MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

viernes, octubre 31, 2008

Mi Halloween Double Feature: Disney Channel


Acabo de llegar a casa tras una cena de TriTroias (sí, tengo que acordarme de escribir sobre esto) y, tras cuatro daiquirís (tres de fresa y uno de piña) y un chupito de orujo de manzana por cabeza, no estoy en condiciones de escribir nada decente.

Así que, sin que sirva de precedente, a continuación tienen
un post que salió ayer en el blog de Noel -El Emperador de los Helados-, escrito especialmente para su semana de Halloween. Por cierto, este evento vuelve a estar corto de mujeres... Chicas, lectoras y amigas, ¡animaos, es un blog muy muy chulo!

Disfruten el post, comenten con sus amigos la molona página de google de hoy y ¡pasen un Happy Halloween!
Y a los que llegan a nosotras desde donde Noel, bienvenidos y ¡quédense a dormir cuando quieran!

El domingo pasado vino a casa un amigo (que confiese él su identidad si quiere) con un par de pelis en su disco duro portátil. Yo le había pedido "Buenas noches, señor monstruo" y él me trajo lo más parecido que pudo encontrar: Halloweentonwn (IMDb) y Return to Halloweentonwn (IMDb) la primera y la cuarta películas de una súper saga del Disney Channel.

La primera, Halloweentown, la vimos en italiano, "porque se había bajado así". Doblada en italiano y sin subtítulos en ningún idioma. Pero entre que el italiano es molto facile e divertente y que el argumento no tenía mucha complicación, pues eso, que ningún problema.

Va de una madre soltera con tres hijos (del padre no se sabe nada, o a lo mejor es que el italiano no es tan facile) que es una bruja. Literalmente. Pero "undercover". Es Halloween y los hijos -una adolescente con cara de cerdita, un niño con gafas que solía ser Ulysses Adair en Tierra Dos y una niña repelente genérica- protestan porque su madre no les deja salir a pedir caramelos como a los demás niños (toma poni) cuando viene la abuela (que es bruja también y Debbie Reynolds para más señas), y les descubre la verdad de la familia. No, lo del padre no. Que son mágicos y tienen poderes, y que ella en lugar de en Florida vive en Haloweentown, una ciudad superchupi a la que tienen que ir para que un malo no se haga con el poder. Van, lo impiden y se acaba la peli. Básicamente.

Aquí va una elipsis de dos pelis que no vimos: Halloweentonwn II: Kalavar’s Revenge (IMDb) y Halloweentonwn High (IMDb). Pero vamos, que no importan mucho para la trama general. Veréis.

Pusimos Return to Halloweentown y nos encontramos lo siguiente:

-Han pasado ocho años y la madre cada vez se parece más a Felicity Huffman.

-La hija mayor ha mutado en menos cerdita. Es que cambiaron las actrices y pusieron a Sara Paxton en lugar de Kimberly Brown.

-La hija pequeña (aka niña repelente genérica) desaparece de la historia. Dicen que está "viajando por la galaxia". Ya, sí, claro.

-Ulysses Adair es guapete de mayor (bueno, de "joven adulto"). Con la pinta de enfermizo que tenía el pobre.

-Ryan Evans (de HSM) hace de chico-majo-no-gay-con-el-pelo-raro. Venía de ser el malo de la tercera peli de la saga y para la cuarta ya se ha reformado y se acaba ligando a la chica.

En ésta todo sucede en la Universidad de Halloweentown, que de lejos parece Hogwarts y de cerca el castillo de la Bella Durmiente de Disneylandia. Los hermanos mayores van allí a estudiar y acaban salvando, de nuevo, en un giro inesperado, el mundo mágico. Sorprendente.

Me pregunto cómo es posible que, siendo el programa doble más improbable de la historia, molara. Y moló. Será un milagro de Halloween.

(Eso fue el domingo pasado. Para hoy teníamos previstas Terrorífica Luna de Miel, Un Vampiro Adolescente, Transylvania 6-5000 y Una Pandilla Alucinante, pero por una subida de tensión con terribles efectos en la digitalidad nos hemos quedado sin la mitad. Menos mal que también tenemos los episodios de Halloween de Buffy).

jueves, octubre 30, 2008

De vuelta a casa

Como Hermano se ha ido a vivir a Alemania con M. durante una temporada, yo he vuelto a mi casa de Chonilandia. Estoy muy contenta, porque aunque sea Chonilandia, ha sido mi barrio durante más de diez años. Conozco a la frutera, al pollero, a la mujer de la papelería, a la panadera, al monitor del gimnasio... Me gusta mi barrio, aunque sea feo, y me gusta mi casa. Es cómoda, es grande, tiene luz natural y... es mi casa, la echaba de menos.

Eso sí, con tanto cambio de casa hemos causado un pequeño problema de exceso de reservas. Hermano ha dejado aquí todas las cosas de cocina, M. trajo las de su piso de alquiler y yo aporté lo que tenía en mi piso Ikea. La unión de las reservas de tres casas ha traído como consecuencias que en mis armarios de la cocina se amontonen, entre otras cosas:

- Ocho kilos de macarrones.

- Catorce bayetas amarillas.

- Siete estropajos.

- Seis litros de suavizante.

- 360 metros de papel de aluminio.

Esta clase de amogollonamiento ya me había ocurrido antes, pero antes tenía ayuda para acabar con las existencias. Pero ahora estoy sola y no sé qué hacer con tanta cantidad de cosas. ¿Cuánto voy a tardar en comerme OCHO KILOS de macarrones? ¿Y que hago con el papel de aluminio? ¿forrar toda la casa? Por lo pronto, he pensado llevar regalitos cuando vaya de visita:

- Hola, Abuelo, ¿qué tal estás? ay, mira que estropajo más bonito te he traído.

...

- Hermanoooo... que te he mandado un paquete a Alemania. Sí, macarrones. Riquísimos, oye.

Hoy me voy a Barcelona, a ver a mi chico, y aún estoy pensando en meter un par de bayetas en la maleta.

miércoles, octubre 29, 2008

Mi cambio climático


Es alucinante el frío que hace.

En principio no debería importarme mucho porque llevo semanas con unas ganas locas de ponerme ropa de invierno. Mis faldas de vuelo (con o sin tutús), y de tablas. Mis medias, panties, leotardos. Mis jerseys de cuello alto (con o sin mangas). Mis blusas con lacitos. Mis jerseis de lana superbonitos. Mis vestidos de invierno preciosos. Mis rebecas de todos los colores. Mis gabardinas, abrigos, bufandas, gorros. Mis zapatos de invierno (los de charol rojo superbonitos, los beige de tacón alto, los negros con hebilla, las botas negras de taconazo, las botas marrones de ante, los…).

Pero, aunque debería estar contenta, no puedo. ¡Odio tanto el frío…! Me duelen los músculos de andar tensa todo el día. Y voy superperky a todas partes.

Me despierto en un piso helado, porque la put* comunidad de vecinos ha decidido que no es necesario encender la calefacción central hasta noviembre. Estamos a 9ºc en la calle y a 6ºc dentro de casa (misterio misterioso a dónde c*ño se van esos tres grados).

Enciendo el pequeño calefactor estando aún debajo de mi nórdico. Ni de coña pienso salir de la cama hasta que esto deje de parecer el polo. Sí, nos estamos gastando una pasta en la factura de la luz por hacer la casa habitable con convectores de aire y radiadores eléctricos. Pero es eso o morir.

Y luego llego a la radio y, en plena ola de frío polar, en la redacción hace un calor que no es normal. ¡Hala! Todos en manga corta, como si fuera verano. Lo peor es que no creo que este calor sea planeado. Se habrá roto algo, seguro.

Entro en el estudio y, por un extraño fenómeno paranormal, hace un frío de espanto. Es estar diez minutos dentro y ya se me han quedado las manos heladas.

El nuestro no es un edificio inteligente, es un edificio retrasado mental.

Después de toda la tarde oscilando entre los 30º de la redacción y los 15º del estudio, salgo a la calle. Lluvia, y un frío que pela. Y vuelvo a casa totalmente destemplada.

Y en el ascensor coincido con tres abuelillas.

-Buenas noches.
-¡Hola, bonita! ¿Eres la del 4ºD, verdad?
-Sí…
-Ay, hija, ¿y llegas ahora de trabajar?
-Sí…
-Qué tarde, pobrecita.
(Sí que es tarde, ¿de dónde vendrán las dichosas señoras?)
-Pero qué guapa es, y qué pelo tan bonito.
(Que me ha llovido encima, señoras, venga no me j*dan)
-Tan jovencita, tan elegante…
(Pero qué dicen, señoras, que tengo 31 años y llevo las medias mojadas hasta la rodilla, como si hubiera venido saltando por todos los charcos de la Castellana…)
-Gracias...
-Déjala, María, que se está poniendo colorada.
-No, si…
-Que va, es el frío,que le ha puesto los mofletes colorados.
("Mofletes". Yo me las cargo. A las tres).
-Es que hace mucho frío.
-¡Un frío espantoso!
-Y dentro de casa más que en la calle.
-Vaya, ¿ustedes también se han dado cuenta?

Me bajé del ascensor con ganas de decirles:

-¡Señoraaaaaas! ¡¡¡que son ustedes propietarias!!! ¡Que es a "ésta, nuestra comunidad" a la que no le da la gana poner la calefacción hasta el uno de noviembre! ¡¡¡Y "ésta, nuestra comunidad" son ustedes!!!

Pero me callé.

Y luego encima la cama está helada. Al final me voy a acabar echando otro novio sólo por el frío que hace.

martes, octubre 28, 2008

Domingo por la mañana

Los domingos por la mañana me encanta desayunar (cola-cao, tostadas con mantequilla y mermelada de frambuesa) en el sillón viendo la tele en pijama. Durante un buen rato, mientras me libro del asobine y la pereza mortal, vegeto en el sillón viendo cosas petardas.

Tenemos la serie de Zoey 101, protagonizada por la hermana de Britney Spears, Jamie Lynn. Se emite en Antena 3, por lo que puedes ver tranquilamente un capítulo siete veces repetido (cuántas veces repitieron la serie de Urkel... y no digamos los Simpson). Además hay poca variedad de capítulos, sólo tiene 3 ó 4 temporadas, porque Jamie Lynn se quedó embarazada con dieciseis años y adiós a la serie: supongo que en el universo Barbie de PCA no cabe una adolescente preñada. Ahora está embarazada del segundo.

Jamie Lynn declaró que Britney había sido un mal ejemplo para ella por haber salido embarazada en una revista. Esperemos que no siga su ejemplo en lo demás y no se rape el pelo, se emborrache, se olvide las bragas o, lo peor, ¡se haga amiga de Paris Hilton!

También antena 3 emite una serie australiana de sirenas hijasputa los domingos por la mañana. Las protas son tres adolescentes que un día se convierten en sirenas y que tienen poderes. Van de buenas y de guays, pero en realidad son unos auténticos bichos egoístas que se merecerían que las pescaran y las pusieran en salsa verde.

Uuuuummm, makis de atúuuuuun...

El programa que realmente es mi adicción inconfesable (de los domingos por la mañana) es "El perro o yo". El predecesor es "El encantador de perros" de César Millán, el señor que te instaba a ser el líder de la manada y a convertirte en el macho alfa y esas cosas (por cierto, tiene unas críticas malísimas aquí). Como debió tener éxito, empezaron a emitir un programa parecido inglés, con Victoria Stilwell. Esa tía sí que mola. Se presenta en las casas de la gente montada en su coche inglés descapotable rojo (precioso), vestida como una dominatrix inglesa que va a montar a caballo (botas altas, pantalones estrechos, guantes, camisa estrecha, moño alto... totalmente de negro, menos los labios pintados de carmín y a veces un cinturón ancho rojo).

Un poquito de miedo sí que da

Tiene una voz dulce, pero la tía pone firme a todo el que se le ponga delante, sea perro o humano. Arruga la nariz cuando algo no le gusta y pone mohines de asco, para después poner de vuelta y media a los dueños de los perros. Dominatrix total.

Me gusta ver el programa, a los perros imposibles y a los dueños desesperados. A Victoria, implacable... y parece ser que efectiva. Con trozos de pollo, palmadas, gritos y nociones de psicología canina consigue que los perros y, sobre todo los dueños, entren en vereda.

En fin, que cuando estoy ahí vagueando en el sillón y veo a todos esos perros obedecer, miro a la gatina, ella me mira a mí... y me da la impresión de que se descojona.

lunes, octubre 27, 2008

Un susto de muerte


El viernes quedé con "el chico con el que salgo".

¿Tu novio?

Noooooo.

Repito: el chico con el que salgo.

¿Sales desde cuándo?

Pues desde hace los suficientes meses como tener que contarlos con las dos manitas.

Vale, pues eso, tu novio.

Que noooooo. Que no es mi novio.

¿Y por qué no lo llamas novio?

Bueno, porque la palabra me resulta muy seria y supongo que a él también. Hace un mes nos fuimos a Granada a ver a Los Planetas. Mientras estábamos en una terracita tomando cañas y disfrutando del sol, lo llamó su padre.

-¿Qué tal?

-Bien, tomando algo con una amiga.

-¿Una amiga?

-Sí.

-¿Tu novia?

-Nooooooooooo, mi novia, no, una amiga.

Vale, entiendo. Bueno, ¿tú no habías venido a contar algo?

Sí, y lo haré si dejas de interrumpirme. La cuestión, que había quedado en su casa con "el chico con el que salgo".

Antes de salir a cenar, tomamos un aperitivo: vino tinto italiano de-li-ci-o-so y queso Parmigiano laminado ex-qui-si-to. (Es lo que tiene intimar con un ciudadano de un país distinto al tuyo. Que conoces mundo y los placeres gastronómicos de otras tierras).

Después del homenaje patrio, salimos y cayeron varias cañas y la caipirinha más rica que he tomado en mi vida. Al volver a casa, nos íbamos enrollando por los rincones. Subimos las escaleras del portal a trompicones. Como su edificio está en obras, hay que encender la luz en cada tramo de escalera. Así que, básicamente, subíamos a oscuras y parándonos cada dos escalones. De repente, el chico con el que salgo le da a la luz, y me encuentro, a menos de medio metro,
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡un señor con la cara ensangrentada!!!!!!!!!!
Diooooooooos, qué susto… El chico con el que salgo dice que no, que no era sangre sino costras. Me da igual. Pegué tal grito que debí de despertar a mis padres, que viven a 300 kilómetros de Madrid. El señor era un mendigo alcohólico que estaba de botellón a las dos de la mañana en la escalera de un edificio en obras. El chico con el que salgo tomó las riendas de la situación. Y no es que yo sea una pusilánime. Es que estaba buscando por el suelo mi corazón, que se me había salido del pecho, para poder recolocármelo.

-Perdone señor, queremos pasar.

-¿¿¿¿¿¿Eeeeuh??????

-¿Señor? Mire, es que vivimos arriba.

-Tío, déjjjjjame dormir a-a-aquí.

-Oiga, es que no puede usted dormir en la escalera.

-¿T-t-tienes tabaaaacgo?

-No fumo. Oiga, haga lo que quiera, pero déjenos pasar.

-Qgue no, tío, qgue no mmme mmmuevo.

-Mire, yo vivo arriba, y encima le ha dado un susto de muerte a mi novia. Vamos a subir y ya está.

¿Mi novia? ¿El chico con el que salgo había dicho "mi novia"?

En ese momento, me dieron ganas de salir corriendo ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡y abrazar al mendigo sangriento!!!!!!!!!!

Sé que fue fruto del alcohol. Sé que a las dos de la mañana no te vas a poner a explicarle a un desconocido tu situación sentimental con una chica que busca su corazón por el suelo. Sé que no volverá a repetirse. Sé que Berlusconi se convertirá en un tipo honrado antes de que el chico con el que salgo y yo seamos novios. Pero moló. Moló mil. Así que sólo me queda una cosa que decir:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS, SEÑOR MENDIGO SANGRIENTO!!!!!!!!!!!!!!!

viernes, octubre 24, 2008

El Top Ten definitivo de Canciones de Ruptura


Un día vas, te despiertas y ya no tienes novio. Y entonces te das cuenta de que en las series que ves, en las pelis que ponen, en las canciones que escuchas, en todas partes hay parejas rompiendo. Miren a Madonna, por ejemplo.

Y entonces piensas: "Podría ser peor, podríamos estar intentando sacarnos las pelas el uno al otro y sin haber frinkado en año y medio en lugar de ser amigos y no tener más que buenos recuerdos". Y piensas: "Qué más da Madonna. Mientras no rompan Brad y Angelina, todo va bien y la maldición de los años bisiestos está bajo control".

Y decides aprovechar para hacer un Ránkin de Canciones de Ruptura. Canciones en la que la gente rompe o acaba de romper o ha roto. Más que un ránkin es un puñaíto, porque quería poner 10 y me han salido 12. No van de peor a mejor, al final las voy a colocar según me salgan.

10. Nada que perder, de Conchita

La ruptura peor llevada de la historia, da mucho miedo y ganas de llevarse a la pobre Conchita de cañas y/o cañeros. Tampoco lo lleva bien Dolores O’Riordan en I can’t be with you, nena, pero lo tuyo bate records.



9. Me cuesta tanto olvidarte, de Mecano

Éste pensaba que lo llevaba mejor de lo que lo hacía en realidad. Cuando el dejador se arrepiente, pero ya no hay marcha atrás.



8. Temblando, de Hombres G

Proceso de cortar mal llevado por el dejador. La chica corta con David Summers por teléfono, le explica la situación (hay otra persona) de la forma más civilizada posible y con la decisión tomada de ser amigos. Y a él mientras tanto se le ha roto el corazón, pero lo aprovecha para vender discos.



7. The winner takes it all, de ABBA

Me encanta esta canción, desde siempre. Agnetha es la perdedora en esta ruptura, y no le importa nada que se entere el contrario. Sólo uno pierde, ella, que no sólo pierde un amor, pierde ese amor porque hay otra.



6. You oughta know, de Alanis Morrisette

Versión moderna, enfadada y actualizada de la anterior de ABBA. Las dos chicas que cantan se sitúan como perdedoras del asunto, entre otras cosas porque el ex ya tiene otra. Agnetha preguntaba si siente lo mismo al besar a la otra, Alanis pregunta si la otra también le hace mamadas en el cine. Qué grandes son.



INTERMEDIO: Campanas del Amor, de Mónica Naranjo

Pequeña pausa para el toque surrealista. Canción tan críptica que no sé si él la deja porque ella se queda embarazada, o porque se está transformando en hombre, si tuvo el bebé y busca otro novio o si se suicida y se convierte en un fantasma que embruja desde entonces el lugar. Pero es que me encanta esta canción. ¡Y Mónica aun tenía el pelo bicolor!



5. Ella, de Jose Alfredo Jimenez

Ruptura extrema. Jose Alfredo pide, ruega, toca fondo, y la deja ir tras "el último brindis de un bohemio con una reina". Las rupturas al estilo Jalisco también molan lo suyo para hacer canciones.



4. I will always love you, de Dolly Parton

Dolly inspiró a Whitney Houston y Kevin Costner como llevar su ruptura. Lo mejor para los dos es dejarlo, pero siempre se querrán. Es una cursilada, pero muy aplicable.



3. La fiesta terminó, de Paloma San Basilio

Paloma sí lo lleva bien: lo dejado, dejado está, aunque le cuesta dejar de llamar Amor a su ex (esto lo entiendo superbien, es como tener que cambiarle el nombre). Aunque no quiere partidos homenaje (¡es de las mías, yupi!).



2. A fine, fine line, de Avenue Q

La peluche monstruo deja a su novio peluche y aprovecha para cantar unas cuantas verdades.



1. Tenía tanto que darte, de Nena Daconte

Me parece buenísima, nada ñoña, muy real. Un poco de rabia y de pena por lo que pudo haber sido y no fue. Es bonita y triste. Y ahora mismo se parece mucho a donde estamos nosotros dos.



BONUS: Te lo juro yo, por Manuel Bandera

Porque la exageración, los sentimientos hiperbólicos, la ponderación desmesurada de las emociones que hay en copla no podían faltar. Y además me encanta la versión de Las Cosas del Querer.



Hala. Ya pueden ustedes reordenar y hacer sugerencias.

jueves, octubre 23, 2008

Demostración de torpeza inusitada

Ayer por la tarde andaba por el centro de Madrid para volver a casa. Iba cargada con uno de mis maxi-bolsos, esta vez lleno de libros. Había decidido caminar un poco más para evitar un transbordo de metro, total, por diez minutos más... Iba arrebujada en mi gabardina y caminaba deprisa por una calle cuesta abajo. De repente, perdí el pie... y al suelo. Con una de esas caídas espectaculares en las que los dos pies se despegan de la Tierra y caes con el trasero en el duro pavimento.. y delante de una excursión de adolescentes, unos treinta. Como Terminator, que le hicieran lo que le hicieran seguía andando, me levanté de un salto y sin cambiar la cara (dignidad, dignidad) seguí bajando la cuesta.

Cien metros más abajo, mis pequeños tacones se escurrieron sobre la piedra mojada... y otra vez al suelo ¡No me podía creer que me hubiera vuelto a caer! ¡Dos veces en cien metros! Esta vez no había adolescentes, pero sí un chico amable que me ayudó a levantarme: "hay que ver, hoy es el día de las caídas, esta mañana se ha caído una señora mayor en la calle en la que trabajo... y se ha roto la pierna en varias partes"- me decía, para darme ánimos, supongo. Con esta conversación los dos íbamos bajando la cuesta...

Y ME VOLVÍ A CAER. No sé, juro que no sé que pasó. Las hojas, la piedra mojada, el peso del bolso, mis tacones... En ese momento, en el suelo tirada, pensé en no volver a levantarme nunca más. Total, para volver a caerme y con mi dignidad ya muerta... Y si en algún momento quería ir a algún sitio, iría rodando. Estaba claro que el bipedismo y yo no éramos compatibles en ese momento.

En el más oscuro de los oscuros pensamientos, el chico salvador de la segunda caída tiró de mi brazo y me levantó. "Vaya, ¿estás bien? ¿te duele algo?" ¡el orgullo, pensé yo! Además de haber hecho semejante ridículo por torpe, el chico debía estar pensando que yo estaba borracha o algo así, la gente normal no va por ahí cayéndose una y otra vez. Me fue acompañando cuesta abajo, cerquita de mí, como en actitud de yoterecojo y yo cada vez caminaba más despacio para evitar más caídas.

Cuando casi llegábamos al final de la calle, otra vez un pie se me resbaló. Esta vez no me caí, pero a punto estuve. El chico me miró alarmado. Le miré y le solté una mentira: "muchas gracias, ya he llegado a mi destino, gracias de verdad"- en plan suplicante márchate-mi-autoestima-no-aguantará-otra-caída-contigo-delante. El chico siguió calle abajo y yo me quedé remoloneando, mirando los edificios. Esperé cinco minutos, seguí calle abajo... y cuando avancé unos metros, me di cuenta de que el chico me observaba de lejos, supongo que no se podía creer que llegara al metro sin caerme dos o tres veces más.

Con la autoestima lesionada de tanta caída me metí en el metro y me fui hasta mi barrio. Iba a entrar en el supermercado para comprar algo de cena, algo calentito y calórico, y algún postre de chocolate para recuperarme de tanta querencia al suelo, cuando justo en la entrada del súper me topé con esto:


Sobra decir que salí corriendo en otra dirección, hacia mi casa... así que cené un vaso de leche con unos tristes cereales.

Y aquí estoy hoy, magullada, con las manos raspadas, odiando a mis pies y con ganas de darme un capón a mí misma (pero no llego).

En fin... una vez contada esta historia va a parecer más increíble lo que voy a escribir: la semana pasada hice un casting para entrar en una compañía de danza oriental... y lo he pasado. Estoy dentro: ¡yupi!

miércoles, octubre 22, 2008

Expediente X – vol 4: Juan Pardo


La otra noche, haciendo un zapping, Jona dejó puesto "Somos TV". Así como por azar, no porque sea su cadena preferida ni nada. Sonaba una música sesentera. Y apareció él.

Un hombre joven, con nariz aguileña y ojos azulísimos, con un cierto aire a Adrian Brody, andaba por la calle. Se me escapó una exclamación.

Yo: ¡¡¡Aaaaaagghhhhh!!! ¡¡¡Dios Míoooo!!!
Jona: ¿¡Qué pasa!?
Yo: ¡¡¡Es él!!!
Jona: Pero quién es, porque yo no le reconozco.
Yo: ¡Ponle barba, imagínatelo con barba!

Y empezó a cantar.



A 45 revoluciones por minuto. Juan Pardo es un chico de provincias que llega a Madrid dispuesto a triunfar como cantante. En el proceso toca en varios clubes y conoce a una tal Ivana y a grupos como Fórmula V y Los Ángeles. Y se pasa toda la peli con una cara de angustia existencial queno te la acabas.

Qué tiempos aquellos, cuando en España se hacían películas chupis.

Y así comienza uno de esos post que demuestran que, aunque a veces parezca que molo, en realidad es todo falso. Esos en los que cuento cosas que si se hicieran públicas me romperían las gafas de pasta en una ceremonia pública en la Plaza del 2 de Mayo con la asistencia de al menos un miembro de Los Planetas y tras la cual no me dejarían volver a pisar Malasaña.

Lo confieso orgullosa. Me encanta Juan Pardo. De toda la vida, desde pequeñita, cuando lo escuchaba por la radio o en los vinilos de mi madre. Lo sé, un expediente-x.

Me gustaba en Los Brincos…



Me gustaba en Juan&Junior…



Me gustaba cuando cantaba solo…



Y me gustaba cuando se hizo mayor…



Ya desde los 6 años me emocionaba locamente eso de:

"Si yo pudiera decirte lo que oigo aquí en mi interior… y solamente me atrevo si es con tu voz. Serás mi dueña, señora. Serás mi amante a la vez. Porque te quiero, señora, y te querré".

Y eso de:

"Que no me importa vivir si no es contigo la vida, no me importa morir cuando así lo decidas... Porque el amor de verdad con el amor se culmina. Cuando se acerquen a mí yo les diré que te quiero".

O aquello de:

"Nunca te podré olvidar, porque me enseñaste a amar… Con un sorbito de champán brindando por el nuevo amor. La suave luz de aquel rincón hizo latir mi corazón".

O lo de:

"Y después vino la noche, aquella noche fría. Y yo escribí unos versos grabados en mi vida. Busca un amor para tu vida. Vive tu vida para el amor."

O la de No me hables:

"Ya no sé, si dejarte de lado, o fingir que me voy por no verte… Si total, ya conoces mis fallos y al final me tendrás a tu suerte".

O Estrellas:

"Nunca tuve suerte, ni muchos amigos, y he luchado tanto por amar; (…) Ya no creo en las estrellas; desde aquí parecen buenas, pero roban los amores con la luz… Y si luego las persigues, si las hables y las pides, no te alumbran el camino; y te encuentras de mañana en cualquier bar".

¡Fuá! ¡Pelos como escarpias! ¡Mariposas en el estómago!

Había otras de menos mariposas en el estómago pero que también molaban. Como:

"Yo sé que me quieres cazar... La ra la la lá la ra la... Pero no me dejo atrapar, me gusta hacerme de rogar".

O aquella de:

"En Galicia un día yo escuché (en Galicia un día yo escuché...) una vieja historia en un café (una vieja historia en un café...)".

O la otra de:

"Mejor era cuando decías que también me querías, ¡ahora todo pasó…! Mejor era cuando pensabas que me necesitabas, ¡ahora todo pasó…!"

Yo tuve una jefa gallega en Radio Estar cuya mayor ilusión era conseguir meter en un reportaje sobre Manuel Fraga la canción Caballo de Batalla: "Porque si tú eres joven no eres sabio / y hay que darle tiempo al tiempo / y aprenderse la lección. / Porque si tú eres joven yo soy bravo / caballito que galopas para ser conquistador".

Creo que aún no ha conseguido cumplir su sueño. Le grabé un CD de música petarda que casi la hizo llorar, jamás he tenido una conexión así con otra jefa, qué tiempos.

Pero siempre sospeché que nuestros vínculos con Juan Pardo era de naturaleza diferente. Para ella era un icono cultural casposillo y molón. Para mí era un Hombre Que Molaba. Y lo es, vaya, me parece monísimo. Y supersexy. Tiene un año y medio más que mi padre, pero vamos, en plan de que me invita a cenar y voy.

Y que sepan ustedes que llevarme a un concierto de Juan Pardo supone ganarse de golpe un trozo de mi pequeño corazón. Quién puede resistirse al genio que compuso la canción de "Sancho, Quijote".

Este post es para Ana de Pamplona, porque ella lo vale. Espero que no odies a muerte a Juan Pardo o menudo negocio.

martes, octubre 21, 2008

La invasión perroflauta


No me gustan los perroflautas. Ni siquiera me hacen gracia. Mis padres me han criado en la higiene y los perroflautas me parecen unos guarros.

"Nuestros perros llevan una semana sin comer.
Nosotros llevamos desde ayer.
Y entre todos sumamos un año que no vemos una ducha"
Una de las cosas buenas de mi barrio es que no había perroflautas. Con toda la República Dominicana de juerga salvaje bachatera cada fin de semana en nuestras calles, ya tenemos bastante. Hasta ahora. Todo comenzó hace un mes... Primero vi a un perroflauta en mi calle y casi me da un pasmo.

"Ya estamos aquiiiiiiiiiii..."
Luego vi a dos y empecé a preocuparme. Después llegué a mi portal, metí la llave y los perroflautas empezaron a salir de mi bloque como ratas guiadas por el Flautista de Hamelín.

AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!
EL HORROR CONFIRMADO: mis nuevos vecinos son perroflautas. En total deben de ser como unos cuatro o cinco pero os juro que yo veo docenas por cualquier sitio.

El primer incidente lo tuvimos hace una semana. Los perroflautas y yo compartimos un patio en el que tendemos la ropa. Mejor dicho: yo tiendo pantalones, camisetas, sábanas, ropa interior, etc y ellos sólo calcetines.

El caso es que un día de esos en el que tenía el tendedero a tope, oí unos ladridos en el patio. Salí cual rayo y allí esta el perroflauta, con los calcetines chorreando en la mano mientras su perro sarnoso olisqueaba mi ropa limpia.

Mi dulce cara se transformó en otra:

Ésta.
Noa: Perdona, ese perro es tuyo, ¿verdad?

Perroflauta: Sí.

Noa: Ya. Pues ésta es mi ropa limpia y me haría mucha ilusión que siguiera así.

Perroflauta: Vale, no te preocupes, que no se acerca a tu ropa.

Noa: Ya... Yo estaba pensando en que el animalito ni siquiera saliera al patio. Porque si tienes las manos ocupadas colgando calcetines, ¿cómo piensas sujetarlo?

Perroflauta: Uuuuuummmmm... ¿Y no te da pena?

Noa: Ninguna.

Perroflauta: Vale. Me llamo Kiko, encantado de conocerte.

Esto fue hace una semana. Ya casi me había olvidado de ellos hasta que el domingo sufrí un shock. Vi al perroflauta por la ventana de su baño, que da al patio común. Lo sé. No debí haber mirado. Pero lo hice. Lo vi de espaldas, en calzoncillos. Unos calzoncillos idénticos, en forma y color, a unos que tiene el chico con el que salgo.

Estoy traumatizada... Necesito cambiar de casa.

lunes, octubre 20, 2008

Reflejos condicionados

Uno de los trayectos más felices que he hecho en toda mi vida fue el que unió mi antigua oficina y mi casa, no un día cualquiera, sino el último día de trabajo. Me monté en mi coche y en cada metro recorrido fui dejando los malos rollos. Espero que nadie tuviera un accidente por mi culpa, que los nervios caen sobre el pavimento como clavos desperdigados y las amarguras sueltas toman forma de hoyo y causan unos baches muy feos. Resumiendo: fue una mala época que se cerró con diecinueve kilómetros gloriosos.

Hoy en día aún siento un gran alivio cuando pienso que no tengo que volver. Ya se me ha aplacado la mala hostia y no saco al monstruo a pasear. Mis amigas me dicen que me ha cambiado la cara, del puro relax y la felicidad. La única secuela del mal trago que me queda de esa época laboral es el odio a Melendi. ¿Y qué tiene que ver Melendi con un horrible trabajo? Nada. Y todo. Me explico.

El megajefazo de la muerte tenía de politono en el móvil (que no paraba de sonar) al Melendi. Concretamente, esa canción horripilante que empieza con "desnúdameeeeee, juega conmigo a seeeeeeeeer...". Cuando eso sonaba en la oficina significaba que el jefe estaba cerca. Demasiado cerca: o en nuestro departamento o en la sala de reuniones que estaba al lado. Y el 90% de las veces que el jefe se acercaba, caía una bronca, una mala cara, un grito, una bordería. Alguna vez porque yo había metido la pata. Pero la mayor parte de veces porque sí, porque él lo valía, porque le petaba y porque él era el jefe, el dueño, el boss. Oír esa música era sinónimo de mal rollo y de decir adiós a la atmósfera agradable del departamento. Durante demasiados meses.

Aún hoy, estando fuera de esa empresa y feliz, cuando voy en el coche y hago zapping en la radio y suena cualquier canción de Melendi, tengo que cambiar inmediatamente de emisora. Nunca me ha gustado ese cantante, jamás, pero es que ahora además me entra angustia cuando escucho su voz. No lo puedo evitar, me sale de la garganta un angustiado "uuh, uuuuh" y mi dedo sale disparado para cambiar de emisora, como si tuviera un muelle. Y peor es cuando suena la canción esa del "Desnúdameeeee...": se me erizan todos los pelos, el estómago se me vuelve del revés y me siento físicamente mal. Vamos, que Melendi se ha convertido en mi dementor particular que me chupa la energía y las ganas de vivir, y que se esconde en las ondas para saltarme encima a las primeras de cambio.

En fin. Hoy por hoy, lo único que espero es que mi antiguo jefe inmediato, mi compi y el resto de amigos que he dejado allí puedan salir pronto de esa empresa para ir a un sitio mejor. Eso, y que eliminen todas las canciones de Melendi de la faz de la tierra. Gracias.

viernes, octubre 17, 2008

Algo se mueve


Tras año y pico de sufrimiento por culpa de un jefe que no puedo describiros porque luego llega al blog gente buscando cosas raras y a ver quién es la guapa que los manda a dormir a otra parte, le pedí a Antoñita un empujoncito a la parte laboral de la vida.

"Antoñita, arréglame lo del curro que del resto me encargo yo", le dije.

Las cosas que pasan por ir de sobrada.

Lo del curro está arreglado. Tengo nueva jefa, una que sabe un huevo y de la que aprendo cosas cada día. Tengo nuevo programa, uno muy molón y muy económico, con secciones guays y tertulianos guays y sintonías guays y analistas guays y funciones guays. Tengo nuevas atribuciones que suponen un reto (y más que van a suponer) y me hacen feliz. Y vivo "tiempos interesantes" en lo mío, la economía, lo que significa que no nos aburrimos pero nada de nada.

Lo que ya no tengo es novio (sino un amigo al que quiero con locura). Ni una familia de teleserie americana llena de salud y felicidad (sino un padre malito y una madre y unas hermanas, digamos, "descolocadas"). No me negarán que es un cambio estructural.

Sería taaaaaaaaan sencillo echarle la culpa a Antoñita… pero no. La pobre santa sólo hace lo que le piden.

¡Cuidado con lo que deseas! Como le dije, me estoy ocupando del resto: he dejado la "sobrez" y me he pasado a las dronjas y al conductismo.

No se preocupen que, pese a lo que parezca por mis últimos posts, no me voy a convertir en una bloguera maniaco-depresiva de las que tanto abundan. Y QaD no se va a convertir en el típico blog de la pena mora. Estoy en una etapa de ajuste, pero mi estilo para superar penas y transiciones es más fregar la casa, encerar el parquet, hacer comida para veinte y montar una fiesta salvaje. En la vida estoy tomando buenas decisiones y aceptando lo que no puedo decidir yo, y en el blog mis tres compañeras están fuertes y felices y no me permitirían tonterías.

Así que se acabó. Soy una fuerza de la naturaleza (que lo dice mi madre) y así me enfrento a las crisis: sobrecompensando. Y, aunque no tengo ganas de casi nada, tengo pendientes cenas con amigos, nuevos pisos de amigas que visitar, bares que (re)visitar, conciertos a los que ir, sitios en los que cenar, gente con la que charlar.

Y, además, Noa y yo estamos planeando asistir, guapas de la muerte, a la fiesta de la noche electoral americana. La fiesta demócrata, claro, porque si terminamos trayéndonos algo a casa no queremos arriesgarnos a que sea republicano.

Y si no, seguro que da para un buen post.

jueves, octubre 16, 2008

El síndrome del invierno nuclear


Como parte de mi patología otoño-coyuntural, todos los días paso por el súper, antes de currar o al salir de la radio. En el segundo caso no tengo ni que correr, porque los señores de Carrefour han decidido ampliar la hora de cierre a las 11 de la noche, así que me daría tiempo hasta de ir andando.

Y es raro, porque estoy apática y no tengo mucha hambre (cosa rara en mí, que soy una lima), así que he procurado comprar cosas sanas e hipocalóricas, porque ya que voy a comer poco, mejor que sea saludable y no pasta a palo seco en plan supervivencia o chocolate a lo bruto por las endorfinas.

Y es peligroso, porque en condiciones normales ya soy excesiva en casi todo lo que hago pero encima ahora estoy atravesando una etapa de desequilibrio emocional.

Así que tengo la nevera llena de zumo de naranja (2 litros), tomates cherry (miles), espinacas, pimientos rojos y verdes, berenjenas, calabacines, yogures con fibra (12), queso de burgos 0% grasa y pavo braseado (paquete familiar).

La alacena llena de briks de ligerísimo puré de verduras (8) y caldo de pollo (6) -mi Mónica Geller-Bing interior debe de estar sufriendo al ver todo esto, porque antes lo hacía todo yo, pero con el otoño y la crisis existencial me he vuelto vaga-, botes de lentejas y de brotes de soja y latas de atún al natural..

Y el congelador lleno de kilos y kilos de filetes, pescado y, sobre todo, pollo. Kilos y kilos. Los he ido comprando poco a poco: cada vez que voy al súper vuelvo con bandejas de pechugas de pollo, brochetas de pollo con verduras y/o pollos enteros para asar.

Gross, I know. Lo que no sé es por qué me ha dado por el pollo.
Acumulo comida, está claro. Debe de ser otro síntoma, como lo de acumular tebeos para pasar el invierno. Y cuando abro el congelador y veo toda esa carne de pollo envuelta en plástico transparente me invade una sensación de paz y seguridad...

Como a los americanos cuando se asomaban a sus búnkers antinucleares durante la crisis de los misiles.

miércoles, octubre 15, 2008

Un susto de muerte

... o porqué insulto a la gatina cuando nos cruzamos por el pasillo.

Ayer la gatina y yo nos llevamos un buen susto. Me levanté pronto para ir a clase, me duché, me vestí y preparé el desayuno. Me extrañó un poco que la gatina no estuviera conmigo mientras me duchaba (le encanta ponerse en el borde de la bañera mientras estoy bajo el agua, sin importarle demasiado mojarse), así que empecé a buscarla por toda la casa: encima de las camas, de las sillas, por debajo de las mesas... y no aparecía. Pensándolo, me di cuenta de que tampoco había dormido a mi vera. Fui a la cocina y agité su bolsa de comida (gesto infalible para que llegue disparada). Y no llegó. Ahí me preocupé de verdad. Avisé a mi chico y empezamos a buscarla por todas partes. Jo, si no estaba en la casa... entonces me di cuenta de que había dejado un poquito abierta la puerta del balcón. Me asusté, porque es muy usual que los gatos se caigan por los balcones. Me asomé y ni rastro del animal. Pero al menos no había cadáver de gata abajo.

Bajé corriendo a la calle, y empecé a buscarla debajo de los coches y a llamarla. No apareció. Volví a subir corriendo a casa y cuando estaba a punto de echarme a llorar, imaginándomela perdida, medio muerta, hambrienta y todo lo malo, mi chico me dijo:
- Ey, espera... ssshhhh ¿no la oyes? ¿no oyes maullar?

Volvimos a asomarnos al balcón y estaba ahí, en la calle apoyada en el portal de casa, maullando desesperada, quizás me había oído llamarla un minuto antes. Bajé los dos pisos corriendo como un rayo y... ¡había vuelto a desaparecer! Pero esta vez los maullidos me llevaron al portal de al lado. Me encontré con una gatina sucia, sucísima, asustada después de una noche al raso, pero entera. Estaba tan guarra que tuve que comprobar que era ella (su cicatriz y su tripa a topos son inconfundibles).

La subí a casa, la metimos en la bañera, le dimos una buena ducha y la mimamos un poco para que se le pasara el susto. Después la llevé al veterinario (con lo cual le volvió el susto) para ver que todo estaba bien: efectivamente, la tía se ha caído de un segundo piso y sólo se ha hecho una pequeñísima herida en el morrito.

Yo ya sabía por Hermano (es veterinario y ha trabajado años en urgencias) que hay mogollón de gatos suicidas, que se despistan por las moscas, la lluvia o lo que sea... y balcón abajo, y que según el piso del que se caen sobreviven o no. Además, sé que lo primero que hay que mirarles es el interior de la boca, porque aunque caigan de pie a veces la cabeza les rebota contra el suelo y se rompen el paladar (qué grimitaaa). En fin, que aún sabiendo que es usual que se caigan, no pensé que mi gata tuviera estas tendencias suicidas afectada por la ola de pena... o que fuera tan torpe.

Así que cada vez que me la cruzo por el pasillo, ahora que sé que está bien, no puedo evitarlo y la insulto: "gata tonta, mira que eres boba, qué susto me has dado, jodía...", porque total, no me entiende y yo me desahogo del susto de muerte que me ha dado. Después le doy un achuchón, que me doy cuenta de que le he cogido mucho cariño al maldito bicho. Debe pensar que estoy ciclotímica o algo.

En fin, amiguitos, no se extrañen si ven caer gatinos de los balcones como caen las hojas de los árboles... al fin y al cabo estamos en otoño.

martes, octubre 14, 2008

(y los muchachos del barrio le llamaban) Loca


Hace años, viendo una peliculilla australiana que se llamaba Cosi -aquí la tradujeron, al más puro y lamentable estilo patrio, "Adorable Locura", puaj- que iba de un grupo de teatro de un psiquiátrico, dije que si un día me volvía loca sería como Cherry. Era terrorífica, tierna y violenta a partes iguales. Mis amigos me miraron raro, pero sólo medio segundo. Era una buena elección.

Cuando hace tres semanas vi Vicky, Cristina, Barcelona, me encantó el papel de Penélope, que está espléndida, divertida y muy auténtica. Después me preocupé, porque en varias críticas de la peli decían que Pe estaba genial "haciendo de loca". La preocupación, que tampoco es tanta, viene porque yo me había identificado mogollón con Maria Elena, la "loca".

Si le quitas todo eso de intentar matar a Javier Bardem cada diez minutos.

Y el poni que tiene de tener que cumplir las expectativas de cuando le dijeron que era un genio (yo lo llevo superbien).

Hum. ¿Será que a lo que yo considero ser interesante, variopinta y espontánea otras personas le ponen nombres diferentes?

Pues a lo mejor. Porque, aunque los hombres vestidos de blanco aún no me han dicho "ven", hay que ser consciente de las cosas:

· Hay quienes se mueven por el deseo. Desean cosas, desean a personas, quieren llegar, quieren tener, quieren ser.

· Hay quienes viven por los sueños. Persiguen un sueño, o esperan que lo que sueñan se haga realidad…o viven soñando.

· Hay quienes han caído en el desespero y puede que no salgan jamás. Ésos tienen el corazón atravesado por un gancho.

· Otros, somos de delirio.
Es que es tan mona…

jueves, octubre 09, 2008

Se acerca el invierno


Si para cuando llega el invierno no se ha disipado, la ola de pena se convierte en carámbanos de hielo que lo cubren todo, bloquean puertas y ventanas y te dejan aislado sin comida ni agua ni Internet.

Y como no me da la gana he hecho provisión de cosas que me ayuden a mantener a raya la ventisca.

Inventario por un invierno no-frost:

-El cuarto de Canción de Hielo y Fuego. Los tres primeros cayeron este verano, y estoy deseando pillar "Festín de Cuervos".

-"Mal de escuela", de Daniel Pennac, señor francés al que amo tiernamente.

-"Puro Fuego", de Joyce Carol Oates.

-"Veneno Mortal", de Dorothy L. Sayers.

-"Hablemos de Langostas", de David Foster Wallace.

-Un tebeito precioso sobre un vampiro que se llama Ferdinand.

-Una de Stephanie Plum que me va a pasar Jona.

-Los seis de "Dead-End Job Mysteries" que me acabo de pedir en Amazon.

-"Sandman", que este verano me regalaron la colección completa y me los he leído demasiado deprisa.

-"Amanecer", la cuarta entrega del pornazo adolescente de Stephenie Meyer. Que vivan los placeres culpables.

-Un montón de paranormal romance: vampiros (el cuarto de Sookie Stackhouse, "All Togheter Dead", y el último de Betsy Taylor -la vampira zapatera- "Undead and Unworthy"), cazavampiros (los cuatro primeros de Anita Blake), brujas perseguidas por asesinos a sueldo del Vaticano ("Tall, Dark and Dead", de Tate Hallaway) y hasta súcubos ("Succubus Blues" y "Succubus Nights", de Richelle Mead). Que viva la literatura de evasión.

-"Mutts", un tebeo monísimo de animalitos que funciona mejor que el lexatín.

-El último de Mia Thermopolis, que sale en enero.

-La cuarta temporada de Bones, que me encanta esa serie.

-La segunda de 30 Rock (Tina Fey, take me home).

-La tercera de Dexter.

-La quinta de House, que ha empezado requetebién pero muy oscuuuura.

-La segunda de The Big Bang Theory, que ha empezado requetebién y punto.

-La última de Black Books, que la tengo hace tiempo pero aún no la he visto.

-Un par de libros de cocina que me compré este verano y que aún no he estrenado (uno de dim sum y otro de cocina criolla).

-Y un cañero que promete.

Y eso que aún no he ido a mirar puzzles.

martes, octubre 07, 2008

Mamá, ya lo sé


Las madres, esos seres que se empeñan en repetirnos una y otra vez cosas que ya sabemos.

-Hija mía, que tu padre no está tan mal como crees. Que va por días.
-Mamá, si ya lo sé.
-De verdad, y ya nos iremos enfrentando a las cosas según vayan pasando.
-Mamá, ya lo séeeeee.
-Y del resto, bueno, pues tranquilidad.
-Mamá, ya lo sé...
-Cuidado, hija, no cierres puertas que tú eres muy drástica.
-Mamá, ya-lo-sé.
-Si necesitas hablar, me llamas.
-Mamáaaaaa, ya lo sé.
-Es una época mala, con muchas cosas, pero todo se supera.
-Mamá… ya lo séeeeee…
-Llora todo lo que necesites, pero en el trabajo, tú fuerte.
-Ma-má, que-ya-lo-sé.
-Y la mente ágil, que la depresión es un pozo y si te dejas caer luego cuesta muchísimo salir.
-¡Mamá, ya lo sé!
-Y come bien, que te pones a dieta cuando peor te viene.
-Mamá, ya lo sé.
-Al menos cómprate vitaminas, mucha vitamina B, que tienes que estar fuerte.
-Mamá, ya lo séeeeee.
-Y abrígate, que hace frío y no puedes ponerte enferma, que tienes un programa nuevo.
-¡Mamá! ¡Ya lo sé!
-Y si necesitas algo, me llamas.
-Mamá, ya lo sé.
-Te quiero, hija.
-Mamá… ya lo sé. Y yo a ti también.

Las madres, esos seres que se empeñan en repetirnos una y otra vez esas cosas que ya sabemos, pero que nos viene superbien que nos repitan.

lunes, octubre 06, 2008

Al cine con Paul (y a todas partes)


Me apropio de este lunes para la clausura de la semana temática de Paul Newman en QaD.

El homenaje termina hoy, tras dos días de vacío posteador (ya perdonarán: ha sido, a la vez, el mejor y el peor fin de semana de la historia), con los resultados de la encuesta sobre las pelis de Paul que 104 de vosotros (o uno que haya votado 104 veces) habéis decidido.

Veamos el quinteto (o más bien sexteto) ganador:

En el quinto puesto, empatadas con el 6% de los votos cada una, El Buscavidas y Dos Hombres y un Destino.

En el cuarto, con un 7% de los votos, El Premio.

En el tercer puesto, con un 9% de los votos, La Leyenda del Indomable.

En segundo lugar, con un 25% de los votos, El Golpe.

Y en primera posición, con un 28% de los votos, La Gata Sobre el Tejado de Zinc.

Hasta la vista, Paul. Gracias por todas éstas y por algunas más. Y gracias por quedarte a dormir siempre que nos hace falta.


viernes, octubre 03, 2008

La leyenda friki de Paul Newman


Estaba yo buscando fotos de Paul Newman para ilustrar los posts de esta semana homenaje, cuando me encontré con un dato llamativo: resulta que dicen que Gil Kane se basó en Paul Newman para ponerle cara a Hal Jordan (Green Lantern).

Tanto en imdb como en la wikipedia (de Paul y de Hal) aparece el dato como confirmado y contrastado.

Imdb: "He was the visual inspiration for the original illustrations of superhero Green Lantern/Hal Jordan".

Wikipedia de Paul Newman: "Artist Gil Kane based his original illustrations of Hal Jordan (the Green Lantern) on Paul Newman".

Wikipedia de Hal Jordan: "Gil Kane drew from actor Paul Newman in creating Hal Jordan's likeness and redesigned the Green Lantern uniform into a very sleek form-fitting outfit of green, black, and white - quite the opposite of Alan Scott's red, yellow, green, purple, and black costume with a puffy shirt and cape".

Como he aprendido a no fiarme mucho de lo que leo en Internet, recurrí a mi comité de expertos. Jónatan Sark dijo que no había oído nada parecido en su vida. El Hombre Malo consultó un libro y dijo que no podía ser porque no se parecían en nada. Efe se rió y dijo que Green Lantern es el superhéroe más fascista de DC.

Pero el caso es que ahora sí se oye (y se lee) esto por ahí, en blogs, foros y más foros.

Hasta he encontrado fotos comparativas (que no son mías, que las he robado de Internet):

¿Ustedes qué creen? ¿Hal Jordan es Paul Newman, o es sólo una leyenda? ¿Será verdad… o simplemente alguien lo escribió en la wikipedia, otro lo copió en imdb y ahora miles de personas lo han esparcido por el mundo en sus foros y blogs?

Yo quería poner una encuestita toda mona como las de adlo… pero blogger no me deja (¡maldito! ¡Y me cago en la madre que parió a Tolina! ¡¡¡EmeAaaaaaaaaaaaaa!!!). Así que hagámoslo de la forma antigua y tradicional.

La leyenda friki de Paul Newman es...

A. No es una leyenda, Hal Jordan es Paul Newman.

B. Es una leyenda pero molaría.

C. Lo que pasa es que la gente es tonta y se traga cualquier cosa.

Pues ustedes dirán.

jueves, octubre 02, 2008

Paul y la prueba del bigote


A mí los bigotes no me gustan, no veo el encanto de un tío con un puñado de pelos saliéndole debajo de la nariz, pero entiendo que hay honorables excepciones. No sé, Asterix, Einstein, Earl, Don Ramón (de "El Chavo del Ocho").

Eso sí, comparto firmemente la creencia de que para saber si un hombre es guapo de verdad hay que ponerle un bigote a ver qué pasa.

Porque es fácil llevar bigote si eres Tom Selleck. Tom Selleck tiene bigote. Tom Selleck nació con bigote. Tom Selleck es porque lleva bigote. Tom Selleck está raro sin bigote.

Lo difícil es ser un hombre guapo, sin bigote, y ponerte uno y que te quede bien.

Comprobémoslo (hagan clic en los enlaces):

Robert Redford sin, Robert Redford con, Robert Redford con barba.

PASA LA PRUEBA


Denzel Washington sin, Denzel Washington con, Denzel Washington con barba (o algo).

NO PASA LA PRUEBA


Robert Downey Jr. sin, Robert Downey Jr. con, Robert Downey Jr. con barba.

PASA LA PRUEBA


Matt Damon sin, Matt Damon con.

NO PASA LA PRUEBA


Viggo Mortensen sin, Viggo Mortensen con, Viggo Mortensen con barba.

PASA LA PRUEBA


Eduardo Noriega sin, Eduardo Noriega con, Eduardo Noriega con (sombra de) barba.

NO PASA LA PRUEBA


Sean Connery sin, Sean Connery con, Sean Connery con barba.

PASA LA PRUEBA


Los Beatles sin, los Beatles con.
Estos DA IGUAL porque no son especialmente guapos y sólo los he puesto porque me apetecía enlazar estas fotos.

Una vez comprobada la validez de la prueba, sigamos con el homenaje a la excelencia lleno de cariño y admiración que nos ocupa esta semana. Vean y suspiren.

La prueba del bigote de Paul Newman.

Paul sin:

Paul con:

Paul sin:

Paul con:

Paul sin:

Paul con:

Paul sin:

Paul con:

Pues eso, que prueba superada. La ha destrozado.

miércoles, octubre 01, 2008

Intenso

Mi película favorita de Paul Newman es "La gata sobre el tejado de zinc": la obra sobre la que está basada me gusta y los actores están geniales. Sobre todo él, Paul.
Una vez en la facultad, mi amiga Elvisina me dijo que ojalá encontrara algún hombre que la mirara como Paul miraba su vaso de whisky en esa película... yo me reí, las dos suspiramos y ya. Pero ella tenía razón. En la peli Brick (Paul) siente desprecio, hastío, casi odio, por Maggie, su mujer (Liz Taylor) y se refugia en el alcohol. Todo eso está reflejado en su mirada, que se clava en el vaso con ferocidad y que dice más cosas que cualquier palabra.


Brick y Maggie

Evidentemente, Elvisina hablando de esa mirada no se refería al desprecio o al odio, sino a la intensidad. A querer encontrar a alguien que te dedique esa mirada intensa, pero de pura pasión. Y yo lo suscribo, que nunca he querido amores tibios, que lo que necesito de una pareja es que haya confianza, complicidad, amor y todo eso, pero también esa pasión.

En fin. Hace unos años vi en el teatro una adaptación de la obra que no tapaba, como ocurría en la película, el tema de la homosexualidad de Brick. La representaban la bella Aitana Sánchez-Gijón... y Toni Cantó. No sabe Paul cuánto le eché de menos. A él y a su mirada intensa.

No olviden votar

Les recuerdo que hay en marcha una encuesta para elaborar el Rankin QaD de Pelis de Paul Newman.

De momento va en cabeza "La gata sobre el tejado de zinc", seguida de cerca por "El Golpe". En tercera posición está "La leyenda del Indomable" y hay 17 candidatos más. ¡Aún pueden darle la vuelta al resultado!

Para votar hagan clic en el siguiente enlace:
Encuesta: ¿Cuál es tu peli de Paul Newman favorita?