Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!
Mi marío y yo lo estuvimos hablando una larga temporada. Los me apetece/ no es el momento / ¿crees que es una buena decisión? al final fueron un "sí" y nos decidimos a ampliar la familia.
Y ya no somos sólo tres en casa, a los dos humanos y una gatina se suma él:
Nos lo trajo Towsend de algún lugar de la Castilla profunda (gracias, Tow) y es una monería. Es hijo de una gata de su familia y de padre desconocido. Ha crecido un montón desde que nos lo trajimos a casa en septiembre. Cuando llegó era así:
... pero ha crecido mucho. No sólo ha ido cambiando de tamaño. Creo que también se va desvelando el misterio de quién es su padre. Hemos reducido el ámbito de nuestras sospechas a tres individuos:
Robin. Un malo le dio una leche estratosférica y acabó del impulso en Castilla profunda. Allí se enamoró de la gata Towsiana y procrearon, pero él no lo sabe. Tuvo que volver a Gotham para seguir combatiendo al mal.
Alguno de los golfos apandadores. Su aspecto engaña, en realidad son unos eruditos amantes de la obra del gran Cervantes y se vinieron a Castilla a hacer la ruta de Don Quijote, con su ejemplar del libro bajo el brazo para hacer lecturas dramatizadas en los caminos manchegos. También pararon en varios pueblos, para buscar a su Dulcinea. Uno de ellos encontró a la gata towsiana, que le hizo perder la razón momentáneamente. Tras una noche de pasión, el apandador se lanzó contra un molino que supuestamente había ofendido a su amada diciendo que era un ser peludo.
Un lirón careto. La gata towsiana se fugó al bosque. Huía del apandador, que después del trompazo contra el molino recuperó su ser y le vació hasta la caja de arena. Y se encontró con el lirón careto. El suyo fue un romance fugaz, la gata se aburrió porque su amado era un coñazo que se caía frito por cualquier esquina del bosque. Y si un gato opina que duermes mucho, es que eres un auténtico lirón marmota.
¿No os creéis que alguno de estos tres sea el papá del bicho? a las pruebas me remito:
Ejem. Perdón por esta estupidez de post, pero me apetecía presentar al bicho.
La fantástica foto del lirón careto es de aquí, la de Robin de aquí y la de los apandadores la he encontrado aquí. Si hay algún problema, escribidme a quedateadormir@gmail.com.
Quizás sea una sofisticada técnica para evitar que los malos datos económicos y de ocupación sigan creciendo mediante la táctica psicológica de desgaste del usuario y de búsqueda del abandono previo a la inscripción por desánimo, pero, tal y como están las cosas, poner una oficina del paro...
...en la calle Salsipuedes a mí me parece que tiene muy mala leche.
Después de unas semanas de tranquilidad por casa-suegros, casa-padres y tierras granaínas, he regresado al hogar. Todo estaba en orden y tal y como lo dejé antes de irme. Todo... No. Cuando fui a coger el coche, me quedé patidifusa. Lo había lavado una semana antes de irme y, aunque sabía que no iba a estar igual de limpio cuando regresara, el panorama que me encontré a mi vuelta fue... asqueroso.
Todo el coche (cristales, capó, techo... todo) estaba cubierto de unas enormes manchas y unos churretones rarísimos, como si lo hubieran bombardeado con harina y agua o algo parecido. Había restos de comida pegados al capó (como trozos de barritas de cereales masticados y escupidos). Y lo peor: tenía un trozo de plástico finito rosa pegado en el parabrisas. El plástico me pareció muy sospechoso, así que miré bien y vi que el resto del plástico se había deslizado hasta el fondo del parabrisas: era un condón sabor fresa, que parecía haber sido usado como globo de ¿agua? ¿agua y harina? Un ascazo total. Flipé. Flipé hasta que miré hacia arriba: había cometido un enorme error táctico. Había dejado mi coche aparcado debajo del balcón de Evil Niño.
Me acordé de todos los antepasados de Evil Niño y el Niño Cangrejo (1) y lo dejé estar. Hasta hoy. Esta mañana estaba estudiando estadística cuando unos gritos han llegado desde la calle:
- ¡TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA!
Bueno, eso no es raro. Esto es Chonilandia y las amenazas a gritos (en plan broma o no) están a la orden del día. Ayer mismo uno le gritaba a otro que le iba a follar el culo en zigzag. Pero lo que me interesó fue la continuación de los gritos:
- ¡PUTOS NIÑOS! ¡COMO VOLVÁIS A ESCUPIRME A MÍ O A MI COCHE SUBO Y OS ARRANCO LA CABEZAAAAA!
No lo he podido evitar. Ha sido oír eso y saber que se estaban refiriendo a Evil Niño&co. He salido y me he encontrado a la Vane, la hija veinteañera de la vecina de abajo de Evil Niño, en la calle, al lado de su coche,gritando hacia el balcón del susodicho. No hace falta decir que la Vane es un gran ejemplar choni de Chonilandia (pero es buena tía, que conste, muy maja... hasta que le escupen en el coche, parece ser).
- ES QUE NO PUEDE VENIR NADIE A ESA CASA NORMAL, COÑO. ¡TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA! ¡PUTO NIÑO! ¡MECAGOENTURAZA!
Con el griterío han aparecido varias vecinas por la calle y la Vane les contaba las tropelías del Evil Niño (aderezándolo con alguna voz hacia el balcón con lo de la cabeza y eso).
Yo observaba desde mi balcón. Los niños (esta vez había una niña un poco mayor, como de unos doce años), que se habían escondido al empezar los gritos, asomaron la cabeza un poco, sin que la Vane les viera desde abajo. Pero no esperaban encontrarme a mí.
Les he mirado intensamente y, con mucha seriedad, pero sin levantar ni un ápice el volumen de voz, en plan muy suave pero amenazante (sí, es mi tono de profesora chunga), les he dicho:
- Basta ya de escupir a los coches, de tirar guarrerías y de insultar a la gente. Ya sé quién es vuestra abuela y sé a las horas en las que está en casa. Como volváis a portaros mal, voy a ir a hablar con ella, a ver qué le parece que le escupáis a la gente.
La cría no ha dicho ni mu, pero ha abierto mucho los ojos y ha puesto cara de susto. Acto seguido, han cerrado la persiana y no han vuelto a asomar la nariz en toda la mañana.
No sé qué cuál de los estilos de amenaza será más efectivo: si el ira desatada style - te voy a arrancar la cabeza o el padrino mafioso style -te voy a lanzar a la abuela. Lo único que espero es que alguno de los dos haya funcionado, al menos durante una larga temporada. Sino, os juro que voy a ir a hablar con la abuela. No sé si arreglaré algo, pero al menos me dará para un tercer post.
(1) Ha pasado a ser el Niño Cangrejo por su semejanza, sobre todo capilar, con el Hombre Cangrejo de "me llamo Earl".
En la casa vecina (pero de otro bloque) hemos tenido unos cuantos vecinos particulares.
Hace tiempo, vivía una pareja muy aficionada a la bachata y a otras músicas latinas que nos amenizaban los días, las siestas y las noches con su maravillosa música a todo volumen. Hasta que un día, después de una fiesta especialmente ruidosa que duró hasta las tantas, se escuchó una discusión a grito pelado entre la parejita unida por la bachata. Después se hizo el silencio.
A la mañana siguiente, cuando me desperté y subí la persiana, me encontré un espectáculo digno de una peli de Almodóvar: parecía que una nube de tormenta había descargado sobre nuestra calle, pero no agua, sino camisetas, pantalones y calzoncillos. La señora bachatera había decidido echar de casa al señor bachatero y tiró toda su ropa (incluidos zapatos y una maleta) por el balcón. No puedo negar que la imagen era curiosa: todos los coches, la acera y la calzada estaban cubiertos de ropa (porque la señora se encargó de desperdigarlos en un radio de quince metros, en una interesantísima dispersión que se acercaba a la obra de arte). El señor se fue con su ropa a otra parte y lo mejor de todo es que se debió de llevar también la bachata con él, porque a partir de entonces reinó el silencio.
Hasta ahora.
Ahora tengo por vecinitos un mínimo de dos o tres críos. Quizás algún adulto viva con ellos, pero no lo puedo asegurar porque no he visto ninguno. La primera vez que tuve noticias suyas fue hace un par de semanas. Estaba plácidamente durmiendo mi SSS, cuando me medio despertaron unos aullidos.
- ¡Socorrooooo! ¡Sacadme de aquíiiiiiiiiiiii! ¡Dejadme salir!!!
Tardé bastante en reaccionar. La voz (infantil) seguía gritando, pero yo estaba demasiado dormida y me costó darme cuenta de que - hello - no era que yo estuviera soñando (luego me hizo pensar en que, si hubiera sido una urgencia de verdad, hubiera sido una pésima rescatadora). Cuando conseguí levantarme del sofá y salir al balcón para ver de dónde venían los gritos, me encontré en el balcón de al lado a un niño enano, de unos cuatro años, pelado, regordete y con cara de mala leche, que era el que gritaba. Le habían dejado encerrado en el balcón, sin poder entrar en la casa y estaba haciendo saber a toda la calle su situación. Cuando salí el niño se calló y me miró. Acto seguido, se levantó un poco la persianita de la casa y desde dentro otra carita de niño - este de unos seis años, de pelo muy rizado - se asomó y me miró. Viendo que estaban jugando o algo así, me metí a casa. No se volvieron a oír gritos.
Pero con el comenzar de las vacaciones escolares (las suyas y las mías) tengo muy presentes a los críos. Porque les gusta el balcón. Les encanta estar en el balcón e interactuar con los vecinos. Sólo llevo sin madrugar tres días y ésta ha sido la secuencia:
Martes
Hay obras en el edificio de al lado. A las ocho y media de la mañana empiezan a picar. A esa hora yo ya estoy despierta y creo que los niños también: el de la cabeza rizosa sale al balcón para gritar a los obreros:
- ¡CALLAOS! QUIERO DORMIR. ¡PARAD! ¡PARAD YA!
No es nada que no quisiera hacer yo y todo el vecindario, la verdad. Pero es que el niño de la cabeza de rizos no es el otro, que a partir de ahora será nombrado como Evil Niño.
Miércoles
Ocho y cuarto de la mañana. Evil Niño va gritando a todo el que pasa por la calle, en la siguiente secuencia:
Paso uno:
- ¡AAAAAAAGGHHHHH! - grita a cada señor/a que pasa por la calle. Primero les asusta aullándoles desde el balcón, intentando jugar el factor sorpresa
Paso dos:
- ¡Gilipoll*s! ¡que te pillan! ¡Gilipoll*s! -una vez que les ha sorprendido o por lo menos ha llamado su atención, intenta acabar con su autoestima, jugando la baza de la desmoralización.
Después les deja ir, ya hundidos en la miseria o, por lo menos, desconcertados.
Jueves
Evil Niño ha cambiado la táctica. Estoy sentada en el sillón a las nueve menos diez y oigo como el Evil Niño hace el ruido de - oh, por dios, me da asco sólo escribirlo - sacar un gargajo o como se diga. Lo que no sé es si después escupe de verdad o no. Después finge tener arcadas, supongo que buscando una escena como la de Gordi de los Goonies en el cine. Repite la secuencia en muy alto bastantes veces. Supero el asco y me asomo. Los viandantes huyen espantados. Yo me alegro de que los barrotes de su balcón, que llegan a mi cintura pero que le sacan veinte centímetros de altura a él, me protejan del Evil Niño.
Dios, sólo han sido tres días (y pocas horas) porque después empieza a dar la solana en el balcón y no hay quien esté y ya tengo para un post. Pero vamos, que a este paso mi calle va a ser la calle menos transitada de Chonilandia, con todos los chonilandeses huyendo de Evil Niño y se va a quedar sin material (o quizás se convierta en la más transitada, si nos inspiramos en las atracciones del zoo). Y la pregunta del millón: ¿Qué se inventará Evil Niño mañana para intentar liarla parda?
Y mientras escribo esta última frase oigo como Evil Niño grita a una señora que pasa con un carrito de la compra "¡ADIOS, ZORRITA!".
En los últimos meses he visto por la tele anuncios de empresas que te ofrecen dinero a cambio de tu móvil viejo. Hay varias: zonzoo, fonebank, movilbank, topdollarmobile...
Primero pensé que sería algún rollo raro de tráfico de coltán. Luego entré en razón y vi que tenía más sentido que fuera una semi-ong que se dedica a llevar móviles al tercer mundo. Más tarde, cuando supe que El Corte Inglés tiene su propio servicio de recogida remunerada de móviles usados, se me abrieron los ojos y comprendí que tenía que ser algo mucho peor de lo que me pudiera imaginar.
Los anuncios de esas empresas dicen que compran teléfonos móviles en desuso para repararlos y revenderlos en mercados emergentes (como quien dice Zimbabue, Costa de Marfil y Chad) a precios muy asequibles a personas que quieren reutilizarlos (como quien dice piratas y mercenarios).
Me imagino que todos mis móviles viejos han ido a parar a la “Brigada de Guerrilleros Autónomos a sueldo 24h”. Y que ahora mismo están todos reunidos.
En algún lugar entre Trípoli y Misrata:
MUAMBA: "¡Mil millones de mil demonios!"
UN OJO TAYLOR: "¡Mil millones de Brujas y duendes!"
WICKHAM: "¡Mil millones de mil truenos!"
CHINO: "¡Mil millones de cañones a babor!"
MUAMBA: Queda inaugurada la reunión.
UN OJO TAYLOR: ¿Quién ha elegido estas contraseñas?
MUAMBA: Esta semana le tocaba al Chino.
UN OJO TAYLOR: Moción para cambiarlas.
WICKHAM: Secundo la moción.
MUAMBA: Aprobada.
CHINO: ¡Hey! ¡No vale! ¡Las contraseñas se cambian cada tres reuniones!
MUAMBA: Dejemos eso para después. Primero lo importante. Aparte del bolo en Siria la semana que viene, ¿algún encargo nuevo a la vista?
UN OJO TAYLOR: Nada. Desde que se acabó lo de Costa de Marfil el negocio está muy parado.
WICKHAM: Es la crisis. ¡Hay paro hasta en nuestro sector! Nunca creí que pasaría…
MUAMBA: Y no es que no haya trabajo, claro que hay trabajo, menuda temporada llevamos. Pero con el bajón de la construcción cada vez somos más, y se nota.
UN OJO TAYLOR: Esto lo hablamos en la asamblea de Sol. Hablamos del intrusismo profesional. Teníais que haber venido, la gente era muy profesional y los temas estaban bastante definidos. Fucionábamos casi en paralelo a Acampada Sol y se avanzó mucho, en serio.
MUAMBA: Un Ojo, yo es que lo de un guerrillero perroflauta no lo veo, te lo he dicho muchas veces.
CHINO: Chicos, ya que habláis de asambleas, tengo una propuesta para el grupo.
UN OJO TAYLOR: Adelante, Chino, ¿cuál es tu propuesta?
CHINO: Precisamente ésa: cambiar mi nombre. Ya sé que en toda banda de chungos tiene que haber uno que se llame “Chino”, pero ¿por qué tengo que ser yo?
MUAMBA: Porque has llegado el último y eres el que menos méritos tienes. En la siguiente incursión roba más hombres, mata más mujeres y viola más caballos que nosotros, y volveremos a repartir los nombres.
CHINO: ¡Bebe-sin-sed, ectoplasma, rocambole! ¡Ahora va a resultar que soy el becario!
WICKHAM: Además, ¿cómo querrías llamarte?
CHINO: Rackham el Rojo.
WICKHAM: No se puede ser más gay.
MUAMBA: Ni más gafapasta.
WICHKAM: En serio, sólo podrías ser más gay si te quisieras llamar “Mario Vaquerizo”. Y te lo digo yo, que me llamo como un malo de Jane Austen.
CHINO: ¡Cromañones, macrocéfalos, mamelucos!
MUAMBA: Chino, repórtate. Recuerda que somos despiadados, y estamos dispuestos a matar civiles.
WICKHAM: ¡Mi móvil!
MUAMBA: Cada vez que escucho sonar tu móvil me dan ganas de añadir “y vampiros, estamos dispuestos a matar civiles y vampiros”. Anda, contesta.
WICKHAM: ¿Sí? Aquí la “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”, dígame… ¡Hola tío! ¿Sí? Un momento… Tíos, es un amigo del Master. Dice hay movimiento en el Congo. Nada especial: saqueos de centros de salud, robo de ganado…
CHINO: ¿Nada de acuchillar, quemar o asesinar?
WICKHAM: En principio no, pero hay planes majos.
CHINO: ¡Marineros de agua dulce! ¡Autodidactas, alcornoques, mamelucos!
WICKHAM: Un momento… sí, díme… ajá… vale. Me dice que el otro día, en la zona de Nakiele y Abala, violaron a cerca de 170 mujeres.
UN OJO TAYLOR: Bueno, no está mal.
CHINO: La verdad, si no sale nada mejor…
MUAMBA: Pues si os parece, nos damos un margen de una semana, hacemos el bolo de Siria, y si para el 15 de julio no nos ha salido un trabajo nuevo, nos vamos para el Congo.
MUAMBA: ¡Mi móvil! ¡Silencio! ¿Dígame? “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”.
TELEOPERADORA: Buenos días, ¿es Muamba el Mercenario?
MUAMBA: Muamba el Mercenario Que Lleva Veinte Años Violando Derechos Humanos, señorita.
TELEOPERADORA: Sí, exactamente. Señor Muamba, le habla la señorita Marialinda Alcázar y Valle, de Vomistar.
MUAMBA: Señorita Alcázar y Valle, ya me llamó usted ayer y le dije que no quiero nada.
TELEOPERADORA: Y le seguiré llamando todos los días hasta que cambie de idea, Muamba el Mercenario. Porque ahora tenemos una oferta de ADSL que… (MUTE)
MUAMBA: La pongo en mute, que no sé qué me pasa con la señorita de Vomistar, que no soy capaz de colgarle el teléfono. Si la tuviera delante no tendría problema en violarla y mutilarla, pero por teléfono es que no me sale…
UN OJO TAYLOR: “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”, dígame. Señor Al Assad, ¿cómo está? Sí, claro, ya lo tenemos todo listo para la semana que viene. Ah, claro. EEUU pisándole los talones, claro. Diálogo con la oposición, ya, pero nosotros pensábamos que era todo de pantomima. Ya, un asalto con mercenarios no cuela ni de coña, claro. Ya, no pues nada. Otra vez será. Gracias, sí, hasta la próxima.
MUAMBA: No me digas más, nos hemos quedado sin el bolo de Siria. En fin…
WICKHAM: Si no fuera un tipo duro, con miles de violaciones de mujeres, animales, niños y derechos humanos en mi haber, lloraría.
MUAMBA: ¡Es él! ¡Es él! ¡Igual nuestra suerte está cambiando. Contesta, Un Ojo.
UN OJO TAYLOR: Aquí la “Brigada de Guerrilleros Autónomos a Sueldo 24h”. Señor Gadafi, ¿a qué debemos el honor de su llamada? Sí… ¿Una semana? ¿Empezando mañana? Deje que consultemos la agenda… Sí, hay un hueco precisamente entonces. ¿Las tarifas de siempre? Ah. Ahá. Ya. Sí. Bueno, nos hacemos cargo, no creo que haya problema. No, no nos interesa cobrar en barriles de petróleo. No, tipo Brent tampoco. Muy bien. Nos vemos mañana, entonces. Sí, adiós.
WICKHAM: ¡Tenemos un bolo! ¡Tenemos un bolo!
UN OJO TAYLOR: Hay un problema, chicos. Muammar dice que igual se retrasan con el pago, no sé qué de que les han congelado las cuentas.
CHINO: "¡Ostrogodos, zulús, bereberes!"
WICKHAM: Chino, ¿no te das cuenta de que estás en África y que lo que acabas de decir es políticamente incorrecto?
CHINO: ¡Yo no me metí a guerrillero a sueldo para esto!
MUAMBA: Chino, la vida del soldado de fortuna es dura. Yo llevo 20 años violando derechos humanos. Me entrené en Corea del Norte. He luchado en Liberia, en Sierra Leona, en Darfur, en Sidán, en Bosnia. He aplastado revoluciones, me matado a decenas de miles de civiles. Y no todo ha sido bonito. Para ser mercenario tienes que amar este trabajo. Ahora estamos en una época de vacas flacas, pero vendrán tiempos mejores. Tiempos en los que podremos volver a pagar los taxis con diamantes de sangre.
UN OJO TAYLOR: Bueno, al menos tenemos un trabajo. Y luego ya veremos qué hacemos para cobrar.
CHINO: Eso sí…
WICKHAM: ¿Por qué será que siempre que nos llama Gadafi suena esa canción?
MUAMBA: No lo sé. Mira que lo hemos intentado cambiar, pero es como si los teléfonos estuvieran programados para reconocer cuando llama Gadafi.
CHINO: ¿Y por qué nunca podemos dar mi número?
MUAMBA: Porque es más grande que el mando de la tele, parece un walkie-talkie y porque es tan viejo que empieza por 8.
UN OJO TAYLOR: Además no admite politonos, y eso da muy mala imagen.
WICKHAM: En el tuyo suena una versión midi de Waltzing Matilda.
CHINO: ¿Sí? ¡Mamá! ¡Te he dicho que no me llames al trabajo! ¡No, no me tires los tebeos! ¡Que yo los recojo, que ya voy para casa! ¡No me voy a abrigar, en Libia hace muchísimo calor! ¡Adiós, mamá!
MUAMBA: Pues con esto damos por finalizada la reunión. "¡Especie de muñeco incendiario!"
WICKHAM: "¡Especie de ametrallador con babero!"
UN OJO TAYLOR: "¡Especie de ostrogodo iconoclasta!"
CHINO: "¡Especie de calabacín diplomado!"
MUAMBA: Mierda… ¡se nos ha olvidado cambiar las contraseñas!
NOTA: Ni Chrome ni Explorer me dejan poner colores en el texto. Lo volveré a intentar más tarde, de momento sólo se me ocurre gritar ¡¡¡¡¡¡¡EME A!!!!!!!
Ayer descubrí que hay gente más metepatas que yo, no sólo por volumen de la metedura de pata sino también por insistencia.
Hace cosa de un mes, estaba en un sarao y me presentaron a una señora. Justo después de presentarnos nos dejaron a solas. A mí esas situaciones me dan pánico, hablar con gente desconocida, a solas o en grupos grandes se me da fatal. Estaba buscando rápidamente un tema de conversación, pero la señora fue rauda y veloz y se me adelantó:
- ¡Oh! ¡ESTÁS EMBARAZADA! ¡qué bien! - me dijo, mientras me plantaba la mano en la tripa.
- Em... no, la verdad es que no.
La señora se quedó seca. Retiro su mano de mi tripa y dijo "oh, vaya". Tardó dos nanosegundos en salir corriendo y en dejarme al lado de los canapés sola. Ý yo que estaba haciendo esfuerzos por ser una persona sociable y sin problemas de panidez... Miré hacia abajo y sí, como le comentaba por Twitter a Molinos a raíz de este post, llevaba un vestido corte imperio (bueno, en realidad ni llegaba a eso, sólo tiene la cintura un poco más alta de lo normal) y sí, he engordado un par de kilos, pero... jolín, que no, que no parece que esté embarazada. Me lo tomé a risa y punto, aunque me dio la impresión de que la señora hubiera querido levantar las baldosas y esconderse debajo.
Ayer estaba en una terraza con mi marido, haciendo tiempo para entrar al cine. En ese momento pasó esa misma señora delante de nosotros. Saludó a mi marido y después me saludó a mí. Repito, la MISMA señora.
-¡Hola! - me planta dos besos -TÚ ESTÁS EMBARAZADA, ¿verdad?
Estuvo a punto de entrarme un ataque de risa - no, no. No estoy embarazada. - parece que voy a tener que hacer un comunicado de desmentido y pasárselo al Hola.
- Oh, y yo ya te lo he dicho ya dos veces, ¿no?... vaya... bueno.. yoo...- y se sucedió una conversación absurda de "da igual, no te preocupes", "no sé porqué estoy tan empeñada" y un largo bucle de disculpas mutuas interminable.
Esta vez yo llevaba un vestido de delgada (pero que quizás, me hace más pecho) y al menos la señora no me plantó la mano en la tripa, pero yo estaba alucinada. Mi marido trataba de consolarme después, haciendo hincapié en que la señora es una de estas místicas iluminadas:
- Tranquila, no hagas ni caso. Ya ves como es ella en general... que a mí me ha dicho que me duelen las lumbares porque estoy sacando mis miedos profundos.
Acabáramos. Si va a resultar que tengo un embarazo astral proyectado en mi aura y que todos los místicos del mundo me lo van a detectar. No sé si es peor eso o encajar que he engordado más de lo que pensaba.
Hace unas semanas me fui de viaje de estudios con mis chavales (y unos cuantos más) a un lugar de la costa española de cuyo nombre no quiero acordarme. Acabé ahí no sé muy bien porqué, aún no tengo claro cómo me liaron. Bueno, sí: el resto de profesores/jefatura de estudios/dirección empezaron a dar la matraca con que "lo normal es que vayas tú de viaje, eres su tutora", "eres joven, si no lo haces ahora ¿cuándo?" y demás argumentos falaces con los que lo único que pretendían era que no les tocara a ellos.
La cuestión es que me vi embarcada en un viaje de estudios con adolescentes hormonados y acabé en ese hotel de la costa, rodeados de chavales hiperactivados, emocionados (y, recordemos, hormonados):
-¡Vámonos a la playa! - decía la niña de cuerpazo escultural.
- ¡No! ¡bajemos a la piscina del hotel! - decía el ligoncete que había avistado a las demás huéspedes del hotel.
- ¡Vámonos a la discoteca!- proponía la marchosa irredenta.
- Profe, ¿nos podemos ir de tiendas? ¿aquí hay Bershka, no? - decía un grupete de niñas ilusas.
- Profe, ¿nosotros nos podemos quedar en el hotel jugando a la Play? - imaginaos quién decía eso. Y sí, se habían traído la Play al viaje, con no sé cuántos mandos. Y unas cuantas PSPs, por si acaso.
Al final acababas dividiendo(te) y venciendo(ellos): un profe a la playa, otro a la piscina, otro de compras. Los de la play obligados a ir a algún sitio al aire libre, que sin sol no se sintetiza la vitamina D. Y para contentar a todos, por la noche a la discoteca en manada.
Una de las cosas curiosas eran esos tiempos medios: la transición de la vuelta de la piscina/playa hasta la discoteca. Teníamos que dar un tiempo mínimo de dos horas para que los chavales se ducharan, vistieran, peinaran y maquillaran. A ellos y ellas.
En uno de esos tiempos, mis compis se fueron a explorar el pueblo en busca de una discoteca que no fuera demasiado antro de perdición. Mientras tanto, yo me quedé en el hotel al cargo de todos nuestros monstruitos. Decidí arreglarme rápidamente (cinco minutos de ducha, cuatro de vestirme, tres para pintarme el ojo, tres para secarme el pelo) mientras ellos estaban entretenidos en las mismas tareas (pero multiplicando el tiempo por ocho) para después tranquilamente leer un poco en el hall.
Menuda ilusa. La tragedia estaba a la vuelta de la... puerta y yo no tenía ni idea. Estaba tranquilamente duchándome cuando empezaron a aporrear la puerta de mi habitación:
- PROFEEEEE, PROFEEEEEE, ¡CORRE!
- ¿Qué pasa? - contesté, desde mi ducha.
- PROFEEEE, QUE ES URGENTE. SAAAAAL- me gritaba una de las niñas, mientras daba golpes en la puerta de la habitación.
- Nena, Celeste, estoy en la ducha, ¿no puede esperar? ¿es tan urgente?
Ostras. Me asusté un montón. Salí corriendo de la ducha, con algo de jabón aún en el cuerpo, agarré una toalla y sin secarme mucho me metí en los primeros pantalones que encontré y en la camiseta del pijama. Sin más ropa, salí corriendo al pasillo, con el pelo chorreando, descalza y con el corazón en un puño: ¿Qué habría pasado? ¿un accidente? ¿una caída por culpa del balconing? ¿una pelea?
Llegué corriendo a la habitación 312. Entré como alma que lleva el diablo y vi en la entrada del baño un charco de agua. Oh, dios, ya lo sabía: alguno había pisado el charquito, se había escurrido y se había roto la crisma. Oh, dios, ya imaginaba la sangre y...
- ¿¿QUÉ HA PASADO??
Tres chavales me miraron con cara de pena.
- Profe, es que... no funciona el secador.
- ¿Qué?
- Profe, que no funciona el secador. Que antes lo enchufábamos en el cuarto de baño y funcionaba, pero ha hecho ¡puf! y ya no funciona. En este enchufe de aquí sí, pero en el baño no.
- ¿Y eso era tan urgente? es que Celeste me ha dado un susto... me ha dicho que era urgentísimo.
- Nosotros le hemos dicho a Celeste que te avisara, pero vamos... es un poco exagerada ¿no?
Sobra decir que fui a la habitación de la tal Celeste para darle una clase teórica de qué es urgente y qué no es urgente:
- Que haya sangre y vísceras esparcidas, es urgente.
- Que un secador no funcione, NO es urgente.
- Que un alemán borracho haya violado a tu compañero el guapito, es urgente.
- Que se te rompa una uña y se estropee tu manicura, NO es urgente.
- Que caiga una nave espacial sobre la terraza, aplaste a uno de tus compañeros y que después un alien se haga un bolso con tu compañera la marchosa, es urgente.
- Que se acabe tu crema bronceadora, NO es urgente.
Creo que soltarle todo eso hecha un basilisco (un basilisco aún chorreante, eso sí) le hizo reflexionar. Un poco. Supongo que lo justo como para pensarse dos veces ir a aporrear mi puerta porque hubiera una pelusa en su habitación.
Y tuvo suerte de que la lección de Barrio Sésamo "niños-vamos-a-aprender-qué-es-urgente-y-qué-no-es-urgente-para-no-matar-de-un-infarto-a-la-profe" fuera sólo teórica, porque os juro que yo visualizaba esto:
Como conté en el post anterior, he estado últimamente un poco pocha. Después de estar durante meses muy cansada y no tirar de mi cuerpo decidí ir mi médico, que me mandó unos análisis. A la siguiente visita, ya con resultados, me miró, miró mis análisis, chasqueó la lengua y me dijo que tenía el tiroides descontrolaíto del todo. Empezó a preguntarme si tenía otros síntomas, aparte del cansancio y yo dije que no.
Ja.
Ella me empezó a preguntar:
- ¿Nervios alterados e hiperactivación?
- Sí , pero pensaba que era el estrés del trabajo.
- ¿Irritabilidad y cambio de carácter?
- Sí, pero pensé que era por los alumnos.
- ¿Insomnio?
- Sí, pero pensé que era el estrés.
- ¿Estás adelgazando?
- No, la verdad es que estoy estable... y ahora que lo pienso, es muy raro: últimamente me he dado a la mala vida de la comida basura. Y además como en cantidades industriales. La verdad es que es raro que no me haya puesto como una foca, ahora que lo pienso.
- ¿Palpitaciones?
- No. Bueno, no sé, ¿eso qué es exactamente?
- Sentir latir el corazón fuerte.
- Ah, pues entonces sí. ¿Eso no es normal?
- NO. NO ES NORMAL. ¿Temblor de manos?
- Sí, pero yo es que tengo mal pulso... siempre supe que cirujana, como mi padre y mi hermano, no iba a ser... - me hizo extender las manos y me puso una hoja de papel encima: la hoja se meneaba como las caderas de Shakira.
- Te voy a medir el pulso... ¡vaya! ¡100 pulsaciones por minuto en reposo! Sólo una pregunta... ¿desde cuándo llevas así?
Ni me acuerdo. Quizás desde hace un año, con las oposiciones. Pensé que era normal estar estresada y cansada: ¡estaba de oposiciones! aunque es verdad que de otoño hasta ahora he ido empeorando.
Total, que salí de la médico con una cita para la especialista, una receta de tranquilizantes (de la que pasé ampliamente) y la prohibición de hacer cualquier deporte ("¡mira tus pulsaciones! ¡ni se te ocurra moverte mucho ni hacer nada de deporte! tal y como llevas el corazón, te puede dar un colapso") y un acojonamiento en el cuerpo importante.
Así que he estado los últimos meses de médicos, pruebas y tratamiento y ya estoy mucho mejor. Por una parte muy cabreada conmigo misma: ¿cómo mi cuerpo me pudo dar tantas señales y yo ni darme cuenta de que algo iba mal hasta mucho después?¿cómo podía estar tan alterada e histérica y parecerme normal? parece que con nuestro estilo de vida, todo se lo podemos achacar al estrés y eso lo disculpa todo, como si fuera normal. Y que nos zurzan si vamos renqueando por la vida. Por otra parte estoy sorprendida: he estado con unos picos hormonales impresionantes y, aunque he perdido a veces la paciencia antes de lo que yo lo suelo hacer, ¡he tenido el suficiente autocontrol como para no comerme a ningún niño! ¡y mi marido no se ha divorciado de mí! (el pobre es un bendito, ha aguantado a una señora esposa espídica total pero hecha un muermazo por el dichoso cansancio).
Ahora que el tratamiento está funcionando, he descubierto de nuevo la paz interior y una Misia zen da las clases. Los alumnos flipan: "profe, estás muy rara. No gritas ni aunque nos portemos mal. ¿Te pasa algo?". Yo me río y continúo dando mi clase. Sospecho que mis alumnos creen que me doy a las drogas antes de entrar en el aula. Y estoy contenta, por fin me encuentro bien, como siempre, ya no estoy tan cansada y además he podido volver a hacer deporte (el primer día que volví a la piscina y le conté esto al monitor se asustó un poco. Y para asustarle más le solté un "bueno, y si me da un patatús en la piscina no pasa nada: te tiras y me sacas. Me da igual que hayas acabado de comer ¿eh?". Justa venganza por lo del huevo).
Lo que tengo claro es que después esta enfermedad y su tratamiento me voy a convertir en una superheroína, porque, de una manera u otra, voy a sacar un superpoder:
- Por el tratamiento estoy engordando a marchas forzadas. No me está sirviendo ni la dieta ni la vuelta al ejercicio. A este paso, me convertiré en la mujer hipopótamo y podré detener a los malos aplastándoles bajo mi peso.
- Si esto me rebrota, me tendrán que meter en el cuerpo yodo radiactivo para dejarme totalmente KO el tiroides. A mí me parece que es como matar moscas a cañonazos, pero qué c*ño... ¡yodo radioactivo! ¡la materia de la que están hechos los superhéroes! a lo mejor la radioactividad se combina con el cetro de la cursilidad y mi superpoder será hacer que los malos lloren cuando vean anuncios de niños bailando y perritos envueltos en papel higiénico.
En fin. Sea como sea, Speedygirl, ya me puedes ir haciendo un hueco en tu troupe de superhéroes. Vamos a armar una que los X-men se van a quedar a la altura del betún.
En los últimos tiempos he estado medio pocha, así que estoy bastante desconectada del mundo, del blog y de muchas de las cosas que suelo hacer normalmente. Me he perdido todas las exposiciones de la temporada y me da la impresión de que en los últimos meses no he hecho nada interesante con mi vida.
Ya me encuentro mejor y voy arrancando poco a poco y eso tiene recompensa: hoy me ha pasado algo tan maravilloso como inesperado (maravilloso para mí, ya veréis qué chorrada es).
Estaba dando un paseo por Madrid a primera hora de la tarde cuando sin darme cuenta me he encontrado frente a la fundación Caja Madrid. Del edificio colgaba un cartelón enorme anunciando la exposición actual: heroínas. Vi en la prensa de lo que trataba y pensé en ir, ya que el tema me gustaba y el par de obras que vi en los anuncios me parecieron interesantes. Pero no encontraba el momento o las ganas. Hoy por primera vez en meses me ha apetecido y he entrado a verla.
Magas. Bien. Pintura de finales del XIX. Bien. Y de repente...
La Santa Catalina de Caravaggio. Me encanta Caravaggio. Y volver a verla... esa luz, ese volumen, esa expresividad.
He subido las escaleras pensando que ya merecía la pena haber entrado, sólo por ver algo de Caravaggio. Que por fin volvía a no ser indiferente, después de mi mala racha. Que me alegraba de estar ahí. He girado a la izquierda y me he encontrado con Sofonisba Anguissola (con su autorretrato, en realidad). Pero los ojos se me han ido tres cuadros más allá...
Y la he visto a ella y se me ha encogido el estómago, ni me imaginé que estaría allí.
El autorretrato (como alegoría de la pintura) de Artemisia Gentileschi, la pintora de la que sale mi nick. Una de mis artistas favoritas. El cuadro que tengo de fondo en el twitter. Su autorretrato. Nunca lo había visto en directo. Es de los Windsor y no es tan fácil acceder a él (egoístas. Tenéis muchos. Regaladmelo).
Me he plantado delante del cuadro y no me he movido en más de quince minutos, empapándome de todos los detalles y disfrutándolo. Estaba muy emocionada (pero emocionada bien, por fin, después de una época de alteración de la mala) y sé que soy una boba, pero no he podido que un par de lagrimones como puños se me cayeran. El cuadro es estupendo y significa mucho para mí. Menos mal que en esos momentos la exposición estaba medio vacía y los pocos que pasaban ni reparaban en el cuadro y menos en mí.
A mi pesar, me he movido (empezaba a ser sospechosa de robo para la de seguridad... y no digo yo que no lo pensara) y he acabado de ver la exposición. Después he ido a hacerle otra visita a Artemisia y me he ido (al concierto de Ara Malikian en la fnac, por cierto. Muy chulo).
En fin. Qué bueno es estar bien, enarbolando mi cetro de la cursilidad y alterándome como fan de Justin Bieber frente a su repelente ídolo, pero delante de la mía.
Ayer me encontré dos veces al jefe de los obreros del apartamento de enfrente de los ascensores. Sé que es el jefe porque a un tío así no le puede mandar nadie. Es así:
Con un toque de esto:
Sólo que con un poco más de pinta de venir del país del este.
En uno de los apartamentos de mi edificio están haciendo obras. En concreto, en uno de mi mismo piso. En más concreto todavía, en el que está enfrente de los ascensores.
Paso por delante varias veces cada día, así que llevo unas semanas escuchando el progreso de las reformas y disfrutando de la cuidada selección musical que ponen los obreros para amenizar su trabajo. A partir del tercer día empecé a tomar notas de mis observaciones.
Voy a compartir con vosotros las notas de la semana pasada.
LUNES
Ruido: del infierno. Música: Hero, de Mariah Carey (la he tenido que buscar).
MARTES
Ruido: del infierno. Música: Think Twice de Celine Dion (ésta también).
MIÉRCOLES
Ruido: del infierno. Música: One Moment in Time de Whitney Houston (ésta no: soy de la generación que vio El Guardaespaldas en el cine).
JUEVES
Ruido: del infierno. Música: When de Shania Twain (ni zorra, en serio).
VIERNES
Ruido: del infierno. Música: Pero Me Acuerdo de Ti, de Christina Aguilera.
SÁBADO
Ruido: ninguno (no hay obreros, yay!). Música: Evaristo, de Extremo Duro
También podéis commentar este post en el blog de Molinos, porque es ¡nuestro primer post a 4 manos y sincronizado... chispas!
Moli: Cuando eres protoadolescente carpetera, te gustan los guapos que están de moda. En mi época Rob Lowe, Tom Cruise, a algunas Patrick Swayze… eso tipo de chulazos.
Be: Puede ser incluso peor, pueden gustarte los cara-de-niños, como Kirk Cameron, Morten Harket (el de A-Ha) o incluso Alejandro Sanz (y avergonzarte de ello toda tu vida).
Moli: Luego poco a poco, según tus hormonas se van alineando y consigues establecer algún tipo de control sobre tus gustos (esto es, dejas de estar mediatizado por lo que dicen los demás) te lanzas a los clásicos: Paul, James Dean, Marlon Brando para otras…
Be: Estableces los cimientos del fenotipo que te molará después: Cary Grant y Gregory Peck si te van los morenos, Paul Newman y Robert Redford si tiendes a los rubios.
Moli: Más o menos todos son lo mismo: son guapos. O Atractivos. O las dos cosas a la vez. Es decir, lo que importa es el físico. No vas más allá…esos tíos son guapos y punto. Como eres mema, ni siquiera te fijas mucho en el cuerpo.
Be: Bueno, igual sí que te fijas, Y tienes una etapa en la que te flipa Jean Claude Van Damme. Y te sabes los diálogos de sus pelis. Y las coreografías. Y también se las saben tus hermanas, que son pequeñas y viven mediatizadas por lo que tú les trasmites. Pero luego creces.
Moli: Luego creces, te haces mayor, aprendes cositas variadas y chupis y un día te encuentras diciendo: dios mío, como me pone ese tío. Y ese tío ni es guapo, ni atractivo ni nada de nada.
Be: Pero cada vez que habla te tiemblan las rodillas. Por lo que dice y por cómo lo dice. Ya te molan los hombres y además te molan los hombres interesantes. Los hombres que molan mil.
Moli: Como Enric. No se puede molar más que él. Incluso cosas que en cualquier otro tío restarían mil puntos en atractivo, en su caso no restan sino que suman. Para empezar es periodista, como todo el mundo sabe una profesión de muy dudosa reputación.
Be: Eso si eres Moli y te dedicas a los libros de colores. Si eres Be y tú misma eres periodista… desde pequeña has querido ser periodista y te molan los periodistas. Veías Lou Grant y te molaba. Veías Todos los Hombres del Presidente y te molaba. Y luego creciste, y tus periodistas referente dejaron de ser "de ficción".
Moli: Por principio, un periodista es un tío que habla de todo sin tener ni puta idea. Pues no, Enric es la excepción que confirma la regla. Sólo habla de lo que sabe…y si no tiene ni idea, lo dice. "Ni idea". Por supuesto, no tiene ningún futuro como tertuliano. Es corresponsal. Eso mola mil. Seguro que en la realidad, no mola ni la mitad de lo que uno se imagina, pero es una profesión molona. "Corresponsal", como "subcampeón", suena guay.
Be: La verdad es que puede molar mucho o ser un bluf. Enric ha sido corresponsal en Londres, París, Nueva York, Washington y Roma, y ahora mismo en Jerusalén, y no ha sido un bluf nunca. Los periodistas pueden no saber de nada o saber de todo, pueden ser ir de guays o ser auténticos, pueden chupar el culo del poder/la empresa/el viento que sople o no casarse con nadie. Enric está en el lado bueno de todas esas "oes".
Moli: Enric escribe unos libros más o menos podríamos llamar de viajes… pero sin ser de viajes. Van de las ciudades donde ha vivido. Ciudades molonas, claro… Londres, Nueva York y Roma. Enric escribe tan bien que probablemente si escribiera sobre Tomelloso, Fonz o Lepe sus libros molarían igual… aunque es posible que los comprara menos gente. El mundo está lleno de snobs.
Be: Enric ha cubierto guerras (y le han dado premios por ello), ha vivido la Historia y la ha contado, ha sabido ver historias y también las ha contado. Ha leído, ha viajado, ha vivido… y le ha aprovechado, porque es un tío curioso.
Moli: Pero curioso de verdad, por todo. Puede hablarte sobre la historia de los Nicks o contarte algo sobre Jack el destripador o sobre como Berlusconi se hizo construir una gruta igual a la de una peli de James Bond. Todo lo que cuenta resulta interesante para el que lee y supongo que para el que le escucha. Hay algunos tíos que tienen esa capacidad, pero son muy pocos. Enric hace que hasta el fútbol italiano mole…con la grima que dan los futbolistas italianos.
Be: Enric es uno de esos tíos en los que Moli y yo estamos de acuerdo. La inspiración para el post nos llegó con una entrevista/cuestionario que le hizo la revista GQ. En general las revistas de tíos me parecen lamentables. Es una opinión como cualquier otra que viene muy mediatizada por una entrevista a un escritor que leí una vez en GQ y que básicamente era "he quedado con él, y hemos ido a cenar, y le he hecho muchas preguntas chupis y él las ha contestado a ritmo vertiginoso", pero sin poner las preguntas ni las respuestas. Lamentable. No sé, a lo mejor es mala suerte y en realidad las revistas de tíos molan, pero la entrevista a Enric era lamentable también. Pero él… él molaba mil. Os hemos preparado una selección de las preguntas.
GQ: Imprescindibles en tu armario. EG: Camisas. Muchas. De las de botones en el cuello.
GQ: Un complemento. EG: Pañuelos. Suelo llevar encima una cantidad absurda.
Moli: Es un tío que reconoce que es maniático. La mayoría de los hombres lo son. No pasa nada. Tenéis manías rarunas y absurdas que os condicionan la existencia. Lo aceptamos cuando convivimos con vosotros, perooooo… ¿Por qué no aprendéis de Enric y lo aceptáis? Él dice: "soy un maniático de las camisas y los pañuelos. Necesito tener una cantidad ingente de camisas planchadas con botones en el cuello y muchos pañuelos". Así de sencillo. No lo niega en plan "noooo... qué dices… yo no tengo ninguna manía" al tiempo que comprueba por cuarta vez que ha cerrado bien todas las puertas del coche o comprueba que el pantalón no tenga la costura no sé cómo sino no sé cuándo.
GQ: ¿Sigues alguna rutina de imagen? EG: Higiene básica.
Be: Seguro que huele a jabón, maaaadre mía.
GQ: Un referente de estilo. EG: Procuro no parecerme a gente como Gadafi o Berlusconi.
Moli: Otra cosa chula. Si le preguntas a un tío a que otro tío le gustaría parecerse, el 90% dirá: "no sé, yo es que de tíos no entiendo". Una respuesta idiota, dicho con cariño. El otro 10 % es posible que digan Paul Newman cuando en realidad querrían ser Madonna… pero ese es otro tema. A Enric le hacen esa pregunta y dice: "Procuro no parecerme a gente como Gadafi o Berlusconi". Fabuloso.
Be: Para mí además significa que no se parece a mi ex, y eso son puntos extra.
GQ: Tu programa de TV favorito. EG: Sufro una lamentable adicción a 'House'.
Be: Buen gusto.
GQ: Tu icono femenino. EG: Charlotte Rampling.
Be: Sí señor. Llega a decir "la Pataki" y me da un chungo.
GQ: ¿Qué suena en tu iPod? EG: No tengo iPod.
Moli: Enric no es un enfermo de los cachivaches electrónicos, y eso está muy bien. Seguro que tiene móvil y obviamente ordenador, pero fuera de eso, dudo mucho que maneje nada más ni sepa para que sirven. Es decir, nunca te verás obligada a regalarle algo con un nombre muy largo formado por una aleatoria combinación de HD XP o Full lo que sea. Por supuesto, Enric no hace bricolaje y jamás pediría una amoladora ni un detector de metales.
GQ: Gadget sin el que no podrías vivir. EG: Whisky. Si la respuesta es poco tecnológica, echamos un chip en el vaso.
Moli: Encima ingenioso y bebe. Los tíos abstemios están bien para que te lleven a casa, pero siempre mola que se mojen el piquito y más si son ingeniosos, entonces tendrán una conversación aún mejor.
Be: La gente abstemia no es de fiar.
GQ: ¿Utilizas redes sociales? EG: No.
Be: Menos mal, porque si lee este post me muero.
GQ: Tu táctica de seducción. EG: Creo que hay que saber cuándo largarse.
Moli: Pues a sus libros solo hay que ponerles un pero: son demasiado cortos. Podrían tener, por ejemplo, 37 páginas más, así por que sí. Sin razón, 37 páginas más.
GQ: El momento GQ de tu vida. EG: Como la revista se llama GQ, deduzco que se tratará de un buen momento. Si es así, cuando nació mi hija.
Moli: Eso es tierno. Aunque claro, más tierno es cuando sabes que su hija murió luego y él ha contado una vez que no puede llorar, que ni siquiera lloró cuando murió su hija. Eso es tierno y de tener un par de cojones. Los hipersensibles no lloran.
GQ: ¿Qué tiene que tener un hombre GQ? EG: Siguiendo con las deducciones, diría que con un cerebro funcional y un poco de ironía se puede ir tirando.
Be: Pues mira, sí. Pero tú vas más que tirando.
Moli: Y antes de que alguien nos tire por tierra nuestro post laudatorio sacando a relucir las orejas de Enric, hay que decir que mola tanto que se las perdonamos.
Be: No es que se las perdone, es que me encantan.
Moli: Y a mí se me ocurre que es un sitio tan bueno como otro cualquiera para agarrar un tío cuando, digamos, bueno, vas a marcarle el ritmo, en caso de que hubiera que marcárselo, que no creo.
Be: Moli, que tengo amigos que nos leen que trabajan con él… Aunque la verdad es que yo tampoco creo.
El otro día (bueno, era "el otro día" cuando empecé a escribir el post, pero como yo soy así ahora es más bien "hace tres semanas") estuve en una cena un poco especial. Todo el mundo sentado a esa mesa comiendo tallarines tenía blog. Y twitter. Y el que no tenía un móvil con conexión a Internet tenía una cámara digital con la que inmortalizar el acontecimiento (somos una generación con taras).
En las fotos se ve a media mesa tuiteando la cena en tiempo real, como si fuera la ceremonia de los Oscar. Yo incluida. Es lo que tiene, que la mesa era muy larga y las conversaciones cruzadas impedían que pudiera preguntarle a Zor de viva voz qué había pedido de postre (y me quedé sin probar su tarta de tres chocolates).
Pero no se crean que todo el uso que hice de tuiter aquella noche fue malo. Cuando escuché a uno de mis co-comensales decir que NO EXISTEN LOS PELIRROJOS SEXIS, solicité a tuiteros e internautas (¡esa gentuza!) que me ayudaran a encontrar ejemplos para apoyar mi postura (la contraria). Acudieron en mi ayuda Chica de la tienda, Greenaldo, Gacela, El Gran Fonseca, Nuria S, Walita, Lothi (1 y 2), ECDLC, JanisJoplin, Anijol (1, 2 y 3), Molinos y Paloma –mil perdones si alguien se me escapa, soy de natural despistada–.
Además de sugerencias fassscinantes como Veronica Mengod, Tilda Swinton o el Gordo Cabrón de Austin Powers, los apuntes son espectaculares. Especial mención para Lothi, que reivindica a los hermanos Pontipee, "Sobre todo Adam y Benjamin. Y Frank." (Note to self: ¡¡Es necesario un revisionado de Siete novias para siete hermanos!! ¡¡Y que venga Lothi!!).
Os agradezco infinito las aportaciones, sin las cuales este post no habría sido. Pero empecemos con el tema que nos ocupa que son los hombres con el pelo rojo. Y su sexidad. Porque decir que los pelirrojos no son sexis es un PREJUICIO.
La problemática con los pelirrojos es que son muy fácilmente disfrazables de rubios, lo cual viene bien para seducir a personas con prejuicios -ved el video, por diox, que es buenísimo (gracias Somo)-, pero malo para acabar con ellos.
Por ejemplo, Robert Redford es pelirrojo.
Y en fin, sexi es un rato. ¡Prejuicios!
Ese prejuicio no arraigó demasiado entre miles de niñas de mi edad, que encontrábamos monérrimo a Rick Astley.
Qué queréis que os diga, eran otros tiempos.
Luego llegó a nuestras vidas Eric Stoltz, Keith en Una Maravilla con Clase, y nos pareció bien.
Aunque ahora nos regale imágenes como ésta:
Así que soy una mujer sin prejuicios, dispuesta a abrazar la sexidad de los pelirrojos, sobre todo si se parecen a estos:
Para hacer de Jack de Los Pilares de la Tierra (sí, he leído la novela, como todo hijo de vecino, y recuerdo la descripción del vello púbico -y lo que no era vello púbico- del arquitecto empotrador) hacía falta un buen pelirrojo. No he visto la serie, pero éste me parece estupendamente.
Es escocés, y eso para mí significa puntos extra (me pone el acento que no os hacéis una idea). Es Owen de Anatomía de Grey y Lucius Vorenus en Roma. Además hizo de Vronski en una versión de Ana Karenina que debo ver. Kevin me parece francamente bien y además ha tocado muchos de los palos que me gustan.
Uno de los que suele camuflarse como rubio, pero es pelirrojo. Hay una corriente de pensamiento que lo califica de creepy, pero a mí me flipa. Y no (sólo) porque la primera vez que le viera fuera como un desnudísimo Geoffrey Chaucer. Está guapo de rubio, pero mejor tirando a pelirrojo que tirando a albino.
Cpt. Lee 'Apollo' Adama de Battlestar Galactica (serie que no he visto porque mis amigos no me avisaron de esto), Lt. Jack Foley de Hermanos de Sangre (serie que no he visto aunque mis amigos me han insistido). Jamie está mejor cuanta menos cara de niño tiene. O sea, barba sí, por favor. ¡Más barba y menos ropa!
El teniente Winters de Band of Brothers, el ligeramente psicópata Charlie Crews de Life, Jonesy en The Dreamcatcher (que suele ser cruelmente vapuleada, pero a mí me mola mucho), ¡y además ha salido en Phineas y Ferb!) ¿Sexi? Total.
Ser irlandés también da puntos. Glen es cantante, guitarrista y el prota de Once, una peli preciosa que me recomendó Molinos (que ahora ha prometido pasarme los discos). Mega hombre, mega pinta de empotrar, mega sexi.
Y para aquellos que a pesar de todos estos diez buenos argumentos se sigan atreviendo a decir que los pelirrojos no son sexis, una cosa más: Chuck Norris es pelirrojo. Tú verás lo que dices.
Hace unos días me compré un móvil nuevo, un smartphone que aún no manejo bien (y con el que estoy haciendo unas cuantas pifias). Sin ir más lejos, ayer Be me contaba un mal rollo por el Whatsapp y de repente debió pensar que me había vuelto loca.
Donde yo quise decir: "Jo, ostras, sorry"...
... Be leyó "Jo, ostras, aprehensión".
Lo del teclado predictivo me desconcierta.
Así que aviso a la panda de twitter: si me leeis cosas extrañas, ya sabéis que estoy pegándome con este teclado con menos poderes intuitivos que los videntes de la tele .
Sigo en clase de natación, aún no he abandonado. El monitor (desde ahora llamémosle... em... Monitor) que me da clase es majete, aunque desde el primer día que le vi, estoy en un mar de dudas. Desde que me saludó no pude apartar un pensamiento de mi cabeza:
¿De qué conozco yo a este tío?
Monitor me suena un montón. De hecho me quiere sonar de una noche de copas y bailoteo. Va a sonar fatal, pero me da la impresión de que este tío me entró en algún momento del pleistoceno. ¿O sólo se parece a algún tío que intentó ligar con nosotras sin éxito? no sé, la noche (y el tiempo y las copas) me confunden. La cuestión es que le visualizo perfectamente en el sitio de la música molona y la gente pasada de rosca hablándome al oído con tono zalamero. La siguiente pregunta es la siguiente: ¿se acuerda él de algo semejante? ¿le sueno? ¿o definitivamente me confundo de tío o de vida?
A veces esas dudas me hacen sentir un poco incómoda. Esa incomodidad un día se convirtió en inmensa vergüenza por algo que pasó. Yo estaba metida en la piscina, agarrada al bordillo esperando a que me diera instrucciones (¡cuatro largos de crowl haciendo el pino en el fondo de la piscina y cantando la Marsellesa!), hasta que llegó y se acuclilló. Con las piernas abiertas. Fui a mirarle a la cara, pero en el camino desde el bordillo a su cara, mis ojos tropezaron con algo.
Subí a su cara. No me lo podía creer, tenía que comprobarlo, así que eché un segundo rápido vistazo, pero sin otra intención.
Sí.
¡Un huevo, con sus pelillos y todo asomaba por sus pantalones cortos!
Bajé la vista, me agarré aún más con las manitas a mi bordillo y clavé mis ojos en su textura rugosa. La del bordillo, claro está. Pero este tío ¿a cuánta gente habrá enseñado su genital? ¿no será consciente que desde abajo, si no lleva ropa interior o la lleva muy holgada, si se pone así, se le ven los huevos? ¿será un despiste? ¿una extraña táctica de acercamiento sexual? ¿¿necesidad de libertad y de airear a sus pequeños? ¿hippismo rebelde? Mientras yo pensaba todo esto, intentaba no mirar hacia arriba, porque si no controlas, a veces los ojos se van sin querer a ciertas cosas que no deberías mirar, como unas tetas demasiado exhuberantes o un accidente o grano enorme o un huevo traicionero. Y me repetía como un mantra "miraelbordillo, elbordilloestuamigo, québonitoypocopeludoestubordillo).
- Y blablabla, coges estas pesas y haces cuatro largos de espalda... ¿ok?
- Sí
- Misia, ¿te has enterado seguro?
- Sísisisisi.
Me puse a nadar rápidamente, para quitarme el shock de encima. Verle el huevo a mi monitor, ese mismo que pienso que intentó ligar conmigo años atrás, me hizo sentir un pelín incómoda. A mitad de la piscina la incomodidad se transformó en sentimiento de ridiculez y me entró un ataque de risa. Me tuve que agarrar a la corchera porque de la risa empecé a tragar agua y a boquear.
De vuelta a mi bordillo, Monitor me advirtió:
- ¡Eh! no te ahogues, que acabo de merendar y no pienso tirarme a la piscina a buscarte.
Después de unas semanas apasionantes y, si tu trabajo es contar lo que pasa en el mundo, estupendas, Egipto consiguió echar a Hosni Mubarak. El éxito de la revolución en el país que durante años ha marcado el pulso del mundo árabe dio un nuevo impulso a las revueltas por la zona.
Yemen, Bahrein, Libia… Cada país ha reaccionado de una forma diferente, pero Gadafi ha pasado semanas ignorando las protestas, acusando a los manifestantes de tomar drogas, perdiendo embajadores por todo el mundo, bombardeando aéreamente a su propio pueblo, negándolo, contratando mercenarios, negándolo, violando derechos humanos, negándolo de nuevo en aburridísimos discursos de HORAS por la tele… y esta perriodista que les habla ha estado viendo todos los días esta cara:
Y lo que es más importante: ¡¡este pelo!!
Y mientras contaba cosas muy profesionalmente, una pequeña parte de mi cerebro se preguntaba: "¿A quién me recuerda este tío?"
Hasta que una noche mi teléfono sonó, y era un ex del jurásico, y algo hizo clic: ¡¡No es que me recuerde, es que son clavaos!!
Mi ex, al que llamaremos mi Gadafi para simplificar, lleva el pelo así.
Y le parece el culmen de la elegancia. Le va el look étnico:
Aunque es súper de Madrid y sus padres gallegos. Y no lleva uniformes, pero sí camisas como de este estilo.
Con el cuello así, y tal. En plan mestizaje. Y es megafan de los fulares.
Creo que aún no tiene una enfermera bielorrusa, pero no por falta de ganas.
Lo que sí tiene es su propia guardia amazónica. Después de un montón de años encadenando una novia con otra, mi Gadafi decidió "recuperar el tiempo perdido". En estos meses ha ido reclutando no sé si 200 pero sí muchas mujeres que probablemente a estas alturas ya sean expertas en artes marciales, uso de armas de fuego, armas blancas, pilotos de aviones de combate y hasta francotiradoras de élite.
Aunque dudo que su motivación para dominar todas esas técnicas haya sido precisamente defender la vida de mi Gadafi. Más bien todo lo contrario: es lo que tiene que tu lema vital sea "yo a los palacios subí, yo a las cabañas bajé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí – y me encanta". (*)
Y tampoco creo que sean vírgenes.
Y ya paro, que parezco Isabel Pisano escribiendo de Yasir Arafat.
Estaba contando a mis alumnos pequeños (13 - 14 años) ciertas costumbres de la Edad Media y les estaba hablando de la edad temprana en la que algunos matrimonios se celebraban.
- Y sí, en la Edad Media, algunas chicas de vuestra edad ya estaban casadas.
La indignación cundió por la clase:
- ¿¿Qué????
- ¡Pero si eran pequeños!
- ¡Qué burros!
- ¡Esta gente de la Edad Media eran unos bárbaros – palabra que aprendieron cinco temas atrás y les encanta – y unos... parias! – palabra que han aprendido este tema. Aunque aún no la controlan demasiado.
- ¡Hala!
- Pero profe, eso es... ped... ped... ped... ¡PEDIATRÍA!