MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

martes, mayo 31, 2011

Urgente

Hace unas semanas me fui de viaje de estudios con mis chavales (y unos cuantos más) a un lugar de la costa española de cuyo nombre no quiero acordarme. Acabé ahí no sé muy bien porqué, aún no tengo claro cómo me liaron. Bueno, sí: el resto de profesores/jefatura de estudios/dirección empezaron a dar la matraca con que "lo normal es que vayas tú de viaje, eres su tutora", "eres joven, si no lo haces ahora ¿cuándo?" y demás argumentos falaces con los que lo único que pretendían era que no les tocara a ellos.

La cuestión es que me vi embarcada en un viaje de estudios con adolescentes hormonados y acabé en ese hotel de la costa, rodeados de chavales hiperactivados, emocionados (y, recordemos, hormonados):

-¡Vámonos a la playa! - decía la niña de cuerpazo escultural.

- ¡No! ¡bajemos a la piscina del hotel! - decía el ligoncete que había avistado a las demás huéspedes del hotel.

- ¡Vámonos a la discoteca!- proponía la marchosa irredenta.

- Profe, ¿nos podemos ir de tiendas? ¿aquí hay Bershka, no? - decía un grupete de niñas ilusas.

- Profe, ¿nosotros nos podemos quedar en el hotel jugando a la Play? - imaginaos quién decía eso. Y sí, se habían traído la Play al viaje, con no sé cuántos mandos. Y unas cuantas PSPs, por si acaso.

Al final acababas dividiendo(te) y venciendo(ellos): un profe a la playa, otro a la piscina, otro de compras. Los de la play obligados a ir a algún sitio al aire libre, que sin sol no se sintetiza la vitamina D. Y para contentar a todos, por la noche a la discoteca en manada.

Una de las cosas curiosas eran esos tiempos medios: la transición de la vuelta de la piscina/playa hasta la discoteca. Teníamos que dar un tiempo mínimo de dos horas para que los chavales se ducharan, vistieran, peinaran y maquillaran. A ellos y ellas.

En uno de esos tiempos, mis compis se fueron a explorar el pueblo en busca de una discoteca que no fuera demasiado antro de perdición. Mientras tanto, yo me quedé en el hotel al cargo de todos nuestros monstruitos. Decidí arreglarme rápidamente (cinco minutos de ducha, cuatro de vestirme, tres para pintarme el ojo, tres para secarme el pelo) mientras ellos estaban entretenidos en las mismas tareas (pero multiplicando el tiempo por ocho) para después tranquilamente leer un poco en el hall.

Menuda ilusa. La tragedia estaba a la vuelta de la... puerta y yo no tenía ni idea. Estaba tranquilamente duchándome cuando empezaron a aporrear la puerta de mi habitación:

- PROFEEEEE, PROFEEEEEE, ¡CORRE!

- ¿Qué pasa? - contesté, desde mi ducha.

- PROFEEEE, QUE ES URGENTE. SAAAAAL - me gritaba una de las niñas, mientras daba golpes en la puerta de la habitación.

- Nena, Celeste, estoy en la ducha, ¿no puede esperar? ¿es tan urgente?

- SÍIII, PROFEEEE, ¡ES SÚPER URGENTE, SAAAAL! ¡HABITACIÓN 312!

Ostras. Me asusté un montón. Salí corriendo de la ducha, con algo de jabón aún en el cuerpo, agarré una toalla y sin secarme mucho me metí en los primeros pantalones que encontré y en la camiseta del pijama. Sin más ropa, salí corriendo al pasillo, con el pelo chorreando, descalza y con el corazón en un puño: ¿Qué habría pasado? ¿un accidente? ¿una caída por culpa del balconing? ¿una pelea?

Llegué corriendo a la habitación 312. Entré como alma que lleva el diablo y vi en la entrada del baño un charco de agua. Oh, dios, ya lo sabía: alguno había pisado el charquito, se había escurrido y se había roto la crisma. Oh, dios, ya imaginaba la sangre y...

- ¿¿QUÉ HA PASADO??

Tres chavales me miraron con cara de pena.

- Profe, es que... no funciona el secador.

- ¿Qué?

- Profe, que no funciona el secador. Que antes lo enchufábamos en el cuarto de baño y funcionaba, pero ha hecho ¡puf! y ya no funciona. En este enchufe de aquí sí, pero en el baño no.

- ¿Y eso era tan urgente? es que Celeste me ha dado un susto... me ha dicho que era urgentísimo.

- Nosotros le hemos dicho a Celeste que te avisara, pero vamos... es un poco exagerada ¿no?

Sobra decir que fui a la habitación de la tal Celeste para darle una clase teórica de qué es urgente y qué no es urgente:

- Que haya sangre y vísceras esparcidas, es urgente.

- Que un secador no funcione, NO es urgente.

- Que un alemán borracho haya violado a tu compañero el guapito, es urgente.

- Que se te rompa una uña y se estropee tu manicura, NO es urgente.

- Que caiga una nave espacial sobre la terraza, aplaste a uno de tus compañeros y que después un alien se haga un bolso con tu compañera la marchosa, es urgente.

- Que se acabe tu crema bronceadora, NO es urgente.

Creo que soltarle todo eso hecha un basilisco (un basilisco aún chorreante, eso sí) le hizo reflexionar. Un poco. Supongo que lo justo como para pensarse dos veces ir a aporrear mi puerta porque hubiera una pelusa en su habitación.

Y tuvo suerte de que la lección de Barrio Sésamo "niños-vamos-a-aprender-qué-es-urgente-y-qué-no-es-urgente-para-no-matar-de-un-infarto-a-la-profe" fuera sólo teórica, porque os juro que yo visualizaba esto:


Se me va a gastar el zen de tanto usarlo.

lunes, mayo 23, 2011

Con tiroides y a lo loco

Como conté en el post anterior, he estado últimamente un poco pocha. Después de estar durante meses muy cansada y no tirar de mi cuerpo decidí ir mi médico, que me mandó unos análisis. A la siguiente visita, ya con resultados, me miró, miró mis análisis, chasqueó la lengua y me dijo que tenía el tiroides descontrolaíto del todo. Empezó a preguntarme si tenía otros síntomas, aparte del cansancio y yo dije que no.

Ja.

Ella me empezó a preguntar:

- ¿Nervios alterados e hiperactivación?

- Sí , pero pensaba que era el estrés del trabajo.

- ¿Irritabilidad y cambio de carácter?

- Sí, pero pensé que era por los alumnos.

- ¿Insomnio?

- Sí, pero pensé que era el estrés.

- ¿Estás adelgazando?

- No, la verdad es que estoy estable... y ahora que lo pienso, es muy raro: últimamente me he dado a la mala vida de la comida basura. Y además como en cantidades industriales. La verdad es que es raro que no me haya puesto como una foca, ahora que lo pienso.

- ¿Palpitaciones?

- No. Bueno, no sé, ¿eso qué es exactamente?

- Sentir latir el corazón fuerte.

- Ah, pues entonces sí. ¿Eso no es normal?

- NO. NO ES NORMAL. ¿Temblor de manos?

- Sí, pero yo es que tengo mal pulso... siempre supe que cirujana, como mi padre y mi hermano, no iba a ser... - me hizo extender las manos y me puso una hoja de papel encima: la hoja se meneaba como las caderas de Shakira.

- Te voy a medir el pulso... ¡vaya! ¡100 pulsaciones por minuto en reposo! Sólo una pregunta... ¿desde cuándo llevas así?

Ni me acuerdo. Quizás desde hace un año, con las oposiciones. Pensé que era normal estar estresada y cansada: ¡estaba de oposiciones! aunque es verdad que de otoño hasta ahora he ido empeorando.

Total, que salí de la médico con una cita para la especialista, una receta de tranquilizantes (de la que pasé ampliamente) y la prohibición de hacer cualquier deporte ("¡mira tus pulsaciones! ¡ni se te ocurra moverte mucho ni hacer nada de deporte! tal y como llevas el corazón, te puede dar un colapso") y un acojonamiento en el cuerpo importante.

Así que he estado los últimos meses de médicos, pruebas y tratamiento y ya estoy mucho mejor. Por una parte muy cabreada conmigo misma: ¿cómo mi cuerpo me pudo dar tantas señales y yo ni darme cuenta de que algo iba mal hasta mucho después?¿cómo podía estar tan alterada e histérica y parecerme normal? parece que con nuestro estilo de vida, todo se lo podemos achacar al estrés y eso lo disculpa todo, como si fuera normal. Y que nos zurzan si vamos renqueando por la vida. Por otra parte estoy sorprendida: he estado con unos picos hormonales impresionantes y, aunque he perdido a veces la paciencia antes de lo que yo lo suelo hacer, ¡he tenido el suficiente autocontrol como para no comerme a ningún niño! ¡y mi marido no se ha divorciado de mí! (el pobre es un bendito, ha aguantado a una señora esposa espídica total pero hecha un muermazo por el dichoso cansancio).

Ahora que el tratamiento está funcionando, he descubierto de nuevo la paz interior y una Misia zen da las clases. Los alumnos flipan: "profe, estás muy rara. No gritas ni aunque nos portemos mal. ¿Te pasa algo?". Yo me río y continúo dando mi clase. Sospecho que mis alumnos creen que me doy a las drogas antes de entrar en el aula. Y estoy contenta, por fin me encuentro bien, como siempre, ya no estoy tan cansada y además he podido volver a hacer deporte (el primer día que volví a la piscina y le conté esto al monitor se asustó un poco. Y para asustarle más le solté un "bueno, y si me da un patatús en la piscina no pasa nada: te tiras y me sacas. Me da igual que hayas acabado de comer ¿eh?". Justa venganza por lo del huevo).

Lo que tengo claro es que después esta enfermedad y su tratamiento me voy a convertir en una superheroína, porque, de una manera u otra, voy a sacar un superpoder:

- Por el tratamiento estoy engordando a marchas forzadas. No me está sirviendo ni la dieta ni la vuelta al ejercicio. A este paso, me convertiré en la mujer hipopótamo y podré detener a los malos aplastándoles bajo mi peso.

- Si esto me rebrota, me tendrán que meter en el cuerpo yodo radiactivo para dejarme totalmente KO el tiroides. A mí me parece que es como matar moscas a cañonazos, pero qué c*ño... ¡yodo radioactivo! ¡la materia de la que están hechos los superhéroes! a lo mejor la radioactividad se combina con el cetro de la cursilidad y mi superpoder será hacer que los malos lloren cuando vean anuncios de niños bailando y perritos envueltos en papel higiénico.

En fin. Sea como sea, Speedygirl, ya me puedes ir haciendo un hueco en tu troupe de superhéroes. Vamos a armar una que los X-men se van a quedar a la altura del betún.

sábado, mayo 14, 2011

Artemisia

En los últimos tiempos he estado medio pocha, así que estoy bastante desconectada del mundo, del blog y de muchas de las cosas que suelo hacer normalmente. Me he perdido todas las exposiciones de la temporada y me da la impresión de que en los últimos meses no he hecho nada interesante con mi vida.

Ya me encuentro mejor y voy arrancando poco a poco y eso tiene recompensa: hoy me ha pasado algo tan maravilloso como inesperado (maravilloso para mí, ya veréis qué chorrada es).

Estaba dando un paseo por Madrid a primera hora de la tarde cuando sin darme cuenta me he encontrado frente a la fundación Caja Madrid. Del edificio colgaba un cartelón enorme anunciando la exposición actual: heroínas. Vi en la prensa de lo que trataba y pensé en ir, ya que el tema me gustaba y el par de obras que vi en los anuncios me parecieron interesantes. Pero no encontraba el momento o las ganas. Hoy por primera vez en meses me ha apetecido y he entrado a verla.

Magas. Bien. Pintura de finales del XIX. Bien. Y de repente...

La Santa Catalina de Caravaggio. Me encanta Caravaggio. Y volver a verla... esa luz, ese volumen, esa expresividad.

He subido las escaleras pensando que ya merecía la pena haber entrado, sólo por ver algo de Caravaggio. Que por fin volvía a no ser indiferente, después de mi mala racha. Que me alegraba de estar ahí. He girado a la izquierda y me he encontrado con Sofonisba Anguissola (con su autorretrato, en realidad). Pero los ojos se me han ido tres cuadros más allá...

Y la he visto a ella y se me ha encogido el estómago, ni me imaginé que estaría allí.


El autorretrato (como alegoría de la pintura) de Artemisia Gentileschi, la pintora de la que sale mi nick. Una de mis artistas favoritas. El cuadro que tengo de fondo en el twitter. Su autorretrato. Nunca lo había visto en directo. Es de los Windsor y no es tan fácil acceder a él (egoístas. Tenéis muchos. Regaladmelo).

Me he plantado delante del cuadro y no me he movido en más de quince minutos, empapándome de todos los detalles y disfrutándolo. Estaba muy emocionada (pero emocionada bien, por fin, después de una época de alteración de la mala) y sé que soy una boba, pero no he podido que un par de lagrimones como puños se me cayeran. El cuadro es estupendo y significa mucho para mí. Menos mal que en esos momentos la exposición estaba medio vacía y los pocos que pasaban ni reparaban en el cuadro y menos en mí.

A mi pesar, me he movido (empezaba a ser sospechosa de robo para la de seguridad... y no digo yo que no lo pensara) y he acabado de ver la exposición. Después he ido a hacerle otra visita a Artemisia y me he ido (al concierto de Ara Malikian en la fnac, por cierto. Muy chulo).

En fin. Qué bueno es estar bien, enarbolando mi cetro de la cursilidad y alterándome como fan de Justin Bieber frente a su repelente ídolo, pero delante de la mía.

martes, mayo 10, 2011

Giro (al este) inesperado


Ayer me encontré dos veces al jefe de los obreros del apartamento de enfrente de los ascensores. Sé que es el jefe porque a un tío así no le puede mandar nadie. Es así:


Con un toque de esto:


Sólo que con un poco más de pinta de venir del país del este.

Dreamy...

Sonaba esta música.



¿¡Por qué!? ¿¡¡POR QUÉ!!?

viernes, mayo 06, 2011

Dissociative musicality disorder


En uno de los apartamentos de mi edificio están haciendo obras. En concreto, en uno de mi mismo piso. En más concreto todavía, en el que está enfrente de los ascensores.

Paso por delante varias veces cada día, así que llevo unas semanas escuchando el progreso de las reformas y disfrutando de la cuidada selección musical que ponen los obreros para amenizar su trabajo. A partir del tercer día empecé a tomar notas de mis observaciones.

Voy a compartir con vosotros las notas de la semana pasada.

LUNES

Ruido: del infierno.
Música: Hero, de Mariah Carey (la he tenido que buscar).



MARTES

Ruido: del infierno.
Música: Think Twice de Celine Dion (ésta también).



MIÉRCOLES

Ruido: del infierno.
Música: One Moment in Time de Whitney Houston (ésta no: soy de la generación que vio El Guardaespaldas en el cine).



JUEVES

Ruido: del infierno.
Música: When de Shania Twain (ni zorra, en serio).



VIERNES

Ruido: del infierno.
Música: Pero Me Acuerdo de Ti, de Christina Aguilera.



SÁBADO

Ruido: ninguno (no hay obreros, yay!).
Música: Evaristo, de Extremo Duro



Perdonad mi francés, pero… WHAT THE FUCK??