miércoles, febrero 28, 2007

Los Chungos de Nuestra Vida: El Primero

Continuamos el repaso a los Chungos de la Vida de las Lectoras de Quédate A Dormir con esta escalofriante historia que nos ha enviado Gato.

No es el más chungo de los chungos, pero tuvo su gracia. Ahora que me he puesto a recordarlo, creo que no sólo era chungo el chico… es que la época y yo eramos muy chungas también.

Es la historia de mi primer novio. Me duró nueve días… pero eso es adelantarnos a los acontecimientos…

En aquella época gloriosa yo contaba con catorce años. Vivía en una urbanización cercana a Ogíjares, bonito pueblo de la geografía granadina. Mis padres no me dejaban salir en Granada capital, así que todo lo que podíamos hacer mi amiga y vecina Nadia, y yo era salir en Ogíjares. Y como en todo pueblo que se precie, en Ogíjares había UNA DISCOTECA.

Ya sabéis, de esas bonitas, con bola de reflejos en la pista, con una decoración chunga de espejos encastrados en la pared formando franjas diagonales sobre un color salmón espantoso. Sofas de cuero rojo. Luces de todos los colores. Camarero cateto de pueblo chungo y chuleta que te perdona la vida cuando te pone la cerveza porque eres menor de edad.

Ya lo sé. De allí no podía salir nada bueno. Pero yo era joven, ese momento de la juventud en el que lo único que puede hacerte feliz es la palabra “sábado”. Creo que me entendéis.

Yo estaba superando que el tonto de Agustín no me hacía caso. Agustín era el guapo de la urbanización. Aspecto de James Dean en moreno. Era un chico muy tímido. Yo hice la estúpida deducción de que era muy cortado pero luego tenía una intensa vida interior. No, chicas, no os confundáis. Si un chico guapo no habla, es probable que no sea tímido y mono, es probable que sepa que es tonto del culo y prefiera callarse. Así liga más. Era el caso de Agustín, que el pobre era tonto. Aún recuerdo cuando Ana sí consiguió salir con él y se fueron por las huertas y Ana se tiró encima de las panochas de maiz para insinuarse. Volvía del campo con aires de orangután cabreado, con pajas enganchadas en el pelo y le dijo a mi hermano Fafo con una poderosa mezcla de frustración e indignación: “¡no m’ha hecho ná!”. Así era Agustín.

Pero me estoy desviando, porque el protagonista de ésta historia es Alejandro. Jandro para sus amigos -debí sospecharlo en cuanto supe el diminutivo, pero ¿debo recordaros que era joven e impresionable?-.

Yo, desengañada y despechada porque el tonto de Agustín pasaba de mí. Y aparece Jandro, un chico del pueblo, que trabajaba -no me preguntéis en qué… pero pronto os imaginaréis en qué no- y había hecho algunos extras como modelo, y le da por fijarse en mí. Sí, modelo, le habían llamado para un par de catálogos chungos, también, de ropa y había desfilado. Era alto, moreno de piel y de pelo, ojos verdes, mentón fuerte, perfil griego… muy guapo. Y era muy tímido. Sí, ya lo sé. También esto me debía haber hecho sospechar, tras la experiencia de Agustín, pero… yo era joven e impresionable.

El momento estrella en la discoteca sabéis cual era. Si hay gente de mi generación recordarán que se bailaba corriendo falsamente sobre la misma baldosa, como si estuvieras sobre una cinta en un gimnasio, y adelantando y atrasando los puños cerrados en perpendicular al tronco. Cuánto arte. Sí, la canción era ésta:

Yo entonces aún no había empezado a cuidar niños; no ganaba dinero con el que comprarme ropa y tenía que fangarles la ropa a mis hermanas mayores. No era intencionado, pero podía pasar perfectamente por otra más del pueblo. Leggins de los que se enganchaban con una goma en los pies. Zapatos de punta de payaso. Camisa y jersey amplios por arriba, suficientemente grandes como para taparme el culo astral. Coletero de tela en la cola de caballo. Flequillo esférico. Brutal. Era joven e impresionable. Y hortera ni te cuento. Y ahí estaba bailando éso. Qué valor.

Tampoco debí de fiarme de Aejandro por fijarse en mí en esas condiciones. Igual que Groucho Marx dijo que no pertenecería jamás a ningún club en que le admitiesen como socio. Pero ahí estaba. Alejandro me miraba y las amigas del pueblo de Nadia, que le conocían, se me iban acercando.

- Oye tú, que dice el Jandro que le pareces guapa.
- Ah -era una adolescente acomplejada que no acepta piropos porque seguro que eran falsos-. Pos vale.
Se volvían para el Jandro y le contaban. Volvían a venir.
- Oye, Gato, que dice el Jandro que le gustas. Que le gustas mucho.
- Dile que gracias, pero que no le conozco.
Se volvían para el Jandro y le contaban. Volvían a venir.
- Oye, que dice el Jandro que quiere conocerte. Ven que te lo vamos a presentar.
Y me arrastraron cada una de un brazo.
- Gato, Jandro, Jandro, Gato.
Nos dimos dos besos y nos quedamos mirando con cara de “habla tú”. Pero no hablamos. Los de alrededor nos miraban y se descojonaban. Al final Jandro se me puso al lado y me empezó a decir.
- ¿Tú de dónde ereh?
- De ahí de los cerezos, al lado de la calle Salinas.
- Ah. Yo vivo aquí abajo, por donde la farmacia.
- Ah. Mejor, aquí pasan más autobuses, ¿no?
- Sí, pero como trabajo aquí, casi no voy a Graná.
- Ah. Qué bien.

No es que me sintiera con un dardo en el corazón, pero dije “bueno, igual me tengo que dejar de romanticismos. Que no voy a ligar en la puta vida. Además, el tío está bueno”.

Salimos a la puerta y me cogió de una mano. “Que si quieres salir conmigo”. Parecía que se lo soplaban los amigos a la oreja, al pobre. Fue patético, pero lo que le contesté fue: “Bueno”. ¡Ahá, Ahora iba a saber lo que era salir con un tío! ¡¡Ahá!!

Me sonrió y me dio un beso en la mejilla. Después se puso colorado y se fue.

Al sábado siguiente, Nadia me dijo que se había encontrado al Jandro y le había dicho que nos veíamos en la discoteca. Que teníamos que ir. Repetí legguins pero me puse otro jersey que me costó unos cuantos gritos de mi hermana Oña, y terminé el efecto con brillo en los labios. Matadora.

En la discoteca, el Jandro me mandó recado con las del pueblo.

- Que dice el Jandro que vayas.
- Dile al Jandro que venga él si quiere, que yo estoy bien aquí.
Se volvían para el Jandro y le contaban. Volvían a venir.
- El Jandro está mosqueado, porque tú no vas. Dice que si es que no te acuerdas de que estáis saliendo.

Me sentí culpable y fui. Jandro me sonrió y me volvió a coger la mano. Me dijo “¿Nos sentamos?”, pero la pregunta era retórica porque me había hundido en uno de aquellos sofás de los que jamás quisiera saber en un capítulo de CSI. Recordad, discoteca de pueblo.

Entonces fue cuando me desveló su verdadera personalidad. Era tonto del capirote. Yo escuchaba, asentía y sonreía, pero no podía decir nada. Ahora lo comprenderéis.

- Eres muy guapa.
- …
- Eres… la más guapa que hay ahora mismo aquí -y paseando la mano en plan torero- en todo este sitio.
- …
- Dame un beso.
- Me da vergüenza.
- Venga, en la cara.
- …
- Venga…
- Muack.
- Eres… la más guapa que hay en el pueblo. Que nadie se meta contigo que le pego. Si alguien te insulta o te dice algo… me avisas, que me lo cargo.
- ¡…!
- Yo te defiendo, ¿vale? Si alguno de éstos dice… dice que su novia es más guapa que tú, le doy, ¿saes? Que es más guapa que tú, qué tontería. Vamos, que tengo una pistola en casa. Que cojo la pistola y me lo cargo.
- ¿Me puedo ir con Nadia a bailar?
- Vale, pero que yo te vea.
- …

Nadia me convencía mientras tanto de que Jandro era muy buena gente. Si estaba claro. No era violento. Sólo gilipollas. Al salir de la discoteca me agarró de la cintura y me besó. Un beso torpe, apretado y sin lengua. Yo hice palanca con las manos y me separé.

- ¡Qué vergonzosa eres, jajaj!

Y Nadia y yo nos fuimos.

El domingo le escribí una carta. “Lo siento, pero ya no me gustas. Perdona si te hago daño, pero corto” decía, básicamente. Pa un tonto, un apoyaor, que dicen en mi pueblo. Se la dí a Nadia. Nadia se cabreó de llevar una carta de cortar al Jandro y me dijo que era la última vez que hacía algo así. Yo le garanticé que no volvería a suceder. La próxima vez trataría de hablar con el tipo en cuestión un par de minutos al menos, antes de aceptar una invitación a salir. Sí, sería mejor.

Estos fueron mis inicios con los hombres. Lo que explica muchas cosas.

Y es que como bien decía mi abuela, quién mal anda, mal acaba…

martes, febrero 27, 2007

Se avecina una nueva catástrofe

Egpaña lo ha vuelto a hacer. Esta tarde estaba plácidamente durmiendo la siesta y al abrir el ojo me encuentro una visión terrorífica: la Nieves Horrores entrevistando a estos:


NASH: recorrieron todos los confines de Chueca para reclutarles... les tunearon con rimmel, raya de ojo, tinte y ropa ¿modernuqui?... les pasaron por la vaca lamedora... les centrifugaron la sonrisa... y ya están aquí

Oigo que son los nuevos representantes de España en Eurovision. Me revuelvo inquieta en el sillón y todo empeora: ¡hacen el playback de la canción que llevamos a Helsinky! ¡Qué sosa, qué aburrida, qué cosa! Y cuando pensé que no podía ser peor... ¡me equivoqué! ¡CANTARON A CAPELLA! fatal, los pobres. Como lo hagan así en Eurovision, nos echan a patadas de Finlandia. O nos ignoran todos los países y acabamos con un siru points de cómputo global.
Chicos, tendréis que currároslo un poco más, pero no os preocupéis: aún tenemos en la retina esa espantosa actuación de las ketchup, así que no será difícil que lo hagáis un poco mejor (aunque sea sólo un poquito mejor). También es posible que cumpláis la máxima de que todo es susceptible de empeorar. Um... desenlace, en un par de meses.
P.D. Jijiji, hasta he dudado en si debía incluir este post en la categoría "música". Jijiji.

lunes, febrero 26, 2007

¡No puedo con ellos!

Hay dos artistas a los que he tenido desde joven hasta en la sopa y ligados a los chicos de mi entorno: Bunbury y Calamaro. Siempre he tenido cerca un amigo y/o novio al que le apasionaba su música. Creo que el 80% de las personas a las que he oído decir "me mola mucho Bunbury y/o Calamaro" son tíos (y, ojo, esto es una generalización, también habrá bastantes chicas a las que les guste).
No me gusta la música de ninguno de los dos (excepto alguna canción suelta) pero durante años he seguido su trayectoria de forma totalmente involuntaria:
- Mi primer novio me recogía en su coche con "salomé ieeeee... salomé iaaaaaaa".
- Mis amigos de la facultad se llevaban las manos a la cabeza y se mesaban los cabellos cada vez que pronunciaban el santo nombre de Calamaro. Y me recitaban las letras, usándolas como argumento de autoridad, como si fueran citas de Aristóteles, de Einstein o del libro gordo de Petete.
- Otro novio me regaló "alta suciedad" de Andresito en un vano intento de que su discografía me molara.
- En un viaje a Granada el Cabaret de Bunbury fue la banda sonora ¡durante cinco días seguidos! (y mi mente ha borrado todas esas canciones... ¡qué sabia!). La excusa del dueño del coche fue que se le habían olvidado el resto de cds. JA.
- Otro de mis ex me hizo escuchar hasta la saciedad el disco dos del salmón de Calamaro (el salmón tenía la friolera de cinco cds de golpe... según él, sólo los verdaderamente fans apreciaban esa "joya" del número dos, escondida entre los otros cuatro cds. A mí me parecían todas las canciones exactamente iguales: las del dos, las del cinco... me podría haber cantado Calamaro la Biblia en verso, que a mí me parecía todo idéntico).
- En mi último viaje a Segovia, dos especímenes masculinos discutían si "Puta desagradecida" sería una buena elección para deleitar a la audiencia femenina. En castigo, un guardia civil nos paró y nos hizo un control de estupefacientes.
Aclaro: nunca me molestó que me pusieran esa música en el coche porque les gustara. Lo que siempre me ha fastidiado es que muchos de esos chicos, aunque supieran que NO me gustaba esa música, estuvieran convencidos de que me estaba perdiendo una gran experiencia sensorial y que debían colármelos como fuera. Porque claro, si no le gustan es que no les conoce. Pues no, majo.
He declarado mi casa y mi Bichito territorio libre de Bunbury y Calamaro. Cualquier cd o dvd de dichos individuos que entre en mencionados espacios, se destruirá por combustión espontánea (espontáneamente Misia hará una pira con ese material censurado. Bichito contribuirá con un chute de gasolina).

martes, febrero 20, 2007

Los Chungos de Nuestra Vida: El Nazi

Ahora tengo un novio encantador que me quiere mucho, me llama “Amó”, me hace dibujitos y me dice “vete al peo” de vez en cuando, pero una vez, hace muchos, muchos años, tuve un chungo. No, perdón, un Chungo, con mayúscula.

Era moreno, guapete, bajito, interesante, como un extraño híbrido entre Rafa Pascual y Lord Farquaad. Íbamos juntos a algunas clases, pero no nos conocimos en la Universidad sino en el bar mexicano cercano a la Plaza Mayor al que ambos acudíamos a beber margaritas. Vino hacia mí y dijo: “¿Tú no estás en mi clase de Periodismo y Ficción?”. Hablamos de profesores, de Poe (Edgar Allan), de fiestas temáticas, de los Smiths y de Londres, y nos intercambiamos los teléfonos.

Durante las semanas siguientes, mientras terminábamos los exámenes, me grabó un montón de cintas (¡parecían los 80!) de grupos ingleses molones. Entonces llegaron las vacaciones. Yo me fui a Pamplona para pasar San Fermín en casa de una amiga y luego a la playa. Él se fue una semana a Francia. Yo conocí a un colombiano guapísimo y él se lió con una francesa. Y para mediados de Agosto ambos estábamos sin pareja.

Y un día me llamó para salir. Eran las fiestas de su barrio y, casualmente, mi cumpleaños (que yo había celebrado un par de días antes). Salimos, conocí a sus amigos, bebimos mojitos y champán rosa, hablamos de La Bola de Cristal (cuando aún no había vuelto a estar de moda), de Sylvia Plath, de The Cure. Pintaba bien.

Pero yo no lo veía claro. Parecía un poco tajante al hablar.

Establecimos una dinámica de citas de lo más americana. En plan tranquilo. Salíamos por ahí, hacíamos cosas guays como fiestas toga, escuchábamos en bucle “Take this waltz” de Leonard Cohen.


Pero yo seguía sin verlo claro. A veces sonaba elitista e intransigente.

Y un día organizamos una fiesta Barbara Cartland en casa de mi amigo I. Queríamos hacerlo antes de que la buena mujer se muriera. Todo iba a ser rosa: la decoración, la ropa, la comida, la bebida, hasta la música si podíamos. Y le invité.

Llegó con dos amigos, los tres vestidos de cualquier color menos rosa. Él concretamente llevaba una camisa de moderno de color negro que tiraba para atrás. La amiga de una amiga, nacida y criada en Andujar (Jaén) y en ese momento miembro de las Fuerzas Armadas (en concreto, del cuerpo de Caballeros Legionarios Paracaidistas) exclamó al verle:

-¡Chiquiyo! ¡Pero si llevah camisas de muhé!

La fiesta empezó con mal pie.

Decidió odiar a la Leidi Legionaria. Decidió enemistarse con el anfitrión y casi se pegan. A otra invitada le dijo que el color del que iba vertida no era rosa “sino rojo puta”. Durante los juegos de confraternización soltó tantas barbaridades que una amiga le dijo:

-Madre mía, eres neonazi.

Y el contestó:

-De “neo” nada.

Me quedé ojiplática. Cuando unificamos el sarao con los del piso de al lado, que tenían fiesta propia -aunque mucho menos rosa-, me dediqué a confraternizar con los vecinos y pasar de él bastante. Eso sí, cuando nos fuimos a dormir (3 de nosotros apretujados en la cama de I.) me pillé un berrinche monumental al más puro estilo Drama Queen.

-¡Eso era! ¡¡¡Es nazi!!!

Y además un pedante subnormal, lo que es casi peor.
No fui la única en pasarlo mal aquella noche… Mi nazi y sus amigos se ofrecieron a acercar al centro en coche a una de mis amigas. Pachi acababa de llegar de Irlanda (vive en Limerick) y se quedaba en casa de su tío. A la mañana siguiente me llama:

-Ay, Be, qué mal rollo anoche. ¡No pasaba ni un taxi! ¡Y la gente me decía cosas!

Los muy chungos la habían acercado al centro, sí, pero eligieron bien la calle en que la dejaron. Por lo que me contó dedujimos que era Montera (a todo el mundo le suena la calle Montera, ¿no?). Mi amiga iba vestida para la fiesta Bárbara Cartland, con un vestido rosa cortito con plumas en el cuello y botas -rosas también- de tacón alto. Menudos cabronazos.
Cuánto despropósito todo junto… Y es que no era coña. Llevaba insignias que yo pensaba que eran runas pero eran símbolos nazis. Esvásticas no, cositas como éstas:
No volví a contestarle al teléfono, aunque sí le saludo educadamente cuando me lo encuentro por ahí. Pero durante meses quise matarlo.

Además, el muy chungo se quedó con mi vinilo de la B.S.O. de Barrio Sésamo, que me costó años -y un barrido a fondo de todas las tiendas de discos de segunda mano de Madrid- recuperar. En fin, un Chungo de campeonato.
ACTUALIZACIÓN: Pero vamos a ver, ¿qué puede haber más chungo que un nazi cuyo escritor favorito es Oscar Wilde (gay) y su músico preferido Leonard Cohen (judío-budista)?

Losing Bichito II

- Aaaaay, que nervios... ¿Estará bichito en su sitio o se lo habrá llevado la grúa? vamos rápido, que me está entrando la histeria por ver si está- caminando rápido.
- ¿Qué?
- Es que como ayer la grúa estuvo a punto de llevarse a Bichito, ahora me he emparanoiado y me da miedo que no esté.
- Misia, guapa... La grúa no estuvo a punto de llevarse tu coche: estaba bien aparcado, tenía ticket de parking correcto, no estaba en un vado y no hubo ninguna mudanza, rotura de cañerías o catástrofe natural que hiciera necesario que la grúa moviera tu coche de sitio. Así que la grúa NO estuvo a punto de llevarse tu coche.
- Jo.
- Riing... -(bueno, no faltemos a la verdad: "tachantachan, tachantachan, tachantachan, chaaaaaaaaaaaan"- que traducido al idioma música es "Enjoy the silence" de Depeche. Bueno, y que, todos tenemos nuestro puntito algo ñumpf).
- ¡Mamá!... sí, bien, aquí todo bien... bueno, no te lo vas a creer: ¡la grúa estuvo a punto de llevarse mi cocheeee!
- Grrrrr...
Dice Anómalo que no hay que dejar que la realidad estropee un buen chiste.
Pues bien:

Corolario a las leyes drama-queen:

"Nunca dejes que la realidad te fastidie un buen drama".
Pues eso... ¿¿¿os he contado ya que la grúa estuvo a punto de llevarse a mi pobre Bichito???

lunes, febrero 19, 2007

Cuando Dios cierra una puerta...

...abre una ventana.
The Sound of Music (Sonrisas y Lágrimas) es una peli básica en la vida de cualquier chica. Yo la vi en el teatro antes de cumplir los 6 años -lo cual explica muchas cosas-. También la vi una vez con dos amigas alemanas que no la conocían y a las que les dejó de molar en la segunda parte, cuando aparecieron los nazis. Les cambió la cara y preguntaron que qué tenía eso que ver con el resto de la historia, y yo les expliqué que es que la peli está basada en hechos reales y tal, pero eso es otra historia.
Es un clásico. Tiene de todo: una novicia rebelde que toca la guitarra, un capitán gruñón y guapo, duro por fuera y blando por dentro, siete niños vestidos de marinerito-vestidos con cortinas-vestidos de tiroleses, una varonesa manipuladora, un cartero cantarín y blandengue, montañas, canciones, marionetas, monjas y nazis. Es, en resumen, una peli llena de sabiduría y de conceptos aplicables a la vida diaria.
Como la frase que inaugura esta nueva sección llamada "Grandes Citas Para La Historia". Contextualicemos:
María es una novicia de Salzburgo que con frecuencia se escapa del convento para cantar por las montañas. La Madre Superiora decide que salga un tiempo del convento para "aclarar" sus ideas y la manda como institutriz a casa del Capitan Von Trapp y sus 7 hijos. Él está amargado desde la muerte de su mujer y los niños son satánicos porque -según su propio testimonio- su padre "no les presta atención". María (con la imprescindible ayuda de sus canciones) se gana el cariño de los niños y el interés del Capitán... y se asusta al darse cuenta de que se está enamorando de él. La Varonesa Schraeder -el actual rollete de Georg Von Trapp- aprovecha la ocasión para acojonarla aún más y quitársela de en medio. María vuelve al convento.
Y aquí es cuando entra en escena la Madre Abadesa. Coge a María por banda y le dice que no puede esconderse en el convento, que hay que enfrentarse a los problemas, que no todo el mundo puede ser una buena monja, que hay muchas alegrías más allá de las tapias del convento y que cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana. Y le canta esto:


Hasta Brigdet Jones ha hecho referencia a esta cita de la Madre Abadesa. Y esa, amigos, es la prueba del nueve para saber si una frase es realmente inmortal.
Aún no he logrado colar Sonrisas y Lágrimas en ningún maratón de cine, pero todo se andará. Y será un singalong.

viernes, febrero 16, 2007

Losing Bichito

Pues sí, efectivamente, era la Rioja. En Cenicero tenemos la mini-cutre-réplica de la Estatua de la Libertad.
El sábado amanecimos en Logroño. Teníamos hora para visitar una bodega y nos encaminamos al coche, pero...
- Uy, ¿dónde está el coche? ¿Y Bichito? Yo lo aparqué aquí, justo delante de estos contenedores...
- Pues aquí no está... y este hueco pone un prohibido inmenso, Misia.
- ¡Dios, Dios, Dios! ¡Pero si yo juraría que había una raya azul en el suelo! ¡Mírala! Pero, pero... ¡este prohibido de donde sale??? ¿ Y Bichito??? ¿dónde estáaaaaaaaaaa? ¡LA GRÚA! ¡La grúa ha secuestrado a Bichito!
- ¿Seguro que estaba aquí?
- Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Justo en esta raya, con unos contenedores, cerca de la esquina, cerca de un bar... ¡ y no está ! la grúuuuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Me entró el pánico. Una calle grande de Logroño, mi bicho desaparecido y yo en una ciudad desconocida.
- ¿Y QUE SE HACE EN LOGROÑO SI LA GRÚA SE HA LLEVADO EL COCHE?
¿Qué que se hace? pues el resto del mundo no sé, pero yo, correr. Empecé a correr calle abajo, calle arriba, en busca de unos señores guardias que me explicaran dónde estaba mi coche. Ni Speedy González hubiera igualado mi velocidad punta. Aunque mi acompañante intentó dar algo de racionalidad al asunto, fracasó estrepitosamente. No consiguió ni pararme para que escuchara más de una sílaba seguida. La histeria, es lo que tiene, que te hace muy rápida y muy sorda.
Avisté un coche de policía y me abalancé hacia él.
- Misi, no: ese es el coche que vigila los juzgados. No creo que los señores policías nacionales sepan donde han llevado tu coche.
- ¿Cómo que no? Han secuestrado a mi bicho unos desalmados armados con ganchos y estará por ahí en un...
- Misia...
- ... en una nave fría, y sucia, y rodeado de "grueros" que le tratarán mal...
- ...Misia...
- ... o peor, que le ignorarán... que mi Bicho es muy sensible y enseguida se le desinflan las ruedas...
- ...Misia...
- ... y la multa, por no hablar de que no podremos ir a la bodega, y nos tendremos que quedar en Logroño por siempre jamás...
- ... Misia...
- ...(que no es que tenga nada contra Logroño, pero vivir aquí sin Bichito no me parece correcto. Seguro que a mi jefe tampoco le mola la idea)...
- ... Misia...
- ... y ya no veremos mañana Yuso y Suso, porque como seguro que los grueros han cerrado ya... ¡yo quiero que mi Bichito vuelva! ¡Que lo suelten YA!
- ¡MISIA!
- ¿QUÉ? hijo, no me grites que ya te he oído... es que tú no entiendes mi dolor, ni mi angustia, ni...
- Misia...
- ¿Qué? - al borde de las lágrimas.
- Mira treinta metros más allá.
-¿Dónde? ¿Y para qué? ¿hay un policía para pedirle socorro? No veo nada...
- En esa esquina, en esos contenedores, en ese bar.
-...
...
...Ups. Que digo yo... que si nos damos prisa llegamos a la bodega.

miércoles, febrero 14, 2007

De mil amores

Be toma prestado el cetro de la cursilidad de Misia, lo coge con firmeza, carraspea y se zambulle irremediablemente en el océano de los lugares comunes (pero qué demonios, un día es un día)...
Hace varios meses, mi querida TresQuince me pidió un post sobre el amor. Sobre qué es el amor... Sobre la diferencia entre amar y querer... Sobre el enamoramiento y la verdad... Algo sencillo.

No pude escribir un sólo párrafo. No pasa nada, TresQuince es sabia y paciente y nos tenemos mucho. Y no es que yo no tenga opinión sobre esas grandes cuestiones, es que no sé qué decir. Además, cada uno ve las cosas a su manera.

Por ejemplo, San Valentín, tal día como hoy.

A algunos les encanta, aunque no tengan pareja.

"Estoy soltero/a, pero éste va a ser el mejor San Valentín de mi vida"

Otros lo desprecian, independientemente de si están solteros o no.

"Hay un millón de razones
por las que desprecio completamente
el día de San Valentín,
pero no tener pareja nunca ha sido una de ellas"

Hay gente que suele tener pareja en San Valentín, porque tienen una increíble propensión a enamorarse.

"Me da vergüenza la de veces que he estado ENAMORADA"

Otros, por el contrario, aconsejan no enamorarse nunca.

"Nunca te enamores"

Y es que asusta que te rompan el corazón.

"Esperé a alguien. Amé.
Creí con todo mi corazón,
mente, alma y cuerpo
pero él no me correspondió"

Eso pasa: unas veces nos rompen el corazón, otras veces lo rompemos nosotros.

"Arranqué el corazón a la única persona que me ha querido de verdad"

Pero bueno, esas cosas nos hacen sentir, y eso es lo importante.

"Nunca me siento tan vivo como cuando mi corazón se rompe"

Hay que arreglar lo que se rompe, superarlo y volver a subirse al caballo.

"Él encontró todas las piezas y por fin alguien me está arreglando"

Podemos sentir a veces que nadie nos quiere ni nos va a querer nunca...

"Creo que nunca me van a querer"

...pero no es verdad. No llueve eternamente.

"Tengo 32 años.
Este será el primer año que celebre San Valentín
con un hombre que me quiere de verdad.
Somos tan felices que la gente no hace más que preguntar
por qué brillamos"

Puede que sea alguien que anda cerca...

"Estoy colada por mi compañero de trabajo
y todo el mundo lo sabe menos él"

...o quizá alguien que aún no conoces.

"No sé cómo voy a encontrar un novio
Porque el chico que me gustaría
Seguramente está en su casa
Solo
Pasando el tiempo con su ordenador
Leyendo esta tarjeta.
Ven a buscarme"

Pero un buen día, ¡ZAS!

"Por fin me he enamorado"

Y todo vuelve a empezar. Y nosotros a hacer cosas, porque el amor nos hace hacer cosas. Cosas heroicas (o tontas)...

"No me alisté para 'escapar' de ti.
Me alisté para pagar nuestra boda.
¿Quieres casarte conmigo?"

...cosas prosaicas...

"Me aguanto los pedos"

...cosas tiernas...

"Quiero hacerte sentir guapa todos los días.
Quiero hacerte sentir lo que yo siento al mirarte"

También nos hace dudar.

"¿Puede sobrevivir el amor
cuando estás a mil kilómetros
de la persona que quieres?"

Pero no lo cambiaríamos por nada.

"Cuando me quedo a pasar la noche no puedo dormir
porque mi corazón late a 100 por hora.
No lo cambiaría ni por la mejor noche de sueño
que he tenido jamás"


Para cada uno es diferente. Hay quien cree que sabe lo que siente.
"Creo que te quiero"
Hay quien lo tiene muy claro.
"Sólo estamos empezando,
pero ya sé que quiero pasar mi vida contigo"
Clarísimo.
"Sé mía. Nada más. Nada menos"
Para bien o para mal.
"Ésta es la última vez, entonces. Nunca más.
Nunca más.
Que estés bien. Adiós"
Mejor si es para bien, claro.
"Eres lo mejor que me ha pasado desde 9º curso"
Y hay quien lo tiene claro, pero no quiere arriesgarse.
"La cosa es: te quiero.
Pero no puedo decirlo el primero"
Pues muy mal, porque lo peor que puede nos pasar es arrepentirnos de lo que no hemos hecho.
"5 años después, todavía me pregunto
por qué no nos besamos en el parque aquella noche.
DEBERÍAMOS HABERLO HECHO"
A mí lo que me molaría es ésto:
"Yo ^ ^ Tú"
(pero sin sombrero).
Todas las fotos que ilustran este post están sacadas de PostSecret (una web que tenemos enlazada en la columna de la derecha). Son postales caseras donde la gente cuenta sus secretos verdaderos, secretos para todos los gustos. Éste, por ejemplo, tiene mucho que ver con donde nos llevaron los comments del post de las gorditas.
"No quiero que me preste sus libros.
Quiero amar su corazón"
También las hay más hardcore, como ésta otra:
"¡He encontrado a alguien que me quiere
aunque tenga HERPES! ¡Yupiii!"

Como decía Misia ayer, señores, hay gente pa'tó. Hasta en el amor.

martes, febrero 13, 2007

Liberty

Me he ido unos días de vacaciones a un sitio precioso. Y no es Nueva York, aunque esté esto:

"¿Y esta cutre-llama? Así no hay manera de ser faro del mundo, oiga"

Hay gente pa´to.

lunes, febrero 12, 2007

Teletubbie Monumental

Llevamos 12 días de retraso en entregar el monumento del mes de enero, así que vamos a ello. Las posteadoras de Quédate A Dormir queremos reconocer la figura de un commentarista que es todo un clásico:

Por contarnos tiernas anécdotas de su infancia (ver aquí):
"A mí una vez mi profe de religión me dijo que los reyes magos eran los padres.
Me sorprendieron dos cosas:
1.- Que pretendiera que a mí eso me sorprendiese en 2º de BUP (y es que no daba cuartel a todo vástago de Satanás, el muy martillo de herejes).
2.- Que acto seguido se pusiera a hablar de un triángulo con un ojo encima que nos vigila con amoral celosía desde la nata ecuménico-celestial".

Por contarnos tiernas anécdotas de su pasado reciente (ver aquí):
"A mí me han regalado un led azul que se enchufa al ordenador. Parece un cacharrito de estos de hacer rectoscopias, solo que no lleva cámara.
No se para qué cojones sirve, porque además el cable es efímero, y da una mierda de luz que no vale ni para leer, pero es lo que hay".

Por dar sabios consejos superútiles (ver aquí):
"Bonito aspirador.
Yo tengo el mismo.
En amarillo yema.
Un consejo: el recambio de la pieza de abajo es caro y muy muy frágil. Y a mí tardaron varios días en traerme uno nuevo (y del "recoge-cable" ni hablamos).
Claro, que no sé si todo el mundo se masturba con la aspiradora, o sólo soy yo... "

Por ser el Anti-Misia (ver aquí):
"Muy mal, tía. Para empezar, el hacha se coge por el otro lado.
Segundo, se te ve como con miedo a mencionar la genitalidad de los aludidos, y eso es un recurso muy apreciado y socorrido que aporta la contundencia justa si se sabe usar con responsabilidad. Cojones.
Tercero, a la hora de narrar los diferentes niveles del infierno de Dante y aplicarlos metafóricamente, nunca se deben pasar por alto atributos humanos tales como la viscosidad, el PH, el punto de cocción de la materia blanca ocular, y otros derivados consanguíneos hasta llegar a ramas genéticas con más solera como mamás y abuelitas (los puristas dicen que el tema de las mamás es barriobajero y pueril, pero algunos profesionales le encontramos un cierto no se qué, que qué se yo).
Por último, la tecnología móvil en sí. Tras cinco años desarrollando e implementando contenidos en movistar o amena, le aseguro que el mero hecho de pagar lo que sea por descargarse algo con una tecnología que quedó obsoleta durante la guerra de Viet Nam ya es carga y desprecio más que suficiente.
PD: Me ha gustado especialmente la parte de enarbolar cetros (esto es solo un ejemplo de lo que os decía el otro día de que siempre escribo vuestros comments con un dedo sobre la tecla de "borrar" pero, ¡qué gaitas!, un día es un día)".

En definitiva, por ser nuestro pequeño Teletubbie Del Infierno, y estar orgulloso de ello (ver aquí):
"Mire, como teletubbie que soy, no me importa tirarme dos putos minutos viendo un conejito sobre un césped artificial haciendo nada y poner cara de ñoñipera (luego los devoramos en una bacanal de violencia mientras su sangre aún es roja y cálida, pero la productora no emite esa parte del programa).
Pero el amor... eso es algo cruel hasta para nosotros. Cuanto más alto subes, más gorda te la pegas luego, no hay más vuelta de hoja.
Y de lenguas que meterse en la garganta está el mundo lleno".

Vamos, que ya iba siendo hora de ponerle a Somo su monumento. Ahí va:

Que lo disfrutes con salud, en compañía de Laa Laa, Tinky Winky, Dipsy y Po.

Ah, y hay otra cosa que quería remediar hace tiempo y no encontraba el momento. Una vez fui borde con un commentarista, sí señores, lo fui. Una vez condené a un tal Naniano a no ganar jamás el monumento. Por torpe, por soso, y sobre todo por pagar el pato. Naniano, aquí y ahora le hago entrega del pato que pagó:

El Pato de Naniano

¿A que es mono? Besos para todos y buen comienzo de semana.

jueves, febrero 08, 2007

Las gordas también ríen

Hoy voy a hablar de un comic que me ha molado tanto que os lo tengo que contar. No es el que más me gusta del mundo, pero es que tengo un novio que me regala cosas monísimas (como El Retorno a la Tierra o ¡Yotsuba!) que son imposibles de alcanzar, pero sí es del primero del que se me ha ocurrido escribir un post.
El tebeo se llama Corazones Rollizos (“Les Coeurs Bourdinés”) y va de chicas gorditas que no se amargan aunque algunos las quieran amargar. No es uno de los regalos de mi chico, sino una recomendación de Sark, que me presta libros y comics y nunca se equivoca (mi novio tampoco, por supuesto: no sufras, cariño).

Primero voy a presentaros a las chicas:

gordi1

Ésta es Gurffridur (-o algo así-, es islandesa
y más feliz que una perdiz).

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Ésta es SexyGirl (no sé su nombre pero es muy tenaz
y le gusta muuucho la poesía).

gordi3

Ésta es Manzanita (ella me parece una auténtica preciosidad
y su amiga una auténtica gilipollas).

gordi4

Ésta es Sylvie (tiene una hermana mayor per-fec-ta
pero no se deja amilanar).

gordi5

Ésta es Rosie (tiene un gato, un amante cabrón que se llama
Nicholas y… ¡una sorpresa!).


Dice el texto de la editorial que estas chicas tienen “una cierta mala uva que las hace enfrentarse con hombres y amigas despectivas”. Mala uva no sé, lo que no son es tontas. No aguantan que las insulten, las humillen, las compadezcan, las utilicen. De los que lo intentan, pasan o se vengan, unas queriendo y otras sin querer.

Son lo que en Quédate a Dormir llamamos “mujeres fuertes”. Como aquellas que pintaba Artemisia Gentileschi, como las abuelas que molan, como las protas de las canciones de Rocío Jurado y Mónica Naranjo que cantamos en los karaokes. Hemos adoptado el nombre tras escucharlo en bastantes ocasiones referido a nosotras mismas, en terribles frases como
“Jo, dais miedo porque sois mujeres fuertes”.
Además de “fuertes”, las gorditas de este comic también son un poco “solas”, porque Corazones Rollizos no vende la burra del amor. La literatura popular por excelencia, es decir, el cine de Hollywood, vende la idea de que “El Amor Salva”, y ese rollo, como Disney, hace un daño tremendo a las nuevas generaciones de mujeres. Este tebeo dice que el amor no salva, te salvas tú. Cuando pasas del chungo y te dices: “¿Me quedaré sola para siempre? ¿No voy a encontrar jamás a nadie? Pues puede que no. O igual sí, quien sabe. Pero es una posibilidad y mi vida va a molar tenga novio o no”.
Y mejor no tener novio vistos los elementos que salen aquí: Tíos que piensan que no están lo suficientemente buenas. Tíos que las frinkan cuando no tienen nada mejor a mano y no tienen en consideración sus sentimientos. Tíos gilipollas, babosos y horteras, que no les llegan a la suela del zapato, pero que se creen los legítimos herederos de Marlon Brando -puaj, por otra parte-. No aparece ni un tío que no sea gilipollas, baboso u hortera... y no todos los tíos son así. No, amigas, no lo son (aunque a veces nos lo parezca).
Otra cosa que toda "mujer fuerte" debe saber hacer es mandar a la mierda a las amigas gilipollas que sólo se sienten bien cuando tú no estás tan bien. Por contraste.

zorra3

Ésta es Axelle y es una zorra.

El último punto a comentar es que mientras leía las historias de estas chicas pensaba “seguro que el autor es un tío”. No sabría decir en qué se nota, pero se nota (lo que no es algo negativo, simplemente “es”). En efecto, el autor es un tío que se llama Jean-Paul Krassinsky -podéis leer cosas sobre él aquí y aquí (en francés)-.

Y así termina mi primer post sobre tebeos. Si no os ha gustado podéis dejar sugerencias para próximas ocasiones en los comments, pero sólo prometo que volveré a hacer lo que me dé la gana. Y ahora me voy, a ver si quedan Digestives de chocolate.

peque

Claro que puedes.

Corazones Rollizos está publicado por Glénat dentro de la colección CHIX, que creo que va de “tebeos para tías”. Éste es el primer tomo de una serie de 3. Buen provecho.

miércoles, febrero 07, 2007

Rata de dos patas

Paquita la del Barrio es una cantante mexicana que se dedica a repartir sopapos de odio y despecho en las letras de sus canciones, generalmente dedicadas a hombres malvados e infieles que hacen sufrir a las mujeres. Algunos de sus hits son "arrástrate", "pobre pistolita" (ejem, ya podéis imaginar de qué va) o "tres veces te engañé". La señora no es precisamente elegante, ni el tipo de cantante que me gusta, ni sus letras me pegan demasiado, pero de vez en cuando viene bien tener a mano una canción-odio de las suyas.
Últimamente tengo una canción de Paquita incrustada en el cerebro. Y no, no es que esté rabiando contra un hombre, no van por ahí los tiros. Casi todos los días me veo obligada a ver a una "persona" odiosa que me tiene bastante manía, pero que me sonríe y me dice "Misia, amoooor" con una sonrisa apretada del tipo dientes-dientes de la Panto mientras me clava un abridor de cartas en el costadillo. Como no puedo evitar verla, cada vez que sé que tengo que hablar con "eso", me preparo. En Ally MacBeal, Bizcochito hacía sonar Barry White o campanas en su cabeza para tomar valor. Pues yo hago sonar a Paquita y su éxito "Rata de dos patas":
Rata inmunda, animal rastrero,
escoria de la vida, adefesio mal hecho,
infrahumano, espectro del infierno,
maldita sabandija cuanto daño me has hecho.
alimaña, culebra ponzoñoza, desecho de la vida
te odio y te desprecio,
Rata de dos patas... te estoy hablando a ti,
porque un bicho rastrero, aun siendo el mas maldito,
comparado contigo se queda muy chiquito.
Maldita sanguijuela, maldita cucaracha,
que infectas donde picas, que hieres y que matas.
Alimaña, culebra ponzoñoza, desecho de la vida,
te odio y te desprecio,
rata de dos patas te estoy hablando a ti ,
porque un bicho rastrero, aun siendo el mas maldito,
comparado contigo se queda muy chiquito.
No sirve de mucho, porque sé que esa hiena del infierno me la va a meter doblada, pero al menos voy con la actitud de defensa y no me pilla desprevenida. Y mientras me dice eso de "corazón, a ver... esto está maaaaal" con sonrisa de Jocker yo voy cantando interiormente "raaaata de dos paaataaaaaaas.... te estoy hablando a tiiiiiii" y todo me da un poco más igual. Eso sí, como a ese bicho le pasara lo que a Mel Gibson en "En qué piensan las mujeres", iba a flipar con el hit superventas que le dedico todas las mañanas.
Aquí os dejo con la gran canción de Paquita. Que la disfrutéis, con saña.


martes, febrero 06, 2007

Los Chungos de Nuestra Vida: El Señor Señor

Primero, pido perdón por la cantidad vergonzosa de tiempo que ha pasado desde la fecha en que este post fue escrito y su publicación. Segundo, no pongo el nombre de la autora porque hace tanto que no recuerdo si íbamos a publicar esto de forma anónima o no (pero estoy segura de que vais a reconocer el estilo). Y tercero, aprovecho que retomamos la sección "Los Chungos de Nuestra Vida" para anunciar mi firme compromiso de escribir la historia del mío antes de que acabe febrero.
Y ahora, disfruten del post.
En mi vida sólo ha habido un chungo. Eso me tenía desconcertada.
¿Cómo es posible que sólo conozca chicos a los que mi abuela daría su aprobación?
¿Dónde están los chungos que me corresponden, según el famoso índice CpC (chungos per capita)?

Ahora los sé: se los quedaron las chicas de Quédate a Dormir.
Egoistas.
Yo me tuve que conformar con un chungo descafeinado, lo que podríamos llamar un semichungo.

Me pidió que saliera con él porque una adivina le había dicho que él me gustaba.
Mi más sincera enhorabuena a la adivina: desde luego es un fenómeno paranormal que se haya ganado la vida con esto tanto tiempo.
Yo acepté salir con él porque me gustaba otro (¿Qué pasa? Yo también puedo ser chunga si me lo propongo), y el otro...
Bueno, al meollo.

Mi chungo era de Carabanchel y por algún motivo se consideraba a sí mismo un señor señor.
Su modelo era el personaje de Arturo Fernández en La casa de los líos, serie que nunca llegué ver, así que ustedes me dirán si se parecía o no:

-Toda la ropa tenía que ser de marca. No voy a decir de cual. Es una con nombre goloso.
Nunca me atreví a decirle que era una marca blanca, y que más le hubiera valido irse a Zara.

-No le gustaba la música actual, y con actual me refiero a la de los últimos cien años. Por supuesto nunca había ido a un concierto de música clásica y jamás se gastaría dinero en comprarse un disco, pero se había descargado fragmentos en el ordenador, y se los estudiaba de memoria "por que un señor señor tiene que saber de música".

-Todos y cada uno de los actores, músicos, escritores, cantantes, políticos... Abreviaré: todos los hombres públicos (menos Arturo Fernández) eran, según su criterio, ojo, gays. Al parecer es una enfermedad muy grave y contagiosa. Se empieza tratando a los gays como seres humanos, y se acaba convertido en uno de ellos. Y por ahí mi chungo no pasaba.

-Las mujeres lo mejor que podían hacer era quedarse en su casa. Mi chungo no consideraba que esto fuera machismo: era, simplemente, dar a cada uno el trabajo para el que están capacitados.
Una excepción a esto eran las tías buenas. Este subgrupo en concreto se moría, según mi chungo, de ganas de frinkar. En serio. Necesitan frinkar día y noche, a las tías buenas les va la marcha.
Tú. Sí, tú.
¿No tienes ganas de frinkar?
Entonces es que no estás realmente buena...

lunes, febrero 05, 2007

¿Dónde están las rayas?

Érase una vez una chica poseída por el espíritu de Mónica Geller-Bing, cuya máxima obsesión era hacer desaparecer las implacables rayas del suelo de su casa.

Lectores, estas son las p***s rayas. P***s rayas, estos son los lectores.

Para ello contaba con la ayuda de un estropajo, su pericia y un bote de Cillit Bang. Al terminar el bote, el salón estaba impecable. Para el pasillo no hubo suficiente producto mágico y quedó la siguiente frontera:

Y no os imagináis el daño que hace esto a la vista.

Y así se quedó durante semanas… hasta que Mónica Geller-Bing volvió al ataque y me volvieron a dar “brotes” cada vez que miraba las rayas. Al final compró un nuevo frasco de Cillit Bang y tomó la decisión de eliminar hasta la última raya antes de que llegara su novio de la Cochimbamba para pasar el fin de semana.

Ya tenía preparada la camiseta de tirantes y los microshorts cuando una mañana me despierto (sí, yo, porque ésta es una historia autobiográfica) y… NO ESTÁN! SE HAN IDO!! LAS RAYAS HAN DESAPARECIDO!!!

¡Antoñita! ¡Que no sea una ilusión óptica!

¿Qué ha podido pasar?

¿Cuál será la solución a este misterio?

¿Quién puede desentrañar el enigma?

Pues que sepan todos ustedes que el espíritu de Mónica Geller-Bing también ataca a los hombres. Ha sido R., mi compañero de piso, que dedicó toda una mañana, mientras yo dormía, a hacerlas desaparecer a base de cillit bang y estropajo, frotando de rodillas y con el culo en pompa (lo que no sé es si lo hizo con microshort o no). Y luego invitó a su novia y una amiga a admirar el resultado.

¡¡¡Viva Mónica, que es más contagiosa que la gripe!!!

viernes, febrero 02, 2007

Aburriendo niños tontos

Estoy enferma, y esta semana no he podido salir de la cama ni un día para ir a trabajar: esto, señores, es un hito en la historia de la humanidad. Como mi temperatura oscila entre los 37,5 y los 39,5º no puedo disfrutar de estas vacaciones forzosas. Mi idea era leer alguno de la veintena de libros y comics que tengo esperando, pero a partir de los 38º me mareo si fijo la vista mucho rato…

Así que pongo la tele (planazo!) e intento huir de telenovelas (argentinas, mexicanas, españolas, de feas, de guapos, de grupos musicales, de la guerra civil, de adolescentes) y de rosiamarilleces (con cantizanos, sin cantizanos, con o sin tomate, con polígrafo o sin él, con corazón o sin corazón, con diario o sin…), dos tipos de programas que soy más que capaz de disfrutar en condiciones normales pero no con esta gripe, porque uno de los síntomas del virus es que no aguanto las estupideces.

He puesto La 2. Un robot-androide enervante llamado Watson lee el último de Harry Potter al más puro estilo Número Cinco, es decir, pasando las páginas rapidísimo… y termina con una carcajada. Inmediatamente después se pone con El Quijote, finge que intenta sofocar un bostezo sin conseguirlo y por fin abre la bocota con ganas y cierra el libro sin haber llegado siquiera a la mitad. El programa se llama Leonart y no sé si los he pillado en horas bajas o de verdad es una mier** así de grande.

Después va el consultorio, donde se contestan preguntas que los niños han mandado. Ejemplo:

-Mi mamá está embarazada y me dicen que mi hermanito está rodeado de un líquido. ¿Cómo puede respirar? (pregunta real del programa)

-El líquido del que hablas se llama amniótico, y lo que pasa es que en este momento tu hermano no respira aire. (respuesta real del programa, pensada para "llegar" a un chaval de 7 años)

Además es un coñazo, señores. No sé si los responsables del programa piensan que los niños son gilipollas -y quieren que lo sigan siendo- o si sospechan que prefieren ver programas con detectores de mentiras y directamente han tirado la toalla.

Primero me han dado ganas de matar, asesinar y descuartizar, pero luego Lisa nos ha enseñado a hacer una manualidad -una especie de pintura rupestre- que no ha estado nada mal. Se me ha pasado la ira, me he puesto triste y me he acordado de:

La bola de Cristal

La primera parte con los Electroduendes y sus canciones; la segunda (“El Librovisor”, mi prefe) con Alaska, Pedro Reyes, Pablo Carbonell y videos musicales de Santiago Auserón, Kiko Veneno y Loquillo; la tercera sección, que se llamaba “La Banda Magnética” y consistía en un episodio de La Pandilla, Los Monster o Embrujada y un monográfico sobre cine; y “La Cuarta Parte”, la sección más surreal de todas, con la Entrevista del Patito y las perversidades de Gurruchaga.

Las frases televisivas de los niños de la época eran “Lo mío es ¡EL CINE!” y “¡¡¡Viva el MAL!!! ¡¡¡Viva el Capital!!!”. Las de los niños de ahora son “¡Estás nominado!” y “¿¡Qué pasa, neng!?” (o lo que sea que digan este año). A ver quien tiene narices de decir hoy a los niños que “a lo mejor deberían ver menos la tele”.
Barrio Sésamo



Espinete y Don Pimpón (yo incluso recuerdo a Caponata y Perejil), Epi y Blas, SuperCoco, la Rana Gustavo (el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo), la cosa esa de los números con el pinball, Pepita Pulgarcita, la llama que tenía que ir al dentista una vez al año, Ana (soy Aaaaana, los chicos de este barrio quieren ya jugar con Aaaaaaana, soy Aaaaaana…) y todas las canciones (que por cierto tengo en vinilo). Yo siempre tuve la sospecha de que a Antonio (el padre de Ruth y Roberto) le molaba más Ana (la vecina) que Matilde (su mujer). No sé, era una percepción.

3, 2, 1… ¡contacto!

De esto no he encontrado nada en YouTube, imagino que porque es un programa de antes del vídeo (sí, amiguitos, hubo una época en que no había vídeos en las casas. ¡Y yo me acuerdo!). Consistía básicamente en cuatro chicos que hacían experimentos no demasiado complicados, de los que salían en las páginas de “experiencias” del libro de ciencias naturales, esas que los profes solían saltarse. Me encantó uno sobre las densidades de los líquidos que molaba mogollón, consistía en meter un montón de líquidos distintos en un tubo de ensayo para ver cómo no se mezclaban. Era más o menos así.

densidades

Esto no se podría haber hecho hoy en día porque ahora somos Europa y el mercurio es supertóxico, pero por aquel entonces valía con un “lavaos bien las manos”. Había un montón de cosas en aquel tubo de ensayo, pero como no me acuerdo los he llamado “liquiditos A, B, C, D y E”. Y lo de la gasolina me lo he inventado, más o menos. Si está mal o explotaría o exalaría vapores venenosos, díganmelo, que yo soy bastante de letras.
Planeta Imaginario


Programa raro pero que también molaba mil. El episodio de los vampiros de libros me dejó traumatizada, eran unos seres que en lugar de leer mordían los libros y se los bebían… y los dejaban en blanco y con dos agujeritos. Por cierto que en este enlace pueden ver el trocito de La Imagen de Tu Vida dedicado a este programa, donde descubrí que el niño vampiro de libros era en realidad Galindo (el señor Galindo, el de Crónicas Marcianas, el pequeñito, ya saben…).
El Quiosco

Me encantaba. Verónica Mengod, Pepe Soplillo, el tío ese del bigote que dibujaba personajes mientras te contaba su historia, la baby disco (vídeos musicales representados por niños, guaaaaay), las maquetas de la tierra para experimentar con la evolución del efecto invernadero, las explicaciones científicas sobre el diseño de las alas de los aviones… Tenía algunas cosas de Sabadabada/Dabadabada, pero sin Torrebruno.
Blue Peter

Lo dan por las tardes en la BBC. Era lo que más me molaba de la tele cuando vivía en Londres. Mezcla historia, ciencias, manualidades, recetas, dibujos, deportes, dibus, series y entrevistas y actuaciones de gente como Madonna, Elijah Word, Britney Spears, Enrique Iglesias o Hayden Christensen. Lleva en antena casi 49 años y no tiene pinta de que lo vayan a quitar.


Vaya, me ha salido un post de lo más nostálgico que atribuyo únicamente a la fiebre cuando yo lo que quería era patalear: cuando era pequeña había 2 horas de programación infantil por las tardes, y esa programación era BUENA. Joder, en 10 minutos he puesto 5 ejemplos españoles y uno inglés de programas entretenidos y mucho más que dignos, no sé por qué hay que poner a un androide bostezando al leer el Quijote "para dar risa".
No he visto nunca los Lunnies ni ninguno de los programas de niños que ponen por la mañana o al mediodía (¿¡quién ve tele a esas horas!?): si hay algún programa de niños que mole en la tele española actual, ilumínenme, por favor.

Y ahora me voy, pero les dejo con unos anuncios: