MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

miércoles, mayo 03, 2006

El bote sinfónico de Be, la secuela: cuando fui Demi Moore

Este post va dedicado a Misia, Noa, Anita, Zirie y Gato de Chershire. Para que veáis que siempre hay alguien que va un paso más allá.

Además de caerse el techo de la cocina casi encima de mi hermana pequeña, por culpa del bote sinfónico se levantó todo el parqué del cuarto de mi hermana mediana. Podemos decir que en aquella época no caía muy bien a mi familia, que me hacía responsable del incidente. Algo totalmente injusto.

Entre eso y mi horario, decidieron que me encargara yo de recibir a los múltiples operarios. Una mañana, mi madre se fue a trabajar dejándome instrucciones para recibir al técnico de Suelos Paco, que llegaría sobre las 10 de la mañana, y al operario de Hornos S.A (porque cuando llueve diluvia y el horno que-mi-madre-quiere-como-un-hijo-más-porque-cabe-un-cordero-entero también estaba estropeado) a las 3 y media.

A las 11:05 (no sé por qué me molesté en madrugar) llamaron al timbre. Era un chico como de veintipocos con pinta de eficaz. Me dijo “soy el técnico”. Le dije que “hola” y le ofrecí un café o un cola cao o algo. Me dijo que “no gracias”. Le dije “sígame” y me dirigí escaleras arriba al cuarto de mi hermana. Llegamos, abro la puerta del dormitorio, el chico mira la enorme cama rodeada de posters de futbolistas y, rojo como un tomate, me dice: “¿Y el horno dónde está?”

Quería morirme. Me acordé de la peli de Demi Moore y lo mal que termina la acosadora. Me puse más roja que él.


Lo primero que hice (tras dejarle en la cocina) fue correr al teléfono y llamar a mi madre para contárselo y reírnos. Con eso me quité el agobio/ridículo que tenía encima y le expliqué indirectamente el error al instalador (porque casi no había podido, con la vergüenza). A mi madre le hizo tanta gracia que se le pasó el (irracional y absurdo) enfado.

Lo malo es que aún se lo cuenta a sus amigas. Y a las mías. Y a las vecinas. Es una de sus historias preferidas.

11 comentarios:

lorzagirl dijo...

Acosadora!!!

Anónimo dijo...

es una de las mejores historias del mundo mundial... estoy riendome sola y me van a echar del curro por tu culpa

Anónimo dijo...

Me muero de la risa...¡¡Es buenísimo!!

Mataría por escuchar la versión que contó "el técnico" esa tarde en el bar...

Jörg dijo...

Be, que cosas te pasan, jajaja. ¿Le explicaste al "técnico" a qué se debía la confusión?

Be dijo...

Con el técnico no podía ni hablar... Se lo expliqué a mi madre por teléfono ("mamá, no te imaginas lo que acabo de hacer") a 3 metros del técnico. Si lo oyó, vale, y si no, pues...

Anónimo dijo...

jejeje...muy bien Be... en tu linea...pero me suena que hay alguna sesion de acoso peor...
Dana

Anónimo dijo...

jijiji!! alguna vez habría que invitar a un técnico de esos a que explicar sus anécdotas...imagináos, podría ser la "risión".
Por cierto, yo tengo una anécdota. No me ocurrió a mí, sino a una amiga. Ocurrió en el Instituto. Pasaba un profe por las clases porque iba preguntando a quién le interesaba apuntarse a una actividad extraescolar: ir a ver una representación teatral de la obra: La muerte, de Woody Allen. Pues en ese momento, mi amiga, que supongo estaría con la mente en otra galaxia, se levantó, y con cara de incredulidad dijo en voz alta conmovida: ¿Se ha muerto Woody Allen? Que pena, con lo bien que me caía...

Gato dijo...

Muy bueno, nena, muy bueno. Gracias por incluírme en el olimpo de las torpezas. Un día os contaré el momento más ridículo (cualitativa y cuantitativamente, por el rato que duró) que he protagonizado en el trabajo. Como sigamos con esto de contar estas cosas, sacaremos lo peor de nosotras mismas a la luz...

Rocío dijo...

Usuario anonimo, no sabía que eras tú. Feliz cumpleaños por adelantado.

Anónimo dijo...

Gracias por la dedicatoria, Be. Llevaba día queriendo escribir, para decirte que debió ser...pufff. Pero qué risa para los demás.
Si te sirve de consuelo, al charcutero le dije una vez, con voz entrecortada (porque conforme iba hablando me iba dando cuenta de lo que estaba diciendo): "quiero...esa morcilla...que tienes...ahí...", poniéndome roja a la vez que nerviosa. En fin, no volví a mirarle de la misma manera...

Be dijo...

Anita, gracias por tu historia con el charcutero. Mal de muchos, consuelo para Be: me siento menos sola e infinitamente más glamurosa.