lunes, enero 31, 2011

Perrito y sus taras


Perrito tiene dos años, un colmillo a la virulé, complejo de bajito, malas pulgas con los otros perros y dos o tres taras.

También tiene poderes, porque salir en todas las fotos con los ojos verde fosforito no es normal, yo creo que le pilló en la calle una tormenta eléctrica rara o algo así.

Perrito, el sexto Misfit. Ya iré investigando a ver cuál es su poder.

Pero ser maltratado, abandonado y atropellado puede dejar secuelas. Y en el caso de Perrito, son:

1- No le gusta estar sólo. Al principio de venirse a casa lloraba desconsolado cada vez que me iba a trabajar. Yo me acababa de mudar al edificio que tiene unos vecinos majetes pero un portero gilipollas. Todos los días me daba el parte, todos los días cronometraba el tiempo que Perrito pasaba llorando después de irme yo (5 minutos el día que más tiempo, señores, y no eran ladridos, eran lloros perrunos), todos los días me decía que lo que Perrito necesitaba era "libertad". Perrito dejó de llorar y el portero dejó de dar el coñazo, no sin que antes yo sacara a pasear a la pija que puede haber en mí (no en vano Mi Madre Mola Mil).

2- Pega como una niña. Como tiene la mandíbula rota y le faltan dos colmillos y varios dientes, Perrito tiene hándicaps. Con comida, huesos y juguetes no hay problema, pero tiene la boca "delicada" y al pelearse (jugando) con Gol lo nota. Así que en lugar de mordisquear, como los perris normales, pega con las patas. Así como pequeños manotazos perrunos. Como las niñas.

3- No sabe jugar al fútbol (ni a nada). Parece absurdo, pero a jugar también se aprende. Y como a Perrito nadie le había dedicado tiempo, pues no sabía. Íbamos al parque, yo le tiraba su donut (una rosquilla hecha del material de las pelotas de tenis, genial!) y él iba a buscarlo y en lugar de traerlo de vuelta lo escondía. Cuando fuimos al Retiro con Moli y las Princezaz, Perrito estaba muchísimo mejor, pero aun así notaron algo raro (es que son muy listas).


Costó varias sesiones de terapia con Punto de Luz y Vann que aprendiera el sencillo mecanismo "yo te lo tiro, tú me lo traes".

Poco a poco se le van notando menos las taras y Perrito va estando mejor. Y espero que para la primavera la diferencia sea tan grande como en estas fotos que enseñan el antes y el después de unos cuantos perros abandonados que, como el mío, han tenido la suerte de encontrar una casa/familia/vida nueva.

(Dice Efe que se va a pasar una temporada sin dibujarme nada, y mucho menos perros. Pero yo no me lo creo)

viernes, enero 28, 2011

Perrito y sus complejos


Perrito hace cosas que nunca había visto en mis perros anteriores. Pero claro, todos han sido perras menos Gol, que es un pastor alemán de 40 kilos. Veréis.

Yo me pongo el visón y acompaño a Perrito mientras él recorre sus dominios olisqueando absolutamente todos los árboles, esquinas y farolas (porque son suyos), hasta que encuentra uno que le gusta especialmente. Entonces levanta la patita, se retuerce, se escora infinitamente hacia arriba… y hace pis luchando contra la fuerza de la gravedad.

Eso mis perras no lo hacían. Ni Gol. Así que cuando el Hombre Malo me preguntó si Perrito hacía pis hacia arriba le pregunté, muy intrigada, que cómo lo sabía.

-Lo hacen los perros pequeños. Es para marcar el árbol y que los otros perros piensen que es más grande.
Por eso no lo hace Gol, porque el único perro en el vecindario más alto que él es el dogo de la esquina. Y porque si apunta hacia arriba, con lo grande que es, se le acaba el árbol. En fin.

Fenomenal, Perrito tiene complejos.

¡Ah! Los dibujitos son de Efe.

jueves, enero 27, 2011

Perrito, de una vida perra a una suerte "loca"

(Gracias al Capitán Achab por el título)
Al principio no estaba segura de poder tener perro. La pereza y el caos son fuertes en mí, así que temía el momento en el que, a las equis semanas de hacerme cargo de Perrito, las responsabilidades me superaran. Darle de comer, bañarlo, cepillarlo, darle las pastillas, pasearlo tres veces al día. No tenía muy claro si podría hacerlo bien, y lo último que le faltaba al pobre, después de lo mal que lo ha pasado, era una dueña desastrosa. Pero bueno, llevamos tres meses y pico y la cosa va bien.

Incluso ahora en medio de la ola de frío polar: lo saco por la mañana vestida como si me fuera a escalar el Himalaya con Jesús Calleja, lo saco al mediodía antes de irme a trabajar vestida ya de perriodista económica y lo saco por la noche con mi Abrigo de Pasear a Perrito (AdePaP).

Mi AdePaP es un visón que le regaló mi abuelo a mi madre cuando cumplió los 18, que mi madre no usa desde que cumplió los 38 y que yo sólo me pongo de noche porque la última vez que lo adaptaron a la moda de la época era 1988 y cuando me lo pongo parezco salida de Regreso al Futuro (o Dinastía).

Pero lo uso porque, amigos, los hombres de las cavernas tenían razón. Porque los rusos tenían razón. Porque los Stark tenían razón. Las pieles son lo mejor que puede haber contra el frío. Me quito el abrigo de ir a trabajar y me pongo el de Pasear a Perrito y qué queréis que os diga: es otro rollo.

Aparte de que los pobres visoncitos ya estaban muertos antes de que yo naciera, y creo que da buen karma contribuir a que sus muertes no hayan sido en vano.

Así que me pongo mi visón ochentero, y salimos.

No sé si lo habréis adivinado por su pinta, pero Perrito es un tipo duro que no se fía de ningún otro perro.

Ha vivido en la calle ni se sabe cuánto tiempo, y le han debido de putear mucho. Así que, cuando se cruza por la calle con otro bicho peludo, básicamente gruñe. No muerde, no busca pelea (normal, con la mandíbula rota como la tiene no duraría ni medio asalto), pero no se fía.

Trata a menudo con tres perros:

1. Caníbal, el Yorkie Toy de mi exbecaria MeriBella, con el que protagonizó una maravillosa escena que el Capitán Achab describió como "violación carcelaria sobre hielo" en el parqué de mi salón para decidir quién mandaba.

2. África, la terrier de mi amiga Cris, en cuya casa Perrito hace pis según entra por la puerta. Dicen que es porque África le gusta y para los perros hacerse pis es como para los niños de 5 años tirar de las coletas.

3. Gol, mi pastor alemán de 40 kilos que vive en casapadres y al que Perrito se empeña en ladrar como si en vez de un perro de circo fuera un perro guardián. Gol le mira con infinita paciencia y suspira como diciendo: "Hay que ver cuánto ruido hace la merienda".

Sin embargo la gente le encanta.

Me sorprende que un bicho que ha sufrido tanto por culpa de las personas, al que le han hecho tantas putadas, sea tan sociable.

Todos los vagabundos de paso por el barrio le dan conversación (a mí no me dirigen la palabra) (no es que me importe) y él los mira como si los entendiera.

Los porteros hotel de 5* de la manzana de al lado hacen carreras para darle un premio perruno cada vez que pasamos por allí: Perrito llega emocionado como un loco y tras comerse su galleta se va feliz moviendo el culete.

Las señoras locas del barrio, ésas que llevan el pelo morado, ropas raras y miles de foulares al cuello, le adoran. Si van con sus perros y tienen un número variable que va de uno a tres perros pequeños con pinta de cabrones, no, porque Perrito les gruñe. Pero si van solas le hacen más fiesta que si fuera su nieto.

¿Por qué será?

Imaginemos un momento que es un día de mucho frío y yo llevo mi Abrigo de Pasear a Perrito. Y que llueve, por lo que Perrito lleva su chubasquero rojo con capucha.

Para mí que las viejas locas del barrio ya nos han aceptado como de los suyos.

Estamos superintegrados.

Una vez más, los dibujitos son de Efe.

miércoles, enero 26, 2011

Perrito y yo


Perrito es pequeño (10 kilos), peludo (está cubierto de pelo blanco y negro, y a poco que me descuide, también mis sofás, y mis jerseis y mis botas por dentro quedan cubiertos de ese pelo), suave (los mil cortes que tenía se le han ido curando, y el día que toca baño -con agua templada y champú para perros- además de suave huele a peluche durante 48 horas).

No es blando, ni por fuera ni por dentro. Cuando llegó se le veían las costillas, ahora tiene algo de carne en los huesos. No se sabe sentar, cuando le hago plantar el culo en el suelo para darle una galleta o antes de ponerle la correa para salir, se mueve incómodo como si le molestara esa postura tan rara. Creo que tiene alguna costilla rota y mal soldada, probablemente por culpa del mismo hijodeputa que le saltó dos colmillos de una patada.

Lo que tiene bonito son los ojos. Marrones, inteligentes, tristísimos.

Perrito tiene la mandíbula rota, el hocico torcido y un colmillo a la virulé, pero ahora que ya no está de los nervios parece que sonríe todo el tiempo. Es mimoso como no he visto otro perro. Si se queda dormido en el sofá se pone pegadito a mí y se acerca dormido si me separo. Si se duerme en el suelo pone la cabeza sobre mis pies. Si se duerme en mi cama se queda frito bocarriba, como sin creerse la suerte que ha tenido.

¿Han visto qué mono Perrito correteando versión Efe?

martes, enero 25, 2011

Perrito descubre el mundo


Desde hace tres meses y pico tengo un nuevo compañero de piso: Perrito.

Perrito llegó de repente. Yo estaba cenando la espectacular empanada de Sark en casa del Hombre Malo y HerrDaine cuando me llamó una compañera de curro. Era una emergencia: el perro que una vecina suya había encontrado abandonado, lleno de sangre, con la mandíbula inferior colgando y asustadísimo en una gasolinera de las afueras de Madrid necesitaba una casa y la necesitaba ya. O le encontraban una casa de acogida esa noche, o iba a una perrera. Y en su estado no hubiera aguantado en una jaula a la intemperie ni dos días.

Así que me lo trajo. Tembloroso, asustado, dolorido y frinkándose su mantita compulsivamente. Parecía un nervio con pelos, pero lo que tenía era un trauma gordísimo de perro maltratado.

Cuando llegó a mí ya no estaba lleno de sangre, pero sí flaquísimo, con un colmillo a la virulé y una expresión de miedo que recordaba a esto pero daba más penita que otra cosa. La primera vez que lo cogí en brazos y me lo puse en el regazo para ver la tele, Perrito no sabía qué iba a hacerle. Es como si no le hubieran acariciado nunca.

En principio se iba a quedar un par de semanas, mientras duraba el tratamiento con antibióticos y calmantes, el veterinario decidía si hace falta operarle de la mandíbula y las niñas de la perrera le encontraban otra casa. Las dos semanas se convirtieron en cuatro, las cuatro en seis, y al poco ya le había comprado una camita, un collar de perro pijo, otro collar para ir a la playa, miles de juguetes y el pienso más caro que me puedo permitir.

Pero no fue hasta que ya llevaba dos meses haciéndole compañía tres veces al día mientras pasea por su territorio…


…que me di cuenta que Perrito había llegado para quedarse. Estaba contándole esta historia a un amigo (Efe dice que fue él, y es muy posible que tenga razón): "Tiene el rabito retorcido y pinta de perro de circo, así que le he comprado un collar plateado como de perro de Paris Hilton". De pronto se empezó a reír y me dijo: "Ya es tu perro. Lo sabes, ¿no?"

Imágenes de Perrito cortesía de Efe Morningstar (ilustrador, mente preclara y muso).

lunes, enero 17, 2011

Sin él no habría sido igual


¡Hola! Vengo a intentar cumplir mi propósito de año nuevo. Déjenme que recuerde el post anterior… sí, esto iba de escribir más. De contarles cosas monas y felices. De volver a darle vidilla al blog. De recuperar el humor.

Y qué mejor para ello que hablar de muertos.

De uno en concreto: Augusto Algueró.

Se murió ayer, así que ya habréis visto la noticia en la tele, en todos los periódicos, en Internet. Hasta los más despistados saben a estas alturas que este señor fue marido de Carmen Sevilla, que compuso Noelia, la eurovisiva Vivo Cantando y Penélope (o sea que tiene la culpa de que Pe se llame así).

No se me ocurre pasarme por la capilla ardiente que le han puesto en la Sgae, pero sí quiero hacer un pequeño homenaje desde aquí. Porque el señor Algueró está detrás de algunas cosas muy importantes.

Está detrás de un clásico de los karaokes de antes de que se inventaran los karaokes: La Chica Yeyé.



Está detrás de muchos de los temazos de Marisol.




(Tómbola no la pongo porque odio Tómbola)

Y está detrás de la banda sonora del Verano Azul que vivimos una y otra vez.



Así que no: sin él no habría sido igual.

martes, enero 04, 2011

Escribir


El otro día decía nosequién -bueno, sí sé quién, Juan Cruz, pero es que es un señor que no me cae demasiado bien y como tengo amigos a los que sí, pues me las iba a dar de diplomática y a pasarlo por alto, pero no-, pues eso, que decía Juan Cruz, o mejor recordaba Juan Cruz, que Juan José Millás le dijo una vez que escribía "porque no estaba bien". Resumen del señor Cruz: escribimos cuando estamos jodidos, la tristeza inspira mucho más que la alegría, la depre es mejor musa que la felicidad.

Eso, señor Cruz, será verdad si uno quiere ser Buero Vallejo. Si, como yo, a lo más que has aspirado es a ser una Jardiel Poncela wannabe -y eso en los días buenos y con un subidón de endorfinas de los de después de frinkar-, pues como que no funciona.

Llevo una temporada que lo único que hago es trabajar, pasear al perro, dormir, pasar por Casapadres y llorar con las pelis de amor.

Y el mérito no es de las películas; hoy ha sido con Tom Cruise diciendo "you complete me" y Bridget Jones contestándole "you had me al 'hello'". Puh-lease!

Un lector al que tengo especial cariño me preguntó hace poco por Formspring si mi prolongada ausencia blogueril se debía a que me había echado un novio. Mi respuesta le dejó tan helado que me mandó un email genial con esto dentro que me encantó pero aún no he tenido las narices de contestar. (Al lector: si lees esto, sigue mandándome de cuando en cuando canciones por el espoti. A veces me pongo música mientras curro, y me da la vida).

No puedo echar la culpa al PPP (Puto Parkinson de Papá). Ni tampoco a mi no-tan-nuevo jefe, que tiene días mejores y peores pero tampoco es France Telecom. Ni a no tener ni puta idea de elegir hombres, que desde el maldito enero de 2009 en el que Facebook From Hell empezó a hacer de las suyas no he dado ni una (aunque sí que es cierto que me he reído mucho mucho). Ni a haberme hecho mayor de pronto, en forma de (A) contrato de alquiler a mi único nombre de un precioso pisito por la mitad de mi sueldo cada mes y (B) perrito abandonado que depende de mí al 100% mientras deja la casa perdida de pelos (en blanco y negro, eso sí, que se puede ser un chucho peludo alopécico y aún seguir conservando el estilo).

Creo que la culpa es mía por no saber levantarme del todo, o no hacerlo durante el tiempo suficiente.

Pero la cuestión es que se me fue la inspiración.
Atención, ésta es una imagen robada, repito, ésta es una imagen robada.
No es que no sea Jardiel Poncela, es que no llego ni a José Mota.

A o largo del día se me ocurren miles de posts, sí, pero cuando llego a casa y me siento en frente de HK ya no me acuerdo de qué iban.

Por ejemplo anoche estaba repasando los contenidos de mi cámara de fotos y vi un video de este verano, de cuando Little Miss X, Lauris, StreetGirl y yo íbamos camino de Benidorm y nos perdimos en un pueblo llamado Aspe y reaccionamos como cuatro buenas chicas ¡¡woo!! Y pensé "que te pase algo así y no hacer un post es como que tu padre te de tres talentos y enterrarlos en el suelo hasta que vuelva".

También tengo por escribir varios posts sobre mi nuevo perro, que apareció de repente y ya tiene más amigos en el barrio que yo. De momento tengo los títulos: "El Perrito 1", "El Perrito 2", "El Perrito 3" y "El Perrito 4".

Cuando mi padre se puso enfermo y la ola de pena se me convirtió en tsunami y necesité pastillas y a Ele (de Loquera) para salir del agujero, una de las cosas que más me apetecían, de las pocas que me hacían ilusión era escribir aquí.

Y voy a ver si puedo hacer que vuelva a ser así.

Y si puedo superar rápido la etapa José Mota y la Buero Vallejo, y saltarme la etapa Corín Tellado, y llegar deprisa, si no a la Jardiel Poncela, al menos a la Paz Padilla.

Trabajo, duermo, paseo al perro, salgo (con moderación), me emborracho (sin moderación ninguna), pruebo cosas nuevas, me intentan ligar chicos cada vez más jóvenes (el último tenía 23... ¡¡¡23!!!), cocino (poco), mato plantas, descubro mil y una formas de quitar pelos de perro del sofá... y os lo voy a contar.

Éste es mi propósito de año nuevo.

lunes, enero 03, 2011

Mi propósito de Año Nuevo

Yo también tengo una lista de propósitos para este 2011. Analizándola, creo que en realidad es una lista de deseos: aprender inglés por ciencia infusa, que mi trasero desafíe la ley de la gravedad sin pisar el gimnasio, dejar de ser la patosa de la clase de danza tribal. Así que quitando todos los deseos imposibles, sólo me queda un propósito real por el que me voy a esforzar. Y no, no es dejar de fumar, que yo no fumo.

DEJAR DE DECIR TACOS (taco, acepción número 19 en el diccionario de la Rae. Y tiene 26. Toma palabra polisémica).

En fin, que debería dejar de decir palabrotas. Porque en los últimos tiempos juro en arameo por cualquier chorrada y eso no puede ser, por dos razones: la primera es que mis amigos dicen que no me pega nada, que me queda fatal. Que no va nada con la imagen de chica dulce que tienen de mí que de repente me ponga a decir "esa hija de put...". Esa es la primera razón, pero no la primordial, porque me descarga mucho soltar un buen exabrupto y ya pueden decir misa y que mi fama de niña educada se vaya al carajo. Pero ahí está la segunda razón, que es realmente la importante: ser la profe. Porque aunque me controlo, alguna vez se me ha escapado en clase alguna palabra malsonante (sobre todo cuando sale a relucir mi torpeza natural y me pillo el dedo en el cajón o me doy en el muslo con el pico de la mesa). Y los alumnos se me quedan mirando con ojos como platos y alguno siempre suelta un "haaalaaa, lo que ha dichooo".

Así que he decidido mantener el zen y no decir palabrotas en este 2011. Aunque no está resultando fácil:

1 de enero, aeropuerto de Barajas. Un carrito traidor me machaca el dedo del pie.

- ¡¡Hostiaputajoder!!

Y el propósito al mierd... digo... a freír espárragos.

Post-post: se agradece la colaboración de Zagloso y Corresponsal en Palma, que cuando estuve cenando con ellos el 1 por la noche gentilmente me ofrecieron un montón de sinónimos de jod..., digo, de fastidiar.