MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

martes, abril 29, 2008

Un comienzo chic


La semana pasada se celebró –dentro y fuera de la blogosfera– el Día del Libro. Aunque Quédate a Dormir no hizo post al respecto, el evento no pasó desapercibido a sus bloggeras.

Yo, por ejemplo, aparte de pulirme lo que me quedaba de presupuesto de abril en las recomendaciones literarias de Sark –que no suele fallar–, recibí por duplicado (papel y formato digital) el regalo de los señores de Nórdica Libros para celebrar tan señalada fecha. Con el título "Un buen comienzo", se trataba de las primeras frases de 59 títulos fundamentales de la Literatura Universal de las cuales reconozco no sin rubor que sólo he leído 25 –¡y eso que soy filóloga!–.

Consciente de que algunas son "tramposillas" (ya sea por la traducción o por dónde han decidido que empieza el libro), selecciono diez entre las más facilitas:

1. En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…
2. Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz tiene un motivo para sentirse desgraciada…
3. Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia…
4. Un modesto joven se dirigía en pleno verano desde Hamburgo, su ciudad natal…
5. Pueden ustedes llamarme Ismael…
6. Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos…
7. Cuando, una mañana, Gregor Samsa se despertó de unos sueños agitados, se encontró en su cama convertido en un monstruoso bicho…
8. Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta.
9. Cuando yo tenía seis años vi una vez una lámina magnífica...
10. El Nellie, un bergantín de considerable tonelaje, se inclinó hacia el ancla sin una sola vibración de las velas y permaneció inmóvil...

Ahora toca decepcionar a aquellos de nuestros lectores que más disfrutarían si esto fuera un concurso de los de hacerse los chupiguays (vosotros sabéis quiénes sois, y nosotras también lo sabemos, que os tenemos fichados). Se trata de un concurso "autorregulado": si seleccionan el espacio en blanco a continuación, descubrirán fácilmente las soluciones.

1. Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha; 2. Lev Tolstói, Ana Karenina; 3. J.D. Salinger, El guardián entre el centeno; 4. Thomas Mann,La montaña mágica; 5. Herman Melville, Moby Dick; 6. Pablo Neruda, 20 poemas de amor y una canción desesperada; 7. Franz Kafka, La metamorfosis; 8. Vladimir Nabokov, Lolita; 9. Antoine de Saint-Exupéry, El principito; 10. Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas.

Por supuesto len invito contarnos en los comments cuántos títulos han acertado sin mirar la solución. Pero en fin, que el verdadero meollo del asunto viene a continuación. Porque esta bloggera quiere aportar su granito de arena a tan magna iniciativa.

Con una pequeña variación, eso sí. Como han visto en el título del post, yo voy a proponer comienzos chic. O comienzos chick, ya que lo que yo les propongo son las primeras frases de algunas de mis novelas de chick lit favoritas. No resoplen aún, es un género con mucha morralla/mierda/caquita, sí… pero también con cosas muy molonas.

Reivindico la chick lit como perfecto libro de piscina (por mí, durante el mes de agosto que se metan el Ulises donde les quepa). Como literatura de evasión de calidad (sólo hay que buscar). Como género divertidísimo lleno de geniales escritoras de humor. Como placer culpable (por supuesto, sin limitarse a leer sólo esto, menudo rollo si no). ¡Vivan los placeres culpables!

Les traigo una selección de 10 títulos, fruto de una laboriosa investigación de casi 20 años. Antes de empezar tengan en cuenta que algunas traducciones son mías porque sólo tengo los libros en inglés. Y para la solución (y todo el rollo que pienso soltar de cada libro), ya saben, seleccionar la parte "en blanco".

Empecemos:

1. BUENOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO. NO: Beber más de catorce copas a la semana. Fumar. Gastar dinero en: máquinas para hacer pasta, máquinas para hacer helados, u otros aparatos culinarios que nunca utilizaré.

El Diario de Bridget Jones, de Helen Fielding. Poco hay que decir de este libro que ya es un clásico popular. Todo el mundo conoce la historia (aunque sea por las pelis). Y, diga lo que diga, los que lo odien lo seguirán odiando (sin ningún criterio, claro) y nada de lo que ellos digan podrá hacernos cambiar de idea a los que nos mola. He de decir, eso sí, que la novela tiene ya 12 años y ha envejecido regular.

2. Lunes 27 de enero. 58,6 kg (cuerpo todo grasa), 1 novio (¡hurra!), 3 polvos (¡hurra!), 2.100 calorías, 6000 calorías quemadas por los polvos, así que, calorías totales: 1.500 (ejemplar).

Bridget Jones: Sobreviviré, de Helen Fielding. No he podido resistirme. La segunda parte no mola tanto como la primera, pero entra dentro del canon. Me niego a aceptar que el destrozo causado por la señorita Fielding en sus columnas/continuación forme parte de la continuidad.

3. Vale. No te asustes. No te asustes. Sólo es la factura de la VISA. Es un trozo de papel y unos cuantos números. O sea, ¿cuánto miedo pueden dar unos números?

The Secret Dreamworld of a Shopaholic (Loca por las compras), de Sophie Kinsella. La historia de una chica inglesa cuyo mayor hobby son las compras, lo que la mete en muchos líos porque siempre gasta más de lo que debe/puede/tiene. Al principio odiaba esta novela de la angustia que me daba, pero acabé enganchándome y con los años he acabado teniendo los 5 libros de la saga (para abreviar, se va a vivir a EEUU, se casa, le sale una hermana secreta y tiene un niño), dos de ellos robados de un hotel.

Eso sí, todos me producen una ansiedad tremenda mientras los estoy leyendo. Creo que es por culpa de estos libros que le tengo pánico a las tarjetas de crédito (a las mías, se entiende) hasta el punto de no querer tener ninguna.

4. Desde hacía semanas se respiraba una atmósfera extraña en la revista Femme, una sensación de que algo no funcionaba bien.

Sushi para principiantes, de Marian Keyes. El primero de esta autora que leí. Va de una tía que dirige una revista de moda en Londres y se pega el susto de su vida cuando la que mandan al culo del mundo (Dublín) a lanzar una nueva revista allí. Y de su ayudante, que tiene que pasar de chica-para-todo en una revista tirando a provinciana al ambiente de las producciones de moda, las promociones con cosméticos y las fiestas con famosos. Keyes hace una chick lit muy irlandesa, y a mí me encanta Irlanda.

Muy recomendables las cuatro novelas que tiene en las que cuenta la historia de cuatro de las cinco hermanas Walsh (Claire, Rachel, Margaret y Anna, el libro con la de Helen aún está por escribir). Aviso a navegantes, los libros de Marian Keyes tienen unas escenas porno repartidas por la novela que pueden provocar sonrojos si alguien lo lee por encima de vuestro hombro en el metro.

5. A veces parece que todo lo que hago es mentir. Mi madre cree que estoy reprimiendo mis sentimientos sobre este asunto. Yo le he dicho: “No, mamá, en serio. Me parece bien. Mientras seas feliz, yo soy feliz”.

The Princess Diaries, de Meg Cabot. Éste es el libro en el que basaron (basaron, y un cuerno) con muchísima libertad (¡JA!) la peli "Princesa por Sorpresa", protagonizada por la inefable Anne Hathaway (link). Qué lástima, qué desperdicio, qué ganas de partir piernas con mi bate de baseball de purpurina. Porque The Princess Diaries es un libro divertidísimo, pensado para un público adolescente pero que se deja leer pero que muy bien, con un lenguaje total (que creo que no ha pasado bien la prueba de la traducción).

Vamos por el noveno libro de la saga de Mia Thermopolis, la chica neoyorquina a la que un buen día informan de que es la princesa heredera de un principado europeo tipo Mónaco. Sólo queda un libro más. A más o menos una entrega al año, hay un montón de lectoras de un rango de edad muy amplio esperando a ver cómo acaba todo. Y deseando que Mia termine con Michael y sean felices para siempre.


6. Quieren que lo ponga por escrito. Todo. Lo llaman “mi declaración”. Mi declaración de cómo sucedió todo, desde el principio. En la tele, cuando alguien presta declaración, siempre hay alguien sentado escribiéndolo todo mientras hablan, y todo lo que hay que hacer es firmarlo al final. Y además les dan café y donuts y tal. A mí sólo me han dado un montón de folios y un boli. Ni siquiera una coca Light.

When the Lightning Strikes (Cuando Cae el Rayo), de Meg Cabot. El primero de otra de las series de Meg. De mi serie favorita, además: se llama Missing, y va de una chica de Indiana, Jess, a la que un día le cae un rayo encima (bueno, la parada del bus en la que está frena un poco la descarga) y desde ese día tiene el poder de saber dónde están las personas desaparecidas, con sólo ver su imagen. Al principio lo utiliza, básicamente, para encontrar a los niños desaparecidos que salen en los cartones de leche en EEUU, pero luego pasan más cosas.

De esto han hecho una serie para la tele, que tampoco tiene nada que ver con la historia original. Pero qué mal han tratado los guionistas las obras de Meg hasta la fecha.

7. Top Ten de razones por las que no aguanto a mi hermana Lucy: 10- Me toca heredar su ropa usada, sujetadores incluidos. 9- Cuando me niego a ponerme su ropa usada, en especial sus sujetadores, me gano una charla sobre el derroche, los residuos y el medio ambiente. Vale, a mí me preocupa el medio ambiente, pero eso no significa que me tenga que poner los sujetadores viejos de mi hermana.

All American Girl, de Meg Cabot. Sí, otro de Meg. Me encanta esta mujer. Éste va de una chica que vive en Washington y un día por casualidad impide que un psicópata se cargue al Presidente. Sam se hace famosa de un día para otro hasta el punto de que ya no puede ni viajar en metro. Por ejemplo, la escayola que le ponen para curarle el brazo que se rompió impidiendo el atentado va al Smithsonian… En fin, una historia muy diver, para lectores ligeramente más mayores que Princesa Diaries (en la segunda parte ¡hay sexo!). Ah, algunos de sus libros para adolescentes han sido censurados/prohibidos en algunos institutos de EEUU, aunque luego los han descensurado/desprohibido. Meg dice que está muy decepcionada, porque siempre quiso ser una escritora súper de culto de esas que prohíben y censuran, como los que le molaban a ella en su época de instituto (parece que por allí esas cosas pasan bastante).

8. “¿Hola? ¿Hay alguien?” La chica del probador de al lado tiene voz de ardilla. “¿Hola?” Exactamente como la de una ardilla. Oigo acercarse a un vendedor. “Sí, señorita, ¿en qué puedo ayudarle?”. “Sí”, oigo la voz -de ardilla- de la chica al otro lado de la pared. “¿Tenéis estos vaqueros en algo más pequeño que la XXS?”

Size Twelve Is Not Fat (Una 44 no es gorda), de Meg Cabot. Ya termino con ella, lo prometo, pero es que es total. Porque Meg también escribe cosas para adultos. Ésta es la primera de una serie de tres novelas protagonizadas por Heather Wells, la tercera cantante teen más famosa de los 90 después de Britney y Cristina, que tras retirarse ha engordado un par de kilos y ha perdido todo su dinero. En realidad se lo ha mangado su madre, que se ha fugado a Argentina con su nuevo novio. Heather estudia en la universidad y trabaja de consejera en una residencia de estudiantes mientras comparte piso con el hermano de su ex novio (una especie de Backstreet Boy –el ex, no el hermano, el hermano es detective–). Y entonces empiezan los sucesos que harán que su lugar de trabajo sea conocido como "la Residencia de la Muerte".

Esta tía tiene un sentido del humor total. Si no os atrevéis con los libros, echad un vistazo a
su blog (link). Buenísimo, desde las recomendaciones literarias, pasando por el repaso a las series (es fan de Gossip Girl, como Noel (link)) o realities que ve, hasta el post sobre cómo vivió ella el 11-S (vive en Nueva York con su marido y sus gatos). Y ya paro con ella.

9. El día de mi muerte empezó mal y enseguida se puso peor.

Undead and Unwed (Ni Muerta, Ni Casada), de Maryjanice Davidson. Maravillosa historia de una treintañera recien cumplida, amante de los zapatos y que vive en Minnesotta, a la que -días después de ser atacada por una extraña criatura a la salida de un restaurante- atropella un coche y se muere. Y a las pocas horas se despierta convertida en vampira. Pero no en cualquier vampira. Buajaja.

¡Vampiros! ¡Chick Lit! ¡Zapatos! La culpa la tiene
Sheena (link), porque conocí a Betsy a través de su blog (link). Además, ella me prestó los dos primeros libros. A partir de aquí ya todo es responsabilidad mía, y de Amazon.

10. San Francisco, por la noche. Me escabullo por el parking, intentando escapar. Pero mis botas resuenan en el cemento, retransmitiendo mi localización a cualquiera que esté escuchando. Y sé que están escuchando. Tomo nota mental de no volverme a poner estos zapatos si hay posibilidad de verme envuelta en una persecución.

The Spellman Files (Spellman & Asociados), de Lisa Lutz. Lo último que he leído. Estupenda novela sobre una familia de detectives privados en la que nadie tiene respeto por la intimidad de nadie. Todos parecen estar de acuerdo con esto hasta que la hija mayor, Isabel, decide dejar el negocio familiar. Me la recomendó Sark (fan de todo lo que tenga un detective dentro), y le ha gustado hasta a Efe. Es decir, recomendable hasta para aquellos a los que llevan un buen rato repitiendo chick lit entre dientes con cara de asco.

Diosmio, estaba leyendo el artículo de la wikipedia sobre el tema y acabo de descubrir que ¡hay chick lit católica! ¡¡¡Y hay Indian chick lit!!! Amazon, allá voy.

sábado, abril 26, 2008

Dejad que los niños se acerquen a mí

El mundo no para de crecer. Cada vez somos más. Cuando voy al centro, la gente no cabe en las aceras. En la calle Fuencarral, los coches pitan y pitan para que dejemos de ocupar la calzada... pero ¿qué quieren que hagamos?? ¿que nos subamos unos encima de otros?? Por si 6.600 millones de personas no fueran suficientes, mis amigos se han puesto a procrear... Y les ha dado por hacerlo todos al mismo tiempo.

Esta Semana Santa, estuve en Barcelona. Quedé a cenar con mi amigo D. Nada más vernos, lo supe... Esa cara de felicidad, esa sonrisa, ese paso seguro de: "me da igual que la Generalitat salga ardiendo...Tengo mejores cosas en que pensar"... Aún así, disimulé para que se diera el gusto de darme la noticia:

D: "Tengo algo que contarte"

Noa: "Vas a ser padre"

D: "Joder, ¿cómo lo sabes?"

Noa: "Se te ha puesto cara de papá feliz"

Esto fue hace un mes y pico... La semana pasada, recibí una llamada de mi amiga E. :

E: "Oye, voy a estar en Madrid, a ver si nos vemos, que (risitas) tengo que darte una noticia"

Noa: "Estás embarazada"

E: "¡Pero quién te lo ha dicho!?"

Esto fue el miércoles. Dos días después, recibí un email de mi amigo P. "Ya te puedes ir comprando un billete para venir a Lisboa en octubre... Que ya queda menos para que seamos tres en casa"...

Se lo he contado a mi madre... Dejó que un silencio precidiera a sus palabras, como cuando quiere que algo se me grabe en el cerebro, y me soltó: "¿y tú a qué esperas?"

Eso digo yo... y yo, ¿a qué espero?

viernes, abril 25, 2008

Dudas primaverales


Me despierto… me bebo un zumo… me ducho… miro por la ventana… elijo la ropa que me voy a poner (falda… jersey de cuello alto sin mangas… rebeca negra… zapatos planos)… me pongo un pasador y dos coletas… vuelvo a mirar por la ventana… gabardina… miro otra vez… gafas de sol.

Cojo el bolso y a la calle, que mi abuela me ha invitado a comer. Me pongo las gafas... subo hasta la plaza… un viejecito se me queda mirando parado en mitad de la calle… cojo el Circular… leo un poco de The Spellman Files… hasta mi parada… me bajo y camino tranquilamente disfrutando del solecito (que casi no calienta)… un señor que aún no ha cumplido los cincuenta me suelta una procacidad de intensidad moderada… pienso que ya ha llegado la primavera y entro en el portal de casa de mis abuelos medio colorada.

Charlamos un rato en el salón… mi abuela me informa de los últimos cotilleos… hurgamos en un altillo y encontramos un par de vestidos antiguos que me van a ir genial para la avalancha de bodas que se avecina… comemos… tomamos café… y me voy a trabajar.

Como tengo tiempo, miro escaparates por el camino… un chico con gafas de pasta me llama guapa en voz baja al pasar por mi lado… yo me aguanto las ganas de decirle que le van a echar del club de modernos… sigo caminando y me paro en el escaparate de una zapatería… levanto la vista de los zapatos… veo mi reflejo en el cristal. Doy un respingo, porque lo que veo es una mezcla de esto:
Y esto:




La duda me reconcome. Llego a trabajar y le pregunto a Parker (mi compi): "¿Quién soy?" y ella "Desayuno con Diamantes". O sea que no soy sólo yo quien lo ve.

Y la duda vuelve a reconcomerme. ¿Voy mona… o parece que vaya a un baile de disfraces? ¿Debo considerar mi estilismo del día un éxito de crítica y público… o morirme retroactivamente de vergüenza?

Así lo ve Efe*, aunque la vespa es producto de su imaginación (aunque molaría).

Una duda más… ¿éste es un post de autobombo o de autoescarnio?

* PET está un poco parado, pero hay cosas chulas en su fotolog.

martes, abril 22, 2008

Gatín

Desde que me fui a vivir con mi chico, todos los días tengo que escuchar la misma cantinela: "¡Quiero un gatoooo!". Yo, que no. Y él, que sí.

Primero trató de convencerme con argumentos sólidos y convincentes:

- El gatín te querrá.

- Ya, pero ¿qué hacemos con él cuando nos vayamos de viaje? ¡es una responsabilidad y una atadura!

- Pero te ayudará, y como sabrá artes marciales, te defenderá de los enemigos.

- ¿Enemigos? lo único que hará es cargarse la ropa tendida del vecino en el patio.

- Se pondrá contigo en el sillón y resolveréis juntos el pasapalabra. Y te hará masajitos en la espalda cuando llegues estresada.

- No, al que le va a hacer un masaje es al jamón, justo antes de zampárselo entero. Un día llegamos y nos lo encontramos con las dos zarpas en la paletilla y ñamñamñam. No hay gatín.

- Pero Misia, los gatos son animales muy limpios: el nuestro sacará la basura y pasará la aspiradora.

-¿Pero qué clase de enciclopedia de animales has consultado tú? ¡No hay gatín!

Como mi chico vio que las negociaciones pacíficas no bastaban, empezó a usar los métodos subliminales. De repente, en mi lista de la compra aparecían cosas raras ("leche, huevos, queso en lonchas, arena de gatín, guisantes, cerveza") o algo extraño se colaba en nuestras conversaciones ("pues podríamos ir hoy al cine, a ver "No es país para gatos", que se nos va a pasar. O "American catster").

Pero lo peor llegó por las noches. Noche sí, noche también, en ese plácido momento justo antes de caer dormida, cuando ya estaba más allá que acá, de repente empezaba a oír un susurro: "gatíiiiiiin... gatíiiiiin... gatíiiiiin". La que bufaba en esos momentos no era el gatín, creedme.

Pero vamos, que a mí todas estas tácticas me resbalan y no me afectan, que soy dura y cabezota como una roca. Si yo he dicho que no hay gatín, no hay gatín.

Em...

Bueno...

Lo dicho, gatín no. Gatina.


Hala, ya tenemos en casa al bicho

lunes, abril 21, 2008

Guapos de leyenda


Definamos primero el concepto. ¿Qué hace falta para ser un Guapo de Leyenda? Porque puedes ser guapo, pero… ¿cuándo sabes que has alcanzado el estatus “leyenda”?

- He leído por ahí que lo único que se necesita para ser una leyenda es "ser excelente en lo que hagas". En esta lista sólo hay hombres que han alcanzado la excelencia: son excelentemente guapos.

- Tiene que ser una excelencia reconocida: aunque mi abuelo es más guapo que la mayoría de hombres de este ránkin (ya les pondré una foto), estamos hablando de señores admirados con exaltación por personas de todo el mundo.

- Y además hay que haber superado la prueba del tiempo. No se llega a ser guapo de leyenda hasta que su excelencia es admirada con exaltación por varias generaciones.

Empecemos la cuenta atrás:

10. Errol Flynn

Fue Robin Hood, Don Juan, el Capitán Blood, Guillermo Tell, Nelson, Custer… todo muy épico. Pero a él lo que le molaba era beber, pelearse y frinkar. Dicen que, una vez que le prohibieron beber en el estudio, inyectaba naranjas con vodka para comérselas entre escena y escena.

Fumaba como una chimenea, fue acusado de violación (aunque retiraron la demanda), era adicto al opio y Marlene Dietrich le llamaba “el Ángel de Satanás”. Vamos, que muy recomendable no era. Pero qué guapo.



9. Sean Connery

Si alguien ha pasado la prueba del tiempo, ése es Sean Connery.

De casi pipiolo como el primer James Bond (que además envejece bien), de sheriff espacial de mediana edad como O’Niel en Atmósfera Cero, de madurito interesante como Rey Arturo, Ricardo Corazón de León o Profesor Jones (el papá de Indiana)… siempre está guapo. Y además es escocés.



8. Rock Hudson

Sé de mujeres de edad respetable que llegaron a enemistarse con amigas suyas de toda la vida tras una discusión en las que ellas intentaban negar (la evidencia de) la homosexualidad de Rock.

Las mujeres de hoy aceptamos sin complejos (aunque puede que con algo de pena) que a nuestro guapo de leyenda favorito le vayan los hombres, si es el caso. Y nadie duda ya que era el caso de Rock. En fin, ¿quién puede resistirse a Confidencias a Medianoche o Su juego favorito? Venga ya…



7. Louis Jourdan

Caí bajo su hechizo al ver Carta de una desconocida. Es la historia una niña que se enamora locamente de un hombre, un guapísimo pianista que ni se fija en ella.

Pero la niña nunca deja de quererle, y se hace mujer, y vuelve a encontrarlo, y él no la reconoce pero viven su (breve) historia de amor (¿quién seduce a quién?), y… y hay que ver la peli para descubrir, como descubre el donjuan, toda la historia de la que sin saberlo ha sido protagonista. Qué guapo es.



6. Alain Delon

Este hombre se ganó mi corazón la primera vez que le oí hablar mientras Dalida cantaba “Paroles” en el tocadiscos de mi madre (clic para escuchar).

Pero, a pesar de que a mí me conquistara por la voz, no me negarán que se merece el puesto en el ránkin. Y tampoco me negarán que, al lado de Alain como Ripley, Matt Damon parece Ken.



5. Robert Redford

Robert ha superado la prueba del tiempo, la del bigote (ver Dos hombres y un destino) y la aún más complicada de las operaciones estéticas. No nos vamos a engañar, estaba mejor sin ellas… pero sigue siendo Robert Redford, el que daba mil vueltas a Brad Pitt en Spy Game.

Jay Gastby, Brubaker, Denys (de Memorias de África), Hubbell de Tal como éramos.



4. Gary Cooper

Una de las grandes diferencias entre mi madre y yo: a ella no le gusta nada Gary Cooper. Pero nada. No le gusta y le cae mal. Y jamás reconocerá que es guapo.

Y yo no puedo comprenderlo (aunque ser amigo de Hemingway juega en su contra). ¿Cómo puede no gustarle a alguien después de ver Sólo ante el peligro, Adiós a las armas o Por quién doblan las campanas? O mi preferida, Bola de Fuego,menos épica, pero TAN divertida (¡y ese corte de pelo!).



3. Gregory Peck

El hombre 10. Ya lo sería aunque sólo hubiera hecho una peli y esa peli fuera Matar a un ruiseñor: Gregory Peck es Atticus Finch, el abogado valiente, el padre de Scout, el mejor tirador del condado (y eso sin tener un arma).

Pero es que además ha sido el periodista de Vacaciones en Roma (poster en la cabecera de mi cama), el misterioso amnésico de Recuerda, el despistado profesor Pollock de Arabesco, el más sexy Capitán Ahab de la historia, el Harry Street de Las nieves del Kilimanjaro.

Qué guapo siempre: defendiendo la causa más justa, paseando en vespa con Autrey Hepburn, atormentado por recuerdos bloqueados, salvando al mundo junto a Sofía Loren, persiguiendo una obsesión, muriendo en África. Y de viejecito, con ese pelo tan blanco y esas cejazas negras.



2. Cary Grant

En el caso de Cary Grant el tiempo no es una prueba, es que trabaja para él.

Tanto, pero tanto, que hasta La fiera de mi niña aún se veía que iba a mejorar. Que en Sospecha quieres con todas tus fuerzas que sea bueno, aunque en el fondo sabes que da igual. Que en Atrapa a un ladrón ya sacaba 25 años a su pareja, Grace Kelly. Que en Con la muerte en los talones está tan guapo que me enamoré de él con 6 años y ahora tengo el poster en mi cuarto. Que en Charada y Operación Whisky ya tenía 60 años y en mi opinión nunca había estado tan guapo.

Hasta de viejecito, con esas gafas de pasta, era guapo de morirte.



1. Paul Newman

No lo habrán dudado ni por un momento: Paul es el hombre más guapo del mundo (con esto sí que está mi madre de acuerdo). Siempre me ha gustado. En los 80, cuando vi El color del dinero, no entendía cómo todas las niñas de mi clase estaban locas por Tom Cruise (que en esa peli no pasa de ser un pardillo sonriente) estando Paul por ahí, superando él también la prueba del bigote.

Tengo 3 VHS desgastados de tanto verlos:
1. La gata sobre el tejado de zinc, con pijama y bastante hetero, como mandaba el guión/revisión censurada de la obra de Tennessee Williams.
2. El coloso en llamas, peli que de pequeña me lo hacía pasar fatal y me encantaba, y donde Paul me parecía, a mis 7 años, lo más sexy del mundo.
Y 3. Mi debilidad: El premio, una delicia en la que Paul hace de escritor al que le dan el Nobel y tiene que ir a Estocolmo a la entrega de premios y descubre un misterio y le pasan cosas (como esconderse de unos asesinos en una convención nudista).

Paul estaba sexy hasta en Ni un pelo de tonto, y ya tenía sus 70 años. Y mira que a mí nunca me han gustado los rubios.





Y visto esto, me quedan sólo un par de cosas por decir:

1. La falta de españoles en este rankin es lamentable pero inevitable. Pensé en Alberto Closas, pero no he encontrado ni una foto que le hiciera justicia. Y era guapísimo, creedme: le vi en el teatro haciendo Rosas de Otoño, su última obra, y mmmmm…

2. En cuanto a los aspirantes al título de Leyenda, sé que mi opinión puede resultar polémica pero creo que de los “jovencitos” sólo llegarán George Clooney, Brad Pitt, Keanu Reeves y, si consigue mantaner el poco pelo que le queda, Jude Law.

viernes, abril 18, 2008

El cochazo

El otro día me dejaron por primera vez el coche de empresa. No es un coche excesivamente grande, pero es de una marca alemana molona y tiene chopocientos caballos más que mi bichito. Que conste que no me quejo de mi coche, aunque reconozco que más que una manada de caballos, él tiene un par de burros en su interior. A veces eso tiene sus ventajas, porque es prácticamente imposible que me pongan una multa por exceso de velocidad, ya que para que el cuentakilómetros pase de determinadas cifras hay que pisar a fondo el acelerador, jalearle ("¡vamos, bichito, tú puedes!") y, lo más importante, agarrar fuerte el volante, inclinarse hacia el salpicadero y poner cara de velocidad. Pero a veces se echa de menos la potencia, yo que sé, y me apetecía conducir el cochazo.

Bueno. Pues me senté en el cochazo y lo intenté desaparcar. JA: ¡no tenía marcha atrás! Había desaparecido de donde se suponía que tenía que estar (atrás, a la derecha) ¡¿Dónde se habían llevado la marcha atrás?! ¿O es que estos alemanes son de la filosofía de “nunca ir hacia atrás, ni para coger impulso"? Exploré, y en el diagrama ponía que ¿igual que la primera? La primera es la primera, ¿no? Probé, y efectivamente el coche iba hacia delante. Tiré hacia arriba. Nada. Empujé hacia abajo. Nada. Volví a tirar hacia arriba. Nada de nuevo. Me imaginé entrando a la oficina, diciéndole a la jefaza que me había dado las llaves “no sé dónde está la marcha atrás” y aguantando el choteo pertinente. Mi orgullo me lo impidió.

Así que respiré y lo intenté de nuevo. Pero cada vez que lo intentaba, el coche daba un bote y me acercaba un poquito más al coche de delante: ¡el del supermegajefazo!. Después de cuatro intentos, con el morrito ya pegado al de delante, con sudores fríos y sintiendo el despido sobrevolar mi cabeza, conseguí que fuera hacia atrás.

A todo esto, cada vez que metía la marcha errónea y cada vez que hacía una maniobra, el coche armaba una escandalera impresionante, quizás porque pisaba demasiado el pedal. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: llegó un megajefazo con su coche y se puso a mi lado para aparcar en el hueco libre. Primero me miró con cara de incredulidad. Después con sorna. Finalmente, oía sus carcajadas.

Cuando conseguí salir del aparcamiento, le miré con cara de triunfo, con una enorme sonrisa y la cabeza alta, obviando los minutos anteriores. Pero creo que canté victoria demasiado deprisa, porque con el triunfalismo me despisté y al hacer la última maniobra, el cochazo se caló. Y el jefazo desapareció de mi vista, creo que desmayado de la risa.

Así que volví a poner en marcha el trasto aquel y me escabullí sin echar la vista atrás, añorando a mi bichito, con remordimientos por haberle sido infiel y haciéndole mentalmente promesas de amor eterno.

Post-post: marcha atrás, potencia, infiel, remordimientos... ¡Dios, creo que soy la chunga de la vida de mi coche!

jueves, abril 17, 2008

Los Chungos de Nuestra Vida: La Cordobesa

Tras una temporada con la sección abandonada, retomamos Los Chungos de Nuestra Vida porque a) parece que ninguna de mis co-bloggers se anima a postear, y b) tenemos al señor Trelawney esperando desde hace... no me quiero ni acordar. Les dejo con la Chunga Cordobesa, que la disfruten.

Érase que se era un ingenuo e idealista muchacho (o sea yo) que sólo había conocido el amor en leyendas urbanas, películas de Hugh Grant y en el verano del amor (1999) con una dulce italiana que se coló por el penúltimo día de campamento.

El caso es que tras varios años de adolescencia célibe, llegó la adultez (aún célibe), y tras la adultez llegó la universidad y en la universidad llegó Internet a casa. Nuestro protagonista (sí, yo) dedicaba largas horas a buscar ciberconcubinas que le hicieran pasar un rato de charla agradable mientras sus padres prometían tirar el ordenador por la ventana si no se despegaba de él.

Hacía un año que nos habíamos mudado de casa y teníamos vecinos nuevos. Como el bloque era nuevo, éramos las dos únicas familias que ocupábamos la finca. Así que pasábamos largas horas juntos. Un día mi vecino me dijo:

- ¿Te importa conectarte, agregas al messenger a mi sobrina y que te explique cómo se pone una web cam?

A lo que yo dije:

- No, claro que no.

Tras no poder conseguir enchufar la webcam, y con la muchacha agregada, pasaron las semanas. Y ella y yo fuimos ciberconociéndonos y parece ser que cibergustándonos y cibertonteando. Bromeábamos medio en serio con la posibilidad de que viniera a ver a sus tíos y de paso verme a mí. Nos mandamos incluso algún sms.

En Semana Santa allí estaba. En casa de sus tíos. Quedamos en ir al cine y de camino el tonteo iba en aumento. Hasta que en un momento dado de la película... TACHÁN: BESO EN LOS MORROS! (yo noté como el público nos hacía la ola). Después nos emocionamos y el público ni ola ni leches. Nos mandaban directamente al primer hotel barato que encontráramos.

Pasaron dos días en los que nos dio tiempo a magrearnos más, y a que la conocieran mis amigos (hubo un cumpleaños y la llevé). Y dio tiempo también a la posibilidad de dejar de ser célibes los dos.

Al 4º día lo hicimos, y repetimos. Y yo llamé a mi amigo del alma (solo a él, lo juro): ''¡¡TIO ADIVINA QUE ACABO DE PERDER!!''

Bien, al 8º día se marchó a su casa. Yo tenía un viaje a Pirineos y ella debía volver. Nos separamos con mucho dolor, prometiéndonos amor verdadero y seguir juntos hasta que nos volviéramos a ver, que decidiríamos.

Guay.

Al día siguiente sms suyo: 'Tu chunga te quiere y no te olvida'

Jo, que guay. No llego a los 20 y ya he encontrado el amor verdadero.

A todo esto he de añadir que a mi madre la chica no le había gustado. Tuvimos ciertas broncas, yo decía que estaba celosa (como en las pelis) y ella que esa muchacha no era de fiar. Tonterias.

Pasó el tiempo y al mes llegó la posibilidad de visitarla yo, cosa que hice tras insinuarle de repetir la maravillosa experiencia amorosa (y no solo el sexo malpensados) de la vez anterior a lo que recibí un sospechoso: ya veremos.

Llego a su ciudad después de dos trenes y 8 horas de viaje. Me presenta a toooda su familia. Que aunque no dije nada noté como se reían por las esquinas cuando me miraban. Sospechoso, sospechoso. Después de un fin de semana sin respuesta a mis insinuaciones nos fuimos a su piso de estudiantes (que era un verdadero cuchitril) en la ciudad (ella era de un pueblo) porque eran fiestas y había que pasarlo bien. Una vez solos me dice que no cree bueno enrollarnos, porque lo pasaríamos mal y no quiere.

- ¿Hay otra persona? -dije, algo deshecho, pero manteniendo el tipo capaz de comprender cualquier razón.

- Claro que no -dijo ella como quien no quiere la cosa.

Conforme pasan los días van llegando los componentes de su panda que se mostraron muy amables conmigo, pese a la bordería creciente de ella. Entre humo denso (y no de tabaco) y 'Worms' yo vi como a ella le cambió su cara borde por una cara sonriente cuando llegó un muchacho alto, muy simpático con gracejo sureño y que ceceaba. Conmigo borde, con él estupendamente. Sí, sospechoso.

Esa tarde nos fuimos todos de botellón (a eso de las 6...) y yo que fui el único que no ingirió ningún tipo de sustancias ilegales (ni por boca ni por nariz) va, y me da un jamacuco, mezcla de:
- Alcohol con el estómago vacío.
- Entender que ella estaba liada con ese muchacho tan gracioso.
- Verla meterse casi de todo, cosa que a mí (llámenme aburrido) no me gusta en mis parejas.

Después le pedí explicaciones. Negativa.
Le pregunté a su mejor amiga. Negativa (a quien se le ocurre también...)
Se las terminé pidiendo al muchacho. Confirmación y monólogo:

'Tio, laz mujerez zon azí, ¿zabes? Yo he tenido bronca con ella porque no te quería decir na, y ezo a mi no me parece bien. Pero tu no te rayeh... que por una tía no hay que rayarze. Venga ánimo.'

(Cabrón...)

Me podía volver a casa con mis amigos y familia, a que me consolaran o quedarme. Pero me quedaban sólo dos días y no tenía ganas de nada. Ni siquiera de largarme. Me sentía el mayor pardillo del mundo (miraba detrás mía por si pillaba a alguien aguantándose la risa) y me sentía bastante engañado por ella. Me gustaba lo valiente que parecía ante la vida y resultó no tener valor ni para decirme: Mira no te vengas, porque llevo enrollada dos semanas con un tío. Ni para admitirlo después de saberlo ni para darme una explicación.

Como me quedaban solo dos días, me dediqué mientras hacía de tripas corazón a no dejarlos solos ni un minuto. Suena a rata callejera, lo sé. Pero ella empezó primero. Después me fui (previamente perdí el tren por su culpa). Y poco más supe de ella.

Al volver a casa dije: 'Mamá tenías razón'. Y mi madre puso cara de madre, pero yo sé que pensó: 'Lo sabía, ja!'.

Dos años después me llamó para que fuéramos amigos.

Sospechoso, sospechoso...

TRELAWNEY.

PD: Le di largas y cada cierta temporada vuelve con que quiere que seamos amigos. Le he cogido cierto gusto a darle largas. Y que conste que yo siempre se lo dejo clarito: 'no quiero ser amigo tuyo, como mucho conocido'. Pero ella vuelve. Aunque parece ser que la última vez le quedó claro. Mejor, la verdad.

martes, abril 15, 2008

Buscando un Frigodedo desesperadamente

El domingo, un amigo que había venido a "ejercitar su vagancia en mi salón" me contó una cosa y me estropeó la tarde. Resulta que alguien le había contado que es imposible encontrar una imagen de un Frigodedo en Internet (ver aquí las explicaciones que ha dado en su propio blog).

No me lo podía creer, así que hice gúgels en varias direcciones. Frigodedo, Frigo dedo, Frigo polo dedo, polos Frigo 80.

Nada.

Probé en inglés: finger popsicle, finger icecream, finger frigo.

Nada.

Probé con finger wall’s (así se llama Frigo en Inglaterra). También probé con Miko (Frigo en Francia), Olá (Frigo en Portugal), HB (Frigo en Irlanda) y Algida (Frigo en Italia).

Nada.

Imposible encontrar nada en los archivos familiares: lo mío era el Frigurón y luego el Twister (o el Gran Pacific si había Cami, el MikoLapiz si había Miko y uno de naranja por fuera y fresa por dentro si era Avidesa). A mi hermana MeriLein le iba el FrigoPie, a Ro el Popeye de limón y el Negrito y mis padres siempre fueron de bombón helado.

Qué puede estar pasando:

a. El Frigodedo es, en realidad, una leyenda urbana.
b. Nunca existió tal helado: es un recuerdo implantado en nuestras mentes.
c. Alguien ha puesto gúgel en gúgel, se ha roto Internet y por eso se han perdido las fotos.
d. Es una maniobra publicitaria para crear expectación antes del lanzamiento este verano del Frigodedo 2008.

Antes de perder los nervios de la impotencia, entré en dos páginas web (ésta y ésta), me fui a donde dice "contactar" y les dejé la siguiente petición:

Estimados señores de Frigo: me estoy volviendo loca buscando la imagen de un Frigodedo en Internet. Es increíble, pero parece que no hay ninguna. Sé que esta no es una consulta común, pero ¿no tendrán ustedes una fotografía de ese helado, por casualidad? De ser así, ¿sería posible que me la enviaran por email? Muchas gracias de antemano.

Aún no me han contestado.

Lectores, commentaristas, amigos, gente que se queda a dormir con distinta frecuencia: ¿alguien ha visto un Frigodedo?

viernes, abril 11, 2008

Reaparición

Reaparezco. Para postear por fin y para estrenar la muñequita. Y para lograr un hito que hacía tiempo que no se producía: ¡tres miembros del quédate posteando en la misma semana!

He estado desaparecida porque en los últimos tres meses he tenido un horario infernal, por un curso al cual me he apuntado voluntariamente (eso es lo peor, que es culpa mía, que tengo una pronunciada tendencia masoquista) y que, por fin, ha acabado (espero que antes de que él acabara definitivamente con mi vida social).

En este tiempo he tenido cambios laborales buenos, porque han creado un departamento nuevo en mi empresa y me han trasladado. Es genial porque en el anterior tenía tanta carga de curro, tanto estrés y tanta presión que estaba con los chakras desalineados, el do (el camino espiritual) perdido, el chi (la energía) agotado y el monstruo que llevo dentro todo el día de paseo.

Y ahora… ahora mola porque me he librado casi del todo de la individua, porque tengo compañeras estupendas y que trabajan muy bien, porque el trabajo es muy interesante y porque mi nueva jefa es increíble. Tengo más trabajo incluso que antes, y con la presión del tiempo y los plazos, pero se lleva bien gracias al buen ambiente y a un reparto de tareas equitativo. Así que estoy mejor, aunque echo de menos a muchos de mis antiguos compañeros, y mi monstruito está calmado y ya no pide sangre humana (dicho así parece que acabo de salir del psiquiátrico... la verdad es que mi antigua oficina era un poco casa de locos).

Eso sí, tengo una sensación extrañísima de desubicación, porque por primera vez en mucho tiempo, no tengo controlado el trabajo. Antes podía hacer mi trabajo con los ojos cerrados y era muy eficaz. Ahora no tanto, porque tengo muchísimas cosas que aprender, mucho que leer, muchos campos nuevos que abarcar, muchas meteduras de pata que evitar, muchas lagunas que cubrir. El otro día lo comentaba con Be, porque algo parecido le ocurre a ella en su trabajo, y la sensación es buena, porque es estimulante tener que estar aprendiendo cosas continuamente sobre la marcha, pero es un poco desconcertante y desestabilizador, porque consigue que afloren todas las inseguridades de golpe.

Por ahora todo ha ido bien, mi nueva jefa es genial, sabe un montón, me ha enseñado muchísimo y además es majísima. Trabajamos al ritmo de deluxe o de Iván Ferreiro (y en plan petardo para inaugurar el fin de semana nos pone el chikichiki). Lo malo es que se marcha. Y ahora se une a mi inseguridad la inseguridad de a quién van a traer para sustituirla. Menudo atacamiento de nervios, oigan, que después de probar lo bueno, da miedo lo que pueda venir.

Por cierto, seré muy mala, pero no puedo dejar de reírme un poco por dentro cada vez que me llaman de mi antiguo departamento pidiendo socorro, porque ahora les ha caído parte de los asuntos que yo llevaba y andan muy agobiados porque no tienen ni idea de cómo se hace, porque es mucho curro, porque hay que hacer informes coñazo, porque... ¡y qué me van a contar a mí que yo no sepa! Pero que conste que les echo todos los cables del mundo, que soy mala, pero no tanto.

Ah, no soy la única que ha vuelto: el Zagloso también. Y se ha tuneado en Zagloso mediterráneo. No se lo pierdan.

jueves, abril 10, 2008

El infierno en la Tierra

El próximo domingo, empiezo a trabajar por la noche. No, no es que haya decidido vender mi cuerpo para incrementar mi exigua nómina. No, lo que sucede es que mi empresa practica una de las formas de tortura habituales del capitalismo: el turno de noche.

Por suerte (y porque la ley lo prohíbe sin el consentimiento del trabjador) será sólo durante dos semanas. Comienzo a las 12 de la noche y termino a las 7 de la mañana. ¿Y qué tengo que hacer en esas siete horas? Pues, según se comenta por los pasillos (porque ningún jefe ha tenido la deferencia de explicármelo… exactamente, ¿en qué consiste el trabajo de los jefes? ¿Alguien lo sabe?), pues decía que parece que tengo que mantener la alimentación de las máquinas. Así, cuando comienza el turno de las 7 de la mañana, mi compañero de sufrimiento y yo, le decimos al que llega recién duchado y con un horario de persona normal: “No ha pasado nada en toda la noche. Adiós” …Tan apasionante como suena.

El turno de noche comenzó hace ya unos meses. Y hay muchos compañeros que han pasado por él. Y, pese al cachondeo de reloj biológico, han sobrevivido.

Lo mejor, dicen, es que no hay jefes…Bueno, me parece una razón más que de peso...Lo peor de ese horario lo dijo El Mundo en un titular hace un tiempo: “Los turnos de noche acortan la vida, merman la salud y rompen matrimonios”…

Y, por si esto no fuera suficiente: “Insomnio, irritabilidad, angustia, depresión, trastornos digestivos, ataques de pánico, enfermedades cardiovasculares por un estrés crónico, unido a adicciones a tranquilizantes, excitantes o alcohol y tabaco, son algunas de las costumbres patológicas que acompañan a quienes trabajan sin sol, según los especialistas”

¿Me pasarán todas estas cosas en sólo dos semanas?

miércoles, abril 09, 2008

Caras nuevas

A punto de cumplir dos años de blog, me complazco en anunciarles un pequeño pero vital cambio en la plantilla. ¿Ven esa chica tan mona que les sonríe desde el lado izquierdo del título de este post? Pues es yo (¿soy yo?), y les sonreirá (sonreiré) desde la parte superior de todos los posts escritos por mí. Otros tres dibujitos monérrimos acompañarán las entradas escritas por mis co-bloggers. Les presento:

Perri

Noa

Misia

Be


Es posible que algunos posts no aparezcan tan colocaditos como solían, al haberse introducido un elemento nuevo, pero ya nos iremos ocupando de ello poco a poco (con calma).

Mil millones de gracias a Zarajota por la parte artística y a EmeA por la parte técnica. Niños, es imposible molar más.

lunes, abril 07, 2008

Machismo en las montañas vivas

Según The Sun, The Sound of Music es la peli seleccionada por los ejecutivos de la BBC para emitir tras un ataque nuclear para elevar la moral de los supervivientes. La BBC ni confirma ni desmiente la información. Ellos dicen: "Se trata de un asunto de seguridad que no podemos comentar". Yo digo: "Soy fan".

Hace un par de fines de semana, en CasaPadres, mi hermana MeriLein y yo vimos -por enésima vez- “Sonrisas y Lágrimas”. Nos sabemos prácticamente toda la peli de memoria, desde el primer “The hills are alive with the sound of music” al último “Climb every mountain, cross every stream, follow every rainbow, till you find your dream”. Algunas de nuestras frases preferidas:

“Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana”. -- Madre Abadesa, cuando María se queja de cosas.

“Soy la institutriz, Capitán” “Y yo el viejo mayordomo” -- Obviamente, primer diálogo entre María y el mayordomo.

“No es un defecto de los niños, sino de las institutrices”. – El Capitán Von Trapp explicando por qué la última de las 12 institutrices de sus hijos no duró en el cargo más de dos horas.

“Los silbatos están bien para perros y otros animales, pero no para niños y mucho menos para mí”. -- María, explicando al Capitán por donde puede meterse el pito.

“¿Donde tiene ese encantador vestidito que llevaba la otra noche, cuando el capitán no dejaba de mirarla?” -- La Baronesa, sibilina, liando la cabeza de la pobre María.

“No hay nada más irresistible para un hombre que una mujer enamorada de él”. -- La Baronesa, más de lo mismo.

“Si al menos tuviese buen sabor la yerba...” -- Kurt, en ayunas tras ir a buscar a María al convento.

“Me lo he pillado… Con los dientes de Friedrik” -- Gretl, con el dedo vendado, explicando las novedades a María.

“Un yate grande, bruñido por el mediterráneo… o uno chiquitito, para tu bañera”. -- La Baronesa, escogiendo regalo de bodas para el Capitán… segundos antes de recibir una patada en su aristocrático trasero.

“¿Hay alguien a quien le tenga que pedir permiso para casarme contigo?” -- El Capitán, pidiendo la mano de María.

“¿Por qué no se lo pides a los niños?” -- María, dejando de ser SuperNanny para ser SuperPelota.

“¿Conoce usted a algún hombre que se haya comunicado con sus hijos en su luna de miel?” -- Tío Max explicando al cabecilla nazi por qué hace un mes y medio que no se sabe nada del Capitán.

“Reverenda Madre, he pecado”. -- La Hermana Margeretta con las bujías de los nazis en la mano mientras el Capitán, María y los niños escapan a toda velocidad.

En realidad nos sabemos muchas más, pero ésas son las que intercalamos en distintas situaciones de nuestra vida cotidiana. Y es que es una peli básica en la vida para mi familia, género, especie y generación.

Aparte de que tengo una cosa muy importante en común con Liesl: ambas tenemos un chungo nazi, y eso une mucho.

Pero claro, normalmente la vemos en inglés (al menos las canciones), pero el otro día pusimos en el DVD que sonaran las canciones en español y alucinamos un poco con el reprise de la canción “Sixteen going on seventeen”.

Ésta es la versión original:



Al loro con la traducción:

María: Diecisiete cumplirás, y algo en ti / sientes que va a empezar. / Si viene alguien y entra en tu mente / a tu alma ha de llegar.
Liesl: Cuando ocurre algo así después / nada como antes es. / La vida entera vuelve a empezar / y pienso en estar con él.
María: Lo que aprendiste a pensar / dejó ya de existir. / Contémplate casada al fin: / un hombre manda en ti. / Tal vez pienses que tal momento / lo has de vivir, oh, tú. / Diecisiete cumplirás, y esperar / puedes un año…
Liesl: Es fácil, un año…
Las dos: Es fácil, un año… o dos.

¿Han traducido “And you belong to him” por “Un hombre manda en ti”?

¿¡“Un hombre manda en ti”!?

¿¡Cómo que "manda"!?

¿Pero esto que es, la sección femenina?

No me creo que María, que no dejaba que el tío que le molaba la llamara a base de silbidos, apruebe esta traducción. Que no.

¿Qué opinará de esto Margaret Thatcher, mujer fuerte (aunque algo nazi) y a la sazón presidenta del jurado del Festival de Salzburgo?

Poniéndome a tono con la línea sexista de la peli, un apunte para los lectores masculinos: Christopher Plummer, que interpreta al Capitán, recuerda con horror haber trabajado en “The Sound of Music”. Llama a la peli “The Sound of Mucus” y dice que trabajar con Julie Andrews es “como que te peguen en la cabeza con una tarjeta de San Valentín enorme, todos los días”.

Y aquí termina el tercer post en lo que va de Quédate a Dormir sobre Sonrisas y Lágrimas. (Adjunto enlaces para ver el primero y el segundo).

miércoles, abril 02, 2008

Conan, el ballet

A aquellos fieles lectores que sepan que a mi novio le gusta el péplum les sorprenderá leer que esta Semana Santa pasada que lo tuve acampado en casa no me tocó ver más que una peli de tíos en toga: Ben Hur.

Por otra parte sí me tocó ver otra peli que llevaba años esquivando, incluso en aquella época de mi preadolescencia en que era superfan de Jorge Sanz: Conan, el Bárbaro.

Y lo sorprendente es que me gustó. Sorprendente para mí, claro, mi novio estaba seguro de que me iba a encantar. La encontré un poco escasa de diálogo, eso sí, pero es lógico porque, en realidad, Conan es un ballet.

A partir de aquí, todo el post es un espoiler:



Conan comienza con música de Basil Poledouris, que es la auténtica prota de la peli. En un paisaje nevado e inhóspito (Valladolid) un padre explica a su hijo (Conan, con la carita de un Jorge Sanz de 12 años) la verdad de la vida. Primera Frase Molona de la peli:

Padre de Conan: Antes, los gigantes vivían en la tierra y, en la oscuridad del caos, engañaron a Crom y le arrebataron el enigma del acero. Crom se irritó y la tierra tembló. El fuego y el viento derribaron a aquellos gigantes y arrojaron sus cuerpos a las aguas. Pero en su ira, los dioses olvidaron el secreto del acero y lo dejaron en el campo de batalla. Nosotros lo encontramos. Sólo somos hombres. Ni dioses ni gigantes, solo hombres. Y el secreto del acero siempre ha llevado consigo un misterio. Tienes que comprender su valía, tienes que aprender su disciplina. Porque en nadie, en nadie de este mundo puedes confiar. Ni en un hombre, ni en una mujer, ni en un animal. En esto [alza su espada] sí puedes confiar.

Al poco, llegan unos heavies que acaban con todos los habitantes del pueblo (incluido el padre de Conan -al que echan a los perros- y su madre, Nadiuska -a la que cortan la cabeza-) y se llevan a los niños como esclavos. A Conan lo ponen a dar vueltas en una noria de molino o algo así. Todo en silencio, claro está, mientras los personajes se mueven en medio de la música.

Aquí viene la elipsis más elíptica de la historia del cine, en la cual Conan pasa de ser Jorge Sanz a ser Schwarzenegger en una vuelta de noria.



A partir de que se convierte en Schwarzenegger, Conan pasa de ser mula de noria a luchador (básicamente lo tiran a la pista a ver si un tío muy bestia le mata, pero resulta que gana él), sube su estatus, le dan armas, le enseñan a leer, le alimentan, le regalan chicas monas (con pechos pequeños, era la época) para que pase buenos ratos, y se convierte en un héroe. Y entonces viene la siguiente Frase Molona:


Jefe Mongol: ¿Qué es lo mejor de la vida?
Hijo del jefe: La extensa estepa, un caballo rápido, halcones en tu puño y el viento en tu cabello.
Jefe Mongol: ¡¡Mal!!! Conan, ¿qué es lo mejor de la vida?
Conan: ¡¡Aplastar enemigos, verles destrozados y oír el lamento de sus mujeres!!




Y entonces lo liberan, no entiendo muy bien por qué ya que le echan a los perros, debe de ser que me perdí algo, y Conan escapa y consigue una espada pero cae en las garras de una mujer muy guapa y simpática a la que tiene que arrojar al fuego mientras frinkan porque resulta ser un súcubo. Aquí Conan aprende a no irse con cualquier lagarta, y decide dedicar sus energías a buscar a los asesinos de sus padres. La única pista que tiene es un símbolo representando dos serpientes enfrentándose sobre un sol y una luna negros.



En estas Conan hace un amiguito (un señor bajito con bigote) cuando comparte con él su comida, pero en ese momento yo debía de estar yendo al baño o algo porque no sé cómo ocurre ni puedo asegurar que en ese trozo haya diálogo. Llegan a una ciudad en la que comen cosas raras, investigan sobre el medallón de las dos serpientes y sus hallazgos apuntan a una secta de jipis perroflautas, Conan tumba a un camello de un puñetazo, deciden robar en el templo de la secta jipi, conocen a una chica que había pensado hacer lo mismo, se alían, roban joyas y un pedrolo rojo con forma de huevo, se cargan una serpiente supergigante, consiguen escapar, lo celebran, se emborrachan, Conan le regala la piedra roja a la chica, frinkan, y todo esto sin apenas diálogos, en serio, como máximo una frase o dos.



Los detienen los hombres del rey y aquí llega la siguiente Frase Molona:

Rey Osric: Llega un momento, ladrones, en que las joyas dejan de brillar, .el oro pierde su lustre .y el salón del trono se torna prisión, .y todo lo que queda es el amor de un padre hacia su hija.

Sorprendentemente el rey no se los carga ni nada, sino que les encarga que vayan a rescatar a su hija que es “presa de la secta”. Y entonces la chica le dice a Conan la siguiente Frase Molona:

Valeria: Toda mi vida he estado sola. En la oscuridad, miraba dentro de otras tiendas y veía figuras abrazadas. Pero siempre pasaba de largo. Tú y yo nos tenemos cariño. Eso es algo difícil de encontrar en este mundo. Por favor, que sea otro el que pase de largo. Cojamos al mundo por el cuello y que nos dé lo que deseamos.

No queda muy claro si esto es un alegato a favor o en contra de ir a enfrentarse a los heavies y rescatar a la princesa, pero el caso es que a la mañana siguiente Conan se va sólo a viajar por el desierto (Almería).



Suena música y más música, y entonces aparece el Mago que ha estado contando la historia desde el principio, y entonces te das cuenta de que la peli tiene narrador y que no era sólo la música y voces en tu cabeza. Y Conan y él se hacen amigos.

A la mañana siguiente hay un minidiálogo en que Conan coge unas flores, el Mago le pregunta para quien son y él contesta que para una chica. Y Conan se va. Y llega a la Montaña de Poder, llena de jipis de la secta.



Allí Conan se carga a uno de los sacerdotes y le manga la túnica que, milagrosamente, le cabe. Hace una ofrenda con las flores, usa un amuleto de las serpientes que mangó de la torre para atravesar la multitud e intentar llegar al líder de la secta: Thulsa Doom, el antaño heavy que se cargó a sus padres. Pero algo falla y un guardia da la voz de alarma. Conan es capturado, y los heavies proceden a torturarle.

Aparece Thulsa Doom, dice –básicamente– que matar a los padres de Conan fue un desliz de juventud, hace que una chavalina se suicide saltando al vacío para nada y ordena que crucifiquen a Conan en el desierto. En silencio, siguiendo la magnífica coreografía y mientras suena la música, los heavies clavan a nuestro héroe –y primer bailarín– en un árbol.



Allí le encuentran Valeria (la chica) y Subtoai (el amigo del bigote). Desclavan a Conan y lo llevan donde su amigo el Mago, que les explica que los Dioses se cobrarán un precio por su curación. Valeria se compromete a pagarles.

A la mañana siguiente Conan está curado, y Valeria se pone Molona otra vez:

Ella: Ni todos los dioses pueden separarnos. Si yo hubiera muerto y tú estuvieras luchando por la vida, regresaría del infierno para luchar a tu lado.



Al ritmo de la música, Conan y sus amigos entran en la Montaña de Poder a rescatar a la hija del Rey, que en principio no tiene ninguna gana. Allí ven una especie de orgía caníbal, entran, dan una paliza a los malos, cogen a la princesa y escapan. Pero Thulsa Doom dispara una flecha mágica –en realidad una serpiente hechizada– y hiere a Valeria, que paga el precio por la vida de Conan con la suya propia.



La chica, que se había pasado media peli diciendo, obviamente intentando sin éxito ampliar su número de apariciones en la lista de Frases Molonas, "¿Quieres vivir para siempre?", lo consigue justo al final:

Valeria: [mientras muere en los brazos de Conan] Bésame. Déjame respirar por última vez en tu boca.

La siguiente Frase Molona aparece muy seguido, cuando Conan la lleva al Mago, hacen una pira funeraria y el amigo del bigote se pone a llorar:

Amigo del bigote: Él es Conan, el Bárbaro, él no llorará... Yo lloro por él.

Yo estaba llorando también, algo que me pasa siempre que voy al ballet.



A todo esto, Thulsa Doom y sus heavies salen al rescate de la Princesa. Conan, Subtoai y el Mago lo llenan todo de trampas y Conan reza. De la forma más Molona posible, claro.

Conan: Crom, jamás te había rezado antes, no sirvo para ello. Nadie, ni siquiera tú recordarás si fuimos hombres buenos o malos, por qué luchamos o por qué morimos. No, lo único que importa es que dos se enfrentan a muchos, eso es lo que importa. El valor te agrada Crom, concédeme pues una petición: concédeme la venganza. Y si no me escuchas ¡vete al infierno!

Llegan los heavies, y las trampas, la fuerza de Conan y la espada del fantasma de Valeria –que vuelve, como prometió, para salvar la vida de Conan– ganan la batalla.

El jefe de la secta intenta matar a la Princesa igual que mató a Valeria, pero el amigo del bigote la salva con su escudo. Thulsa Doom huye a la montaña y la Princesa se da cuenta de que es un imbécil.


Y entonces llega la escena final, por la noche, en la fortaleza. Conan se enfrenta al malo, que intenta hipnotizarle pero no lo consigue, y Conan culmina su venganza cuando lo mata con la espada rota de su padre… y después se la tira a los jipis, junto a la cabeza y el cuerpo decapitado de su líder. Los jipis se van a casa y Conan y su amigo del bigote devuelven la Princesa a su padre el Rey.


Y en el epílogo se ve a Conan sentado en un trono, con una corona, mientras suena en off la voz del Mago/narrador:

Mago: Conan luchó en muchas guerras y contiendas. Honor y temor se asociaron a su nombre. Con el tiempo, se convirtió en rey... por sus propios méritos. Pero ésa es otra historia.

Y así acaba el ballet.

La coreografía de "Conan" tiene luchas, espadas, magia, amor, frinkamientos, nieve, desierto, sol y dioses, hombres musculosos, mujeres desnudas, serpientes, sangre, peleas, batallas y épica a raudales… En esta peli, perdón, BALLET, pasan un montón de cosas. ¡Como no pierden el tiempo hablando!

De hecho, aunque Conan y Valeria tienen muchas escenas juntos, y se quieren y se salvan la vida y frinkan y todo, él sólo le dice a ella 6 palabras en toda la película, y todas son nada más conocerse.

¿Que qué le dice?

"Tú no eres un guardia" y "No".