MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

viernes, mayo 28, 2010

Los Chungos de Nuestra Vida: el Vago


Nuestra lectora y amiga Tribeca habrá pensado que nos habíamos olvidado de su chungo, enviado taaaaaantos días atrás. Y un poquito de razón tiene, porque tenemos la sección abandonadita.

Para aquellos que acaben de llegar (aunque esto ha vuelto casi a las cifras normales de visitas), aquí tienen la definición de "chungo", aquí uno, dos y hasta tres ejemplos, y las directrices sobre cómo contárnoslos. Si queréis mandarnos la historia de vuestro chungo -o chunga, o chungay-, decirnos lo mucho o lo poco que os molamos o quejaros de que tenemos un post vuestro desde hace mil años sin publicar, podéis escribirnos a quedateadormir@gmail.com. Y ahora os dejo con el post de Tribeca.

La historia comienza cuando yo contaba con unos floridos 26 años (tengo cuarenta ahora) y me paseaba por la noche madrileña del brazo de un estupendo ejemplar de africano congoleño, guapísimo y encantador pero con el que no coincidía en gustos a la hora de salir. Adivinen en qué sí coindiamos sin peros. Él adoraba la salsa y a mí como que me da urticaria. Una noche que él salió a salsear, yo me fuí a Morocco con una amiga y allí conocimos a un trío de maromos con los que acabamos charlando y flirteando hasta que cerraron. Mi amiga se enrolló con uno y como querían más intimidad, propusieron ir a casa de John que no estaban sus padres.

John me dijo que si lo acompañaba, yo accedí y el que sobraba se marchó. Así que nos subimos mi amiga y yo en un coche con dos tíos que acabábamos de conocer rumbo a un dúplex en Majadahonda. El John este no estaba mal, rubio, ojos azules, guapillo, alto, pero decía cosas muy raras, absurdas, como si fueran chistes pero ininteligibles. Vamos, que sólo se reía él. Raroraro.

Ya os podeis imaginar qué pasó cuando llegamos a casa de John: mi amiga intimando como loca y yo tratando de entender al inglés este... como no lo conseguía, opté por una mala solución: enrrollarme con él. Solo para que se callara, lo juro. Pero la cosa se lió. No se cómo pero a la semana me había deshecho del africano y estaba invitando a cenar al inglés a casa (sin padres, emancipadita desde los ventitrés, leñe). El inglés se reveló como un estupendo amante y yo, que tiendo a coger cariño, me lo quedé. Además, él vivía en Londres porque estaba terminando la carrera de filología hispano-lusa y venía con frecuencia porque sus padres residen en Madrid, con lo cual a mí me dejaba muuucho margen de acción. Me pareció la mar de conveniente, la verdad.

El tipo seguía diciendo cosas raras, como por ejemplo, en mitad de una conversación sobre arte con un museólogo muy interesante -sin ironía- John interrumpió bruscamente y le dijo:

-Pero a ver, que eso que dices no le importa a nadie, habla de algo que sí es importante: ¿Cúal es tu color favorito?

El museólogo me miró a los ojos como diciendo "siento compasión por tí" y se marchó dejándome muerta de la verguenza. Esa mirada me la dedicaría muuucha gente más, entre otros mi familia -al completo- y mis amigos.

Aparte de sus comentarios absurdos (su ídolo era Mr. Bean) era muy vago. Era capaz de comer de la olla por no poner la mesa y desplazarse hasta el salón en un piso de 60 metros. Llegaba tarde con frecuencia por quedarse dormido: daba igual si le citabas a las 10 de la mañana o a las ocho de la tarde, dormía como un koala. No hacía absolutamente nada de la casa, no digo en la mía, sino en la suya, permitiendo que su madre -su padre estaba enfermo- cargara con la compra mientras él la contemplaba impasible. Nunca le ví poner la mesa, retirarla, hacer la cama o cualquier mínimo acto que requiriese esfuerzo.

Pero como estaba en Madrid como mucho 10 días cada mes, no me daba tiempo a hartarme. Hasta que terminó la carrera, claro. Cielo santo. Un día me planté y le dije que no volvía a salir con él como fuera con toda la ropa arrugada. Os juro que no soy una tiquismiquis, más bien al revés, pero es que John iba literalmente hecho una pasa y me daba verguenza. Él muy enojado, cogió la plancha y se puso a estirar una camisa y un pantalón... con el cable desenchufado!!! En otra ocasión, para ir a una boda, "planchó" la ropa dejándola debajo del colchón toda la noche.

Cuando íbamos en su coche, conducía apoyando la cabeza en el cristal, todo recostado, medio dormitando. Siempre. Era acojonante. Una vez perdió el avión a Londres por quedarse dormido.. el avión salía por la tarde, tarde... y en otra ocasión, que estaba instalado en mi casa, me prometí a mi misma que le dejaría dormir tooodo lo que necesitara el señor.. y a los dos días y medio en los que sólo salió de la cama para ir al baño y coger rebanadas de pan de molde, me rendí y le obligué a ducharse. No tenía límites.

En otra ocasión invitamos a unos amigos míos a cenar y John se quedó dormido antes del postre, se tumbó en el sofá donde estaba sentada una amiga, y la echó a patadas literalmente. Obviamente, mis amigos se fueron, y yo me quería morir. El siguió tan tranquilo, roncando.

Cuando acabó la carrera no tenía ni oficio ni beneficio, y le animé a que se presentara a las pruebas de controlador aéreo... Pues suspendió el examen de inglés!!! él, que era bilingue perfecto. Para mí que dijo algo raro o que se durmió o llegó super tarde.

Lo que me decidió a mandarlo a la mierda definitivamente fue el día que yo salí del hospital tras una operación y él había quedado en recogerme y llevarme a casa. Les dije a mis amigos y familia que John venía por mí, así que nadie se preocupara. Hasta que me ví en la puerta del hospital, apenas me sostenían las piernas, y de John, ni sus luces, ni contestaba al móvil, ni nada de nada. Menos mal que mi hermana, que ya se lo olía, me acompañó pero aún así me sentí tan mal que me pegué una llorera de antología.

Más tarde supe que el tipo, para no llegar tarde a recogerme, se había ido con su coche a pasar la noche cerca del hospital Y HABIA DORMIDO TODA LA NOCHE ALLI, EN EL COCHE... pero llegada la hora (y estamos hablando de cerca de la hora de comer) pues... adivinen... dormido como tronco con los morros babeando el cristal, como si lo viera. Arggg...

La operación, encima, era por su culpa, por unas movidas que me pegó por haberme sido infiel!!! El colmo...

Así que ya, le envié al guano, y tras un par de meses de acoso y lloriqueos disculpatorios, me dejó en paz y hasta hoy.

Yo, que adoraba a la Inglaterra de "Retorno a Brideshead", Virginia Woolf, Joy Division y los Smiths me topé con la Inglaterra hooligan de cerveza hasta caer redondos, me ducho sólo los sábados y humor zafio y facilón.

Ahora me da risa acordarme de algunas cosas, pero qué bueno que ya pasó...

29 comentarios:

Izaskun dijo...

Sin palabras me has dejado.

molinos dijo...

Madre mía!!!!! que historieta... A LU CINO.


Lo de la pregunta al museólogo me ha recordado el último cappítulo de la 3ª temporada de TBBT..jajaja..pasaba algo así..: ¿ de verdad eres tan estúpido?

Lo más acojonante de estas historias vistas hacia atrás es que te ves a ti misma y dices: ¿ en qué estaría pensando?

Charles M. Towsend dijo...

No encuentro el botón de "tu te lo has buscado".

eva dijo...

10 minutos despues aun no consigo cerrar la boca del asombro... De lo mejorcito de esta sección

javi dijo...

Epico.

En su chunguez, pero muy epico.

Pétalo dijo...

Estoy flipada. Pero alma de cántaro, tú querías hacer un genocidio o algo animándole a ser controlador aereo???
Lo de quedarse dormido en el coche me parece tierno (aunque poco,eso si). De verdad que a veces somos bobas del culo.

Unknown dijo...

A ver, Towsend, querido, claro que yo me lo busqué: nadie me puso una pistola en la cabeza pero hombreeee... no hagas sangre, que soy buena gente y no me lo merezco... o sí?.

Y Pétalo, ahora que lo pienso, tienes razón: qué irresponsable por mi parte... pero ya ves que algo se debieron oler porque no le aprobaron. Creo que suspenderle en su propia lengua es una manera de llamarle imbñecil con elegancia.

besos y buen finde

Be dijo...

Tribeca, no te enfades con Towsend: díle tú que él se buscó a la suya!!

Miss X dijo...

Jajaja Me he reído a carcajadas, pobrecita Tribeca estabas saliendo con SUPERÑOÑO! jajaja estaba asobinao! al lo mejor tenía chronic fatigue disorder! Qué paciencia tienes tia!

http://www.youtube.com/watch?v=akuDdOpXI0Y

Anónimo dijo...

No quisiera yo defender a un chungo que no se lo merezca, pero ¿y no tendría narcolepsia? Porque dormir en el coche para no quedarse.... dormido.... Al menos tuvo buena intención el muchacho.

R

Anónimo dijo...

Eso sí, los comentarios estúpidos no tienen excusa.
R

Miss Wu dijo...

Pues a mi me ha hecho mucha gracia (entre comillas). Tengo un amigo editor que siempre piensa en publicar un libro con anécdotas tipo mujer normal - hombre desastre - putadas a mil. La tuya entraría de cabeza.

Charles M. Towsend dijo...

Tranquilo an´´onimo, que est´´a claro qur no cncoes "Que asco de vida".

Y Trneca, no pasa nada; el relatome h encantado. Una historia que empieza en cuernos y acaba en una ETS no puede ser mala.

eulez dijo...

Jajaja, me ha encantado la anécdota. Menudo impresentable. Mira que dejar al negrazo...

Illuminatus dijo...

1. Alguien tiene un virus (Townsend, hágaselo mirar, que lo de la doble tilde, sin ser malísimo, no le conviene en su PC).

2. A mí este chungo me ha recordado a un miembro de mi familia del otro sexo. En fin, todos tenemos uno/a de esos/as tíos/as raritos/as.

shopgirl dijo...

Lo que no se es como aguantaste tanto...

la otra yo misma dijo...

ostras....este es uno de los peores chungos (para mí el peor), lo siento pero no soporto a la gente vaga y dejada. Pobrecilla, mal peso te quitaste de encima...Estos deberian estar señalizados como los puntos negros de las carreteras.

Estela Rengel dijo...

Lo de planchar la ropa bajo el colchón me ha matado. Qué personaje (con tan poco diálogo en "la obra", la verdad). Suerte que te deshiciste de él.

Pal dijo...

Conociste a su familia y él a la tuya, terminó la carrera, buscó curro, te fue infiel, te pego algo, te operaron... Lo que yo me pregunto es ¿¿De cuanto tiempo estamos hablando?? lo digo por hacerte un monumento.

Efe dijo...

¡Aquí se nos está escatimando mucha historia! ¡Faltan datos!

De todos modos, un inglés... A quién se le ocurre.

Josef dijo...

La de planchar la ropa dejándola debajo del colchón es sencillamente insuperable. De Vago Master por lo menos.

estrella dijo...

¡esto es de ver y no creer!

Achab dijo...

Esto es una venganza vudú del africano despechado. Como poco.

Narbiz dijo...

Sí muy chungo y tal. Pero yo me he quedado con

"John me dijo que si lo acompañaba, yo accedí y el que sobraba se marchó".

La selección natural en su máxima expresión, cruel e inocente al mismo tiempo.

¿Qué fue de ese sobrante? ¿Rehizo su vida? ¿Se retiró a las montañas? ¿Se apuntó a un gimnasio? El sobrante somos todos.

a.forever dijo...

Mi hermana tuvo un novio inglés que era clavadito. No se le podía llevar a ningún sitio porque se quedaba dormido, previo autoarrullo a su propia persona (sí, se movía compulsivamente de un lado a otro, como meciéndose, hasta que caía frito).

¿Sera algo que comen por allí?

palabra: fulvag

(este blogger tiene poderes)

davy jones dijo...

"La historia comienza cuando yo contaba con unos floridos 26 años (tengo cuarenta ahora) y me paseaba por la noche madrileña del brazo de un estupendo ejemplar de africano congoleño..."

Cuánto daño ha hecho Cosmopolitan y su sección de testimonios, maaaadre mía...

Anónimo dijo...

Jajajajaja, que gran personaje el amigo este que te echaste!!!

Anónimo dijo...

Iba a poner un comentario pero me he quedado dormido.

patan dijo...

>>No encuentro el botón de "tu te lo has buscado".

Completamente de acuerdo, alguna vez has visto "Me llamo Earl"? Pero sobre todo por seguir ahi, y eso que te enrollaste con el "para que se callara"