MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

martes, mayo 16, 2006

El quid de la cuestión está en la sangre


Hace un tiempo, una de mis señoras me miró atentamente y me dijo:

- Tienes mal aspecto.- Una de las características de mis señoras es que pueden ser asquerosamente sinceras.- Tú no te alimentas bien. Seguro que no comes según tu grupo sanguíneo.

- ¿Qué?

- La dieta de la sangre. Resulta que según el tipo de sangre que tengas tienes que comer unas cosas u otras, porque sino tu cuerpo se estropea y te pones enferma. Yo lo hago y estoy estupendamente. A ver, ¿qué grupo sanguíneo tienes tú?

- A, creo.

- Ay, pobre.- Y me miró con cara de profunda pena. Ahí debí comenzar a temerme lo peor.

Al cabo de unas semanas, mi alumna me trajo un regalo: el libro donde se desarrollaba la teoría de la sangre y la comida. La teoría básica del lumbreras que escribió el libro es que el grupo sanguíneo determina la personalidad y las características físicas de las personas. Dice que a partir de un grupo básico africano de sangre, el 0, que es el grupo de los cazadores, salen los demás. Yo soy A, mutación que se hizo entre los agricultores. Los B son los pastores. Y como cada uno tiene sangres diferentes (unas más espesas, otras más claras), deben comer cosas que les vayan bien.

Yo fui directamente a las listas de los alimentos que podía y no podía comer. Ahí entendí porqué dijo mi señora "ay, pobre". Básicamente, a los A nos cae mal comer casi de todo, hay una laaarga lista de cosas ricas que nos sientan fatal y que nos conducen inexorablemente a la trombosis (la teoría es que tenemos la sangre espesa y que se aglutina con estos alimentos y venga, trombos navegando por nuestras venas). Lo que no debemos comer es:

- Todas las carnes, incluidas las de búfalo y tortuga (estas dos no me importan mucho, no voy comiendo búfalos por ahí. Pero las demás... el jamón, el solomillo...).

- Casi todos los pescados, como la merluza, el lenguado, el salmón ahumado (¡mierda!), los mejillones... también me va fatal la langosta, pero como esa no la cato por motivos económicos...

- Lácteos: todos mal. Incluidos los helados, todos los tipos de queso y la mantequilla (aquí sí que me entraron ganas de llorar: ¿qué no puedo tomar leche con colacao? venga, vamos...).

- Harinas y cereales: descartados los cereales de desayuno y el trigo (adiós, pan mimbo, y chapatas, y madalenas, y...).

- Vegetales: pues tampoco patata, pimientos, tomates, berenjenas, melón, plátano...

Hagámoslo a la inversa, quizás sea más fácil. Después de toda esta lista: ¿qué coño podemos comer los A? Porque creo que ya he nombrado todos los alimentos decentes de este mundo...

- Bacalao, sardinas y caracoles de viña (¿qué es eso?).

- Leche de soja (puaj).

- Soja, tofu y arroz (por fin un componente básico en mi dieta. El arroz, digo. Porque el tofu merece ser borrado de la faz de la tierra).

- Perejil, ajo, brécol, calabazas y lo mejor de todo: ¡alfalfa!

- Piña.

- ¡Vino tinto! (será para poder soportar la tristeza de vida sin cosas ricas).

Alfalfa salteada con ajito, perejil y soja, alimento de dioses.

Tengo varias opciones: o me muero de tristeza, o me muero de inanición, o me cambio de grupo sanguíneo. Pero creo que la cuarta vía será la mejor: voy a quemar el libro, a demandar al estadounidense que lo escribió por daños psicológicos (seguro que la demanda en EEUU prosperaría) y ahora mismo me voy a tomar un colacao con madalenas, que tanto hablar de comida me ha dado hambre. He dicho.

P.D. La alumna me regaló el libro hace unos meses, y como fue evidente que no varié mi peso (con lo que hubiera adelgazado si me hubiera mantenido a alfalfa, jo) volvió a decirme que sigo con mala cara... "se nota que no haces caso del libro". Pues no, pero como decía mi bisabuelo, no conozco a ningún grillo que pese más de treinta kilos.

P.D.2 El libro dice que la profesión perfecta para los 0 es la de instructor militar. Jijiji. Como ellos sí que pueden comer carne, tienen fuerza para gritar.

11 comentarios:

Patricia dijo...

¡Hombreeee! ¡Pero claro que sí, mujer! ¡Yo también soy A, y como caracoles de viña de toda la vida de dios!

Eso sí: de acuerdo contigo en lo del tofu. ¡PUAJ!

Amos anda... no poder comer jamón ni pan... ¿Estamos tontos o qué?

Be dijo...

Jajajajaja! Instructor militar? Sí, eh? Ahora entendeis que no es que sea mandona, es que sigo los impulsos naturales de mi grupo sanguíneo!

Tu bisabuelo era un hombre muy sabio, Misia. Y yo te emplazo aquí y ahora a confesar lo que pides (pedimos) siempre que vas (vamos) a un Starbucks, y no me refiero al pastel de queso, chocolate blanco y frambuesas (que también).

lorzagirl dijo...

La alfalfa no te la recomiendo, porque... este... una amiga salía con un chico que tomaba alfalfa para algo de la sangre, y el efecto secundario era parecido al de cierta pastillita que toman los señores para cumplir con sus señoras. Mi, ejem, amiga estaba encantada, claro, pero el chaval pasaba unos malos ratos en lugares públicos que para qué.
Va a tener que ser caracoles de viña sin guarnición.

Andrea dijo...

Mi padre se aficiono a esta caca de libro hace unos tres anos y me forzaba beber un vaso de zumo de pomelo todas las mananas (...se supone que a los del grupo A nos sienta bien) .

El libro a la hoguera, directamente! La vida sin jamon es un erial ; )

Misia dijo...

Vale, Be, esa excepción para la leche de soja es la única válida. Pero porque se diluye en el resto del brebaje que tomamos.
Lorzagirl, gracias por la información. Si alguna vez me encuentro con un inapetente (alguno hay por estos mundos de dios) ya sé con qué condimento secreto aderezar las cenas románticas... seguro que sale más barato que la famosa pastillita. Digo que es cuestión de la nueva cocina, que busca redescubrir ingredientes tradicionales y ya está. Encima quedo como una sofisticada y moderna mujer de mundo que está al tanto de las novedades culinarias.

Anónimo dijo...

Interesante lo de la alfalfa aunque yo creo que el chico de tu amiga lo utilizaba como excusa para no reconocer su debilidad por la chica.

Jörg dijo...

La señora que te dió el libro me parece un poco impertinente, ¿No?. ¿Presentaba ella acaso una imagen de salud exultante?

Misia dijo...

Bueno, yo no me tomo a mal lo que me dicen mis señoras(y eso que no se cortan y si un día estoy muy fea o me ven más gorda me lo sueltan) porque la mayor parte de las veces me dicen las cosas con la mejor intención del mundo. Es eso de "te lo digo por tu bien" hecho desde el cariño, aunque a veces te dejen hundida en la miseria.

Be dijo...

Misia, a veces eres tan buena y tan linda que dan ganas de acunarte.

Gato dijo...

Be, ahora yo también entiendo mi parte carnívora sanguinolenta; ¡la culpa la tiene mi grupo O positivo!

Misia, mi compañera de despacho me dijo un día, al ofrecerle una galleta: "no gracias, es que quiero cuidarme". Le contesté que yo también, pero que mi prioridad en este momento es tener mi cerebro operativo y para ello necesito dormir y comer lo suficiente. Y que los anuncios venden estilos de vida como una chica que no pasa de los 28, con pinta de ejecutiva que sale del gimnasio fantástica de la muerte, llega a una casa de diseño donde le esperan Kemp y dos niños también de diseño con una mesa de desayuno de exposición culinaria ES FALSA. Mi profesión no es la imagen, no invierto tanto tiempo, ni dinero en mi cuerpo (¡¡¡no podemos, Misia!!!)

Con que cada cierto tiempo me asalta la duda existencial...: ¿Me depilo,o me cambio de sexo?

Achab dijo...

Y yo A total y absoluto.. así me va...