Reaparezco. Para postear por fin y para estrenar la muñequita. Y para lograr un hito que hacía tiempo que no se producía: ¡tres miembros del quédate posteando en la misma semana!
He estado desaparecida porque en los últimos tres meses he tenido un horario infernal, por un curso al cual me he apuntado voluntariamente (eso es lo peor, que es culpa mía, que tengo una pronunciada tendencia masoquista) y que, por fin, ha acabado (espero que antes de que él acabara definitivamente con mi vida social).
En este tiempo he tenido cambios laborales buenos, porque han creado un departamento nuevo en mi empresa y me han trasladado. Es genial porque en el anterior tenía tanta carga de curro, tanto estrés y tanta presión que estaba con los chakras desalineados, el do (el camino espiritual) perdido, el chi (la energía) agotado y el monstruo que llevo dentro todo el día de paseo.
Y ahora… ahora mola porque me he librado casi del todo de la individua, porque tengo compañeras estupendas y que trabajan muy bien, porque el trabajo es muy interesante y porque mi nueva jefa es increíble. Tengo más trabajo incluso que antes, y con la presión del tiempo y los plazos, pero se lleva bien gracias al buen ambiente y a un reparto de tareas equitativo. Así que estoy mejor, aunque echo de menos a muchos de mis antiguos compañeros, y mi monstruito está calmado y ya no pide sangre humana (dicho así parece que acabo de salir del psiquiátrico... la verdad es que mi antigua oficina era un poco casa de locos).
Eso sí, tengo una sensación extrañísima de desubicación, porque por primera vez en mucho tiempo, no tengo controlado el trabajo. Antes podía hacer mi trabajo con los ojos cerrados y era muy eficaz. Ahora no tanto, porque tengo muchísimas cosas que aprender, mucho que leer, muchos campos nuevos que abarcar, muchas meteduras de pata que evitar, muchas lagunas que cubrir. El otro día lo comentaba con Be, porque algo parecido le ocurre a ella en su trabajo, y la sensación es buena, porque es estimulante tener que estar aprendiendo cosas continuamente sobre la marcha, pero es un poco desconcertante y desestabilizador, porque consigue que afloren todas las inseguridades de golpe.
Por ahora todo ha ido bien, mi nueva jefa es genial, sabe un montón, me ha enseñado muchísimo y además es majísima. Trabajamos al ritmo de deluxe o de Iván Ferreiro (y en plan petardo para inaugurar el fin de semana nos pone el chikichiki). Lo malo es que se marcha. Y ahora se une a mi inseguridad la inseguridad de a quién van a traer para sustituirla. Menudo atacamiento de nervios, oigan, que después de probar lo bueno, da miedo lo que pueda venir.
Por cierto, seré muy mala, pero no puedo dejar de reírme un poco por dentro cada vez que me llaman de mi antiguo departamento pidiendo socorro, porque ahora les ha caído parte de los asuntos que yo llevaba y andan muy agobiados porque no tienen ni idea de cómo se hace, porque es mucho curro, porque hay que hacer informes coñazo, porque... ¡y qué me van a contar a mí que yo no sepa! Pero que conste que les echo todos los cables del mundo, que soy mala, pero no tanto.
Ah, no soy la única que ha vuelto: el Zagloso también. Y se ha tuneado en Zagloso mediterráneo. No se lo pierdan.
He estado desaparecida porque en los últimos tres meses he tenido un horario infernal, por un curso al cual me he apuntado voluntariamente (eso es lo peor, que es culpa mía, que tengo una pronunciada tendencia masoquista) y que, por fin, ha acabado (espero que antes de que él acabara definitivamente con mi vida social).
En este tiempo he tenido cambios laborales buenos, porque han creado un departamento nuevo en mi empresa y me han trasladado. Es genial porque en el anterior tenía tanta carga de curro, tanto estrés y tanta presión que estaba con los chakras desalineados, el do (el camino espiritual) perdido, el chi (la energía) agotado y el monstruo que llevo dentro todo el día de paseo.
Y ahora… ahora mola porque me he librado casi del todo de la individua, porque tengo compañeras estupendas y que trabajan muy bien, porque el trabajo es muy interesante y porque mi nueva jefa es increíble. Tengo más trabajo incluso que antes, y con la presión del tiempo y los plazos, pero se lleva bien gracias al buen ambiente y a un reparto de tareas equitativo. Así que estoy mejor, aunque echo de menos a muchos de mis antiguos compañeros, y mi monstruito está calmado y ya no pide sangre humana (dicho así parece que acabo de salir del psiquiátrico... la verdad es que mi antigua oficina era un poco casa de locos).
Eso sí, tengo una sensación extrañísima de desubicación, porque por primera vez en mucho tiempo, no tengo controlado el trabajo. Antes podía hacer mi trabajo con los ojos cerrados y era muy eficaz. Ahora no tanto, porque tengo muchísimas cosas que aprender, mucho que leer, muchos campos nuevos que abarcar, muchas meteduras de pata que evitar, muchas lagunas que cubrir. El otro día lo comentaba con Be, porque algo parecido le ocurre a ella en su trabajo, y la sensación es buena, porque es estimulante tener que estar aprendiendo cosas continuamente sobre la marcha, pero es un poco desconcertante y desestabilizador, porque consigue que afloren todas las inseguridades de golpe.
Por ahora todo ha ido bien, mi nueva jefa es genial, sabe un montón, me ha enseñado muchísimo y además es majísima. Trabajamos al ritmo de deluxe o de Iván Ferreiro (y en plan petardo para inaugurar el fin de semana nos pone el chikichiki). Lo malo es que se marcha. Y ahora se une a mi inseguridad la inseguridad de a quién van a traer para sustituirla. Menudo atacamiento de nervios, oigan, que después de probar lo bueno, da miedo lo que pueda venir.
Por cierto, seré muy mala, pero no puedo dejar de reírme un poco por dentro cada vez que me llaman de mi antiguo departamento pidiendo socorro, porque ahora les ha caído parte de los asuntos que yo llevaba y andan muy agobiados porque no tienen ni idea de cómo se hace, porque es mucho curro, porque hay que hacer informes coñazo, porque... ¡y qué me van a contar a mí que yo no sepa! Pero que conste que les echo todos los cables del mundo, que soy mala, pero no tanto.
Ah, no soy la única que ha vuelto: el Zagloso también. Y se ha tuneado en Zagloso mediterráneo. No se lo pierdan.
10 comentarios:
¡Un poco de orden, que se agolpan los posts! A ver si postea la cuarta evangelista y hacemos pleno...
¡Mucha suerte con la nueva aventura laboral!
Pues yo el chi lo tengo escocido, pero esa es otra historia.
eh que divertido leerte...todo lo que se piensa en un momento de cambio hasta que llega la calma de nuevo (bueno solo un poco) y todo toma su curso...
Suerte!
vaya! y yo que pensaba que solo Be recordaba sus claves de acceso al blog, me alegra leer de golpe a misia y a noa.... A noa tendremos que darle la bienvenida los comentaristas???
pues todo lo nuevo es un reto y además lo recibimos con buen ánimo. Espero que ese buen rollo te dure todo el tiempo de tu trabajo, pues indudablemente todo fluye más y mejor de esa manera. Aparte es bueno para el do, el chi, el cha, el cha-cha-cha y todo lo demás...
no te preocupes por la desubicación que eso se pasa con los días y ya serás toda una maestra "de los ojos cerrados" nuevamente... que la fuerza esté contigo =)
A mí cuando me cambiaron de departamento pensé que era lo peor que me podía pasar. Luego me paré, busqué los puntos positivos y, aunque echo de menos mi antiguo proyecto, la verdad es que en este no estoy tan mal (aunque no me haya librado de la jefa común).
Y sí, en mi antiguo departamento se tiran de los pelos y para sustituirme han cogido a dos personas... y no sé qué pensar... :/
¡¡¡OoOoOooooHhHhhHhhh el inmenso placer de la "justicia poética" hacia tu antiguo departamento, no puedo dejar de alegrarme por ti!!!.
Enhorabuena por tu nuevo puesto, por cierto.
mi cambio laboral, por solidarizarme, pasa por crear un departamento entero y desarrollar sus proyectos de aquí a tres años
amén del día a día
dime, por favor, que lo tuyo es más chungo...
El cambio laboral más pertinente es dejar de trabajar y ser rico/a, a secas.
Sí, sé que suena a topicazo, pero es que...
Sip, yo creo que muchos tenemos un gen masoquista que nos hace viajar irremediablemente hacia lo incontrolable....y además vamos felices!!!
Enhorabuena por el cambio, guapita. Parece que es momento de cambio... todo se mueve. Yo también tengo ése miedo. Casi que peor: porque sé positivamente que no puedo llegar con todo. Tengo que contratar a alguien para ayudarme pero no tengo tiempo de seleccuionar y contratar a alguien para ayudarme. En casa del herrero...
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