Conocerte ha sido toda una sorpresa para mí. Realmente, no pensaba que quedara gente como tú.
Tienes dieciocho años. Has estudiado toda tu vida en un colegio privadísimo y pasas ahora a una universidad privadísima. Dentro de dos años te marcharás a una universidad privadísima pero en Estados Unidos. Vives en un pueblo estupendísimo de las afueras de Madrid. Tienes una finca en el Sur donde cazar. Cochazo. Ropa carísima. Súper móvil. Lo tienes todo. No me malinterpretes, nada de eso me parece mal. Ni el cole, ni la finca, ni el móvil. Unos tienen la suerte de caer en familias en las que no les faltará de nada, otros no.
Lo que me ha impresionado no es la riqueza. No, he conocido a mucha gente acomodada. Lo que me ha impresionado es que tengas dieciocho años y las ideas de un señor nacido en el 1900. Eres muy claro y vehemente expresándolas, así que me has dejado claro que para ti el aborto, cualquier aborto, es un asesinato que debería estar castigado y penado con cárcel. Que los homosexuales son unos degenerados. Que las corridas de toros son nuestra raíz como país y que deben ser subvencionadas. Que la caza es un deporte estupendo. "Son sólo animales", dices con desprecio. Crees que la mayoría de parados de este país son unos vagos que no tienen trabajo porque no quieren. Que las mujeres deben estar en casa cuidando a sus hijos, porque es su papel natural. Que la gente rica paga demasiados impuestos. Que no debería existir legislación como la que prohíbe el alcohol al volante, porque restringe la libertad personal. Y no sigo más, porque total, el resto de tus ideas van en esa línea. Y me ha sorprendido. Me explico, conozco mucha gente que es de derechas y tienen todo mi respeto. Algunos tienen las mismas ideas que tú, pero suavizadas. Pero nunca, nunca, había conocido a una persona tan joven con una visión tan arcaica de todo.
A ti también te ha sorprendido conocerme a mí. Has flipado cuando hemos hablado de política. O de cualquier cosa, en realidad. Me hizo mucha gracia cuando intentaste insultarme gritándome "¡ecologista! ¡que eres una ecologista!". Me da la impresión de que me ves como una roja peligrosa (y créeme, yo soy una persona bastante tibia, para bien o para mal). Supongo que la explicación a tu sorpresa es que siempre has estado en una burbuja. Todos tus amigos son como tú. Evidentemente, tu familia es como tú. Debe ser de las primeras veces que te sientas a hablar con gente que no es de tu esfera. Y has flipado, porque has comprobado que existe gente que no piensa como tú.
Todo esto se quedaría en una anécdota y en una sorpresa mutua si no fuera por tu futuro. Tienes todas las oportunidades, tienes todos los contactos (tú lo sabes, sabes exactamente qué puede hacer tu padre por ti aparte de pagarte una educación), vas a tener todas las ayudas para ser alguien importante. Seguramente serás de los que tome decisiones. Decisiones sobre MI vida y eso es lo que me da miedo. Algún día gobernarás el mundo, sea en política o sea desde el mundo de las finanzas.
¿Entenderías que eso me asuste?