lunes, noviembre 30, 2009

La excursión

Hace un mes, el jefe de estudios del instituto me pilló por banda y me pidió que acompañara a mis chicos a una excursión que había organizado jefatura. En mi día libre.

- Misia, es que si no vas tú, nadie quiere ir a la excursión y los chicos no van a ir.

Me dio pena por mis alumnos, así que le dije adiós a mi día libre y me dispuse a ir con mis chicos de periplo por Madrid. Con ellos... y con sesenta más, a los que no conocía de nada porque no los he tenido nunca en clase.

El día de la excursión en el hall me encontré con otras dos pringadas a las que habían liado para ir y con los casi noventa alumnos que llevábamos.

- Yo estoy aquí porque me ha obligado el jefe de estudios. Como sólo tengo dos horas hoy me ha liado... ¡y no conozco a ninguno de estos alumnos! - dijo la profesora A.

- ¡Holaaaa, chicooooos! - la profesora B no era profesora. Era la asistente social del centro. Oh, cielos. La chica es uno de esos especímenes que es una buenrollista con los chicos y una malrollista con los profesores porque somos unos seres malvados que oprimen a sus adolescentes y que no entiendemos que si un adolescente te putea es porque se está expresando legítimamente.

Nos encaminamos a nuestro destino. Tres líneas de metro, dos trasbordos, una hora y diez de camino hasta llegar a la dichosa actividad. Una invasión de noventa adolescentes de quince años montados en el metro. Ellos y una terible arma en potencia: sus noventa móviles. Con sus altavoces. Con mp3. Con distintos gustos musicales. Agrupados en parejitas, algunos empezaron a deleitar al pasaje con delicados regetones o exquisitos raps. Yo ya había avisado a mis alumnos de que si veía un movil con musiquita en alto en el metro lo confiscaba. Pero había sesenta alumnos y treinta móviles sin avisar... así que me fui recorriendo el vagón amenazando con confiscar móviles y poner partes a los propietarios ruidosos.

Me costó un par de gritos con los chavales, pero conseguí el silencio (musical) en el vagón y las miradas de agradecimiento de algunos pasajeros. Supongo que eso es lo más cerca que estaré alguna vez de sentirme como una súper heroína... aunque en el fondo fue una cuestión de egoísmo: me fastidia tantísimo ir en el metro o en el bus rodeada de gente maleducada que me impone su ruido que el poder hacer algo por una vez me resultó muy gratificante. Eso sí, cuando llegamos al destino yo ya estaba agotada.

En la actividad me aprendí el nombre de un par de alumnos a los que no conocía. Cuando te aprendes el nombre de un alumno en estas circunstancias, no suele ser una buena señal. Como se comprobó en el viaje de vuelta. Los hechos fueron los siguientes:

- Alumno 1, del que me había aprendido el nombre en el minuto cero de la actividad, decide que está cansado y se sienta. Enmedio del andén de unas de las estaciones de metro más concurridas de Madrid.

- Le voceo.

- El alumno 1 se levanta, evidentemente después de mucho protestar. ¡Cómo puedo ser tan mala, que no le dejo estar tirado en el suelo enmedio del paso! qué zorr*, la profesora.

- Subimos al metro. Vigilo al alumno 1 porque le veo con ganas de liarla.

- El alumno 1 decide atar a su compañero (al que saca dos cabezas de alto) con el cinturón que sujeta las sillas de ruedas en el vagón.

-Le reprendo y consigo que el alumno 1 suelte a su compañero, aunque al grito de "¡pero si no estoy haciendo nada!".

- Sigo vigilando al alumno 1, al que tengo a un metro y medio de distancia.

- Alumno 1 decide tirar del freno de emergencia del vagón de metro.

- Veo per-fec-ta-men-te como alumno 1 alarga su brazo, cierra los deditos y tira del freno. Le suelto un grito.

- Se sucede un intercambio dialéctico prototípico: ¡Yo no he sido, profesora! - grita el alumno.- ¡Pero si te he visto perfectamente!- ¡No puede ser, yo no he tirado del freno! ¡que te he visto!

- Al menos hemos tenido la suerte de que el chaval ha tirado del freno mientras estamos en una estación, por lo que el metro está parado mientras entra y sale gente. Pero aquello empieza a pitar y a pitar y se enciende una luz encima de la cabeza del alumno 1. El metro acaba de cargar y descargar gente, pero no vuelve a ponerse en marcha porque está bloqueado porque algún botarate ha tirado del freno de emergencia. Ejem.

- Sigo gritando al alumno 1:

- "GRRRRRGRRRRRGRRRR.. GGRRRRRRRR GRRRGGGGRRRRRR... PONER UN PARTE... GRRRUUUUUGGR... GRRRRRREEEEEEE... EN CUANTO LLEGUEMOS AL INSTITUTO... GRRRRRRRRUUUUUUUAAAAAAAAAAAA" - noto que me pongo roja de la ira y de la vergüenza.

- Se abre la puerta de la cabina del conductor. Sale un señor conductor graaaande, con barba negra larga, brazos como jamones y cara de mucho cabreo.

- Me acojono. Aparte de liármela el alumno 1, me la va a liar el señor conductor. Me pongo aún más roja. Y decido que de perdidos al río y me pongo a gritar al alumno el triple, para ver si le doy pena al conductor.

- GRRRRRGRRRRRGRRRR.. GGRRRRRRRRRRRGGGGRRRRRR... EXPULSADO HASTA QUE LAS RANAS CRÍEN PELO... GRRRUUUUUGGRRRRRRREEEEEEE... PADRES TE VAN A CRUJIR... GRRRRRRRRUUUUUUUAAAAAAAAAAAA".

- Llega el conductor hasta nosotros y se encuentra la siguiente escena: chico inmenso con cara de "yo no he hecho nada" siendo chillado por una enana de 1,64 metros roja como la grana que saca una voz aguda e insoportable y que le amenaza practicamente con el destierro del país. Mientras, un coro de adolescentes se ríen a carcajada limpia de toda la escena.

- Alterno la faceta ogro con el alumno 1 con una carita de gato con botas y una voz dulce para el conductor: "lo siento tantíiiiiiisimo, es que estos chicos..." (parpadeo, parpadeo).

- La cara del conductor cambia de cabreo a guasa, se ríe, saca una llave rara, desbloquea el freno de emergencia y se vuelve a su cabinita descojonado. Nos ahorramos la multa.

- Sigo gritando (grrrruaaaaggreee y blablabla) hasta que el conductor desaparece, yo me canso y finalmente llegamos al instituto.

Desenlace y declaraciones de los implicados al llegar al instituto:

La asistente social acompañante: acabó harta, gritando a sus adorados adolescentes e incluso puso amonestaciones a diestro y siniestro.

Alumno 1 (versión 1): "¡yo no fui, yo no tiré del freno de emergencia! ¡lo juro!"

Alumnos testigos: "¡la excursión fue una risa, nos lo pasamos de p*ta madre! ¡el idiota este tiró del freno de emergencia y la profe gritaba y decía que nos iba a poner partes a todos! ¡fue la caña!". - aclaración de la implicada por alusiones: lo del parte a todos no sé de dónde se lo sacaron, porque yo tenía bien focalizado mi objetivo.

Alumno 1 (versión 2) "sí, tiré del freno de emergencia, pero es que pensé que si tú no tenías cerca una barra para agarrarte te podías agarrar de ahí".

Tutor del alumno 1: "cuando me dijeron lo de la excursión me negué a ir. Yo con estos no voy ni a la vuelta de la esquina".

Padres del alumno 1: "la culpa es de los profesores, que no sabéis imponer disciplina".

Misia:pero que hago yo aquí, si es mi día libre!".

miércoles, noviembre 25, 2009

Los Chungos de Nuestra Vida: el Guardaespaldas


Mi amiga Cleopatra ha tenido varias relaciones estables -de 4 o 5 años- pero como ella misma dice "los periodos de entreguerras eran lo peor". Ya tuvimos de visita un primer botón de muestra (Twin, el de la bacinilla). El segundo llega hoy, y tiene banda sonora propia:



Ya estamos ambientados, empecemos:

Cleo: Mis periodos entreguerras han sido terribles...
Be: Siempre lo son.
Cleo: No, quiero decir TERRIBLES. Un verano salí con un pescadero.
Be: ¿Y fue mal?
Cleo: Nos seguían todos los gatos del pueblo, Be, no teníamos intimidad. Te ibas a lo oscuro a darte un beso, y había 200 gatos.
Be: Pobre, menuda tensión.
Cleo: Bueno, eran gajes del oficio. Pero si hablamos de oficios... una noche conocí a un chico. Me dijo nosequé sobre mis ojos y me hizo gracia, estuvimos hablando y me pidió mi teléfono. Se lo dí y me dio el suyo.
Be: Hasta aquí me parece todo muy normal.
Cleo: Me lo apuntó en un post-it. Un post-it a las cinco de la mañana. Y lo plastificó. Sacó una cosa, como un kit de plastificado, nunca he vuelto a ver una cosa así, y PLASTIFICÓ el post-it.
Be: Ya.
Cleo: Me dijo "Es mi teléfono, ¿eh? Es mi teléfono de verdad". Y me llevó a una cabina, marcó el número y me pasó el teléfono para que oyera su voz en el contestador. Como si yo lo dudara, después de los esfuerzos del post-it y el plastificado.
Be: Éstas son las cosas que nos ahorra la era de los móviles.
Cleo: El caso es que me llamó, me propuso ir al cine y le dije que sí. Y nada, íbamos andando por la Gran Vía, hablando y tal, y de pronto no estaba.
Be: ¿Cómo que no estaba?
Cleo: No estaba. Se había escondido en un portal.
Be: ¿¡Se había...!?
Cleo: Tal cual. Le pregunté que a qué se debía, y me dijo que es que era guardaespaldas.
Be: ...
Cleo: Y eso, pues que para que no le reconocieran.
Be: ¿Quien?
Cleo: Ni idea. La cosa es que el camino al cine yo iba a ratos acompañada y a ratos sola, mientras él iba escondiéndose en los portales, en los quioscos, detrás de las farolas, los buzones...
Be: Madre mía.
Cleo: Llegamos al cine, nos sentamos, y me dice que si quiero palomitas. Le digo que sí, y en lugar de salir como las personas saltó por encima de las butacas en plan Tom Cruise. Como cuando Sawyer sale del agua en el anuncio de Davidoff. Y la gente mirándome en plan "¿Pero con qué clase de neonazi sales?".
Be: Me suena la sensación.
Cleo: El caso es que vuelve con dos cubos de palomitas y UN vaso de coca-cola.
Be: ¿Uno sólo? ¿Y eso?
Cleo: Misterio. Pero era para él. En fin, que se vuelve a sentar y saca un blíster.
Be: ¿Un blíster?
Cleo: De pastillas. Y me lo da. Y yo: "¿Y esto?" Y me dice: "Es que soy epiléptico, y si me da un ataque me tienes que poner una pastilla debajo de la lengua".
Be: Me muero.
Cleo: ¿Tú te mueres? A partir de ese momento, ni palomitas ni p*llas. No sabes qué mal lo pasé.
Be: No puede ser...
Cleo: Be, ¿tú sabes qué película me dio? No sé ni qué peli era. Ni la vi. Yo le miraba de reojo, acojonada, mientras tenía el dedo en el blíster en plan a punto de sacar la pastilla.
Be: ¿Y al final?
Cleo: Al final nada. Cuando salimos del cine me preguntó si me podía volver a llamar y le dije que no.
Be: Claro...
Cleo: Menuda cita fue, Be. Pasé miedo todo el rato. Primero en plan que nos iban a atacar 200 terroristas chiítas, y luego con el momento "Urgencias".
Be: Cleo... ¿tienes un boli?
Cleo: Con esto me vuelvo a quedar a dormir, ¿no?
Be: Si te parece bien.
Cleo: Pues tengo más.

martes, noviembre 24, 2009

La Ola y la Corriente strike back


Antecedentes sobre Be y el mar en SuperBe contra la Ola, la Corriente/Resaca y el Bicho. Al Bicho le perdí el miedo durante mi Semana Santa con los Peces (SSclP).

Hace 10 días yo estaba en Tenerife bañándome en la playa. El sábado en la Playa de la Arena (que es negra y preciosa) y el domingo en Garachico (que son piscinas y rocas y un pueblo preciosísimo).

La temperatura era perfecta, pero el mar estaba movidito. En la Playa de la Arena entrabas al agua andandando, vigilando que las olas no te rompieran encima y te hicieran rodar y se llevaran tu bikini con ellas. En Garachico... era distinto. La marea estaba tan alta que cubría totalmente las piscinas, y el mar tan picado que hacía peligroso hasta acercarse. Así que nos fuimos al otro lado.

Había un muro con escaleras que entraban en el agua y un grupo de tíos marcando musculitos en minibañador. Cattz me lo explicó:

-Los garachiquenses sólo se alimentan de chocolate, por eso tienen esas tabletas. Aquí todos los chicos están muy mazas, y las chicas muy gorditas.

Y era verdad.

Las olas rompían contra el muro. Bajar por las escaleras era difícil, pero tirarse daba aún más miedo (y yo llevaba las lentes de contacto puestas). Cattz se habría tirado, porque ella es súper intrépida, pero al final bajó conmigo por las escaleras, por si había que salvar a la mesetaria (=yo). ¿O quizá querría terminar lo que había empezado la noche anterior?

Un par de lugareños nos daban consejos desde el agua.

-Péguense al muro, que viene una fuerte.


Tres olas después, entramos.

El agua estaba buenísima. Olas altas, corrientes, espuma y el mar como un jakuzzi. Para salir me volvieron a ayudar con el timing de las olas.

Y me puse a tomar notas para escribir este post -que luego se me olvida, con mi memoria de pez- en un cuaderno que se llenó de gotas de agua que me chorreaban del pelo.

Y entonces un loco garachiquense saltó desde el malecón, con voltereta hacia atrás en el aire. No se rompió la cabeza contra las rocas de milagro. A mí se me paró el corazón un microsegundo.

Cattz dijo que era normal:

-Ya has tenido tu MiniAcapulco Experience.

jueves, noviembre 19, 2009

Destino Final


-La Laguna tiene una magia que no tiene Santa Cruz-, me dijo.

La vista desde arriba era superbonita.


Y luego bajamos, y me llevó a una Arepera a cenar cosas ricas.


-La Laguna es Patrimonio de la Humanidad por ser el primer ejemplo de ciudad colonial no fortificada.

Y nos pusimos a pasear por La Laguna. Que es una preciosidad, con sus casas antiguas y sus iglesias.


Con sus estanques con sus patos (dormidos, que era tarde).


Con sus caras en las ventanas.


¡Una cara en la ventana! Pegué un bote.

-No te preocupes, será una lámpara, o un jarrón, o algo que han dejado ahí.

Tenía razón, así que me tranquilicé. Seguimos paseando. Y entonces vi un árbol fantasma.


-Es un árbol típico ((vamos, que no me acuerdo del nombre)). ¿A que parece un alma desgarrada?

Aparte de su voz sólo se oía el ruido de los grillos. La Laguna por la noche daba un poco de miedo, la verdad.

-La verdad es que La Laguna está llena de leyendas. Hay varias casas con fantasmas. El trazado de la ciudad se basó en principios filosófico-esotéricos y ha permanecido tal cual desde 1.500.

Sentí una especie de escalofrío.

-¿Has notado que en por aquí arriba hace más frío? En las historias de miedo siempre debería hacer frío.

Respiré hondo. Es verdad que hacía frío. Y humedad. Y se veía el vaho de nuestras respiraciones.

-Y huele... como a miedo. No, en realidad es que las historias de miedo deberían oler así, como huele ahora.

Y sin darnos cuenta habíamos llegado a una zona de casas grandes, bonitas y terribles, cada una a su estilo.


Y entonces lo dijo:

-Te he traído aquí para matarte.

Esta Cattz...

lunes, noviembre 16, 2009

El sustituto

Este año soy tutora de un grupo de tercero de la eso. He tenido suerte y mis alumnos, aunque tienen un nivel académico discutible y una tendencia evidente hacia el caos y el ruido, son majos.

Cuando el viernes llegué a la tutoría me los encontré totalmente revolucionados. Casi treinta críos gritándome a la vez. Cuando conseguí que se callaran, le pedí al delegado que me explicara qué pasaba:

- Profe, es que la de tecnología está de baja y han mandado a un sustituto...

Se hizo el silencio.

- Ya, bueno, ¿y? ¿pasa algo con el sustituto? - Ah, craso error, lanzar una pregunta al aire a una clase en estado de excitación. El resultado suele ser que unas treinta voces te empiezan a chillar, cada una de ellas intentando que la escuches por encima de cualquier otra, así que empiezan a elevar el volumen, elevar el volumen... Si alguna vez voy al infierno, ese será el sonido que me acompañe en mi castigo eterno. Bueno, como decía, todos mis alumnos a la vez intentaron hacerme saber qué opinaban del nuevo profesor. Imposible captarlo todo, pero lo que pude entender fue lo siguiente:

- ¡ES MUY FEO!

- ¡ES MUY BLANCO!¡PERO ES MORENO A LA VEZ! ¡ES AMARILLO! ¡TIENE PIEL RARA!

- TIENE CARA... ¡COMO DE VIOLADOR!

- ES COMO UN VAMPIROOOO.

- SE LE SALEN LOS OJOS ASÍ, GRAAANDES, REDONDOS Y HACIA AFUERA, Y MÁS CUANDO NOS CHILLA.

- PARECE UN PEZ, PERO UN PEZ FEOOO.

- ES COMO UNO DE ESOS DELINCUENTES QUE SALE POR LA TELE, DE VERAS, PROFE, SE PARECE A UNO QUEEEEE..

- DICE QUE NOS VA A LLEVAR A DIRECCIÓN POR NO HACER LOS DEBERES... ¡¡POR NO HACER LOS DEBERES!! ¿DÓNDE SE HA VISTO ESO?!

- Y QUE NOS VA A SUSPENDER A TODOS. ¡Y SÓLO LLEVA UNA CLASE!

- EN SERIO, PARECE UN VAMPIRO. NO, NO... ¡ES UN VAMPIRO!

- PROFE, DE VERDAD, QUE A MÍ ME DA MIEDO.

Después de los treinta segundos del caos, conseguí que se callaran, les pedí que no dijeran cosas tan feas de la gente (sé que no me harán caso, pero algo había que decir) y que jamás, jamás, quería saber qué decían de mí por ahí.

Pero bueno, después de una descripción tan detallada, creo que lo tengo fácil para reconocer al susodicho: bastará con que vaya a la sala de profesores y busque a un monstruoso y feísimo pez-vampiro salido del inframundo, de color blanco pocho con tendencia al camaleonismo que vaya dejando a su paso un rastro de sangre y miembros despedazados de alumnos y ¡lo peor! un caminito de partes de amonestación y boletines cuajados de suspensos

... así dicho, la verdad es que un poco de miedito sí que da.

Post-post: este finde lo he pasado con Miss X, Maya y Nanuk en Valladolid y un pueblo de Segovia. Por fin he conseguido ir a Valladolid a ver el museo de San Gregorio, así que me he puesto morada a ver escultura renacentista y barroca...



...y también nos hemos puesto moradas a comer pinchos y a beber vino rico.


Pincho ganador del concurso de pinchos de este año llamado "Obama en la Casa Blanca". En realidad era una cosa con descripción complicada que llevaba huevo, champiñones y patatas. Lo del color negro no tengo ni idea de dónde salía.

Cosa de queso no muy convincente

Y en Segovia... me puse morada a dar vueltas a las rotondas. Hasta cuatro vueltas por rotonda. Seguidas. Y juro que fue mucho antes del vino.

viernes, noviembre 13, 2009

Grandes Heroínas de Ficción: Pickwick


Nuevo post para la sección, lleno de polémica, de la mano del Capitán Achab. Enjoy!

Hace unos cuantos meses, tras una opípara cena, Be me prestó "El Caso Jane Eyre", la entretenida aventurita metaliteraria de Jasper Fforde. En justa contrapartida por asaltar su biblioteca y usufructuar su nevera, la muy ladina me pidió que le escribiera un articulito para la serie "Grandes Heroínas de Ficción" del Quédate a Dormir. Yo, que nunca contrarío a una linda damisela de ojitos tristes y surtida biblioteca, contesté que sí.

Leído el libro, me asaltó una duda. ¿Quién diantres será esa mujer fuerte cuyo panegírico debo entonar? Porque, digámoslo bien alto, Thursday Next, la protagonista del libro, no deja de ser una bibliotecaria con pistola por mucho que críe un dodo mascota, conduzca un ostentoso coche y se presente voluntaria para sacudirle la badana a una horda de vampiros ingleses. Una bibliotecaria con el fundado temor de quedarse para vestir santos por culpa de un novio de juventud que tuvo el asentado juicio de prometerse con otra.

En fin, si alguna vez han pisado una biblioteca pública pueden intuir el tipo de mujer que nos ocupa: mala gaita, miradas furibundas y sentencia de muerte por devolver libros con un día de retraso. El horror de los horrores, tanto aquí como en Swindon.

No obstante, yo confío en mis amigas y sabía que la hembra de ejemplar fortaleza acabaría por presentarse.

Lo hizo. Una secuela más tarde, Pickwick, el mencionado dodo, puso un huevo y reveló ser pajarita, que no pajarraco. Una pájara ejemplar, por si fuera poco. Privada de alitas por un defecto en la secuenciación de su genoma, bautizada con nombre de maromo, madre soltera, fugitiva por causa de su neurótica dueña, Pickwick no se arredra y empolla su huevo con mirada firme y un estoico: "¡Ploc, ploc!". La pera, la reoca y el recontradodo.

Háganme caso, que yo de esto sé. Hembras como ésta no se clonan todos los días.

El origen de este post es tal cual él se lo ha contado. Pedí un texto sobre Thursday Next, y con esto me encontré.

Rápidamente busqué al Capitán en gtalk. Transcribo lo que allí sucedió:


Be: Thursday no te gustaaaaaaa!!!
Achab: Pero para compensar Pickwick me encanta.
Be: Pero, pero, pero... voy a tener que hacer un superpost de defensa de Thursday!!
Achab: Pero si es una petarda!!! El dodo, sin embargo, no puede ser más mona.
Be: No es una petardaaaaaaaaaa! Es una superheroinaaaaaaa!
Achab: Un acosa no quita la otra.
Be: Aunque es cierto que lo de que se liara de nuevo con el cojo no me moló nada. A mi me molaba el poli que dijo que se casaría con ella.
Achab: Si iba a volver con él se lo podía haber dicho diez años antes, y no montar ese petarda show en la boda. Además, qué le echa en cara? Que dijera la verdad? Que ella sabe que es verdad y que pasa de admitir porque ella se siente culpable. De muy muy petarda.
Be: Ya... pero como investigadora literaria mola mil.
Achab: Porque el trabajo mola.
Be: Y ella lo hace bien!
Achab: Altera el final de una aclamada obra maestra que le queda mejor de pura chiripa... Tiene que salir por patas a refugiarse en una novela sin publicar...
Be: Pero todo mejora!!!
Achab: Sus compañeros de trabajo tienen la mala costumbre de acabar muertos... Mazo eficaz, sí.
Be: Es que los malos son muy malos.
Achab: Mejora de casualidad. Con lo escasamente controlada que tenía la situación podía haberse cargado al señor Rochester y destrozar la novela entera por el mismo precio.
Be: Ayyyyyyyyyyy...! Capitáaaaannnnnnnnnnnnn! Lo que importa es que nooooooo!
Achab: Para la novela es lo que importa. Ahora, a la hora de evaluar su competencia como detective. Si no tuviera un padre que mangonea el tiempo estaría frita. Pero eso es lo de menos. Lo importante, y sus relaciones con los hombres, son de petarda.
Be: Si?
Achab: Sí.
Be: Por qué?
Achab: La relación con su futuro marido es de megapetarda. Me lío contigo en el frente y somos superfelices porque somos jóvenes. Mi hermano la caga y se carga al pelotón. El gobierno lo utiliza como un falso banderín de enganche patriotero. Y lo sé. Tú con todo el dolor del alma dices la verdad. Y yo te odio porque has hecho lo correcto, y me siento mal por odiarte, y te persigo sin decirte que sí. Pero cuando te vas a casar con otra me vuelvo loca. Porque cómo se te ocurre ser feliz con otra? Mientras tanto le doy -inadvertidamente o no- falsas esperanzas a mi muy estupendo compañero de curro, que se quedan en nada en cuanto puedo ponerte la mano encima de nuevo. Si eso no es una petarda es que se ha extinguido la especie.
Be: Ya...
Achab: Lo que pasa es que tú quieres su trabajo y no te queda otra que identificarte con ella.
Be: Jo.
Achab: Pero sí, el curro mola. Y el coche. Y la mascota.

Y ella. Thursday es lista, valiente y con chispa. ¿Y qué, si le cuesta asumir las cosas chungas que le pasaron en la guerra? Crimea no es como comprar el pan, vaya. Thursday es una superviviente que llucha contra "El Mal". Y coincidimos mogollón en gustos literarios.

ACTUALIZADO A LAS 2:23!!! Amplío mi defensa de Thursday con el contenido de un comment, porque me echan en cara que soy tibia y que parezco una rubia desvalida de tebeo cincuentón: Me parece un personaje guay. Se mete en un mundo raro del que no sabe nada más que los "plots" (argumentos) porque los ha leído. Las normas del universo las va aprendiendo sobre la marcha y lo hace de coña (evito spoilers en lo posible, pero... ¡el juicioooo es TAN genial!). "El malo" no es un malo cualquiera, es uno que lo puede todo... y no puede con ella. Le hacen la putada de su vida, y la tia sigue adelante, desfaciendo entuertos y viviendo aventuras superguays.

El caso, señores, es que estoy malita y no fui capaz de argumentar mejor. ¿Algún voluntario para defender a Thursday?

PD: Como pequeña venganza, Capitán, sé que esto lo leerá Zirie. Le informo de que mi amiga es lista, encantadora, pibonazo... y bibliotecaria. Se lo comento, querido amigo, para su propio escarnio personal.

ACTUALIZADO A LAS 4:38!!! Disfruten de la controversia en los commentarios, la verdad no esperaba que un tema distinto de sexo, política o religión pudiera levantara tan agria polémica... Espero, eso sí, que a partir de ahora se produzca un debate literario más templado que el de comments anteriores. Feliz viernes.

jueves, noviembre 12, 2009

Se me hace bola

Cuando éramos pequeños, Hermano y yo jugábamos un montón con las hijas de unos amigos de mis padres. Peca era un año mayor que yo y Beca un año menor. Hermano fue el último en llegar, un año después de que naciera Beca. Tenemos decenas de fotos de toda nuestra infancia, en las que aparecemos los cuatro juntos, desde que éramos unos bebés hasta que fuimos adolescentes, desde las fotos en el patio de mi abuela, jugando con mis muñecas entre sus macetas de hortensias y de plantas del dinero, hasta las fotos en un valle suizo después de dar el estirón.

Es curioso lo que recuerda una. Una de las cosas que más recuerdo de Beca era una extraña "habilidad" que tenía y que traía por la calle de la amargura a su madre. Beca era terrible para comer. Remoloneaba con la comida, comía poquito a poquito y masticaba cada bocado mil veces. Tanto lo masticaba, que cuando quería tragar le había sacado todo el jugo a la comida y se le había quedado hecha una bola estropajosa en la boca. Su madre se pasaba toda la comida diciendo “Beca, traga. Beca, traga el filete. Beca, traga”. Al final Beca acababa tragando con muchos aspavientos o escupiendo la bola seca en una servilleta entre arcadas. Le pasaba con toda la comida, y una de las frases que más oíamos cuando estábamos juntas era “hay que ver esta chiquilla, que hasta se le hacen bola los fideos”.

Pues así estoy yo últimamente, acordándome de Beca, porque tengo un montón de cuestiones rondándome, a las que estoy dando demasiadas vueltas... y se me están haciendo bola.

Normalmente me cuesta manejar los conflictos: no suelo ser capaz de expresar ni bien ni a tiempo las cosas que me disgustan o que me entristecen. Al final suelo acabar con un agobio mortal, con un ataque de ira o con un bajón de ánimo importante. Con la edad y los palos que me he ganado por actuar así de mal, he ido aprendiendo a comunicarme mejor. Sigo aprendiendo poco a poco cómo hablar las cosas malas con calma y a tiempo, aunque aún me cuesta horrores.

Pero últimamente se me están abriendo muchos frentes de agobios... y se me están haciendo bola. A ver cómo la deshago.

martes, noviembre 10, 2009

Esto tan bueno...

...es lo que no voy a tener*.

Éste no es uno de esos posts de ser feliz (lo siento). Tampoco es un post de llorar (que tampoco pasaría nada, porque éste es mi blog y lloro si quiero). Éste es un post de nostalgia, de cielos plomizos, de desamor.

Está en el aire. Una amiga que imagina un amor frustrado como lo mejor que ha estado cerca de tener. Otra que no puede dejar marchar al "amor de su vida" aunque lo que le ofrece no es suficiente -porque no es "todo"-. Un amigo al que le cuesta superar una historia pasada, y que ni siquiera sabe si quiere superarla. Spike, que sabe que no puede tener a Buffy pero no puede estar lejos de ella aunque le duela todo el rato.

Hace muchos años conocí a un chico que era todo lo que yo creía que quería, y al final la vida nos llevó por distintos caminos. Durante un tiempo me costó aceptar el haber encontrado "lo bueno" y que no fuera para siempre. Yo era pequeña y aquello dejó su marca: para empezar me hizo entender que la vida no es una película.

Años después hubo algo que quise aún más, y que llegué a tocar con los dedos. Al final resultó no ser tan bueno -ni ser para mí-, pero en el tiempo que me llevó descubrirlo iba del cielo al infierno. ¿La marca, esta vez? Perspectiva, y la consciencia de que la vida es una sucesión de épocas buenas y otras menos buenas... pero que lo malo nunca dura para siempre.

Así que lo entiendo perfectamente.

Y no puedo decir a mis amigos -y a Spike- "venga, supéralo, no pasa nada, la vida es corta pero ancha". Porque sé que unos tardarán más que otros pero al final todos estarán bien... pero ahora las cosas no son tan claras.

Lo que creemos "lo bueno" no siempre lo es. Cuando lo es, a veces no lo queremos. Todo el mundo es sustituible y nada ni nadie es tan bueno.

Sí, siempre se supera.

Pero la sensación, el "esto tan bueno es lo que no voy a tener", es una putada.

*La frase es de Punto de Luz y es perfecta.

viernes, noviembre 06, 2009

El verano de A y Be, revisited


El mismo día que Redronin1b subió a es POP, mamá el post que escribí sobre chicos, canciones y cintas de varios, recibí un email de uno de los chicos de los que hablaba allí.

A -me siento incapaz de buscarle un nick, siempre le llamé por su nombre que además de inusual es bastante bonito-. El irlandés de la canción de Cuatro Bodas y un Funeral. El más inesperable e inesperado. El que vive en otro país, al que hace más de 15 años que no veo y en el que llevaba siglos sin pensar.

No fue una casualidad tan rara. Después de escribir el post (unos días antes de que fuera publicado) me dio por buscar a mi amiga irlandesa de aquellos tiempos (cuatro veranos en su casa, todos antes de Internet: llevo 8 años sin hablar con ella!!!). Hice algo de ruido en Facebook (invento del infierno) y así me encontró él.

Lo recuerdo así: yo llegué a Irlanda hablando un inglés zarrapastroso y muerta de panidez (pánico+timidez, según LaPerri); le conocí a las 24 horas de llegar y tal cual se me pasó (lo de la panidez, el broken english llevó más tiempo).

A era un chico de ojos azules, tres años mayor que yo, estudiante de ingeniería (al estilo light irlandés), amante de los deportes y de la guinness, supertierno y muy divertido. La primera palabra que me enseñó a decir fue "hug", y la segunda "joke". O al revés.
No quiero poner mis fotos así que he buscado cositas ilustrativas:

Este es un dibujo de las casas de la plaza de nuestro pueblecito
que he encontrado por ahí (como siga haciendo esto
un día vendrán los autores a correrme a gorrazos).

Y este es un pub donde solíamos tomar pintas
(él, yo martinis) hasta las mil (jo, cómo exagero,
más bien hasta el toque de campana y poco más).

Nos despedimos unas horas antes de que saliera mi avión de vuelta a Madrid, me pidió que fuera a verle durante el invierno y le dije que no podía. Ni lo intenté. Preveía que, si aquello no se cortaba por lo sano al acabar el verano, me quedaría colgada de sus ojos azules y pasaría un año fatal.

Así que cortamos por lo sano el momento "amor" (teníamos 16 y 19 años y el mundo estaba lleno de "otros" y "otras"), pero no el contacto. Nos escribíamos cartas larguísimas contándonos miles de movidas absurdas, y mi inglés mejoró de forma sorprendente. Terminé el año siendo de las mejores de mi clase, al curso siguiente estaba leyendo novelitas en inglés -la primera, A Little Princess de Frances Hodgson Burnett-, y dos años después empecé a estudiar Filología Inglesa -para drama humano de mi madre (que mola mil)- locamente enamorada del idioma y su literatura.

Para cuando terminé, habíamos dejado de escribirnos. Y nunca nos volvimos a ver, pero A cambió mi vida.

Yo no cambié la suya, pero me recuerda con cariño. Es fotógrafo y saca unas fotos chulísimas de esos deportes raros (y de otros más normales) que tanto le molaban. Ahora tiene el pelo más corto y más oscuro, pero los ojos igual de azules. Sigue siendo cero coqueto e igual de encantador. Y no, no pienso organizar un viaje de turismo sexual a Dublín.

Vale, es porque A está pillado. Y en bastantes líos me metí ya durante el año pasado.

miércoles, noviembre 04, 2009

Un curso variadito

Me ha vuelto a pasar. Cada septiembre me digo que me voy a tomar el curso con tranquilidad... y acabo más liada que mi gatina con los tiradores de las cortinas. En esta ocasión, me ha entrado una especie de frenesí (desde que jugamos a las películas y me tocó representar frenesí, se me ha pegado la dichosa palabrita) y me he apuntado a muchas (demasiadas) clases de baile.

Empecé con tres clases a la semana: dos de danza oriental y, como me apetecía aprender algo nuevo, una de danza tribal (es una danza creada en EEUU y basada en movimientos de danza oriental y de diversos folklores del norte de África y Próximo y Medio Oriente).



Después me surgió una oportunidad muy buena para aprender... ¡danza africana! El año pasado vi bailar en varios festivales djembé y danzas de Senegal y me parecieron danzas muy energéticas y con pinta de ser muy divertidas. Cuando se me presentó la oportunidad de apuntarme a clases de danza africana probé, me gustó y llevo un mes y medio dando saltos al ritmo del djembé.



No se quedó ahí la cosa. Cuando pensé que ya tenía mi cupo de clases más que completo, me enteré de que una profesora fantástica de Bollywood con la que había dado unos cuantos intensivos estaba dando clases regulares y ahí que fue Misia de cabeza, porque el Bollywood es divertidísimo y me encanta esa mujer como profesora.



Resumiendo: he pasado de mis tres planeadas clases semanales a cinco. Además por cuestiones de horario, tres de esas clases se me amontonan en la misma tarde, todas seguiditas. Me va bien porque así no pierdo tanto tiempo en transporte, pero me estoy volviendo loca: empiezo la tarde dando saltos como una loca en danza africana, con las rodillas hiperflexionadas, la espalda inclinada y haciendo movimientos frenéticos. Inmediatamente después cambio el chip y me meto en clase de danza oriental clásica: ahí tengo que ser todo delicadeza, cadencia y rollo princesita. Y acabo la tarde con una clase de tribal, que me exige un nuevo cambio de chip (postura corporal y de brazos distinta, actitud más grave, movimientos más controlados). Cuando acabo, básicamente, me quiero morir (ya salgo agotada de la primera clase, así que imaginaos después de la tercera) pero salgo feliz.

Eso sí, lo de cambiar el chip no lo tengo muy conseguido, sobre todo porque después de tantos años de bailar danza oriental, ya me sale sin querer: en clase de africano y de Bollywood muevo demasiado las caderas y en clase de tribal me salen mis típicos bracitos orientales (que son exactamente lo contrario de cómo se deben mover los brazos en tribal). Me falta coger el rollo. Pero supongo que hasta que no se me crucen los cables y empiece a dar saltos al más puro estilo senegalés en plena clase de tribal el asunto no será grave.

No sé si aguantaré este ritmo todo el curso (dependerá de mis estudios, del bolsillo, de mis rodillas de viejita, de mi agobio, etc.) pero mientras tanto... ¡a disfrutar!

Por cierto, este fin de semana Morgana y su compañía estrenan Absenta. Allá que iremos Miss X, la Doctora Bells y Adalias y yo, porque Morgana y su compañía montan unos espectáculos brutales que merecen la pena ser vistos (mezclan danza tribal, funky, artes marciales.. y hacen cosas muy, muy vistosas).



La del vídeo es Morgana. Hace danza tribal fusión gótica (y fusiona con artes marciales y armas. Una demostración a partir del 1:55 del vídeo).

martes, noviembre 03, 2009

Todo lo que no sabes de tu monitor


A mi compañera Parker se le apagaba solo el monitor del ordenador. La imagen iba y venía. En el momento más inesperado y seguramente en el menos indicado.

Así que el viernes llamó a los chicos de I.T.

-Mi pantalla no va.

Y en media hora tenía otra.

La pantalla nueva no le convencía: era sustancialmenre más pequeña que las demás, indiscutiblemente más baja, totalmente distinta y la única blanca de la redacción.

Pero fue tirando.

Hasta ayer, que necesitó escuchar a Espe decir noseque, y no iba.

La primera opción: preguntar a Be.

-Be, no oigo el corte. ¿Sabes dónde está el volumen en esta pantalla?

-Pues... hum, no es que no localice el volumen. Es que no localizo los altavoces: me temo que no tiene.

Como nos es imprescindible poder escuchar cortes, Parker volvió a llamar a I.T.

Esta vez le atendió la Informática Jefa. Ya os hablé de ella una vez: la que cuando desapareció mi ordenador me dijo que tenía que reconocer mi CPU a simple vista igual que reconocería mi coche. La llamada fue tal que así:

- Hola, sí, mira. La cosa es que me habéis cambiado la pantalla y la nueva no tiene sonido. (Murmullos en el teléfono) El viernes. (Más murmullos en el teléfono, Parker tapa el euricular y me dice muuuuuuy bajito) Hablar con ésta es terrible, porque habla idiomas y no la entiendo. (Y sigue en alto). Es que además es pequeña que las otras. (Siguen los murmullos, mientras Parker me habla a mí) Y yo no sé qué decirle. Espera. (Vuelve con la jefa de IT) ¿Sí? Pues es mucho más bajita que las demás, y de usarla me está saliendo hasta chepa. (Vuelven los murmullos en el teléfono, y Parker conmigo) Yo es que no entiendo lo que quiere decir, o sea, sé que para ella es normal... (A ella) Pero yo tengo que poder oir audios y videos y cortes. (A mí) Que no, que el mundo no es así. (A ella) ¿En serio? Vale.

Parker cuelga el teléfono con energía, me mira y dice:

-Que sepas que mi pantalla es la bomba.

Parker teclea con energía.

-Que sepas que la vuestras ya no se fabrican y que tienen más años que la Ragazza.

Parker sigue tecleando como si se le fuera la vida en ello.

-Cualquier informático de bien se estaría pegando por mi pantalla.

Parker deja de teclear.

-Lo que pasa es que la tuya funciona, y la mía no.

lunes, noviembre 02, 2009

Una cinta de varios es POP

El post de hoy no está en Quédate a Dormir sino en es POP Mamá...

Se llama "Una Cinta de Varios Amores", y es ésta:


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Music Playlist at MixPod.com


Si queréis saber la historia de cada canción y empezar a celebrar el cuarto aniversario de es POP, mamá..., hagan clic aquí.