Hoy he salido de trabajar una hora antes de lo previsto... cuando he llegado a casa R. no estaba... me apetecía muuucho darme un baño... Así que he cogido el Tenn, la lejía, los guantes y el estropajo, y he limpiado el baño de arriba abajo (comparto piso con un hombre, ¿vale? Lo pienso hacer así cada vez). He llenado la bañera de agua templada con salecitas y me he metido dentro durante 15 minutos.
Vale, sí, ya sé que hay sequía. Es una excepción, lo prometo, me voy a limitar a las duchas, ni un baño más en mucho tiempo.
Hoy ha sido un día asqueroso, donde mi otra personalidad perrinazi ha tomado el relevo de la Candy Candy que está a los mandos habitualmente y… en fin. Básicamente, dos apagones consecutivos se han cargado algún fusible básico de la instalación, y nos hemos quedado sin corriente eléctrica durante una hora y pico. Hora y pico sin Internet, sin impresoras, sin teletipos, sin poder escuchar la radio, sin… pero con la hora de inicio del programa acercándose peligrosamente.
Al final las cosas se han arreglado, porque nadie sabe cómo pero en la radio siempre sale todo. Pero qué estrés. La prehistoria nos cayó encima de repente. Ahí la gente escribiendo los boletines a boli (en la redacción sólo funcionaban 2 ordenadores: el de mi jefe y el mío, jijiji, aunque sin Internet ni impresoras tampoco podíamos hacer mucho), un caos. Y aunque todo ha salido bien, al llegar a casa... necesitaba un baño.
La bañera es un lugar mágico en el que mi mente se aclara de golpe. Es el sitio recurrente de mis momentos epifánicos. Alguna vez que he tenido la cabeza hecha un lío por un repor, de repente todo ha hecho clic mientras me daba un baño. Me visitan las musas, se me ocurren buenas ideas, yo creo que hasta pienso en árbol. ¿Por qué será?
Y el toque de autoescarnio del post de hoy es:
También hablo por teléfono mientras estoy en la bañera. Titán, un compañero del Master de Universo, tenía la costumbre de llamarme justo en mitad de un baño y adivinar mi localización por la extraña resonancia de mi voz.
Y, en otra ocasión, el principal objeto de mis tonteos de la época me llamó por primera vez mientras yo me encontraba a remojo y oliendo a vainilla. Lo cogí. Me preguntó “Qué haces” y yo contesté “Darme un baño”. Él se quedó sin palabras por primera vez en la historia.
PD: Y ya que hablamos de bañeras… el señor Contreras recomendó en su día a las madres que no se bañaran desnudas con sus hijos bebés. Fue antes de que me enganchara a su sección, así que no sé cuales eran los argumentos pervertidos que utilizaba. Si queréis vomitar, intentad deducirlos por vosotros mismos.
Vale, sí, ya sé que hay sequía. Es una excepción, lo prometo, me voy a limitar a las duchas, ni un baño más en mucho tiempo.
Hoy ha sido un día asqueroso, donde mi otra personalidad perrinazi ha tomado el relevo de la Candy Candy que está a los mandos habitualmente y… en fin. Básicamente, dos apagones consecutivos se han cargado algún fusible básico de la instalación, y nos hemos quedado sin corriente eléctrica durante una hora y pico. Hora y pico sin Internet, sin impresoras, sin teletipos, sin poder escuchar la radio, sin… pero con la hora de inicio del programa acercándose peligrosamente.
Al final las cosas se han arreglado, porque nadie sabe cómo pero en la radio siempre sale todo. Pero qué estrés. La prehistoria nos cayó encima de repente. Ahí la gente escribiendo los boletines a boli (en la redacción sólo funcionaban 2 ordenadores: el de mi jefe y el mío, jijiji, aunque sin Internet ni impresoras tampoco podíamos hacer mucho), un caos. Y aunque todo ha salido bien, al llegar a casa... necesitaba un baño.
La bañera es un lugar mágico en el que mi mente se aclara de golpe. Es el sitio recurrente de mis momentos epifánicos. Alguna vez que he tenido la cabeza hecha un lío por un repor, de repente todo ha hecho clic mientras me daba un baño. Me visitan las musas, se me ocurren buenas ideas, yo creo que hasta pienso en árbol. ¿Por qué será?
Y el toque de autoescarnio del post de hoy es:
También hablo por teléfono mientras estoy en la bañera. Titán, un compañero del Master de Universo, tenía la costumbre de llamarme justo en mitad de un baño y adivinar mi localización por la extraña resonancia de mi voz.
Y, en otra ocasión, el principal objeto de mis tonteos de la época me llamó por primera vez mientras yo me encontraba a remojo y oliendo a vainilla. Lo cogí. Me preguntó “Qué haces” y yo contesté “Darme un baño”. Él se quedó sin palabras por primera vez en la historia.
PD: Y ya que hablamos de bañeras… el señor Contreras recomendó en su día a las madres que no se bañaran desnudas con sus hijos bebés. Fue antes de que me enganchara a su sección, así que no sé cuales eran los argumentos pervertidos que utilizaba. Si queréis vomitar, intentad deducirlos por vosotros mismos.
13 comentarios:
> el señor Contreras recomendó en su día a las madres que no se bañaran desnudas con sus hijos bebés
Es más, las madres también deberían taparse púdicamente al dar el pecho a sus hijos bebés. Después de todo, no utilizan *toda* la superficie que muestran al pobre lactante, ¿no? Y también deberían empezar a plantearse dar a luz por otro orificio menos pecaminoso
Les Luthiers ya dieron respuesta a esta cuestión:
Madres amantes
tomad precauciones
con las efusiones
de hijos varones.
Que luego te sale un Edipo, y a la m**rd* la familia tradicional.
¿Era en Lucía y el sexo cuando la protagonista se lo montaba en la bañera con un submarinista de juguete? Nuestros amigos de ALBA ni se imaginan las posibilidades relajantes de un buen chapuzón doméstico. Haces bien en darte uun baño, hhazlo por mí: mis vigas de encima de la bañera están podridas y temo que cualquier día se me caigan encima, así que ducha rápida y listo!
>>Incluso mi pobre jardín se chamusca al sol sin yo poder hacer nada.
Señor Orange County, debería plantearse la opción micciatoria.
> ¿Era en Lucía y el sexo cuando la protagonista se lo montaba en la bañera con un submarinista de juguete?
Era Victoria Abril en Átame
sólo has estado 15 minutos en la bañera? con lo que relaja estar ahí metido durante muuucho tiempo
Señor Cavafis la opción micciatoria se refiere a hacer aquello que los meo-de-pie hacemos de pie, aunque si opta por esta acción tenga en cuenta dos advertencias, los rosales pueden volverse amarillos, y según la cantidad de veces que lo haga
"...el olor de los jazmines, se mezclaba con el de los tulipanes y las rosas... nunca volverá a ser igual.
PD. Lo de Orange County no es por la película, es por la serie
Muy buenos días... si teneis aire acondicionado...
en fin, lo del baño me da muuucha envidia, quiero tiempo para darmelo!! bueno sr. oc, le recomiendo que puede reciclar agua (hay miles de formas) y devolver el esplendor a su maravilloso jardín...
Lo del submarinista es en átame, no?
Jo, EmeA, sabes de todo. Le proponemos al sr. Contreras una "campaña pro parto por el ombligo"?
Quelitas, yo le escribiría una carta o un mail a ver qué te recomienda. Poco a poco nos vamos a hacer con el control del consultorio chungo.
Lorz, te pega infinito citar a Les Luthiers. Me ha dicho un pajarito que también citas a Woody Allen en tus trabajos académicos.
O.C., En este momento "quien me ayuda en casa" soy yo misma, asi que...
Perlita, tu baño debe de ser precioso, con vigas de madera vista! Y efectivamente era Victoria Abril en Átame.
Fisher, yo he batido todos los records, pero ahora que comparto piso tengo especial cuidado en no encerrarme en el baño durante una hora. R. no estaba, pero estaba por llegar!!
Srta A, en mi nueva casa no hay aire acondicionado, pero con ventiladores y brisillas provocadas se sobrevive bastante bien.
Por cierto, creo que voy a cambiar el título del post. Veo por el comment de Fisher que a los chicos también les va.
Gracias por la aclaración, andaba un poco confundida.
Be, las vigas de mi baño están tan podridas que le salieron setas. Varias. Me propusieron hacer un revuelto con ellas, pero temo más que la bañera de la vecina del tercero caiga sobre mi cabeza.
Eso sí, en Lucía también hay escena de sexo en cuarto de baño... pero no vale usar esa peli como referencia, porque tiene escenas de sexo en tós laos...
Y Atame no mola tanto como Lucía. No tiene una foto tan gonita.
Pero, para compensar, Átame tiene una maravillosa declaración de amor ("Tengo veintitrés años y cincuenta mil pesetas. Estoy solo en el mundo, me gustaría ser un buen marido para ti y un buen padre para tus hijos") y la mejor canción de cierre: Resistiré, del Duo Dinámico.
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