Después del verano, he vuelto por fin a mis clases de danza. Las he retomado con ganas, aunque después de más de un mes de vacaciones, mis músculos lo han notado. Estoy tensa, envarada y bastante torpe. Pero es agradable empezar las clases, ir sacudiéndose la pereza y comenzar a mover todo el cuerpo, comprobando como poco a poco se recupera la elasticidad y la energía, y lo más importante, la capacidad de bailar un poco dignamente.
El curso pasado una de mis clases era los viernes por la tarde. Para mí el fin de semana empezaba así: entrando en la academia de baile, que siempre está llena de flamenco, de percusión africana, de tango y, claro, de música oriental. Durante dos horas de baile intenso y de concentración en la música, en el ritmo y en los movimientos se quedaban atrás todo el cansancio y el agobio del trabajo. A golpe de cadera y de crótalos he sido capaz de olvidarme viernes tras viernes de nervios y de malos rollos y salir de la clase con una paz y un buen humor que eran inconcebibles dos horas antes.
Hay gente que me pregunta cómo me metí en esto de la danza oriental. Yo siempre me río y cuento que fue por desamor. A mí siempre me ha gustado bailar y ver bailar, aunque jamás estuve en una clase de ballet o de danza. Hasta que me eché un novio al que también le molaba bailar (¡eso sí que es extraño en un chico!) y, al cabo del tiempo, empezamos a ir a clases de salsa. Ley de Murphy: llevábamos más de cuatro años juntos, nos apuntamos a salsa juntos... y rompemos a los seis meses. Así que tuve que dejar de bailar salsa (en determinados sitios sin pareja no eres nadie, y, además, el recuerdo dolía).
Sinceramente, aparte del dramón que fue aquella ruptura, me sentó fatal tener que dejar de hacer algo que me gustaba simplemente por no tener a un hombre al lado. Y decidí depender lo menos posible de un meodepie (o de alguien, en general) para hacer las cosas que me gustan (y por favor, que nadie se tome esto como un alegato anti-hombres, que no va por ahí, sino por la importancia de la autonomía e independencia).
Por eso me busqué algo que pudiera bailar sola, y apareció la danza oriental. Que sí, que tiene un cierto componente hortera, que al principio es difícil acostumbrarse a la música y que hay que ir enseñando lorza, con lo que me cuesta a mí eso. Pero... ¿cómo podría explicar que me encanta, que he encontrado en el camino grandes amigas, y que así, como quien no quiere la cosa, he mandado a paseo la vergüenza y he dicho "ven p´acá, autoestima"? ¿Cómo podría explicar que me ha hecho sentir tan segura que me he subido a un escenario para bailar sola delante de la gente que más me importa? ¿Cómo explicar que me siento igual de feliz cuando ensayo sola en casa, porque estoy bailando?
En fin, yo no soy una gran bailarina, aún me queda muchísimo por aprender. Pero, por todo lo que he explicado antes, bailar es importante para mí. Por eso siempre me reservo ese espacio para mí, aunque el resto de mi vida sea puro caos. Porque me hace sentir bien conmigo misma, porque me hace feliz.
Hay gente que me pregunta cómo me metí en esto de la danza oriental. Yo siempre me río y cuento que fue por desamor. A mí siempre me ha gustado bailar y ver bailar, aunque jamás estuve en una clase de ballet o de danza. Hasta que me eché un novio al que también le molaba bailar (¡eso sí que es extraño en un chico!) y, al cabo del tiempo, empezamos a ir a clases de salsa. Ley de Murphy: llevábamos más de cuatro años juntos, nos apuntamos a salsa juntos... y rompemos a los seis meses. Así que tuve que dejar de bailar salsa (en determinados sitios sin pareja no eres nadie, y, además, el recuerdo dolía).
Sinceramente, aparte del dramón que fue aquella ruptura, me sentó fatal tener que dejar de hacer algo que me gustaba simplemente por no tener a un hombre al lado. Y decidí depender lo menos posible de un meodepie (o de alguien, en general) para hacer las cosas que me gustan (y por favor, que nadie se tome esto como un alegato anti-hombres, que no va por ahí, sino por la importancia de la autonomía e independencia).
Por eso me busqué algo que pudiera bailar sola, y apareció la danza oriental. Que sí, que tiene un cierto componente hortera, que al principio es difícil acostumbrarse a la música y que hay que ir enseñando lorza, con lo que me cuesta a mí eso. Pero... ¿cómo podría explicar que me encanta, que he encontrado en el camino grandes amigas, y que así, como quien no quiere la cosa, he mandado a paseo la vergüenza y he dicho "ven p´acá, autoestima"? ¿Cómo podría explicar que me ha hecho sentir tan segura que me he subido a un escenario para bailar sola delante de la gente que más me importa? ¿Cómo explicar que me siento igual de feliz cuando ensayo sola en casa, porque estoy bailando?
En fin, yo no soy una gran bailarina, aún me queda muchísimo por aprender. Pero, por todo lo que he explicado antes, bailar es importante para mí. Por eso siempre me reservo ese espacio para mí, aunque el resto de mi vida sea puro caos. Porque me hace sentir bien conmigo misma, porque me hace feliz.
21 comentarios:
Pregunta curiosona, tu estudiaste en un instituto que esta en la Remonta?
Barry_Egan.
Todo lo que sea moverse, ¡y distraerse!, bueno es.
Quería apuntarme este año a danza oriental, pero no quedaban plazas :-( y estoy en lista de espera. Asi que mientras espero, pues me he apuntado a Bailes de Salón (sin pareja eso sí)y así voy entrenando el esqueleto. Rock & Roll powe' !!
besukis!!
jejej yo me apuntado este año a danza oriental... los domingos a las 9.30! pero creo q va a merecer la pena
un besote
Eso sí que es coger al toro por los cuernos :)
Barry_Egan, no, el BUP en Palma y el COU en un insti de Madrid que no estaba en Tetuán. ¿Algún paralelismo con alguna conocida/amiga/ex-novia/mala mujer?
Van-Hessa, de eso se trata.
Sheena, jo, qué pena... ¡arrastra a Ti a bailar el fox-trot!
Neka, ¿te has apuntado en la Casa...?
Estrella, ya ves.
Yo también tendría que apuntarme a algo así ...
Ese, te lo dice la voz de la experiencia, es el camino de la felicidad: ser capaz de no depender de nadie para hacer algo que nos apetece. Enhorabuena y disfrútalo.
Pues yo, sinceramente, no entiendo donde le ves ese cierto componente hortera a la danza oriental... Más hortera es la salsa con diferencia.
Lucía, pues anímate, jaja. ¡Estoy captando adeptas para la causa!
Mariajesusparadela, poco a poco se va aprendiendo eso. Bienvenida y quédate a dormir cuando quieras.
Caótica, tienes razón con lo de la salsa, jaja. Lo del componente hortera de la danza oriental lo digo desde mi perspectiva de mujer europea, acostumbrada a cosas más sobrias. Ciertos vestuarios (colores vivos combinados de formas imposibles, aberturas y adornos muy llamativos, profusión de lentejuelas y brillantina) y determinados estilos de música le dan, en mi opinión, un puntito hortera que, bueno, se puede evitar (yo lo intento) pero que no deja de tener su encanto.
... del reloj! (madrid centro) por?
Jaja, lo sabía: ¡Creo que es el único sitio en el que hay clase de danza oriental ese día a esa hora!
No sé si este año seguirá la chica de los años anteriores (creo que se llamaba Elena), pero conocí a algunas de sus alumnas y estaban contentas (es que el mundo de la danza oriental acaba siendo muy pequeño).
Hay un par de cosillas que tengo que aprender yo de este post...
Uf. Pero lo del baile o el deporte me da una pereza tan grande...
Hace como... dos años, me apunté a clases de Swing, y me lo pasaba bien. El problema es que llegaron los últimos exámenes de la licenciatura y lo dejé aparcado. Tanto que desde entonces nada de nada pero ya me planteo que para volver necesitaría pareja fija, casi mejor.
Por cierto, nada como los bailes de pareja para apreciar que la pareja tiene que estar dentro de unos límites de estatura.
Va, Gato, no importa que sea baile o deporte: hacer ganchillo, perseguir bichos, pintar cerdos...
Illuminatus, lo del swing suena divertido (¿¡otro chico que baila?! increíble, que gusto).
Ahm, ok.
Na, una conocida, que coincidio conmigo en el insti mencionado,le paso algo similar, creo, que lo del tema corte novio + clases de baile me entere por tercera personas.
Barry_Egan
jajaja espero no ser conocida por mi grotesca manera de bailar!
Iba a decirte que yo llevo toda la vida bailando de una o otra forma ( pagando por ello, gratis, cobrando..etc)y que es parte de mi, bla bla... pero al leer lo de pintar cerdos quiero decir: ME APUNTO A ESO MEJOR!!!! jisjis
Ok, Barry_Egan ;)
Neka, jajaja, qué va.
Evaluna, es que PINTAR CERDOS es muy grande.
Cómo te entiendo, yo también bailaba, luego lo dejé por los estudios, y hasta que no lo retomé, hace un par de años, siempre habia sentido que me faltaba algo... Ahora soy un churro y me falta muchas seguridad, pero estoy encantada!
Misia, muy bien hecho, a mi me encanta la danza oriental. Llevo un par de años en ello y cada día me gusta más. De hecho no me vendría mal tu consejo, ya que me vuelvo a Madrid en un mes y tengo que ponerme a buscar clases, una ayudita no me vendría mal... te dejo un enlace a la web de mi profa en Londres, que además de bailar muy bien y enseñar incluso mejor, es un cielo:
http://www.cynthiadance.com
Besos,
Ayma
Publicar un comentario