Después de unas semanas de tranquilidad por casa-suegros, casa-padres y tierras granaínas, he regresado al hogar. Todo estaba en orden y tal y como lo dejé antes de irme. Todo... No. Cuando fui a coger el coche, me quedé patidifusa. Lo había lavado una semana antes de irme y, aunque sabía que no iba a estar igual de limpio cuando regresara, el panorama que me encontré a mi vuelta fue... asqueroso.
Todo el coche (cristales, capó, techo... todo) estaba cubierto de unas enormes manchas y unos churretones rarísimos, como si lo hubieran bombardeado con harina y agua o algo parecido. Había restos de comida pegados al capó (como trozos de barritas de cereales masticados y escupidos). Y lo peor: tenía un trozo de plástico finito rosa pegado en el parabrisas. El plástico me pareció muy sospechoso, así que miré bien y vi que el resto del plástico se había deslizado hasta el fondo del parabrisas: era un condón sabor fresa, que parecía haber sido usado como globo de ¿agua? ¿agua y harina? Un ascazo total. Flipé. Flipé hasta que miré hacia arriba: había cometido un enorme error táctico. Había dejado mi coche aparcado debajo del balcón de Evil Niño.
Me acordé de todos los antepasados de Evil Niño y el Niño Cangrejo (1) y lo dejé estar. Hasta hoy. Esta mañana estaba estudiando estadística cuando unos gritos han llegado desde la calle:
- ¡TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA!
Bueno, eso no es raro. Esto es Chonilandia y las amenazas a gritos (en plan broma o no) están a la orden del día. Ayer mismo uno le gritaba a otro que le iba a follar el culo en zigzag. Pero lo que me interesó fue la continuación de los gritos:
- ¡PUTOS NIÑOS! ¡COMO VOLVÁIS A ESCUPIRME A MÍ O A MI COCHE SUBO Y OS ARRANCO LA CABEZAAAAA!
No lo he podido evitar. Ha sido oír eso y saber que se estaban refiriendo a Evil Niño&co. He salido y me he encontrado a la Vane, la hija veinteañera de la vecina de abajo de Evil Niño, en la calle, al lado de su coche,gritando hacia el balcón del susodicho. No hace falta decir que la Vane es un gran ejemplar choni de Chonilandia (pero es buena tía, que conste, muy maja... hasta que le escupen en el coche, parece ser).
- ES QUE NO PUEDE VENIR NADIE A ESA CASA NORMAL, COÑO. ¡TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA! ¡PUTO NIÑO! ¡MECAGOENTURAZA!
Con el griterío han aparecido varias vecinas por la calle y la Vane les contaba las tropelías del Evil Niño (aderezándolo con alguna voz hacia el balcón con lo de la cabeza y eso).
Yo observaba desde mi balcón. Los niños (esta vez había una niña un poco mayor, como de unos doce años), que se habían escondido al empezar los gritos, asomaron la cabeza un poco, sin que la Vane les viera desde abajo. Pero no esperaban encontrarme a mí.
Les he mirado intensamente y, con mucha seriedad, pero sin levantar ni un ápice el volumen de voz, en plan muy suave pero amenazante (sí, es mi tono de profesora chunga), les he dicho:
- Basta ya de escupir a los coches, de tirar guarrerías y de insultar a la gente. Ya sé quién es vuestra abuela y sé a las horas en las que está en casa. Como volváis a portaros mal, voy a ir a hablar con ella, a ver qué le parece que le escupáis a la gente.
La cría no ha dicho ni mu, pero ha abierto mucho los ojos y ha puesto cara de susto. Acto seguido, han cerrado la persiana y no han vuelto a asomar la nariz en toda la mañana.
No sé qué cuál de los estilos de amenaza será más efectivo: si el ira desatada style - te voy a arrancar la cabeza o el padrino mafioso style -te voy a lanzar a la abuela. Lo único que espero es que alguno de los dos haya funcionado, al menos durante una larga temporada. Sino, os juro que voy a ir a hablar con la abuela. No sé si arreglaré algo, pero al menos me dará para un tercer post.
(1) Ha pasado a ser el Niño Cangrejo por su semejanza, sobre todo capilar, con el Hombre Cangrejo de "me llamo Earl".
Todo el coche (cristales, capó, techo... todo) estaba cubierto de unas enormes manchas y unos churretones rarísimos, como si lo hubieran bombardeado con harina y agua o algo parecido. Había restos de comida pegados al capó (como trozos de barritas de cereales masticados y escupidos). Y lo peor: tenía un trozo de plástico finito rosa pegado en el parabrisas. El plástico me pareció muy sospechoso, así que miré bien y vi que el resto del plástico se había deslizado hasta el fondo del parabrisas: era un condón sabor fresa, que parecía haber sido usado como globo de ¿agua? ¿agua y harina? Un ascazo total. Flipé. Flipé hasta que miré hacia arriba: había cometido un enorme error táctico. Había dejado mi coche aparcado debajo del balcón de Evil Niño.
Me acordé de todos los antepasados de Evil Niño y el Niño Cangrejo (1) y lo dejé estar. Hasta hoy. Esta mañana estaba estudiando estadística cuando unos gritos han llegado desde la calle:
- ¡TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA!
Bueno, eso no es raro. Esto es Chonilandia y las amenazas a gritos (en plan broma o no) están a la orden del día. Ayer mismo uno le gritaba a otro que le iba a follar el culo en zigzag. Pero lo que me interesó fue la continuación de los gritos:
- ¡PUTOS NIÑOS! ¡COMO VOLVÁIS A ESCUPIRME A MÍ O A MI COCHE SUBO Y OS ARRANCO LA CABEZAAAAA!
No lo he podido evitar. Ha sido oír eso y saber que se estaban refiriendo a Evil Niño&co. He salido y me he encontrado a la Vane, la hija veinteañera de la vecina de abajo de Evil Niño, en la calle, al lado de su coche,gritando hacia el balcón del susodicho. No hace falta decir que la Vane es un gran ejemplar choni de Chonilandia (pero es buena tía, que conste, muy maja... hasta que le escupen en el coche, parece ser).
- ES QUE NO PUEDE VENIR NADIE A ESA CASA NORMAL, COÑO. ¡TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA! ¡PUTO NIÑO! ¡MECAGOENTURAZA!
Con el griterío han aparecido varias vecinas por la calle y la Vane les contaba las tropelías del Evil Niño (aderezándolo con alguna voz hacia el balcón con lo de la cabeza y eso).
Yo observaba desde mi balcón. Los niños (esta vez había una niña un poco mayor, como de unos doce años), que se habían escondido al empezar los gritos, asomaron la cabeza un poco, sin que la Vane les viera desde abajo. Pero no esperaban encontrarme a mí.
Les he mirado intensamente y, con mucha seriedad, pero sin levantar ni un ápice el volumen de voz, en plan muy suave pero amenazante (sí, es mi tono de profesora chunga), les he dicho:
- Basta ya de escupir a los coches, de tirar guarrerías y de insultar a la gente. Ya sé quién es vuestra abuela y sé a las horas en las que está en casa. Como volváis a portaros mal, voy a ir a hablar con ella, a ver qué le parece que le escupáis a la gente.
La cría no ha dicho ni mu, pero ha abierto mucho los ojos y ha puesto cara de susto. Acto seguido, han cerrado la persiana y no han vuelto a asomar la nariz en toda la mañana.
No sé qué cuál de los estilos de amenaza será más efectivo: si el ira desatada style - te voy a arrancar la cabeza o el padrino mafioso style -te voy a lanzar a la abuela. Lo único que espero es que alguno de los dos haya funcionado, al menos durante una larga temporada. Sino, os juro que voy a ir a hablar con la abuela. No sé si arreglaré algo, pero al menos me dará para un tercer post.
(1) Ha pasado a ser el Niño Cangrejo por su semejanza, sobre todo capilar, con el Hombre Cangrejo de "me llamo Earl".