viernes, mayo 30, 2008

La chica de la radio se debe a sus oyentes

Con cariño para La Perli. Paciencia, nena, que pueden ser pesados pero eso significa que te leen muchos.

Siendo yo becaria en Radio ESTAR, de cada diez veces que sonaba el teléfono una era un oyente protestando (o un "no oyente"… porque, seamos sinceros, sonaban más a habitual de la CUPE que a otra cosa) y llamándonos a todos chungos, manipuladores y rompeespañas. Yo escuchaba educadamente cinco minutos, luego empezaba a intentar meter baza… para acabar diciendo: "Señora, que le está contando todo esto a la becaria. En cuanto a capacidad de decisión sobre lo que se dice en esta radio es como si se lo contara a la que limpia".

Ahora que estoy en una emisora de ideología muy distinta, pues nos pasa lo mismo. Nos llaman oyentes para protestar de mi jefe, de unos contertulios, de otros contertulios, de la línea editorial en general… Y no, no funciona decirles que si tan mal lo pasan que cambien de cadena. A alguna gente le mola sufrir.

Por suerte, no todos son así. La radio es una parte importante de la vida de alguna gente, y hay oyentes que ya te consideran parte de su familia y quieren trasmitirte un poco de eso. Y hay otros que están muy solos y buscan un poco de compañía. Y aunque tú estás trabajando y es posible que te venga mal aguantar el rollo de turno, yo procuro tratarles a todos bien. Porque cuando hablo por un micro les hablo a ellos, y si no hay nadie al otro lado mi trabajo pierde su sentido.

Los oyentes nos mandan videos, canciones y powerpoints al email programa… Algunos incluso se ofrecen a participar en unos teatrillos radiofónicos que organizamos de vez en cuando… Aunque lo más habitual es un par de líneas del tipo: "JefeDeBe y equipo, felicidades por el programa. O Rajoy dimite, o permite unas primarias, o el PP se va al traste".

Algunos se enfadan por cosas rarísimas… Una vez un señor nos escribió indignado porque nuestra emisora no se podía oír por Internet más que en Windows o MediaPlayer, y nos preguntaba: "¿Les paga Microsoft?" (Si la respuesta es 'sí', yo no he visto un duro).

Luego están los que te toman por un servicio de información, a los que acabas por decir la cotización de Iberia, Metrovacesa e Inditex, cómo está el tráfico en la A-6, cómo y cuándo recibirán los 400 euros que prometió Zapatero y hasta una página web donde bajarse de gratis cantos gregorianos.

Y tenemos, por supuesto, un porcentaje de colgadillos. Me acuerdo de un admirador que le salió a mi jefa, un pastor de Zamora que decía que se había enamorado de ella por la voz. Mandaba montones de emails invitándola a visitarle y hasta le envió una lista detallada de su cartera de acciones (el buen hombre estaba forrado).

Después, durante una temporada que me tocó sustituirla, empezaron a llegarnos mensajes de un chico que siempre firmaba "Be Fan Club". Mi fan no era tan acaudalado como el de mi jefa, pero trabajaba de socorrista y se pasó el verano pidiéndome que fuera a verle a la playa (Juas).

Pero eso era antes… Ahora tenemos una señora que nos llama y nos cuenta que es viuda, que las noches son muy largas y que le encantaría conocer a mi jefe. (Nena, cuidado a ver si te van a conceder el deseo, tú no sabes lo que pides).

Tenemos un oyente que nos escribe poesías todas las semanas con el tema político del día como telón de fondo y la gente del equipo como protagonistas. Y una señora que nos llama desde Pamplona preguntándonos si ese día vamos a poner el himno.

Nuestra última adquisición es un viejecito encantador empeñado en hacer una encendida defensa de Manuel Fraga. Desde hace una semana el buen hombre nos llama cada día a la misma hora y empieza con un "El Partido Popular le debe mucho al señor Fraga Iribarne" para terminar a los treinta minutos justos con "Don Manuel es el mejor estadista que ha dado este país".

El señor no se para ni a respirar, no pregunta nada y no escucha lo que le dices hasta que ha soltado todo su rollo, así que nosotras le dejamos hablar y seguimos con nuestra apasionante conversación externa al teléfono, que si "¿y tú cada cuánto te haces las mechas?", que si "yo es que soy muy perezosa y si empiezas con las mechas ya es una esclavitud", que si "pues a mí la henna me va muy bien", que si "¿pero no es un rollo lo de tenerla puesta 6 horas seguidas?".

Cuando termina su discurso, despedimos amablemente al caballero oyente y le damos las gracias por escucharnos. Porque personas como ésa dan sentido. Porque la gente tiene manías, opiniones particulares y mucho tiempo libre, pero una radio sin oyentes es como un loco gritando al aire. Hablando solo.

Canalla, si estás ahí: primero no te cito como Muso Inspirador del post de Facebook y ahora desoigo tus recomendaciones para mantener secreta mi Identidad Secreta. Si la cuestión es hacerte rabiar…

miércoles, mayo 28, 2008

La tienda de las descontextualizaciones

No sé si lo han notado, pero la ola de pena de este año se ha extendido un poco más de lo normal (debe de ser cosa del cambio climático).

Claro que, como no descarto que sea cosa mía, intrépidamente la mantengo a raya. Al grito de "¡Esto es superdeprimente!", huyo como de la peste de todas las cosas que preveo que pueden afectar negativamente a mi estado de ánimo (Cine de Barrio, novelas hiperrealistas, según qué videos de la MTV). El primer paso es sustituir películas, lecturas y música excesivamente crudas o melancólicas por otras más felices.

Hago lo que puedo, aunque me han recomendado por varios frentes que deje de escuchar a Leonard Cohen -por cierto, mirad qué cosa más guay-, y no lo hago porque… bueno, porque tampoco hay que exagerar. Y, además, hay otras cosas igualmente poderosas en las que casi nadie cae.

Por ejemplo, las tiendas.

Hace meses hablamos de uno de esos lugares a evitar, hoy voy a descubriros otro.

Está muy cerca de mi casa, y cuando paso por delante del escaparate procuro hacerlo rápido y sin mirar, porque es hipnótico. Éste es su terrible aspecto.

Tras esa puerta abierta deaspecto invitante está toda esa madera pintada, todos esos animalitos que te miran como si estuvieran prisioneros, o muertos, o muertos y prisioneros. Es de esos sitios que te roban la energía vital y te dejan presa de unas ganas locas de tomarte un myolastan.

Miradlo más de cerca. Escaparate de la izquierda:

Escaparate de la derecha:

Al principio creí que la sensación de desasosiego estaba causada por la acumulación de miles de animalitos medio bizcos con cara de alienados en un espacio pequeño… hasta que descubrí la existencia de ciertas cosas raras y perturbadoras con poderes hipnóticos que hacen que no puedas dejar de mirarlas.

¿Por qué el perrito y el gatito tienen esas caras de locos? ¿Qué hacen esos pajaritos posados en sus… en sus… entrepiernas? ¿Para qué servirán esas cuerdecitas azules que tienen los pajaritos? ¿Y por qué tanto perro como gato piden con tanto interés que alguien les llame?

Los animalitos barnizados tienen poderes malignos y están poseídos por el diablo. Una vez, hasta me obligaron a entrar en el terrible antro (la tienda).

Y allí encontré miles de artefactos de Satanás: letreros, percheros, termómetros, llamadores. Y relojes.

Relojes de animalitos. Hipnóticos relojes de animalitos. Hay algo raro en estos bichos. Un león…

Una mariquita con una minimariquita…

Un monito con un minimonito…

Una vaquita con su cencerro…

Un gatito con una caña y un pescado…

Un conejito con su zanahoria metida por el... errr... con su zanahoria...

Esto da mucho susto. ¡Imaginad estas cosas en habitaciones infantiles…! ¿¡Es que nadie piensa en los niños!?

martes, mayo 27, 2008

Otro adiós

Sidney Pollack dirigió tres de mis pelis favoritas:

Tal como éramos, que empieza así de bien…



…y acaba así de bien mal bien...



Tootsie, que va de esto…



…y donde Pollack hacía además del agente de Dustin Hoffman...



Y Memorias de África, lo que he llorado yo con esta historia…



…que tiene dentro cosas tan preciosas como esta escena...



Se murió ayer de un cáncer, con 73 años, un par de oscars y 21 películas. Otro menos.

jueves, mayo 22, 2008

Abajo las tostadas, arriba el pan tumaca

Niños y niñas, a continuación encontrarán mi pequeña aportación a la celebración del estreno de "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" que ha organizado Noel en El Emperador de los Helados. Contadnos vuestras experiencias Indis en los comments (sobre todo las chicas: hasta el momento la desproporción es aplastante) y visiten la web de Noel para leer las experiencias de los demás.

La frase más terrible que se ha dicho jamás en el cine es "Parece que yo pisa pan tostado". En seis palabras, la sensación de pisar un bicho elevada a la enésima potencia. Espanto. Pánico. Ascazo. Pavor.

Allí estaba yo de pequeña, en el cine, totalmente sobrecogida por la sensación, sin querer verlo pero sin poder dejar de mirar. Y allí estaba yo hace un par de meses, viendo la peli en el sofá de casapadres, descompuesta y con las palmas de las manos venga a sudar.

No importa que no sea mi peli de Indi favorita, ni que la haya visto mil veces, según oigo la metáfora de Tapón (¡un poeta!) me dan escalofríos y pienso: "¡Menos mal que llevan zapatos!". Y a ese pensamiento siempre le sigue la imagen del bicharraco asqueroso gigante trepando por el zapato de Indi para meterse por la pernera… ¡y, al poco, miles de bichos recorriendo a la rubia por encima y por debajo del pijama!



Así fue como descubrí que yo nunca podría ser una arqueóloga aventurera, no aguantaría cuerda ni media peli. No tengo problemas con la cocina exótica, pero me pasa lo del pan tostado y el ataque de nervios no se me quita hasta la tercera parte. Para rubia ñoña sí que valdría, pero quién quiere ser una rubia ñoña.

¿Tendrá "El Templo Maldito" la culpa de lo mío con las cucarachas? ¿Será un poni cinematográfico? ¿Seré la única para la que esa escena no ha envejecido pero nada? (Lo de las serpientes, en cambio, me da más igual).

lunes, mayo 19, 2008

A dos pasos


Me he hecho un perfil en Facebook. Odio ese tipo de cosas, pero he tenido que capitular por motivos de trabajo: básicamente, el equipo del programa en pleno entramos en Facebook a sugerencia de la corresponsal en NY que quería enseñarnos fotos de su hijo.

Así que ahí estoy, en Facebook, aunque no le veo mucha utilidad más allá de pasar las horas muertas saltando de perfil en perfil, cotilleando fotos de gente que no conozco de nada, pero en fin.

No, no es cierto, sirve para más cosas: he buscado al supertiobueno de mi cole, y está. Facebook, el arma del stalker definitivo.

El caso es que al principio todos los "amigos" que aparecían en mi perfil (los siete) eran gente de la radio, compañeros, corresponsales, analistas y cosas así… Y cuando terminé de hacerme trescientos tests distintos que han determinado que si fuera una bebida sería un margarita, si fuera una Princesa Disney sería La Bella Durmiente, si fuera un personaje de Héroes sería Peter Petrelli y si fuera una de las chicas de Sex and the City sería Carrie (¡y una mierrrrrrrrrrrrrrrrrda!), me empezó a dar como penita tener solamente siete "amigos" en Facebook, así que decidí darle uso al buscador para encontrar gente a la que mandar Hello Kittys, Muppets y cajas de bombones virtuales.

Primero fui con cuidado, especialmente al agregar a alguien ajeno al curro, y avisaba del perfil laboral del invento para evitar mensajes comprometidos o referencias al blog. Luego me despreocupé y dejé de tomar precauciones. Y últimamente la he cagado y mi Facebook ha mandado un correo electrónico a un buen montón de mis contactos de gmail (sin que haya quedado claro el criterio de selección)… sólo porque yo le dije que "OK" sin fijarme muy bien a qué. ¡Y yo soy la que habla con las máquinas!

Algunos no sabrían ni qué es Facebook ni quien soy yo, pero otros me han aceptado como "amiga" alegremente, así que en cuestión de una semana he duplicado mi número de contactos (32). Y, aunque lo de "los amigos de mis amigos son mis amigos" no aplica en Facebook, pasan cosas muy curiosas.

Por el lado laboral, a dos pasos de mi Facebook hay gente como Luis Abril, Tamara Falcó Preysler o José Mª Aznar (el perfil verdadero, no ése que actualizan desde Génova). Y por el lado no laboral, a dos pasos de mi Facebook hay cientos de filólogos exiliados por el mundo, miles de niñas mirando con caras atormentadas desde fotos hechas desde un plano cenital, incontables ingenieros agrónomos (o proyectos de), un buen montón de músicos con patillas buscando bajista, drogas o un revolcón y una comunidad mundial de chicos alegres sin camiseta buscando prácticamente lo mismo.

Hace poco probé a buscar a mis antiguas alumnas, aquellas adolescentes pijas a las que enseñaba español cuando vivía en Londres y que hoy son graduadas de Cambridge, así que en nada "a dos pasos de mi Facebook" habrá también una tremenda galería de fotos de veinteañeras inglesas borrachas.

Me pregunto qué Princesas Disney serán.

miércoles, mayo 14, 2008

Hola, nenas

Esta semana me gustaría pedirme un día libre, así que os propongo unos planes, a ver qué tal os van

Para empezar, podemos hacer una cura de desintoxicación alimentaria en la clínica Merano, en Italia, un lugar al que acuden Carolina de Mónaco y Zinedine Zidane. El tratamiento oscila entre 3.000 y 5.000 euros por semana

Una vez desintoxicadas de grasas y toxinas, podemos tomar un almuerzo regado por un vino Petrus, a unos 2.500 euros la botella.

Por la tarde, ¿qué os parece si nos vamos a comprar unos trapitos a Ekseption? Algo encontraremos rodeadas de Prada, Balenciaga, Marc Jacobs o Chloé.

Si encontramos un ratito, me encantaría que hiciéramos un viaje relámpago a Londres, donde me he comprado un pisito de nada.. Apenas 140 millones de euros

Y, para finalizar el día, voto por relajarnos en el Hotel Touessrok. Nos pilla un poco a desmano, en isla Mauricio, pero este inconveniente queda compensado por lo asequible de sus precios: por 11.00 euros al dia podemos tener hasta playa privada.

Bueno, ya me diréis qué os parece el día que os he preparado.

Por cierto, estas ideas las he sacado del suplemento dominical de El País dedicado al lujo...No sé cómo he podido vivir sin él...Lo que no termino de entender muy bien es que, ese mismo día, en el suplemento Negocios, han publicado varios artículos titulados: "¿Esta crisis es como la del 29 o va a ser peor?"; "Cómo prevenir una larguísima depresión"; "Se confirma el estancamiento del empleo" ; "Margen de maniobra ante las dificultades"

Estoy a punto de escribir una carta al director: ¿acaso pretenden amargarme el día? Qué poco glamour

Besos

lunes, mayo 12, 2008

El chico que tenía ganas de bailar

Hay una cosa que me joroba mucho cuando voy a un concierto que me mola: que esté lleno de modernos y -por tanto- allí no baile ni blas. Porque los modernos no bailan. Ni se balancean siquiera. Yo, que se me van los pies hasta con el ruido del metro, estoy completamente fuera de lugar. Pues que les den (menos mal que el bate de purpurina no me cabe en el bolso de salir).

No entiendo como lo consiguen, supongo que harán yoga para modernos, o irán a cursillos de control mental para modernos, o repetirán mentalmente algún tipo de mantra para modernos (tipo "no te muevas… tienes que molar… no te muevas… tienes que molar…"). Lo que es yo, a poco que me guste la música parezco una peli de Marisol (un trozo en el que no cante sevillanas). Y soy superfeliz.

Lo único bueno que le encuentro a los conciertos de modernos es que te dejan espacio vital (amigos, yo he estado en conciertos de los HombresG y un día os hablaré del empotramiento corporal y las sardinas humanas en lata). Y que suele oler bien (o "no mal"). Pero a mí escuchar música molona y no bailar me parece de raros, y una falta de respeto para los señores que tocan.

A Tim Booth, el chico que tenía ganas de bailar, y a sus compañeros de James: el bajista con pelo -Jim Glennie-, el guitarrista de la boina -Larry Gott-, el trompetista que llevaba un vestido de verano de mi abuela -Andy Diagram-, el guitarrista/violinista de la corbata -Saul Davies-, el calvísimo batería -Dave Baynton-Power- y el teclista -Mark Hunter-.

El jueves pasado fuimos Noa y yo a la Riviera, a pasar las dos horas más felices de esa semana por lo menos. Tras unos teloneros que no consiguieron que los modernos se menearan ni un milímetro en ninguna dirección, llegaron ellos.



Tim Booth -el que sale en el video con muletas- es, en condiciones normales, el hombre que baila espasmódicamente, el hombre que se retuerce como una lagartija al ritmo de la música, el hombre que en lugar de vértebras tiene gelatina. El jueves era el hombre tenía unas ganas de bailar que-se-mo-rí-a.

¿Cómo podía alquien estarse quieto mientras Tim, sentado en su taburete, se movía como un loco al son de "Born of Frustration", "Sit down", "Out to get you", "Laid", "Tomorrow", "Say something", "Waltzing Along", "Come home", "Getting away with it", "Hey, Ma", "Sometimes"…?

"Sometimes", mi canción preferida de James, y una de mi top five de canciones de la historia.



Es imposible sentirse mal mientras suena "Sometimes". Algunos dicen que James son "melancólicos", pero yo los encuentro "superfelices", y transmiten un buen karma que no se puede explicar. Hasta sus canciones protesta son superfelices (lo dice el chico que tenía ganas de bailar y es verdad: vosotros escucharos "Hey Ma" y veréis).

De mí no esperéis que analice cómo estaban los niveles de sonido del cantante en relación a los del resto del grupo, ni que me haga la guay hablando de la fuerza de la trompeta y el violín en la armonía del conjunto, ni nada así en plan crítica guays del rockdelux.

Pero sí os voy a decir una cosa: los modernos bailaron. Porque, ¿quién se puede resistir a James?

(Le voy a poner la etiqueta de "Gente a quien amar", porque a estos chicos hay que quererlos mucho a todos).

viernes, mayo 09, 2008

Esferas

Tener blog y una identidad "secreta" es un tanto raro a veces. Tienes tu vida dividida en esferas, que no se mezclan, o al menos eso se intenta.

En la oficina no saben nada de mi blog.

En baile casi nadie sabe de mi blog.

En mis clases nadie sabe de mi blog.

Muchos de mis amigos no tienen ni idea de lo que es un blog.

Y en el blog filtras de tal manera tu realidad...

Intento mantener las cosas separadas, por precaución, por pudor y por intimidad (es un poco paradójico tratándose de publicar tu vida en internet, lo sé). Pero no me gustaría que esa tía de contabilidad se enterara de que voy exhibiendo las bragas por ahí o de que tengo un cetro de la cursilidad Y aquí cuento las cosas leves e incluso con éstas aún me tengo ciertos reparos (por ejemplo me costó meses contar que bailo).

Pero en determinados momentos críticos, las esferas en las que tengo compartimentada mi vida se acercan peligrosamente y, a veces, chocan.

Por ejemplo, en baile no había dicho nada del blog hasta que tuve que avisar que un día no iba a clase. Y mi profesora me preguntó, simplemente: "¿por qué?" Y jo, me miró así, la pregunta fue tan directa y tan simple, que no pude evitarlo :"Voy a una entrevista a radio 3". Y claro, se descubrió todo el pastel. Menos mal que parece que a las que se enteraron en ese momento no les interesó el tema y quedó en el olvido.

Pero esta semana casi se ha producido la peor colisión posible de esferas: trabajo y blog. La separación de esas dos esferas la he mantenido siempre a rajatabla: no se lo he dicho a nadie de mi curro, no posteo nunca desde allí y casi nunca abro el blog en la oficina.

Y tanta precaución casi se va a la porra el otro día, por mi nuevo jefe. Es un tío muy agradable e interesante y muy "tecnológico": tiene blog y demás movidas de internet y justo salieron esos temas por cuestiones de curro. Hablando, se notó que yo algo sabía de la blogosfera, y salió la preguntita, de nuevo directa:

- ¿Tienes blog?

Me entró el pánico:

- ... No.- Pero hubo un segundo de duda, una pausa, y después sólo un hilillo de voz en ese no. Intenté arreglarlo - em... em... es que mi novio tiene blog y...

Pero no sé, yo creo que mi jefe es un tipo listo y que se olió algo. Mi*rd*, tengo que aprender a mentir mejor. O al menos, más rápido.

miércoles, mayo 07, 2008

Los Chungos de Nuestra Vida: El Famoso


Nuevo chungo, del que ya vimos un avance en los comments del post de Noa del lunes, por cortesía de Géminis Despechada. Les dejo con El Chungo Famoso (técnicamente el segundo chungo famoso, recuerden que ya tuvimos uno, aunque éste es el que se queda con el nombre). Ah, volveré al final con una nota aclaratoria.

Hace unos años conocí a un famoso. Él era – es – 14 años mayor que yo. Muy culto y super guay. Yo tenía 25 años y vivía en una ciudad diminuta. Me hizo sentir super especial. Y, claro, me enamoré de él.

Nos conocimos de casualidad, y eso que yo no creo en las casualidades. Yo le acompañaba como secretaria de una asociación a un acto al que había sido invitado. Al conocerle me pareció estrafalario y no muy interesante. Después fuimos a tomar una caña y una camarera, sin reconocerle, nos pidió que le acercáramos un montón de botellas y vasos vacíos de una mesa. Él fue llevando todos en varios viajes y la chica le dio una bolsa de patatas con una sonrisa como premio, todavía sin reconocerle. Yo le pregunté:

- "¿No te dan ganas ahora de decirle quién eres?"
- "¿Para qué?" – contestó – "Si ya me ha dado patatas…".

Creo que fue entonces cuando me enamoré de él.

Estuvimos hablando toda la noche y terminamos besándonos en la barra de un bar, delante de un montón de gente. Pasé la noche en la habitación de hotel que yo le había reservado, y al día siguiente me fugué con él a la Capital, aunque sólo por tres maravillosos días en los que no nos soltamos de la mano en casi ningún momento, desayunamos en la terraza de su ático delante del Retiro, salí en un famoso programa de televisión con él, y conocí a todos sus interesantísimos y famosos amigos.

Después de eso, volver a la diminuta ciudad fue imposible. Me decían de todo por la calle. Pasé el verano medio siguiéndole en su gira y después unos días en su ciudad natal. Justo después me mudé a vivir aquí a Madrid donde sigo…

… y me dejó por Lucía Etxebarría.
Y luego os preguntaréis por qué estoy despechada...

Vuelvo a ser yo (Be). Debido al espíritu plural y conciliador de QaD, y al hecho de que todas sus posteadoras sienten deseos más o menos frecuentes de golpear gente con armas contundentes pero raras veces se ponen de acuerdo en a quién... queremos explicar la postura común alcanzada por estas cuatro blogueras al respecto de Lucía Etxebarría.

A Noa le parece un horror, a Misia le moló "Beatriz y los cuerpos celestes", a Be no le gustó ése pero sí alguno de los otros -en concreto "Amor, curiosidad, prozac y dudas" y "De todo lo visible y lo invisible"-, y LaPerri pasa bastante. Pero las cuatro estamos de acuerdo en que, si un novio nos dejara por la Etxebarría, le declararíamos odio eterno a ella y a sus libros, y potaríamos en la cara de ambos siempre que fuera necesario (porque no olvidemos que EL CHUNGO ES ÉL).

Una última cosa. Sabemos que Interviú sacó hace tiempo unas fotos de la señorita Etxebarría en la playa con las lolas al aire. Para ser coherentes con nuestra campaña anti Tío Anselmo (ver
parte uno y parte dos), hemos decidido no admitir enlaces a las susodichas en los comments. No queremos coartar la libertad de nadie, pero los interesados que no sean vagos y se hagan un gugel como las personas.

martes, mayo 06, 2008

La invasión de los put*s chismes


CasaPadres es un hogar mayoritariamente femenino. El invencible equipo de las chicas está formado por una madre, tres hijas y, en otro tiempo, las dos perras que mejor jugaban al fútbol del mundo mundial. El masculino, un padre que vive como un marajá y, últimamente, un pastor alemán que le da apoyo moral. Villa Bragas, vaya.

Y en Villa Bragas siempre, pero siempre, se pierden los alambres de colores para cerrar las bolsas de pan de molde. Es un misterio. Según llegan a CasaPadres, los put*s chismes son absorbidos por algún vórtice misterioso y desaparecen sin dejar rastro.

No sé si por culpa de eso tengo un poni, pero no soporto encontrarme el paquete del pan cerrado con un nudo: me dan ganas de sacar el bate de purpurina y convertir el pan de molde en comida para palomas sin sacarlo de la bolsa. Creedme, las pinzas-cierra-cosas de Ikea han hecho mucho por mi salud mental.

Ahora vivo con dos chicos (aunque uno de ellos, al que llamaremos El Ingeniero Fantasma, prácticamente no pasa por casa) y en nuestra casa ocurre todo lo contrario.

El Hombre Malo los llama "alambres del pan" y El Ingeniero Fantasma "bridas", y no sé si será porque mis compis de piso les han puesto nombres más cariñosos que yo, pero los put*s chismes aparecen por todas partes, por-to-das-par-tes, con distintos colores, tamaños y formas. No importa que los tires, siempre hay más.

Una maraña de blancos y uno negro solitario, al lado de la tostadora, en la cocina.

Misma localización: uno verde despistado, cerca de la pila.

Uno verde y uno azul tranquilamente en la encimera (también en la cocina).

Entre los libros de la estantería.

Pequeña maraña (!) en la mesa baja del salón.

Gran maraña (!!!) en la misma mesa baja.

Verde solitario en una bandeja.

Dos put*s chismes semitransparentes (¡¡de dónde c*ño habrán salido!!),
uno negro, uno rojo y una maraña de blancos
dentro de un cajón.
Es como si se reprodujeran cada noche y por la mañana, zas, miles de put*s chismes por todas partes. Como esto siga así, un día nos echan de casa.

lunes, mayo 05, 2008

La banda sonora del desamor

Echo de menos a mi ex novio. Bueno, estrictamente, no es mi ex novio. Es decir, no es el último. Es mi ex novio de hace tres novietes y tres o cuatro rollos. Pero es el único novio al que considero merecedor del título de “ex”

Ya han pasado tres años pero da igual. Pienso en él. Sueño con él. Lo vi este invierno. Coincidimos en una fiesta. Iba con una chica. Hablamos 30 segundos. Desde entonces, no habíamos vuelto a tener ningún contacto. Hasta que el fin de semana pasado me encontré con una dedicatoria suya. No es escritor pero escribe. (Que no Be, que no es Pérez Reverte… pero casi)... Y allí estaban aquellas palabras dedicadas a una mujer que no soy yo.


Si en ese momento hubiera tenido un bazoca, habría salido a la calle a matar gente. Porque sí. Porque si yo sufro, que se joda el mundo. Quiero que todos sufran. Lo juro: pensé cosas descabelladas. Muy descabelladas. Sólo por hacerle daño a mi ex. Hijodeputa. ¿Cómo puede haber rehecho su vida, mientras yo sigo aquí, comparando con él a todos los hombres que conozco? ¿Por qué ¿Por qué? ¿Por qué?

Así que, desde el sábado, hago lo de siempre en casos de ira amorosa. Me puse a escuchar música de manera compulsiva. Error: el 95 % de las canciones pop hablan de ex novios, fracasos amorosos, rupturas y vidas tristes como la mía.

Ya lo dice el protagonista de “Alta Fidelidad”:

“¿Qué apareció antes, la música o la miseria? Se preocupan porque los niños juegan con armas o ven vídeos violentos por si les domina una especie de cultura de la violencia y les da igual que los niños escuchen miles, y digo miles, de canciones sobre sufrimiento, rechazo, pérdida, miseria y dolor. ¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido o estaba deprimido porque escuchaba música pop?"

En mi caso, la respuesta correcta es la primera. Escucho canciones sobre desengaños amorosos porque el amor se ha reído de mí. En esta crisis, me ha dado por escuchar a Los Planetas. Sus letras dicen cosas como:

“¿Qué puedo hacer
si después de tanto tiempo
no te dejo de querer?” —“Qué puedo hacer”



“Se ha reunido un comité de expertos
y ha decidido que se acabó lo nuestro
y a mí me habría gustado haber participado en el proceso” —“Reunión en la cumbre”



“Cuando ya lo tenga todo decidido
y le diga a todo el mundo que ya no estás conmigo.
Cuando no estés ya,
cuando no estés ya
y no haya nadie más” —“Himno generacional”



“Si todo va tan bien,
si todo es tan sencillo,
¿Por qué este vacío que siento?
Si está bien,
si está bien,
si es tan fácil,
¿por qué duele así por dentro? —“Si está bien”



En resumen: o cambio de gustos musicales o salto por un puente.