Perrito tiene dos años, un colmillo a la virulé, complejo de bajito, malas pulgas con los otros perros y dos o tres taras.
También tiene poderes, porque salir en todas las fotos con los ojos verde fosforito no es normal, yo creo que le pilló en la calle una tormenta eléctrica rara o algo así.
Perrito, el sexto Misfit. Ya iré investigando a ver cuál es su poder.
Pero ser maltratado, abandonado y atropellado puede dejar secuelas. Y en el caso de Perrito, son:
1- No le gusta estar sólo. Al principio de venirse a casa lloraba desconsolado cada vez que me iba a trabajar. Yo me acababa de mudar al edificio que tiene unos vecinos majetes pero un portero gilipollas. Todos los días me daba el parte, todos los días cronometraba el tiempo que Perrito pasaba llorando después de irme yo (5 minutos el día que más tiempo, señores, y no eran ladridos, eran lloros perrunos), todos los días me decía que lo que Perrito necesitaba era "libertad". Perrito dejó de llorar y el portero dejó de dar el coñazo, no sin que antes yo sacara a pasear a la pija que puede haber en mí (no en vano Mi Madre Mola Mil).
2- Pega como una niña. Como tiene la mandíbula rota y le faltan dos colmillos y varios dientes, Perrito tiene hándicaps. Con comida, huesos y juguetes no hay problema, pero tiene la boca "delicada" y al pelearse (jugando) con Gol lo nota. Así que en lugar de mordisquear, como los perris normales, pega con las patas. Así como pequeños manotazos perrunos. Como las niñas.
3- No sabe jugar al fútbol (ni a nada). Parece absurdo, pero a jugar también se aprende. Y como a Perrito nadie le había dedicado tiempo, pues no sabía. Íbamos al parque, yo le tiraba su donut (una rosquilla hecha del material de las pelotas de tenis, genial!) y él iba a buscarlo y en lugar de traerlo de vuelta lo escondía. Cuando fuimos al Retiro con Moli y las Princezaz, Perrito estaba muchísimo mejor, pero aun así notaron algo raro (es que son muy listas).
Costó varias sesiones de terapia con Punto de Luz y Vann que aprendiera el sencillo mecanismo "yo te lo tiro, tú me lo traes".
Poco a poco se le van notando menos las taras y Perrito va estando mejor. Y espero que para la primavera la diferencia sea tan grande como en estas fotos que enseñan el antes y el después de unos cuantos perros abandonados que, como el mío, han tenido la suerte de encontrar una casa/familia/vida nueva.
(Dice Efe que se va a pasar una temporada sin dibujarme nada, y mucho menos perros. Pero yo no me lo creo)