Yo sí. Yo tengo una de esas dichosas fotos. Me persigue desde hace quince años y aún no he conseguido librarme de ella.
La foto tiene su historia. Mi familia paterna es de un pueblecito de Alicante (por eso creo que lo que voy a contar le va a sonar un poquito a JuanRa Diablo, que es de por ahí) y eso tiene consecuencias. En el pueblo alicantino de marras no quedaba demasiada familia, la mayor parte se había mudado a Madrid. ¿Todos? noooo. En la aldea quedaba una alicantina irreductible que resistía siempre al invasor. O algo así.
En realidad no era una alicantina irreductible cualquiera. Era LA alicantina irreductible: la tía Carmen. Mi tía abuela ex-monja y en aquel momento concejala del susodicho pueblo. Ese año la tía Carmen lió a mi padre para volver al pueblo en las fiestas de agosto. En aquel momento yo estaba a punto de cumplir quince años y era un pequeño horror (fea y con el pavo de la adolescencia encima). Protesté por tener que ir, y protesté aún más cuando me enteré de los planes de mi tía Carmen: que mi padre y yo participáramos en las fiestas del pueblo ACTIVAMENTE.
¿Y qué es híper típico en Alicante en fiestas? las fiestas de moros y cristianos.
Según llegué al pueblecito de Alicante, mi tía abuela la sargento de hierro Carmen me agarró por banda:
- A ver, chiíta. He alquilado el traje de cristiana que te vas a poner en el desfile. Aunque ahora que te miro no sé si vas a caber, porque estás bastante gorda.
Mi disgusto aumentó un quintal (que es el mismo peso que me sobraba a mí en aquella época). Pero como mi hitleriana tía no me dejaba ni rechistar, fui con ella a probarme el traje.
Quince minutos más tarde estaba la aún más joven que ahora Misia (y aún más gorda que ahora Misia) vestida de señora medieval. Concretamente, vestida de Dama del Cid. No perdamos de vista dos datos: Alicante y Agosto. El traje era de terciopelo negro hasta los pies, con una banda blanca en la parte frontal del vestido y con flores de lis. Las mangas eran abullonadas, largas y de terciopelo (Alicante, agosto) y un gran cuello blanco exactamente igual a este:
Como remate tenía un tocado blanco y negro (de terciopelo, claro) que abultaba unos cinco dedos hacia arriba y del que colgaba un tul blanco por toda mi espalda. Me pintaron como a una pequeña puerta quinceañera, me repeinaron el flequillo hacia atrás con la diadema, por lo que dejaron aún más visibles mis granos adolescentes y me dieron por finiquitada.
Ahí estaba yo, gorda, fea, abullonada, coloreada, aterciopelada y sudada como un pollo (Alicante, agosto). En ese momento crítico de mi vida, al menos para mi autoestima estética, mi tía decidió llevarme al fotografo del pueblo, ya que el acontecimiento debía ser inmortalizado.
Evidentemente, mi disfraz y yo caímos en manos de uno de esos fotógrafos que tiene un fondo de cielo azul con nubecitas blancas. El señor me miró, me colocó delante de las nubes y el azul y empezó a darme instrucciones.
- Gira tu cuerpo hacia la izquierda. Más a la izquierda. Totalmente a la izquierda - en ese momento yo ya, más que de perfil, estaba de espaldas. De mi espalda izquierda pero espalda - ahora gira el cuello hacia mí. Bueno, no: más. A la derecha. Mira a la derecha.
- Pero es que mi cuello... - exclamé, aunque hablar con toda esa torsión corporal era difícil.
- ¡Cuerpo a la izquierda, cabeza a la derecha! ¡pero sonríe! ¡por qué no sonríes! ¡Sonríe, pero no te muevas! así... -yo en realidad no sonreía, sólo tenía una mueca en la cara producida por la excesiva torsión de mi cuello, que tiraba de mis músculos faciales hasta producir un estiramiento que ni el botox ni AR. - no posas nada bien, ¿lo sabes? - vaya si lo sé: soy la persona menos fotogénica del mundo, me pongo tensa, me da vergüenza y al final salgo en las fotos tan natural como Carmen de Mairena.
Y disparó. Y esa foto, ESA FOTO de Misia gorda, fea, abullonada, coloreada, aterciopelada, sudada como un pollo, torsionada, amuecada y delante de un cielo de mentira, se extendió por toda mi familia. Todos mis tíos (y son muchos), abuelos y padres tuvieron su copia en tamaño grande de la puñetera foto. Los marcos en las tiendas de las tiendas de todo a cien se debieron acabar ese año porque todos sin excepción decidieron enmarcar la foto y colocarla en sus casas. Lo que significa que, fuera a la casa que fuera de cualquier de pariente, me encontraba con la dichosa foto mirándome desde la estantería más insospechada. A día de hoy, ¡quince años después!, aún quedan fotos de esas repartidas por las casas de mi familia. Ni siquiera la ha podido desbancar la foto de la orla, y no entiendo porqué: también estaba disfrazada y bastante horrorosita.
Si pensáis que aquí queda la historia de la foto, aún queda un epílogo. Porque no puedo olvidar a la mayor fan de la dichosa foto: mi abuela paterna. Cada vez que veía la foto, que era muy a menudo (estaba encima de su tele) mi abuela, cegada por el terciopelo y el tul blanco exclamaba:
- ¡Ay, pero si parece una Virgen! ¡Parece la Virgen de los Dolores!
¿Os podéis imaginar mejor remate al escarnio público?
Post-post: pss, pss, les recomiendo que se pasen por superegos. Otra anomalada de las que me gustan.
18 comentarios:
Pues yo tengo una de esas. En las fiestas de mayo de mi pueblo, a mis padres no se les ocurrió otra cosa que incluirme en una carroza. Salgo por ahí vestido de soldado de los tercios españoles, con mi bigote y perillas pintados, casco de papel de aluminio, un trozo de cartón pintado a lo coraza, un pantalón raruno y leotardos.
Menos mal que no tuvo mucha repercusión familiar y pude deshacerme de ella.
Un saludo.
¿Y la foto? ¿No la pones? o.o ¡Así no podemos opinar!
Por la descripción me recuerda más a la diosa hindú Kali, pero será cuestión de apreciaciones subjetivas y demás zarandajas.
Para terminar el escarni público te sugiero que la publiques en el blog, de este modo o acabamos de hundirte o te subimos la autoestima hasta límites insospechados.Por cieto, solidaridad total contigo, TODOS, tenemos una foto asi. buen finde
Ay, Misia, con esa tía y ese fotógrafo tan cariñosos, no necesitas tener enemigos que te bajen la autoestima...
Pero, guarda la foto como consuelo: de aquello, salió lo que hoy eres, para que no se cumpla la ley de Murphy...
Cómo me he reído!!! recuerdo cuando te ibas a Alicante en verano!!! pero esto no me lo habías contado y tampoco me has enseñado nunca la foto!! Qué no eres fotogénica? pues te pasa como a mi, pero lo resuelvo alegando "que soy belleza en movimiento"!
Un beso.
Fdo.: Quelitas
Piénsalo bien: si un días quieres desaparecer sin dejar rastro (preferiblemente después de un desfalco a lo Gürtel), no te podrán encontrar porque no te parecerás nada a la foto de marras (y la gente se tirará un rato pensando si van en serio).
Por algún motivo, soy fotogénico pero la mayoría de fotos que tengo buenas son de cuando también parecía un tocino y las recientes las tengo al sol y con los ojos achinados.
El regustinín que me ha dado que me nombres... ;P
Me quedo con las ganas de saber el nombre de ese pueblecito de Alicante que celebra sus fiestas de Moros y Cristianos en agosto. Se me ocurre Elche, pero Elche es grande... (?)
Bueno, Misia, yo creo que para superar esa fobia y vencer complejos has de hacer todo lo contrario de lo que piensas: no destruir la foto ni esconderla: publícala en el blog, bien grande, deja que nos riamos todos (no en plan burla sino por la hazaña)Entonces, rebasada toda la vergüenza posible, del soponcio pasarás a la indiferencia y te curarás.
¿Qué? ¿Que no lo vas a hacer? Haz una encuesta a ver si queremos ver esa foto o no.
Anda...
Hay que reconocer que tu abuela paterna al menos tenía un ojo bueno para las fotos, con el que veía dolores en tu retrato: dolores del cuerpo, del orgullo, de la honra...
(Si el otro ojo también acertó con lo de virgen, es asunto privado tuyo)
Si finalmente nos enseñas tu versión de doña Jimena, no olvides pixelar la cara para que evitar que tu público sepa como no eres. Las formas del cuerpo no nos dirán nada tal como describes la foto.
Misia, cómo te entiendo, pero ojalá tuviera sólo una de esas fotos (es lo que tiene ser poco fotogénica)
La peor (aparte de la de DNI/pasaporte, recién renovado, y que me acompañará durante los próximos 10 años) es una, también en un pueblo de Alicante, también en fiestas, vestida de pescadora y con una cara mezcla de pena y de "qué carajo hago yo aquí"
Yo creo que todos tenemos fotos de estas... solo hace falta coger cualquier album y ver las de nuestra adolescencia. Lo bueno es que cuando toca compararse después de 15 años te sientes como una modelo; has aprendido(más o menos) a usar el maquillaje, ya no tienes granos y por fin te has depilado las cejas y el bigote. ¡Si lo hubiesemos sabido antes!
Yo en lugar de una foto tengo un retrato de una foto, pero para el caso es lo mismo ... sólo que yo tengo un poco más de suerte y sólo hay una copia en casapadres y no la veo mucho,jeje.
Lo que hay que aguantar ...
Ay! Cómo te entiendo! A mí me pasa con la de la orla, horror horror!! qué foto tan quemable, y está repartida por carteras y paredes, como si fuera la estampita de un santo.
Yo todavía no tengo una de esas. Pero en cuanto me den la de la orla (horror) sé que va a acabar en todos los hogares de la familia. Creo que voy a convertirme en misántropa. SE ACABARON LAS VISITAS!!!
Jajaja, a pesar de las peticiones, no voy a enseñar la foto por dos razones:
- Primera, ¡Ni de coña!
- Segunda, no la tengo. Toooodos mis parientes tienen copias... pero yo no. En serio.
Jajaja, yo no me hice foto de orla para evitar éso mismo y mi mae todavía me riñe...
Jajajaja.
Cómo me he reído con el post!!
En general con muchos de los posts de este blog.
Todos tenemos alguna foto así.
En mi caso hasta que llegó la de prima con cara de rana, los ojos desorbitados, y me desbancó del primer puesto.
Gato, amor, es que lo de la orla es un espaaanto.
Te susurraré, en mi caso ningún primo me quitó el "honor"... jo. Bienvenida y quédate a dormir cuando quieras.
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