MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

miércoles, septiembre 09, 2009

El verano de la Gatina

Este verano hemos dejado a la Gatina en casa de Gato y Rebilated. Fue el primer eslabón de la cadena de gatinas que nos hemos montado este verano (lo explica en toda su dimensión Gato en este post). Yo he estado encantada, porque me he quedado tranquila todo el verano dejando a la gatina en casa amiga, sabiendo que iba a estar muy cuidadita y mimada (además de entretenida, porque Rebi juega mucho con la gata). Y he podido disfrutar de Akira en Palma, que es una gata-perro preciosa y muy cariñosa.

El problema fue llevar a la Gatina a la Gata Rebilada. El día anterior yo la había llevado al veterinario, así que cuando el bicho vio de nuevo el transportín un "ohdioselseñorinyecciónyquememetecosasenelculillo" debió pasar por su mente. Al grito de MAAAAAAAUUUUUU, hizo todo lo posible que sus cuatro patas no entraran a la vez en la cajita de marras. Quince minutos después, muchos maus y mucha lucha, conseguimos que ninguna cabeza, pata o cola de gatina saliera del transportín.

Bien. Pues si malo es tener una gatina en un transportín, mucho peor es tener una gatina en un transportín en un coche. Los maus triplican su volumen y cuadriplican su frecuencia. Llevarla no me gusta, porque me da pena y me saca de quicio a partes iguales. Me puse la radio a todo volumen para no oírla, e hice un descubrimiento escalofriante: cuanto más pastelosa era la canción, más maullaba la gata. Si la vocalista era femenina, más maullaba la gata.

Cuando sonó una canción de Amaia Montero, tuve que apagar la radio. En primer lugar, por estar totalmente de acuerdo con las protestas de la gata respecto a la señorita. En segundo lugar, ya me pareció excesivo: encima de fastidiarla con el transportín, con el viaje el coche y con el susto, eso ya era tortura gratuita.

Llegué a la Gata Rebilada y después de tropecientas vueltas y de tener los nervios más crispados que un político español, conseguí aparcar a una calle de mi objetivo. Calculé y decidí que sí, que yo podía sola con mi maxi-bolso (colgado del hombro izquierdo), con el transportín (en la mano izquierda), la caja de arena (llena, encajada en mi cadera con la mano derecha) y la bolsa con sus cuencos y sus cosas (colgando de la muñeca derecha). Aún no sé cómo, conseguí cogerlo todo, cerrar el coche y recorrer penosamente los metros que me separaban del portal. Me sentía como un caracol con banda sonora (Maaaaaauuuuu), pero la gata y yo llegamos.

Sin soltar las cosas, conseguí llamar al portero automático:

- Gatooooo, ¿puede bajar Rebi para.... AAAAAGGHHHHHHH!

- ¿Misiaaa, qué pasa? ahora baja Rebi.

PLONC.

Explico el aaaaggh y el plonc: Mientras hablaba con Gato, no sé qué falló, pero de repente bajé la vista, vi abrirse la portezuela del transportín y, claro, asomar una cabeza de gatina. En medio segundo me imaginé a la gata corriendo por todo el barrio de Rebi después de hacer su propio prison break. Como no me quedaban manos (una en el transportín, la otra ocupada con la caja de arena llena) lo único que se me ocurrió fue empotrar el transportín contra el portal para bloquear la salida de la gata. Hubo un aaaagh (mío) y un gran plonc (que no sé si fue el portal, el transportín o la cabeza de la gata)

- ¿Misiaa?

- ¡Jeeeeeelp!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ¡Que baje el Rebi, por dioooooooooooooooooooooos!

Y ahí me quedé, en una extranísima postura, con el cuerpo ladeao, con un brazo extendido sosteniendo el transportín contra la puerta del portal, el otro brazo haciendo malabarismos para que no se me cayera la caja y no esparcir la arena por todo el portal, a la vez que el maxibolso y la bolsa se bamboleaban y me golpeaban desequilibrándome aún más.

Rebi no acababa de bajar (no se pueden bajar nueve pisos en menos de treinta segundos). Un señor vecino pasó y yo sonreí. Sonrisa profident de esas de "no pasa nada, sólo estoy tomando el fresco, esto es lo más normal del mundo" y, bueno, si no hubiera sido por la postura extraña, por el empotramiento del transportín contra la puerta y por los MAAAUUUS indignados que salían de la caja, realmente todo hubiera sido normal. Cuando Rebilated llegó, flipó un poco, me ayudó con la caja de arena y yo, con un movimiento más rápido que los de Flash, cerré la puerta del transportín empujando a la gata y sus maus hacia el fondo.

Aliviada, después de haber evitado la fuga de Alcatraz, subimos a casa y solté a la gata, que salió del transportín hecha un asco (del susto el pobre bicho se había hecho pis), cabreada y asustada. Nos miró dignamente, se refugió en un rincón bajo una mesa y decidió que no quería saber nada de la humanidad (y menos de su dueña) el resto del día.

La Gatina ya ha vuelto a casa después del verano. Como soy muy lista, no volví a Madrid hasta que Gato, Rebi y mi Anómalo la trajeron, así que yo me ahorré el viaje de vuelta con Maaaauuus y transportines (mil gracias, Gato&Rebi, por todo).

Post-post: Por cierto, estos días, como me daba pereza bajar al trastero, el transportín ha estado rulando por aquí. Y claro, la Gatina ahora ha decidido que lo adora y que es el sitio que en el que más desea estar del universo mundial.

Supongo que hasta la próxima vez que me vea con intenciones de volver a usarlo.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja, cómo me he reído y cómo te entiendo...lo mismo vivo yo todos los veranos con el gato-nieto de mis padres (así le llaman ellos, que no es cosa mía):
Gato contorsionista que estira patas cabeza y cola en todas direcciones para evitar el transportín.
Maullidos dramáticos en el coche desquiciándote los nervios (menos mal que el trayecto dura 15 min), y haciendo pensar al resto del mundo que se trata de un pobre felino maltratado por dueña sádica.
Gato escondido en un armario durante dos días hasta que acepta el nuevo hogar vacacional.
Gato con depresión postvacional que se muestra mohino cuando regresa finalmente con los dueños...pa que luego me echen a mi la culpa, que a ver que le he hecho....pero si habéis sido vosotros los que le habéis abandonado!
Menos mal que a mi gatuca la he acostumbrado al trasportín y está hecha toda una viajera!!

Cigi

Vida Dospuntocero dijo...

Pobre Gatina. Me he reido mucho porque me he acordado cuando llevamos al veterinario a mi gata hace muchos años, y no teníamos transportin. Tardamos una hora en meterla en una bolsa de deporte y costa de mil mordiscos y arañazos.

Felisuco dijo...

Lo mejor es tener el trasportin abierto todo el tiempo en alguna habitacion.Que se acostumbren a el.

Mis gatos a veces se duermen dentro.

Lo tienen como juguete todo el año, asi que cuando vamos al veterinario, ya le tienen confianza.(eso no quita para que cuando nos estamos acercando y se han coscado de lo que les espera, se pongan a maullar y a traquetearse...pero al menos meterlos en el trasportin no cuesta)

Sheena dijo...

Como me he reido!! gracias Misia, esta mañana lo necesitaba.
La semana que viene pasaré por algo parecido con mi gatina. Ya te contaré.
besitos!!

Anónimo dijo...

Cuántas veces hemos vivido esto en casa de mis padres! lo peor es que los transportábamos mis hermanos y yo con la jog!!! Pobres animales, no me extraña que alguno se fuera sin despedirse para siempre!!

Besos!

Fdo: Quelitas

Illuminatus dijo...

Mi gato también es un poco agonías pero la verdad es que si me descuido un poco podría llevarlo por ahí en una caja de Amazon. Que manía tiene por los escondrijos.

Erik D'Lan dijo...

Yo a este post le pondría banda sonora, pero no de Amaia Montero precisamente...

ca_in dijo...

Si he entendido bien, lo que se me ocurre preguntar es: ¿no se te ocurrió cubrir/cerrar la caja de arena con plástico del utilizado en cocina -para (p.e.) proteger el queso- y así no tener que preocuparte por su horizontabilidad durante el transporte?

Rebilated dijo...

No solo es que Rebi juegue mucho con la gata, también es que la echa muchísimo de menos desde que se fué, así que mañana un gato y servidor vamos a visitar a una tiparraca en Guadalajara que regala gatines y espero que nos volvamos con uno/una.

Ahí queda eso :D

P.D.: Fué un placer quedarnos con la bicheja, yo he estado encantado, pese a los sustos ventaniles que nos ha dado.

Gato dijo...

Pues éso. Gracias a vosotros por cuidar de Akira, pero la cadena de gatinas se va a hacer más compleja... creo que meteremos a los pedres de Rebi en el lío para poder seguir más allá, jijij!!

mariajesusparadela dijo...

No me compares eso con lo que te espera: meter 24 más o menos, en un aula, después de tres meses correteando...te vas a enterar de lo que son maullidos...

Biónica dijo...

Juas, mi gata soltaba sus MAUUUUS, de preferencia en la bañera... todavía hoy que hace tiempo que se ha ido, tengo las marcas en la espalda de a-garrarse a ella, como en los dibujos animados... qué ganas de tener un gatín, c*ñe...

Misia dijo...

Cigi, es que los gatos estos te miran con esos ojos, con esa cara de indignación y te hacen sentir la peor persona del mundo- maltratadora de gatines.

Vida DosPuntoCero, jo, es que si un gato no quiere es difícil hasta meterle en una plaza de toros por la puerta grande.

Felisuco, es que creo que lo agravé poniendo el viaje justo después del veterinario... no caí. Ains.

Sheena, bueno, espero que el día mejorara después de tu mañana horribilis ;) Suerte con la gatina.

Quelitas, jejeje, ¿con la moto? ¡hasta yo me acojonaría!

Illuminatus, um, yo creo que lo hacen para angustiarnos, a nosotros dueños, y que nos den vuelcos al corazón porque no encontramos al puñetero gato.

Erk D´Lan, jajajajaja, no lo había visto nunca, jajaja.

Ca_in, emmmm... um... no, no se me ocurrió :O Es que como a bajar las cosas me ayudaron no se me ocurrió que me faltarían manos. Me apunto la idea para la próxima (lerda que es una a ratos, jiji).

Rebi&Gato, mil gracias. ¡Quiero ver a vuestro gatín/ina en cuanto la traigáis, que de bichos enanos son súper monoooos!

MariaJesusParadela, nooo lo quiero ni pensaaaaaaar, jajaja.

Biónica, es que son puñeteros, pero se hacen querer los muy ladinos.

missmole dijo...

Y lo contenta que se debió poner a tu vuelta no??

Mira que es traviesa la vuestra, cómo conseguiría abrir un trasportín de esos? Suerte de tus reflejos!!

JuanRa Diablo dijo...

La suerte que tienes es que no haya un programa en la tele de petardeo y tomate rosa para gatos porque la Gatina iría y pondría a Misia como hoja de perejil ¿Qué no? Lo que yo te diga!

Misia dijo...

Missmole, no sé si fue habilidad de la Gatina o torpeza de la dueña, jeje. Seguro que Leela se porta mejor en estas situaciones...

JuanRa Diablo, jajajaja, síiiiii. Bueno, a mí y a Amaia Montero.