MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

lunes, marzo 21, 2011

Nivel dos de ahogamiento: monitor

Sigo en clase de natación, aún no he abandonado. El monitor (desde ahora llamémosle... em... Monitor) que me da clase es majete, aunque desde el primer día que le vi, estoy en un mar de dudas. Desde que me saludó no pude apartar un pensamiento de mi cabeza:

¿De qué conozco yo a este tío?

Monitor me suena un montón. De hecho me quiere sonar de una noche de copas y bailoteo. Va a sonar fatal, pero me da la impresión de que este tío me entró en algún momento del pleistoceno. ¿O sólo se parece a algún tío que intentó ligar con nosotras sin éxito? no sé, la noche (y el tiempo y las copas) me confunden. La cuestión es que le visualizo perfectamente en el sitio de la música molona y la gente pasada de rosca hablándome al oído con tono zalamero. La siguiente pregunta es la siguiente: ¿se acuerda él de algo semejante? ¿le sueno? ¿o definitivamente me confundo de tío o de vida?

A veces esas dudas me hacen sentir un poco incómoda. Esa incomodidad un día se convirtió en inmensa vergüenza por algo que pasó. Yo estaba metida en la piscina, agarrada al bordillo esperando a que me diera instrucciones (¡cuatro largos de crowl haciendo el pino en el fondo de la piscina y cantando la Marsellesa!), hasta que llegó y se acuclilló. Con las piernas abiertas. Fui a mirarle a la cara, pero en el camino desde el bordillo a su cara, mis ojos tropezaron con algo.

Subí a su cara. No me lo podía creer, tenía que comprobarlo, así que eché un segundo rápido vistazo, pero sin otra intención.

Sí.

¡Un huevo, con sus pelillos y todo asomaba por sus pantalones cortos!

Bajé la vista, me agarré aún más con las manitas a mi bordillo y clavé mis ojos en su textura rugosa. La del bordillo, claro está. Pero este tío ¿a cuánta gente habrá enseñado su genital? ¿no será consciente que desde abajo, si no lleva ropa interior o la lleva muy holgada, si se pone así, se le ven los huevos? ¿será un despiste? ¿una extraña táctica de acercamiento sexual? ¿¿necesidad de libertad y de airear a sus pequeños? ¿hippismo rebelde? Mientras yo pensaba todo esto, intentaba no mirar hacia arriba, porque si no controlas, a veces los ojos se van sin querer a ciertas cosas que no deberías mirar, como unas tetas demasiado exhuberantes o un accidente o grano enorme o un huevo traicionero. Y me repetía como un mantra "miraelbordillo, elbordilloestuamigo, québonitoypocopeludoestubordillo).

- Y blablabla, coges estas pesas y haces cuatro largos de espalda... ¿ok?

-

- Misia, ¿te has enterado seguro?

- Sísisisisi.

Me puse a nadar rápidamente, para quitarme el shock de encima. Verle el huevo a mi monitor, ese mismo que pienso que intentó ligar conmigo años atrás, me hizo sentir un pelín incómoda. A mitad de la piscina la incomodidad se transformó en sentimiento de ridiculez y me entró un ataque de risa. Me tuve que agarrar a la corchera porque de la risa empecé a tragar agua y a boquear.

De vuelta a mi bordillo, Monitor me advirtió:

- ¡Eh! no te ahogues, que acabo de merendar y no pienso tirarme a la piscina a buscarte.

Encima de que fue culpa de su huevo, no del mío.

martes, marzo 08, 2011

Testimonios escalofriantes: mi novio era Gadafi


Después de unas semanas apasionantes y, si tu trabajo es contar lo que pasa en el mundo, estupendas, Egipto consiguió echar a Hosni Mubarak. El éxito de la revolución en el país que durante años ha marcado el pulso del mundo árabe dio un nuevo impulso a las revueltas por la zona.

Yemen, Bahrein, Libia… Cada país ha reaccionado de una forma diferente, pero Gadafi ha pasado semanas ignorando las protestas, acusando a los manifestantes de tomar drogas, perdiendo embajadores por todo el mundo, bombardeando aéreamente a su propio pueblo, negándolo, contratando mercenarios, negándolo, violando derechos humanos, negándolo de nuevo en aburridísimos discursos de HORAS por la tele… y esta perriodista que les habla ha estado viendo todos los días esta cara:

Y lo que es más importante: ¡¡este pelo!!

Y mientras contaba cosas muy profesionalmente, una pequeña parte de mi cerebro se preguntaba: "¿A quién me recuerda este tío?"

Hasta que una noche mi teléfono sonó, y era un ex del jurásico, y algo hizo clic: ¡¡No es que me recuerde, es que son clavaos!!

Mi ex, al que llamaremos mi Gadafi para simplificar, lleva el pelo así.

Y le parece el culmen de la elegancia. Le va el look étnico:


Aunque es súper de Madrid y sus padres gallegos. Y no lleva uniformes, pero sí camisas como de este estilo.

Con el cuello así, y tal. En plan mestizaje. Y es megafan de los fulares.






Creo que aún no tiene una enfermera bielorrusa, pero no por falta de ganas.

Lo que sí tiene es su propia guardia amazónica. Después de un montón de años encadenando una novia con otra, mi Gadafi decidió "recuperar el tiempo perdido". En estos meses ha ido reclutando no sé si 200 pero sí muchas mujeres que probablemente a estas alturas ya sean expertas en artes marciales, uso de armas de fuego, armas blancas, pilotos de aviones de combate y hasta francotiradoras de élite.


Aunque dudo que su motivación para dominar todas esas técnicas haya sido precisamente defender la vida de mi Gadafi. Más bien todo lo contrario: es lo que tiene que tu lema vital sea "yo a los palacios subí, yo a las cabañas bajé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí – y me encanta". (*)

Y tampoco creo que sean vírgenes.

Y ya paro, que parezco Isabel Pisano escribiendo de Yasir Arafat.

(*) Por suerte, yo soy muy anterior a esa época.