Hay que reconocer que, aunque nuestros padres se nos olvidaran en el cole, mis hermanas y yo hemos sido unas niñas muy contadas de cuentos, muy cantadas de canciones y muy contempladas (yo más, por haber sido la primera y haberles pillado con más energías).
Esto inevitablemente nos ha convertido en seres con una necesidad continua de buenas historias, muy musicales y muy cansinas.
Cuando éramos pequeñas (2, 5 y 8, por poner un ejemplo en el que ya fuéramos tres) mis padres pasaban los eternos viajes veraniegos en busca la playa de turno en plena efervescencia creativa para tenernos distraídas con música y cuentos.
Porque ellos nos educaron en el estoicismo de, en caso de mareo, vomitar en marcha dentro una bolsa ad hoc de Iberia con el coche a 100 kilómetros por hora… pero, eso sí, bien entretenidas y musicadas.
Y además no eran unos padres vagos de esos que ponían la cinta de Peter Pan de la Disney o la de Teresa Rabal y se quedaban tan anchos. No. Mis padres se rompían la cabeza y la garganta para que su prole aprovechara las seis o siete horas en coche para conocer los relatos de Oscar Wilde, las Leyendas de Bécquer, los cuentos de Perrault, los Grimm o Andersen, a Maria Dolores Pradera, a Paco Ibañez o jotas aragonesas. Todo con tal de tenernos distraídas.
Con el tiempo nosotras tomamos el relevo. No de los cuentos, claro: de la parte musical. Cambiaron los intérpretes y cambió también el estilo musical. A continuación, un minirankin de los Diez Súper Principales de Carretera a lo largo de los años.
1. Enrique y Ana
A mis hermanas les molaba más que Parchís en aquella época (ahora igual andan empatados), y a mí me parecía bien. Poníamos la cinta de la BSO de la peli y ¡a cantar! Qué tiempos. Nos sabíamos todos los animales de "Amigo Felix" en orden, pero todas esas cosas se han perdido ya como lágrimas en la lluvia.
2. Marisol
La culpa la tuvo la colección de vinilos de 45 r.p.m. de mi madre que os enseñé en otro post. Nos encantaba "Adiós al colegio, adiós" y una nana en italiano que no entendíamos y de la que nos inventábamos la letra. Y también "Oh, Toni" y "Muchachita" y "Corazón Contento" y "Mami Panchita", y…
3. Sonrisas y Lágrimas
Fue el primer musical de las BeSisters, antes incluso que Annie. A quien no le guste es que no tiene corazón.
4. Mecano
Un clásico de ayer y hoy. Cuántas canciones irremediablemente aprendidas, cuántas cabezas colonizadas, cuántas vidas destrozadas. Es que fueron casi 20 años, señores.
5. Hombres G
Yo estaba en la edad y contagié a mis hermanas. Mi madre intentaba censurarnos para que en "Venecia" en lugar de decir "quiero tirarme a Donnatella" cantáramos "quiero tirarme por la ventana". Cómo molaban.
6. Duncan Dhu
A mi madre le gustaban más que David Summers y los suyos. A mí me parecían más "para mayores" (pobres Hombres G), pero molaban. Tienen verdaderos himnos de los viajes en coche, sí señor.
7. Victor y Ana
Aunque los hemos escuchado toda la vida, el detonante fue el disco ¡doble! "Mucho más que dos". Un no parar. (A mí me gusta más él que ella, pero ¡shhhh!)
8. Ella Baila Sola
¡Ay! La vena cursi y las canciones a dos voces eran más fuertes que todo. Mi padre las odiaba de pura saturación (no sé cómo no nos empotró contra un árbol), pero la verdad es que nos quedaban la más de bien.
9. Javier Álvarez (y otros cantautores españoles)
También cantábamos a otros, como Pedro Guerra o Carlos Chaouen, pero Javier Álvarez (su primer disco) era mi prefe para cantar en el coche. Las canciones eran tremendas (mi padre le llamaba "El Triste"), con sus dos voces y su temática de suicidios.
10. Chavela Vargas
Esa mujer genia. Esas canciones de Jose Alfredo. Esa Llorona. Y ya.
Ahora viajamos menos juntas, pero aún a veces nos da por lo mismo. Qué felicidad.
>pero todas esas cosas se han perdido ya como lágrimas en la lluvia
ResponderEliminarJo, ¿ya con la crisis de los nosecuantos? Eso os pasa por no haber cantado temas que formasen el caracter, como el de Marco o el de Wickie el Vikingo.
(Y bueno, a Pedro Guerra os lo podeis quedar. No, en serio, quedároslo, por favor)
Yo también era fan de Enrique y Ana. Y el venazo chungo me vino con Pimpinela y Mocedades. Sí, qué pasa...
ResponderEliminarEn mi defensa puedo decir que mi primer concierto, ya a los 13 o 14, fue Loquillo.
Si es que al final todo el mundo ha tenido una infancia dura... quiero decir... Uy, si, que maravilla de viajes¡¡ ;)
ResponderEliminarEl llevar a los niños apelotonaos escuchando mariachis durante 600 kms no era considerado maltrato infantil, asi estamos como estamos
ResponderEliminarluego pasan cosas asi
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=t9-CS2v8wcc
ESCUCHAD HASTA EL FINAL
Mi padre es que sólo tenía cintas de Eugenio en el coche.
ResponderEliminarE.Martin, Marco está en la discografía pseudokaraokera imprescindible para todo niño nacido antes del 80 (a los de después de ese año ya les pilló tarde, ¿no?).
ResponderEliminarGato, mi primer concierto fue unode Enrique y Ana en la plaza de toros de Málaga. Y el segundo, de Paloma San Basilio. Así etsoy.
Rebi, si nuestra infancia te parece dura, imagínate la adultez de mis padres...
Gemma, por favor, el video es escalofriante, ¡qué risa!
Somo, eso explica tantas cosas... Posiblemente, hasta la fijación por Paz Padilla ;)
A mí, al ser hijo único, mi madre me daba los viajes con Sabina, Victor Manuel y la recua de cantautores progres o medio progres de cuando era joven (mi padre no decidía nada de eso). Si hubiese conocido yo a Meat Loaf no hubiese pasado tanto viaje durmiendo (por no decir comatoso de aburrimiento) en la parte de atrás.
ResponderEliminarMis padres decidían la banda sonora (tanto en el coche como en casa, que siempre hubo música de fondo): principalmente "Radio 80 serie oro" y luego cassetes cosecha de mi padre con Jacques Brel, Barbara Streisand, Luís Cobos, Mocedades, Lluis Llach, Perales, Gospel, Mi pequeño mundo, Los tres paraguayos y similares. Además no nos dejaban ver la tele hasta después de cenar (por lo que "la cometa blanca","dabadabada", "barrio sésamo" y demás programación infantil la conozco de haberla visto en casa de alguna amiguita). Todavía me sorprende haber tenido amigas en el cole.
ResponderEliminarFdo: Quelitas
Ehm... si... eso... Digamos una cantidad de tiempo indeterminada anterior al año 80... ¬_¬U
ResponderEliminarLa suficiente como para encontrar y descargarse todo ilusionado la banda sonora de Wickie el Vikingo y horrorizarse por lo que ahora suena a himnos de campamento de las juventudes hitlerianas.
Quiero comprarme Sonrisas y Lágrimas en DVD. La necesito y leyendo este post aún me han venido más ganas. Tenía yo una versión super chula de TVE con los diálogos en castellano pero las canciones en inglés subtituladas en castellano. A saber dónde parará...
ResponderEliminarDe Enrique y Ana yo también me las sabía todas, y qué decir de Mecano...
El resto, pues no, no compartimos.
De carretera yo pondría a Enrique y Ana y varias cintas de cuentos y Barrio Sésamo xD Eso sí, en casa me encantaba ver las pelis de Marisol y un concierto de Mecano que grabó mi madre de la tele xD
ResponderEliminarPor cierto, a mi hermana le dio por Duncan Dhu hace tres años o así, con 14 xD Lo malo es que entonces mi tía se "emocionó" y le grabó tantas cosas que al final el gusto no le duró demasiado xD
Me debato entre la nostalgia y la aversión a la ñoñería.
ResponderEliminarDiría que te ha faltado carga progre... hum.
Es tan sólo una reflexión inocente, eh.
Illuminatus, ¿pero tu padre aguantaba por amor o es que también le molaban?
ResponderEliminarQuelitas, ¡jajajaja! Si quitamos a Luis Cobos, que a mis padres nunca les moló, me identifico bastante con esa selección musical. Con lo de la tele, no: yo fui una niña educada por Lolo Rico, Espinete y Sonia Martínez (la presentadora de "3, 2, 1, contacto" que se murió de sida, la pobre.
E.Martin, ¡jajajaja!
Van Hessa, yo tengo el DVD de Sonrisas y Lágrimas, y te da la opción de verlo así (que era como teníamos el VHS en casapadres, o sea, como Dios manda).
Elennim, ¡es que para captar adeptos es importante no saturar! Nosotras tenemos las pelis de Marisol en DVD y aún nos las ponemos...
Ephedro, tienes razón, pero es que hay tantos... tantos...