miércoles, mayo 31, 2006

Expediente X – vol 2: Wesley Crusher

Toda la vida he tenido ciertas tendencias frikis, pero casi siempre he conseguido mantenerlas bajo control gracias a mis amigos (y su terapia conductista del agua y las descargas eléctricas). Como salta a la vista, la parte más importante de la frase anterior es “casi siempre”.

Básicamente, soy una picaflor. Eso es lo que me salva y lo que para mi madre es una gran alegría, porque inplica que no llego a ser friki de nada. Significa, en el caso que nos ocupa, que aunque me molaba Star Trek The Next Generation, no llego a ser una trekkie. (Soy consciente de la idea casi universalmente aceptada de que los trekkies no tienen derecho a la vida, así que quiero que el concepto quede claro: NO SOY UNA TREKKIE).

Vamos a ver, tengo una camiseta que en mi casa se conoce como “la camiseta Deanna Troy”, y si alguien me regala uno como éste…

…o incluso como éste…

…es posible que pierda los nervios por un momento (o me enamore, depende del caso). Pero también me pasa con merchandaisin relacionado con otros muchos temas de los que soy fan pero tampoco sé mucho (Harry Potter, Oscar Wilde, Buffy, novelones victorianos, Candy Candy, William Carlos Williams, Molly Ringwald y hasta una escritora muy chunga y prolífica que se llama Meg Cabot y que como no acabe algo pronto a ver qué leo yo en la pisci este verano, por mencionar algunos).

En el caso particular de Star Trek, ocurrió que, cuando tenía 14 o 15 años, me enamoré de Wesley Crusher.

ARCHIVO PERSONAL DE LA FLOTA ESTELAR – Crusher, Wesley

Rango: Alférez
Nombre completo: Wesley Robert Crusher
Fecha de nacimiento: 29 Julio 2349
Lugar: La Tierra
Padres: Lt. Cmdr. Jack Crusher (fallecido) y Dra. Beverly Crusher
Estado civil: Soltero
Educación: Academia Estelar, 2367-70 (renunció antes de completar el programa)

Último paradero conocido: Presente en la boda de William T. Riker and Deanna Troi en Alaska, la Tierra.

Me molaba tanto que en verano veía (y trataba que mis amigas le pillaran el punto) la serie en la tele gallega, los klingon hablando como recién salidos del pazo, legendario.

Años después, en una fiesta toga, una amiga y commentarista de este blog se dedicaba a hacer tatuajes temporales en los torsos desnudos de los asistentes masculinos, y yo estaba inmersa en una profunda discusión sobre Star Trek con un simpático joven al que mi amiga había tatuado un intercomunicador. Él, al descubrir que mi único contacto con el universo Trek había sido a través de The Next Generation, intentaba atraerme hacia el resto de series. En una de esas, el chico me miró muy serio, a los ojos, y dijo:

-¿Wesley Crusher? ¿El niñato ese al que odian todos los trekkies? ¿No sabes que hay cientos de páginas en Internet donde los fans de la serie idean las mejores maneras de acabar con él? ¿Las más crueles y dolorosas?

Fue así como descubrí que que te gustara Wesley era anti cool e incluso anti friki. Pero no me importó.


Era taaaaaaan mono...

Por cierto, un apunte off topic, era la era jurásica de Internet (yo solo tenía 2 amigos con correo electrónico, y estábamos hartos de sólo escribirnos entre nosotros. Bueno, vale, igual ya éramos 5). Lo que me hace pensar en lo dura que tenía que ser la vida del friki antes de la existencia y universalización de Internet.

Volvamos a Wesley. ¿Han oído hablar de la transmisión? Ese curioso fenómeno que se da en las pelis americanas cuando una paciente cree que está enamorada de su médico porque éste le ha curado. A mí me pasó con Wil Wheaton, el actor que hace de Wesley. Que, además, salía en dos de mis pelis chungas más favoritas de todos los tiempos: Cuenta conmigo y Operación Soldados de Juguete.

Pasado el tiempo, señores, Wesley Crusher, o Wil Wheaton, me sigue molando. Desconozco su aspecto actual, pero sé que ha escrito un par de libros que no he leído, un blog que leo de vez en cuando, un site de chicas suicidas que he ojeado un par de veces… Tiene sentido del humor (y eso a mí me puede), es un pedazo de friki, vive con su mujer y los dos hijos de ésta, pone voz a series de dibujos (es Aqualad en Teen Titans) y videojuegos (Richard Burns en Grand Theft Auto: San Andreas)… y diversifica su talento en otros ámbitos, como torneos de poker de famosos (hay todo un mundo desconocido en ese lugar que llamamos EEUU).

En fin, que uno debe reinventarse a sí mismo, y que el espacio es la última frontera. Y que a mí me molaba Wesley Crusher.

martes, mayo 30, 2006

¿Por qué los hombres ya no piensan con la p***a?

Tú has crecido estudiando varios ejemplos históricos de hombres vencidos por su pito:
-Almanzor
-Felipe el Hermoso
-Clinton….

Has visto millones de películas basadas en hechos reales de las tres y media en las que un hombre con una familia perfecta destruía su felicidad absoluta por una secretaria que le enseñaba el escote…(vencido por su pito)…

Luego, creces un poco (pero sólo un poco) y te das cuenta de que los hombres no piensan con el pito… y, claro, te traumatizas. Primero piensas que te han tocado todos los pseudointelectuales amamantados con bromuro (de hecho, llegas a pensar que son los miembros de un club que se han ido pasando tu teléfono)… pero luego, cuando te atreves a compartirlo con otras perrilinas, te das cuenta de que no piensan con el pito… y te traumatizas… porque todo es mucho más fácil cuando los meo-de-pie piensan con el pito…

Hace poco presencié una conversación entre tres mujeres objetivamente atractivas, jóvenes y muy divertidas (aunque creo que esto último no influye en el pito) quejándose de su gris vida sexual (tenían meo-de-pie)… y yo pienso ¿eso no llega a los 60? ¿es que los ordenadores y lo móviles han radiado la conexión neuronal que permite a su pito mandar sobre todo su ser?¿es que tanto anuncio de cosmética masculina ha acabado con el mayor tópico del feminismo?¿es que solo me rodeo de meo-de-pie desorientados, atormentados, hipersensibles y entonces mi nicho poblacional es representativo?….

¿Os pasa a vosotros que cada vez conoceis a más mujeres que se quejan de que su chico (o los hombres en general) ya no piensan con el pito y sin embargo nunca habeis oido a un meo-de-pie quejarse de que su chica le dice que ‘tiene dolor de cabeza’ porque al que le duele la cabeza es a él?….

La ProtoDoctora Parrish en: Júbilo en las aulas

Hoy tenemos una colaboración especial de la corresponsal de Quédate A Dormir en las Tierras del Norte. Su nombre es Julie Parrish y de profesión es ProtoDoctora. ¿Eso qué es? Muy fácil: algún gobierno (no sé si regional, autonómico, nacional, o qué) le paga por ser sabia e investigar. Una vez presentada, le paso la palabra. Las notas en azul son mías.

Entre mis quehaceres domésticos de super-becaria (véase 1. mirar repetidamente por la ventana del gabinete hasta descubrir una pareja de sexagenarios follando en el parking [esto, además de ser verídico, tiene un post, amigos, y llegará a nosotros]; 2. esperar durante horas sentada en la cafetería, hasta que la leche del café se convierte en mantequilla solo para hacer que te has encontrado por casualidad en tu momento de descanso con él; y 3. no perder la oportunidad de, cada vez que sale un rayo de sol - y tengo que aclarar que en esta tierra eso no ocurre tan frecuentemente- escapar como loca hasta lo alto del faro, tumbarme en la hierba y dedicarme a observar a los pijisurferos...), debo decir que, de vez en cuando, y sólo de vez en cuando, tengo que ponerme seria.

Pero creo que es más una cuestión de carácter porque en el Master del Universo ya me pasaba igual.

Pues eso. Un encuentro de jóvenes investigadores. Algo informal entre friki-compis para contarnos a qué dedicamos nuestro tiempo, el libre y el ocupao, y para tratar de demostrarnos que, los frikis por ser frikis y los demás por ser el resto, todos podemos hacer algo especial en nuestras vidas. Como estudiar durante años la utilidad de los "retocadores de hueso" de una cueva musteriense en concreto. O analizar las diferentes secuencias cristalográficas de silex de otra cueva, (que os preguntareis para qué, y no sé responder, porque tampoco a mí me quedó muy claro). O descubrir que dos líneas de muralla de una colina pueden convertirse en un campamento de 7000 legionarios romanos, (más de los que hubo nunca en León), y enclavado en mitad del Bask Country, que ya es complicado porque no se sabe que hubiera enfrentamiento directo, sino unos fantásticos acuerdos para evitar derramamiento de sangre...

En fin, que para hablar de todas esas cosillas y más, dedicamos un par de días los friki-compis y yo. Claro, que quien lo organizaba todo (otro de los frikis) estaba emperrado en unir disciplinas y metodología y en que aquello se convirtiera en referente de... no lo sé muy bien.

El caso, es que mi actuación era la última a modo de colofón. Bella (como siempre) había participado en todos los debates (aunque fuese solo para hacer el ridículo) y llegaba mi momento. A la sala, adaptada para la presencia de 12 friki-compis y respectivos directores en cada ocasión, llegaron unas cuantas señoras desperdigadas, que yo inocentemente confundí con la madre y la abuela de alguno de los ponentes... hasta que la cosa empezó a perder el control... como habitualmente me suele ocurrir.

Repito, hasta que yo no me incorporé del asiento, no habría más de 6 señoras perdidas. Pero fue levantarme y empezar a entrar la asociación entera. Ellas eran solo la avanzadilla. Que no os pase nunca. Hablar en público cuesta. Pero que te llegue de repente la asociación entera de Amigos de la Ciencia de la Tercera Edad es muy duro. No sé, 40, 50, 60. No tengo ni idea. Solo sé que no había sitio, que la gente se quedó de pie y que otros prefieron el suelo.

¿Qué hacer? ¿Convertirte en la mujer Neardental y lanzarte a la garganta para mutilar al organizador del encuentro que por error les había enviado un e-mail para invitarles? ¿O, por el contrario, hacer como si no pasara nada, delante de aquellos señores que se habían arreglado, habían cogido un autobús urbano, y se habían plantado allí con sus galas y sus wisper-xl, sólo para escucharte?

Efectivamente, hice lo segundo. Bebí agua, tragué saliva y les solté un rollo impresionante. Y encima, al terminar PREGUNTARON!!!! Porque claro, ¿para que está el debate? ¡Pa´preguntar! Bueno, ese tipo de preguntas-reflexión que son mejor todavía, porque es en ese momento cuando tú no tienes nada más que decir.

Unos saludos al final, unas palabritas ("qué listas salís ahora") y a darnos al alcohol. Y ni una ronda se dignó invitar el dueño de la cafetería, pese a que le llenamos el garito entero. Porque ya que se habían arreglado... no se iban a volver a casa en media hora.
Aquí terminan las aventuras de la ProtoDoctora entre los Jubilosos. Los enlaces son míos. Algunos son un poco chungos, pero en esos casos me siento incapaz de ajustar más. Además de notas y enlaces, tenía como misión buscar unas cuantas fotos. He puesto "jovenes investigadores" en Google Imágenes. Yo pensé que iba a salir esto...
(si aún no han leído sobre ellos en Viruete, hagan clic AQUÍ)
...pero no. Ha salido esto...
(espero que por lo menos sean investigadores)
...esto...
(más que investigadora parece presentadora de alguna versión regional del Diario de Patricia)
...y esto...
(tiene un aire raro como a codigodavinchi, esta foto)
Estos últimos SÍ son jóvenes y SÍ son investigadores. Vale, son de Química en lugar de Historia pero las fotos traerán recuerdos a una de las posteadoras de este blog (bueno, a varias, pero a una en particular). A ver si además se da por aludida y se marca un post antes de que acabe la semana.
Despedimos esta entrega especial de Quédate a Dormir dedicada a los Jóvenes Investigadores y sus fans con una gran frase: "No grites que me estresas las amebas". (Perdón a los interesados si el lugar enlazado es ilegal o chungo. Dímelo y lo quito)

lunes, mayo 29, 2006

¡Muac! El beso en la frente

Iba ayer en el coche, con la radio puesta y escuché un anuncio de un whiskey, o un ron o algo así, de estos en plan súper-enrollado, que planteaba un truco "infalible" a los chicos para que una chica les besara: después de una cita, al dejarla en el portal de su casa, plantarle un beso... ¡EN LA FRENTE! Según el anuncio, ella se lanzaría a sus brazos y les daría un beso que les dejaría secos.

Dejando a un lado que es un anuncio y todo eso... JA. NO. Al menos para mí. Para mí, un beso en la frente por parte de un elemento masculino significa muchas cosas, pero desde luego nada que pueda implicar una noche de sexo salvaje.

Para que un chico te dé un beso en la frente, debe haber cariño por medio. Has despertado su instinto paternal y de protección (a ratos mola, porque gusta que de vez en cuando te protejan, aunque no lo necesites) y que te tengan cariño es genial PERO eso no significa que hayas despertado su lujuria. Es lo que llamo el síndrome "cordero con lazo": te ven tierna y achuchable cual peluche de oso amoroso... pero con un coeficiente de frinkabilidad de menos tres. Nadie se frinka a Norit (hay quien tampoco se lo come).

El momento típico en el que me han caído más besos de este tipo ha sido el de la ruptura. Recuerdo por lo menos tres ocasiones en las cuales tres tíos diferentes me han dejado/ les he dejado y que me han plantado, después de la conversación, un beso en la frente (protagonizando algún momento ridículo, porque alguno se tuvo que buscar un bordillo y subirse a él para alcanzar... y eso que no soy precisamente una chica alta). Pero el beso... es como la firma del acta de defunción de la relación: cuando un ex te da un beso en la frente sí que significa que cualquier impulso carnal está más enterrado que un dinosaurio del cretácico. Es, es ¡el beso de la muerte! De la muerte de tu autoestima sexual, claro.

Doctor, ¿qué me pasa? De repente sé balar, me han salido ricillos blancos y tengo un lazo rosa alrededor del cuello... ¿quiere un jersei? lana bonita, lana barata...


Por eso, cuando oí ayer el anuncio y me imaginé en el lugar de la chica, yo me pude ver a mí misma no abalanzándome sobre el tío experimentador de trucos, sino cerrando la puerta del portal, subiendo las escaleras, cogiendo el móvil y llamando (como buen ejemplar de drama-queen) a una amiga para decirle con voz lastimera: "¿ves? te lo dije, yo no le gusto a ese chico... quiere ser mi amigo y ya está... ¡Si hasta me ha dado un beso en la frente!".

viernes, mayo 26, 2006

Si un friki quiere hacerte feliz…

Lo había visto en el blog de Mir hace tiempo, pero me ha venido a la cabeza después de ver tanto friki junto.

Tripod es un trío humorístico/musical australiano. En su Web establecen una serie de hechos que hay que conocer sobre ellos:

Hecho 1: Son 3.
Scod es el que tiene pinta de friki con gafas.
Gatesy es el que canta bien y quiere tocar la guitarra.
Yon es el más bajito, el más raro, quiere tocar la guitarra pero se conforma con la trompeta.

Hecho 2: Son graciosos y además sus canciones molan (eso dicen ellos).

Hecho 3: Han viajado mucho juntos pero nunca se han visto desnudos los unos a los otros.

Hechas las presentaciones, por favor ved el vídeo hasta el final, y disfrutad. Mir titulaba su entrada “Real como la vida misma”. Nada que añadir.

jueves, mayo 25, 2006

¡Feliz friki-día!

Hoy, 25 de mayo, es el día del orgullo friki. Dadas nuestras relaciones de distintos tipos (ex, familiares, amigos, anfitriones de blog) que tenemos con frikis de todo pelo (Marvel, DC, otakus, fans de Star Wars, enanos tolkianos, etc.) no podemos menos que rendirles un sentido homenaje (ninuninuni... violines... bueno, mejor una canción élfica) desde "quédate a dormir".
Aunque:

- no os entendamos cuando habláis.
- nos miréis con cara de resignación cuando os hacemos preguntas que para vosotros son obvias (no, no tengo claro qué súper-poderes tiene el Capitán América. Pero merezco vivir, de veras).
- nuestra idea de lo que son clásicos de la literatura difiera un poco.
- no os podamos llevar al cine a ver pelis subtituladas acerca de la Inglaterra victoriana porque preferís ver señores que vuelan.
- podáis estar horas argumentando quien lleva razón, si el Capi o Iron Man.
- vuestro gurú espiritual sea Bruce Lee. O Chuck Norris, que de espiritual tiene lo mismo que el Koala de romántico.
- el idioma que pretendéis controlar no sea el dichoso inglés, sino el élfico.
- una katana o un muñeco de un bicho feo sea el mejor regalo del mundo para vosotros.
- una partida de rol sea un planazo para el viernes por la noche según vuestro baremo.
A pesar de, o por todo ello... no cambieis.
Y ahora, pequeño regalo-homenaje friki:

¿Qué es eso?

¡Un mister Potato!

...

...

¿Seguro?

¡Darth- Potato! Que la fuerza os acompañe, frikis.

Y ...

¡¡Quién no sea friki, que levante su espada láser!!

P.D. Gracias a mi friki-hermano, el mejor, que ha prestado su Darth-potato, su halcón milenario, su cámara, su fotochop, su maestría y su tiempo para que la foto del susodicho quedara tan chula.

miércoles, mayo 24, 2006

Cosas que (no) hacer en un ascensor

Un ascensor es un aparato que traslada personas de unos pisos a otros. Algunos les tienen miedo; uno de mis jefes, por ejemplo, no soporta los ascensores y sube y baja por las escaleras cada día -y trabajamos en una décima planta-. A mí no me dan miedo, aunque tal vez debería.
Hay tres escuelas principales de comportamiento visual en los ascensores: unos miran fijamente al frente, otros se miran los pies, y otros se miran en los espejos. Sobre la conversación, es recomendable ceñirse al clima. Yo cuando me salgo de este programa, la cago.
Situación nº 1: la emergencia
Un atractivo (aunque bajito) reportero de guerra, de los que llevan hasta los calzoncillos de Coronel Tapioca, da una charla en el Master del Universo. Al terminar, 3 personas cogen el ascensor: un compañero del master, el atractivo, aunque bajito, reportero de guerra, y yo. Todo va bien hasta que el ascensor se para entre dos pisos. No me dan miedo esas cosas, así que no me pongo ni pizca nerviosa. Me limito a decir con tono de hastío: “Otra vez el ascensor, pero si los acaban de arreglar… esto es el infierno en la tierra”. Al segundo siguiente me quiero morir.
Le acabo de soltar semejante gilipollez al un tío que un rato antes nos ha descrito bombardeos, muertes, amigos desangrándose. ¿El infierno en la tierra? Menuda niñata…
Por suerte, en lugar de escupirme, el tipo me sonríe. Cuando se abren las puertas mi sonrojo no es por el bochorno del comentario, sino por haberme quedado encerrada en el ascensor (durante medio minuto) con el atractivo, aunque bajito, reportero de guerra.
¿Volvemos a entrar, a ver qué tontería digo esta vez?
Situación nº 2: el tonteo
Voy un viernes por la noche a la radio donde trabajaba. Nunca iba por allí a esa hora, porque solía tener los viernes libres. Subo al ascensor, mientras un atractivo madurito-joven (cuarentaypocos) me sostiene la puerta. Me suena su cara.
-¿A cuál vas?
-A la octava.
-Yo también. ¿Vas a trabajar?
-Hoy no. Voy a recoger a mis amigas.
-Que suerte, yo voy a pelearme con los míos…
Pelearse… la tertulia de por la noche… entonces caigo en quien es. Me pongo roja. Atino a decir: -No está mal como plan para el viernes por la noche.
-No… Qué bien hueles.
Me pongo rojísima. Digo:
-Gracias…
Noa no me ha perdonado aún que no contestara “Mejor sabré” y diera al botón de Stop.

Sí, claro, esta escena es muy de Candy Candy. ¡Ja!

Situación nº 3: el resfriado

La radio en la que trabajo ahora se caracteriza por su línea editorial tirando a conservadora. Al poco de llegar coincido a la salida con el Presi en el ascensor. Conversación educada pero intrascendente, estoy nerviosa y un poco resfriada. Tengo miedo de estornudar con ruido, así que abro el bolso y busco un clínex. Lo encuentro, me lo llevo a la nariz y descubro que se trata de un tanga rosa. Hay alguna razón lógica para que esté en mi bolso, aunque no consigo recordarla. Lo devuelvo a su sitio, encuentro el pañuelo, me escondo detrás de él y miro al Presi.

Si se ha dado cuenta es un grandísimo actor. Decido creer que no.

lunes, mayo 22, 2006

Serendipia

"Cuando llueve diluvia"

...Hacia meses que no hablaba con Jare,,,
...Semanas que no veia a Nare...

Y en 16 horas,,, hablé o vi a los cinco hombres que en los últimos ocho años han conseguido que pase de desear no volver a hablarles a no poder poder dejar de mirarles, con solo una sonrisa... (todos tenemos un talón de aquiles)....

...Demasiado, en demasiado poco tiempo y espacio... todavía no he recuperado el control total de mis dedos... (pierdo la sensibilidad cuando estoy muy nerviosa)....

...extraño y jodido enfrentarse a ocho años de vida sentimental (en mi caso, como si dijésemos toda mi vida sentimental) en carne y hueso...

una especie de agujero espacio temporal en mi vida,,,,

... las conclusiones... ¡que daño me ha hecho jane austen!

Oooom II... el poder de los árboles a mí

Tengo un dilema existencial. Quiero contar algo, pero después del post de las piedras, no sé si me vais a creer. Bueno, allá va, con la advertencia de que es verdad (la realidad y mis señoras superan la ficción).

El caso es que el viernes estuve con mis señoras haciendo una visita al parque del Oeste. Con las mismas señoras con las que estuve en el museo de las piedras.

Esta vez, muchas piedras mágicas no iban a encontrar, así que estaba yo la mar de relajada, pero me equivoqué. Porque ¿qué hay en los parques, además de alguna estatua, jardineros y un poco de hierba chusca? Árboles. Hay muchos árboles. Después de esta visita puedo decir que hay demasiados árboles.

Estábamos en la bajada hacia la Rosaleda cuando una de ellas dijo:

- Señora 1: ¡Chicas, un pino! Vamos a abrazarnos a él, porque te carga de energía buena. He leído que los árboles tienen un "áurea"que es muy potente, que se puede ver con un aparato y que es muy buena. Venga, vamos a cargarnos de energía positiva. A este pino, que son los mejores.

Y cuatro señoras se abrazaron a un gigantesco árbol, como si fueran pilas recargables. La quinta no se quiso abrazar:

- Señora 5: hala, ya os habéis abrazado todas y le habéis robado la energía positiva al árbol. Pues me voy a buscar otro pino para mí sola.

- Misia: Um... chicas, yo no entiendo mucho de árboles, pero... ¿estáis seguras de que esto es un pino? porque no se parece demasiado a los pinos que yo conozco.

- Señora 1: que sí, que sí, que esto es un pino.

- Señora 2: pues no sé... ¡vamos a preguntarle a un jardinero!

Y allí, unos metros más abajo, divisaron a su víctima. Raudas y veloces, sobre todo para sus años, fueron directas hacia el pobre hombre:

- Señora 1: Disculpe, señor, ¿a que ese árbol de ahí es un pino?

- Jardinero: No, señora, eso es un cedro.

- Señora 1: vaya, chicas, nos hemos equivocado de árbol. ¿Sería tan amable de indicarnos donde hay pinos?

- Jardinero: Pues... ¿ve toda esa fila de árboles de ahí? todo eso son pinos.

Y el hombre tuvo el privilegio de ver como las cinco señoras se encaminaban a los árboles, se repartían entre ellos (por eso de no robarse mutuamente la energía) y se quedaban abrazaditas a ellos. El señor me miraba con la boca abierta.

- Misia: pues sí, ¿eh? este... qué calor... y qué bonitas tienen ustedes las rosas. - Le lancé una sonrisa de azafata de congresos, y como si fuera la cosa más normal del mundo, me fui. Como dirían los ingleses, ante todo la dignidad y mantener la compostura. Unas cuantas señoras abrazadas a árboles no me van a descolocar.

Cuando las señoras hubieron chupado toda la energía a los pinos, como vampiros vegetarianos, pudimos continuar el recorrido. Lo malo es que en el parque del Oeste hay un recorrido botánico que va indicando qué clase de árbol tienes delante. Y claro, donde hay variedad... Se abrazaron a un álamo. Se abrazaron a un almez. Se abrazaron a un eucalipto blanco. No se abrazaron al tejo porque es venenoso y tiene pinchos. Se abrazaron a... a todo. Parecían teletubbies en sus mejores momentos.

Los teletubbies gritaban "¡abrazo fuerte!" y se abrazaban frenéticamente. Pues igual mis señoras pero al grito de "¡abrazo al árbol!".

La verdad es que mis señoras son encantadoras, majísimas y me río mogollón con ellas. Y tienen muy buen aspecto. Me estoy planteando empezar a abrazar árboles, piedras, peces, enchufes... no sé, lo que dé buena energía.

domingo, mayo 21, 2006

Europe´s living a Eurovision

Ayer vimos Eurovisión en casa de un amigo maravilloso, que además de prepararnos una cena de morirse de rica, nos había hecho papelitos para las votaciones, así que fue todo muy profesional. Hicimos nuestra ronda de votaciones y nos salió ganadora Rusia. Be y yo les dimos los tuelf points a Finlandia, pero no fue suficiente para auparles a nuestro "trono de la victoria" (tratándose de Eurovisión puedo hablar de una forma hortera sin que quede mal. Es la esencia del festival).
Hay que decir que nuestras categorias de premios fueron un poco distintas:

- Tío más frinkable: para algunas, dos de los lituanos (para las de gustos especiales). Para otras, los bailarines turcos.

Estos son los lituanos. Buscar a dos frinkables parece tarea imposible, pero algunas lo consiguieron.


- Momento grimoso: Rusia. Una bailarina del Bolshoi, pintada de blanco, salió de dentro de un piano blanco tirando pétalos de rosa. Según Be, fue como un parto.


- Chicaporquetehashechoesoatimisma: para Croacia. La participante era una semi-muñeca, semi-travelo. Eso es lo que pasa por confiar en cirujanos croatas, que saben mucho de heridas de guerra, pero no de operaciones de aumento de labios.

Su mejor foto. Si aparece de perfil es clavaíta a la Veneno. Tuvimos que esperar a que se quitara la falda al final de su actuación para cerciorarnos que era una mujer de los pies a la cabeza (pasando por enmedio).

- Momento lorza: Macedonia. Chica, si llevas unos pantalones estrechos y un corpiño ajustado y enmedio queda un pequeño hueco, la lorza tenderá a sobresalir. Inevitablemente. En la vida real nos pasa a todas, pero en Eurovisión no. No. Va contra la esencia del festival.


- Canción con-un-par: estuvimos entre nuestros finlandeses y los lituanos, que se presentaron con una canción llamada "we are the winners (of Eurovision)". Y su coreografía fue inconmensurable, con un tío (el calvo de la foto de arriba) dando puñetazos al aire como si le hubieran enchufado a un tendido eléctrico.

- Somos Folklóricos: algún toque folklórico en Croacia y Ucrania. Pero ganó Alemania aunque fuera un toque folklórico yanqui: salieron con canción country y ella tipo Dolly Parton.

Ala, os dejo con el post de Be, sobre ganadores y debate posterior (grande... cualquier debate con Massiel añade un componente de riesgo). Llegaron a la conclusión de que no ganamos porque la canción, el baile, los trajes y la escenografía fueron espantosos. Ah, y porque salimos los sextos (¿?).

Eurovisión Hallelujah

Llego a casa de la Soiree Eurovision 2006 con un alegrón: ellos son los campeones!!!



Hard Rock Hallelujah! Qué actuación, qué imagen rompedora, qué reivindicación del jevi, qué fuegos artificiales -costeados por ellos y sus fans-, qué... qué... qué alas!!!

Y qué mal les quedaban los ramos de flores cuando ganaron!

Sobre la actuación de España, no sé si mis compañeras de blog querrán decir algo. Yo paso. Fue premonitorio que, cuando en la rueda de prensa les pidieron que cantaran alguna canción anterior del festival, ellas eligieran "Quién maneja mi barca" de Remedios Amaya (siro points).

Cosas que saco en claro, de la gala y el debate posterior, para próximas ediciones y para mi vida personal:

- Ver Eurovisión narrado por Beatriz Pécker es como si te lo cuenta una de tus colegas. Grande el momento en que suelta la frase "Ya ha vuelto Ana" en mitad de una votación, cuando ni la presentadora ni la cantante se llamaban así.

- Para entender a quien vota cada país hay que tener en cuenta el componente "inmigración", que lo dice Pécker.

- A Salomé los jevis que le molan son Iron Maiden (lo dijo, lo juro).

Recordemos que Salomé ya tenía este aspecto en 1969.

- Massiel es grande. Gracias a ella sabemos que: 1. Los debates de Eurovisión son larguísimos y los pagan fatal. 2. La teclista de los Lordi tiene voz de soprano de ópera. 3. Lo primero que hay que enseñarles a las Ketchup es a manejar el diafragma. y 4. Ella hace lo que le sale del moño.

Dudas posteriores:

¿Quién es Ana? ¿De dónde volvía?

¿Quién era la chica de gafas de pasta que salía en el debate dando datos peregrinos ("Hemos actuado los sextos, y los que actuan sextos sólo han ganado una vez") y por qué en pantalla aparecía el cintillo de presentación como:


NOELIA ALCÁNTARA
Noelia Alcántara

, eh?

viernes, mayo 19, 2006

Me gusta(ba) el fúrbol...

Antes, me gustaba el fútbol. Me sabía la alineación del Madrid completa y sabía ubicar, más o menos, a muchos de los jugadores de la liga española. Hasta distinguía lo que era fuera de juego (siempre que favoreciera a mi equipo, claro, jeje... como casi todos). La afición al fútbol fue algo más bien inducido, porque a mi hermano el fútbol siempre le ha traído al pairo, así que la que veía los partidos con mi padre era yo (lo del complejazo de electra, cuanto daño ha hecho). Me acabé aficionando y fue fatal para mi vida social.

Yo era del Real Madrid por herencia. No había opción. En mi familia sólo la oveja negra de mi tío era del Atleti, los demás blancos como si les hubieran lavado con lejía. Ser madridista fue traumático, porque precisamente en la adolescencia, cuando buscas fundirte más con la masa para pasar el trago, yo vivía en un lugar donde el 95% de la población era del Barça. Pero mi pundonor personal, la historia familiar y sobre todo, mi espíritu de la contradicción me hacían defender a capa y espada a mi equipo. Bueno, la cosa no hubiera estado mal si los del Real Madrid hubieran ganado de vez en cuando, pero justo los años de instituto me pillaron en la era Cruyff, y venga los del Barça a ganar ligas y ligas. En mi clase sólo un chaval y yo éramos del Madrid. El momento de entrar en clase el lunes era traumático... ains, tanto drama podría llenar tres "diarios de Patricia".

Y me vine a vivir a Madrid. Entonces el fútbol, por varios motivos, dejó de gustarme: en primer lugar estaba rodeada de madridistas y se me había pasado la época de querer ser masa. Estaba acostumbrada a ser minoría, aunque fuera una minoría cutre, y de repente pasé de ser el bicho raro, pero especial al fin y al cabo, a ser parte del maremagnum de madridistas. Una vez perdido ese gusto por la contradicción que me había hecho reafirmarme en que me gustaba el madrid, el asunto perdió interés.

Otra razón por la que dejé de lado el fútbol, fue, paradójicamente, que el dichoso Madrid empezó a ganar. Y claro, con cada título nuevo lo único que yo podía pensar era "¿ahora? ¿ahora, capullitos de alhelí? ¿AHORA?". En fin, que los futbolistas nunca están cuando los necesitas.

Pero la razón definitiva por la que dejé de ver los partidos fue que ya no vivía con mi padre, y no era lo mismo ver los partidos sin él (quizás sean imaginaciones mías, pero creo que a él le pasó algo parecido... me parece que ya no ve tantos partidos como antes).

Estos días con tanto fútbol por la tele me he acordado de que antes yo era del Madrid. Supongo que sigo siéndolo, un poco. Pero poco. Mi enhorabuena a los del Sevilla y, sobre todo, a los del Barça, porque a pesar de que me pusieran la cabeza como un bombo en mi adolescencia, siempre fueron mis rivales favoritos.

miércoles, mayo 17, 2006

Miembros de honor

Tengo dos amigos que dicen que no leen Quédate a Dormir porque es un “blog de tías”. Coinciden en eso y en color de pelo, mis dos rubios. El Pitufo Gruñón dice que esta bitácora es demasiado femenina para él, y el Gitano Foshador asegura con un bostezo que si en un blog de tías no aparece la palabra “Manolos” es como si estuviera cojo. Bobadas.

Para ellos (aunque, como no nos leen, nunca lo sabrán) va este post sobre Cosas de Tíos. Un post con una dificultad añadida, porque para que no nos indexen con palabras clave equivocadas, sólo aquí diremos que trata sobre el miembro viril. En el resto del texto las alusiones a ello serán palabras incompletas y asteriscos, o elipsis, o en inglés, porque no queremos salir en google por decir "pene" 20 veces en un post. Empezamos:

“He led my hand to his penis. ‘Katharine… I’d like you to meet Ralph… Ralph, this is Katharine. She’s a very good friend of mine.’
‘Does every penis have a name?’
‘I can only speak for my own.’”
Es un extracto de “Forever” de Judy Blume, una novelita que revolucionó a la juventud norteamericana allá por el 1975, por que hablaba sin tapujos de virginidades y ex-virginidades de adolescentes, de control de natalidad, de beber alcohol y de fumar “hierba” (lo llamaban así, eran los 70). Tapujos no se, pero escrúpulos seguro que no. No me refiero a descripciones escabrosas, me refiero a llamarlo Ralph, qué ganas.

No, Katharine, no todos tienen nombre. Y menos tan feo como Ralph. Pero es inquietante que la costumbre que tienen algunos hombres de ponerle un apodo a sus fieles amigos lleve tantos años establecida.

Una amiga (y lectora de este blog) que prefiere permanecer en el anonimato, tuvo la suerte de conocer a Stanley hace unos meses. Stanley era el p*** de un simpático aunque extraño chico de un pais de los que exportan telenovleas que había venido a España a estudiar. Conocer a Stanley influyó para que nuestra amiga perdiera el interés por el simpático aunque extraño chico. No por Stanley en sí, sino por el nombre. Porque nuestra amiga, sorprendida, preguntó: “¿Stanley? ¿Cómo el de Livingston?” y el chico respondió: “¿Quién?”.

Mala imagen, muy mala, pero muchos lectores lo entenderán mejor cuando les diga que Stanley, además de uno de los hijos de Leo Verdura, es el verdadero nombre de Decker (de Black&Decker). Piensen, les suena… Decker se despierta media hora antes de su dueño, ese hombre con la voz de Pablo Carbonel, un hombre que posee una Fender Stratocaster cordada al revés que perteneció a un hijodeputa genio zurdo llamado Jimmy Hendrix…

Ya lo han debido adivinar. Título de cabecera de frikis y no frikis, Ford Fairlane, el detective rocanrolero, es responsable de que muchos jóvenes de hoy tengan nombre compuesto.

Recapitulando, Decker es el nombre cariñoso de la po*** de Ford Fairlane en la versión doblada al castellano, pero en la versión original se llamaba Stanley. Nosotras pensando que el chico simpático aunque extraño era aún más extraño de lo que parecía, y en realidad era, simplemente, otro friki.
Dejando el mundo del cine, según otro amigo que se hace llamar Zomelster, si un tío le pone nombre a su v***a es porque le habla a menudo. Además, si uno lo personifica ya no es responsable de sus actos, tanto buenos como malos, y esa es una forma de enfrentarse a problemas como gatillazos, etc. Una teoría interesante, aunque Zomelster asegura que ni él ni ninguno de sus amigos (que él sepa) han hecho nunca algo así.

También distingue entre los casos de nombre masculino y los de nombre femenino. También los hay con nombre de cosa, como uno que se encontró nuestra amiga la de Stanley y que se llamaba “Obús del Amor”. Pero sigamos con la teoría de Zomelster, licenciado en psicología por la Universidad de las Islas Feroe.

NOMBRE MASCULINO: Si por ejemplo el chaval ha llamado a su p*** Antonio, hay que ver si tiene un amigo que se llama Antonio, o se lo ha puesto por Antonio Banderas. Por ejemplo, este último caso significaría que el chico quiere parecerse a Antonio Banderas en la cama.

Aquí se archivarían los casos Stanley, los Junior (se han dado)… y otro buen ejemplo es el caso de otro amigo an´nimo que hace años, en una época de bonanza le puso a su p***** el nombre de un futbolista buenísimo que había en aquel entonces, que yo no recuerdo porque tengo memoria de pez, pero que siempre marcaba, siempre, y sin ningún esfuerzo aparente: en todo era elegante. ((Tú sabes quien eres, dame el dato y actualizo, lo único que recuerdo es que no era Van Basten)) ((Actualización: Se trataba de Alan Shearer, según Canalla "un nueve puro: potencia, elegancia, efectividad...". Más información en los comments))

A esa época de bonanza, como suele pasar, le siguió una de “vacas flacas” en la que mi amigo sufría y su p**** pasó a llamarse “Julito Salinas”... El leitmotiv de la época era algo parecido a “Julito, métela como sea, pero métela”. Los aficionados al fútbol entenderán bien los matices de esta historia.

NOMBRE FEMENINO: Unos se acuerdan de Julito Salinas, yo me acuerdo de los diálogos de “Cómo perder a un chico en 10 días”, cuando Kate Hudson llama al p*** de Matthew McConaughey "Princesa Dorita" y el chico se queda helado pero de verdad. Por cierto, volvemos a recurrir a la versión original para encontrarnos con que el verdadero nombre era “Princess Sophia”. Me pregunto por qué le habrán cambiado el nombre a la pobre princesita…

Sí, es un caso aparte cuando los chicos ponen nombre de mujer a su parte “más masculina” voluntariamente. Según el Dr. Zomelster quiere decir que necesitan entrar en contacto con su lado femenino. En el caso de otro amigo que la llama “mi hermanita” es un claro indicio de que necesita algún tipo de terapia.

Confesad, chicos, ¿Por qué lo hacéis? Más importante aún, ¿conocéis casos curiosos o pintorescos que queráis compartir con nosotros?

Y si esto lo lee alguna de las dos rubias machotas que criticaba el carácter súper femenino del blog, que sepáis que lo de los Miembros de Honor va por vosotros.

Episodio II: Encuesta friki



Al Anómalo, soy aún más fan. A los interesados, se acerca la fecha: el día 25 de mayo.

Quien no sea friki que levante su espada láser.

martes, mayo 16, 2006

El quid de la cuestión está en la sangre


Hace un tiempo, una de mis señoras me miró atentamente y me dijo:

- Tienes mal aspecto.- Una de las características de mis señoras es que pueden ser asquerosamente sinceras.- Tú no te alimentas bien. Seguro que no comes según tu grupo sanguíneo.

- ¿Qué?

- La dieta de la sangre. Resulta que según el tipo de sangre que tengas tienes que comer unas cosas u otras, porque sino tu cuerpo se estropea y te pones enferma. Yo lo hago y estoy estupendamente. A ver, ¿qué grupo sanguíneo tienes tú?

- A, creo.

- Ay, pobre.- Y me miró con cara de profunda pena. Ahí debí comenzar a temerme lo peor.

Al cabo de unas semanas, mi alumna me trajo un regalo: el libro donde se desarrollaba la teoría de la sangre y la comida. La teoría básica del lumbreras que escribió el libro es que el grupo sanguíneo determina la personalidad y las características físicas de las personas. Dice que a partir de un grupo básico africano de sangre, el 0, que es el grupo de los cazadores, salen los demás. Yo soy A, mutación que se hizo entre los agricultores. Los B son los pastores. Y como cada uno tiene sangres diferentes (unas más espesas, otras más claras), deben comer cosas que les vayan bien.

Yo fui directamente a las listas de los alimentos que podía y no podía comer. Ahí entendí porqué dijo mi señora "ay, pobre". Básicamente, a los A nos cae mal comer casi de todo, hay una laaarga lista de cosas ricas que nos sientan fatal y que nos conducen inexorablemente a la trombosis (la teoría es que tenemos la sangre espesa y que se aglutina con estos alimentos y venga, trombos navegando por nuestras venas). Lo que no debemos comer es:

- Todas las carnes, incluidas las de búfalo y tortuga (estas dos no me importan mucho, no voy comiendo búfalos por ahí. Pero las demás... el jamón, el solomillo...).

- Casi todos los pescados, como la merluza, el lenguado, el salmón ahumado (¡mierda!), los mejillones... también me va fatal la langosta, pero como esa no la cato por motivos económicos...

- Lácteos: todos mal. Incluidos los helados, todos los tipos de queso y la mantequilla (aquí sí que me entraron ganas de llorar: ¿qué no puedo tomar leche con colacao? venga, vamos...).

- Harinas y cereales: descartados los cereales de desayuno y el trigo (adiós, pan mimbo, y chapatas, y madalenas, y...).

- Vegetales: pues tampoco patata, pimientos, tomates, berenjenas, melón, plátano...

Hagámoslo a la inversa, quizás sea más fácil. Después de toda esta lista: ¿qué coño podemos comer los A? Porque creo que ya he nombrado todos los alimentos decentes de este mundo...

- Bacalao, sardinas y caracoles de viña (¿qué es eso?).

- Leche de soja (puaj).

- Soja, tofu y arroz (por fin un componente básico en mi dieta. El arroz, digo. Porque el tofu merece ser borrado de la faz de la tierra).

- Perejil, ajo, brécol, calabazas y lo mejor de todo: ¡alfalfa!

- Piña.

- ¡Vino tinto! (será para poder soportar la tristeza de vida sin cosas ricas).

Alfalfa salteada con ajito, perejil y soja, alimento de dioses.

Tengo varias opciones: o me muero de tristeza, o me muero de inanición, o me cambio de grupo sanguíneo. Pero creo que la cuarta vía será la mejor: voy a quemar el libro, a demandar al estadounidense que lo escribió por daños psicológicos (seguro que la demanda en EEUU prosperaría) y ahora mismo me voy a tomar un colacao con madalenas, que tanto hablar de comida me ha dado hambre. He dicho.

P.D. La alumna me regaló el libro hace unos meses, y como fue evidente que no varié mi peso (con lo que hubiera adelgazado si me hubiera mantenido a alfalfa, jo) volvió a decirme que sigo con mala cara... "se nota que no haces caso del libro". Pues no, pero como decía mi bisabuelo, no conozco a ningún grillo que pese más de treinta kilos.

P.D.2 El libro dice que la profesión perfecta para los 0 es la de instructor militar. Jijiji. Como ellos sí que pueden comer carne, tienen fuerza para gritar.

domingo, mayo 14, 2006

Serendipia

Este es un proyecto de nueva sección. Un espacio para contar algo que me atrae desde que medía la mismo que el bidé. Las casualidades (serendipias), hechos inexplicables y sucesos un tanto 'paranormales'. Giros del destino que para algunos no significan nada y para otros son señales que nos indican el camino, pero que, en cualquier caso, siempre nos dejan, al menos, reflexivos.

Espero poder recoger muchas historias. No todas deben estar a la altura de 'Los amantes del círculo polar'. A veces, los hechos extraños más sencillos son los más inquietantes.

Los hermanos T

Cuando llegué a Madrid, solía ir a tomar algo con mis amigas al colegio mayor de un amigo. Había un chico con un increíble mirada entre perversa y atónita protegida por las pestañas más largas y más tupidas que había visto en mi vida fuera del Vogue. Me encantaba.

Pero, para él yo sufría el 'síndrome del anómalo' (era invisible). Y digamos que, ni entonces, con 18 recien cumplidos, ni ahora, con ocho más, soy capaz de acercarme y decirle: "perdona, ¿qué rimmel usas?". Estuve yendo a verle, como quien va a una tienda a ver un vestido maravilloso que sabe que no se puede comprar, durante algunas semanas. Solo para soñar.

Entonces, en una de las visitas al escaparate, conocí a otro chico, callado y también con muchas pestañas. Para él yo no sufría el 'síndrome del anómalo'.

Un día, el chico callado y también-con-muchas-pestañas y yo estábamos apoyados en la barra de la cafetería del colegio. Por la puerta entró el poseedor de la mirada más perversa y al mismo tiempo atóntica del universo.

En un arranque de tocapelotismo le dije al chico callado: "¿Ves a ese chico de ahí? Me encantaba. Estaba loca por él cuando llegué a Madrid".

El chico callado me miró y le hizo una seña al chico de la mirada perversa para que se acercase: "Perri, este es mi hermano Mare. Mare, te presento a mi novia, Perri".

viernes, mayo 12, 2006

El Capricho de una dama



Uno de los lugares que más me gustan de Madrid es el parque del Capricho. A finales del siglo XVIII la duquesa de Osuna se hizo construir a las afueras de Madrid (en esa época Canillejas estaba lejísimos de la ciudad) un palacio y un jardín según la moda europea. La duquesa de Osuna era una de las mujeres más cultas de toda la corte, protectora de escritores (como Moratín) y de pintores (decoró el palacio del Capricho con unos cuadritos de Goya repartidos por las paredes) y tenía unas ideas políticas bastante avanzadas dentro de su época (tampoco se le pueden pedir peras al olmo ni a un aristócrata que tire piedras contra su propio tejado).

En el Capricho, se creó un enorme jardín privado increíble. Gran parte de él permanece más o menos intacto. Quizás es que he leído demasiados libros de época, pero cuando te pierdes por el jardín te puedes imaginar a los personajes de esos cuadros, con esos vestidos maravillosos andando por allí. Uno de los lugares más evocadores está en uno de los laterales del palacete: la condesa hizo plantar un laberinto hecho con laurel. La de historias de amor que se habrán fraguado allí... sí, ya sé, tengo demasiados referentes apestosamente cursis en mi haber. Pues para compensar el exceso de miel, ala, contaré que el laberinto estuvo en pie hasta que a mediados del siglo XX ¡cataclonc! un avión de Iberia, que acababa de despegar de barajas, se cayó sobre el laberinto y lo dejó destrozaíto. A la porra el romanticismo (pero el laberinto ya está arreglado, que conste).

El jardín inglés es increíble, su idea es imitar a la naturaleza, pero de una forma muy particular. Construyeron en el jardín todo lo que, idealmente, te podías encontrar andando por el bosque: un templete romano, una ruina, un fortín, una ermita (tuvo dos ermitaños de verdad en su momento), una casa de labriegos, un palacio para abejas... esas cosas "normales" en el bosque. Y muchas de las construcciones están unidas por canales artificiales para poder recorrerlas en falúas. Es que es un sitio para una historia de amor y lujo...


Una de las historias más románticas del parque no se refiere a la duquesa, sino a su nieto, que heredó el Capricho (y esta es la historia que le había prometido a Gab, que ya habló del Capricho). Don Pedro, "el de los tristes destinos", era quince veces grande de España pero el amor no le sonreía. Estaba enamorado de su prima Inés, una de las mujeres más bellas de todo Madrid, cuyo rostro decían que era como el de una madonna de Rafael. Don Pedro, enamorado hasta las trancas y desanimado por las negativas de su amada, se fue al Capricho a pasear su melancolía por los canales. Allí, como buen personaje romántico y atormentado, quiso estar solo y dio la orden a sus criados de que no le molestaran. Así que cuando Inés se presentó a las puertas del Capricho los criados le dijeron que no podría ser recibida. Y claro, ella se fue. Cuando don Pedro se enteró de la visita, doña Inés ya se había marchado en su carruaje, pero él intentó darle alcance a caballo. Nunca llegó a lograrlo, porque él cayó fulminado de su montura, quizás por un ataque al corazón, y murió.
Para los que viváis en Madrid, el parque del capricho es una buena opción para este puente. Que lo disfrutéis.

jueves, mayo 11, 2006

Campeones


Esta semana he estado malita, un gripazo traicionero me ha dejado fuera de combate y postrada durante dos días en el sillón. Aprovechando la coyuntura y ya que lo único que se puede hacer cuando estás en estado febril es comer madalenas, dormir y ver la tele, me he dado un empacho de las tres cosas: madalenas, siestas y tele.

Así que esta tarde mi mantita y yo hemos descubierto que están reponiendo "Campeones". Será por el mundial, digo, que hay que inflamar a los críos desde pequeños. Porque si un efecto tienen este tipo de series, es la de flipar a los niños. Aún recuerdo a los chavales de mi quinta (¡abueeelaaaa!) jugando al fútbol, con las mangas remangadas como Mark Lenders y gritando "aaaaahhh, el tiro del no-se-qué..." (en mi memoria tengo algo así como "el tiro del águila", pero como mi memoria a veces se inventa cosas y recuerda cosas que nadie más recuerda, no me atrevo a jurarlo. Pero de hecho tengo imágenes superpuestas de la serie, cuando el jugador se mutaba en águila cuando iba a disparar. ¿No? ¿Realidad o imaginación? Oh, duda cruel).

Pues en el episodio de hoy estábamos en las semifinales del campeonato, jugaban el niupi (toda la vida pensando que se llamaban newteen y no) contra el equipo de Julian Ross. Sólo me ha dado tiempo a ver una jugada (ya sabéis, cada una duraba algo así como un capítulo y medio, porque venga a correr y correr en cuesta y nunca llegaban a la portería). El pobre Julian apoyado en el poste, con su corazón agarrado porque le iba a dar un ataque si corría, pero dirigiendo a su equipo y marcando la estrategia. Al final, Oliver, rodeado de ¡7! contrarios lanza al aire, hace una tijera y la envía hacia la portería. El tiro ha tardado en llegar... dos minutos, en los que Julian ha tenido tiempo de hacer un discurso mental acerca de la gran valía de Oliver y blablabla, hasta que ha rematado Tom y zas, gol. Y ahí se ha acabado el capítulo, porque quedaban 30 segundos de partido, lo que les da para dos capítulos más. Bueno, ahora comprendo donde aprendieron la percepción del tiempo algunos amigos míos: no es que lleguen tarde, es que la medida de sus minutos se basa en la escala "Campeones".

¡Venga, chicos, que sólo nos quedan tres kilómetros para llegar a la portería!


Pero lo que realmente me ha sorprendido de la serie, lo que había borrado mi memoria, son los ruiditos que hacían los jugadores al ir corriendo con el balón "uuh, uuhh, uuhh", "mpf, mpf, mpf"... Pobres dobladores españoles, tropecientos capítulos haciendo "mpf, mpf". Después de la experiencia, muchos debieron poder pasar sin traumas a otro tipo de género en el que los ruiditos son similares (mente limpia, mente limpia...).


¿El entusiasta Oliver? ¿El chuloputas de MarK Lenders? ¿El maduro Julian? ¿El bueno de Tom? ¿el impasible Benji? ¿los feos de los hermanos Derrick?... ¿A quien imitabais vosotros en el patio del cole? ¿A cual le habríais dado uno de esos besos manga que te sacan del mundo? Ains, tanto personaje donde elegir...


Por último, quería recomendaros un estudio acerca del mundo físico de Oliver y Benji. Con fórmulas y todo (ese misterioso mundo para la gente que somos de letras). Así te enteras de que la velocidad del balón de Oliver es de 1080 km/h o de que las vacas japonesas son ignífugas. Curiosas, las vaquitas... si es que lo que no inventen los japoneses...

miércoles, mayo 10, 2006

Una cita en el Ala Oeste

El Sr. Neithan propone un juego, y yo recojo el guante. Los lectores que no hayan visto nunca El Ala Oeste de la Casa Blanca (The West Wing), pueden encontrar este post raro, críptico y hasta aburrido. A ellos les digo desde aquí:
No sabéis lo que os perdéis.

No voy a explicar de qué va la serie, que para eso podéis ir a IMDB, o las webs de fans, o al post del propio Sr Neithan que ya lo explicó todo muy bien hace tiempo.

Lo que yo voy a hacer es elegir con cuál de los personajes masculinos seleccionados por el Sr Neithan tendría una cita. Por si los trolls, diré que 1. no tengo cerebro de friki sino más bien de pez y encima llevo tiempo sin ver la serie, por lo que puede haber errores y desactualizaciones, y 2. la he visto principalmente en inglés y a lo mejor no sé traducir bien alguna cosa.

Para empezar, una de las cosas que me gusta de estos 3 chicos es que lo saben todo. Unos más que otros, cierto, y de cosas diferentes, pero lo saben todo. Además son ingeniosos. Y buena gente. Pero en serio, si montas un equipo de Trivial con estos 3 es imposible perder una partida. How sexy is that?

Candidato número 1: SAM SEABORN (treintaypocos)

Cuando con 10 años me compré mi primer SuperPop, dos hombres reinaban en el mundo de los posters para preadolescentes: Tom Cruise y Rob Lowe. Yo siempre fui un poco ñoña y era más de Maverick, lo confieso, pero Rob Lowe también me molaba. Cómo no iba a molar, si no había más variedad?

Recuerdo algunas películas suyas (por ejemplo una en que tiene una relación incestuosa con Jodie Foster que hace de su hermana) que eran bastante perturbadoras. Luego desapareció, tras un misterioso escándalo con un vídeo con una menor, o alguna leyenda urbana parecida.

El efecto sorpresa de reencontrar a Rob Lowe en la Casa Blanca y en tan buen estado es considerable. A Noa le ocurrió el sábado pasado por la noche, cenando en mi casa, cuando vió a Sam y exclamó: “Rob Lowe!!! Pero si está igual!!!”. Damos fe: Rob está vivo y francamente comestible, para quien le gusten ese estilo de chicos.

“Ese estilo” significa pinta de WASP 100%, de alumno de Princeton y esos sitios Ivy League, de no llevar una arruga en la ropa jamás, y de haber sido quarterback en el instituto pero no de ser “un guay”. Con ese punto maravilloso que tiene un tío guapo que es capaz de recitar los nombres de los miembros del Congreso en orden alfabético. Como si el superman de Smallville se pone a currar escribiendo discursos para un presidente demócrata.

Vamos, que sería muy lógico querer una cita con Sam. Pero yo no la quiero, ¿por qué?

Candidato número 2: CHARLIE YOUNG (veintipocos)

Charlie es el asistente personal del Presidente Bartlet. Empieza a trabajar allí después de que su madre, que era policía, muriera en un tiroteo. Es, como si dijéramos, el que le lleva las cosas a Bartlet, y al que éste quiere como a un hijo (hasta le regala su cuchillo de trinchar el pavo, en una escena superbonita). De hecho sale con Zoey, la hija pequeña del Presidente, durante una temporada.

Una historia chulísima, con momentazos, como cuando se conocen el la llama “señora” todo el rato, y Josh le dice “Es una chica, Charlie, no tienes que llamarla señora”, o cuando es ella quien le pide salir a él, o cuando Charlie se lo cuenta a Bartlet, o el episodio que termina con la agente del Servicio Secreto que ahora hace de Sara en CSI Las Vegas diciendo por el pinganillo “Mochila se queda a pasar la noche” (“Mochila/Bookbag” es el nombre en clave de Zoey). Es supertierno.

Cuando el tiroteo casi muero de la impaciencia por saber qué pasaba, quién estaba herido, si alguien moriría. Menos mal que existe Internet. Según recuerdo de aquellos momentos de angustia y sufrimiento, en esa época hubiera elegido sin dudar a Charlie para mi cita.

Tiene un punto de ironía genial, otra cosa más a su favor. Peeeeero… el tiempo pasa, y si no ponen más episodios yo voy cambiando, creciendo, madurando (jijijijiji) , y Charlie no, así que se me ha quedado pequeño. Eso sí, no quiero la cita con él, pero tampoco la querría con un conde franchute chungo que parece fotocopiado de los hijos de Carolina, como la tonta de Zoey. No. ¿Con quién querría yo la cita?

Candidato número 3: JOSH LYMAN (treintaytantos)

Sí. Después de pensarlo, y no me ha hecho falta darle muchas vueltas, creo que me quedaría con Josh.

Porque el rollito de nerd-judío me mola bastante, porque aquel día que le tocó dar la conferencia de prensa a él casi se lo meriendan los periodistas (qué mono), porque cuando tenía 4 años quería ser bailarina, porque tiene su propio club de fans con página web incluida… Porque Josh es sexy.

Toda esa tensión sexual no resuelta con Donna (me encanta cuando la llama "Donnatella Moss", o cuando ella se come la comida que ha pedido él), y esos encuentros y desencuentros con Joey Lucas. No he visto nada de su rollete con Amy Gardner (personaje al que creo que le podría pasar sin ningún problema lo mío con el operario), pero seguro que también mola.

Josh es sexy. Josh me hace reír mogollón. Y además, me encantan las cicatrices. Josh es el ganador de una cita con Be!!!


PD: Si no le ha gustado mi respuesta, Sr Neithan, quíteme los sopotocientos puntos, pero déjeme los gallifantes…

martes, mayo 09, 2006

La cofradía de las drama-queen

Una vez leí que una drama-queen era aquella que podía convertir un pequeño problema en el motivo de la nueva guerra mundial. Quizás esa definición sea un poco exagerada, aunque sí que es cierto que las drama-queen son (somos) especialistas en hacer una montaña de un grano de arena. Y no una montaña cualquiera, no: un peligroso volcán que grita, lagrimea y hasta hipa llegado el caso. Si mezclamos un 50% de emociones descontroladas, un 15% de exageración hiperbólica, un 10% de paranoia y un 10% de pesimismo vital con una pizca de amor por el espectáculo, ya tenemos a la perfecta drama-queen ante nosotros.



Y hablo de espectáculo porque lo más emocionante de ser una drama-queen no es sentir como una tragedia cualquier avatar del destino: lo realmente jugoso es compartirlo. Una drama-queen no es nadie si no tiene un pobre hombro cerca sobre el que llorar, o en su defecto una oreja al otro lado del teléfono. Sólo te queda rezar para que la persona que tengas al lado en la crisis dramática sea una drama-queen confesa o alguien con la que tengas confianza. Porque como te pille al lado de... no sé, una nueva pareja, ya la has fastidiado, por dos motivos:


1) seguramente, huirá espantado/a.

2) aunque no huya, la situación creada te dará tanta vergüenza que provocará inevitablemente otra crisis dramática (sólo queda rezar para que ésta ya sea en presencia de alguien diferente, porque el comienzo de una relación no aguanta dos crisis dramáticas seguidas).



Esta es la actitud, nena. Tú sí que sabes.


Existe todo un repertorio de frases que toda buena drama-queen debe conocer y usar, a conveniencia (si se os ocurre alguna más, por favor, aportadla, siempre está bien ampliar el repertorio dramático):

- "¡Mi vida es un erial!" Bécquer dixit, pero Perri y Be lo han modernizado y le han dado nuevo sentido. ¿Sientes que todo te va fatal: trabajo, relaciones, dinero? Ésta es tu frase. Imprescindible poner tono dramático-desmayado y llevar el dorso de la mano a la frente. Si no se pronuncia adecuadamente, pierde su calidad de mantra.

- "¿Por qué? ¿Por qué siempre me tienen que pasar a mí estas cosas?". Se emplea cuando pasan esas cosas inexplicables que de vez en cuando suceden. Es una frase polivalente, que expresa el efecto acumulativo de demasiadas cosas extrañas, desde tus propias meteduras de pata a las ajenas, pasando por los desastres naturales y ciertas casualidades que no suceden para nada bueno. Por tanto, es una categoría extensa: desde que sólo se te acerque el chico más raro del bar (sí, ese que te entra diciendo que es agente de la CIA y que es muy aficionado a las avutardas pardas), hasta que te des cuenta de que has llevado desabrochados "demasiados" botones de la camisa por error o que te tires el vino por encima delante del chico al que quieres impresionar.

- "¡Noooo! ¡Mi peloooooo! ¡Si parezco el príncipe de beckelar! ¿por qué he cambiado de peluquería? ¡No pienso salir de casa en, en... ¿cuánto crece el pelo al mes? ¿cuatro centímetros? pues, por lo menos... un mes y medio! ¡Tráeme comida, o moriré de inanición, porque no pienso ir a trabajar, ni voy a dejar que me vea así el carnicero, y menos el de las verduras, que es muy mono! Y chocolate, tráeme chocolate, que es la única cosa en el mundo que me puede consolar de este momento horrible que estoy viviendo. Mientras traes las provisiones me voy a meter en la cama, para pensar en mi desgracia. Sola". Una de las situaciones más típicas: momento post-peluquería. Se arregla después de pasar la cabeza por la ducha, llorar mucho delante del espejo y acostumbrarse al nuevo ser que te mira desde el otro lado. Bueno, y después de que tus amigas te aseguren un número razonable de veces que estás muy guapa (unas 3 veces cada veinte minutos durante dos semanas. Razonable). Lo sé por propia experiencia, que en mi época de creer en la peluquería como si fuera Lourdes, necesité mucho refuerzo positivo para salir adelante.

- "¡Muerte y destrucción!" Frase para los momentos de ira de las drama-queen. La ira alimenta la ira, y cuanto más se piensa en algo que nos ha cabreado, más ganas tenemos de matar, machacar, destruir y arrasar. Este es un gran momento de creatividad para las drama-queen, porque se le pueden ocurrir mil maneras de borrar del mapa al/la contricante. Se puede querer desenfundar la hachita (de nuevo super-perri), el bazoka o elaborar torturas más sofisticadas (a la imaginación del lector... yo tengo un gran maestro en Adbar, de Cosas de frikis, aunque no sea sutil precisamente).

- "No. JAMÁS, prefiero morir antes". Esta frase suele ir referida a una nueva moda que cualquier revista/ diseñador/tienda pretende introducir (bermudas, pantalones pitillo) y que la drama-queen sentirá como una afrenta personal a su anatomía. La resistencia numantina durará por lo menos... un mes. Después el 70% de las veces caerá víctima de la moda juvenil. Aunque su culo parezca una plaza de toros en esos pantalones capri.

- "Me va a dejar. Lo sé. Lo sé. Me va a dejar". Otro clásico. Simplemente el otro ha mandado un mensaje diciendo que va a llegar tarde, pero eso sobra para desatar la cadena ¿razonadora? de la drama-queen. Lo más probable es que cuando el tardón llegue, se encuentre a la otra en un mar de lágrimas.

- "Dioooooos, me quiero morir... ¿Cómo he podido ser tan...?" Este es el momento vergüenza de toda drama-queen. ¿Que ha metido la pata? ¿Que ha creado una situación incómoda de la que ha salido estropeándolo todo más? ¿Ha montado una escenita dramática delante de quien no debía? Pues la drama-queen se regodeará en ello, recreando la escena una y otra vez en su cabeza. A cámara lenta, de delante atrás, de atrás a delante y con diferentes planos de los momentos estelares.

¿Os ha parecido exagerado? ¿Sí? Quizás me equivoque, pero creo que casi nadie está exento, en determinados momentos de su vida, de caer en un momento drama-queen (no, vosotros tampoco os libráis, también vosotros podéis ser maravillosos drama-queens ¿o drama-kings?). Por muy tranquilos, calmados y racionales que seamos todos en nuestra vida normal, siempre hay un momento drama-queen acechando en nuestras vidas. Y si se dan las circunstancias adecuadas, se desencadenará. Seguro. Por eso, yo me reconozco como miembro de la cofradía de las drama-queen (dijo Misia, mientras una banda negra tapaba sus ojos para preservar su identidad después de revelar tan vergonzante secreto).

lunes, mayo 08, 2006

VACABURRA FOREVER, o La Dulce Y Breve Historia De Coco Y El Montador

Hay un chico encantador al que llamamos Vacaburra. ¿Y cómo puede llegar un chico encantador a ser conocido por un nombre tan poco sutil?

Antes de ser Vacaburra, el chico, a quien llamaremos Juan Valdés (veintimuchos, fan del cine, moderno pero cero gafapasta, buen conversador, guapete, con una barriguita irresistible de macho proveedor, y sin bigote, ni poncho, ni burro) les contaba a Misia y Be sus aventuras en el trabajo.

Juan Valdés es montador en un programa de la tele. El 99% de los miembros del gremio de los montadores, como el de los técnicos de sonido, lleva incorporado de fábrica un chip de la mala leche que facilita su trabajo (que consiste en su mayor parte en tratar con redactores/periodistas, por lo general redactoras). Dicen que el chip de la mala leche les ayuda.

-Si es que no se enteran. Vienen con la pieza para que la monte, y les tengo que cambiar todo, porque es que no saben articular una historia con imágenes.

Las chicas ponen cara de comprensión. La de Misia es de empatía, porque es buena. La de Be es de comprensión, pero por las redactoras, a quienes se siente más cercana (aún resuena en sus oídos la voz de F gritando “BAJA EL FEIDEEEEEER QUE SE VA A FUNDIR EL JAREEEEEEE!!!!!!” mientras ella, que no sabe lo que es un feider, ni un jare, baja palancas y aprieta botones con los tímpanos taladrados, agobiada), pero no lo dice. Lo que sí dice es:

-Las redactoras de tu programa te tienen que tener mogollón de miedo, Juan Valdés.

Él se siente cómodo y comprendido, y continúa:

-El otro día bajó una… puff! Si es que no tenía ni idea. Me trajo la pieza en el último minuto… porque esa es otra, siempre lo dejan para el último día… bueno, pues le tuve que cambiar unas cuantas cosas, era un desastre… ¡y va la tía y vuelve a bajar y me pregunta que qué había hecho y que por qué le había cambiado la pieza!

-Qué arriesgada -dijeron Misia y Be-.

-Así que le estuve explicando como se usa el efecto 24 horas, que me había puesto al mismo personaje en todas las ventanas… Y ella me discutía, la tía. Y los dos gritando en la sala de montaje… Bueno, y el caso es que me dio hambre. Bueno, y se lo dije, claro.

-¿Qué te dio qué? ¿Qué le dijiste qué?

-Sí, es que olía así como…

-Espera, Juan Valdés. ¿Que te dio hambre? ¿Qué te dio hambre?

-Ella, que olía como a panadería.

-Ya… Y le dijiste…

-Pues en un momento que dejamos de gritar, le dije: “¿Te puedo hacer una pregunta personal?”.

-Ya… Y ella se murió de miedo, claro.

-No. O sí, pero me dijo que sí. Y yo le pregunté “¿A qué hueles porque me está entrando un hambre…”

-…

-Y ella me dijo: “A coco”.

-…
(Esos puntos suspensivos son Misia y Be sin palabras, lo que, en confianza, no pasa muy a menudo)

-En fin, que otra que me tiene manía.

(Aquí recuperaron el habla)
-No te enteras. Esa chica fue directa a convocar una reunión con sus amigas en el baño, y les dijo “¡¡¡No os podéis imaginar lo que me ha dicho la vacaburra del montador!!!”.

-¿Sí?

-Sí.

-Qué va... ¿Sí?

-SÍ. Bueno sigue. ¿Y luego…?

-¿Luego qué? Nada.

-¿Cómo que nada?

-Me saluda cuando me la cruzo en las escaleras.

-Será la única que se atreve, Vacaburra. ¿Pero no has vuelto a hablar con ella?

-Pues no…

-Pequeño Vacaburra, no conoces NADA a las mujeres. Mañana llévale bolitas de coco y dile "Mira, huelen como tú” o algo así, y será tuya para siempre.

No hemos visto a Vacaburra desde entonces, pero nos hemos informado de la progresión de la historia. Por si os lo preguntáis, Coco le dejó escapar (y viceversa). Pero esta historia que pudo ser y no fue vivirá para siempre en nuestros corazones.
Hay que ver la de tensión sexual que se respira en la tele. Jo.

sábado, mayo 06, 2006

GRANDE!!!

Nos hacíamos una idea pero, como es invisible, no nos dábamos cuenta de la magnitud real. Anómalo, QUÉ GRANDE.



"Quien no sea friki que levante su espada láser".

jueves, mayo 04, 2006

A través del espejo

Cambiar de peinado es una de las estrategias más corrientes. El método de meter todos los objetos de la otra persona en una caja también es bastante popular. Me refiero a métodos para acabar de superar los desengaños amorosos. En momentos de cambio, y las rupturas lo son, de repente a muchos nos entra un afán ritualista y te sorprendes haciendo cosas estúpidas que no tienen sentido, excepto para ti mismo.

De repente, te entran unas ansias locas de cambiar, cambiarlo todo. Vas a la peluquería con fervor religioso, como si en vez de cambiarte el peinado te fueran a cambiar la vida. Te pones a dieta y a veces hasta te apuntas a las cosas más inverosímiles: "oh, sí, me he apuntado a un curso de espeleología. Chica, es algo que siempre he querido hacer" "¿tú? ¿espeleología? pero si tus incursiones al interior de la tierra hasta ahora se han limitado al parking del corte inglés y a la línea 6 de metro". Lo importante es que sea una actividad distinta, arriesgada o al menos glamourosa. Que puedas decir "hago espeleología" y la gente se quede ojiplática (por estas razones el encaje de bolillos queda descartado, porque aunque decir "me he apuntado a encaje de bolillos" pueda sorprender al que tienes enfrente, no es el tipo de sorpresa que se busca).

Pero aparte de estas revoluciones pretendidas y casi nunca culminadas, porque el pelo crece, los kilos vuelven y la espeleología cansa, nos apoyamos en pequeños rituales, pequeños gestos que nos ayudan a ir superando la debacle y que son más efectivos a la larga.

Por ejemplo, yo tengo todo un repertorio de ritos absurdos que hacer cuando las cosas me han ido mal y que consisten, básicamente, en borrar a la otra persona de mi vida, al menos en su faceta de pareja. Cada día borro uno de sus mensajes del móvil. Dos si ese día me siento enfadada o fuerte. Y después, si el tío no merece la pena, borro su teléfono, su mail, le elimino del messenger y, una vez borrado de la tecnología, reconozcámoslo, en este mundo moderno es como negar su existencia.

Y ahora llega mi paranoia personal, que es un poco rarita, lo sé: los espejos. El último paso para la recuperación es coger el cristasol, la bayeta y recorrer mi casa limpiando bien a fondo los espejos donde esa persona se ha reflejado. Es mi manera de echar su imagen definitivamente de mi espejo, de mi casa, de mi vida. Además, así el espejo está preparado para acoger a otra persona sin traumas, sin cargo de conciencia. Porque a veces los espejos son muy puñeteros y si no los limpias bien te pueden devolver imágenes traicioneras y escenas que ya has vivido. Será el polvo, que deforma la realidad.

¿Olvidas porque borras el mensaje o borras el mensaje porque ya olvidas? Cajas, mensajes, espejos y olvido, qué más da lo que vaya antes. Lo importante es buscarse el alivio, aunque sea con cosas absurdas. Total, la mitad de las veces no entendemos porqué las cosas han salido mal y eso sí que es absurdo.

Uno corto, uno corto...

No sé qué dirán los frikis del mundo (aunque me lo puedo imaginar), pero para mi gusto tiene buena pinta...



Por supuesto, con "uno corto" me refiero al post. No olvidemos que... HAZ CLIC.

miércoles, mayo 03, 2006

El bote sinfónico de Be, la secuela: cuando fui Demi Moore

Este post va dedicado a Misia, Noa, Anita, Zirie y Gato de Chershire. Para que veáis que siempre hay alguien que va un paso más allá.

Además de caerse el techo de la cocina casi encima de mi hermana pequeña, por culpa del bote sinfónico se levantó todo el parqué del cuarto de mi hermana mediana. Podemos decir que en aquella época no caía muy bien a mi familia, que me hacía responsable del incidente. Algo totalmente injusto.

Entre eso y mi horario, decidieron que me encargara yo de recibir a los múltiples operarios. Una mañana, mi madre se fue a trabajar dejándome instrucciones para recibir al técnico de Suelos Paco, que llegaría sobre las 10 de la mañana, y al operario de Hornos S.A (porque cuando llueve diluvia y el horno que-mi-madre-quiere-como-un-hijo-más-porque-cabe-un-cordero-entero también estaba estropeado) a las 3 y media.

A las 11:05 (no sé por qué me molesté en madrugar) llamaron al timbre. Era un chico como de veintipocos con pinta de eficaz. Me dijo “soy el técnico”. Le dije que “hola” y le ofrecí un café o un cola cao o algo. Me dijo que “no gracias”. Le dije “sígame” y me dirigí escaleras arriba al cuarto de mi hermana. Llegamos, abro la puerta del dormitorio, el chico mira la enorme cama rodeada de posters de futbolistas y, rojo como un tomate, me dice: “¿Y el horno dónde está?”

Quería morirme. Me acordé de la peli de Demi Moore y lo mal que termina la acosadora. Me puse más roja que él.


Lo primero que hice (tras dejarle en la cocina) fue correr al teléfono y llamar a mi madre para contárselo y reírnos. Con eso me quité el agobio/ridículo que tenía encima y le expliqué indirectamente el error al instalador (porque casi no había podido, con la vergüenza). A mi madre le hizo tanta gracia que se le pasó el (irracional y absurdo) enfado.

Lo malo es que aún se lo cuenta a sus amigas. Y a las mías. Y a las vecinas. Es una de sus historias preferidas.

martes, mayo 02, 2006

Desastres naturales I

En la vida, todo va por rachas. Como siempre dice Be, cuando llueve diluvia, y eso se puede aplicar a lo bueno y a lo malo. Últimamente yo me he metido en una racha de destrucción del hogar: en menos de un mes y medio he estado a punto de cargarme la casa dos veces.

La primera vez, el método elegido por mi subconsciente fue el agua. Una tarde, aprovechando que estaba sola en casa, quise darme un relajante baño con sales de fresa, mascarillas varias y esas cosas que hacen que momentáneamente te transformes en un ser pringoso, oloroso y extremadamente raro (lo que haría Iker Jiménez con una foto de un ser así... acababa en "la cuarta dimensión" seguro, en la categoría ectoplasma). Después de un rato y de encaminarme peligrosamente hacia el estado-pasa, decidí quitar el tapón, abrir la ducha y quitarme tanta porquería de encima.

En ese momento oí la puerta de la calle y a mi hermano aporrear la puerta del baño mientras gritaba algo ininteligible. Yo... ¿preocuparme? para qué, si estaba segura de que estaba gritando "¡sal, que me hago piiiiis!" o algo así (en mi familia es conocido el reflejo condicionado que tiene mi hermano, que cada vez que atraviesa el umbral del portal comienza a mearse desesperadamente. Ni los perros de Pavlov estaban mejor enseñados).

Como los gritos subían de volumen y de insistencia, decidí cerrar el grifo e intentar escuchar lo que me gritaba. Y por fin le entendí:

- ¡OLAAAAS! ¡HAY OLAS EN EL PASILLOOOOOO!

Me asomé al otro lado de la bañera y comprobé como tres dedos de agua inundaban todo mi baño. Envolví mi cuerpo-pasa y los restos de potingues en el albornoz (nada recomendable la experiencia, por cierto), abrí la puerta para ver que todo mi pasillo y parte de las habitaciones habían sido afectadas por el tsunami y corrí hacia la fregona. Yo sólo pensaba en el parqué y al volver corriendo derrapé en el pasillo y pum, al suelo. Bueno, al menos mi albornoz absorbió parte del agua del suelo.

Después de arreglar el desaguisado, averiguamos qué había pasado: el bote "sinfónico" ese se había atascado y había provocado un pequeño maremoto por desbordamiento. Y sí, sé que se dice "bote sifónico", me lo hizo saber mi fontanero hace tiempo, conteniendo la risa después de que le soltara algo así como "pero... el bote sinfónico ese ¿qué dices que hace?". Seguro que él dice "cocretas" y yo no digo nada. El problema es que mi cerebro ya se acostumbró a lo de bote "sinfónico" y soy incapaz de sacar el término de ahí dentro (y eso que se me ha colado en alguna conversación con gente sofisticada, lo que me ha hecho enrojecer hasta las pestañas). Pero creo que en el fondo a mi cabeza le gusta eso de que algo tan prosaico como unas tuberías tenga alguna relación con la música y se niega a desterrar a esa "n" que le da un toque poético a la realidad.

Ah, y no todo fue malo: toda la casa y el suelo quedaron impregnados de un olorcito a fresas que duró unos cuantos días. De hecho, sólo se quitó con el segundo desastre natural, que ya contaré en otra ocasión.