miércoles, abril 29, 2009

Pedí mariposas... y me dieron águilas calvas


Si es que hay que tener cuidado con lo que se desea…

Yo quería palabras de las que hacen que te vuelen mariposas por el estómago y aledaños. Y me llegaron palabras. Conversaciones, sms, emails, mensajes de facebook, charlas de café, skypes, msn, gtalks, mesas camilla, postales, teléfonos… Mariposas y más mariposas que van creciendo y multiplicándose.


Palabras sobre libros e historias que me parecían sexis e irresistibles (mariposas). Palabras sabias, expertas y a la vez auténticas (mariposas nocturnas). Palabras de despedida, tristes y bonitas que se llevaron trozos de mí (polillas). Palabras especialmente dedicadas, palabras que me hacen sentir especial y mágica cada vez que llegan (luciérnagas). Palabras que duelen (avispas). Palabras guarras, cargadas de intención (bandadas de golondrinas). Palabras dichas como sin pensar que hacen que quiera saltar sobre la mesa y tirar los platos al suelo (esto ya no son mariposas, sino águilas calvas de dos metros y medio de envergadura, y plumas, y la cabeza blanca).

Me encanta.

Pero.

Pero... ¿es esto lo que quiero?

¿Llegará un momento en que me canse de tanta montaña rusa? ¿Qué pida una relación de esas confortables, de las de abrazarse mucho y leerse la mente y pasear al sol del retiro…? ¿O me plantearé una temporada de celibato emocional voluntario, con sexo quizá pero sin involucrarme mucho de forma personal, buscando relámpagos sin mariposas?

No creo (creo) pero dice Ele (de loquera) que necesito tranquilidad. Y yo estoy que no sé si cortarme las venas o dejármelas largas. Pero tengo la siguiente petición (que no anula la anterior): quiero chicos que se recreen en los besos. [Sí, StreetGirl, culo veo, culo quiero]

martes, abril 28, 2009

Top Ten especial Viudos Sexis de ficción


A veces a la gente le pasan cosas que te impactan, aunque no conozcas a los implicados. Por ejemplo, cuando hace un mes Nastasha Richardson se muere y le ves la cara al pobrecito Liam Neeson y a sus hijos, y piensas "ay, pooooobres".

Y si pones un momento el [mode ñoño off] y pones el [mode gore and superficial on], te sale un post.

Hoy toca Top Ten de maromos (de ficción). Top Ten de maromos (de ficción) sexis. Top Ten gore de maromos (de ficción) sexis. Top Ten gore de maromos (de ficción) sexis a los que se les ha muerto la esposa (de ficción).

El concepto viudo sexi no es nuevo, vean si no el videoclip de Annabel Lee que perturbaba mi infancia (qué pasa, los niños también pueden ser viudos sexis)… Vean la peli Sleepless in Seattle, donde cienes y cienes de mujeres escribían cartas a un hombre al que sólo habían escuchado hablar por la radio de lo que sentía por su mujer muerta… O mejor, no la vean.

Porque es una peli sobre un viudo sexi sin viudo sexi, porque claro, Tom Hanks puede hacer de viudo sin problemas, pero de sexi… Como Médico de Familia, vaya.

De hecho hubo un momento de pánico en la realización de este ránkin en el que llegué a pensar que lo tendríamos que incluir en plan porcentaje de integración no-sexi porque no llegábamos a los 10 viudos sexis, pero Heike se lo tomó como algo personal y he de decir que este Top Ten no habría podido ser sin su ayuda. Empecemos la cuenta atrás:

10. El Capitán Von Trapp (Christopher Plummer) de Sonrisas y lágrimas

Si alguien me vuelve a decir que se parece al monstruo de Asteten (o como se escriba) gritaré. Fraulein María ya nos contó por aquí su versión de los hechos, y no resulta nada complicado de entender cómo se enamoró de él, cosa totalmente comprensible cuando le oyó cantar "Edelweiss, edelweiss" con esas chaquetas de cuello austríaco.

9. Caractacus Potts (Dick Van Dyke) de Chitty Chitty Bang Bang

Me encantan los hombres que cantan (bien). Y los genios despistados. Y los buenos contadores de historias. Y las narices grandes. Y esta peli me mola desde pequeña, Caractacus me pareció sexi desde la primera vez que le vi sacar a Truly Scrumptious del coche en volandas, allá por mis tiernos 5 añitos. Mo-la.

8. Frank Beardsley (Henry Fonda) el papá de Tuyos, Míos, Nuestros

Me encanta esta peli. Y Henry Fonda en esta peli. Y todo de esta peli, que la he visto lo menos 30 veces (un hobby de las BeSisters es ver pelis que nos molan hasta que nos las sabemos de memoria, y entonces las volvemos a ver, y otra vez, y otra, y otra…). Frank Beardsley mola, y yo también le habría metido mano en el japonés.

7. Frank Beardsley (Dennis Quaid) el papá del remake de Tuyos, Míos, Nuestros

Mismo personaje, distinta década, distinta percha. Otra vez viudo con prole abundante conoce viuda con prole abundante, se enamoran y se casan. Éste está mucho más bueno, y a una no le extraña nada la decisión de René Russo de casarse con él, juntar a los cientounmil hijos y entrar a formar parte de la gran familia de la Marina de los USA. Ñam.

6. Graham Simpkins (Jude Law) en The Holiday

Que este chico es muy guapo salta a la vista. Pero lo que mola mil del personaje es que no es lo que parece. Cuando tú piensas que es un chungo ligón en realidad es un papi feliz que adora a sus hijitas (sí, engaño facilón de los guionistas, pero que mola). Cómo molan los ingleses cuando molan. Qué sexis son los ingleses cuando son sexis.

5. Diego Serrano (Antonio Resines) de Los Serrano

Diego Serrano, ese hombre, no es viudo por Belén Rueda, que al final de la serie, en una vuelta de tuerca sin igual, no se había muerto sino que todo había sido un sueño (largo de c*j*n*s). Diego es viudo por su mujer anterior, la madre del Perea y sus hermanos (pobre mujer). Y este puesto del ránkin se lo dedico a Barbija, porque el momento sexi y lo mainstream no van unidos.

4. Franze-Otto Dietrich (Liam Neeson) el nazi viudo de Resplandor en la oscuridad

Ya sé que es un poco gore poner a Mr. Neeson, recientemente enviudado, en este ránkin, pero es que me encanta la peli y me encanta Liam, y me encanta el oficial nazi viudo que cuida de sus hijos y se muere de angustia el día que los aliados bombardean el zoo. ¿Qué quieren que les diga? Hay nazis y nazis.

3. Daniel (Liam Neeson), el papá sexi de Love Actually

Ya sé que es un poco gore poner a Mr. Neeson, recientemente enviudado, DOS VECES en este ránkin, pero es que se lo ha ganado, porque este personaje es una monada. Cuando habla de su mujer en el funeral, cuando se preocupa porque no sabe cómo hablar con su hijo, cuando se suben al sofá a hacer Titanic, cuando le ayuda a despedirse de la niña que le gusta… Que se lo digan a Claudia Schiffer, por ejemplo.

2. Atticus Finch (Gregory Peck), de Matar a un ruiseñor

Atticus, mmmmmmm… Es el abogado del Sur que cree que hay que luchar por la justicia aunque sea en balde. El hombre que defiende le ley y enseña a sus hijos que "no conoces a alguien hasta que has dado uno cuantos pasos en su piel". El pacifista convencido que no tiene un arma en casa y que es a la vez el mejor tirador del condado. El padre que enseña a leer a Scout, a quien recomienda no contárselo a su (limitada y estúpida) profe. Ailoviu, Atticus.

1. Walt Kowalski (Clint Eastwood) en Gran Torino

Aquí voy a dejar un link, porque eso de repetirse en un blog queda feo. Sólo diré que cómo mola el funeral, que quién no se enamora de él en la escena de la cocina con las señoras y que qué bien se baña este señor. Me preguntan cuándo voy a dejar de hacer Top Tenes para meter a Clint. La respuesta es "nunca". Clint es el hombre definitivo.

lunes, abril 27, 2009

Ponyo, Ponyo

Este fin de semana he ido a ver con Miss X y mi anómalo chico (¡que por fin ha vuelto a casa!) "Ponyo en el acantilado" (en v.o., es decir, ¡japonés!). La peli nos gustó mucho, es dulce, entretenida, linda, te ríes... Es la típica peli en la que te pasas la mitad del tiempo sonriendo, porque es bonita y transmite buen rollo, en fin, que tienes ganas de llevarte a Ponyo a casa.

Eso sí, es acabar la peli y salir acompañando los títulos de crédito la canción más, más, más... PEGADIZA del mundo. Al principio te ríes porque es estridente, sobre todo comparada con la peli en general. Pero de repente el estribillo te atrapa y zas, ya no puedes dejar de cantar el "Ponyo, ponyo, ponyo". Que se lo digan a mi chico, con dos tías cantándole a dúo el "ponyo ponyo" en estéreo, dolby y surround. En el cine. En el metro. En la cena. En la calle. Y encima con susto, porque claro, cuando llevábamos un rato sin acordarnos de la canción, a una se le encendía la lucecita y sin previo aviso saltaba:

- POOONYO, PONYOOOOO - y ahí iba la otra de acompañante (reconozco que siempre era peor si lo iniciaba yo, porque como se me olvidaba la melodía era un desastre).

Mi chico, ese mártir.

En fin, con el aviso de que la canción es pegadiza hasta el aburrimiento, os pongo el trailer de la peli con el bicho rojo-rosa, que es Ponyo y que es una monería, trailer que, claro, tiene la canción.



Y por si os habéis picado, la canción con el japonés en letritas normales para poder cantarla. Porque claro, llegamos a casa y la buscamos:


Y si tenéis curiosidad por la traducción y por ver a la nena japonesa cantante y los dos tíos con chaqué (y guitarra) que la cantan, más niños japoneses, aquí.

Post-post: en otro post conté que había conocido a Miss Mole, aquí su versión. Nena, ¡qué de cosas bonitas me dices, ains!

sábado, abril 25, 2009

¡Hala, nos han premiado!

...En un tiempo muy, muy lejano en una blogosfera muy, muy lejana, cuatro chicas tenían un blog pequeñito y escribían (unas más que otras), trasteaban tecnológicamente (una más que otras) y hacían esas cosas que se hacen con un blog. Después de unos años de trabajo, unas hadas madrinas muy guapas, sexys y estupendamente vestidas les regalaron unos premios que les hicieron mucha ilusión...

Bueno, todo esto viene a que - ejem, ejem - hace ya unos laaaargos meses nos mandaron unos premios blogosféricos. Como siempre, lo hemos ido dejando y dejando... hasta hoy. Recapitulemos:

- Txispas nos mandó este premio allá por febrero, aunque no me ha quedado claro qué tenemos que hacer: ¿deseos, poner una foto de qué? Así que nos saltamos todo y sólo le damos las gracias a Txispas. Gracias, guapetona. Y si hay que formular un deseo, cojo el cetro de la cursilidad, me pongo en modo miss y deseo la paz en el mundo. Hala.

- Miss Mole nos mandó el premio "Ohla, que blog maneiro!". Lo bueno de ese premio es que una de las reglas es que tienes que saltar las reglas, así que nos la saltamos todas y punto, sólo le damos las gracias a Miss Mole por haber pensado en nosotras.

- Y de nuevo, Miss Mole me envió un premio que es el premio Symbelmine, que se manda a los blogguers con los que hayas "conseguido establecer un vínculo que desees reforzar y premiar con un NO ME OLVIDES".

Bueno, resumiendo, nos vamos a pasar todas las reglas de los premios por el forro y simplemente vamos a reconocer a los bloggeros que nos molan, a todos los niveles. En realidad, los premiados deberían ser todos los blogs que leemos (que son bastantes más que los del blogroll) y todos los comentaristas que se quedan por aquí a dormir. Mil gracias por vuestros comentarios, nos encanta que participéis. Pero vamos a nombrar una selección de algunos de los blogs con los que hemos establecido algún vínculo personal. Y ya que estamos saltándonos reglas, vamos a poner nueve blogs, en vez de ocho.

- Miss Mole: la conocí en Barcelona la última vez que fui. Encantadora, dulce y muy informada. Me gustó mucho conocerla y hablar con ella, si queréis estar al día os recomiendo su blog, porque tiene un ritmo de actualización bárbaro y siempre sobre esas cosas de las que yo no me enteraba... hasta que empecé a leer su blog.

- Plutón Verbenero: Cuatro tíos interesantes en todos los aspectos. Cada uno tiene su estilo y sus temas, pero molan todos. Muy recomendables.

- Perlita de Huelga y Gato de Chershire: mi gran debilidad dentro de la blogosfera. Cada vez que llega uno de sus post a mi reader me leo todos los demás y dejo los suyos para el final, para leerlos con calma y paladearlos. Las dos son inteligentes, cultas, divertidas, buenas personas y guapas. La Perli tiene talento a raudales. Sus post son maravillosos, porque cuenta las cosas buenas y las malas tintadas de cotidianeidad pero sin perder la emoción. Si publicara una novela, yo la leería, ¡incluso la compraría! Gato es algo caótica, muy intuitiva y observadora, intensa, compleja y todo eso se refleja en su blog, uno de mis imprescindibles. Y tengo el orgullo de poder decir que las dos son mis amigas.

- Eva Luna: Nena, he soñado esta noche que eras mi vecina del tercero de la casa de Palma y que te conocía a ti (seguías guapa en mi sueño, pero menos rubia) y a tu hermano pequeño (ese que no sé si existe). Así que te mando el premio, por poblar mis sueños.

- Lorzagirl: otra con talento a mares. Divertida. Divertidísima. Una de las imprescindibles de la blogosfera... ¡y es incluso mejor en persona!

- Capitán Achab: Divertido y cultísimo, lo que más me gusta es la forma que tiene de traer a colación datos rebuscadísimos de la Historia y relacionarlas con el presente y las cosas que vive.

- Mi televisión y otros animales: otro de mis imprescindibles. El señor Anómalo haciendo crítica de televisión. Me encanta su sentido del humor, me gusta los temas que trata y cómo los trata y me río cuando lo leo.

-La luna de Valencia (by Xisca): la coherencia hecha blog. No tiene un ritmo demasiado alto de actualizaciones, pero los post que cuelga no os los podéis perder. Escribe muy bien, es reflexiva y coherente, a veces oscura, psicótica, peligrosa, idealista.

Hala, daos por reconocidos o premiados o lo que queráis. Evidentemente, no hace falta que le mandéis este reconocimiento a nadie, que sino es el cuento de nunca acabar.

Y, sobre todo, muchas gracias a las que nos premiaron. Siempre alegra que se acuerden de ti.

viernes, abril 24, 2009

La pandilla de la Universidad


Será por que nuestras facultades eran un caldo de cultivo estupendo para desequilibrados emocionales con inquietudes intelectuales y muchas ganas de juerga, o será por aquello de que dios los cría y ellos se juntan.

O será por casualidades de la vida. Nos conocimos en la Universidad. Pero ni estudiábamos todos lo mismo, ni veníamos de la misma ciudad, ni vivíamos cerca, ni… No sé cómo fue, pero un día nos encontramos en una tetería hablando abiertamente de masturbación con total sinceridad, y en ese momento sentí que había encontrado "mi grupo".

A lo largo del tiempo se han sumado algunas personas más al grupúsculo inicial. Y alguna se ha quedado en el camino, es que son muchos años, era de esperar. Pero haciendo recuento somos Misia, Maya, MissX, Dana, Streetgirl, i-Boy (me matará por haberlo metido en un post sobre "amigas", pero no me da la gana dejar de mencionarlo) y yo.

Fueron años de descubrimiento, de autodescubriendo, de exploración, de desequilibrio, de mucho cariño, de juergas locas, de dramas y de muchas muchas risas.

Todo era una aventura. Era la época de bebernos 5 margaritas por cabeza en el Cuchi antes de que dieran las 12, de colarnos en fiestas (donde conocimos actores ídolos de adolescentes, futuros novios, pintores bohemios forrados, traficantes de droga…), de reinar en Chueca (porque siempre éramos protagonistas, aunque era más divertido cuando los demás también se daban cuenta), de ligar con los guiris más espectaculares de la temporada, de echarnos todas novios que residían ilegalmente en el país como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, de acabar en casa del jefe de camareros del Cuchi a las 6 de la mañana para seguir la juerga con tekila, chelas y guitarras. Era la época de tener las charlas más profundas o de la más absoluta frivolidad, de dar la cultura por sentada, de establecer "los mínimos".

Todos estábamos para todos, pero todos teníamos total libertad para elegir cualquiera de las opciones que se abrían ante nosotros.

Hemos celebrado cumpleaños, fiestas temáticas, fiestas de despedida cada vez que uno se iba a pasar una temporada al extranjero, una despedida de soltera y una boda (so far). Hemos pasado la noche en una cocina intercambiando trucos sobre sexo oral. Hemos ido a sex-shops (mucho antes de las tiendas-monas-para-chicas de ahora). Hemos hecho cenas de gourmet y otras más de supervivencia. Nos hemos dado masajes, hecho cosquillas, besado, psicoanalizado, quitado dolores de cabeza a base de reiki, lesionado, curado cortes con azúcar, consolado, llamado al Samur, recetado vitamina-B, sujetado la cabeza para vomitar, cogido de la mano mientras nos daban puntos, reído los unos de los otros y cada uno de sí mismo, dado abrazos curativos.

Hemos viajado, juntos y separados, real y figuradamente. Hemos cambiado, hemos madurado y nos hemos re-conocido. Nos hemos comunicado por teléfono, carta, sms, email, msn, skype, facebook. Nos hemos despedido, nos hemos ido al otro lado del mundo, nos hemos reencontrado. Y es diferente, pero a la vez sigue siendo igual.

Porque a la vuelta siempre estamos allí. Siempre están. Y siempre estoy. Nos conocemos tan bien que a veces da hasta rabia... pero mola, porque también es como estar en casa.

A aquellos a quienes dan alergia los posts de esta sección… lo siento, pequeños: aún tengo más amigas.

jueves, abril 23, 2009

Tengo nuevos poderes ninja y sé cómo usarlos


Descubrir el Reiki fue como bajar de la acera: un pequeño movimiento y el mundo se volvió mucho más emocionante y mucho más peligroso (vale, quizá apropiarme de esta frase es un poco exagerado porque, siendo sincera, de peligros nada).

Yo nunca he creído en cosas "raras", o mejor nunca me he planteado si creía en ellas o no, pero el caso es que una noche estaba yo intentando dormir en casa de mi amiga MissX con un dolor de cabeza espantoso y ella me lo quitó sin tocarme. Y otro día, no hace mucho, estaba yo relatando aceleradísima a MissX y otras amigas unas cosas que me habían pasado cuando ella, preocupada por si me daba un chungo mientras les contaba mis desventuras, me puso una mano encima del corazón y otra en la espalda. Y me calmé en segundos.

En algún momento entre esos dos yo di el pequeño paso que me bajó de la acera y descubrí que el Reiki funciona. Así que decidí dejarme convencer por StreetGirl para hacer un curso de primer nivel en el mismo centro que MissX.

-La profesora puede que no os guste mucho -nos dijo-. Y es probable que haya gente rara. Os van a alinear los chakras y algunos reaccionan de forma un poco impresionante. Pero merece la pena, ya lo veréis.

Con esta información poco tranquilizadora como únicos datos, el fin de semana pasado StreetGirl y yo hicimos las 6 horas de sábado y 12 de domingo de cursillo intensivo. Como preveía una experiencia mística/oriental me puse mi camiseta más ad hoc: una negra de Van Damme en Contacto Sangriento.

Y aunque StreetGirl decía que la profesora no me iba a tomar en serio, acerté de pleno: fue entrar en el aula y verme transportada a una peli de artes marciales.

(Como esto, pero sin h*st**s)
· Hay un sensei: la maestra de Reiki.

· Hay un supervillano: un maestro rival que se llama Mondrián (bueno, algo parecido) y saca las pelas a la gente sin enseñarles bien Reiki y luego mi sensei les da los cursos gratis para compensar el equilibrio bondad/maldad del cosmos mientras dice: "Allá él con su karma".

· Hay grandes maestros: Usui, Hayashi y Takata.

· Hay música como china/chillout de fondo.

· Hay tiempo de meditación en el que una trata de mantener la mente en blanco, vacía de pensamientos y aislada de lo que suceda fuera (sin tener que abrir las piernas 180º y aguantar).

· Hay unas técnicas que hay que aprender y repetir hasta que salen chupi (pero sin sangre).

Aunque es cierto que a la gente se le iban los ojos a mi camiseta. Pero es que es guay.

Efectivamente había gente rara. Señoras de 70 años que llevan más de 50 haciendo yoga y tienen el culo más prieto que Eugenia Silva. Señores casados con pinta de curas budistas. Amas de casa con raptos de kundalini. Perroflautas que se pasan la vida viajando a oriente con la esperanza de pasar a un estado espiritual superior en que vivir colocaos sin tener que gastarse pasta en drogas. Y, en especial, un grupo de chicas que hablaban con la voz muy aguda y con tonito de niñas superbuenas de colegio de monjas…

Ya sé que son criaturitas de Dios, pero me sale una hija así y la mato a collejas. Igual es mal karma decir estas cosas, pero es que una se puso a contar que había hecho meditación en lo alto de una montaña y se había salido de su cuerpo por arriba. ¡Y lo decía con voz de ratón de peli de Disney! Yo creo que llevaban las bragas muy apretadas. Y el riego, ya se sabe.

La maestra no me pareció del todo mal, menos cuando nos recomendaba no beber leche, ni comer lácteos, naranjas o mandarinas (se supone que todo es hepatotóxico, pero qué vida más triste, sin queso ni zumo de naranja).

El Reiki es una especie de masaje energético japonés. Básicamente, se transfiere energía (ya se llame mana, prana o chi) por imposición de manos. No es una religión, no es magia, no es medicina alternativa. Y entiendo perfectamente que alguien se crea que esto es un cuento para gente que va de mística: yo sólo sé que me lo han hecho y funciona.

Podéis creer o no creer, pequeños, pero me sale calor de las manos. La Perri dice que soy como Pikachu.

miércoles, abril 22, 2009

Peluquera, peluquera

En la peluquería a la que voy en Palma trabajan cuatro o cinco peluqueros, así que cuando voy no sé cual de ellos me va a cortar el pelo. Cuando fui esta Semana Santa a la peluquería esperé en el sillón y llegó ELLA, la peluquera pelirroja que me había cortado el pelo en otra ocasión. Me eché a temblar. No es que la tía sea mala peluquera, al contrario, hace unos cortes de pelo muy chulos. El problema es que tiene querencia a las melenas cortas, por lo que mi pelo, que me llega hasta la mitad de la espalda, le horroriza.

Hace un año estaba absolutamente empeñada en cortármelo aduciendo que el pelo largo no se llevaba y me iba a quedar mejor una melenita por encima de los hombros. No os creáis, que por mucho que yo dijera que estaba contenta con mi pelo, la chica intentó convencerme una y otra vez de la conveniencia del tajo. Hubo un momento que pensé que la tía me cortaba la coleta y decía "uy, ha sido un accidente".

Pues me volvió a tocar la pelirroja. Y yo con el pelo aún más largo.

- Hola, qué tal... Cortamos, ¿verdad? - y la tipa señala justo debajo de mis orejas.

- No, no, no tanto... quiero mantener el pelo largo, pero... - y le expliqué lo que quería. La peluquera puso cara de decepción.

- ¿Estás segura de que no te lo quieres cortar?

Y jo. La verdad es que me apetecía cortármelo, por cambiar un poco. Llevo diciéndolo un par de meses y hay opiniones para todos los gustos:

En contra del corte de pelo:
- Mis amigas de danza oriental "hombre, es que se te ve muy lucido en el escenario"
- Mi novio, que hasta ha amenazado con crear un grupo de facebook "por el indulto de la melena de Misia (donde hay pelo hay alegría)".
- Mi madre "hija, ni se ocurra cortarte el melenón. Para una vez que lo llevas bonito...".

A favor del corte de pelo:
- Otras de mis amigas "con lo mucho que cambiabas de look antes..."
- Bobpop, que me dijo una semana antes "nena, tienes dos opciones: o te cortas el pelo o te vas este verano de gira a cantar "se me enamora el alma" y "marinero de luces").

Así que ahí estaba yo, sopesando pros y contras con la peluquera de cambio radical a mi espalda. Finalmente suspiré y le dije que me dejara el largo como estaba y que ya vería qué hacer en septiembre.

- Oye, que si quieres te corto el pelo corto y dices que has estado en una peluquería malísima, que te hicieron un trasquilón (pero no digas que es esta peluquería) y que te lo tuvieron que igualar todo cortito.

- Um- yo flipaba ante su propuesta - no, da igual, me lo dejo largo. Ya veré qué hago en septiembre.

La peluquera puso cara de resignación (en serio, no entiendo porqué tanta resistencia a hacer un corte de pelo normal) y me cortó el pelo como yo quería. Eso sí, cuando ya estaba saliendo de la peluquería se me acercó, me cogió del brazo y me susurró:

- Oye, si al final decides cortarte el pelo en septiembre, por favor... PIENSA EN MÍ.

No sé, pero fue un rollo chungo-obsesivo que me trajo a la mente "La mano que mece la cuna": una obsesión, una pelirroja y objetos cortantes. Lo que no tengo claro es qué me va a dar más miedo: ir en septiembre y decirle que no quiero cortarme el pelo o ir en septiembre y dejarle que me corte el pelo. Que a lo mejor le interesa mi pelambrera para hacerse un pelucón, adoptar una segunda personalidad y lanzarse definitivamente al asesinato en serie.

lunes, abril 20, 2009

Sobreviviendo (al asco) con Bear

¡Atención! Este post contiene muchas cosas asquerosas que producen nauseas, así que si estáis comiendo o tenéis mucha imaginación visual no lo leais demasiado.

Ya he contado alguna vez que me gusta ver la tele los domingos por la mañana, con un cola cao y unas tostadas delante. Hasta hace poco veía a Victoria Stillwell y sus perritos, pero la programación de Cuatro ha cambiado y ahora tengo un nuevo habitante en mi tele. Se llama Bear Grylls y tiene un programa que se llama "El último superviviente". Bear ha conseguido algo inaudito: que se me atraganten las tostadas.


Básicamente, es un tío mega-duro (dicen en la introducción que estaba en las fuerzas especiales) al que sueltan en los lugares más inhóspitos de la Tierra y tiene que atravesarlos buscándose comida, agua y refugio él solito. Yo le he visto en la jungla, en el desierto del Sáhara, en los Highlands... Lo curioso es que todo el programa es como un bricomanía lleno de consejos que te da a ti, espectador, pero en plan supervivencia. Por si te dabas un paseíto por el Himalaya y de repente se te hace tarde, no llegas a cenar a casa y te quedas toda la noche en la punta del Everest.

Bear enseña cosas muy instructivas que espero no tener que usar jamás. Por ejemplo, cómo construirse un refugio en el desierto, cómo salir de las arenas movedizas o de lodazales o como desollar un ciervo. He aprendido cosas muy útiles:

Primero) Casi todo es venenoso y produce vómitos, diarreas sangrientas y mogollón de enfermedades chungas. Básicamente, todo produce la muerte.

Segundo) Bear es capaz de morir por enseñarte algo. Es decir, Bear no estaba en arenas movedizas, pero fabricó y se metió en arenas movedizas para enseñarnos cómo salir de ellas.


Tercero) Las cosas huelen mal. Cuando destripó un camello y se metió en su interior para beberse el agua del estómago y dormir, olía mal. Cuando desolló un ciervo y se durmió con la piel encima, olía mal. Cuando se metió en lodos pantanosos, olía mal. Seguro que él, después de tanto escalar, andar, sobrevivir y cubrirse de cosas que huelen mal, huele mal.

Cuarto) La orina propia tiene un montón de usos. En los dos últimos días le he visto hacer pis en tres ocasiones con varios fines, porque el pis será un desecho, pero se utiliza:

- Si te pierdes en el Sáhara, rompes tu camiseta, te la empapas de tu pis y te la enrollas en la cabeza para mantenerla fresquita.

- Si estás entre la nieve, haces pis en la cantimplora y te la metes en la ropa, a modo de bolsa de agua caliente.

- Y sí. Si estás deshidratado, haces pis en tu cantimplora te la bebes.

Quinto) Muchas cosas que parecen incomibles se comen y tienen el triple o cuádruple de proteínas que un filete de ternera: Como Bear está en sitios raros y hay que comer, Bear caza o pesca cosas asquerosas y se las come. Le he visto comer arañas, escarabajos, culebras, caracoles, babosas, saltamontes y demás bichos. Y ya que está puesto en comer cosas asquerosas, incluso cuando tiene delante cosas potencialmente apetitosas, las devora de forma que te den arcadas. Hoy se ha comido un pescado crudo a bocaos y que no me diga que no lo podía tostar un poquito. O, teniendo un cordero entero a su disposición, va y se come los glóbulos oculares. Su reacción siempre es la misma: poner cara de súper asco y describir el sabor con símiles asquerosos: "es como morder un cartílago relleno de pus", "sabe a marisco muerto hace quince días", "es como babas, pus y sesos juntos".


Yo calculo que Bear me provoca arcadas unas tres veces por programa.

El programa me estresa, así que voy haciendo zapping para evitar vomitar y que me amargue las tostadas. La verdad, prefiero a Victoria con sus perritos... aunque el tipo me cae bien.

Y tengo que reconocer que si en algún momento se hunde Madrid en una gigantesca arena movediza por culpa del exceso de líneas de metro y cercanías que hay por aquí abajo, ya sabré salir. Aunque no pienso volver a comer chapulines, por mucho que eso decepcionara a Bear y me hiciera morir de inanición.

viernes, abril 17, 2009

Tres YouTubes que me han hecho feliz esta semana

(y toda ayuda es poca)

En el puesto Nº3, este maravilloso video de Susan Boyle cantando I Dreamed a Dream llegado a QaD gracias a Lily y que a estas alturas habréis visto todos (it's SOOOO last Tuesday):



En el lugar Nº2, el trailer de la que Sark dice (y me da que tiene razón) que va a ser mi próxima serie favorita: GLEE.



Y con el Nº1, y gracias al Hombre Malo... un momento que si no te hace sonreir es que estás muerto por dentro:



Yo casi lloré...

jueves, abril 16, 2009

No atino

Últimamente los controles de seguridad del aeropuerto me tienen mosqueada. En el último año no he conseguido pasar el arco de seguridad sin que pite o sin que antes o después me intercepte un guardia de seguridad, me señale un tremendo fallo para la seguridad internacional ("¡llevas la gabardina puesta!") y me haga quitar medio vestuario y retroceder al punto de partida, como en el parchís. Lo peor es que cada vez van añadiendo normas y normas a los controles y cuando llegas no sabes qué nueva pijotada te vas a encontrar.

Me dirigí al control de seguridad del aeropuerto decidida. Esta vez sería la definitiva y pasaría el control sin que pitara y sin que me pararan. Ya no por la molestia, sino por amor propio. Cojo una bandeja de esas para acumular tus cosas y empiezo a recontar lo que debo dejar en ella:
- No puedes pasar el arco con bolsas: naturalmente. Ok, dejo el bolso.
- No puedes pasar el arco con cosas metálicas: examino mis brazos. Dejo una pulsera de metal y un anillo dudoso. No llevo reloj nunca, así que un problema menos. No llevo cinturón tampoco, ni cadenitas. Examino mis bolsillos. Un kleenex arrugado y nada más.
- No puedes pasar el arco con el abrigo puesto: me quito la gabardina y la dejo en la bandeja.
- No puedes pasar el arco con las botas puestas: miro mis zapatos. Triunfante, miro mis bailarinas moradas. Se supone que no me las tengo que quitar y no tendré que andar descalza (otra vez) por el aeropuerto. Yupi.
Respiro y camino hacia el arco. Dejo la maleta y la bandeja llena de cosas en la cinta del escáner. Paso por el arco... ¡y no pita!

¡Lo he conseguido! ¡He pasado sin problemas!

- Eh, tú. - tono chulesco. Un guardia de seguridad. A mí. A mí. Me desinflé como un globo pinchado. Había cantado victoria demasiado pronto - llevas una bufanda puesta. Te la tienes que quitar. O examínasela.

Yo estaba indignada, porque:

En primer lugar ¿en una bufanda se pueden esconder objetos terroristas?

En segundo lugar ¿"eh, tú"? ¿y chulo? nunca he entendido porqué algunos guardias de seguridad, por la simple razón de que hayan hecho un cutre cursillo y les hayan dado un cutre uniforme, se creen con derecho a sacar de paseo la chulería y la mala educación (chulería y mala educación que ya llevaban encima antes que el uniforme, claro... pero que se ven amplificados por efecto de tener el control de la situación).

Y en tercer lugar, ¡POR FAVOR, ESO NO ERA UNA BUFANDA, ERA UN FOULAR!

Desalentada, hice el gesto de quitármelo. Pero antes de que llevara mis manos al cuello para desenrollarlo, se había plantado delante de mí una guardia de seguridad regordeta y pequeñuja, a la que sacaba una cabeza y pico.

- No hace falta que te lo quites.

Sin darme opción, me echó los brazos al cuello, me dio un tirón que me dejó medio encorvada y empezó a palpar, por la parte de mi nuca, el dichoso foular.

- Espera, que me lo quito.

- No. - mientras seguía palpando el foular. En ese momento, sus manos se engancharon con mi pelo y me dio un tirón de la melena.

- Ay, ay, ay - si pensáis que paró, equivocados andáis. Dio otro tirón para soltarse del enredo, me acabó de palpar el foular y se fue.

Me quedé parada un segundo y mi mente se fue lejos.

Sicilia, 1938

No, tanto no.

Praga, 1999 (o algo así, no recuerdo en qué año fue). Una joven Misia... No., em... Una aún más joven que ahora Misia llegó al aeropuerto de Praga. Justo antes de salir a la calle, unos policías la seleccionan de entre todo el pasaje (a ella y a una pareja gay) para registrar su equipaje. Una especie de Danko Calor Rojo con gesto imperturbable e incapacidad de hablar otra cosa que no fuera checo se pone unos guantes de cuero negro.

La aún más joven que ahora Misia se acojona (aún más, en realidad).

Danko Calor Rojo abre la maleta, despliega toda la ropa de Misia y comienza a examinarla. Abre todos los botecitos del neceser. Incluso los recipientes de las lentillas. Pero lo mejor llega con el fondo de la maleta: la ropa interior. Danko coge con sus guantes de cuero negro cada una de las braguitas dobladas de Misia, las despliega... y las palpa. Una a una, minuciosamente, pa-pa-pa, golpecitos para asegurarse de que ahí sólo había braguita. Después se fue. Sin decirle adiós,ni nada. Hombre, que cuando te han tocado así la ropa interior, por lo menos esperas un "bye" (aunque, la verdad, fue de agradecer que no le diera por palpar la que llevaba puesta).

(Fin del viaje en el tiempo mental)

En fin, que lo que yo pensé en ese aeropuerto español el otro día es que yo, que después de que un policía checo me palpara las bragas con aire profesional pensé que lo había visto todo, me he dado cuenta de cuán grande es el mundo y cuántas son las opciones para fastidiarte en los controles de seguridad.

martes, abril 14, 2009

SSclp 5: Y Be volvió de las aguas

Quinta entrega de mis aventuras buceando. ¡Hay más abajo!
Me ha encantado bucear. Antes de la primera inmersión le pregunté al jefe de instructores qué tal estaba la visibilidad. "Es que un amigo me ha dicho que si se ve bien es como volar". El jefe me dijo: "Tú… tú vas a volar de todas formas". Pues fue verdad: volé.

Ya estoy deseando ponerme las aletas otra vez, y para eso planeamos una excursión a las Lagunas de Ruidera en Mayo, el cursillo de avanzado para Julio (aunque igualhay que practicar un poco más entre medias) y seguir con el submarinismo este verano en Mallorca.

Y el domingo por la tarde, después de unas horitas en una cala nudista de cerca de Mazarrón (una cala nudista rarísima, con todo el mundo vestido de dominguero y haciendo barbacoas, yo les miraba y pensaba: "Ay, chicos, a vosotros en Almería los jipis os hubieran rajado las ruedas por la mitad de esto") nos volvimos a Madrid.

Con un par de kilos más por cabeza, porque a pesar del ejercicio que he hecho esta semana santa… no hemos dejado de comer. Como limas. Sobre todo pescado. Una Semana Santa genial.

(Por cierto, después de todos los líos para ir, a la vuelta ni un problema. Tráfico sí, pero cuando más parados íbamos era a 110 km/h. Qué fuerte).

SSclp 4: Be, natural born Open Water Diver

Cuarta entrega de mis aventuras buceando. ¡Hay más abajo!
Después de sacar un 100% de aciertos en el examen teórico, de aprender a tardar menos de 10 minutos en ponerme el traje de neopreno, de que StreetGirl se probara 20 pares de gafas distintos y optara por las menos malas (aunque se le seguía colando agua) y de controlar bastante bien los ejercicios en piscina, nos fuimos al mar. Nos dividimos en grupos, nosotras tres solas con U.I. (Uber Instructor)

La primera inmersión fue a 6 metros. Me preocupaba el tema de la presión. Buceando te pueden estallar los tímpanos, te pueden dar unos calambres que te cagas en los senos (no éstos, guarros, éstos) o te pueden dar derrames en los pulmones y hasta morirte. Pero mi cuerpo va compensando los cambios de presión automáticamente, a medida que bajo, sin tenerlo casi que pensar. Y lo de los pulmones se soluciona no aguantando la respiración. Así que fácil.

Practicamos los ejercicios básicos, como quitarte las gafas en mitad del mar, ponértelas y vaciarlas de agua, quitarte y ponerte el regulador, mantenerte flotando en el agua…

En la segunda inmersión bajamos hasta unos 11 metros. Sin problema con la presión. Más movimientos, más ejercicios. U.I. ve que controlamos, damos un paseo y volvemos al barco. Cambiamos la botella de aire por una llena y volvimos al agua.

Para la tercera inmersión me tiré hacia atrás desde el barco, como los buceadores que veía de pequeña en el Calypso, que no veas la ilu que me hacía. Bajamos nueve metros. Atravesamos bancos de cientos de peces, y vimos estrellas de mar, cangrejos ermitaños y algunos afortunados hasta un pulpo.

Salimos de la calita, viendo desde abajo como las olas chocaban contra las rocas, la luz entra en el agua dando a todo un halo de magia… Y notamos unas corrientes trrrrremendas. U.I. nos hace señas de que subamos a la superficie, seguimos las instrucciones a la perfección, y entonces nos comunica que volvemos al barco, y nos señala en qué dirección está.

Hay que rodear un enorme saliente rocoso. Nos sumergimos y empezamos el recorrido. Yo he venido controlando el aire de mi botella, y he visto que el volumen bajaba deprisa. Sé que tengo que comunicárselo a U.I. cuando llegue a 100 bares, pero la última vez que miré estaba en 120. Vuelvo a mirar y… 70. Bueno, en cuanto se vuelva a comprobar que estamos le haré la seña.

Seguimos nadando, a toda leche, hacia el barco. U.I no se vuelve. Compruebo el aire: menos de 50 bares, ya estoy en reserva. Aviso a mi compañera, StreetGirl, de que tengo poco aire. Pone cara de sorpresa, busco su barómetro y veo que ella tiene de sobra. Le digo que sigamos avanzando.

U.I. y Susi van por delante, bastante deprisa, seguimos el recorrido hacia el barco, pero ya noto una cierta dificultad para respirar. Miro: poco, menos de 20 bares. Le indico a StreetGirl que no tengo aire, que necesito del suyo. Me da acceso a su fuente de aire alternativa. Cambio mi regulador por el de ella, respiro con normalidad. Nos sujetamos del antebrazo e iniciamos el ascenso, despacio, con calma, vaciando primero del todo los chalecos… para llenarlos al llegar a la superficie. Un ascenso controlado de emergencia de manual.

Nos quedamos flotando para descansar un segundo y dar tiempo a que U.I. se de cuenta de que no le seguimos. Por fin sale a la superficie, junto con Susi, y le ponemos al corriente. Desde aquí tenemos que nadar de espaldas hasta el barco, en superficie, aleteando. Empezamos, y es agotador. Muchísimo más cansado que nadar bajo el agua. El barco está LEJOS.

En el sitio en que hemos salido (StreetGirl y yo, los otros dos están más cerca del barco) justo confluyen dos corrientes: una, nos empuja hacia las rocas; la otra, hacia la trayectoria de los barcos que salen del puerto. No dejan de pasar veleros.

Aleteamos hacia el barco, en zigzag, mientras U.I., ya casi en el barco, se pone histérico (de modo muy machote, eso sí) cada vez que alguna de las dos se acerca a las zonas de peligro. Con esfuerzo conseguimos escapar a las corrientes y enfilamos hacia el barco.

Yo exclamo: "No puedo con mi alma". Me llega la respuesta en forma de bramido desgañitado: "Pues vas a tener que poder". Me da un ataque de risa. StreetGirl empieza a hacer la señal de "socorro, necesito ayuda" y U.I. casi pierde los nervios: "¡¡¡No hagáis bromas con esoooooooo!!!" A StreetGirl le da un ataque de risa. U.I. y Susi llegan al barco. Susi se une al ataque de risa. Yo pienso que después de superar la emergencia vamos a morir ahogadas por la risa.

Finalmente llegamos. Subimos al barco, respiramos, descansamos… él está orgullosísimo de nosotras, y yo pienso.

Recuerdo a la chica rubia que los instructores regañan porque no sabe montar su equipo mientas ella dice que no le hace falta porque "ya lo hace Vasilli" (su novio, que por cierto le hizo el teórico). Los profes le preguntan que qué hará si un día no está con ella en el agua y ella le contesta que "Vasilli siempre está".

Y pienso que nosotras tenemos al instructor más fuerte, macizo y ubermachote del centro de buceo. Es un hombre de los que tienen pinta de salvarte de un holocausto nuclear, una invasión alienígena o un ataque zombie sin esfuerzo… y al final nos salvamos solas. U.I. resplandece de orgullo. Y nosotras, más.

La cuarta inmersión, ya al día siguiente y con el agua picadilla, fue pan comido.

SSclp 3: No te fíes de los flechazos

Tercera entrega de mis aventuras buceando. ¡Hay más abajo!
Al leer esta entrega, alguno dirá que las mujeres estamos obsesionadas con los tíos, pero no tendrá razón. Porque una cosa es que tu vida gire en torno a un falo y otra que al juntarse 15 de jóvenes en edad de merecer sea inevitable fichar un poco.

El primer día al bajar a desayunar echamos un vistazo a nuestro alrededor. En el hotel había mucho Inserso, y luego los del cursillo. Un par de parejas, un par de familias, tres grupillos de chicos y cinco chicas (nosotras tres y dos que iban solas).

Entre los chicos, cuatro con pintillas britpop. Uno de ellos con gafas de pasta, así como medio mono de una forma nerdy, que me quedó adjudicado automáticamente a pesar de que yo no tenía intención de cambiar ni media palabra con él. Pero bueno, si Susi y StreetGirl decían que era mi novio, pues sería Mi Novio.

Mi Novio y sus amigos hicieron un par de intentos de acercamiento que rechazamos con cordialidad y la profesionalidad de las que han ido a Murcia a aprender a bucear y no a tomar copas ni frinkar (esto NUNCA en las seis horas siguientes a una inmersión). El pobre de Mi Novio intentó varias veces que le pusieran en las actividades con nosotras, pero no tuvo suerte.

Mejor. Porque la ventana de nuestro baño daba a la piscina… y una tarde, mientras espiábamos qué tal hacían los chicos los ejercicios que nosotras habíamos bordado media hora antes, vimos como Mi Novio se sacaba un moco y se pasaba la mano por el pelo para terminar de limpiarse en el traje de neopreno. A partir de ese momento Mi Novio paso a ser El Moco.

Moraleja a favor del ligoteo de mesa camilla: nunca te fíes de los flechazos. Que luego vienen los mocos.

Había más hombres. El Bombero de Ciudad Real, nombrado inicialmente por unanimidad novio de las tres, pero que según abría la boca nos hacía pasarnos las unas a las otras la patata caliente ("Susi, tía, tu novio dice unas cosas rarísimas" "No es mi novio, es de todas, y la que le has dado pie para que hablara de las tetas de su madre ha sido StreetGirl" "¿Pero qué dices? Ha sido Be, que le ha dicho que los bomberos no son tan altos. Yo no lo quiero ya").

Moraleja a favor del ligoteo de mesa camilla: nunca te fíes de los flechazos. Que luego vienen las historias de tetas de sus madres.

Finalmente El Bombero nos volvió a molar cuando nos contó cosas de su trabajo en plan de salvar gente, que eso siempre da buena impresión, y estamos planeando una excursión conjunta de buceo a las Lagunas de Ruidera. Pero vamos, que en el plano sexi conmigo na de na, ya lo entenderéis el día que me decida y cuente lo de su madre y tal.

Pero el más mejor, el hombre por antonomasia de esta Semana Santa era nuestro Instructor Ubermachote (I.U.), que nos tomó por su cuenta desde el principio. Cachas a tope, calvo como Yul Brinner, buen buceador, didáctico, duro, eficaz, con pinta de ser capaz de salvarnos a las tres en mitad de un tsunami sin que le tiemble el pulso… y con el cráneo pelado. No por ser calvo, que también, sino por tener la cabeza terriblemente quemada por el sol. Le dijimos que le íbamos a regalar un protector solar y no se separó de nuestro lado en todo el cursillo.

La primera en notar la tara fue StreetGirl. Durante las prácticas en piscina, cada vez que ella se despistaba el I.U. le daba un empujoncito y le hacía la seña "mírame". ¿Lo raro del asunto? Que los empujoncitos eran siempre en la zona pectoral, y con buen tino. Y, aunque le pareció raro, pensó que sería cosa de los códigos de los submarinistas.

Luego lo notó Susi. Su caso fue más descarado, porque no llevaba neopreno. Ella sí pertenece al tipo 1 de buceadores, de los que tienen que aclarar el traje por dentro después de la imersión… y estaba en ello, en bañador y con el traje a medio poner en las escalerillas del barco, mientras él la sujetaba para que no se la llevara la ola. La sujetaba… por la bufa izquierda, directamente por encima. Y, aunque le pareció raro, pensó que sería cosa de los submarinistas, que agarran a esa altura en lugar de cinco centímetros más abajo como los socorristas.

Y cuando mis bufas y yo empezábamos a sentirnos marginadas… hubo un momento durante la cuarta inmersión en que el I.U. y yo tuvimos que esperar en el fondo a que bajaran el resto de buceadores. Había un poco de movimiento en el agua, así que me cogió por uno de los tirantes del chaleco a la altura de mi bufa derecha. La bufa en cuestión debería haber estado insensibilizada por lo fría que estaba el agua, pero yo notaba perfectamente los movimientos -que en mi opinión no eran necesarios- de los dedos del I.U. a través del neopreno. Y, aunque me pareció raro, pensé que sería casualidad porque era imposible que el tío tuviera tan buena puntería. O que los submarinistas no dan importancia a sobarse las tetas los unos a los otros por el tema del deporte.

¿Hay por aquí algún experto submarinista que pueda confirmarnos si esto de tocar bufas es una costumbre atávica de los buzos?

Moraleja a favor del ligoteo de mesa camilla: nunca te fíes de los flechazos. Que luego vienen y te meten mano a traición. Aunque en realidad en este caso no convalida. Porque seguro que era por nuestra seguridad.

Ah, y en la siguiente entrega veréis por qué una debe ser una mujer fuerte e independiente, y nunca depender de un hombre para que la salve de un holocausto nuclear, una invasión alienígena, un ataque zombie o un incidente buceando.

SSclp 2: Tres tipos de buzos

Segunda entrega de mis aventuras buceando. ¡Hay más abajo!
La teoría es una parte importante del curso de buceo que hicimos. Teniendo en cuenta que al contar mis planes a un amigo dos semanas antes me dijo "¿Pero qué vais a hacer, un bautismo?" y le contesté "Pero qué dices, tío, voy a hacer submarinismo... Sub-ma-ri-nis-mo" (vamos, que no tenía ni la más mínima idea de nada), era importante estar atenta.

Aprendí cosas superimportantes para mantenerme con vida:

Contra la ola: en superficie hay que tener el chaleco inflado y nadar de espaldas.

Contra la corriente: lo mejor es evitarlas, y nunca luchar contra ellas. Nadar en diagonal y empezar la inmersión en contra, para volver al barco con la corriente a favor.

Contra el bicho: si es muy bonito, muy feo o no huye, no lo toques. Aunque lo mejor es no tocar cualquier cosa que no sepas lo que es.

También aprendí los protocolos a seguir en caso de que tu botella se quede sin aire en el fondo del mar (u-ti-lí-si-mo).

Y las señales para comunicarse debajo del agua, porque ahí los ruidos no se entienden y hay que expresarse con las manos. Hay unas cuantas, pero básicamente explican como estás (rollo "¿todo bien?/todo bien", "algo va mal", "me molestan los oídos", "me mareo"…), las de hacer cosas ("subir", "bajar, "agruparse", "sígueme", "mira"…) o las que tienen que ver con el aire ("me quedan 100 bares", "estoy en reserva, no tengo aire, "dame aire"…).

Aparte nos explicaron que bucear da ganas de hacer pis: sean reales o psicológicas, al salir del agua sientes que te mueres de ganas de ir al baño. Y que existen dos tipos de buceadores: los que se lo hacen en el traje y los que mienten. Después de mis cuatro inmersiones en el mar, os puedo decir que en realidad hay son tres tipos. Los que se lo hacen en el traje, los que mienten y los que intentan con todas sus fuerzas ser del tipo uno y no les sale. Yo soy de estos últimos.

Y es una mierda. Sobre todo cuando tienes que cargar el equipo de buceo que pesa un huevo de vuelta al centro desde el barco.

Semana Santa con los peces (SSclp) 1: Murcia, otro mundo


Tres chicas en un Toyota Corolla cargado de bártulos de bucear atraviesan España en mitad de la noche. Así empieza la crónica de mi Semana Santa con los peces (SSclp). Las tres (StreetGirl, Susi y yo) trabajamos por la tarde, así que no pudimos salir de Madrid hasta bien pasadas las 10 de la noche, pertrechadas de una botella de agua, chicles, las indicaciones del centro de buceo y de la Guía Campsa y un puñado de cedés.

En cuanto a la banda sonora, la primera experiencia fue terrible: un disco interminable de un tal Monchito, o Malandrín, o algo así (me confirman que el nombre es Macaco) que era un espanto (me aseguran también que es muy bueno en directo, y lo hago constar para no herir sensibilidades). Después de la canción 16 de aquel disco interminable, Susi y yo dimos un golpe de estado y pusimos uno del Canto del Loco (Susi los tenía todos) para compensar. Luego nos pasamos a The Killers, a quienes fuimos moderadamente fieles hasta la vuelta a Madrid. Pero volvamos a nuestro viaje.

Nos perdimos tres veces:

La primera, apenas habíamos salido de la Comunidad de Madrid. Las tres juramos no usar una gasolinera que no estuviera a pie de autopista, salvo casos de extrema necesidad. Media hora perdida callejeando por un pueblo… Y no habíamos hecho nada más que empezar, porque en cuanto entras en la Comunidad de Murcia entras en un universo paralelo en cuanto a señalización se refiere.

La segunda vez que nos perdimos fue al tener que tomar el desvío a Mazarrón a la altura de Alhama de Murcia. Las terroríficas indicaciones de hicieron que nos pasáramos la salida y, tras quitarnos la cara de tontas y dar la vuelta unos metros más adelante, descubrimos que, oh sorpresa, sólo es posible ir a Mazarrón si vienes de Madrid: si vienes de Almería no te dejan. Otra opción es que todos los almerienses sepan ir por instinto, porque el caso es que no hay carteles indicando por dónde se va.

Nosotras, madrileñas las tres, volvimos a hacer el cambio de sentido, para volver a nuestra posición original… y por error entramos en un polígono industrial con rotondas decoradas con terroríficas esculturas de inspiración espacial hechas de hierros de colores que nosotras imaginamos coches que, como nosotras, se habían perdido en la estepa murciana y habían decidido reciclarse y quedarse a vivir por allí.

Repetimos el doble cambio de sentido y esta vez, con la fábrica de El Pozo como punto de referencia, tomamos correctamente la salida hacia Mazarrón. Por fin, tras media hora larga, conseguimos abandonar la zona de Alhama de Murcia, a la sazón el lugar con peor olor de todo el recorrido Madrid-Mazarrón. Ya podríamos habernos perdido en una zona sin abonar. Pues no.

Y la tercera fue ya en Mazarrón, donde llegamos cansadas y bastante hasta los c*j*n*s de un viaje que ya iba siendo una hora y pico más largo de lo previsto. La guía CAMPSA no decía cómo llegar al hotel, y las indicaciones llegadas por email del centro de buceo no ayudaron nada. Tras un primer recorrido de extremo a extremo del pueblo nos paramos en un hotel que no era el nuestro a pedir indicaciones, y un buen hombre nos dijo, en el idioma de la tierra (todo con aes): "Parahá, cuanda vaás naranhah a lah lada" (Por ahí, cuando veáis naranjos a los lados).

Eran las tres y media de la mañana. Fuera de temporada, las calles estaban desiertas. No había luz en ningún sitio. Y el hombre nos decía que buscáramos naranjos. "¿Y un punto de referencia que podamos buscar?", le decía StreetGirl. "Ya tala dasha: naranhah" (Ya te lo he dicho: naranjos). Chupi.

Le dimos las gracias y emprendimos el segundo recorrido por el pueblo. Llegamos hasta el final. Dimos la vuelta para fijarnos mejor, y salimos de Mazarrón por el extremo contrario. Mierda, mierda, mierda.

Nos dio un ataque de risa colectivo y llamamos al hotel, al nuestro, a pedir indicaciones. El señor de recepción sólo atinaba a decirnos que había que encontrar el supermercado El Árbol y que si llegábamos al Mercadona nos habíamos pasado. No vimos ni una cosa ni otra, pero el buen señor nos colgó, a las 3:48 a la voz de: "Disculpe, le tengo que dejar, que tengo a alguien esperando". Sí, claro. A las 3:48.

Volvimos a salir del pueblo por el otro lado.

Se nos cortó la risa.

Nos paramos. En mitad de una rotonda. A evaluar nuestras opciones. Todo estaba oscuro y deshabitado, así que qué más daba.

Y entonces un 4x4 enorme de la poli local aparece de la nada y se para a nuestro lado y se baja una ventanilla y un tío buenísimo va y nos dice: "¿Les parece bonito pararse aquí? Están entorpeciendo el tráfico". ¿Qué tráfico? Eran las cuatro de la mañana. Mierda. El tío bueno tenía cara de querer multarnos.

Y entonces yo, que iba en el asiento trasero y no podía con mi alma, bajé la ventanilla, pestañeé un par de veces y le dije al policía con ojos de Gato de Shrek: "Señor agente, por favor, llevamos 40 minutos dando vueltas y no somos capaces de encontrar el hotel. ¿Sería usted tan amable de llevarnos hasta allí? ¿Por favor?".

El señor agente desfrunció el ceño y nos dijo: "Tenemos un poco de jaleo con unos chavales haciendo botelleo, pero seguidnos y en un momento os acompañamos". El 4x4 metió el turbo y a las cuatro y cuarto de la mañana llegamos al hotel acompañadas de la policía local. El recepcionista flipó. Y más hubiera flipado de saber que los señores agentes habían avisado a otra patrulla de que nos estaban haciendo de guías turísticos y en la puerta del hotel nos esperaba otro 4x4. StreetGirl se hizo fotos con el cuerpo de Mazarrón en pleno, incluido un cabo.

A la mañana siguiente descubriríamos que los guasones de los polis nos habían regalado un recorrido en eses por todo el pueblo, con lo que en lugar de 3 minutos tardamos 20.

Pero ya estábamos sanas y salvas. Y pudimos dormir 4 horas enteritas.
Permanezcan en conexión, en breve aparecerán en suspantallas nuevas entradas acatualizando este tema.

lunes, abril 13, 2009

Fiesta 80´s

Una amiga ha decidido celebrar su cumpleaños en un par de semanas con una fiesta de los ochenta. I panicked. Es decir, los ochenta, esos años de música molona pero estética complicada. Menos mal que al otro lado del messenger estaban Miss X y Maya, que ya estaban comentando qué hacer con el vestuario.

La opción propuesta por Maya fue la más sensata. HUIR. Tenemos las tres pendiente un viaje a Valladolid y pueblos cercanos, ¿qué mejor fecha que cuando haya simultáneamente una fiesta 80´s en Madrid? Huir a Valladolid mola y es sensato, además a nadie se le ocurriría buscarnos en Valladolid, peeero queremos a nuestra amiga y queremos ir a su cumpleaños. Con la huida aplazada hasta finales de mayo, nos lanzamos con entusiasmo a preparar nuestro vestuario

¿Por cuál de los horrores estéticos nos debíamos decantar? Hay que reconocer que la época fue prolífica en cuanto a invención de cosas antiestéticas: el abuso de la laca, los colores ácidos, las permanentes de pelo frito o las planchas que te dejaban el pelo como un híbrido de las ruffles onduladas y un señor africano tropical. Los jerseis maxi de estampados imposibles, los vaqueros desteñidos y/o con parches, los tirantes y chalecos, los coleteros y las diademas inmensas, los collares de perrito del punk.

Y lo peor, lo peor de todo, esa cosa que traspasó fronteras, que penetró en nuestros armarios sin poder evitarlo porque lo suyo fue una invasión con premeditación, alevosía y mucha maldad. Ese horror que espero que jamás regrese a mi vida. Las HOM-BRE-RAS. Sólo tres sílabas, pero cuánto daño.

En fin, que incomprensiblemente, después de haber sufrido en nuestra primera adolescencia toda esta época (y con dolor) ahora nos entra la manía del revival. Miss X, que siempre es muy apañá, encontró la información en una web maravillosa e hizo sus propuestas, con tres looks adaptados a nuestras personalidades (a partir de aquí fusilo... sigo algunas propuetas de la web).

Para ella, el look aeróbic total, tipo Jane Fonda y otras reinas del saltito:

Oh, yeah. Vamos a conseguir unas rodillas hechas polvo e incontinencia urinaria. Pero como molan nuestras mayas.

Este es el vídeo recomendado por la web, physical. Grande, grande (no lo escuchéis mucho porque la canción es horrenda... y pegadiza).

Aunque lo va a mezclar con Cindy Lauper:

Si fuera un cuadro, se llamaría "Policromía nº3".

Para Maya, el look Madonna época homeless:


Este es fácil: unos guantes de rejilla sin dedos, cruces colgadas del cuello, pañuelo atado en la cabeza, leggins, faldita y bustier.

O like a virgin guarri:



Maya, querida, consuélate, podía haber sido peor y tocarte la Madonna de los 90:


Con Be anda entre el look ejecutiva agresiva de working girl, que es medio decente en parte...


(siempre que no te inspires en este pelo)


Esta mañana temprano esquilé una oveja electrocutada y me hice un bisoñé. Es lo que más se lleva, tronca.

... y el look dinastía total.


Al menos el traje de Joan fue barato: unos conocimientos de papiroflexia, metros de papel albal y a ser mala.

No sé qué pensará Be, porque todo esto se ha pergeñado mientras ella buceaba y luchaba contra olas, bichos, resacas y demás parientes.

Pero si pensáis que el look asignado de Be, de Maya o el mismo de Miss X es feo, es que no habéis visto el mío:

¡Reina de promoción 1983!


No sé si decantarme por ser la de enmedio de la fila de arriba o la de la derecha de la fila de arriba.

Aunque puedo decir que combina perfectamente con mi cetro de la cursilidad.

jueves, abril 09, 2009

Llamando a la mala suerte

El jueves pasado batí todos mis records. Me iba esa noche a Barcelona, justo después de rematar unas cosas en el instituto y como no me daba tiempo a pasar por casa me fui al trabajo maleta en ristre. Camino al curro, perdí todo lo perdible:

- Perdí el autobús, al que vi irse.

- Perdí el cercanías, al que vi irse.

- Llegué al metro y el último vagón desaparecía en el túnel.

Totalmente frustrada, mientras esperaba el siguiente metro me acerqué al señor de la cabina de la once para comprarle un cupón. No suelo hacerlo, pero la reacción en cadena se lo merecía.

- Holaaa, anda, dame un cuponcito para el viernes, que con la mala suerte que estoy teniendo... - ahí conjuré a la mala suerte, por ser una drama queen, estoy segura, y me persiguió el resto del día.
- ¿Cómo puede decir una nena con una sonrisa tan bonita eso? con lo guapa que eres... - sí, era un vendedor de la once y era ciego. - toma un cupón. Y el lunes me invitas a una copa y un puro.

- Jajajaja, si toca...

- Te va a tocar.

Con la maleta, el cupón y la esperanza de ser millonaria me metí en el siguiente metro. En el instituto (al que a pesar de todos los pesares llegué sólo trece minutos tarde) mis chicos me asaltaron en busca de las notas y se acabó mi curro. Intenté sacar la tarjeta de embarque por internet, pero desgraciadamente la red del insti se había caído y no pude, así que remoloneé un rato y me fui hacia el aeropuerto. Volví a perder los metros que me llevaban, pero como iba con tiempo...
Cuando llegué al aeropuerto y presenté mi localizar, la azafata me miró y me dijo:

- Tu vuelo a Barcelona está cerrado.

Se me paralizó el corazón. ¿Cómo que estaba cerrado, si había llegado de sobra? La compañía meses antes me había mandado un mail diciendo "tu vuelo se adelanta 15 minutos" pero estaba ahí contando con ese adelanto. Me llegaron todas las lágrimas del mundo a los ojos, se me cerró la garganta con un nudo marinero y con la voz del padrino intenté averiguar qué había pasado. La azafata me mandó al stand de venta de billetes.

Ahí me encontré con la (horrenda señora) profesional azafata de tierra que me dijo que yo tenía una información errónea (esa que ellos me habían dado) y que había perdido el vuelo porque se había adelantado una hora y cuarto, no quince minutos. Yo tenía claro que el vuelo se había ido sin mí y lo único que quería era preguntarle a la buena señora si en esa compañía había algún vuelo más esa noche. Pero me tropecé con una partidaria de "la mejor defensa es un buen ataque" y la azafata, que debía haber recibido millones de broncas y debía estar bastante resentida, empezó a subirme la voz.

- Disculpe, es que he perdido el vuelo porque...
- ¡SEÑORITA, CÁLMESE!

Yo, que había mantenido mis lagrimones a raya dentro de mis ojos (más o menos... sólo cayeron un par) y que no me salía ni un hilillo de voz por el puñetero nudo en la garganta, no daba crédito.

- Pero si yo sólo...

- ¡SEÑORITA! TRANQUILÍCESE DE UNA VEZ.

- Yo, yo... - saqué la cara seria, porque si hay algo que me indigne es que me digan que me calme cuando estoy calmada - señorita, que no le voy a echar la bronca. Que voy a reclamar por la mala información que me mandaron, pero no ahora. Simplemente le quiero preguntar si hay otro vuelo a Barcelona ahora.
- Ah, bueno. No, no hay otro. Y el primero de mañana cuesta 150 euros - me dijo con cara de triunfo.
- Gracias, no lo quiero.
Me retiré, mandé mi dignidad al carajo y empecé a sollozar como una cría chica (a mi edad... si es que no tengo remedio) y llamé a mi chico.
- Buaaaaaaaaaaaaa, que-que-que... no voy a poder ir a Barcelona. - pausa dramática en la que mi chico se imaginó accidentes nucleares, terremotos y tiburones en el Manzanares - es que he perdido el avióooooon. - va siendo algo normal que el santo de mi novio tenga que lidiar con una cosa mocosa y sollozante al otro lado de la línea.
La media hora siguiente se pasó con esta Misia llorando de un puesto a otro de compañías de avión, preguntando precios de billetes. Cuando el azafato de Iberia me dijo que el billete Madrid-Barcelona costaba 247 euros, mis buaaas se redoblaron, no sólo por haber perdido el avión sino sobre todo por el intento de atraco a mano armada.
La historia acabó cuando mi chico me llamó para decirme que había conseguido un billete para el día siguiente a primera hora de la mañana por un precio razonable. Y juro que no vuelvo a decir eso de "hoy tengo muy mala suerte".
- Bueno, amor, ya tienes otro post.
- No lo pienso contaaaar, que es muy vergonzante y he hecho mucho el ridículo.
Pues eso.
Post-Post: Y me tocó el reintegro del cupón. Felices vacaciones a todos.

miércoles, abril 08, 2009

Última voluntad (por si las olas, las resacas/corrientes y los bichos)


Yo, Be, mayor de edad y en pleno uso de mis facultades físicas y psíquicas (hasta donde me es posible) expreso mi deseo de que, en el caso de mi fallecimiento durante esta semana del orgullo zombi (aka Semana Santa) a manos de la ola, la resaca/la corriente o el bicho, o más probablemente mi torpeza porque me haga un lío con los tubos y los pesos y las roscas, las siguientes personas reciban los siguientes legados:

Mi hermana Ro, mi Sandman.

Mi hermana Merilein, todos mis libros de paranormal romance (incluso los que están en inglés: no los entenderá pero las portadas son chulísimas).

Xisca, mi vestido de granjera modernuqui (que le sentará de vicio).

Isabelo, mis zapatos rojos con lacitos.

Sheena, el vestido negro que quiera de entre los doscientos que tengo.

Mis hermanas, el resto de mi ropa y zapatos.

Lorz, mi tiara y todas mis versiones de Pride&Prejudice.

La Perri, mi dvd de St. Trinians. Y el autorretrato que me pinté con 4 años en el que parezco un clic de playmobil.

La dra. Parrish, las cinco pelis de amor que prefiera de entre mi colección de dvds.

Miss X, el SingStar Caspa y el SingStar Abba.

Noa, los tres cedés que quiera de mi colección (con lo petarda que soy, me extrañaría que quisiera alguno más).

EmeA, los tres cedés que quiera de mi colección (con lo petarda que soy, igual hay algo que le mola).

Efe, todos los libros y tebeos que quiera llevarse de mis estanterías (con lo vago que es dudo que sean más de 4 o 5 pero igual aún no tiene el último de Liniers), los peluches de ranas que quiera y un librito rojo que está en el cajón de mis braguitas. No, ahora está en la caja de "recuerdos bonitos y tristes que había que quitar de en medio"... Bueno, pues toda la susodicha caja.

iBoy, todos los libros que quiera de mis estanterías, y todas las fotos que quiera de mis archivos.

El capitán Achab, mis libros de Thursday Next.

Sark, mi juego de té de Tarta de Fresa.

Cattz, una de mis varitas mágicas: la plateada o la rosa, la que ella prefiera.

El Hombre Malo, mi agenda de teléfonos con los números de todas mis amigas.

Somo, mi porra telescópica y la segunda copia de mi agenda de teléfonos con los números de todas mis amigas.

Redronin1b, la pegatina de Goodbye Kitty que le gusta.

Gus, el chisme de metacrilato, la rana que prefiera de entre los miles que hay en mi cuarto y la foto en que salgo con la camisa de cuadros que llevaba cuando nos conocimos allá por el jurásico.

El resto de mis bienes materiales pasarán a ser de mis padres, una vez mis hermanas hayan hecho desaparecer el bolsito rosa con forma de corazón de barbie y todos sus contenidos, cuya contemplación causaría la muerte prematura de mis progenitores y del que Ro y Merilein pueden disponer como buenamente quieran.

En el caso de que no me exploten los pulmones, no me olvide de respirar mientras buceo, no me maten la ola, la resaca o el bicho... o salga de la experiencia con algo leve, tipo enamorada de un rape (o sea, casibien), este testamento quedará sin efecto y se procederá a la elaboración de uno nuevo cuando proceda.

Madrid, a 8 de abril de 2009.

Es que ha sido leerme el manual de buceo para el examen y darme cuenta de que debajo del agua si te equivocas, te mueres. Espero veros a todos el lunes, pero vamos, por si acaso.

martes, abril 07, 2009

Las TriTroias


Tengo pendiente desde hace tiempo hablar de las TriTroias.

En realidad ya he empezado, porque las TriTroias encajan exactamente con cómo he descrito genéricamente a mis amigas en otro post. En concreto me refiero a las otras dos TriTroias, porque "tri" viene de "tres" y ya habréis deducido que yo soy un tercio del colectivo. Las tras dos partes de la banda son Perri y Noa.

Son dos tías listas, interesantes, humanas, reales, fuertes, frívolas cuando toca y serias y profundas cuando toca, guapísimas pero que consideran más importantes sus activos intelectuales que los físicos.

Nos conocimos en el Master del Universo (un gran año), y nos hicimos amigas. No de golpe, ni las tres a la vez –con La Perri fue poco a poco, a base de viajes en metro, bandejas de comida, taquillas y tai-chi… y con Noa todo empezó pasando frío mientras hacíamos un repor en Extremadura–, pero fue de verdad; y pasado el tiempo nos hicimos TriTroias y aquí estamos.

La Perri es preciosa, tiene los ojos más bonitos del mundo y un estilo personalísimo y taaaaaan guay. Le encantan los cotilleos y es tan nazi como yo. Sabe cosas y sabe contarlas; y sabe escribirlas, escribe como poca gente. Jamás la he escuchado hablar mal de una amiga, pero tampoco finge si algo le parece mal. Aguanta la cerveza como un tío de 90 kilos y tiene una sensibilidad a los abrazos curativos superior a la media.

Noa es espectacular, guapísima y elegante. Sabe seducir con una mirada, con un movimiento, yo creo que podría hasta usando únicamente el codo. Es una maestra de los racas, ¡ella inventó el concepto! Le interesa todo lo que ocurre a su alrededor, es inquieta, perfeccionista e independiente. También es sensible, a muchas cosas. Necesita la cultura para sobrevivir, le dan pánico las pelis de terror y es imposible no quererla.

Las dos me dan capones cuando me los he ganado, me abrazan cuando lo necesito y simplemente me escuchan cuando me hace falta.

Y aquí estamos, compartiendo cervezas, charlas sobre el amor y esas cosas, brunches, debates filosófico-sexuales, tés, cotilleos de trabajo, emails, kilos de sushi, desamores, horas de teléfono, helados, lloreras, claves sobre moda, daiquiris, ataques de celos irracionales, celebraciones, dudas sentimentales, consejos, controles de daños, huevos rotos, sesiones de destrucción masiva cada una con su arma (hachita, bate de purpurina y apisonadora rojo cereza), dronjas, cafeses, rebajas y miles de dinámicas como ésta.

Y tres cuartas partes de blog (aunque a veces no se note, ¡perracas!). Y las quiero un huevo.

Que nadie se piense que Misia, el cuarto restante de QaD, ha sido marginada en la realización de este post. Permanezcan a la espera del siguiente post de la serie Amigas.

lunes, abril 06, 2009

Karma de camaleón


-Me encanta cómo escribes. Me encanta cómo hablas. Me encanta que te interesen el mundo y las cosas de la vida. Me encanta que te preocupes de tus amigos. Me gusta hasta tu complejo de hermana mayor que hace que te eches al hombro los problemas de los demás. Me gusta que te apasione tu trabajo. Me gusta cómo hablas de las cosas que te gustan. Me encanta tu forma de entender el sexo. Me encanta que puedas ser a la vez la mujer más dulce y la más guarra. Me encanta tu risa. Me encanta tu voz. Me encanta cuando cocinas. Me gusta tu casa, tu cuarto, tu ropa (menos el vestido verde de granjera gafapasta, juas). Me encantas tú. Tienes una serie de cualidades que te hacen única (ojalá se pudieran "copiar y pegar"). Tienes una capacidad de adaptación tremenda. Tienes un don para enfrentarte a las situaciones que no puedes cambiar, o para aguantar mientras descubres cómo hacerlo. Eres una superviviente.

No es una declaración de amor, no es un motivo para sonreír, no es un comienzo. Es más bien un psicoanálisis, un final, una señal. Una mala.

Es una mente preclara y me conoce bien. Lee en mí como en un tebeo. Yo lo sé, y sé que adaptarse no es conformarse, y no quiero querer algo que no puedo tener. Quiero estar contenta con lo que tengo. Quiero ser feliz.

Y es verdad: soy una superviviente. La adaptación ha comenzado.



Aparte de que Ele (de Loquera) me ha dicho que haga el favor de dejar de meterme en líos, y voy a intentar hacerle caso en esto...

viernes, abril 03, 2009

Petulantes Porteras Periodistas Casadas (PPPC)


La soltería tiene cosas curiosas…

Que me perdonen los bridgetdetractores, pero para la escritura de este post es imprescindible citar –de nuevo– El Diario de Bridget Jones y uno de sus conceptos más revolucionarios: los Petulantes Casados.

Los Petulantes Casados son esos seres que, emparejados desde hace tiempo, miran a los solteros con superioridad, distancia ignorante y cero empatía. Son esos que te dicen: "No te preocupes que ya encontrarás a alguien" (Preocupada lo estará tu puñetera madre, o si acaso la mía). Los que te preguntan "¿Por qué no tienes novio?" (Bridget dijo que porque debajo de la ropa estaba llena de escamas, yo diría que para qué, si antes que un novio/marido como el suyo prefiero arrancarme mi propia mano a mordiscos y comérmela). Los que te preguntan "¿Cuánto llevas sin frinkar?" (Oh, nena, tú no quieres saber la verdad... ¡Tú no puedes soportar la verdad…! Y tú, nene, sí quieres saber la verdad ¡pero para pensar guarrerías por la noche! ¡Y paso!). Yo creo que se aburren mucho.

Bueno, os hacéis una idea.

Y yo, que soy bastante tolerante cuando no me da la vena nazi o las ganas de sacar el bate de purpurina a pasear, pues en principio paso porque estoy igual pero a la inversa. Últimamente me encanta mirar a mis amigos que se quieren, y el otro día interrogué a Xisca sobre los orígenes de su relación con Isabelo (en serio, niños, romanticismo guarro total: me encanta el amor y quiero que estos dos me adopten).

Pero es que hay veces…

Por ejemplo, ayer en mi radio se unieron dos conceptos terroríficos: los Petulantes Casados y las Porteras Periodistas.

Para poneros en antecedentes, la noche anterior yo había quedado con un chico a cenar. Y ayer llego (tarde) al trabajo y…

Be: ¡Buenas tardes, chicas!
Todas: Buenas tardes, Be.
Superjefa: ¿Qué tal la cena de anoche?
Be: Pues muy bien.
Superjefa: ¿Con quien habías quedado?
Be: Con un amigo.
Superjefa: Ya, pero ¿con qué amigo, alguno que conozca?
Be: Con un amiiiiiiiiiiiigo.
Parker: Con Pepito.
Superjefa: ¡Con Pepito! (A Parker) ¿Se lo está tirando?
Parker: Y yo qué sé, pregúntaselo a ella.
Superjefa: ¿Te lo estás tirando?
Be: ¿Pero Superjefa, qué dices?
Superjefa: Que si te lo estás tirando.
Be: Yo-no-mes-toy-ti-ran-doa-na-die.
Superjefa: Pues deberías. Por tu salud mental, y eso.
Todas: ¡JAJAJAJAJA!
Be: Flipo con vosotras.
Superjefa: ¿Entonces la cena bien?
Be: Fantástica.
Gemi: Es que tenían algo que celebrar.
Superjefa: ¿Ah sí? ¿Qué?
Be: ¿Escucháis mis llamadas? No me hablo con vosotras.
Parker: La despedida.
Superjefa: ¿Qué despedida? ¿Se va?
Gemi: De viaje. Un mes o así.
Superjefa: ¿Y esta noche sales?
Be (porque a quién le va a hacer la preguntita si no): Sí…
Superjefa: ¿También con Pepito?
Be: No… ¡Que no me hablo con vosotras!
Parker: Es que Be tiene muchos planes últimamente.
Superjefa: ¿Cuántos?
Gemi: Pues unos cuantos… Pepito, Juanito, Pedrito…
Parker: Pablito, Manolito…
Be: ¡Niñas! ¿Queréis parar?
Superjefa: ¿Y no te tiras a ninguno?
Be: Que va, quedo con ellos para que tengáis tema de conversación por las tardes.
Parker: Be no se tira a nadie, Be se los frinka.
Gemi: ¿Y con quién hablabas el otro día?
Be: ¿Qué día?
Gemi: Ya sabes, cuando te tocaban nosequé canción por teléfono.
Be: Ah. Con Pablito.
Parker: ¡Te lo dije! Gemi, me debes 5 euros.
Superjefa: ¿¡Habéis hecho porra y no me habéis avisado!?
Be: ¡Ya está bien!
Gemi: ¡No vale! ¡Yo votaba por que era con un corresponsal!
Be: Oye, en serio, ¿no tenéis trabajo que hacer? ¿El programa de hoy, por ejemplo?
Superjefa: ¿Pero no nos lo vas a contar? ¿Con cuántos sales? ¿Con cuántos entras? ¿Cómo son, qué edad tienen, a qué se dedican, quieren casarse contigo? ¿A cuántos te frinkas?

Así que sólo pude hacer una cosa: MENTIR.

Be: Mirad, Superjefa y compañeras PERRACAS. Yo me estoy recuperando de una ruptura traumática y terrible (¡JA!). Así que, de momento, entro y salgo con amigos, ceno con ellos, voy a sitios, paseo, hablo… y me lo paso bien. Y pienso seguir así hasta que esté mejor. Si os parece bien.

La madre que las trajo. Decir no dijeron nada, pero las caras de decepción de mis pequeñas PPPC hablaban por sí solas. Menuda primavera me espera.

La soltería tiene cosas curiosas… ¡cómo me las voy a querer perder!