumno apruebe?

Os lo digo yo: una miseria de probabilidad de librarse de este ascazo de asignatura y una altísima P de que el libro se tueste conmigo al sol este verano en Palma.

miércoles, febrero 18, 2009

La matanza de la noche de San Valentín


Mientras mis commentaristas trataban de empujarme a una relación llena de miel con un ex de hace 12 años sin preguntarle a él primero (el pobre chico tendrá una vida también), llega San Valentín -que este año me pilla sin novio y cazando mariposas- y yo monto una minifiesta de boicot al santo con tres amigas.

Porque tenemos más de 30 y la vida ya se ha encargado de mostrarnos que no es de color de rosa, pero también sabemos que de nosotras depende el color del que pintemos las paredes.

Pero vamos, que ahora mismo no nos decantamos por el rosa.

Aunque tampoco nos ha dado por enrollarnos entre nosotras. Aún.



La cosa fue así, más o menos:

-Creo que le gusto al tío que me trata la planta del pie que tengo lesionada. Me dice "Uy, que pie tan bonito", y mi pie no es bonito. No, no lo es.

-Al menos ése se va de casa después de darte el masaje. Yo ando liada con uno que cuando se queda a dormir no se va de casa hasta las diez de la noche. Se queda todo el día. Y yo pienso "Tío, ¿no tienes casa?".

-Eso, vosotras quejaros, pues que sepáis que los octogenarios del otro lado de mi pared practican más sexo que yo.

-No sé, chicas… Con el hambre que hay en el mundo y lo bien que podríamos vivir si no nos complicáramos tanto la vida.

-Exacto. Yo quiero uno como éste:



-Así como dulce, fresco, divertido, buen rollo, en plan fluir, fluir, todo va a salir bien, positivo.

-Y rosa.

-Suena bien.

-Sí...

-Ya sabéis, "me importa todo una mierda, sólo quiero ser feliz"…

-Yo creo que después de romper estamos muy enamoradizas… No sé si a vosotras os pasa, la verdad, pero a mí...

-…

-Yo estoy enamoradicísima y no he roto con nadie.

-Yo me enamoraría de uno que me dijera cosas como éstas:



-Lo bueno de estar soltera a nuestra edad es que ahora los tíos son más maduros, la mayoría ha tenido relaciones largas y sabe llevarlas… y lo malo…

-Tía, pues ya me dirás dónde están esos tíos…

-…y lo malo, que muchos de ellos tienen novia.

-Eso sí.

-Bueno, y vosotras dos teníais novio hasta hace un par de meses.

-Cierto. Y no les odiamos ni nada.

-No es que no les odiemos, es que hasta les tenemos cariño. Somos rarísimas.

-Ya, mujer. Lo que quería decir es que podría ser terrible, con la de cosas que se escuchan por ahí.



-Y ahora empiezan a aparecer chicos nuevos en nuestras vidas…

-El sábado pasado me lié con un suizo.

-¡¡¡Tía!!! ¡No habías contado nada!

-Ya, bueno. El caso es que había salido con gente del trabajo, y claro, el lunes al llegar…

-¿Todos lo sabían?

-TODOS.

-Bueno, es normal, tampoco pasa nada.

-Nada, sólo que hay un tío al que le gusto va y me dice: "¿Qué pasa, te pillaste un pedo el sábado?". Y yo: "No, que va, Pepito, lo que pasa es que me lié con un suizo".

-Menudo imbécil.

Pensamos en invitar al pequeño Scottie, mi compañero de piso inglés, a que nos diera el punto de vista masculino sobre el asunto… pero visto que habíamos pasado al visionado de Sonrisas y Lágrimas Sing Along, cantando a voz en grito… y el pequeño no salía de su cuarto para quejarse, pensamos que estaría atrincherado muerto de miedo o en coma profundo.



-Pues yo no puedo cantar más alto, si Scottie no se despierta es que ha muerto.

-Déjale, que es muy pequeño y además ha vivido en una isla.

-¿…?

-¿...?

-En fin, dejad de mirarme y mirad a la chica qué feliz está con su cartero… Así querría estar yo, cazando mariposas.

-Pues luego resulta ser un nazi. Be, apunta eso.

Porque claro, yo estaba con mi moleskine rosa en la mano, venga a escribir. Porque llevo unos días preocupada por algo que me dijo mi ex compi de piso el Ingeniero Fantasma el otro día. Resulta que mi soltería me pone "un faro enorme sobre la cabeza".

I.F: Por alguna extraña razón (y no es la primera teoría) un tío ve a una chica soltera de nuestra edad y piensa que solo tiene que abrirse la bragueta. "A una soltera de 30 le va la marcha", eso ven. Una chica soltera que busca marcha es un farolillo en medio de la noche, ¿no?

BE: ¿¿Pero yo por qué voy a buscar marcha?? Hago lo mismo que cuando tenía novio, sólo que con más tiempo libre.

I.F: Porque no la tienes. Eso es lo que ellos ven, no te engañes. O porque en su cabeza tienes sexo con uno cada día, y ¿por qué van a ser ellos menos? Tanto si eres una fiera como si te comes los mocos, ellos no se sienten amenazados en su virilidad.

Él no se refería a TODOS los tíos, claro, sino a los calaveras no especialmente recomendables que se te acercan por ahí, que es que hacen mucho bulto.



Pero vamos, que entre una cosa y otra yo estoy que no sé si irme al Tíbet o apuntarme a alfarería.

lunes, febrero 16, 2009

Calendario de escritores desnudos


Sí, amigos, hoy es uno de esos días… hoy ¡toca rankin en Quédate a Dormir! Y no es un rankin cualquiera, es un rankin sexista, un rankin de hombres desnudos. Y no es un rankin sexista cualquiera, es un rankin sexista literario, un rankin de escritores desnudos. Y no es un Top Ten, es un Top Twelve.

Porque esto va de mojarse y va a elegir a los doce escritores, uno por mes, que nos gustaría ver sin ropa. Porque además de escribir bien están buenos, porque nos pone cómo escriben o por simple curiosidad, cualquier criterio vale.

Van los míos.

ENERO: Paul Auster
Por empezar con polémica. Auster o te mola o te parece caca. Mi catedrático de Literatura Americana le odiaba, por ejemplo (pero el buen hombre adoraba a Bret Easton Ellis, al que yo no daría ni un rincón sin barrer, oscuro y con bichos de este calendario, así que desechemos su criterio alegremente). A mí algunas de sus novelas me han gustado tanto, que le perdono las que no. Y además me parece lo suficiente perturbadoramente interesante como para querer verle desnudo.

FEBRERO: Arcadi Espada
Adoro a Arcadi Espada desde el año que hice el Máster del Universo. Le adoramos muchas (y muchos), las cosas como son. Un amigo mío fue alumno suyo y habla maravillas de él. Su blog "El Mundo Por Dentro" fue una de mis mayores diversiones del año pasado (aunque la verdad ya no sé ni si lo hace). Por motivos de trabajo le he llamado por teléfono un par de veces, y es un señor educadísimo y con una voz molona. Y guardo su número de móvil como si fuera un tesoro y yo Golum. Así que a la pregunta de si quiero verle desnudo, amigos, la respuesta es "sí".

MARZO: Mark Haddon
A Haddon no me lo esperaba así. Disfruté mucho con El Curioso Incidente del Perro a Medianoche, pero me había hecho una idea de que el autor debía ser mayor, un poco oscuro y tortuoso. Y me encuentro con este chico de aspecto sano y pinta de muchachote bonachón. ¿Mola o qué?

ABRIL: Neil Gaiman
El año pasado me leí, por fin, Sandman (de prestado y a cachitos). Ya lo he comentado un par de veces por aquí (una y dos), pero es que me encantó. Además mi maravilloso ex me regaló por mi cumple los diez tomazos, para que me lo pudiera leer cómodamente y del tirón, cada vez que quiera. Tengo un par de cosas más de este señor, y la verdad me mola todo. Y mírenle que pinta de interesante todo vestido de negro.

MAYO: Michael Chabon
El Hombre Malo me prestó Las Asombrosas Aventuras de Cavalier&Clay al poco de conocernos, y aunque me costó un pelín, me moló. Se ganó el puesto en este calendario (Michael Chabon, no EHM) en el momento en que leí la parte en la que sale Dalí, aunque habrá quienes aleguen que el mérito no es de Chabón sino del propio Dalí. Me da igual. Luego vi los ojos grises preciosos que tiene y flipé. Chabón es Mayo y punto.

JUNIO: Terry Pratchett
No le tengo cogido el punto. Claro, es que sólo me he leído El Color de la Magia, y me han dicho que hay que leer rapidísimamente el segundo… Y que a mí los que me molarían son los de las brujas… Y encima cuando me cuentan cachitos de los libros me parto… Y miren qué atractivo sale en la foto… Vamos, que lo vuelvo a intentar. Por ejemplo en junio. (Ya sé que está malito, no me lo recuerden, porfa).

JULIO: Arturo Pérez Reverte
Como (casi) toda chica que de pequeña quería ser periodista, en algún momento de mi vida he estado loca por los corresponsales de guerra. O por algún corresponsal de guerra. O por los corresponsales de guerra. Además M., mi mejor amiga de BUP y COU, estaba loquísima por Arturo y me lo metió por los ojos. Sí, por aquella época las novelas de este señor tenían unos finales flojillos, pero eso más o menos lo fue solucionando y tal. Y Alatriste me encanta. Y en julio hace calor. Y además seguro que el c*brón posaría de c*ña.

AGOSTO: Daniel, Daniel, ¡Daniel! Pennac
Mi regalo de cumpleaños. Me encanta este hombre, me apasiona, le adoro tiernamente. Me parece un hombre genio, elegante, tierno, ingenioso y con sentido del humor. I love him so much que retomaría mi largo tiempo olvidado francés para poder hablar con él o leer sus libros en el idioma original. Lo que pasa es que no tengo tiempo, sí, eso, no que mi amor sea como una veleta que se mueve con el viento. Pennac forever, llévame contigo.

SEPTIEMBRE: Jasper Fforde
En Septiembre llega la ola de pena, y lo que mejor me van son los libros molones. Los de este hombre me funcionan mejor que las dronjas y molan más que la vida misma. Le debo un "Heroínas de Ficción" a su Thursday Next, que escribiré si nadie lo remedia (va por ti, sí, tú, ya sabes a quién le digo, ejem, ejem). En fin, que es una de esas veces que espero que alguien se haga rico por el hecho de ser el autor de algo que me mola. En serio, espero que a Fforde le salga la pasta por las oreja, porque me ha proporcionado tanta felicidad… Vamos, que le querría en este calendario aunque fuera bizco y estuviera en pleno ataque de soriasis el pobre.

OCTUBRE: Javier Marías
Porque Xisca le tiene cierto cariño, y aunque diga –por respeto a Marías, "el mejor escritor español vivo"– que no quiere verlo desnudo, yo sé que sí. Así que se lo regalaría por su cumple.

NOVIEMBRE: F. Scott Fitzgerald
Por El Gran Gastby. Porque me hizo llorar y me pasé años recordando la fecha exacta en que leí la muerte de Gastby. También por The Diamond as Big as the Ritz y especialmente por Tender is the Night. Ahora que lo pienso, aún no he visto la de Benjamin Button… Y porque el 1 de noviembre es el Día de Todos Los Santos, y si un mes pega tener un escritor muerto desnudo, ese mes es noviembre.

DICIEMBRE: George R. R. Martin
¿Quién mejor para acabar el año? ¿Quién mejor? Nadie.

Y no, no haría la horterada de ponerle un gorro de Papá Noel o unas orejas de reno.

(Ah, este post convalida con la etiqueta "Gente a quien amar").

viernes, febrero 13, 2009

Desnudos gratuitos II: la Venganza


En este momento hay un hombre sin pantalones en mi sofá. Un hombre moreno y con gafas (feas) que cubre su cuerpo con tres únicas prendas de ropa. Y esta visión, mientras emiten Porky’s en la tele, es el momento perfecto para dar lugar a la secuela de… Desnudos Gratuitos.

Escribo este post con Jónatan Sark ataviado con una bata de Hugh Heffner (perteneciente, por cierto, al Hombre Malo), una camiseta y poco más sentado enfrente de mí. Sus piernas se cruzan y descruzan cual Sharon Stone en la célebre escena del interrogatorio. Más bien se descruzan. Le digo:

-¡Jona, por Dios, cierra las piernas!

Se descojona.

Le digo:

-¡Jona, tio, en serio, que estoy cenando!

Se descojona más. Aparto los espaguetis al pesto y saco la cámara de fotos.

Posa.

Le digo:

-Me voy a hacer de oro vendiéndoselas a Torralba... (uno que es tonto)

Se desssssssssscojona.

Le digo:

-Jona, las voy a subastar en QaD.

Por su cara de felicidad plácida me da que no le importa nada así que saco las fotos (por cierto, el precio de salida son 50 euros). Si esto sale a la luz Jona va ser más famoso que "Contigo no, bicho".

Y ustedes se preguntarán, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? (Cortinilla de flashback que nos retrotrae cinco minutos atrás…)

Jona está en mi cocina, haciendo una boloñesa a fuego lento… Mientras da vueltas a la mezcla de carne con tomate me habla de las últimas aventuras ocurridas en ADLO, de política nacional, de Darcy y el invisible señor Colombo… Y, en ese momento…
¡¡¡ZAS!!!
…se pone nervioso (sí, Cattz, como lo oyes, échate a temblar), la sartén de boloñesa se tambalea, se acerca peligrosamente al borde de la cocina y, tras un par de vueltas de campana… cae sobre su pantalón vaquero, pringando sobre todo la parte del… esto… del paquete (si en el caso de Jona se llama así, que igual se llama Lord Paquete).

Así que en este momento, Jona está en gayumbos, camiseta y bata de dueño de Playboy, leyendo despreocupadamente El Jueves en mi sofá, mientras sus vaqueros se secan sobre el radiador.

Afortunadamente ha llegado a casa el Hombre Malo, porque si no… igual me desmayo de la tensión. Sexual no, de la otra.

martes, febrero 10, 2009

Cuando Gus y yo recuperamos aquel verano

(Post NO patrocinado por los señores de Facebook)

Desde luego las nuevas tecnologías son increíbles. Mientras los medios alertan sobre los peligros de poner tu información personal en la Red, del poco respeto a las normativas de protección de datos, de los riesgos de las redes sociales… voy yo y recibo un email.

Bueno, no era un email, era un mensaje desde Facebook. El remitente era Gus, mi ex de los 18 años y al que llevaba 12 sin ver, y decía lo siguiente:

hola!!!
a que no te acuerdas quien soy?
un beso muy grande
(te acuerdes o no) ;)


Claro que me acordaba.

Gus era un tío estupendo. Era listo, divertido, interesante y educado (y guapo, moreno, alto y con gafas). Estuvimos saliendo un verano, en el que ambos cumplimos los 19. No sé ni cómo conseguimos terminarlo, el verano, porque con él conocí el concepto "autoboicot".

Me gustaba muchísimo, tanto que cada vez que estábamos juntos yo me ponía nerviosísima y me convertía en un ser absurdo y bobo. Era verle y ¡zas! subidón de hormonas y ¡zas! 50 puntos menos. Me volvía torpe, quería decir una cosa y al abrir la boca decía otra totalmente diferente, dejaba de tener voluntad y todo me parecía bien. Ese (infra)ser era yo. La juventud, supongo.

Salimos durante un verano, y uno de los meses yo lo pasé en Irlanda. Nos escribimos cartas, cartas y postales, hablando de todo y de nada. Y al volver a España volvieron las hormonas y la tara para "ser yo".

En parte no importaba, porque era la típica relación postadolescente, explosiva y hormonal. Muchas veces quedábamos en un parque, de lo más fresquito de Madrid en agosto, y lo primero que hacía yo al volver a casa era cambiarme de vaqueros porque los tenía verdes por todas partes por culpa del césped del parque y los revolcones incontrolados (para nuestros simulacros de frinkamiento feroz no hacía falta pensar).

Lo dejamos después del verano y, aunque me dio pena, sentí un alivio infinito por dejar de parecerme tonta a mí misma cada vez que abría la boca (y decidí hacer lo posible por que no me pasara más). Después de romper nos vimos una o dos veces, nos mandamos alguna que otra postal, y siempre le he recordado con cariño.

Y he soñado con él, de vez en cuando. Pero eso es otra historia.

Así que le respondí.

¡Me acuerdo! Cuánto tiempo, ¿cómo estás? ¿Eres un arquitecto chupi?
Otro beso enorme para ti.
¿Cómo me has encontrado, compartimos amigos?

Sabía perfectamente que no, pero quería oírle decir que me había buscado específicamente. Dieciocho "mensajes de Facebook" después habíamos quedado para tomar unas cañas y ponernos al día (me tuvo desde el "sigues escribiendo igual de bien" de su cuarto mensaje).

Y no nos volvimos a comunicar, ni para pedirnos nuestros teléfonos. Fue todo como en la prehistoria de antes de los móviles, cuando nos conocimos. Simplemente, tres días después, allí estábamos los dos. Magia.

Habíamos quedado a las siete de la tarde y yo dije a mis amigas que probablemente en un par de horas nos habríamos puesto al día y que las llamaría después para saber por dónde andaban. Pues no.

De dos horas, nada. Doce. Fue como si nos hubiéramos visto el día anterior, nada de sentirse raros, nada de silencios incómodos. En doce horas nos contamos nuestra vida, nos pusimos al día de familia y mascotas, de amigos y conocidos, de trabajos y amores. Hablamos de la vida, del trabajo, de la felicidad, del sexo, y filosofamos. Y esta vez la que hablaba sí que era "yo".

Gus sigue siendo un tío estupendo, muy inteligente e intuitivo (una constante en los hombres de mi vida). Todas las historias tienen dos verdades (por lo menos) y él, no sé cómo, nunca había pensado que fuera tonta. También me había recordado con cariño y se acordaba de miles de cosas, como del nombre de mis perros o de trozos de las cartas que le escribí. O de que mi madre decía que parecíamos "los chicos del servicio, quedando a las cinco de la tarde".

Yo también me acordaba de cosas, y el resto nos fueron viniendo poco a poco. Como un dibujo que me hizo de una moto, o su madre entrando en su cuarto "a regar las plantas" para que no estuviéramos solos (a pesar de que Gus estaba tocando el piano y obviamente tenía las manos ocupadas), o nuestro último beso, o qué pequeños éramos entonces.

Fue como recuperar un París perdido, sólo que en lugar de París era el Parque del Oeste, que estaba allí pero bastante olvidado. No sé si seguiremos viéndonos y nos haremos amigos, ni siquiera si seguiremos en contacto dentro de unas semanas, pero siempre tendremos aquel verano y estas doce horas.

Porque cuando dieron las siete de la mañana y se hizo de día y el sueño venció a la conversación y se acabó la magia, nos despedimos con un abrazo. Y recordé perfectamente lo altísimo que me parecía entonces, lo bien que olía, lo que me gustaban sus ojos verde tortuga. Lo que se siente con 18 años.

lunes, febrero 09, 2009

Malos precedentes

- Y en la actuación, llevaréis estas faldas. - no es la gran actuación que se avecina, sino otra, en la que bailo apenas cinco minutos, que haremos en breve en una conocida sala madrileña.

Mire la falda. La falda me miró a mí. Preciosa, de satén morado y con muchísimo vuelo. Y mi mente se trasladó a unos meses atrás...

(Cortinilla ondulada de esas que te trasladan a unos meses atrás).

Llevábamos meses preparando la actuación. Mis compañeras tocaban la darbouka y los crótalos y dos chicas más y yo bailábamos. El número acababa con nosotras tres dando vueltas y vueltas, cada vez más rápido, mientras a la vez girábamos la cabeza moviendo el pelo. Como la niña del exorcista pero en bellydancer. Después nos metíamos corriendo al camerino, nos cambiábamos en dos minutos de ropa y volvíamos a salir a bailar. En el segundo baile llevábamos un vestido muy ceñido, así que me puse uno de esos tanguitas que son un hilito, para evitar las marcas antiestéticas.

Salimos al primer número. Todo bien, mareante pero bien, hasta que llegaron las vueltas. Una, dos, tres, más velocidad, cuatro, cinco, seis, más rápid... y miré abajo por el rabillo del ojo mientras seguía girando la cabeza, el cuerpo y las ideas. En un nanosegundo vi la falda, que con mi entusiasmo en los giros se levantaba a la altura de mi cintura. Y como un flash, apareció en mi mente la imagen del dichoso tanga. AGGGHHHH. Disimuladamente, puse las manitas delante y detrás y acabé de dar las vueltas. Saludé, roja como un tomate, sin poder mirar a las primeras filas, y me metí en el camerino a cambiarme.

Luego hice un cálculo mental, por puro masoquismo: el auditorio tiene unas novencientas y pico plazas y estaba casi lleno. Por la inclinación y la lejanía, yo calculo que tuvieron una panorámica inesperada las primeras cinco filas, y en cada una de ellas hay unos quince asientos por cada lado. Es decir, que mogollón de gente me vio el...

(Cortinilla ondulada de esas que te devuelven al presente).

- Y en la actuación, llevaréis estas faldas.

Mire la falda. La falda me miró a mí. Preciosa, de satén morado y con muchísimo vuelo.

Así que en vista de que yo voy aumentando mi exhibicionismo con cada espectáculo (la primera vez fue así) en la próxima actuación me voy a poner unos shorts. O unos leggins hasta los tobillos. O unos pantalones vaqueros. O...

jueves, febrero 05, 2009

Miedo

Pava. A veces soy muy pava. Es el mantra que repito sin parar mientras escribo este post.
El otro día estaba viendo una peli de miedo en la tele por la noche (precisamente una de esas noches de hace unas semanas en las que hacía tanto viento y llovía y todo ese ambiente de peli de terror antigua). Creo que alguna vez he contado que las películas de miedo me dan eso, mucho miedo, que lo paso fatal y las evito. Pero de vez en cuando mi vena masoquista vence y me veo alguna en casa, así, por propia voluntad. Y las veo sola, porque soy doblemente masoquista. Hace un par de años estaba sola, una peli me dio mucho miedo (soy pava, soy pava) y le tuve que mandar un mensaje a mi amiga Miss X, para sentirme más acompañada.
El otro día me puse una peli. "no estoy sola"- pensé - "está la gatina". Aaah, ilusa. La peli acabó y yo me quedé en el sillón con el corazón encogío. El viento sonaba y la lluvia caía y yo me tenía que ir a la cama por el pasillo oscuro. E hice todo lo que una persona adulta y madura haría:
- Gatinaaaaaaaa, veeeeeeeeeeen, vamos a la cama, Gatina.
Gatina, misimisimis, ven, no te vayas, que vo... vas a tener miedo,
Gatina, ven que te achuchoooo.
Gatina, no te vayas.
Gatina.
Gata.
...
...
...
¡PUT* BESTIA PELUDA, NO ME DEJES SOLAAAAA!

martes, febrero 03, 2009

Clicks

No tenía ni idea de quién había inventado los clicks... hasta que he leído que se ha muerto. Hay que estarle agradecido a este señor, que inventó uno de los juguetes más chulos de nuestra época y que, al menos a mí, me trajo muy buenos momentos.

Hermano y yo nos llevamos poco tiempo (él es un año y medio más pequeño que yo) así que siempre hemos jugamos mucho juntos. Al principio, cuando éramos muy enanos, yo hacía torres de construcción con piezas de colorines grandes de lego y Hermano, que apenas sabía andar, se levantaba sobre sus piececitos lo justo para, con pasos tambaleantes, llegar hasta mi torre y hacer tarea demoledora. Es extraño de lo que se acuerda una, tengo ese recuerdo vivo en mi mente y yo no debía tener más de cuatro años.

Más tarde, llegaron los clicks. Teníamos dos tambores de detergente de esos que había antes, redondos y altos, que mi madre había forrado con papel de color aguamarina y que servían para guardar todos los clicks y demás juguetes. Teníamos clicks obreros, un caballero medieval, la patrullera, el submarinista:

el rancho (con montones de caballitos), el fuerte con los indios:





y, lo mejor, el barco pirata, con su trampilla, los cañones, los mástiles y ¡el cofre del tesoro con moneditas! que molaba muchísimo:




La parafernalia era siempre la misma: desparramábamos todo sobre la alfombra de nuestro cuarto y nos montábamos el escenario de la acción. Con cojínes hacíamos montañas y las franjas azules de la alfombra eran ríos y mares. Podíamos tirarnos horas así, inventando historias con los muñequitos. Los clicks se fueron mezclando con pin y pon, con barriguitas y con GiJoe (nunca con masters del universo ni con Barbies) y fueron pasando tardes y tardes hasta que nos hicimos mayores.

Y, ¿sabéis?, sólo recuerdo una cosa mala de esas tardes: el momento de recoger. Jijijji.