Alguna vez he expresado por aquí la frustración que sentimos los profesores ante la campaña de desprestigio al que nos están sometiendo los políticos. Hoy ha tocado vivir otro episodio lamentable. La Comunidad de Madrid, como argumento de apoyo a su plan de cambiar el baremo de puntuación para trabajar como interino, ha publicado una serie de datos sobre los exámenes de oposición a maestro que fueron el año pasado. La Comunidad no se ha limitado a publicar una estadística sobre aprobados y suspensos o sobre las materias en las que más flojean los aspirantes a maestros. No. También ha publicado su propia antología del disparate para poner en ridículo a los candidatos y reforzar su tesis de que esa gente no puede enseñar nada a nuestros niños. Las respuestas proporcionadas son lamentables (y me da a mí que más de una fue dada de coña) pero no es difícil encontrar a gente con un nivel lamentable entre más de 14.000 aspirantes. Pero se quiere generalizar y hacer pensar que TODOS los que suspendieron tienen ese nivel de ignorancia, cosa que no es cierta, para legitimar su reforma. Entre otras cosas, la Comunidad olvida mencionar que hubo gente que pasó esa fase de conocimientos básicos pero que no aprobó la siguiente. Olvida que hubo multitud de denuncias por irregularidades en ese examen. Olvida comentar que ese examen se planificó con sólo cinco meses de antelación y sin temario definido. Y, ojo, no estoy defendiendo a los maestros que no estén preparados, yo soy la primera que no quiere compañeros que no estén al nivel, sólo estoy diciendo que las cosas no son tan blancas o negras como se presentan.
La Comunidad ha presentado estos datos para justificar el cambio de baremo de la lista de interinos, tanto en el cuerpo de maestros de primaria e infantil como en el de profesores de secundaria. A partir de ahora el criterio que va a primar para trabajar con interino va a ser la nota del examen (un 80%). El gobierno regional pretende reclutar sólo a los mejores y que nadie que no haya aprobado trabaje como interino. Hasta aquí, bien. Me parece estupendo que quieran dar los mejores profesores a nuestros niños y adolescentes. Pero las cosas no son tan simples como se pintan. Una aclaración: a partir de ahora voy a hablar sólo del proceso selectivo de los profesores de secundaria, que es el que conozco bien porque lo he sufrido.
En la última oposición de secundaria, que fue en junio, aprobaron muy poquitos profesores, alrededor del 10-15% de todos los que nos presentamos (al menos en mi especialidad). Muy pocos de los aprobados obtuvieron plaza (en mi especialidad hubo once plazas libres para casi tres mil candidatos). Según la lógica de la Comunidad, el 90-85% de los que se presentaron a la oposición no están preparados para ser profesores, ya que suspendieron. ¿Es eso un argumento válido? No. Porque en el caso de las oposiciones de profesores de secundaria, la Comunidad determinó que sólo un pequeño porcentaje de opositores podía aprobar la primera fase, el resto suspendía irremediablemente, aunque hubieran hecho un buen examen. Me explico: la primera fase podía hacerla cualquiera que cumpliera los requisitos de la convocatoria (tener una licenciatura, el CAP y todo eso). Se trataba de un examen teórico, de temas largos a desarrollar y un examen práctico y era eliminatorio. La segunda fase consistía en un examen oral en el que se presentaba una programación y una unidad didáctica. Cada examen oral duraba una hora y pico, tiempo durante el cual todo el tribunal estaba pendiente un solo opositor. Pero se determinó que la segunda fase de la oposición debía realizarse en un máximo de dos días, por lo que cada tribunal tuvo que aprobar a un porcentaje bajo de gente (que osciló entre un 4% y 20% de los opositores, según los tribunales) para poder realizar los exámenes orales a tiempo. Es decir, no pudieron aprobar la primera fase a más de 16 personas por tribunal - como tope, de hecho la mayor parte de tribunales aprobaron a muchos menos - porque sino no daba tiempo material a hacer los exámenes orales en dos días. Eso significa que hubo mucha gente que hizo muy buen examen escrito pero que se quedó fuera porque se decidió aprobar sólo a los tres, cuatro o quince mejores para amoldarse a los tiempos (otra de las injusticias de las oposiciones es la disparidad de criterios entre tribunales. Algunos aprueban a tres y otros a quince... misterios de la vida). En fin, lo que trato de decir que es si alguien os dice "suspendí la primera fase de la oposición de profesor de secundaria" jamás penséis que es un manta. Puede que hiciera un examen estupendo. Pero a veces eso no es suficiente para aprobar.
Sería gracioso que yo empleara este sistema en clase: "sois cuarenta. Con criterios justos y objetivos, habéis aprobado dieciocho, llegáis bien a los conocimientos que se exigen. Pero como son demasiados aprobados, vamos a poner la nota de corte en un... ocho. Por tanto, habéis aprobado tres y el resto, suspensos. Y el ocho se ha convertido en un aprobadito justo, un cinco ¿eh? no te vayas a creer que eres bueno, ni nada de eso. Hala, con Dios".
La cuestión es que ahora prácticamente sólo va a contar la nota para la lista de interinos y apenas cuentan la experiencia y los méritos (por ejemplo, ahora mi segunda licenciatura, mi máster o mis cursos de didáctica no se valoran en esa lista). Bueno. Hay gente malintencionada que dice que este cambio, más que para seleccionar a los mejores profesores, es para ahorrar dinero. A la gente con experiencia hay que pagarles trienios y sexenios. A los recién licenciados que están en paro y tienen todo el tiempo del mundo para preparar la oposición no. Quién sabe. Yo sólo espero que, si van a aplicar este baremo para la lista de profesores de secundaria, realmente dejen aprobar a los que se lo merezcan, no sólo al pequeño porcentaje que ellos decidan.
Y una última cosa. Ya que el gobierno regional tiene este loable afán por seleccionar a los mejores profesores disponibles, yo propondría que los profesores irlandeses, británicos o estadounidenses que están contratando para participar en el programa de bilingüismo pasaran la misma prueba de conocimientos que nosotros. Si no ¿cómo van a demostrar que son los mejores, que es lo que la Comunidad quiere para nuestros alumnos? Por ahora han demostrado que saben inglés y ... y... pues eso, que saben hablar inglés. Si pasan el proceso de oposiciones habrán demostrado que son lo que nuestros alumnos necesitan y, además, podrán cobrar lo mismo que los profesores de aquí (sí, a los pobres les pagan menos) y trabajar las mismas horas (sí, los pobres trabajan más horas).
En fin. ¿Por qué será que acabamos hablando siempre de dinero cuando hablamos de educación?