Me encanta el mar.
Si no voy a la playa unos diítas en verano es como si no hubiera tenido vacaciones. Me encanta todo, tostarme (moderadamente, que soy muy blanca) al sol mientras escucho el ruido del mar, darme bañitos largos y relajados (nada de nadar miles de kilómetros, a mí me mola chapotear, flotar relajadita y jugar con las olas), dormir la siesta a la sombra, ver atardecer (por la tarde es cuando mejor se está en la playa, mmmmmm), volver a casa agotada pero feliz... Es donde mejor desconecto.
Me encanta el mar.
Pero también le tengo mucho respeto.
Mi ex me llama cobardica por mi especial relación con los tres grandes peligros del mar: la Ola, la Corriente/la Resaca y el Bicho.
LA OLA
A mí lo que me mola es el Mediterráneo (el Mediterráneo chupi: no el que está calentorro y lleno de gente, sino el limpísimo y de temperatura perfecta), pero durante algunos años las BeSisters nos vimos abocadas, por obra y gracia de nuestros padres, a pasar las vacaciones de verano en Asturias. Muy bonito, mucha comida rica, mucha marcha nocturna (ou yeah)… pero el mar es un asco.
Tú te metes… si puedes, porque el agua está helada… hasta donde puedes, porque el agua está helada… y cuando vas a empezar a hacer el tonto y pasarlo bien… en el miniratito que tarde en llegar la hipotermia… va la OLA, viene, y se te lleva. Cada verano la OLA se lleva por delante 723 partes de arriba de bikinis, 351 partes de abajo, 2878 horquillas/gomas de pelo y dos docenas de niños menores de 5 años de los brazos de sus madres. Y eso sólo en Asturias.
Y de noche ni te acerques.
LA CORRIENTE/LA RESACA
En Asturias si no te congelas se te lleva la ola, y si no se te lleva la ola te arrastra la CORRIENTE. En el Mediterráneo de vez en cuando hay… RESACA.
Recuerdo un verano, en una maravillosa playa de Gerona, cuando yo no era más que una pequeñísima Be que jugaba con su prima Gordi haciendo el indio en un colchón inflable, y la RESACA se nos fue llevando, llevando… arrastrándonos más y más adentro… hasta que mi papá vino al rescate, porque un poco más y acabamos en Marruecos (sí, desde Gerona, qué pasa).
Recuerdo otro verano, en una maravillosa playa de Menorca, que una pequeña Be hacia el tonto sobre una tabla de windsurf que era como 8 veces ella… y cuando se quiso dar cuenta estaba ya en la quinta puñeta secuestrada por la RESACA y su papá se acercaba nadando para rescatarla y devolverla a la orilla.
Menos mal que estaba mi papá. La RESACA es malvada y traicionera.
EL BICHO
En Asturias están los ariegos, unos peces con pinchos que se entierran en la arena para que el único de la playa que haya sobrevivido a la ola y la corriente/resaca vaya y lo pise. El BICHO duele que no veas.
En el Mediterráneo viven las p*tas medusas. Yo conocí una de cerca en Túnez y casi no lo cuento. Aquí el héroe de la historia fue Efe, que me rescató, desenredó el tentáculo asesino que se aferraba a mi tobillo con tres vueltas y me restregó tomate tunecino remedio local– en la zona afectada.
En Almería hay pececitos preciosos que los he visto yo haciendo snorkel. Y en Mallorca hay peces varios que tampoco tienen pinta de morder. Pero seguro que también habrá cosas (BICHOS!!!) peores. Que sí, que he visto todas las de Tiburón.
Pues que les den a las tres cosas. Porque esta Semana Santa me voy a convertir en… ¡¡¡SuperBe Buceadora!!!
Éste es mi traje de superheroína, pero el Hombre Malo ha mencionado algo de buscarme uno lo más parecido posible al traje de Princesa de Comando G (¡¡rosa!!) si me aficiono de verdad al submarinismo.
Éste es mi traje de superheroína empaquetado. En realidad es una excusa para enseñaros la pared tan chupi que tenemos en casa en el salón pequeño.
Voy a hacer un cursillo intensivo con Streetgirl y una amiga suya que tiene antecedentes de terminar las noches de farra tocando el yembé en topless en los paseos marítimos. Y planeamos pasarlo genial.
Y como voy a tener que estar pendiente de otras cosas, que me ha dicho mi primo Sunrider que si haces algo mal buceando explotas o implotas o algo así… me parece que de la Ola, la Corriente/Resaca o el Bicho se va a preocupar Rita.