MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

lunes, agosto 06, 2012

La marea

Otro año que me ha dejado agotada. Porque menudo añito: entre el trabajo, las oposiciones, el inglés, la carrera, el baile y otras mandangas no he tenido ni tiempo de respirar. Mi vida social se ha reducido a la mínima expresión. Otro año que me ha dejado agotada y exprimida... y preguntándome mi vida siempre será así. Si tendré algún año más tranquilo en el que al acabar junio no esté exhausta y pensando que no voy a llegar a las vacaciones. Cada año me digo que todo esto es culpa mía, que siempre me meto en diez mil historias y que debería dejar algo. Pero ¿el qué? la mayor parte de ellas las hago para comer (mi trabajo) o para intentar asegurarme el trabajo en un futuro. ¿Qué me queda por quitar? ¿el baile? ¿el único rato de la semana en la que el tiempo es sólo para mí? ¿reducir aún más el tiempo para mis amigos? ni hablar. Y ahí voy dándole vueltas. Como cada año.

Este año, en medio del agobio, cuando estaba cansada de estudiar o trabajar, me daba cuatro minutos y ponía esta canción:

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El verano pasado, por estas fechas, fuimos a la isla de Cabrera en lancha. Al salir del puerto, el patrón puso esta canción mientras íbamos saltando sobre las olas. Escucharla es recordar ese instante de felicidad absoluta, de sentir la sal en los labios y el sol en la piel, mi pelo despeinado al viento, mis manos en la espalda de mi marido, el azul del mar saturando mis ojos. Un momento perfecto que he saboreado miles de veces.

Un año después vuelvo a Mallorca, a descansar y a olvidarme de mi agotamiento. Seguro que aparece otro momento perfecto que me ayude a sobrellevar el año que viene, que también se avecina interesante.

(Y voy a intentar no hablar más de cansancios y preocupaciones, que estoy más pesada que una vaca en brazos).