(Gracias al Capitán Achab por el título)
Al principio no estaba segura de poder tener perro. La pereza y el caos son fuertes en mí, así que temía el momento en el que, a las equis semanas de hacerme cargo de Perrito, las responsabilidades me superaran. Darle de comer, bañarlo, cepillarlo, darle las pastillas, pasearlo tres veces al día. No tenía muy claro si podría hacerlo bien, y lo último que le faltaba al pobre, después de lo mal que lo ha pasado, era una dueña desastrosa. Pero bueno, llevamos tres meses y pico y la cosa va bien.
Incluso ahora en medio de la ola de frío polar: lo saco por la mañana vestida como si me fuera a escalar el Himalaya con Jesús Calleja, lo saco al mediodía antes de irme a trabajar vestida ya de perriodista económica y lo saco por la noche con mi Abrigo de Pasear a Perrito (AdePaP).
Mi AdePaP es un visón que le regaló mi abuelo a mi madre cuando cumplió los 18, que mi madre no usa desde que cumplió los 38 y que yo sólo me pongo de noche porque la última vez que lo adaptaron a la moda de la época era 1988 y cuando me lo pongo parezco salida de Regreso al Futuro (o Dinastía).
Pero lo uso porque, amigos, los hombres de las cavernas tenían razón. Porque los rusos tenían razón. Porque los Stark tenían razón. Las pieles son lo mejor que puede haber contra el frío. Me quito el abrigo de ir a trabajar y me pongo el de Pasear a Perrito y qué queréis que os diga: es otro rollo.
Aparte de que los pobres visoncitos ya estaban muertos antes de que yo naciera, y creo que da buen karma contribuir a que sus muertes no hayan sido en vano.
Así que me pongo mi visón ochentero, y salimos.
No sé si lo habréis adivinado por su pinta, pero Perrito es un tipo duro que no se fía de ningún otro perro.
Ha vivido en la calle ni se sabe cuánto tiempo, y le han debido de putear mucho. Así que, cuando se cruza por la calle con otro bicho peludo, básicamente gruñe. No muerde, no busca pelea (normal, con la mandíbula rota como la tiene no duraría ni medio asalto), pero no se fía.
Trata a menudo con tres perros:
1. Caníbal, el Yorkie Toy de mi exbecaria MeriBella, con el que protagonizó una maravillosa escena que el Capitán Achab describió como "violación carcelaria sobre hielo" en el parqué de mi salón para decidir quién mandaba.
2. África, la terrier de mi amiga Cris, en cuya casa Perrito hace pis según entra por la puerta. Dicen que es porque África le gusta y para los perros hacerse pis es como para los niños de 5 años tirar de las coletas.
3. Gol, mi pastor alemán de 40 kilos que vive en casapadres y al que Perrito se empeña en ladrar como si en vez de un perro de circo fuera un perro guardián. Gol le mira con infinita paciencia y suspira como diciendo: "Hay que ver cuánto ruido hace la merienda".
Sin embargo la gente le encanta.
Me sorprende que un bicho que ha sufrido tanto por culpa de las personas, al que le han hecho tantas putadas, sea tan sociable.
Todos los vagabundos de paso por el barrio le dan conversación (a mí no me dirigen la palabra) (no es que me importe) y él los mira como si los entendiera.
Los porteros hotel de 5* de la manzana de al lado hacen carreras para darle un premio perruno cada vez que pasamos por allí: Perrito llega emocionado como un loco y tras comerse su galleta se va feliz moviendo el culete.
Las señoras locas del barrio, ésas que llevan el pelo morado, ropas raras y miles de foulares al cuello, le adoran. Si van con sus perros y tienen un número variable que va de uno a tres perros pequeños con pinta de cabrones, no, porque Perrito les gruñe. Pero si van solas le hacen más fiesta que si fuera su nieto.
¿Por qué será?
Imaginemos un momento que es un día de mucho frío y yo llevo mi Abrigo de Pasear a Perrito. Y que llueve, por lo que Perrito lleva su chubasquero rojo con capucha.
Para mí que las viejas locas del barrio ya nos han aceptado como de los suyos.
Estamos superintegrados.
Una vez más, los dibujitos son de Efe.
Incluso ahora en medio de la ola de frío polar: lo saco por la mañana vestida como si me fuera a escalar el Himalaya con Jesús Calleja, lo saco al mediodía antes de irme a trabajar vestida ya de perriodista económica y lo saco por la noche con mi Abrigo de Pasear a Perrito (AdePaP).
Mi AdePaP es un visón que le regaló mi abuelo a mi madre cuando cumplió los 18, que mi madre no usa desde que cumplió los 38 y que yo sólo me pongo de noche porque la última vez que lo adaptaron a la moda de la época era 1988 y cuando me lo pongo parezco salida de Regreso al Futuro (o Dinastía).
Pero lo uso porque, amigos, los hombres de las cavernas tenían razón. Porque los rusos tenían razón. Porque los Stark tenían razón. Las pieles son lo mejor que puede haber contra el frío. Me quito el abrigo de ir a trabajar y me pongo el de Pasear a Perrito y qué queréis que os diga: es otro rollo.
Aparte de que los pobres visoncitos ya estaban muertos antes de que yo naciera, y creo que da buen karma contribuir a que sus muertes no hayan sido en vano.
Así que me pongo mi visón ochentero, y salimos.
No sé si lo habréis adivinado por su pinta, pero Perrito es un tipo duro que no se fía de ningún otro perro.
Ha vivido en la calle ni se sabe cuánto tiempo, y le han debido de putear mucho. Así que, cuando se cruza por la calle con otro bicho peludo, básicamente gruñe. No muerde, no busca pelea (normal, con la mandíbula rota como la tiene no duraría ni medio asalto), pero no se fía.
Trata a menudo con tres perros:
1. Caníbal, el Yorkie Toy de mi exbecaria MeriBella, con el que protagonizó una maravillosa escena que el Capitán Achab describió como "violación carcelaria sobre hielo" en el parqué de mi salón para decidir quién mandaba.
2. África, la terrier de mi amiga Cris, en cuya casa Perrito hace pis según entra por la puerta. Dicen que es porque África le gusta y para los perros hacerse pis es como para los niños de 5 años tirar de las coletas.
3. Gol, mi pastor alemán de 40 kilos que vive en casapadres y al que Perrito se empeña en ladrar como si en vez de un perro de circo fuera un perro guardián. Gol le mira con infinita paciencia y suspira como diciendo: "Hay que ver cuánto ruido hace la merienda".
Sin embargo la gente le encanta.
Me sorprende que un bicho que ha sufrido tanto por culpa de las personas, al que le han hecho tantas putadas, sea tan sociable.
Todos los vagabundos de paso por el barrio le dan conversación (a mí no me dirigen la palabra) (no es que me importe) y él los mira como si los entendiera.
Los porteros hotel de 5* de la manzana de al lado hacen carreras para darle un premio perruno cada vez que pasamos por allí: Perrito llega emocionado como un loco y tras comerse su galleta se va feliz moviendo el culete.
Las señoras locas del barrio, ésas que llevan el pelo morado, ropas raras y miles de foulares al cuello, le adoran. Si van con sus perros y tienen un número variable que va de uno a tres perros pequeños con pinta de cabrones, no, porque Perrito les gruñe. Pero si van solas le hacen más fiesta que si fuera su nieto.
¿Por qué será?
Imaginemos un momento que es un día de mucho frío y yo llevo mi Abrigo de Pasear a Perrito. Y que llueve, por lo que Perrito lleva su chubasquero rojo con capucha.
Para mí que las viejas locas del barrio ya nos han aceptado como de los suyos.
Estamos superintegrados.
Una vez más, los dibujitos son de Efe.
¡Qué maravilla de textos! Acabo de leer la serie "Perrito" a la vez y estoy no sé si emocionada, contenta, conmovida o todo junto. Qué suerte para Perrito y qué privilegio para ti tenerlo cerca. Las mejores lecciones las puede dar un animal, y sobre todo un animal maltratado, con esa capacidad natural para seguir disfrutando el presente y beberse la vida...¿el dolor? No existe ya, no viven en el pasado.
ResponderEliminarPerrito es un nuevo Súper Héroe por descubrir...
ResponderEliminarLa saga continuará, seguro. Y lo de AdePaP es brutalmente brutal.
Grande Srta. Be
¿Perri-odista? Jajajaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMe han encantado el texto, iba cambiando la sonrisa de ternura a la sonrisa alegra alternativamente.
ResponderEliminarY encima has conseguido que haga una imagen mental perfecta de las situaciones.
Plas plas plas plas
La verdad, si que ha tenido suerte, si. Me gusta eso de que se haya integrado, after a fashion, dice algo positivo sobre la capacidad de recuperación de los animales.
ResponderEliminarReina de la Miel, eso dice César Millán, que los perros viven en el hoy y los horrores del pasado se les olvidan. Yo estoy en ello, en que a Perrito se le olviden más
ResponderEliminardeprisa.
Walita, Efe dice que Perrito parece salido de Misfits y tiene algo de razón. Preveo futuros posts...
Javier, ¡yo sí que te quiero! :D Me acuerdo de vosotros imitando la postura de Perrito para hacer "número dos" y me parto de risa!!
Javi, claro!
Bimbo, mil gracias. Es que los dos posts anteriores me quedaron muy ñoños, y había que mostrar "la otra cara de Perrito".
Illu, pues está integradísimo, en serio. Yo, que nunca he distinguido a un vecino de otro, conozco un montón de gente del barrio por su culpa!
ResponderEliminar¡Nada de futuros posts sobre Perrito! ¡Los musos ilustradores mecenas demandamos vacaciones!¡Largas vacaciones!
ResponderEliminarMuy guay. En serio. Los posts y tú y Perrito. Geniales.
ResponderEliminarEfe, el pastor alemán parece un poco un oso hormiguero. Creo que deberías revisar tus fuentes.
me alegro de que perrito esté totalmente integrado... Me ha conmovido un montón toda la historia... pobrecito, sí que han debido tratarlo mal. Es increíble que todavía se fie de la gente...
ResponderEliminarManencantao los post, mencanta tu rollo con Perrito y (ofcors) me encantan los dibujos ilustrativos, aunque el artista me deba una cerveza desde ni se sabe cuándo...
ResponderEliminarMuy bien por Perrito y por tí.
ResponderEliminarYo me llevaría tu saga impresa por si los ecologistas con spray, en cuánto la lean se olvidan del tema :)
ResponderEliminarTiene carilla de no fiarse de nadie, sí.
ResponderEliminarLo raro es que no le gruña a los visones de tu abrigo.
Los perros de las viejas rarunas..son venenosos. Los he visualizado perfectamente.
ResponderEliminarPerrito con ese chubasquero rojo y su collar a lo mascota de Paris Hilton tiene que ser lo más molón del barrio, no me extraña que las viajas ya os consideren de los suyos (las viejas saben valorar un visón cuando lo ven, está claro)
ResponderEliminarEnhorabuena Be!
Verás que no somos tan complicados de cuidar, mamy puede con nostros cuatro.
ResponderEliminarEn cuanto a las tretas de Perrito con las señoras raras, es cosa de los pequeñajos, Hooker hace lo mismo, hace la pelotilla cosa fina.
Acabamos de leer tu entrada "plateresca" es curioso porque mamy un par de días antes me había dedicado una de Platero a mi. ¿jó! es que somos tannnn buenos!!
Efe!! No puede serrrr! Que necesito dos dibus para terminar la serie de Perrito!! Ñiiiiiiiiiiii!
ResponderEliminarInés, ¡yo también le dije que parecía un oso! XDDD
NIKITA, me alegro que te guste ^_^
Nadie, nonono, no le dejes escaquearse! Un beso!!
Nora, thanks!
Xisca, XDDD No me molaría que pasara, pero no lo llevo por lo bonito. ¡Al menos no hasta que lo arregle!
JuanRa Diablo, que va, sabe que están muertísimos!
Moli, quiero dos dibus de Efe para mi post sobre el perro venenoso y las princezaz, pero si no... soy capaz de ilustrarlo yo con monigotes!
Cordelia, mil gracias. Yo creo que sí, que las viejas han visto clarísimo todo nuestro potencial.
Babunita, me da que yo no soy ni la mitad de apañada que tu mamá... Y no sé tú, pero Perrito es a la vez buenísimo y malísimo.
Seguro que eres una mamy perruna estupenda. Yo soy buena buenísima y un poco testaruda...
ResponderEliminarY salgo un montón en el post, que para vivir en el quinto pino tiene mucho mérito.
ResponderEliminarBabunita, soy una madre perruna regular, pero estoy aprendiendo ^_^
ResponderEliminarCapitán, la inspiración es poderosa en ti!!!