Estoy encantada con la moda de las últimas temporadas de los bolsos enormes. Así encuentro fácilmente bolsazos de los que me permiten llevar todo lo llevable al hombro: mis cuatro básicos (cartera, abono transporte, llaves, móvil: no salir de casa sin contar hasta cuatro), libro, papelotes del curro, estuche de cds, ropa de danza (falda, top, pañuelito de monedas, velo).
Hasta ahí lo mínimo. Pero la lista no se queda ahí, porque el maxi-bolso es un ser bastante egoísta con tendencia a engordar que se traga todo lo que pilla a su paso. Y como hay sitio, empiezas a meter los "porsiacaso": el lápiz de labios... unos pañuelos de papel... unos chicles... un cepillo por si salgo despelujada de la clase... un velo más por si alguna de las señoras se ha olvidado el suyo... un boli... un cuadernito por si se me ocurre algún post... A lo tonto, el maxi-bolso se ha vuelto un bolso con obesidad mórbida que colgado de tu hombro hace que camines con una inclinación lateral un tanto sospechosa.
El asunto acaba siendo muy poco útil, porque buscar algo en el maxi-bolso es tarea imposible. Acabas acumulando hasta siete bolis, porque como siempre los buscas en el bolso y nunca los encuentras, al día siguiente metes uno más. "Se me habrán perdido"- piensas. Y sí que estaban los seis bolis anteriores, pero en el único rincón al que tu mano no llegó. Yo ya me he convertido en especialista en montar numeritos del tipo Mary Poppins en la entrada del metro o delante de mis jefes: hay que sacar todo para encontrar el maldito abono o la facturita de marras. Con el añadido de que la gente flipa un poco cuando de mi bolso de chica formal empiezan a salir gasas, cosas doradas y pañuelitos de monedas.
El lunes pasado el maxi-bolso me venció. Había estado un poco malita el finde y mis rodillas estaban flojuchas. Aún así, me planté los tacones y el maxi-bolso. Y en un meneo del metro, mi maxibolso consiguió arrastrarme hacia atrás, pero mis pies se quedaron anclados en el sitio. Sólo se vencieron mis rodillas, que se doblaron y dejaron que mi espalda se cayera, bum, hacia atrás. Menuda sorpresa, cuando resultó que no había aterrizado con mi trasero en el suelo, sino que me había quedado en posición horizontal... encima de algo. Ese "algo" resultó ser una señora sobre la que me había caído y de la que no me podía levantar. Tuvo que venir un caritativo señor a ejercer de grúa levantándome a mí y a mi bolso para liberar a la señora. Sólo le pude esbozar una sonrisa a la señora, un avergonzado "lo siento" y a salir pitando de allí. Y en cuanto salí del vagón de metro, miré a mi maxi-bolso y le solté:
- ¡A Dios pongo por testigo de que mañana mismo te pongo a dieta!
Hasta ahí lo mínimo. Pero la lista no se queda ahí, porque el maxi-bolso es un ser bastante egoísta con tendencia a engordar que se traga todo lo que pilla a su paso. Y como hay sitio, empiezas a meter los "porsiacaso": el lápiz de labios... unos pañuelos de papel... unos chicles... un cepillo por si salgo despelujada de la clase... un velo más por si alguna de las señoras se ha olvidado el suyo... un boli... un cuadernito por si se me ocurre algún post... A lo tonto, el maxi-bolso se ha vuelto un bolso con obesidad mórbida que colgado de tu hombro hace que camines con una inclinación lateral un tanto sospechosa.
El asunto acaba siendo muy poco útil, porque buscar algo en el maxi-bolso es tarea imposible. Acabas acumulando hasta siete bolis, porque como siempre los buscas en el bolso y nunca los encuentras, al día siguiente metes uno más. "Se me habrán perdido"- piensas. Y sí que estaban los seis bolis anteriores, pero en el único rincón al que tu mano no llegó. Yo ya me he convertido en especialista en montar numeritos del tipo Mary Poppins en la entrada del metro o delante de mis jefes: hay que sacar todo para encontrar el maldito abono o la facturita de marras. Con el añadido de que la gente flipa un poco cuando de mi bolso de chica formal empiezan a salir gasas, cosas doradas y pañuelitos de monedas.
El lunes pasado el maxi-bolso me venció. Había estado un poco malita el finde y mis rodillas estaban flojuchas. Aún así, me planté los tacones y el maxi-bolso. Y en un meneo del metro, mi maxibolso consiguió arrastrarme hacia atrás, pero mis pies se quedaron anclados en el sitio. Sólo se vencieron mis rodillas, que se doblaron y dejaron que mi espalda se cayera, bum, hacia atrás. Menuda sorpresa, cuando resultó que no había aterrizado con mi trasero en el suelo, sino que me había quedado en posición horizontal... encima de algo. Ese "algo" resultó ser una señora sobre la que me había caído y de la que no me podía levantar. Tuvo que venir un caritativo señor a ejercer de grúa levantándome a mí y a mi bolso para liberar a la señora. Sólo le pude esbozar una sonrisa a la señora, un avergonzado "lo siento" y a salir pitando de allí. Y en cuanto salí del vagón de metro, miré a mi maxi-bolso y le solté:
- ¡A Dios pongo por testigo de que mañana mismo te pongo a dieta!
17 comentarios:
¡Ja! Pues buena suerte, que las dietas rara vez funcionan.
¿Y del bolsp sale uno más pequeño como en las matriushkas?
del mio sale hasta un yogurt a media mañana :-D
besukis!!!
Ay, a mí me pasó lo mismo. Hasta que le rompí el forro de dentro. Yo metía un tupperware y todo, un termo con té... en fin, la locura del maxi bolso me invadió. Y al final lo jubilé y no compré más maxi bolsos, así te obligas a economizar. Soy seguidora de la campaña: 'mierdas las justas'.
"La invasión de los bolsos mutantes"....qué gran película!
¿Cómo? me pregunto, ¿cómo pudieron sobrevivir los hombres y hasta realizar hazañas como conquistar cimas y descubrir continentes durante todos esos siglos (milenios) anteriores a que se pusiera de moda que ellos también pudieran llevar bolsos?
La linterna que llevo en el mío ya me ha salvado el culo en algún que otro garaje a oscuras.
El interior de los bolsos femeninos ha sido uno de los grandes objetos de curiosidad masculina desde que el mundo es mundo. Eso, y por qué van en parejas al baño, claro...
Yo una vez caí sentada sobre un hombre extraño ... cuando me levanté me miraba, y me hacía pestañitas....
A ver si espabilo y me caigo sobre una señora, hombreyá
Pues yo no pienso ponerme a régimen, y menos a mi bolso, que me ha salvado innumerables veces. Y con mis amigas hacemos concurso de 'a ver quién lleva lo más raro en el bolso' y mola :)
Otro punto a favor de las mochilas.
¡No! ¡No lo hagas! Dieta no, aquello que decidas suprimir d etu equipaje, aunque sea lo más pesado que hayas arrastrado por la ciudad durante meses, justo aquello, si lo dejas en casa, lo necesitarás. Es una de esas cosas que no fallan.
Mmuaa..
Los maxibolsos son totalmente prescindibles, lo cual los hacen indispensables.
Es algo como las maximaletas
¿Hay alguna relación entre los bolsos grandes y las ingentes cantidades de jamón en tu cocina?
qcqrds
Es verdad, no lo pongas a plan, que seguro que el día que te dejes en casa ese paraguas que llevas desde hace años en el fondo del bolso, caen rayos y centellas..
Jodía Ley de Murphy...!!
Pásate x mi blog que te he dejado un regalo!!
Un besote
Chache, eso lo he experimentado en mis propias carnes, jaja.
Capitán, cómo conoce a las mujeres...
Sheena, y manzanas, y tuppers, y...
Querida, ¡¿un termo de té?! qué campeona.
Luis, el mío tiene vida propia, a veces me siento como el profesor ese de Hogwarts que acarreaba a Voldemort.
E.Martin, yo aún no he llegado a la fase linterna. Me preocuparía mogollón.
Manu, si supieras la de cosas extrañas que han salido de mi bolso y de los de mis amistades...
Anónimo, las señoras suelen ser más confortables, aunque que te hagan ojitos levanta el ánimo, ¿no?
Géminis despechada, el factor sorpresa mola, pero pesa.
Iluminatus, pero es que mis maxibolsos son tan bonitos... punto para ellos.
Tamaruca, la inexorabilidad de la ley de Murphy.
Juan, y luego es cuando te pegan el palo en Iberia por sobrepeso.
Anómalo, el jamón hubiera podido ser transportado en mi maxibolso y apenas habría asomado la pezuñita.
¡Muchas gracias, Nona!
yo por eso prefiero los bolsos pequeños, se encuentra antes las cosas y ademas soy muy pokita cosa no podria con un maxi-bolso ni estando medio vacio
A mí me pasa igual: en un maxi bolso entra todo, y eso es bueno y malo a partes iguales. De momento he solucionado el problema de encontrar las cosas metiendo las cositas pequeñas como chicles, imperdibles, boli... en una especie de neceser que va dentro del bolso. Tiene la doble ventaja de que además no te tiras 15 minutos haciendo el traspaso de un maxi bolso a otro!
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